Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
16/08/2017, 01:40 (Última modificación: 16/08/2017, 23:10 por Tsukiyama Daigo.)
—¡Su puta madre!
—¡Koko, espera!
—¡Shiro, espera!
Pero Koko no escuchó y salió corriendo cuesta abajo como alma que lleva al diablo para huir de la bestia, que no tuvo reparos en empezar a perseguirla a toda velocidad.
Sin poder evitarlo, Daigo salió corriendo tras Koko en cuanto vio la escena, a sabiendas de que definitivamente ninguno de ellos podría correr más rápido que aquel león, o que aquel otro felino que ahora venía tras Daigo.
Demonios, esto es malo ¿Qué diabos estoy haciendo?, trayendo a mi copia aquí solo voy a conseguir que nos maten a los dos... ¡Diablos!
No tenía idea alguna de por qué se había echado a correr tras la chica de esa manera, demonios, ¡su cuerpo ya no respondía ante ninguna orden! Simplemente se movía por su cuenta para intentar ayudar a Koko.
pasó poco, muy poco tiempo hasta que el león que perseguía a Koko se abalanzó sobre ella para atacarla a toda velocidad.
Durante unos instantes, para Daigo fue como si todo empezara a moverse a cámara lenta a su alrededor, permitiéndole ver y sentir con todo lujo de detalles lo que estaba ocurriendo. Podía ver como su compañera corría intentando salvar su vida, podía preveer como el animal daría fin a su vida si nadie hacía nada para evitarlo, pero sobre todo podía sentir como el miedo se apoderaba de él y como la impotencia lo abrasaba al no poder hacer nada para ayudar a Koko.
Espera...
¿En verdad no podía hacer nada?
No no no no no, joder, joder ¡tengo que hacer algo! ¡Debo ayudarla!
De pronto, una gran cantidad de chakra verdoso se amasó en la pierna derecha de Daigo.
Si concentro todo el chakra en mi pierna, en lugar de dividirlo entre mi pierna y mi brazo, debería poder llegar a tiempo. ¡Tengo que hacerlo!
(Mérito: Defensor)
El chico salió disparado como una bala hacia la bestia, conectando un potentísimo puñetazo contra esta apenas un instante antes de que consiguiese tocar a la uzushiojin.
"Crack"
—¡AAAAAAAAAAAGH!
La bestia desapareció en un potente haz de luz que electrocutó al peliverde, que calló al suelo a pocos metros del borde, sosteniendo su diestra con fuerza.
...
Mientras tanto, poco más arriba, donde se encontraban Keisuke y el herido...
—¡AAAAAAAAAAAGH!
—Chico ¿Esa no era la voz de tu amigo? —Dijo el hombre, que parecía estar mucho mejor—. Ve a ayudar, no me podría perdonar si algo malo les pasase por culpa de mi Shiro...
...
Mierda, mierda, mierda, se ha roto, joder.
El chico se retorcía de dolor, se entumecía por las secuelas de la electricidad y se volvía a retorcer, sin poder hacer nada más que aguantarse las lágrimas y el dolor.
Pero Koko no tendría mucho tiempo para pensar, pues la bestia que venía siguiendo a Daigo se acercaba lentamente...
Vida
300/300
–
0
–
Chakra
156/170
–
+78
–
¤ Raiton: Kage Bunshin ¤ Elemento Rayo: Clon de Sombras - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Raiton 70, Kage Bunshin no Jutsu - Gastos: 14 CK + 1/2 CK (ver descripción) - Daños: 24 PV al deshacerse - Efectos adicionales: - - Sellos: Sello de clonación - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Esta técnica permite al usuario la creación de un clon de sombras imbuído con chakra Raiton. Dado que sigue siendo un clon de sombras, es capaz de realizar cualquier tipo de técnicas e interactuar totalmente con su entorno; e incluso el chakra del usuario se divide al utilizarlos. Mantienen las demás propiedades de la técnica original. Si el clon es herido (10 PV de resistencia), se deshará en un potente destello de rayos que electrocutarán al oponente de haberle atacado cuerpo a cuerpo.
Vida
68/100
–
+24
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Vida
126/150
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-24
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Chakra
80/80
–
0
–
Inventario:
Hitai-ate (Hombro derecho)
¤ Ushi no totsugekii ¤ Embestida del toro - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 25 - Gastos: 30 CK - Daños: 50 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: 5 metros
Esta técnica consiste en acumular una gran cantidad de chakra visible en la pierna y el puño de un lado del cuerpo, impulsándose con la pierna cargada de chakra y golpeando con el puño, liberando todo el chakra que tenía acumulado. Es posible realizar la técnica una segunda vez, utilizando las extremidades del otro lado, aunque el gasto de chakra puede agotar al ejecutor.
Alterador (Tora) En esta versión, el usuario acumula todo el chakra posible en la pierna, sin cargar nada en su brazo. Al liberarse todo ese chakra, el ejecutor saldrá disparado a una velocidad considerablemente más alta de la presentada en la técnica original.
Si el usuario decide golpear a esa velocidad (30 PV), se romperá los huesos de la mano y el brazo siempre y cuando su resistencia sea inferior a 60.
Daños provocados: 30 PV al clon de rayo
He utilizado el alterador porque me parecía un momento muy chulo para que Daigo lo utilizase por primera vez ^^ cualquier cosa, como siempre, me dicen.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Mi atención seguía en el herido, mis palmas seguían resplandeciendo con la misma intensidad desde el inicio del tratamiento, aunque lentamente me estaba empezando a agotar, pero mi esfuerzo ya había dado una semilla que no tardó en florecer, la hemorragia que ya había comenzado a ceder desapareció totalmente tras un poco más de radiación energética.
Solo es cuestión de limpiar un poco y quedará impecable todo. Me dije mientras en mi mente se ilustraba los últimos detalles para terminar con el señor.
—¡Su puta madre!
—¡Koko, espera!
—¡Shiro, espera!
No pude evitar no ver para donde estaban mis aliados aplacando a la bestia, pero lo último que pude ver fue al león desapareciendo de aquella parte de la ruta, seguramente y por lo que había escuchado estaría persiguiendo a mis compañeros. Genial... A todas estas, ¿sí podré hacerle frente a esa bestia...? Parece
feroz Aquel pensamiento era la mera verdad, ¿me estaba acobardando un poco? La respuesta era obvia, sí. Nunca me hubiera imaginado peleando contra un león, y menos que supiera ninjutsu...
Saqué rápidamente apósitos y alcohol, me encargué de eliminar todo el rastro posible de sangre del pecho del señor y luego lo envolví con varias vueltas de vendas, la herida estaba cerrada, pero podría abrirse en cualquier momento. —No puede hacer ningún movimiento brusco porque puede volver a sangrar, tendrá que guardar varios días de reposo después de esto.— Advertí en modo de consejo al sujeto, mi tono fue un poco tranquilo pero autoritario para que el sujeto lo siguiera al pie de la letra.
—Chico ¿Esa no era la voz de tu amigo? —Dijo el hombre, que parecía estar mucho mejor—. Ve a ayudar, no me podría perdonar si algo malo les pasase por culpa de mi Shiro...
Ciertamente no había escuchado nada, pero el señor por el contrario incluso se atrevió a decir que era la voz de Daigo, me puse de pie y suspiré, dudé unos segundos ¿Qué debía hacer?¿Daigo estaría muerto?¿Y sí los encontraba gravemente heridos? No podía ser más negativo en ese momento, eché a correr a gran velocidad por el camino por donde habíamos llegado, no estaba seguro de porqué lo hacía, tampoco sabría que haría cuando llegase ahí, no tenía ningún plan en mente.
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Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
La chica luego de percatarse de lo que había hecho, o sea enfrentarse de forma suicida a un león, salió corriendo atemorizada e inconscientemente logró que uno de los leones la siguiese, aunque al no prestarle atención no pudo saber que la bestia estuvo a punto de abalanzarse sobre ella y el peli-verde tuvo que intervenir…
Rompiéndose los huesos y quedando al merced del verdadero animal… Porque no hay mejor manera de salvar a alguien que regalándote en bandeja de plata a un depredador.
Ahora la cuestión, ¿por qué diantres ese hombre quiere mantener intacto a ese león que para colmo sabe ninjutsu? Es una jodida amenaza para todos… Pero venga, la pecosa no iba a dejar a aquel que gritaba a todo pulmón a su suerte, al cual apenas llegó a ver jusuto cuando la bestia que la seguía explotó en rayos.
«Mierda » Seguía asustada, pero terminó por darse media vuelta justamente para intentar ayudar a Daigo.
—Estate quieto —murmuró nerviosa a la vez que desenfundaba la espada una vez más.
Eran ellos o el animal, y definitivamente iba a escoger la primera opción aunque una cosa era que planease sobrevivir y otra muy distinta que lo lograse. Lo importante era que la pecosa ahora estaba entre un león y un shinobi que se acababa de partir un brazo.
«Brillante idea, mereces un buen abrazo con una cuerda en torno al cuello » ¿Cómo diantres una niña asustadiza iba a asustar a un león como ese?
17/08/2017, 04:18 (Última modificación: 17/08/2017, 04:54 por Tsukiyama Daigo.)
—Estate quieto. —murmuró ella, nerviosa.
Pero el león no se achantó siquiera un poco, en cambio, se acercó lentamente a la chica, paso a paso, dispuesto a atacar en cualquier momento.
Pero apenas unos pocos pasos después, la bestia se detuvo en seco y retrocedio otro par de pasos mientras negaba con la cabeza en un gesto bastante humano, quizá demasiado humano.
En cuanto Keisuke llegó a la escena, pudo ver a Koko protegiendo al peliverde —que todavía se retorcía de dolor en el suelo— y al león, que miraba a un lado y al otro completamente confundido, perdiendo inexplicablemente toda la fiereza que poseía y pareciéndose a poco más que un gatito asustado.
El animal se dio la vuelta para huír, pero allí se encontraba Keisuke. Asustado volvió a darse la vuelta, pero allí estaba Koko que lo amenazaba con su arma.
La bestia parecía haberse rendido, pues cualquiera podría haber jurado en ese momento que se encontraba presa del terror. Pero entonces, durante apenas un instante, los ojos del leon cambiaron por completo y se presentaron como unos que Koko ya había visto una vez, eran los mismos ojos que mostró Uchiha Datsue, cuando se conocieron.
En cuanto los ojos del leon recuperaron su color blanquecino, este empezó a gruñir y saltó una vez más, dispuesto a atacar la cabeza de Koko.
Si Koko no esquivaba aquel ataque, lo más probable es que la bestia se la lleve consigo al vacío que se formaba tras la kunoichi.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Corrí, mis piernas se movieron un poco más rápido y mis pasos se volvieron sonoros, cada pisada parecía ser mas fuerte que la otra gracias al efecto de eco que aseguraba la cordillera parecía que unos cuantos más descendían conmigo; no sabía hasta donde tendría que correr por lo que en el trayecto que intenté pensar en algo útil.
"Eso podría servir..." Encontré una técnica que podría ayudarnos a todos sin lastimar al animal, bueno temporalmente.
Tras avanzar unos cuantos metros más tuve que reducir el paso hasta detenerme, llegué al lugar indicado, Koko se mantenía firme, o eso parecía, alzando su filo para hacerle frente a la amenazadora imagen del león. Cuanta valentía... Más atrás estaba Daigo, tirado en el piso retorciéndose del dolor, incluso desde mi posición podría escuchar algún quejido por su parte. Otro herido... Me dije con pesar.
Me fui acercando lentamente para tratar de no llamar la atención del animal, pero éste se volteó en un instante y me vio, tragué y palidecí un momento, la bestia se volteó nuevamente, estaba confundida no sabía que hacer. Ahora! Mis manos se entrelazaron formando rápidamente unos cuantos sellos.
—Suiton: Mizuame Nabara.— Exclamé, mi boca soltó un potente y viscoso chorro que debería caer en el elegante ejemplar cuando estuviese mirando a la la rubia. Una vez que hubiera visto que mi plan dio efecto sonreí con cierto orgullo habría logrado aprisionar a la bestia, pero... ¿por cuanto tiempo?
—No lograré retenerlo por mucho tiempo con esa técnica.— Expliqué brevemente mientras sacaba unas largas agujas metálicas de mi porta objetos. —Sé que dijimos que no le haríamos daño, pero la mejor manera de detenerlo será mermando sus movimientos...— Comenté esperando cierta aprobación de los demás, o por lo menos de la rubia. Aunque había algo que me aquejaba...
—¿Qué le pasó a Daigo?— Comenté con cierto tono de preocupación, dejando a un lado un poco lo del león.
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¤ Suiton: Mizuame Nabara ¤ Elemento Agua: Campo de Captura del Sirope Escarchado - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Suiton 20 - Gastos: 18 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Atrapa los pies del enemigo durante 2 turnos - Sellos: Carnero → Tigre - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: El chorro se expande sobre el suelo con una extensión de 3'5 metros de ancho y 6 de largo
El usuario escupe una masa de agua muy densa y viscosa, imbuida con chakra Suiton, y la esparce en un amplio área sobre el suelo. Se trata de una corriente de agua pegajosa que puede utilizarse para formar una trampa adhesiva que inhibe el movimiento de una o varias personas. Si el enemigo conoce de antemano los efectos de la técnica, o la ha sufrido con anterioridad, resulta fácil de evadir simplemente canalizando el chakra a través de los pies para andar sobre el campo de agua sin tocarla realmente, aunque esto sólo es posible si consigue hacerlo a tiempo.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Que estuviese plantada justamente delante de aquel animalote no significaba que estuviese preparada o dispuesta a hacerle frente de ninguna manera, por el contrario, estaba allí parada aterrorizada y sus pies ahora mismo le pesaban como si tuviese calzado de plomo.
Para empeorar las cosas, aquella bestia no solo sabía ninjutsu, ahora también resultaba poseer ese mismo dojutsu que tenía Datsue, aunque la rubia desconocía las ventajas exactas del mismo.
¿Y ahora? El animal se acercaba, estaba más que dispuesto a atacarla y ella solo atinó a temblar, más violentamente conforme el león avanzaba hasta que finalmente los ojos se le humedecieron completamente y no pudo retener algunas lágrimas que se escaparon recorriendo las mejillas de la joven.
Finalmente, llegó el pelirrojo, pero por mucho que lanzase aquella técnica sobre el mismo, ella ya se había llevado el susto necesario para soltar la katana y acuclillarse con ambas manos sobre su cabeza al mismo tiempo que soltaba un agudo chillido de terror.
Al menos, no había dejado al peli-verde a su suerte, ¿verdad? Se mantenía acuclillada justo delante de él sin ser consciente de lo que ocurriría ni con ella ni el resto.
Rolee esto así porque el master es Daigo y no sé si la técnica de Keisuke sea suficiente para detenerle, o si el bicho ya se había despegado del piso y eso... Ni idea de nada (?
Koko se encogió asustada cuando el leon empezó a acercarse, chilló, pero nada llegó a dañarla, pues la técnica de Keisuke consiguió salvar a los chicos, alcanzando a la bestia en el momento justo.
—No lograré retenerlo por mucho tiempo con esa técnica —dijo Keisuke mientras sacaba un par de senbon de su portaobjetos—. Sé que dijimos que no le haríamos daño, pero la mejor manera de detenerlo será mermando sus movimientos...
La bestia rugió con fuerza mientras intentaba liberarse inútilmente de la técnica que la apresaba.
—¿Qué le pasó a Daigo?
Pero Daigo no respondió, no abrió la boca hasta que consiguió levantarse con dificultad, le temblaba todo el cuerpo y la combinación entre el dolor y el miedo que acababa de pasar no ayudaba a que sus pies no pareciesen estar a punto de desfallecer con cada paso que daba.
Se acercó a Keisuke a paso lento, mordiendo su labio inferior para resistir el dolor mientras sostenía su brazo derecho, que se tambaleaba de un lado a otro con cada paso, como si tan solo se tratase de pasta mojada.
—Puedes... ¿Puedes ayudarme con esto? —pidió con un hilo de voz que casi parecía un leve susurro—. Por favor...
No se había olvidado de que al lado tenía un gran león que no dudaría en atacarlos en cuanto se liberase, pero en ese momento el peliverde tan solo podía pensar en detener su dolor.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Afortunadamente la técnica se encargó de atrapar a la fiera, me sentí un poco más aliviado cuando al ver que el león quiso moverse seguía pegado al suelo, en este momento habíamos conseguido un poco más de tiempo. La kunoichi no respondió a ninguna de mis incógnitas; Daigo, quien tampoco estaba en sus mejores condiciones, no dijo nada al respecto así que técnicamente tenía el camino libre. —Lo siento, te recuperaras de esto.— Murmuré a la par que abaniqué mis manos y de ellas salieron los senbons hacia sus muslos y hacia sus bíceps, o bueno los músculos de sus patas delanteras, con ello sería más que suficiente para que el animal se mantuviese quieto, o eso me parecía a mi.
—Puedes... ¿Puedes ayudarme con esto? Por favor... Susurró.
Su voz sonaba con cierta agonía, cuando mis ojos lo reflejaron me pareció percibir cierta presencia sombría y luego vi su brazo que se balanceaba de un lado a otro. —Rayos!— Comenté asombrado. —Tenemos que salir rápido de aquí.— Dije viendo nuevamente al león, no sabía exactamente qué debíamos hacer...
—Puedo hacer algo mientras llegamos al hospital.— Expliqué. — Pero tenemos un problema...— El mismo era más que evidente ¿Qué íbamos a hacer con el espécimen? ¿Por qué no había llegado la ayuda?
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
«¡Que me mata! »Pensaba la rubia acuclillada y con ambas manos en la cabeza tras haber soltado su espada.
No iba a intentar huir, estaba demasiado asustada como para hacerlo y menos iba a ponerse a pelear contra semejante bestia pero al final de cuentas, nada le cayó encima a pesar de que hacía rato que debería haber sentido las zarpas de semejante animal atravesándole la carne.
Siendo así, Koko muy lentamente entreabrió un ojo y se llevó la sorpresa de su vida al ver al león pegado al piso por una masa viscosa que de algún lado sintió recordar, aunque a Keisuke definitivamente no le había visto antes.
—¿Eh? —Preguntó tímidamente mientras se levantaba sin despegar la mirada del animal.
No se atrevía a moverse del lugar, ni acercarse ni alejarse independientemente del estado de Daigo quien había ido a solicitar la ayuda del chico de Amegakure.
2/09/2017, 23:58 (Última modificación: 3/09/2017, 00:11 por Tsukiyama Daigo.)
El león empezó a rugir con cada vez más fuerza en cuanto los senbon se clavaron en él. Durante un instante parecía que la ira le daría fuerzas para liberarse de su prisión, pero poco a poco su fuerza se desvaneció hasta que finalmente desistió del todo.
—¡Rayos! Tenemos que salir rápido de aquí.
A lo lejos, todos pudieron escuchar pasos apresurados que provenian de algún punto más abajo en la cordillera. Pero Daigo no les prestó demasiada atención, al menos no por ahora, no hasta que calmase su dolor.
—Puedo hacer algo mientras llegamos al hospital. Pero tenemos un problema...
Keisuke no tuvo que explicarse mucho más para que Daigo lo entendiese. Era obvio: no podía ocuparse de Daigo mientras tuviesen a aquella bestia al lado.
El peliverde apretó los dientes y asintió varias veces antes de mirar a su alrededor en busca de algo para poder calmar el animal y transportarlo.
Estaba nervioso y temblaba a más no poder, así que dijo lo primero que se le ocurrió para reducir al leon.
—¿Y si utilizas esa técnica encima suyo? qui-quizá así puedas detenerlo hasta que lleguen los samurai...
De pronto, una joven de pelo plateado y ojos grisáceos llegó corriendo a la escena, vestía una especie de karategi blanco y parecía algo más alta que Daigo.
Se detuvo al lado de Koko y plantó una mano en su hombro temblorosa.
—N-no tendrán que esperar mas, chicos... la caballeria ha llegado.
Por la manera en la que le temblaba la voz cualquiera diría que no se trataba de nada más que una novata, pero lo cierto es que su físico decía todo lo contrario, pues parecía bastante fuerte físicamente.
Miró a Koko y le sonrió algo nerviosa.
—¿Ha quedado guay? A mi me pareció que sí —dijo en voz baja.
Caminó un par de pasos hacia Keisuke y Daigo mientras sacaba un pergamino del escote de su karategi.
—Bien chicos, apartad, yo... puedo encargarme de esto...
Daigo miró un segundo a Keisuke antes de apartarse. Ya había tenido suficiente y pensaba que ya era hora de dejarle esto a los profesionales.
...Creo...
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
—Koko! Sal de ahí!— Vociferé. —Ahora!— Ordené mientras movía mi mano en un movimiento ondeante hacia la posición que manteníamos Daigo y yo, "fuera del peligro" o por lo menos en una posición mejor. La fiera siguió luchando contra mi técnica y cada vez que las agujas penetraron su piel se veía más feroz, empezaba a dudar sí permanecería mucho más tiempo atrapada en aquella masa viscosa, no obstante, terminó por desistir al final y sentí cierto alivio en mi interior, pero no sabía cuanto tiempo podría durar.
—Sí ese león es capaz de usar ninjutsu no sé sí vuelva a caer en esta técnica... Pero puedo intentarlo— Añadí ante la propuesta del peliverde. Justo llevé mis manos a mi pecho y empecé a realizar una corta secuencia de sellos, pero me detuve en seco cuando miré una sombra acercarse y detenerse justo al lado de la rubia. "¿ahora qué?" Me dije con un poco de angustia ande la duda.
Miré con un poco de escepticismo la figura femenina, no porque fuese una mujer, sino porque aparentemente era una sola. —¿Solo vienes tú?— Manifesté dándole a entender que quizás su presencia no era suficiente. —El dueño del león está un poco más arriba y seguro ha de venir en camino, tratamos de no herirlo más que lo necesario.— Expliqué brevemente.
—Siendo así, lo dejamos en tus manos, como verás necesitamos llevar a mi compañero a un servicio médico lo antes posible.— Dije obviando aquel diminuto "creo" que escuché como un susurro. —Vamos, un poco más adelante podré aliviarte un poco.— Aseguré mientras me acercaba al herido y trataba de animarle a caminar en dirección al descenso; nos detendríamos en el interior de unas de las cuevas de la cordillera, sí nada nos detenía.
—Te haré un cabestrillo y anestesiaré tu brazo para que no te duela, ¿Entendido?— Expliqué esperando su aprobación, mis manos se moverían rápidamente a mi porta-objetos una vez él afirmase.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Koko estaba asustada y por eso no iba a darle ni la más mínima atención a Keisuke al momento en que le gritó que se moviera, ¿para qué hacerlo? No era él quien estaba cara a cara con semejante animalejo, estaba detrás, con una vista perfecta del culo.
La técnica del pelirrojo le dio de lleno a la bestia y quedó inmovilizada, justo para recibir un par de agujas que le enloquecerían y era bastante obvio que así pasaría, cualquiera se enojaría si le empiezan a practicar acupuntura sin autorización, pero dejando esos detalles a un lado, la rubia lentamente se fue levantando, aun con la piel de gallina y temblorosa cuando una mano se posó sobre su hombro y en consecuencia, el pecoso rostro de la chica se iluminó lleno de esperanza…
Que se esfumó tan pronto como escuchó a la recién llegada hablar.
«¿Guay? ¡Estás igual que yo! » Pensó sin pronunciar ni una sola palabra al respecto.
La dejó actuar, dejó que los otros dos hablaran e hicieran cuanto quisieran, pero por su parte no hizo absolutamente nada, les dejó a todos que hicieran lo que quisieran porque ella al menos no estaba en condiciones para hacer nada. Por un lado podría ir y ayudar a aquellos dos, por el otro no sentía que la de cabellos blancos fuese a hacer la gran cosa contra el animal, ya que parecía ser una especie de copia o hermana perdida de la propia Kageyama. Robusta, alta, dando cierta imagen imponente pero… Temblorosa, probablemente por falta de experiencia real.
Daigo siguió a Keisuke cuesta abajo un par de pasos, pero se detuvo a medio camino para acercarse a Koko.
—Gracias por no apartarte antes, en verdad pensé que iba a morir... —Confesó con un intento de sonrisa que, aunque sincera, había sido torcida por el dolor—. Creo que deberíamos de irnos ya, dudo que podamos ayudar mucho más...
Entonces, cuando Daigo se dispuso a seguir a Keisuke nuevamente, un chico se cruzó en su camino.
—Eh, ¿no son ustedes parte de los ninja que participarán en el torneo? ¿Qué hacen aquí?
Se trataba de un joven que apenas llegaba al metro sesenta con el pelo plateado y los ojos azules, vestía un uwagi parecido al de la chica, pero el suyo tenía las mangas recortadas y presentaba el kanji de león en el lado izquierdo del pecho. Además llevaba dos katana y dos wakizashi atadas al cinturón.
El chico se inclinó hacia un lado para poder ver tras los genin, si se daban la vuelta podrían ver a la chica de rodillas, jadeando frente a una especie de ataúd de tela.
—Debo darles las gracias, no podríamos haber llegado a tiempo de no ser por ustedes...
Luego de que el albino realizara un único sello manual, los genin empezaron a sentir como todo el miedo y el dolor que sentían fue sustituido por un profundo sentimiento de calma que los invadió hasta que finalmente cayeron dormidos entre plumas blancas.
—...Pero tendrán que disculparme, a Oyabun no le gustaría que dejásemos ningún cabo suelto.
...
Varias horas después cada uno de los genin despertó en un dojo en las afueras de sendoshi completamente vacío sin recordar nada de lo sucedido y con una botella de agua a su derecha.
Si Koko o Keisuke decidían salir, podrían verse entre sí y también podrían ver a Daigo, que estaba parado frente a un dojo con el nombre de Tora, con apariencia de no tener ni idea de donde estaba parado.
—Pero... ¿cómo demonios llegué aquí? —dijo para sí en voz baja.
Más allá de verse entre sí, los tres dojos y un camino que los llevaría hacia Sendoshi no podían ver nada remarcable en el lugar.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
—Eh, ¿no son ustedes parte de los ninja que participarán en el torneo? ¿Qué hacen aquí?
—Pues... Lancé una rápida mirada al león que ahora estaba entretenido con la chica, la respuesta era más que obvia. —Jugando un poco con el gatito.— Dije sin más mientras mis orbes detallaban la vestimenta del recién llegado, fue fácil deducir que era compañero de le femenina y que en breves minutos resolverían la situación o eso era lo que yo consideraba.
No obstante, lancé otra mirada fugaz a la bestia quien había sido reducida por una especie de ataúd de tela, y la chica se mostraba bastante cansada, agradecí no tener que seguir peleando contra el animal.
—Debo darles las gracias, no podríamos haber llegado a tiempo de no ser por ustedes...
—Supongo que no podíamos quedarnos con los brazos cruzados, no es nada...—
Repentinamente mis parpados empezaron a pesar más de lo normal, me costaba bastante mantenerlos abiertos, mi cuerpo se volvió ajeno y la sensación de miedo se esfumó, siendo intercambiada por cierta paz interior; poco a poco mi consciencia fue cediendo.
—...Pero tendrán que disculparme, a Oyabun no le gustaría que dejásemos ningún cabo suelto.
—¿Eh?— Escuché balbucear algunas palabras pero sin llegar a comprenderlas del todo, y luego todo se volvió totalmente negro.
...
El frío se adentraba por mis manos y pies y llegaba a todo mi cuerpo, erizando mi piel, el suelo era duro e incómodo, abrí mis ojos lentamente con cierta confusión ¿dónde estaba? Miré a mi alrededor y deduje rápidamente que me encontraba en el interior de una estancia, uno de los dojos pero me encontraba solo y con una botella de agua a mi lado. "¿Que hago aquí?"
No tardé en dirigirme a la puerta, con el pote con agua en mi derecha; afuera me encontré con un chico peliverde que se encontraba fuera de un dojo denominado Tora, y sí mis oídos no me engañaban parecía haber musitado cierta confusión sobre su actual ubicación.
—¿Sabes en que parte nos encontramos exactamente?— Pregunté al muchacho mientras mi mirada se perdía en dirección a Sendoshi, sinceramente no recordaba nada sobre como había llegado a aquel conjunto de dojos.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Koko no se sentía nada cómoda dejando a aquella chica sola contra semejante fiera y… Por suerte para todo el mundo se equivocó completamente, aunque no fue consciente de ello sino hasta que un segundo personaje hizo acto de presencia. Entonces pudo ver como el león había desaparecido de la nada y antes de decir nada…
—Sueño… —Murmuró sintiendo los párpados muy pesados.
A diferencia de otros shinobis, seguramente la pecosa podría decirse que cayó víctima de aquel genjutsu en un tiempo exageradamente corto, y es que la chica jamás supo nada de genjutsus y considerando su bajo coeficiente intelectual no podía plantarle cara a ese tipo de técnicas.
Fue así como pronto quedó dormida sobre la hierba y al momento de despertar, curiosamente se encontró en un lugar completamente distinto. Todo un dojo para ella y a su lado una botellita con agua que… Prefirió no tocar.
La Kageyama no demoró demasiado en levantarse aún algo perezosa y dirigirse a la salida, donde pudo ver a un pelirrojo y peli-verde que parecían entablar una conversación de la que no escuchó nada.
No había verdaderos motivos para que se estuviese allí, menos para acercarse a dos desconocidos y preguntar nada y siendo que podía ver perfectamente Sendoshi pues... Koko simplemente se dirigió hacía allí donde podría orientarse perfectamente para regresar a Nantōnoya. «¿Qué mierda pasó?»Se preguntaba a medida que caminaba, pues no recordaba absolutamente nada.