Viento y fuego entre otras cosas - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Base de datos del rol (https://ninjaworld.es/foro-base-de-datos-del-rol) +--- Foro: Historia, acontecimientos y ambientación (https://ninjaworld.es/foro-historia-acontecimientos-y-ambientacion) +---- Foro: Tramas pre-reset 2017 (https://ninjaworld.es/foro-tramas-pre-reset-2017) +---- Tema: Viento y fuego entre otras cosas (/tema-viento-y-fuego-entre-otras-cosas) |
Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 24/08/2016 El día del encuentro había llegado, un encuentro que por algunas razones habría sido postergado algo así como dos semanas desde la ultima vez que se habían visto. La excusa para que sus caminos coincidieran ese día no sería ni mas ni menos que un entrenamiento, posiblemente entre amigos no sería tan necesaria una razón para verse y charlar un rato, pero también eran shinobi y no tenían tanto tiempo para perderlo en ocio. Por supuesto que llovía ese día, a fin de cuentas era Amegakure, y por esa razón Mogura se encontraba debajo de su paraguas de pie delante de la entrada del imponente Torreón. Vestía con normalidad su atuendo típico, aquel día con mas razón aun ya que era un entrenamiento y precisaría la movilidad de la tela que usaba en sus pantalones y camiseta, el chaleco seguía siendo un ornamento pues era un simple genin todavía. Cruzado en los hombros cargaba un pequeño morral, ahí dentro guardaba algo para comer después de terminar con lo que había venido a hacer. Parece que llegue un par de minutos antes... A unas casas de distancia se podía ver un reloj digital de un pequeño negocio que marcaba una hora, una de las tantas señales de lo avanzada que era la aldea en lo que a tecnología se trataba. Era relativamente temprano, faltaban un par de horas para que sea medio día. Es un día bastante agradable para entrenar Asomó una de sus manos fuera del paraguas para sentir el agua de la lluvia a la vez que delineaba una mueca en su rostro que podría llegar a pasar como una sonrisa, la lluvia de verano era algo que podía tolerar mejor ya que no era la fría agua de invierno sino una con un poco mas de temperatura y aunque no llegaba a ser agua tibia, estaba bien. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Aiko - 26/08/2016 Haciendo un poco de malabares con su ajetreada agenda, la chica dispuso de algo de tiempo libre para una tarea que había acordado realizar desde hacía un tiempo; un entrenamiento con Mogura, el chico del paraguas. En cierto modo, a la Sarutobi le agradaba bastante la idea, una kunoichi no debe dejar de lado su formación, por mas dinero que obtenga de su segundo trabajo. Además, sería la oportunidad perfecta de comprobar cuanto había avanzado en su búsqueda continua de más fuerza. Creía haber alcanzado un buen nivel de maestría con el fuego, pero no había tenido demasiadas ocasiones de probar su fuerza. Evidentemente, tampoco esperaba poder llegar a usar toda su fuerza en un entrenamiento, pero si el médico ponía de su parte seguro que tenía que esforzarse. Katomi vestía sus prendas habituales para combate, y en general de uso con ciertas posibilidades de trifulca. El pelo lo llevaba en ésta ocasión recogido en una coleta a la altura de la nuca, imposibilitando a éste de poder molestarla a lo largo del entrenamiento. Sus dos únicas herramientas shinobis dormían en su portaobjetos, del cual hasta pensaba en deshacerse pronto. ¿Para qué llevar algo que en la mayoría de ocasiones ni usaba? Fuera como fuera, iba decidida y preparada. Para cuando la chica llegó a la entrada del torreón, Mogura ya parecía llevar un rato. Miró un cartel luminoso cercano, en el cuál estaba indicada la hora, y efectivamente pudo comprobar que no llegaba tarde. De seguro el genin se había adelantado, posiblemente emocionado del combate, o de la compañía. Ante todo, no dejaba de lado las viejas costumbres —Ese paraguas— justo como hacía la kunoichi, la cuál se mojaba sin protección de paraguas alguno. —Bueeeeenas, Mogura!— Anunció al tiempo que se acercaba al chico. Sin dilación alguna, le dio un abrazo, y le propinó un beso en la mejilla derecha. El paraguas no le había servido de mucho con la peliblanca cerca, acababa de mojarlo. Aunque tampoco era como si se hubiese quedado un buen rato bajo el agua, simplemente lo había mojado un poco. —¿Que? ¿Ansioso por entrenar?— Preguntó con una sonrisa. Claramente hacía referencia a que se había adelantado a la hora indicada, aunque no lo hacía con mal propósito, solo bromeaba. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 26/08/2016 Protegiéndose de la lluvia, sintiendo el constante goteo del agua chocar contra su paraguas y ausente de la realidad por un segundo, no pudo hacer mucho para reaccionar al energético y cálido saludo de la kunoichi de melena blanca. Su compañera y amiga rompería el silencio con su voz para luego abrazar al muchacho y besar su mejilla. Se sonrojó claramente. Sin duda alguna era algo a lo que no estaba acostumbrado, siendo en su hogar gente que seguía ciertas tradiciones y conductas no era para nada frecuente recibir un abrazo por parte de sus parientes y mucho menos un beso en la mejilla. Sin embargo una sonrisa se dibujó en su rostro, se sentía contento de que su camino volviese a cruzarse con el de la Sarutobi. ¡Buenos días, Katomi! Con su brazo libre rodeo a la muchacha y abriendo un poco su brazo con el paraguas le correspondió el abrazo, impregnándose con el agua de lluvia que había acumulado en el camino, no había ganado la iniciativa pero no iba a quedarse atrás con el saludo. ¡Oh, por supuesto! No siempre se puede entrenar con la mismísima Princesa dragón. Contestó con una sonrisa a la broma, acababa de inventarse el apodo la parte de princesa mas que nada por su antiguo clan y lo de dragón... podría decirse que era algo que ya era característico de la chica. ¿Qué hay de ti? Te noto con energía el día de hoy. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Aiko - 27/08/2016 Mogura acompañó el gesto del abrazo de la chica tanto como pudo, evidentemente sin soltar el paraguas. Saludo enérgicamente, tal y como la chica había hecho previamente, pero no pudo ocultar ese sonrojado tan radiante en su rostro tras el beso en la mejilla. «Pues si que sonroja fácil...» Pensó la chica al ver la reacción, aunque tampoco le prestó esencial importancia al detalle. ¿Qué mas daba? Así mismo, cuando la chica preguntó si estaba ansioso por el entrenamiento, puesto que había llegado antes de tiempo, éste respondió que era obvio. Argumentó que no siempre se tenía la oportunidad de entrenar con la mismísima princesa dragón. «¡Mierda! Debí ponerle ese nombre al local... El panda fumado mola, pero... La princesa dragón hubiese sido mucho mejor.» Tampoco se lamentó en voz alta, solo fue un pensamiento esporádico. Ante tal respuesta, vino su turno para devolver la pregunta, tal y como habría hecho el mejor de los jugadores de badminton. —Claro que tengo ganas, no siempre se puede entrenar con el hijo de Eolo; Dios del viento.— Respondió con el mismo animo, conforme contenía la risa. »Tomar un café habría sido también una buena idea, pero creo que un entrenamiento nos viene bien a ambos. ¿No? Además, seguro que es mas divertido. Siempre habrá tiempo para un café tras el entrenamiento. Ciertamente, razón no le faltaba. Podían hacer ambas cosas, y ponerse al tanto de sus aventuras mientras terminaban de relajar los músculos. Acción y entrenamiento, y tras ello relajación. ¿Podía haber mejor plan? Si probablemente si, pero seguramente bajo otras condiciones. Además, no era para nada un mal planeamiento. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 27/08/2016 Así como se había referido a su compañera como una princesa dragón, ella se refirió a él como el hijo del dios del viento. Claramente eran todos apodos en broma ¿pero quien decía que mas adelante no fuese un poco menos en broma? ¿Yo... hijo del dios del viento? Creo que me confunde señorita, yo solo soy un humilde médico... Mogura dejo escapar una ligera risa cuando escucho sobre su linaje. Como si hubiese alguien que los estuviese escuchando y él no quisiese que lo descubriesen, su tono era claramente de broma. Cada cosa en su momento, disfrutemos de un buen entrenamiento ahora y seguro que después podremos disfrutar un buen café. Llevó una de sus manos a la correa del morral que cargaba y lo levantó ligeramente para que este mas a la vista de la peliblanca. Traje algo para comer para cuando terminemos. Si todo salía bien y nadie terminaba en el hospital, podrían tomarse un tranquilo descanso y probar algo de la comida del joven médico. Pero como había dicho ya, cada cosa en su momento para comer había que ganárselo teóricamente y la consigna de ese día era demostrar lo mejor del entrenamiento al otro. Tengo un piso en mente para el lugar del entrenamiento si te parece bien. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Aiko - 29/08/2016 Mogura no tardó en absoluto en rechazar de lleno el nuevo apodo que le había encontrado la peliblanca, según argumentaba, tan solo era un simple médico de oficio. Con su modestia, no podía permitirse el lujo de presumir de sangre divina, por mucho que le gustasen las epopeyas de éste tipo de deidades. La princesa dragón no se lo tomó a malas, ya sabía que terminaría de esa manera, quizás ya empezaba a conocer bastante al chico. Le devolvió la sonrisa ante el comentario. No se le ocurría que más hacer. Cuando la chica comentó sobre que podían haber tomado un café, o que quizás lo podían hacer tras el entrenamiento, Mogura afirmó que tampoco debían adelantarse a los acontecimientos. Aclaró que lo primero era disfrutar del encuentro, y aya después se tomarían tiempo para hablar o tomar el café. Ciertamente, no le faltaba nada de razón. El chico se señaló la correa del morral, y afirmó que había traído algo de comer para tras el entrenamiento. En fin, era un poco raro... no quería hablar de un futuro café, pero hablaba de una especie de almuerzo tras el entrenamiento. ¿En serio? Había ocasiones en que perdía por completo su visión objetiva de cuanto conocía a su compañero. En fin, por un momento tampoco le dio mayor importancia, total era un chico... imposible de entenderlos; una tarea imposible. Para cuando quiso dar respuesta a semejante propuesta, Mogura se anticipó en anunciar que tenía ya en mente un escenario para el combate. Al parecer no era ella la única que había divagado por los niveles del torreón. —Bueno... está bien. No hay problema.— Contestó algo indecisa. —¿Qué piso tienes en mente? Evidentemente, si lo soltaba se podría hacer una idea. Hasta el piso 30 había alcanzado a subir, nivel a nivel. Con un poco de suerte, podría saber a qué tipo de escenario se enfrentaba. Entre tanto, comenzó a caminar hacia la entrada al torreón. Obviamente, no debían aplazar lo inevitable. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 29/08/2016 Como un cambio brusco de la dirección de los vientos, Mogura había terminado contradiciéndose inconscientemente con sus acciones pero el viento ya había soplado y no se podía evitar. El tono de las palabras de su compañera le hizo pensar que tal vez ella también tenía un piso en mente, quizás era un piso en particular que la kunoichi tenia como preferido para realizar alguna rutina. Creo que vale la pena ver ese piso. Pensaba para si mismo, a lo mejor y por casualidad terminaban eligiendo exactamente el mismo piso pero ciertamente lo dudaba un poco, Mogura no había subido mucho en el torreón de la academia a lo mejor y pasado por no mas de 15 pisos en toda su carrera como genin y puede que ni siquiera fuesen pisos consecutivos. Es un piso bastante bajo, bastante tranquilo. Si mal no recuerdo debería ser el piso 7. Realmente había apuntado un poco bajo con la dificultad del lugar, pero no estaba buscando templar su cuerpo a altas temperaturas o fríos gélidos, sino que buscaba un sitio mas agradable para un enfrentamiento de practica con una colega. Aquel piso en cuestión contaba con todo lo básico para algo como eso. Simula ser un salón de entrenamiento bastante tradicional, piso de madera y unas puertas corredizas de esas de papel de arroz que dan a una especie de jardín artificial. En los muros hay una serie de armas que se pueden usar y muchos muñecos de práctica. Comentaba mientras iban caminando hacía el interior del edificio y llegaban hasta el ascensor. Hasta donde tenía entendido el joven médico, era lo mas cercano a un lugar de entrenamiento normal que tenía conocimiento existía en ese temible torreón. Se me ocurre una idea... En la mente de Mogura, su compañera tenía un piso al cual había pensado en ir y aunque no había dicho nada sobre eso no quería desaprovechar eso. Pero asumiendo que sería un lugar un poco mas avanzado que un mediocre piso inferior a 10 termino formulando una pequeña rutina improvisada. ¿Qué te parece si hacemos un calentamiento en este piso y me muestras el lugar que tienes en mente? RE: Viento y fuego entre otras cosas - Aiko - 29/08/2016 Katomi esperó respuesta, mas el chico no tardó demasiado en darla. Anunció que el piso que tenía en mente era el número siete si mal no recordaba, pero que de seguro era uno de los primeros, que para nada pasaba de los diez pisos. La chica se llevó la mano al mentón, intentando descifrar cual pudiese ser el piso del que hablaba. La verdad, si no soltaba prenda, era difícil saber qué piso buscaba, o de qué se trataba. Pero Mogura no tardó en dar referencias del sitio que buscaba, se trataba de un piso de entrenamiento de taijutsu y bukijutsu básico. Bueno, eso en propósito de entrenamiento del piso, realmente usos tenía miles. —Si, ya recuerdo ese nivel... Pero te confundes, es el piso número seis. Estoy completamente segura, ya pasé por él unas cuantas veces.— Espetó la Sarutobi. Pero para sorpresa de la chica, Mogura no tenía en mente dejar el encuentro en solamente un combate; tenía planteado un calentamiento, y que tras éste calentamiento fuesen a otro lugar para el autentico entrenamiento. Proponiendo ésto, remarcó que así la Sarutobi podría mostrarle el piso que ella tenía en mente. Pero... había algo en que se equivocaba. «¿El piso... que tengo... en mente? ¿De qué habla?» La chica lo miró por un instante intrigada, no tenía ni idea de qué estaba hablando. Echó a reír, y se llevó las manos tras la nuca. —No tenía ningún piso en mente, la verdad. Me parece bien el que dijiste, podemos entrenar sin demasiados obstáculos. Entre tanto, ya habían alcanzado por el corredor la posición del elevador. Solo habían dos, y se encontraban al final, al inicio habían unas escaleras por las cuales avanzaban piso a piso los desafiantes; pero ambos tenían un objetivo diferente, un mero enfrentamiento, no iban a competir por quién subía mas pisos. —Si no recuerdo mal, el piso siete era el de los tocones de madera, el piso ése para comprobar el equilibrio saltando de tocón en tocón. ¿Confías en mi?— Preguntó antes de montar al ascensor. La chica quedó a esperas de la respuesta de Mogura, con el índice a punto de presionar el botón número 6. —¿eh? Ante todo, permanecía con una sonrisa en el rostro. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 30/08/2016 No se podía esperar menos de la joven Sarutobi, aquel piso no le sería ni por asomo desconocido. La peliblanco clamaba haber pasado varias veces por ese lugar y con confianza aseguro que no estaba ubicado en el séptimo piso sino que el destino era el sexto. En su rostro se delineo una sonrisa, no pudo evitar imaginarse a la kunoichi entrenar con aquella intensidad que le había comentado en alguna ocasión mientras él aun terminaba su ultimo año en la academia. Su expresión cambio un poco al escuchar la respuesta a su idea planteada, como si hubiese dicho algo fuera de lugar o habría hecho tontería. Me siento como uno de esos conspiranoicos que no paran de decir burradas sobre los misterios de Juego de kages... Se llevó una mano hacía el rostro e intento cubrirse ligeramente aunque no era una tarea sencilla y se notó rápidamente el efecto de la reacción de la muchacha, contagiado por la risa no le quedo otra que admitir su parte de la culpa. Oh... intentar leer la mente de la gente no es lo mio ¿no? Al seguir avanzando llegaron a un punto donde tenia dos opciones para seguir su camino, tomar el ascensor o bien subir las escaleras, seis pisos sin duda alguna iban a ser una perdida de tiempo subirlos por unas escaleras. Para ese entonces el joven médico ya habría cerrado el paraguas pues ya no era necesario protegerse de la lluvia. Sería un buen entrenamiento pero no venimos a hacer ese tipo de entrenamiento. El ascensor sería la opción de los ocupados genin. Katomi diría entonces que en piso 7 se encontraban los tocones donde se acostumbraba a pulir el equilibrio saltando de tocón en tocón. Mogura lo recordaba bien, casi se partía la nariz la primera vez que estuvo ahí, se limitó de todas formas a asentir con la cabeza. Que no te quepa la menor duda, confió plenamente en ti. Dio un par de pasos con una sonrisa en el rostro para colocarse junto a la kunoichi y pronunciaría entonces esas palabras. No iba a mentirle ni nada por el estilo, el Manase lo sentía de esa manera después de todo. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Aiko - 31/08/2016 El genin pareció avergonzarse levemente tras la contestación de la chica, la cuál no dudo en negar que tuviese una planta en mente. Se cubrió parte del rostro, y terminó admitiendo que eso de adivinar los pensamientos no era lo suyo. —Ni de lejos— La verdad, ni se había acercado, en lo mas mínimo. De hecho, si por ella hubiese sido, habrían entrenado en la primera planta. El lugar no iba a influir demasiado, al menos en los primeros niveles. —La verdad, quizás necesitas una bola de cristal de esas... porque ni te acercaste... jajaja. Siguieron avanzando, y llegaron rápidamente al ascensor. Tras ello, la chica quedó con el dedo presente en el botón del botón número seis. Según afirmaba la Sarutobi, era esa la planta que el médico buscaba, y ante la posible duda le preguntó si confiaba en ella. El chico no titubeó un solo segundo, sin miedo a equivocarse confió plenamente en su compañera. La Sarutobi pulsó el botón, y casi al instante las puertas se cerraron. —Vamos allá pues.— Confirmó con su acción. El ascensor comenzó a moverse justo después, y por un instante el silencio reinó en el habitáculo. El tiempo para que llegasen hasta la sexta planta no debería ser demasiado, pero sin embargo los ascensores eran realmente perturbadores. Aquél lugar metálico, con una luz arriba como si fuese un foco acusador, el silencio... sin duda alguna, ponía los nervios a flor de piel. —Bueno... esto... la verdad es que... hace buen tiempo, ¿verdad?— Se atrevió a bromear con los estereotipos. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 31/08/2016 Era algo bastante curioso que hasta hace unos pocos años en un pedazo de tierra relativamente pequeño como era aquel donde convivían las diferentes aldeas pudiese llegar a haber tanta diferencia en tecnología como lo supo haber un día entre Kusagakure y Amegakure, una vivía casi en la edad de piedra mientras que la otra tenia tremendos torreones de metal y cajones con paneles digitales que permitían subir a buena velocidad que hacía el uso de las escaleras totalmente ineficiente. Lo que podrían haberle mejorado a estas cosas es algo para que el silencio no sea el dueño del viaje... una música molesta o algo parecido. Mogura era todo un visionario por momentos. A medida que el numero en el panel iban aumentando el momento en silencio se iba extendiendo pero la kunoichi no iba a demorar mucho en romperlo, con un comentario sobre el clima. Si... dicen... que es la mejor lluvia 20 años... Increíble ¿no? Un dato totalmente incierto pero que acompañaba el tono de la broma. Para ese momento se podía confirmar, mirando el numero del panel, que estaban a mitad de camino y si el cajón metálico sostenido por contrapesos no se detenía o se caía iban a llegar relativamente pronto. La velocidad del ascensor era bastante aceptable teniendo en cuenta el numero de pisos que tenía el edificio. Pero aun había tiempo para un comentario más. ¿Y... falta mucho para festejar el natalicio de la Princesa dragón? El comentario del muchacho tomaría forma de pregunta, no venía mal el encuentro para conocer un poco más a su compañera y amiga. Eso de nombrar la palabra años le hizo recordar que no sabía algo tan básico como la fecha de nacimiento de la persona con la que había pasado por tantas cosas de importancia en su vida. tanto como persona y como shinobi. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Aiko - 31/08/2016 El viaje en el ascensor continuaba, a un ritmo envidiable si lo comparaban a lo que podían llegar a tardar por las escaleras. De hecho, la primera vez que la chica fue por ellas, tardó al menos un par de horas en avanzar hasta el tercer piso. Pero también cabe destacar que cuando avanzas por las escaleras, te ves obligado a pasar las pruebas del piso para poder seguir avanzando al siguiente piso. Ése pequeño gran detalle marcaba la diferencia, y demoraba mucho el viaje. Entre tanto, Mogura pareció tomarse con ánimo la broma. De hecho, hasta puso de su parte para continuarla. Añadió que desde hacía cerca de 20 años no se veía una lluvia igual, que era realmente fantástica. En fin, el detalle de catalogarla como la mejor desde hacía tanto, quizás era pasarse. Sin embargo, la chica no pudo evitar reír con las tonterías que estaban soltando. —Jajajaja.... si, hacía tiempo que no se veía una igual. Casi a mitad del recorrido, dejaron de lado el tema de conversación tan convencional, y el chico se lanzó a preguntar por el cumpleaños de la princesa dragón. La chica sonrió ante la repetición de su nuevo apodo, y se llevó una mano a la nuca. —La verdad es que no suelo celebrarlo. Fue hace un par de meses, en pleno verano. » Y no, no te voy a decir mi edad... jajajaja.— Espetó mientras alzaba el índice, en una clara pose de victoria. Mientras decía ésto, terminaron por llegar hasta el piso número seis. Al fin habían llegado al sitio, y no se veían obligados a soltar mas tonterías en ese habitáculo. —Bueno... hemos llegado.— Inquirió a la par que las puertas se abrían. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 31/08/2016 Sin duda alguna ver lluvia en Amegakure es algo que solo pasa una vez en la vida. Tras un par de comentarios por parte de cada uno que los harían parecer un par de locos a los ojos de un pasajero normal y aburrido, pasaron a tocar muy por encima el cumpleaños de la muchacha de ojos rojos. Con una mano en la nuca la kunoichi comentaría que ya habría pasado, en el Verano que hacía poco se habría despedido para darle lugar al comienzo del Otoño. Y que ademas de no tener la costumbre de celebrarlo, tampoco iba a comentarle su edad, acompañando eso ultimo con un gesto que a Mogura le resultó graciosamente desafiante. Oh... Ahora tendré que dedicar el resto de mi vida a averiguar tu edad y hacer el pastel de cumpleaños mas grande que el mundo haya visto. Comentó entre risas mientras daba los primeros pasos en dirección al interior del piso. Al final de un pequeño pasillo con el piso bastante duro había un pequeño espacio para depositar el calzado, un escalón marcaba el comienzo del piso de tablones de madera bastante cuidado y dos paneles corredizos tradicionales. Mogura se aproximó hasta el mueble y tomando asiento un par de segundos en el escalón, se quitó el calzado. La temática del lugar es similar a un dojo, parte de la etiqueta consiste en estar descalzo sobre el piso. Dijo poniéndose de pie y dejando a un costado el paraguas, desde luego no le sería muy útil ahí dentro. Lo siguiente en hacer sería abrir las puertas y dar unos pasos hacía el interior del piso como tal. Lo primero que se podría apreciar seria un amplio espacio rectangular, como de 10m. por 20m. La pared contraria a donde habían entrado, uno los lados mas amplios estaba prácticamente constituido completamente por mas de esas puertas corredizas tradicionales. Los genin ingresarían por una de las esquinas adyacentes a uno de los muros mas pequeños, teniendo que sortear todo el largo del piso para llegar al otro extremo. En estos tres muros restantes había de todo, shuriken de todos los tamaños, armas de madera que replicaban a armas de filo que se encontraban a pocos metros, incluso en el muro mas alejado había un pequeño mueble con sus puertas abiertas de par en par que dejaba ver una armadura samurai junto a un atril con tres espadas de diferentes longitudes, las típicas de esos guerreros. Una serie de muñecos de tatami enrollado se encontraban amontonados en una de las esquinas mas alejadas, todos apilados y disponibles para el libre uso. Todo el arsenal del mundo shinobi debe estar aquí... Hizo un pequeño comentario al margen, el lugar realmente impactaba la primera vez al verlo pero siempre era interesante ver las armas colgadas en la pared. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Aiko - 2/09/2016 La kunoichi tendió su pose victoriosa, alegando que jamás le diría su edad, sin esperar a cambio una especie de desafío. Mogura lo tomó como tal, y aunque fuese entre risas, dijo que lograría averiguar su edad tarde o temprano; sería su primordial objetivo en la vida. Dicho así, sonaba raro e inquietante, la verdad. Menos mal que era una broma... ¿no? Tampoco le podía dar mayor importancia, que supiese su edad tampoco era un problema. Fuera como fuera, al fin habían llegado al piso que habían seleccionado. Al abrirse las puertas del ascensor, frente a los genin se extendía un pasillo de suelo de maderas laminado. Las paredes eran de tela de arroz, con numerosas decoraciones, y al fondo de éste pasillo había un pequeño escalón que daba paso a una puerta del mismo material que estaban compuestas las paredes. Nada mas podía observarse desde esa posición, no quedaba mas remedio que avanzar por el mismo hasta darse paso al siguiente habitáculo. Sendos genin avanzaron por el pasillo hasta llegar al escalón, una vez allí Mogura aprovechó para sentarse y comenzar a descalzarse. Una vez se hubo quitado las sandalias ninja, explicó que se trataba de una especie de dojo, y que la etiqueta era muy importante en el lugar. ¿Acaso no le había dicho antes que ya había pasado por éste piso unas cuantas veces? La chica comenzó a reír. No pudo evitarlo, le hizo gracia el detalle. La verdad, Mogura comenzaba a pecar de memoria a corto plazo, como alguna especie de pez. —Jajajaja... vale, ya lo entiendo. Igual que anteriormente había hecho el chico, la Sarutobi aprovechó el escalón para sentarse. Abrió las cremalleras de las botas, y se las sacó. La verdad, tampoco era que le molestase luchar con ellas puestas, pero si su acompañante lo quería de éste modo... tampoco iba a ponerse molesta con éste pequeño detalle. Una vez ambos estuvieron descalzos, corrieron la pared que hacía funciones de puerta al fondo del pasillo. Entraron, y allí vieron el enorme arsenal que había a los lados. Incluso frente a ellos había una especie de mueble que salvaguardaba una antigua armadura. Sin duda alguna, por falta de armas no podían quejarse; había de todo, cualquier arma imaginable estaba expuesta en ese dojo improvisado. Mogura no tardó en soltarlo del mismo modo que la kunoichi lo pensaba. Continuaron andando un poco mas por la sala, hasta que la kunoichi se plantó. —Bueno... una cosa. ¿No deberíamos usar el armamento propio? En fin, no me importa que uses otras armas, pero molaría mas que entrenemos con las cosas que tendríamos en una situación real, ¿no? » Bueno, por mi parte estoy lista. Yo al menos no usaré armas de la sala.— Argumentó mientras calentaba las muñecas. La Sarutobi comenzó con un leve calentamiento, tampoco gran cosa. RE: Viento y fuego entre otras cosas - Manase Mogura - 3/09/2016 Katomi podía tener acceso a cualquier tipo de arma que se le ocurriese, desde la shuriken mas pequeña hasta alguna ballesta de repetición que podría llegar a haber escondida debajo de alguna tabla del piso. Pero eligió pelear con lo que tenía encima, independientemente de lo que el joven médico pudiese elegir hacer, realmente no podía hacer nada con lo que había en esas paredes. A fin de cuentas no se usar bien ni siquiera una shuriken. Trató tanto como pudo de ocultar su secreto, aunque era su amiga y tarde o temprano iba a terminar averiguándolo. Como respuesta a su planteo sobre usar el armamento que contarían en caso de encontrarse en una situación real se limitó a asentir con la cabeza a la vez que sonreía levemente a la muchacha de pelo blanco. Se giró un poco dándole ligeramente la espalda a la kunoichi y dio unos pasos hasta colocarse en un lugar cercano a lo que sería el centro del salón aquel mientras que iba haciendo unos movimientos con sus muñecas y dedos. Teniendo en cuenta que no cargaba absolutamente ninguna arma típica de un ninja, sus manos eran su mejor opción. Bueno, estoy listo. Dijo para luego encarar a su contrincante. Por un par de razones no estaba mostrando una sonrisa como normalmente podía hacer cuando pasaba el rato con la chica de ojos rojos. El entrenamiento iba a empezar y necesitaba comportarse como era debido, eran amigos y eso estaba bien pero al menos por su parte sentía que debía mantener una determinada actitud. Cuarta generación de la familia Manase, Mogura. Genin de Amegakure. Una rápida presentación seguida de una formal reverencia sin perder de vista los orbes rojos de su oponente. |