Al final el amenio si tenía las cualidades físicas de la roca, solo que estaban en la siguiente pagina donde decía de la roca era de textura porosa y flota en el agua. El Senju toco con su mano la piedra —Supongo que tienes razón, ¿Con la cantidad se encuentra aquí es suficiente o hay variedades del mismo tipo de piedra que también necesitas?—

Aunque solo era el primero de los cuatros minerales al genin no le parecía que fuese a servir de algo, le parecía que era un tipo de piedra frágil.

El Senju se levanto y se alejo unos pasos ya que pensó que Roga usaría sus herramientas para extraer la piedra, pero algo le vino a la mente por lo que se puso a pensar. —Así que las siguientes deberían de estar un gruta...—Murmuro Mitsuo mientras pensaba y con una mirada al vacío que se perdía por las ladera de la montaña.

—Pues...— Las palabras de Mitsuo le dieron en qué pensar. —No tengo ni idea, aquí no dice nada al respecto. Espero por mi bien qué solo sea la que está aquí por que si no me voy a cortar las venas antes que tener regresar a este montículo de tierra por más— Se sacudió la cabeza, despeinándose en el proceso. —Yo voy a cortar el trozo más grande que pueda llevar, mientras tú puedes seguir examinando la zona si encuentras algo llamativo— Ordenó.

Sacó un cincel y un pequeño martillo, esperando tallar la piedra. Para su sorpresa, el material ofreció poca resistencia ante las herramientas, por lo que sonrió al darse cuenta de que no sería tan difícil llevárselo. Tenía miedo de fracturarlo, así que intento hacerlo despacio para cortar un trozo grande que cupiera en los frascos de muestra.

Mitsuo ya había tomado la iniciativa de seguir explorando el área, aunque fuese sólo con la vista. Era un paisaje ciertamente curioso, desdibujándose en formaciones de forma extraña. Más pronto que tarde, podría dilucidar en la lejanía unas líneas que se antojaban cómo grietas. Eso eso era lo único que podría distinguir desde esa distancia.

—¡Ya casi termino!— Anunció el Yotsuki mientras el trozo de pumita iba tomando forma.

Pues Roga parecía que no tenia idea si había más tipos de ese mismo tipo de piedra pero no le preocupaba, por lo que solo se preocupo por sacar la cantidad que le pareciera bien y le sugirió al Senju que diera una vuelta por ahí a lo que el Senju acepto con gusto, antes de quedarse mirando como picaba el amenio prefirió dar una vuelta por ahí.

Mitsuo empezó a caminar buscando un lugar donde pueda tener una visión mas amplia del volcán pero en vez de eso encontró una buena vista hacia los alrededores del volcán, era una buena vista a pesar de parecer un lugar hostil le gustaba como se veía. Pronto empezó a mover un poco cuando Roga dijo que estaba por terminar la extracción del mineral, mientras miraba una de las laderas del volcán pudo divisar lineas o más bien grietas pero no podía identificar más. «Supongo que si hay grietas puede haber una o algo parecido, pero también puede ser que el terreno no sea estable...»

—¡Oye Roga, puedo ver grietas a un lado del volcán, puede que encontremos un pasaje, cueva o lo que sea!— Le dijo grito a su compañero y ademas el Senju se quedo esperándolo desde donde había visto las grietas.

—¡Vooooy!— Contestó mientras le daba las últimas vueltas a la tapa del frasco y se lo guardaba en el morral junto a las herramientas empleadas. —¿Por dónde?— Le preguntó a Mitsuo, esperando que este le dirigiese al lugar.

»Será mejor que los dos tengamos noción de lo que buscamos. Tomá la libreta y échale una ojeada, así también podrás identificar los materiales si los ves. De esa manera quizás encontremos alguno mientras caminamos.

El Yotsuki le extendió la libreta, en la página donde empezaban los escritos relacionados a las piedras. Su husmeaba más, se daría cuenta de que tenía muchos más apuntes sobre otros tipos de minerales y mineraloides, pero únicamente eran tres los que posiblemente podrían encontrar en aquel lugar. La imagen del lapilli se asemejaba a un montón de grava fina o pequeñas piedritas, mientras en la página siguiente se explicaba que era la fragmentación de las burbujas de magma de una erupción. La perlita en cambio, se trataba de unos cristales blancuzcos, los cuales según la descripción contenían agua y al exponerse al calor, se evaporaba esta agua y aumentaban de tamaño. La obsidiana, sea que la haya visto antes o no, estaba representada cómo un cristal negruzco con variaciones en la tonalidad según las impurezas internas. Se suponía que pese a ser un material duro, tenía una tendencia a fragmentarse, por lo que de no ser extraída adecuadamente era algo difícil moldearla a gusto.

—Con suerte encontraremos todo antes de que se ponga el sol— Comentó al aire el joven de cabellos tricolor.