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RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 17/06/2018 Cuando ya era demasiado tarde para reaccionar, Katame vio a Kaido activando un sello explosivo. Un sello explosivo que portaba su original, que cayó al suelo con un chillido de dolor tras la violenta explosión. Siguió gruñendo entre insultos, más como un cerdo en un matadero que como el hombre que él era. —¡Cagonmimadre, Katame, ve a por la jodida mercancía! Sin ella, estaban muertos. ¿Cómo explicar a la Cabeza del Dragón que habían perdido kilos y kilos de omoide? Había visto en más de una ocasión a los que le fallaban… y él no correría mejor suerte. —¡Mátale! —rugió el Katame que se encontraba en el suelo, medio erguido y con las manos muy cerca de la entrepierna. Le seguía cayendo a borbotones la sangre de la oreja—. ¡MÁTALE! —se desgañitó con los ojos desencajados, inyectados en sangre. Pues claro que le iba a matar. Lenta y dolorosamente. Pero debía empezar a pensar con la cabeza. Ser listo. Desvió momentáneamente la mirada hacia Kano, y torció la boca en una sonrisa. Con la velocidad del rayo, extrajo tres shurikens del portaobjetos y se los lanzó al cocinero, directo al torso. —¡H-Jos-tia! RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 17/06/2018 —¡Mátale! —bramó el dragón, mientras el tiburón se relamía sus propias heridas, que no visibles, hacían mella en su interior—. ¡MÁTALE! A voz y comando, su bunshin pensó en atacar. Y si lo iba a hacer con un trío de shuriken, bien lo haría a la mayor debilidad del ninja que ahora le hacía frente, y ese no era su propio cuerpo, sino al del jodido Shenfu Kano. Cual centellas, las estrellas ninja se asomaron de su portaobjetos y salieron despavoridas hasta el chef de Baratie. La mano de Kaido ya se había rebuscado en el suyo propio para intentar responder apropiadamente, pero ahí adentro no consiguió lo que estaba buscando. Sólo uno. No lo iba a lograr. —¡El carro, Kano! —le advirtió a la distancia, para que se salvaguardara detrás del mismo. Mientras él traicionaba al clon de Katame tal y como lo había hecho su oponentel, pues ahora era su kunai el que avanzaba a gran velocidad hacia el dragón real, que malherido, se sostenía la entrepierna. * * *
Allá, en aquel punto estratégico designado para el supuesto plan B, Jitsuna aguardaría sin recibir noticia alguna. El cielo en aquel punto no se había aún iluminado, aún y cuando a sus alrededores la fiesta de Taikarune sí que se mostraba a través de pintorescos fuegos artificiales. Ya había pasado qué, ¿una hora? ¿estaría todo bien? ¿o ... ? Quién sabe lo que pasaba por la mente de la mujer de Kano en ese momento. Quién sabe... RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 18/06/2018 —¡El carro, Kano! ¿Y dejar que aquel malnacido hiciese daño a su sobrina, que precisamente estaba sobre el carro? Ni loco pensaba hacerlo. Además, ni siquiera era como si tuviese la suficiente agilidad como para intentarlo. Las tres estrellas metálicas impactaron de lleno en su cuerpo. Una en el pecho, otra en el estómago, y una última en el antebrazo. El gran cocinero cayó de culo por el impacto, en un aullido eclipsado por los nuevos fuegos artificiales que invadieron el cielo nocturno de Taikarune. Al mismo tiempo, Kaido, cual experimentado Uchiha, optó por imitar la estrategia de su adversario. Punto débil por punto débil. • • •
Lo vio venir hacia él, demasiado rápido como para evadirlo. No tirado en el suelo. No con aquella herida en el muslo. Así pues, hizo lo único que podía hacer: bloquearlo. No tenía nada a mano, y no le daría tiempo a sacar nada de su portaobjetos. Así pues, lo detuvo con su propia piel. Con el antebrazo. El kunai salió rebotado, como si en lugar de carne se hubiese topado con un muro de hormigón. Entonces apretó los dientes y se irguió, apoyando la mayor parte de su peso en la pierna menos herida. Respirando entrecortadamente, salió cojeando de allí, aunque sin quitar un ojo de Kaido. No hasta que hubiese salido de su rango de visión. Aquel ninja había demostrado ser más que un molesto grano en el culo. • • •
El clon no se preocupó por aquel kunai solitario que el ninja había lanzado a su original. En comparación, era un ardid demasiado simple como para que Katame cayese en él. No obstante, aquello le había servido para comprobar una cosa. Aquel ninja tenía en mucha más alta estima su propia vida que la de su amigo. —No sabes a quién se la estás jugando, chico. —No solo era a él. Era a una organización mucho más grande que había detrás. Decidido a poner fin a aquello, sus manos entrelazaron tres rápidos sellos. Inspiró una bocanada de aire y expulsó una gigantesca bola de fuego, que tomando la forma de la parte delantera de un tigre abrió sus fauces contra el Tiburón, dispuesto a engullirle. • • •
Jitsuna aguardaba, comiéndose las uñas y dando vueltas de un lado para otro, la dichosa señal. En el bolsillo de su abrigo, el pergamino que el ninja le había entregado. Nunca le habían caído bien los shinobis, no desde que uno de ellos acabase con la vida de su hermana. Pero, en aquellos momentos, era el único en quien podía confiar. ¿Y si avisaba a la guardia, y estropeaba la infiltración de Kaido, dando como resultado la muerte de su sobrina? No, era un riesgo que no podía correr. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 20/06/2018 Ojo por ojo. Esa había sido la premisa que desencadenaría aquel fatídico desenlace en el que Shenfu Kano recibió tres estrellas ninja a mansalva. Kaido esperaba que aquel súbito sacrificio, motivado por un objetivo tan circunstancial como el obtener la victoria en aquel enfrentamiento, pudiera ver sus frutos a través de su propia kunai, que avanzó mortífera y certera hasta el más magullado de los Katame. Pero muy a su pesar, Kaido había cometido el mismo error que el dragón al inicio del enfrentamiento. Le había subestimado, confiando en su aspecto moribundo. ¡Clank! como si su brazo se hubiera revestido del acero más puro, la extremidad funcionó como una poderosa armadura que repelió el arma y le permitió sobreponerse a sus heridas. Y tal como un dragón cuyas alas no se encuentran en condiciones de tomar vuelo, tuvo que arrastrarse por el suelo, cojeando, en un último intento de salvación. Kaido le vio abandonar su posición y tuvo toda la motivación de ir a por él y acabar de una vez por todas aquel combate, pero nuevamente, el clon se interpondría en su camino. —No sabes a quién se la estás jugando, chico. —¡Tú tampoco, gilipollas! —espetó, con su voluntad ardiendo al máximo. Con cada milésima de su cuerpo expeliendo su orgullo de Amejin, que aunque su bandana no adornara ahora su frente, en ese preciso instante; se sintió más ninja que nunca. Porque ahora mismo no era sólo Kaido contra un mercenario de alguna mafia. Eran Kaido, Mogura, Daruu, Ayame. Era Yui. Eran Amegakure. Y Amegakure, como la más poderosas de las tormentas, no podría temerle nunca a la ínfima llama de un dragón. El gyojin dio dos pasos certeros en los que acortó la distancia, juntando sus manos y disponiendo de ambos brazos hacia adelante. El choque se suscitó finalmente, dando paso a una épica colisión de elementos donde el tigre de fuego, deseoso de engullir a su presa, ahora recibía los confortantes y cálidos alaridos del mar mismo. El cuerpo de Kaido se convirtió entonces en un tifón que desprendía vapor por el choque contra las llamas, dejando una estela de humo que cubriría su siguiente movimiento. Y es que, como si de un geiser se tratara, el vapor se rompió ante la imponente figura de un tiburón de agua y chakra brillante que recortó con gran velocidad los apenas tres metros que les distanciaba. Y sobre él, cual guerrero sobre su corcel, yacía Kaido señalando la vanguardia a su bestia, que hambrienta, iba a comerse a Katame hasta que no quedara nada de él. «¡Suiton: Suikōdan no Jutsu!»
RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 25/06/2018 Y le engulló. Vaya si le engulló. Sorprendido y atónito, a Katame apenas le dio tiempo a formar un sello antes de ser devorado por el tiburón de agua. Su cuerpo fue embestido por la bestia más sanguinaria y agresiva de la mar, terminando como todos los que tenían la mala suerte de cruzarse con ella: muerto. Su cadáver se deslizó por el suelo varios metros hasta detenerse y no moverse más. El dragón había hallado su tumba. El único problema era… … que aquel no era un dragón. Más bien, el cuerpo de un muchacho. El muchacho que había ayudado a Kila a secuestrar a Koe. —¿¡Lo has matado!? —Era Shenfu Kano. Al fin de pie, tras quitarse las espinas clavadas. Junto a la carretilla con su sobrina. A sus espaldas… …la entrada al almacén. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 26/06/2018 Kaido maldijo. Y lo hizo como nunca lo había hecho, saboreando cada una de las sílabas. El hijo de puta era muy fuerte, y se le había escapado; de nuevo. —Mierda, puta —dijo. Tambaleó en su parcela y su cuerpo, ahora endeble, pareció desfallecer por un momento a tal punto de que su rodilla tocó tierra. Respiró profundo y miró a Kano con los ojos bañados en ira y a la misma vez, en debilidad. Kaido lucía vulnerable, y eso no era normal en él—. ya estaba muerto, Kano. El gyojin se levantó a trompicones y luchó por recuperar la compostura, a la vez que retiraba una pequeña píldora de su portaobjetos. La puso en su boca y tragó. Entonces intercaló la mirada entre el cadáver del muchacho, el camino por donde se había escapado el Katame original —convencido de que tendría que haber dejado un rastro de sangre en el trayecto— y del almacén. En donde el clon había elegido esconderse, con el rabo entre las patas. —Tienes que irte, llévate a Koe a donde Jitsuna e informa de todo lo que has visto aquí. Que pidan asistencia de algún conocedor de Fūinjutsu y la liberen. ¿Me estás escuchando, Kano? Kaido caminó hasta la uchigatana de Katame, tomándola por el mango. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 28/06/2018 —Tienes que irte, llévate a Koe a donde Jitsuna e informa de todo lo que has visto aquí. Que pidan asistencia de algún conocedor de Fūinjutsu y la liberen. ¿Me estás escuchando, Kano? —¡Sí, te estoy…! ¡Ugh! —Shenfu Kano no pudo terminar la frase. Suele pasar cuando te tapan la boca con una mano y te ponen la punta de un kunai en el cuello. El dragón había vuelto. Y había vuelto con fuerza, dando una patada en la corva del cocinero para que cayese de rodillas y pudiese sujetarle mejor la cabeza. Sonreía. Kaido había dado en la diana: sí, el clon se había escondido en el almacén. Pero no había acertado en el centro. El dragón no se había escondido por temor, sino para prepararse. Fue entonces cuando Kaido, tras tomar la katana y localizar el rastro de sangre, lo vio salir como un rayo del cielo tomando a Kano como rehén. —¡De rodillas y las manos en la puta cabeza o lo mato aquí mismo! —El rugido de un dragón exigiendo doblegarse ante él. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 30/06/2018 Y como la sombra de un demonio que se atreve a volver a jugar a los planos terrenales de los que fue expulsado, la del dragón abandonó los linderos del galpón que le hubo servido como escondrijo temporal para preparar su emboscada y atizó a Kano para que este cayera fuera a caer al suelo, de rodillas. Sin embargo, antes de que estas tocaran tierra; la mano del tiburón se había torcido apenas una milímetro y su chakra ya había potenciado la luz de la luna, o de algún farol, con la fuerza de mil soles. Bastó un brillo, y un movimiento que al unísono de su otra mano le permitió aparecer súbitamente frente al cegado clon, sosteniéndole el brazo que iba a amenazar a Kano con la kunai, y con esa Uchigatana que alguna vez le habría servido fielmente atravesándole la garganta. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 30/06/2018 La luz de la luna se vio reflejada en la hoja de la uchigatana, emitiendo un potente y artificial brillo cegador. Tanto Katame como Shenfu Kano se vieron cegados momentáneamente, instante en el que el Tiburón aprovechó para clavar sus fauces en el cuello de su víctima. —¡Bam, bam, bam! —exclamó Shenfu, eufórico, cuando Kaido atravesó la garganta del mercenario como si se tratase de mantequilla. Éste desapareció en una nube de humo—. ¿¡Qué cojones!? —exclamó, confuso—. ¡Malditos ninjas tramposos! —rugió—. ¿¡No lo has matado!? RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 1/07/2018 Pero lejos de contagiar al escualo con su vívida euforia, los bam de Kano calaron desapercibidos para un Kaido que ahora lucía afligido por el máximo esfuerzo realizado durante una de sus batallas más duras. Y sin embargo, ahí estaba, apenas de pie; y con el enemigo real huyendo como una rata despavorida más que como un dragón. Podía sentirse ligeramente victorioso. —No lo he matado porque he tenido que salvaros el pescuezo —se atrevió a decir, aunque no le creyera completamente—. vayámonos de una jodida vez, tengo que encontrar a ese malnacido ahora que está tan débil como yo. Primero hay que dar con Jitsuna, vamos. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 1/07/2018 —¡Sabía que había hecho bien en contratar a un ninja de Ame! ¡Sois duros e implacables como la tormenta! ¡Bam, bam, bam! —rugió, eufórico. El día para él, y su familia, parecía no terminar tan mal como se había previsto. Al menos, estaban a salvo, pese a que su sobrina seguía envuelta en esas condenadas telas. Shenfu Kano tomó la carretilla y echó a correr por el camino, junto a Kaido. Entonces, llegaron al cruce. A la derecha, Taikarune, donde se encontraba Jitsuna y, probablemente, el olvidado Yoku Reon. A la izquierda, el puerto. Las huellas de unos cascos de caballo y el surco de dos ruedas de carro iban en aquella dirección. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 1/07/2018 El gyojin trató de seguir a Kano, que muy a pesar de haber recibido sendas shuriken en el cuerpo, aún tenía la energía suficiente como para que la euforia de la blanca le siguiese haciendo efecto. En algún momento se le iba a agotar, desde luego, así que era mejor aprovechar su ímpetu y moverse tanto como pudieran. Y de tanto como pudieron, avanzaron; hasta dar nuevamente con una encrucijada que podía decidir destinos. Entre esos el suyo. Kaido miró a un lado, y luego al otro. A un lado, y al otro. Finalmente, una vez más. Luego a Kano, a los ojos. —Escucha, ahora mismo hay dos opciones. O tomamos los dos la ruta que nos lleve hasta tu mujer y nos aseguramos de encontrar a las personas indicadas para desellar a Koe. Si voy contigo, será mejor —dijo, mientras enlazaba la Uchigatana a un tirante de su espalda y tomaba un profundo suspiro—. o lo dejo en tus manos, y voy a por Katame. Tiene los títulos de tu barco y creo que la única opción que tiene ahora mismo es salir cagando leches en Baratie. Ambos estamos al límite, así que es un tiro de moneda. Como eres el jodido contratista, lo dejo en tus manos. Sacó de entre sus ropajes una placa metálica, y se la amarró firmemente en la frente como el ninja que era. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 1/07/2018 La barbilla de Shenfu Kano bailaba de un lado para otro ante cada palabra de Kaido. Sus ojos tenían esa característica intensidad de alguien que se ha tomado polvo mágico, y no paraba de cambiar el peso de una pierna a otra. —¡Joder, Kaido, ¿y no puedes hacer las dos cosas?! —exclamó, cabreado—. ¡Que para algo eres ninja, joder! —Pronunció la palabra ninja como si significase ser un Dios al que respetaba y temía—. ¡Y he pagado un pastizal a tu Villa! ¿¡Cómo me haces elegir entre mi sobrina y mi hija!? Sí, su hija era, y siempre lo había sido, Baratie. Tic, tac. Tic, tac. El reloj seguía corriendo. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 1/07/2018 Kaido se le acercó peligrosamente. Demasiado, quizás. —Pagaste por una misión de rango C. Lo que debería ser ligeramente más complicado que limpiar mierda de chucho o cuidar de algún crío travieso. Pero estamos enfrentándonos a un ninja probablemente renegado que es jodidamente fuerte, y que pertenece a una nosecuánta mafia de los cojones. Te salvé el culo, puse mi vida en riesgo por Koe y aún así ¡¿me recriminas?! vete a tomar por el culo. Le metió un manotazo a Kano en el pecho y señaló la dirección contraria. —Ve con Jitsuna y que entregue la carta a las autoridades. ¡Ve! Luego echó a caminar en dirección a Baratie. Allá en donde todo había empezado. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 1/07/2018 Shenfu Kano aguantó estoico todas las pullas con veneno que Kaido le lanzaba una tras otra, sin tregua ni compasión. —¡Joder! ¡No hay por qué ponerse así! Kaido le dio una palmada en el pecho y le indicó la dirección contraria. Luego, le dijo que fuese junto a Jitsuna, con el mismo tono que alguien manda a tomar por culo a otro. O, al menos, así lo interpretó Shenfu Kano. —¡Buena suerte, Kaido! ¡Aunque sé que no la necesitas! ¡Eres como yo! ¡Dejo a Baratie en tus manos! Cuando se alejó corriendo de allí, guiando la carretilla, Kaido todavía pudo oír su característico bam, bam, bam. El shinobi de Amegakure —ya con la bandana a la vista—, se enfrascó en una carrera hacia el puerto. Localizó un rastro de sangre, que a medio camino desapareció. Las huellas de los cascos de caballo, sin embargo, seguían. Continuaban por todo el puerto hasta llegar, precisamente, al muelle donde estaba anclado el famoso barco. Allí, al final de éste, estaba el caballo. Junto al carruaje, vacío. Y el barco… el barco estaba ligeramente distinto. La pesada cadena del ancla ya no colgaba por un lado del casco. Las cuerdas que lo ataban al muelle se encontraban desatadas, y alguna vela había sido izada. De hecho… Sí, empezaba a moverse. A alejarse. Parecía que Kaido había tomado la decisión correcta. De haber decidido ir junto a Kano, no lo hubiese encontrado a la vuelta. |