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Entre montañas - Versión para impresión

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RE: Entre montañas - Himura Hana - 5/03/2020

Sopesó los shuriken, comparados con los de verdad, no pesaban una mierda y seguramente en cuanto los tirase se fuese cada uno a una punta de Onindo. Por el rabillo del ojo pudo ver que Ren la estaba ignorando, no sabía si a proposito o con la intención de que se concentrase mejor. Aunque no lo admitiría, esperaba que al menos estuviese atenta, ya no animarla, pero hubiera estado bien que hubiese estado mirando.

No podía hacer nada, así que respiró hondo y lanzó el primer shuriken, que se fue a tomar por culo, ni llegó a la diana. Lanzó el segundo, que ya tenía un poco más de control y dio en la zona de 30 puntos y al lanzar el último sintió que ese era el bueno, fue genial toda la trayectoria hasta que antes de impactar en el centro de la diana el viento lo movió y dio en la zona de 40 puntos tocando la de 50. Frunció el ceño y se giró al hombre responsable, esperando saber qué había conseguido con 70 puntos de mierda.

Estaba claro que el panda no. Su panda. Se cruzó de brazos algo contrariada con toda la experiencia.


RE: Entre montañas - Himura Ren - 5/03/2020

Tras guardar aquel llavero en un bolsillo interior del kimono, volvió a recaer su mirada en Hana; quien ya había lanzado al menos uno de aquellos shurikens. Iba a coger otro pez, a saber que sabor tendría el siguiente, pero decidió esperar a que Hana terminara de probar suerte.

Consiguió una puntuación casi el doble que Ren, y esta quedo más que sorprendida, acercándose a una enfurecida Hana que lo único que quería, era aumentar su colección de animales de trapo.

Wow, que cerca estuvo ese 50

Pues con 70 te toca uno de estos peluches— dijo señalando a una estantería con varios animales de tela rellenos, con un tamaño más que aceptable.

Pero seguramente Hana no se contentaria con uno de esos, ella aspiraba al premio más grande mientras que la morena realmente se conformaba con poco. Si Hana no decidía uno de estos, Ren lo haría por ella.


RE: Entre montañas - Himura Hana - 5/03/2020

Pues con 70 te toca uno de estos peluches

Sentenció aquel demonio en forma de señor con un puesto de tiro a la diana. Hana se quedó ahí plantada unos segundos, mirando los peluches que le señalaba, todos ellos del mismo tamaño, minusculo. Cogió el mismo panda que el grande, pero en diminuto, en infimo. Se acercó a Ren con el panda bajo el brazo, la mirada brillante y las manos apretadas en puños.

¿Volvemos? — preguntó sin mirar a Ren directamente.

Estaba en la delgada linea entre la decepción y el enfado. Se negaba a ponerse a llorar, y aún menos delante de la morena, no, tenía que madurar. Ser responsable, si no se podía pues no se podía, seguramente más adelante acabase en rabieta, pero ahora debía aparentar normalidad. Sin mucho exito.


RE: Entre montañas - Himura Ren - 5/03/2020

La reacción de Hana preocupó a Ren, quien no tardó mucho en fruncir el ceño; al acercarse la rubia.

¿Volvemos?dijo sin siquiera alzar la mirada.

Ren asintió, cogiéndola de la mano libre con delicadeza, mientras en la otra sostenía contra su pecho las bolsas de comida. Lo hizo de forma lenta y sosegada, como si la mano de Hana fuera de porcelana fina, y temiera romperla con su rudeza; aunque de romperse, sería a llorar gritaban sus ojos y mejillas. Comenzó entonces su marcha de vuelta a la posada, caminando lentamente, Ren la miraba continuamente, a la espera de una señal de mejoría, y de que viera lo que tenía al menos, pero no pudo aguantar más.

O-Otra vez será; seguro que en algún otro sitio podremos conseguir uno igual o incluso más grande, ya lo verás — le dedicó una sonrisa, esperando animarla.


RE: Entre montañas - Himura Hana - 5/03/2020

O-Otra vez será; seguro que en algún otro sitio podremos conseguir uno igual o incluso más grande, ya lo verás

Dame un pescao. — pidió con un hilillo de voz mientras aseguraba el agarre de manos.

Iba mirando al suelo, pensando, procesando lo que acababa de pasar, sus sentimientos al respecto y cómo reaccionar. ¿Sería correcto soltarle todo aquello a Ren? Era una tontería, solo era un peluche y ella era una kunoichi, estaba por encima de todo eso.

Entonces, ¿por qué? ¿Por qué se sentía tan mal? ¿Por qué le ardía el pecho? ¿Por qué quería llorar y patear cosas en exactamente la misma proporción?

Exteriormente, Hana solo andaba de la mano de Ren lentamente, en silencio, mirando al suelo. Era la calma antes de la tormenta.


RE: Entre montañas - Himura Ren - 6/03/2020

Sonrío suavemente sin perder su preocupación. Cogió de la bolsa de Hana un pez aleatorio; y se lo ofreció para después volver a coger su mano. Le hizo un suave apretón, dedicándole una pequeña sonrisa. Cuando llegarán a la habitación hablarían de lo sucedido, Ren pensaba que a lo mejor si seguían hablando el tema, podría estallar en medio de la calle.

¿De que es el tuyo ahora? — ella también cogió uno de su bolsa, y se lo acerco a la nariz para olisquearlo; el de fresa debía ser el último, era de vainilla, así que me dio un mordisco.

Ya casi estaban en la posada.


RE: Entre montañas - Himura Hana - 6/03/2020

¿De que es el tuyo ahora?

Respondería a esa pregunta, pero seguramente no era la respuesta que Ren esperaba. Hana no pudo contenerse más, apretó la mano en la que tenia el dulce con forma de pescado tras haberle dado un solo mordisco. El relleno, de color amarillento, se le derramo por toda la mano y cayó al suelo con la lentitud que caracterizaba esa viscosidad.

¡Un fraude, eso es lo que es! ¡Si hace un puesto de tiro con shuriken que ponga shuriken de verdad! ¡No! Tenía que usar shuriken de mierda de goma espuma que no valían para nada. ¡Es que encima ni siquiera se pegaban como deberían! Seguro que lleva con ese oso viente años, porque total, es completamente imposible ganar esa mierda. ¡Me parece muy injusto y las villas no deberían permitir estas cosas! Ese señor es un estafador. Porque si te vende que puedes conseguir el panda y no puedes, es fraude, claramente. Debería ser minimamente posible, y no lo es. ¡Por Kami-sama! Que es un puesto que frecuentan los niños. Niños a los que tima este malechor. ¡YO QUERÍA MI PANDA!

Y así acabó el discurso, después de haber aplastado y destripado del todo el pez que había tenido en la mano, que ahora no era más que un manchurrón en el suelo y un montón de trozos en un mar de crema. Miró a Ren, al borde del llanto, ya no sabía si era de tristeza, de ira o de ambas.

Mientras había estado hablando la había sobrecogido un enfado sin precedentes, le hubiese encantado llevarse ese aparatoso panda a casa, incluso hubiese cargado con él más feliz que un niño con una piruleta. Y ahora se iba sin el panda, y tarde o temprano tendría que separarse de Ren y no tendría un peluche tamaño real para recordarla. Había intentado no mover la mano para no manchar nada, bastante habían tenido aquel día, pero le empezaban a picar los ojos y se veía o soltandole la mano a Ren o llenandose la cara de crema. Lo cual solo la desesperó más, mientras las lágrimas empezaban a rodar por sus mejillas, incapaz de articular otra palabra.


RE: Entre montañas - Himura Ren - 6/03/2020

H-Hey Hana tranquila... Has conseguido este peluche tan mono — dijo presionando con el índice sobre la nariz del oso panda que tenia entre manos. — Yo he conseguido la cutrez esa de llaveros; no nos hemos ido con las manos vacías por lo menos. Ya volveremos en otra ocasión y conseguiremos ese oso; y si no esta... Bueno ¡ya buscaremos uno incluso más grande!

En su rostro no desaparecía el gesto de preocupación, pero si algo de ese optimismo se le contagiaba a Hana, a ella también le cambiaría el rostro. Es cierto que se había pillado una pataleta, quería aquel peluche fuera como fuera, pero ha sido distinto pensó Ren; se había controlado, puede que mucho más de lo que ella creía, y eso era algo más que positivo.

Venga entremos, o cogeremos más frío — dijo antes después de olisquear como un perro otro pez para darle un bocado, y entrar en la posada directa hacia la habitación, sin volver a soltar la mano de su rubia acompañante.


RE: Entre montañas - Himura Hana - 7/03/2020

H-Hey Hana tranquila... Has conseguido este peluche tan mono. Yo he conseguido la cutrez esa de llaveros; no nos hemos ido con las manos vacías por lo menos. Ya volveremos en otra ocasión y conseguiremos ese oso; y si no esta... Bueno ¡ya buscaremos uno incluso más grande!

Era plenamente consciente de que Ren decía eso para nada más que consolarla, sabía que era mentira. Nunca jamás volvería a ver un peluche de panda de ese tamaño al alcance de su mano, sin embargo, se negaba a pagarlo con la amejin, por el momento. No se hacía responsable de lo que pasase a lo largo de la noche. Apretó los dientes y los mofletes para aguantarse tanto como fuese posible mientras Ren la arrastraba dentro de la posada.

Se sacudió la mano manchada de crema antes de entrar por la puerta, aunque aún la sentía bastante pegajosa. Lo bueno de aquello es que se le había cerrado del todo el estomago, no quería probar bocado en una semana. Ni eso, en un mes.

Hana miraba la espalda de Ren, que iba ligeramente más adelantada que ella, liderando la marcha mientras tiraba de su mano. La rubia se quedó cerca de la morena, pero no demasiado, a la distancia justa para que no lo interpretase como que quería alejarse pero no tanta como para chocar si paraba de golpe. Estaba especialmente atenta a esos detalles ahora que tenía la mente llena de ira y contención.

Más detalles, el baile de la coleta de Ren, la preocupación en su mirada cada vez que le dedicaba una mirada para ver como estaba, el calor de su agarre, el latido desbocado en su pecho, por la cercanía de Ren y por la frustración que sentía. Cada vez más cerca de que de un bote mal dado se le saliese el corazón por la boca.

Cuando atravesaron el marco de la puerta de su habitación, Hana simplemente se echó a llorar, incapaz de procesar todo lo que le pasaba, ni siquiera dijo nada, solo se quedó ahí de pie, las lágrimas cayendo libres por su rostro.


RE: Entre montañas - Himura Ren - 7/03/2020

No Hana. Nononononononononono — dijo apresurada y nerviosa; dejo torpemente las bolsas en el suelo y se acercó para acariciarla en los hombros, sin saber muy bien que hacer. — D-Decias que no podías comportarte cuando te daba esos caprichos, que hacías lo imposible aunque tuvieras que cruzar la línea; pero te has comportado. Has aguantado, no pasa nada. Venga animate...

Puso la cabeza sobre su hombro, fundiendose en un abrazo mientras acariciaba su espalda. No se le ocurría que podía hacer para animarla, y tal vez solo conseguiría meter aún más la pata, ya que se estaba dejando llevar por sus instintos; pero no quería que siguiera sufriendo.


RE: Entre montañas - Himura Hana - 7/03/2020

No Hana. Nononononononononono D-Decias que no podías comportarte cuando te daba esos caprichos, que hacías lo imposible aunque tuvieras que cruzar la línea; pero te has comportado. Has aguantado, no pasa nada. Venga animate...

No, lo que había pasado antes no había sido cosa de su subconsciente. Ella, conscientemente, quería ese panda. Porque, aunque no lo dijese, estaba sola, estaba terrible e irremediablemente sola. Por eso viajaba tanto, para no estar en su casa, no hundirse en su soledad. Por muy dura que pareciese, que ella quisiese parecer, era una niña que había perdido a sus padres. Por primera vez, había sentido que había alguien en el mundo que quería estar a su lado. Ren. Y ese panda, ese panda hubiese sido una representación de su relación, un recordatorio de que estaba ahí fuera, de que no estaba sola.

Esta vez no había sido un deseo irracional hacia un objeto aleatorio por un trauma. Había sido una decisión consciente, un deseo latente en su corazón, que acababa de ser partido en mil pedazos. Abrazó a la morena con fuerza, le lloró en el hombro durante unos minutos, hasta que finalmente solo quedaron sollozos.

R-Ren, el barreño. — quería asegurarse de que siguiese allí, porque era idiota, era estúpida e infantil y necesitaba esas tonterías.


RE: Entre montañas - Himura Ren - 9/03/2020

Dejo de abrazarla, sin perder la preocupación en su corazón; para buscar aquel objeto. Caminó hasta la cama, para ponerse de cuclillas; no recordaba bien donde lo había dejado Hana, pero si ella era lo que quería levantaría hasta la madera de suelo y partería las paredes en su búsqueda. Amontonó también algo de la ropa que habían dejado antes, así como la almohada y un par de cojines, hasta que dio con el utensilio de madera. Suspiró profundamente aliviada, manteniéndolo con ambas manos, y sin alzarse, buscó con la mirada a Hana; queriendo gritarle "Ya esta, ya paso todo. Todo esta bien y en su sitio".

Está aquí. No te preocupes — dijo con la esperanza de que se tranquilizara un poco.


RE: Entre montañas - Himura Hana - 9/03/2020

Está aquí. No te preocupes

Para cuando dijo eso, Hana ya estaba en frente de ella, sentada en la cama, aún con los ojos rojos y humedos pero algo más aliviada. Cogió ambas manos de Ren con las suyas, al mismo tiempo que sujetaban el barreño.

Gracias, Ren-chan. — sonrió, mientras las dos últimas lágrimas abandonaban sus ojos. — Lo cierto es que quería el panda porque tarde o temprano nos separaremos y quería tener algo digno de ti para recordarte, y Ren-chan peludita era lo mejor del mundo para ello, casi como una señal del destino. Pero... no he sido capaz de conseguirlo y... me ha sentado muy mal. No quiero estar sola. — el tono y su mirada fueron bajando a medida que hablaba, hasta que su voz no fue más que un susurro y su cabeza estaba gacha, con la mirada clavada sus manos.


RE: Entre montañas - Himura Ren - 9/03/2020

Confundida por no saber si lo que realmente la hizo avergonzarse fue el hecho de que la sostuviera con ambas manos, o lo de "Ren-chan peludita" suspiró finalmente de alivio.

Bueno, tienes el otro oso que has conseguido. Y también el llavero — se reincorporó, apoyando una mano sobre su propia rodilla, para sentarse a su lado. — Pero has sido muy fuerte; seguro que te costó muchísimo aguantar aunque fuera tan poco tiempo. — dijo sin perder la mirada sobre los ojos todavía húmedos de Hana, para luego mirar hacia el techo, como si se hubiera abierto por la mitad y la iluminación divina le hubiera alcanzado.

Hey, ya sé. Si quieres, podríamos intercambiar una camisa. Es una idea tonta, pero no sé. Así cuando te la pongas siempre recordaras que tienes a tu hermana a tu lado — añadió finalmente con una risa, algo avergonzada.

Ren pensaba que no se le daba bien ser empática, aquella amabilidad era algo natural en ella pero lo hacía siempre de manera inconsciente. Y si además tenia que encima pensar un regalo, tenía suerte de no acabar comprándose ella algo por accidente. En cualquier caso aquella tonta idea, sonaba demasiado bien en su cabeza, como si acabara de descubrir el fuego o la rueda.


RE: Entre montañas - Himura Hana - 9/03/2020

Bueno, tienes el otro oso que has conseguido. Y también el llavero. Pero has sido muy fuerte; seguro que te costó muchísimo aguantar aunque fuera tan poco tiempo.

Se le hacía raro que la alagasen, y encima por algo así, así que asintió pero no dijo nada al respecto.

El panda enano este no es digno de ser Ren-chan peludita, miralo, si no es ni medio brazo tuyo. — señaló el peluche, que había acabado en el suelo bocabajo cuando Hana se había movido a la cama, por suerte, el suelo estaba impoluto, así que no se ensuciaría.

Hey, ya sé. Si quieres, podríamos intercambiar una camisa. Es una idea tonta, pero no sé. Así cuando te la pongas siempre recordaras que tienes a tu hermana a tu lado


La sonrisa de Hana se ensanchó al oír las palabras de su hermana, en sus ojos apareció un destello de emoción, pronto se olvidó del barreño, soltandolo y girandose a donde la morena tenía sus cosas.

Pero tiene que ser tu camisa favorita, sino no vale. — contestó tajante para echarse atrás casi inmediatamente. — Si-si quieres, claro. — la miró poniéndole ojitos tristes para intentar convencerla.


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