20/03/2020, 21:36
(Última modificación: 20/03/2020, 21:41 por King Roga. Editado 1 vez en total.)
El Valle de los Dojos, una ciudad estado independiente dentro del propio País del Fuego dónde los samurai mantenían la guardia ante la llegada los visitantes. Ante sus ojos quizá pasaría un dúo familiar de lo más extraño: La madre de ojos grandes y negro con cabellos brillantes en azul y mechas doradas, llenita, y portando una escoba que no había soltado en ningún momento, ni siquiera durante el trayecto en tren. Se había ataviado con un kimono celeste y obi marrón que buscaba atenuar el contraste de colores. Le acompañaba un mocoso con los mismos pelos de colores exagerados, añadiendo blanco a la mezcolanza. ¿Para qué describir sus pintas de maleante rockero? Basta con resumir como tanto los típicos habitantes de Sendoshi como los turistas volteaban a ver la misteriosa rama-instrumento que portaba con orgullo a sus espaldas.
—Lástima que papá y el abuelo no pudieron venir a verme — Se cruzó de brazos el joven.
La madre que parecía creer que lo más normal del mundo era cargar una escoba por todos lados sonrió.
—Aún con el tren Shishio-sama tiene muchos problemas para movilizarse, y Minamoto no puede dejar su trabajo de investigador. Ciertamente no sé quién terminará cuidando a quién — carcajeó. —Aunque creo que lo del abuelo fue puro pretexto para no venir a rendir cuentas con cierta gente del fuego — Hizo una mueca maligna.
—Los participantes de Amegakure tenemos aposentos por separado pero tú no podrás venir. Are you ok with that?
—¿Bromeas? No hay nada mejor que romper la rutina de una puta vez — Podías intuir de dónde iban saliendo las malas costumbres del hijo. —Quizá yo misma me anime a echarme una aventura personal, estoy fuera de forma desde hace mucho tiempo — Sacó el brazo y se llevó la mano al brazo contrario sacando músculo.
Los dos continuaban su trayecto mientras el genin iba arrastrando las maletas de ambos.
—A ver si cuando se te quite el óxido me das un duelo como Amenokami manda, que contra el abuelo es imposible.
—Hmmm, pues no lo había pensando — Se llevó la mano al mentón. —Igual, me atrevería a decir que tú me alcanzaste hace mucho. Ciertamente la única razón por la que no eres chunin es por tú jodida actitud de evitar misiones de Rango D. ¿Acaso crees que te va a caer el reconocimiento del cielo? Aunque quizá en este torneo te pueda caer una recomendación si logras destacar un poco.
El menor bufó y agachó la cabeza apretando los dientes.
—Are you kidding me? Han metido jōnin este año, la gente va a tener hype por ellos. Y realmente muchos acá no van a pelear en serio— resopló.
—¿Estás desanimado? ¿Qué mierda te pasa? Tú no eres así.
—Se supone que es mi oportunidad de brillar, pero entre todo este desastre político con Kusagakure realmente me desanima esto.
La mujer de pronto tomó al Yotsuki del cuello de su gabardina y acercó rostró al de él, quién sólo pudo soltar el equipaje sorprendido por el repentino gesto.
—¿Estás poniendo pretextos porque tienes miedo a fracasar ante alguien de más rango que tú?— Afiló la mirada. —Vas a salir a la plataforma, vas a partirle la madre a quién se te ponga enfrente y si no lo haces yo te voy a partir a ti—. Dijo en tono fuerte, al punto que muchos transeúntes voltearon a ver la escena.
Rōga suspiró y torció el gesto al lado.
—Estos días van a ser largos...
—Lástima que papá y el abuelo no pudieron venir a verme — Se cruzó de brazos el joven.
La madre que parecía creer que lo más normal del mundo era cargar una escoba por todos lados sonrió.
—Aún con el tren Shishio-sama tiene muchos problemas para movilizarse, y Minamoto no puede dejar su trabajo de investigador. Ciertamente no sé quién terminará cuidando a quién — carcajeó. —Aunque creo que lo del abuelo fue puro pretexto para no venir a rendir cuentas con cierta gente del fuego — Hizo una mueca maligna.
—Los participantes de Amegakure tenemos aposentos por separado pero tú no podrás venir. Are you ok with that?
—¿Bromeas? No hay nada mejor que romper la rutina de una puta vez — Podías intuir de dónde iban saliendo las malas costumbres del hijo. —Quizá yo misma me anime a echarme una aventura personal, estoy fuera de forma desde hace mucho tiempo — Sacó el brazo y se llevó la mano al brazo contrario sacando músculo.
Los dos continuaban su trayecto mientras el genin iba arrastrando las maletas de ambos.
—A ver si cuando se te quite el óxido me das un duelo como Amenokami manda, que contra el abuelo es imposible.
—Hmmm, pues no lo había pensando — Se llevó la mano al mentón. —Igual, me atrevería a decir que tú me alcanzaste hace mucho. Ciertamente la única razón por la que no eres chunin es por tú jodida actitud de evitar misiones de Rango D. ¿Acaso crees que te va a caer el reconocimiento del cielo? Aunque quizá en este torneo te pueda caer una recomendación si logras destacar un poco.
El menor bufó y agachó la cabeza apretando los dientes.
—Are you kidding me? Han metido jōnin este año, la gente va a tener hype por ellos. Y realmente muchos acá no van a pelear en serio— resopló.
—¿Estás desanimado? ¿Qué mierda te pasa? Tú no eres así.
—Se supone que es mi oportunidad de brillar, pero entre todo este desastre político con Kusagakure realmente me desanima esto.
La mujer de pronto tomó al Yotsuki del cuello de su gabardina y acercó rostró al de él, quién sólo pudo soltar el equipaje sorprendido por el repentino gesto.
—¿Estás poniendo pretextos porque tienes miedo a fracasar ante alguien de más rango que tú?— Afiló la mirada. —Vas a salir a la plataforma, vas a partirle la madre a quién se te ponga enfrente y si no lo haces yo te voy a partir a ti—. Dijo en tono fuerte, al punto que muchos transeúntes voltearon a ver la escena.
Rōga suspiró y torció el gesto al lado.
—Estos días van a ser largos...