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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
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El sol comenzaba a asomarse en el horizonte, y todos los miembros del clan Hyuga comenzaban a hacer sus quehaceres diarios, como era de costumbre cosa que incluía a Hazegawa en tales actividades, desde muy temprano a la par que el sol se asomaba la mayoría del clan solía tomar el té en cada una de sus casas, Haze aquella mañana hacia lo propio y aprovechaba para desayunar.

La noche anterior, uno de los mensajeros de la villa dejo un rollo del edificio de uzukage para Haze, el mensaje paso desapercibido, hasta que el tío de hazegawa reparte el correo mientras todos toman el té, haze al abrirlo y ver su contenido por poco se atraganta con el pan que tenía en la boca.

Hm, La academia de las olas…, dentro de un par de horas— Dijo haze, terminando de masticar el pan y dando un sorbo de té, acabo el desayuno y le comunico a su tío a donde iría mostrándole el rollo y su contenido, a lo cual no hubo mayor inconveniente.

En un abrir y cerrar de ojos, se preparó para ir a lo que él pensaba sería una misión, escogió un atuendo ligero, una camisa oscura sobre la malla que solía usar para entrenar, un mono simple de color azul oscuro, con el porta objetos sujeto a la rodilla derecha, vendo sus brazos hasta un poco más debajo de los codos, igualmente hizo con sus tobillos y se dispuso a marchar.

De camino a la academia de las olas, paso por algo de dulce de cerezo el cual guardo en su porta objetos, si tenía suerte y si llegaba de primero podría comerlo en la academia.

Al llegar a la academia, junto a la que fue la secretaria durante sus años de aprendiz de la academia estaba junto a un sujeto con una figura bastante musculosa, vestía el atuendo típico de jounin, una cicatriz le cruzaba el rostro y portaba la bandana en su frente, haze no dudo en acercarse a mostrarle el rollo.

Mientras aquel ninja leía el rollo, haze me imaginaba que ese sería su sensei —Si este sujeto será el sensei de mi equipo, se ve fuerte! — Pero todo se le desmoronaría, cuando escucho al sujeto responderle con respecto al rollo.

Muchacho, tu sensei te espera en el aula 9— Dijo cortésmente y le devolvió el rollo, volviéndose hacia la secretaria con la que mantenía una conversación de ligue.

Haze tomo el rollo, y tras asentir cordialmente se encamino hacia el aula 9, pasando por algunas aulas en las se estaban instruyendo alguno que otro estudiante en temas básicos, no pudo evitar esbozar levemente una sonrisa, recordó uno que otro momento en sus días de academia.

Hasta llegar a la puerta del aula 9 y sin prisa se dispuso a entrar empujando de la puerta levemente, al entrar el aula estaba desierta y una kunoichi yacía sentada en el escritorio donde suele sentarse el profesor de turno, de cabellos rojos hasta la cintura y figura delineada, plana de pechos y con unos anteojos bastante grandes, leía lo que parecía ser un librito pequeño.

¡Hola! Buenos días… me han asignado, venir a esta aula— Dijo el joven gennin, al cruzar la puerta, su saludo fue de improvisto pues pensó que habría más personas en la habitación.

¡Que! Oh! Haaaaa! — Aquella Kunoichi, estaba concentrada en su lectura por lo que al escuchar aquello, se sorprendió echando su espalda hacia atrás y por consiguiente cayendo con silla y todo, el estruendo causado se escuchó por toda el aula.

Haze no pudo evitar sentir aquella vergüenza tan grande — No lo puedo creer, si esta es mi sensei…no quiero saber quiénes serán mis compañeros— Pensó, fugazmente a lo que se acercaba a la carrera a auxiliar a aquella kunoichi tras el escritorio, agachándose para ayudarle quedando ambos en una situación bastante bochornosa visto desde fuera del escritorio, por suerte no había nadie más en el aula.
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#2
- ¡Kaiteeeeeen! ¡Kaiteeeeeeeeeeeeeeen! – Gritaba su madre desde el pasillo.

Pero Kaiten estaba como un tronco, era ya casi medio día y aunque se le daba fatal madrugar ya era más tarde de su hora habitual.

- ¡Kaiteeeeeeeeeeeeeeeeeen! ¡Es importanteeeeeeeeeee! – Continuó su madre.

Al escuchar eso salió de la cama con calma, se puso sus zapatillas de estar por casa y aún con lagañas bajó las escaleras. Aquella noche la pasó en casa de sus padres, la noche anterior hubo juerga familiar y le dio pereza volver a su pequeño apartamento en el centro de la villa. Su madre le esperaba en el recibidor, acababa de cerrar la puerta de la calle.

- Toma, un vecino de tu apartamento en el centro de la villa ha traído esto muy amablemente, dice que cree ser importante, lo dejaron ayer en tu puerta.

Kaiten sintió algo de sorpresa, había llegado lo que tanto tiempo había esperado. Era un rollo para él, de la academia de Uzushiogakure. Se imaginaba lo que podía contener, alguna misión u orden de la academia de las que se les daba a los ninjas de verdad, a los graduados. Al fin iba a ejercer como tal. Le daba igual que fuese, solo quería… Quería abrir el maldito envoltorio... ¡El envoltorio no se abría! Ni corto ni perezoso abrió la boca y como si de un bocadillo se tratase lo arrancó de un tirón de sus poderosas mandíbulas.

- Ups… - se encojió, había arrancado un cacho de papel del rollo también… - ¡Es que sin desayunar no se pueden hacer las cosas bien!

Se alivió más cuando al desplegarlo vio que no había roto ninguna parte con letra, solo faltaba un trozo de media luna en un lateral, menos mal. Con ganas de leerlo, y ahora hambre también, fue directo al apartado de ordenes: “Presentarse a la una en punto en la academia de las olas con el rollo como demostrante y atuendo ninja.” Vaya... no indicaba nada más, le supo a tan poco que se hizo un desayuno de campeonato, se preparó bien aunque sin pausa, pues como se había levantado más tarde de lo normal, siendo lo normal ya tarde de por sí, tenía el tiempo justo para llegar.

Las sobras de la noche anterior, un buen tazón de leche con cacao y cereales, lo mezcló todo y para adentro. Luego subió, se aseó la cara, los dientes, se peinó y abrió su armario. Llevaba tiempo con la muda que se iba a poner preparada para una misión, por si lo llamaban como ese día estaba pasando. El chaleco, los pantalones, todo se lo puso y ajustó de forma decidida. Se despidió de su madre (su padre aun dormía) y salió por la puerta lo más rápido que pudo, pues aunque le quedase tiempo, andar rápido no era su fuerte.

Llegó, al fin. Subió las escaleras algo acalorado por el sol de la calle y se encontró a una mujer que seguro era la secretaria, no hizo más que el amago de entregarle su rollo cuando ella le señalo una dirección al interior del edificio.

Aula nueve, te espera un compañero y tu sensei. – Dijo la mujer con un tono amable y como si supiese lo que el muchacho le iba a pedir.

Kaiten sin sorprenderse por tal anticipación, pero si agradecido por la amabilidad contestó con un – Gracias- Y se dirigió a la puerta indicada.

Detrás de la puerta entreabierta se escuchaban voces, tocó un poco con los nudillos y la abrió para pasar. Había un muchacho muy cercano a su edad, parecía uno de sus compañeros y a su lado la que supuso seria su sensei, una chica que estaba recogiendo una silla tumbada en el suelo. Se dirigió a ellos.

- ¡Hola, soy Kaiten!
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#3
- ¡Hola, soy Kaiten!

Mientras ayudaba a la Kunoichi a reincorporarse, escucho la voz de otro joven quizás de su misma edad, se puso de pie rápidamente haciendo una leve reverencia hacia la persona que acababa de llegar, trato de tener un tono serio y calmado, después de todas las primeras impresiones son importantes—

Hola, soy Hyuga Hazegawa, es un placer conocerle — Dijo, mientras detallaba rápidamente al recién llegado, sin darse cuenta Haze se había apoyado sobre el dulce de cerezo que llevaba en el porta objetos de su rodilla, el cual comenzó a gotear y por consiguiente a caer en el suelo, aquel liquido espeso de color violeta.

¿También te han citado a esta aula? — Dijo Haze rascándose un poco la cabeza.

¿Bueno…Akimichi Kaiten no? — Dijo, la Kunoichi de cabellos largos y rojizos, mientras ojeaba un papel que tomaba del escritorio, aquel librillo que sostenía hace minutos se había metido bajo el escritorio, por lo que de momento se le había escapado de la vista.

¿Les molestaría esperar unos cinco minutos más? Creo…que me falta uno, no estoy segura. — Alego mientras, con el dedo índice se empujaba las gafas para poder ver mejor.

¿Cree?... ¡Pero qué clase de sensei tenemos! — Pensó Haze quien la miro tras decir eso, un poco consternado ya con la que sería su supuesta sensei— Me ha tocado con la sensei despistada y el gordo… — Pensó y alterno la mirada entre ambos, entre la pelirroja y Kaiten.

Por mí no hay problema — Expreso haze, quien se encamino a cerrar la puerta que había quedado entre abierta.

Bien, bueno…lo dicho, esperemos a ver si viene alguien más y comenzamos, sé que se llevaran bien… ¡puedo verlo en vuestros ojos! — Se podía notar la emoción en las palabras de la Kunoichi, quien esbozo una sonrisa para ambos, dando un saltito y quedando sentada en el escritorio de piernas cruzadas.
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#4
El sol no era más que reflejo en las agitadas aguas del mar. Kondor había madrugado, o lo que el resto de mortales entiende por madrugar. Para él era una rutina, en su reloj interno, aquella era la hora correcta para comenzar el día. Al menos si se quiere desayunar algo recién pescado.

Se había dirigido a las costas de Uzushiogakure. Había perdido la cuenta de las veces que su instinto le había llevado allí, y por lo tanto, ya tenía un sitio preferido para la pesca de su alimento matutino. Con la costumbre ya cogida, Kondor se acercó a una cala tranquila y con delicadeza, extrajo uno de los huesos de su brazo de forma que le sirviera de lanza improvisada. Con paciencia, esperó a localizar los peces y se introdujo en el agua, lo suficientemente cerca como para que los peces pudieran acercarse pero no lo bastante como para que salieran huyendo.

Una vez dentro esperó, se concentró y relajo sus constantes vitales. Kondor sabía que tu energía, tu estado de animo y otras variantes podían influir en los seres de alrededor, y no quería ahuyentar a su desayuno. Poco a poco algún que otro pez, curioso, se aventuraba hacia Kondor para determinar si había algo en el de lo que pudiera alimentarse. Con la paciencia de un cazador experimentado, el muchacho esperó el momento justo, eligió a su presa, y con un rápido movimiento, descargó la lanzada.

Mientras daba buena cuenta de su desayuno, el joven y novato shinobi recordó que esa misma mañana tenía que presentarse en la Academia de las Olas. La noche anterior, un shinobi al servicio del Uzukage le trajo un rollo de pergamino y le explicó que debía presentarse allí a la hora indicada.

A Kondor se le hacía difícil adaptarse a las extrañas costumbres de la civilización. Una de esas cosas eran lo que llamaban horario. El chico no entendía de horas, minutos y segundos, el solo medía el tiempo con la posición del sol, y poco a poco se iba acostumbrando, comparando la posición del astro rey con la hora que le determinaba el resto de la población.

Después del desayuno y del ejercicio matutino, y con el sol ya lo suficientemente alto como para indicarle a Kondor que tenía que apresurarse para su cita, el muchacho se enfundó su chaleco rojo y aseguró su bandana en el cuello. Teniendo todo listo se dirigió a la Academia raudo como una flecha.

Al llegar, subió con paso decidido las escaleras de la Academia y una kunoichi le miró extrañada por su apariencia.

- Debes dirigirte al aula 9, chico - le indicó sin separar la vista del rollo que Kondor le había entregado. La secretaria le examinó de arriba a abajo, disimuladamente mientras cerraba el rollo. A Kondor no se le escapó este gesto. El lenguaje corporal era lo que mejor podía interpretar, a diferencia del lenguaje escrito, con el que todavía no estaba tan familiarizado.

A pesar de eso entró en la Academia y recordó la rápida lección sobre los números que le habían enseñado hace unos días los profesores de la misma Academia. Kondor sabía interpretar los números y hasta conocía el orden, pero tardó un poco más de la cuenta en encontrar el aula que buscaba.

Llegó justo cuando estaban cerrando la puerta. Interpretó esto como una mala señal, no quería llegar tarde a aquella cita, pero aun no dominaba las horas como era debido. Kondor agarró el picaporte y entró en el aula.

Dentro ya había dos jovenes como él y una extraña kunoichi que se le quedaron mirando. Kondor no conocía la vergüenza, así que se limitó a hacer lo que le habían enseñado como normal social en esos casos: Realizó una leve reverencia y con dificultad y un extraño acento que denotaba que aún no dominaba el idioma con facilidad dijo:

- Buennno díasss
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#5
Buennno diasss — Hazegawa que estaba por cerrar la puerta, lo miro extrañado y cerró la puerta una vez aquel joven estaba dentro.

Alzo la mano y dijo.

¡Sensei! Creo que ya estamos todos. — Dijo desde la puerta, y se acercó al escritorio donde Kaiten y la kunoichi yacían, sin mirar si aquel muchacho le había seguido siquiera.

Una vez estuvo reunido con los demás, la kunoichi se aclaró la garganta y repaso unos papeles que tenía en el escritorio antes de comenzar con la charla, —A ver, Akimichi…Hyuga, y ¿Kaguya? — Repaso al chico más reciente con la mirada, se ajustó las gafas y volvió a mirarlo.

Bueno, chicos acercaos y comencemos — Hizo una breve pausa, para acicalarse un poco, su cabello rojizo hasta la cintura era uno de sus aspectos más destacables, el tamaño de sus gafas era ligeramente más grande a la medida, pero tras aquello un bello rostro se ocultaba, de piel caucásica con una que otra peca en las mejillas.

De figura delgada con ciertas curvaturas pero no mucha, plana de pechos y de más de un metro setenta de estatura, era una persona bastante adorable si se le veía de cerca.

Yo soy Katsura Uzumaki, y seré vuestra sensei… — echo un ojazo a una serie de tarjetillas que tenía en el bolsillo, rápidamente dándoles la espalda al trio de jóvenes y tras leer algunas, volvió y prosiguió — Estoy emocionada de conocerles a todos ya cada uno de ustedes, mi labor será guiarles y enseñarles durante un tiempo, la meta es llegar a shunin, ¿no muchachos? — Katsura, les dijo amablemente y acabo con una sonrisa autentica, realmente le emocionaba estar ahí, cierto nerviosismo y alegría se podía entrever en su tono, además de su torpeza habitual.

Ahora, como acabo de hacer…quiero que se presenten, digan sus nombres, que edad tienen y cuál es su meta de toda la vida, sé que es algo tedioso…pero es para ir conociéndonos mejor, cuando terminemos saldremos del aula. — Finalizo a decir, de forma amable alternando la mirada entre los tres jóvenes.

Hazegawa alterno la mirada entre sus compañeros estando de brazos cruzados, y alzo la mano — Yo comenzare. —Dijo sin más, y dio un paso adelante, — Hola a todos, yo soy Hyuga Hazegawa, tengo 16 años y mi meta es liderar a mi clan algún día, y proteger mi aldea hasta el fin de mis días.
Tras decir aquello, breve pero conciso volvió a su posición anterior de brazos.

Bien, esplendido Hazegawa… — Dijo, anotando una que otra cosilla en las tarjetillas, — ¿Quién le sigue? —Dijo, alternando la mirada entre Kaiten y el nuevo.
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#6
- Hola sensei y compañeros, mi nombre es Akimichi Kaiten, tengo 15 años y estoy ansioso por dar lo mejor de mi después de mucho y duro trabajo para graduarme, cosa que hice hace poquísimo. Mi sueño… - Kaiten se quedó embobado, no se había fijado en su sensei hasta ese momento, ahora que estaba más cerca de ella. Normalmente se quedaba tonto mirando las nubes, o como se hacían las patatas en el fuego, pero algo sintió al ver a su sensei. Le resultó… algo especial, aunque un poco despistada talvez por lo que había visto hasta el momento, pero bueno, solo había que mirarle a él, un pleno despistado con cualquier cosa.

- ¿Kaiten? – Dijo Katsura, despertándolo de su encantamiento. ¿Cuánto rato llevaba con esa cara de lerdo sin haber acabado la frase que había empezado antes?

- ¡Joder Kaiten, reacciona! ¡Que hoy es un día importante y has de causar buena impresión! – Pensó para él. - ¡Sí! ¡Mi sueño es que llegue la hora de comer! Digo de cenar, digo… ¡SER UN NINJA COMO LO FUE MI PADRE! ¡Honesto, leal y realizar mi trabajo para proteger al débil contra el fuerte! – Afirmó al fin con voz clara. Que tonto estaba, era ya más de lo normal.

Para cuando acabó notó que Katsura le había devuelto una sonrisa a modo de respuesta, como comprendiendo su nerviosismo.

- Muy bien Kaiten, y tranquilo que hasta los ninjas tenemos nuestros horarios para comer. – Respondió ella.

Eso ya lo tranquilizó más después del lío que se había hecho. Excepto que notaba algo. Giró su cabeza hacia los lados y sus dos compañeros tenían los ojos como platos e incluso algo de expresión en sus caras de haberse reído por lo anteriormente dicho. Meh, solo había sido un lapsus, seguro que se caerían bien a medida que se conocieran, alomejor ni siquiera se habrían fijado en que era un poco gordo, seguro que eran buenos chicos. Almenos de la sensei sí que estaba seguro de que le había mostrado bien como era él, eso le agradaba. Y ahora que ya conocía a Hazegawa porque se había presentado, y además había tenido más tiempo para observarlo al llegar, solo tenía curiosidad por saber del otro muchacho, quien apenas había hecho que aparecer.

- Y tú eres el ultimo que queda, cuéntanos. – Dijo Katsura dirigiendo la mirada al último en llegar, todos teníamos curiosidad. Además Kaiten tenía hambre y empezó a sentir sonidos en el estómago así que incitó con la mirada él también al tercero para que se apresurara.
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#7
Los otros dos jóvenes que había allí eran muy distintos, por una parte un chico parecido a él, salvo por la piel, blanquecina en exceso para Kondor y unos ojos igual de blancos carentes de pupila. Aquel detalle extrañó al salvaje, pero desde que había conocido a la civilización, no dejaba de sorprenderse.

El otro chico era bastante más voluminoso que sus otros compañeros. Llevaba uno de esos curiosos alambres con cristales que lucían una pequeña parte de los aldeanos, en este caso su profesora. Kondor se preguntó si toda aquella masa que poseía el chico gordo era representación física de su fuerza. El joven había aprendido a no subestimar a sus contendientes, sobre todo si eran el doble de grandes que él.

Observó detenidamente como se presentaban cada uno de ellos, le serviría para aprender. Kondor siempre hablaba poco, le parecía una perdida de tiempo adornar lo que tenía que decir. Además no se le daba del todo bien hablar el idioma de la civilización.

El chico de ojos blancos se presentó como Hazegawa y manifestó su sueño: liderar su clan. Kondor sabía que un clan era como una manada grande, una "familia" como lo llamaban los humanos. Era un sueño noble, proteger la manada es algo básico en la naturaleza. El otro chico vaciló un poco a la hora de responder y se puso nervioso. Kondor no lo notó por la situación, si no por su lenguaje corporal. Su sueño, aparte de alimentarse, algo en lo que el salvaje estaba de acuerdo en que era vital; era ser un ninja igual que su padre.

El indómito joven sintió pena por si mismo. Los sueños de sus compañeros tenían un fundamento y una razón de ser. Kondor no sabía cual era su sueño. ¿A dónde iba? ¿De dónde venía? No conocía las respuestas y aquello le hacía sentir vacío.

Quizá... quizá ese sea mi sueño -pensó el chico. Pero plasmarlo con palabras iba a ser un problema. Rápidamente, Kondor pensó en palabras similares a las ideas que tenía en la cabeza. Era consciente de que había pasado un largo silencio desde que la profesora le había pedido que participara. Los silencios no parecían estar bien vistos en la sociedad, así que se apresuró:

- Yo... Konnnndoriano -dijo mientras se palmeaba el pecho con la mano izquierda- Sueño serrrr... Buskar ennn pasado, tennnner futuro

Tras unos segundos de silencio, Kondor creyó oportuno aclarar sus origenes, y antes de que nadie pudiera decir nada, añadió:

- Yo nnnacer ennn desierto. Konocerrr humannnos poko... Padressss tampoko.
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#8
¡NO PUEDO CREERLO!...me-¡me ha tocao con el gordo y el salvaje! — Pensó Hazegawa tras escuchar con atención la presentación del Kaguya, que grupo más variopinto y a pesar de todo se veían simpáticos, Haze noto que de su guarda objetos el dulce al parecer comenzaba a gotear líquido, pero lo cierto era que había perdido el apetito.

Haze se acercó a Kaiten y le ofreció el envase con el dulce dentro, tras escuchar su presentación pensó que quizás así aplacaría un poco su hambre, y así se centraría mas en lo que los había llevado a esa aula ese día.

Kaiten, toma yo no tengo mucho apetito en este momento— Dijo haze, extendiéndole el envase y volviendo la atención a su sensei.

¡Bueno, Ahora que ya nos conocemos mejor! —Dijo Katsura, acomodándose los lentes nuevamente con uno de sus dedos, y rápidamente reviso uno de los papeles de su escritorio, —sí, bueno esto…ah! Si, debemos ir al patio un momento. — Dijo señalando la puerta, mientras ordenaba sus cosas para no dejar el escritorio hecho un desastre.

Como su sensei, debo saber cuáles son vuestras fortalezas y debilidades, para así desarrollar un mejor trabajo en equipo— Dijo tratando de inculcarles algo de ánimo— Por cierto, a partir de ahora somos el equipo nueve! Aunque podemos cambiar el nombre si quieren. — Señalo, asintiendo varias veces, y tras pensarlo por un momento— Que tal les parecer…el equipo Kondo-Kai-ga! — Tras decir aquello, esbozo una amplia sonrisa alternando la mirada entre los tres.

Yo lo veo bien como esta…déjalo así— Dijo con bastante premura haze, sonriéndole mientras siguió a la sensei hacia el patio de la academia.

Lo que haremos aquí es muy sencillo, pues para probar vuestras habilidades no hay nada mejor que lo hagáis entre ustedes tres, así yo os evaluare desde aquí— Dijo sonriente, mientras sostenía una tabla de apoyo con un boli.

El grupo se había movilizado al patio donde una serie de peleles de entrenamientos los esperaba, Katsura señalo los peleles antes de acomodarse las gafas —Quiero que ataquen a los peleles de entrenamiento, luego os mediréis entre ustedes.

Pero por ahora, ir con los peleles— Dijo de forma amable, pegando la tabla contra su pecho.
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#9
"La dialéctica de el tal Kondoriano era un poco… rara. Aunque su sueño quedó muy épico, al igual que el de Hazegawa" Kaiten había quedado un poco palurdo al conocer las ideas del resto y al haberse liado en su turno, pero bueno, como ya había pensado, parece que la sensei era maja.

"¿El jardín? ¡Ui!" A Kaiten le vino un pensamiento muy repentino a la cabeza, la imagen del jardín de los cerezos de su ciudad. No hizo más que pensarlo cuando Hazegawa le estaba empezando a abrir la boca para dirijirse a él.

- Kaiten, toma yo no tengo mucho apetito en este momento - Dijo Hazegawa.

- ¡Ohhh! – Abriendo Kaiten abrió los ojos como platos al ver las cerezas. – ¡Gracias! – Y con el olorcillo que alimentaba se las comió apenas sin saborear, ya estaban un poco calentonas y todo, pero daba igual.

En seguida su sensei les indicó para ir al patio, donde llegaría al parecer la primera prueba para ver lo que ella dijo como puntos fuertes y débiles, que luego ayudarían al equipo. Además de comunicarles a los tres chicos el nombre del equipo, el nueve, aunque propuso alguno más con un juego de palabras al que Kaiten hizo silencio por timidez a dar una negativa o una positiva que desagradasen al resto.

Kaiten siguió a sus compañeros hacia dicho patio, más tranquilo al conocer el ambiente en el que se iba a mover y el tentempié que se había comido. Tenía algo de yuyu, no de nerviosismo, pero si una intranquilidad de desconocimiento en la cabeza al pensar que a lo mejor se enfrentaría a sus nuevos compañeros, por supuesto no en nada serio, después de todo era el primer día, pero para ver dichos pros y contras. Al llegar al patio Katsura les dijo que primero y así también lo prefería el deberían pegarse con unos peleles que ya estaban preparados ahí para ellos.

Uhh ¿Quién será el primero en empezar? Pon cara de no haber roto un plato para no serlo Kaiten.” Pensó muy tímido como de costumbre para el mismo.

Aunque al mismo tiempo sereno, se preparó en su interior por si era necesario demostrar quién era,y quien sabe si demostrar alguna de sus habilidades. Cerró los ojos y empezó a ponerse serio, muy serio.
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#10
Tras las presentaciones, su nueva profesora les informó que debía conocer sus fortalezas y debilidades. Para ello tenían que ir al patio. Por el camino, el chico de los ojos blancos le ofreció comida al chico más gordito.

Parece que tiene iniciativa, y vela por el resto de su manada -pensó el salvaje mientras observaba a Hazegawa- Quizá quiera destacarse como el alfa de esta nueva manada. No tengo problema, siempre que demuestre ser un buen lider.

Para Kondor, que entendía las relaciones sociales de una forma muy primaria, aquello comenzaba a tomar forma. Sin embargo, sabía que su interpretación del mundo era bastante diferente de la del resto de las personas civilizadas. Por ello ahora dudaba sobre si debía repetir el gesto del ojiblanco para demostrar que él también deseaba implicarse en esta nueva familia. Por suerte lo dejó estar.

Una vez en el patio, Katsura les ordenó atacar a los peleles. Seguramente para medir su fuerza. Ninguno de los chicos parecía decidirse a comenzar. Así que Kondor dio un paso al frente y se colocó delante de los peleles. Quizá así se rompiera el hielo y a los demás les sería mas fácil avanzar con el entrenamiento.

El salvaje miró, ligeramente dubitativo, a su sensei. La sangre comenzaba a fluir de forma más intensa por su cuerpo, se le aceleró ligeramente la respiración y sus pulsaciones, y poco a poco, concentró chakra en sus nudillos. Los huesos de los mismos comenzaron a hincharse, hasta empezar a adquirir la apariencia de mitones. Cuando la piel no aguantó más la tensión se desgarró. Unos finos hilillos calientes de color carmesí bañaron los puños cerrados de Kondor, y la piel rasgada dejó entrever el color marfil de aquellas agujas bañadas en sangre. Parecía mas espectacular de lo que era realmente, ya que Kondor ni siquiera notó el corte y la hemorragia cesó al momento.

Una vez preparado, flexionó las rodillas, giró su cuerpo para coger la mayor inercia posible y, con un potente movimiento de cadera, descargó un severo puñetazo a aquella figura de madera. El violento golpe hizo temblar ligeramente al pelele. Pero por lo demás, aparte de haber arrancado unas pocas astillas por culpa de los mitones, el muñeco no parecía sufrir graves daños.

Kondor se giró de nuevo hacia la kunoichi, esperando su aprobación o alguna otra orden mientras se frotaba sus puños tras haber retraido los mitones.


¤ Control de los Huesos
- Requisitos: Kaguya 10
Los miembros del clan Kaguya poseen una extraña línea de sangre que le permiten hacer crecer sus huesos para defender hasta 8 PV de Taijutsu y aumentar su daño cuerpo a cuerpo haciendo crecer sus nudillos en 4 PV. El jugador, además, será capaz de regenerar sus huesos y repararlos completamente.
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#11
¡Fantástico! — Dijo Katsura, la cual en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba al lado de Kaguya, dándole un par de palmadas en el hombro. — Lo has hecho estupendo, veo eres más de impacto que otra cosa, ¡Interesante! — Tras dedicarle unas palabrillas, procedió a anotar un par de cosillas en la tabla de apoyo que tenía entre manos, esperando que pasara el siguiente, pegando la tablilla de sus poco pronunciados pechos.

Iré yo — Dijo el Hyuga, alzando su mano y moviendo un poco el cuello antes de comenzar, tras divisar el pelele al cual atacaría, se lanzó a por el corriendo hacia el cómo todo ninja lo haría con los brazos hacia atrás, estando a tan solo la mitad de distancia comenzó a hacer los respectivos sellos.

Liebre → Perro → Jabalí → Buey → Rata — Dijo en voz baja, mientras concentraba el chakra en sus manos, cuando llego al pelele desato una serie de golpes con el estilo característico de los Hyuga con la palma abierta, aunque lo normal es no tocar al enemigo, esta vez lo hizo dado que no estaba usando el juken por completo, logro asestar ocho golpes de palma abierta antes de separarse del pelele, el cual quedo electrificado durante unos instantes antes de disiparse la energía.

Haze quedo en la posición de combate predeterminada que le habían enseñado desde que era un crio, para luego llevárselas tras la nuca viendo a su sensei, la cual apareció tras el Hyuga con aquella impresionante velocidad nuevamente.
¡Excelente trabajo! Combinar Ninjutsu elemental con algunos golpes bien dados, me da eres de esos estrategas — Dijo Katsura para acto seguido anotar algunas cosas en su tablilla, bastante complacida con lo que había visto.

Hazegawa volvió con los demás chicos, más específicamente con Kaguya ya que este también había terminado de enseñarle sus movimientos a la sensei.

¡Kaiten! …¡Te toca! — Dijo desde el otro lado alzando la mano para llamar su atención.
La verdad no sé qué tipo de técnica usara, pero me causa curiosidad — Dijo haze a Kaguya esperando le dijera o compartiera su opinión.


••••••
• PV:

90/90



• CK:

78/90





¤ Raiton: Kangekiha
¤ Elemento Rayo: Ola de Inspiración
- Tipo: Ofensivo
- Rango: C
- Requisitos: Raiton 10
- Gastos:
  • 12 CK
  • (Raiton 20) (multiplicable x2)
  • (Raiton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV
- Efectos adicionales: -
- Sellos: Liebre Perro → Jabalí → Buey → Rata
- Velocidad: Muy rápida
- Alcance y dimensiones:
  • La ráfaga de electricidad abarca 1'5 metros y avanza 3 metros (mutiplicado x1)
  • La ráfaga de electricidad abarca 2'5 metros y avanza 5 metros (mutiplicado x2)
  • La ráfaga de electricidad abarca 4 metros y avanza 8 metros (mutiplicado x3)
El ejecutor genera desde sus manos una conjunción de descargas eléctricas que viajan e impactan al objetivo al unísono. El poder de la técnica puede variar mucho, dependiendo del chakra utilizado por el ninja. Puede utilizarse junto a técnicas Suiton para aumentar su potencia.

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#12
Abrió los ojos un momento, parecía que Kondoriano iba a ser el primero. Y sin decir nada más desgarró sus huesos de las manos y con un rápido golpe atacó al pelele con ellos.

Después Hazegawa pasó al ataque, el chico que tan amablemente le dio las cerezas antes, ahora atacaba al pelele con una combinación de golpes electrificados, dejando entrever así su elemento.

Las técnicas y habilidades de sus compañeros eran bastante impresionantes. Ahora sabia más o menos de donde provenían cada uno. Kondor provenía al parecer del clan Kaguya y utilizaba sus huesos como arma y suponía también para cualquier otra cosa que necesitase. Puede que diera un poco de grima pero a Kaiten lejos de eso le gustó viendo el color de los huesos y el estallido de la sangre salir de aquella manera. Por otro lado, Haze utilizo el Raiton en su ataque, cosa interesante pues es un gran aliado con el elemento de Kaiten, el Suiton; eso le emocionó para hacer posibles combinaciones en un futuro.

- ¡Kaiten! …¡Te toca! – Le dijo su sensei.

Ups, otra vez en el mundo de arco iris.” Y volvió a poner cara de concentración.

Quería mostrar algo que usase y le caracterizase, su ninjutsu elemental aún no estaba muy desarrollado, por lo que optó por la fuerza combinada con su técnica de clan. Se acercó andando al pelele, ni muy deprisa ni muy lento. Poco a poco empezó a hinchársele el brazo derecho y parte del hombro a medida que hacia los sellos con la mano de ese mismo brazo, aplicando su técnica de tamaño múltiple y adquiriendo una voluminosidad desorbitante en comparación al resto del cuerpo. Para cuando estuvo en frente cogió un poco de balanceo con su cuerpo hacia atrás, armando el enorme brazo que podía soportar gracias a su peso corporal y fuerza. Este quedó en forma de L con el puño hacia arriba. Con un gruñido de esfuerzo asestó en la parte superior del pelele un puñetazo haciendo una trayectoria de gancho por encima de su cabeza mientras descargaba todo sobre él como si de hundir un clavo en la tierra se tratase.

- Uf, bueno, ya está. – Dijo mientras devolvía su brazo a su tamaño original.

Y se dio la vuelta con cara de bonachón como si no hubiese matado una mosca a esperar la respuesta de su sensei. Esperaba haber estado a la altura.


ESTADO DE AKIMICHI KAITEN


PV:

130/130



CK:

68/80

-12



¤ Shinobi Kumite
- Requisitos: Taijutsu 10
En todas las academias ninja enseñan el arte de la lucha ninja, o Shinobi Kumite. Todo aquél que no posea esta habilidad, sabrá dar un puñetazo, pero no sabrá cómo darlo, y todos sus golpes restarán 5 PV, sin ningún tipo de bonificación. Sin embargo, y para los ninjas que han recibido entrenamiento:

· Puñetazo: 12 PV + (30/10) = 15

¤ Baika no Jutsu
¤ Técnica de Tamaño Múltiple
- Tipo: Ofensivo
- Rango: D
- Requisitos: Akimichi 10
- Gastos: 12 CK activar (divide regen. de chakra)
- Daños: Aumenta en 20 PV el daño por golpes físicos
- Efectos adicionales: Aumenta el tamaño del usuario hasta 10 metros
- Sellos: Carnero → Sello especial
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: 10 metros
Técnica secreta transmitida en el clan Akimichi que aumenta el tamaño del cuerpo del usuario mediante la conversión de sus calorías en chakra. El usuario puede modificar su tamaño a voluntad cuando se utiliza esta técnica y se puede utilizar durante un período prolongado de tiempo. Una aplicación común de esta técnica es que proporciona al usuario una apariencia muy esférica, principalmente por el aumento del tamaño de la sección abdominal, que se realiza con el fin de utilizar la técnica de Nikudan Sensha. Otras aplicaciones más comunes, aumentar el tamaño de todo el cuerpo, convirtiendo el usuario en un gigante de hasta diez metros.
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#13
Su sensei apareció justo a su lado de improviso. Kondor no había notado nada, aquello le sorprendió y en parte le asustó. No era presumido pero podía jactarse de que poca gente le pillara por sorpresa, gracias, en gran medida, a su olfato. Que hubiera personas como aquella le hacía pensar que tendría que entrenar su percepción.

Con un par de palmadas le felicitó por su trabajo y garabateó algo en su libreta. El salvaje se quedó mirando a su sensei mientras ella observaba a su nuevo compañero Haze. Un sentimiento de respeto y admiración afloró en su interior- Es muy hábil, ojalá pueda aprender todo lo posible de ella para mejorar -pensó. Empezaba a verla con otros ojos.

La actuación del Hyuga fue espectacular. Tras un pequeño sprint se puso a realizar unos sellos para acabar golpeando al pelele que le tocaba con unas potentes palmadas cargadas de rayos. Aquel chico podía invocar a los relampagos de las tormentas y conservarlos en sus manos sin, aparentemente, hacerse ningun daño. Kondor admiró a su vez a su compañero mas decidido.

Le tocaba el turno a Kaiten. Mientras el chico gordito se preparaba, Haze acudió al lado de Kaguya y le confesó su curiosidad por la técnica que utilizaría el Akimichi.

A Kondor se le daban fatal las conversaciones y no supo que responder ante eso. Asi que se limitó a sonreir sin despegar los labios y se cruzó de brazos instintivamente. Mientras, su compañero realizaba sellos preparando alguna técnica para demostrar sus habilidades con el pelele. Haze seguramente estuviera pendiente de aquel momento, y Kondor tampoco quería perdérselo, por si podía aprender algo.

¡Madre Luna! -exclamó Kondor para sus adentros.

El salvaje jamás se habría imaginado que su compañero hincharía su brazo de aquella manera. La imagen era un poco dantesca, ya que el otro brazo seguía con su tamaño normal, pero el derecho estaba creciendo de forma desmedida hasta alcanzar varias veces su tamaño normal. Cuando llegó al pelele descargó un gancho invertido para clavar al maniquí de pruebas al suelo. El crujido de la madera fue considerable y Kondor juraría que el pelele se había hundido un poco en la tierra.

Sin reparar mucho en los demás, se acercó corriendo para observar más de cerca el resultado de los ataques. Comparó su muñeco con el de los demás y se desanimó un poco. Apenas había marcas donde había dado su puñetazo, sin embargo el de Haze presentaba pequeñas vetas de quemaduras donde la electricidad había intentado traspasar la madera sin exito. Y el de Kaiten habría sufrido graves daños de haber estado vivo. Ese descomunal brazo no era algo que tomarse a la ligera.


Vida

120/120

0


Chakra

90/90

0



Inventario:
  • Hitai-ate (Cuello)
  • Portaobjetos Básico (2/10)
    • -2 kunais (en el portaobjetos)
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#14
Tras la demostración de Kaiten, Katsura termino las anotaciones y le dio un par de palmadas en el hombro, sonriente.

¡Perfecto! No esperaba menos de un Akimichi. — Dijo, dejando la tabla de apoyo en un pedazo de tronco que había usado anteriormente como sitio para sentarse.

Hazegawa le miro con los brazos cruzados, esperando ahora a ver qué cosa harían quizás los enfrentaría entre ellos, aunque ya se hacía una idea de las habilidades de sus compañeros, de vérselas con Kaiten las tendría difícil pero sería interesante.

Muy bien, ¡Ahora pasemos a la siguiente parte! — Dijo alternando la mirada entre los tres, que yacían ahora reunidos ante la sensei de cabellos rojizos. —Como equipo que sois, debéis aprender a actuar como tal, ya sabéis por encimilla lo capaz que son vuestros compañeros ¿no? — Esbozo una sonrisa y se ajustó las gafas, echo mano a su bolsillo y saco dos cascabeles, los cuales sonaron al chocar entre sí.

Lamentablemente, solo podre hacer equipo con dos de ustedes…y lo haremos bajo la siguiente dinámica, ustedes tres trabajaran como un equipo con la mera finalidad de quitarme los cascabeles, quienes posean uno al final del día serán los miembros del equipo 9, y el que no lo tenga, deberá esperar a que le asignen otro equipo…¿vale? — dijo de forma dulce, sin titubear esta vez, haciéndolo parecer tan simple y amistoso que rozaba el cinismo.

¿¡¡¡QUE!!!?...¡Eso no es posible Katsura-sama! — Hazegawa no tardó mucho en expresar su inconformidad, ante el asunto mirando de reojo a sus compañeros, que si bien no eran los más aguerridos, parecían buenas personas.

Les daré cinco minutos para que se organicen — Dijo, mientras caminaba unos pasos hacia el campo de entrenamiento, el espacio amplio rodeado de peleles y un pequeño charco decorativo hacían del sitio bastante agradable.

Hazegawa se giró hacia sus compañeros, buscando formar un círculo para debatir la posible estrategia si era que no se echaban para atrás, les miro y sin esperar mucho tomo la palabra. — Esto es ridículo…pero aun así, debemos hacernos con esos cascabeles

Y no creo que nos lo ponga fácil, es una Jounin… — Hizo una mueca y alterno la mirada entre los jóvenes. — Si nos coordinamos de forma rápida y efectiva, lo lograremos… ¿tienen algo en mente? — dijo bastante decidido, inyectándole confianza a los muchachos que le rodeaban.
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#15
- ¡Perfecto! No esperaba menos de un Akimichi.

Kaiten se sintió bien de escuchar aquello. Ahora se habían despejado las dudas de que cuando es capaz de centrarse en algo puede hacerlo y bien. Desvió la mirada también a sus compañeros que le habían visto, cayendo en la cuenta que Kondoriano, el muchacho que hace un momento había desgarrado sus huesos, tenía un poco de sorpresa en su parecer y se dirigió a ver el estado de los peleles. Kaiten también hecho la mirada atrás y noto seguidamente un poco de desánimo en Kondor. Puede que se sintiese afligido por el estado “menos destrozado” de su pelele, no lo sabía con certeza. Pero en realidad no dejaba de haber hecho una técnica impresionante, aquello de ver los huesos salir de aquella manera ciertamente le impresionó. Así que en cualquier caso se acercó a él con una sonrisa en la cara.

- ¡Choca puño! ¡Lo hemos hecho genial! - E insistió en el gesto con el puño cerrado, esperando una respuesta de Kondor.

Y acto seguido giró la cabeza para hacer un gesto con el pulgar hacia arriba a Haze. ¡Acababan de hacer su primera prueba, que ilusión! Aunque solo fuese pegar unos peleles ¿Y qué?

Ahora la sensei tenía intención de comunicarles el siguiente paso, asíque atendieron todos. Básicamente iban a hacer un juego. ¡Un juego muy difícil! Quitarle unos cascabeles a su sensei Katsura, y lo peor es que el que no tuviese uno, quedaría expulsado del equipo. El semblante de Kaiten pasó de estar contento al de haberse pegado un batacazo desde un barranco.

Haze expresó su sorpresa disconforme por tal actividad, y es que teníamos solo hasta el final del día para realizar la tarea, contra una sensei que no teníamos idea más que de lo que habíamos visto. ¿Técnicas, conocimientos, sería muy estricta en esa prueba…? Ella añadió que debían hacerlo en equipo y que teníamos cinco minutos para intentar organizarnos. Bueno, tranquilidad, ¿no propondría la actividad si fuera imposible, no? E inmediatamente Haze tomó la iniciativa para empezar a trazar un plan.

- Esto es ridículo… pero aun así, debemos hacernos con esos cascabeles .Y no creo que nos lo ponga fácil, es una Jounin… Si nos coordinamos de forma rápida y efectiva, lo lograremos… ¿tienen algo en mente?

Kaiten intervino esta vez sacando la sinceridad de como el veía la situación.

- No, ni idea así de primeras, sabemos poco de ella. - Cambió ahora a un tono mas decisivo. - La clave es la coordinación creo yo, pues lo que algunos tenemos menos desarrollado otro del equipo lo puede compensar. Y creo también que hasta que no tengamos los tres cascabeles para cada uno de nosotros no debemos parar, el objetivo no lo veo como conseguir el cascabel, si no los TRES cascabeles. Además, solo así demostraremos de verdad que somos capaces. - Intentando seguir la confianza con la que Haze había dicho lo suyo.
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