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(S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Versión para impresión

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RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 19/08/2017

—¿Qué es lo que te enseñó, Uchiha Akame? —preguntó con autoridad Yakisoba.

Off: Master corta. Que postee solo Akame, no importa si es solo un diálogo y es muy corto. Necesito que todo quede sentenciado antes del siguiente post.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 19/08/2017

«¿Qué me enseñó?» Él recordaba las palabras de Shiona, claras como el día, en su despacho.

«... entonces lo que estás buscando es venganza. Sangre. Violencia. Es un mal camino que recorrer, Akame-kun. Un camino que no deseo que recorras.»

Me enseñó que hay un momento y un lugar, y también lo que significa ser un ninja. Compartió conmigo un resquicio del peso que ese sombrero es capaz de poner sobre los hombros de uno... —el Uchiha hablaba como si no estuviese allí—. Me hizo ver lo que significa ser Kage... Y eso es cuidar de todos y cada uno de nosotros. Por eso mismo yo siempre estaré en deuda con Shiona-sama.

»Porque ella me enseñó el camino que debo recorrer.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 19/08/2017

—Bien —dijo, dando un lento aplauso—. Bien, bien. Ahora, tranquilizáos.
No voy a mataros. No tendría por qué... Claro.


»Shiona fue una líder excepcional, es cierto, Akame —comenzó—. Pero algunos en la aldea estábamos comenzando a detectar ciertas... "Conductas". No muy buenas para Uzushiogakura, la verdad. No muy buenas para la aldea.

Yakisoba formuló otro sello manual, y volvió de nuevo la picazón de la nuca. La técnica de interrogación había desaparecido. Se puso a caminar mientras hablaba, con los brazos a la espalda. Casi se podría haber dicho que no parecía el mismo.

—¿Por qué Amegakure debía tener un bijuu y nosotros no podíamos buscar uno? Todo eso de la paz está muy bien, pero cuando hay un desequilibrio de poder... La paz nunca dura siempre, y cuando desaparezca, ¿en qué posición nos dejaría el Pacto con las otras dos aldeas? Amegakure tendría todas las de ganar, y nosotros estamos aislados en una península, muy accesibles por tierra con unas llanuras preciosas donde enviar a tus tropas armadas con un chakra inimaginablemente poderoso.

—Lo que Shiona no era capaz de ver, ni algunos de mis camaradas del Consejo de Sabios, es que esa paz es tan frágil como el cristal de una ventana. Sólo hace falta que alguien tire una piedra contra el cristal para que el fuego de la guerra penetre en nuestra casa. En nuestra aldea.

»Por eso idearon un plan. Sabían que Shiona era tan respetada que nadie se atrevería a cuestionarla. Lo que necesitaban era una Shiona parte dos. Una transición tranquila. ¿Su alumno, Yakisoba? Por ejemplo. ¿Gouna? Tiene la juventud eterna de su madre. Cuando Yakisoba muriese, ella continuaría "la paz".

»Por eso demonizaron mi mensaje. Por eso extendieron los rumores de que quería utilizar a los bijuu, cuando yo sólo decía que deberíamos equilibrar la balanza y tener uno, ¡sólo por si acaso! Por eso hicieron aquél teatrillo en la plaza con alguien transformado en mí, mientras me mandaban lejos, a misiones cada vez más remotas.

»Sí, Shiona, Gouna, Yakisoba... Sabían bien lo que es ser un ninja. Actuar en las sombras, rápidamente, letalmente. Todo por la paz. El fin justifica los medios. Y me demonizaron.


Un resplandor azul envolvió el cuerpo de Yakisoba. Hacía tiempo ya que habían notado el cambio en la voz, aunque quizás pensaron que se trataba de los efectos de la técnica.

Pero...

—Mancharon el nombre de Uzumaki Zoku porque sabía que tenía partidarios. Eliminaron a todos mis hombres fieles, uno a uno...

La compleja transformación se deshizo por completo poco a poco. Desde el rostro, pasando por el cabello y luego por la ropa y el cuerpo, que se desinflaron como un globo. Ahora quien estaba ante ellos era un hombre de media melena rojiza, con los ojos grises, que les observaba con una media sonrisa. Uzumaki Zoku.

—Movilicé a mis hombres para que tomaran información aquí y allá, y descubrí todo esto. Cuando Shiona murió, la rueca del destino siguió tejiendo los hilos del mundo.

»Lamentablemente, tuve que tirar de muchos contactos para expandir mi influencia. Una mosca, sin embargo, picaba detrás de mi oreja, de modo que mientras tanto movilicé a mis mejores espías fieles. Yakisoba y compañía sabían que yo iba a intervenir en el palco el día de la toma de juramento de Yakisoba. Lo que visteis estaba planeado desde el día cero. Gouna estaba en la aldea desde apenas un día después de la muerte de Shiona. Todo fue un teatro.

»Afortunadamente yo me sabía el guión antes de tiempo. Maté a ese gordo conspirador y me hice pasar por él con el Fuuinjutsu. Sólo necesitaba una gran parte de su chakra. Me hice pasar por él. Sus técnicas. Su manera de hablar, de caminar. Su aspecto. Y un doble tomó mi lugar... Un buen hombre. Un mártir por Uzushiogakure.

»Cuando Gouna apareció y mató al falso Zoku, el pueblo tuvo dudas. Los ilusos querían crear un efecto contrario. Ensalzar a una heroína. Pero todo fue demasiado apresurado. Muy público, muy llamativo, eso sí.

»Y luego mataron a todos los hombres que tenían una mera relación conmigo. A sus maridos, esposas, hijos. A sus amigos y a los amigos de sus amigos. A niños de sólo diez años. A estudiantes de la academia a los que conocía. Y todo... Por una paz falsa. Preocupados por la aldea la estaban matando por dentro. Se atrevieron incluso a matar a la mitad del Consejo de Sabios. Qué osadía. O conmigo o contra mí, ¿eh?


Zoku carraspeó y se cruzó de brazos frente a ellos.

—Por supuesto, el de Yakisoba no es el único chakra que robé y tampoco mataron a todos mis hombres. Necesitaba espías, más que nunca. Y entonces, uno de ellos escuchó aquella conversación vuestra, y... Bueno, aquí estamos. Convencí personalmente a Gouna de traeros a vosotros. "Los mejores genin de la aldea" dije. "Con el Sharingan, pueden ver el chakra de los hilos", dije. —Sonrió con satisfacción—. Akame-kun. Has dicho que serías leal a Uzushiogakure hasta el final. Muy bien, ¿qué creéis que es ser leal a Uzushiogakure en estos momentos? No es una respuesta fácil.

»En mi opinión, la paz de Shiona nos ha acostumbrado a ser débiles. Tenemos que hacer más lo que nos de la gana como nación, y menos lo que nos dicten los demás paises. Soberanía.

»Así que... ¿Qué me decís...?



RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 21/08/2017

Oh, venga ya... —musitó el Uchiha, casi para sí mismo, cuando aquel hombre que parecía ser Yakisoba, hablaba como Yakisoba y se movía como Yakisoba, resultó no ser Yakisoba.

Akame recordaba los días tras la muerte de Shiona. El caos generalizado, el luto, las tensiones políticas. Recordaba las palabras que ella misma le había dicho en su despacho antes de mandarlo a él —y a Furukawa Eri— a disculparse con un gennin de otra Aldea cruzando medio Oonindo. Recordaba la firmeza de su antigua Uzukage al mandar matar a aquellos hombres que, en palabras más tarde dichas por su hija, habían conspirado junto con Uzumaki Zoku para tomar el gobierno de la Aldea. En ese momento el joven gennin no se había sentido realmente convencido por la historieta, pero ahora...

Ahora directamente tenía ganas de clavarse un kunai en la cabeza. Con los ojos como platos y la boca tan abierta que podía habérsele colado un enjambre de moscas, el Uchiha asistió sin decir palabra a aquella revelación que podría cambiar el futuro de Uzushiogakure. El traidor, el sanguinario, el que quería usar a los bijuu para destruir a las otras Aldeas; todas aquellas lindezas —y más— se habían dicho de Zoku. Pero, en ese momento, Akame sólo veía a un veterano traicionado por los suyos.

«No, ¡no! Idiota, no te dejes engañar tan fácilmente...» Pero, ¿quién decía la verdad? ¿Gouna y los suyos? ¿Zoku? ¿O quizás ambos? Al fin y al cabo, ¿no estaban jugando al mismo juego? Que Zoku hubiese decidido arriesgarse a revelarles todos sus planes a ellos dos, unos simples gennin, no quería decir sino que Gouna iba ganando. «Nada más», se obligó a decirse a sí mismo el Uchiha.

Apretó los puños para disimular el temblor de sus manos, mientras sus ojos negros no podían dejar de mirar la figura del Uzumaki. Daba auténtico miedo y, cuando terminó de hablar, Akame sintió que iba a cagarse en los calzones. Si no terminó haciéndolo fue porque los dioses se apiadaron de él.

«¿Me está... Me está pidiendo que elija? ¿Entre Gouna y él?»

Akame siempre había intentado ser un buen shinobi. Para él, eso significaba seguir las órdenes al pie de la letra, con eficacia y eficiencia, sin piedad ni remordimientos. Había matado a personas, a más de dos y a más de tres. Había quemado hogares y luchado contra sus propios compañeros, todo en pos de su deber. Era un chico que siempre se había jactado de tomar la decisión correcta. Pero, en ese justo momento... Ya no tenía tan claro lo que significaba ser un buen ninja.

«Estoy ante un dilema imposible. Si me uno a este hombre, traiciono a mi Uzukage. Pero si le contradigo, seré cómplice de los manejos políticos de una criminal que asesinó a un personaje respetado de la Aldea en público... ¿Es que no hay respuesta correcta? ¿Acaso es esto a lo que se refería Amedama Daruu? ¿Decidir por mí mismo? ¿Acaso...

... acaso él tenía razón?»


El pensamiento cayó sobre Akame como un jarro de agua helada. Alzó la vista y sus ojos se encontraron con los de Zoku, grises como si de verdad estuviese muerto.

¿Por qué... Por qué nosotros? —se atrevió a preguntar—. ¿Y por qué ahora? Sólo somos dos gennin...


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 23/08/2017

Cuando llegó la revelación final, Datsue no supo si reír, llorar o rugir de alegría. Había estado en lo cierto. Todas aquellas sospechas, todas las paranoias que su cabeza se había creado en las noches de insomnio, se estaban confirmando una a una por la boca del mismísimo Zoku, que cual ave fénix parecía haber revivido en el cuerpo de Yakisoba. O, mejor dicho, nunca había estado muerto.

¿Debería estar contento, pues? Seguramente. Pero Uchiha Datsue nunca se caracterizó por hacer lo que debía, y aquella no era una excepción. Era fácil criticar a Gouna con la boca pequeña. Fácil apoyar a alguien que ya creías muerto y bien enterrado. Pero eso era una cosa, y otra muy distinta ponerse en primera fila de tiro. Porque eso era lo que haría si le apoyaba ahora.

«Como si tuviese otra opción…» ¿Qué iba a decir? ¿Qué no? En el momento en que lo dijese moriría en el acto. Tan descolocado como estaba —y todavía recuperándose del shock por descubrir que aquel jounnin bonachón era en realidad uno de los ninjas más peligrosos de la Villa—, la suerte quiso regalarle un poco más de tiempo cuando Akame lanzó la pregunta clave.

¿Por qué... Por qué nosotros? ¿Y por qué ahora? Sólo somos dos gennin...

«Eso… ¿Por qué nosotros?»


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 23/08/2017

—¿Que por qué vosotros? —repitió él—. Gouna insistió en llevar a dos genin de apoyo. Vosotros dos sois los mejores de la aldea ahora mismo. Y encima, teníais dudas. Si le cuento esto a un fanático de Gouna o de Yakisoba no se lo cree.

Suspiró, cerró los ojos y se cruzó de brazos.

—Ya que iba a traerme dos genin, mejor intentar convencerles de que me crean sin tener que ponerles las pruebas delante de las narices. Bueno, si se enfrentaban a mi habrían dos genin menos en Uzushio. Dos genin inocentes que podrían haber sido grandes ninjas fieles en el futuro. —Por el tono de su voz, no sólo constataba lo que habría hecho, sino que era una advertencia.

—En realidad, no tenéis alternativa alguna —se sinceró—. Me creáis o no, es lo que pasó. Y lo único que importa aquí es que el Señor Feudal también me cree y que el Consejo de Sabios Uzumaki está a sus órdenes... y a la orden del día. Es un hecho: voy a ser Uzukage.

»Además, Gouna-chan bebió ayer un té con limón con un aderezo muy interesante. A estas horas sin duda ya no estará entre nosotros, pobrecita.

No rió. No sonrió. No había ni una pizca de satisfacción en su rostro. Sólo una fría máscara de cálculos inescrutables.

—Esto es lo que pasará: Kusagakure encontrará el cadáver, y, claro, ¿cómo van a sospechar del bueno de Yakisoba? Sin duda Amegakure ha actuado y ahora está intentando que parezca que Kusa se ha cargado a la Uzukage.

»Amekoro Yui pensará que Kenzou está intentando culparla de un asesinato que él mismo ha cometido.

»Mientras las dos aldeas se pelean entre ellas, nadie sospechará de Uzushiogakure. Es más, todo lo contrario: intentarán excusarse ante nosotros echándose la una a la otra el muerto, y eso nos deja en una posición fuerte frente a ellas, una posición favorable. Mientras tanto, nuestros ciudadanos sentirán la terrible sensación de que tengo la razón. Nadie se opondrá ante mí, porque yo quiero lo que ellos quieren: una Uzushio más fuerte ante amenazas enemigas.

Sonrió.

—Y los compatriotas no volverán a matarse entre sí por un Pacto frágil que nos deja en una posición de desventaja. Se acabaron las tonterías.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 25/08/2017

El Uchiha no pudo evitar que una ligerísima, casi imperceptible, sonrisa se formara en la curva de sus labios. Que un shinobi tan poderoso e importante como Zoku les halagase de aquella forma —aunque fuese de pasada— era un elogio difícilmente resistible. Sin embargo, aquel amago de sonrisa se disipó a la velocidad de la luz en cuanto Zoku aseguró que no tendría reparos en matarles como a perros y dejar sus cadáveres en alguna zanja profund si se atrevían a contrariarle. El Uchiha notó como se le hacía un nudo en el estómago y luego le subía por la garganta.

«Da igual lo que este tipo diga... En realidad... No te...»

... néis alternativa alguna.

Aquel hombre de melena roja como la sangre completó sus pensamientos. Era cierto; no tenían elección. Incluso sin usar el Sharingan para ver el chakra del Uzumaki, Akame sabía que no tenían ni la más mínima posibilidad contra él. La cuestión era... ¿Realmente tenían que enfrentársele? La siguiente revelación del jounin contestó a esa pregunta con la eficacia de una daga en el corazón.

«Uzumaki Gouna está... ¿Muerta?» El Uchiha se había quedado blanco y su boca ya abierta de por sí se ensanchó más todavía, hasta el punto de que parecía que la mandíbula se le iba a desencajar. Lo que llegó a continuación no hizo más que acrecentar esa sensación de estupefacción; era un plan perfecto, trazado por el Uzumaki para quitarse de en medio a Gouna y, además, hacer parecer que alguna de las otras Grandes Aldeas había sido la culpable. «Por todos los demonios de Yomi, es perfecto. Este hombre... Lleva planeando esto mucho tiempo. Eso, o es rematadamente inteligente. O ambas».

Conforme Zoku hablaba, Akame notaba cómo el nudo que se le había afincado en la garganta se iba deshaciendo. Podía respirar, y se sorprendió a sí mismo por encontrarse sinceramente excitado, pero tranquilo a la vez. Rumió las palabras del futuro Uzukage como una vaca haría con unas briznas de pasto. Pensó en Uzushiogakure, en sus preciosos cerezos en flor, en sus gentes amables y abiertas, en todos sus compañeros ninja. Pensó en sus instructores, en Hana la Amargada, en la difunta Shiona... También en Tengu, y en cómo les había dado la espalda durante el Torneo de los Dojos. En la mirada amielada y amenazadora de su antigua maestra Kunie. Cabizbajo, todas aquellas vivencias pasaron frente a sus ojos en apenas un instante.

Entonces aflojó los puños y alzó la mirada. Y la clavó en los ojos grises de aquel hombre. Quiso hablar, pero las palabras simplemente no le salían.

«Nunca más permitiré que Uzushiogakure sufra. Nunca más. Nunca más, nunca más... Porque... Porque...»

¡Uzushiogakure no Sato es mi hogar! —gritó de repente, explotando. Apretó los puños con más fuerza que nunca y luego inclinó la cabeza—. Mi lealtad siempre estará con la Aldea. A sus órdenes, Uzumaki Zoku-dono.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 1/09/2017

Las palabras de Zoku confirmaban —una vez más— las sospechas de Datsue: o le apoyaban o morían. No había tercera opción, no había otra salida. Tampoco se molestó en buscarla. Él era cómo era, y en una situación límite como aquella, no iba a cambiar. La supervivencia era lo primero, lo segundo y lo tercero en su lista de prioridades. Luego ya venía todo lo demás…

«Y ahora, ¿qué? Fingiremos no saber nada frente a Gouna hasta que… ¿hasta que se alce contra ella? Joder, me da que voy a meter la pata nada más verla»

Como si Zoku pudiese leerle la mente, respondió a su pregunta sin necesidad siquiera de formularla. Una respuesta que le pilló a contrapié, le desencajó la mandíbula y le hizo abrir los ojos como platos. Sintió el frío en las entrañas mientras la revelación cobraba sentido en su cabeza. Uzumaki Gouna…

… muerta.

Le parecía tan imposible como cuando le dieron la noticia de que Shiona había fallecido. Pero allí estaba Zoku, con expresión pétrea y sin el más mínimo asomo de duda en sus facciones, asegurándolo. La había asesinado con un veneno, y el Uchiha se juró a sí mismo, desde aquel mismo instante hasta el fin de sus días, que no volvería a probar bocado de comida ajena. Y mucho menos si provenía de él.

La revelación, lejos de quedar ahí, se agrandó. La muerte de Gouna sería aprovechada para inventarse una conspiración por parte de Amegakure, en una jugada maestra como pocas veces se había visto a lo largo de la historia de Oonindo. Amegakure, por su parte, pensaría que Kenzou era el responsable, en una maniobra para culparles. Desde el punto de vista militar era, sencillamente, perfecto.

Datsue le miró con una mezcla de emociones difíciles de descifrar. En parte con admiración, porque aquel hombre estaba demostrando ser un genio que iba siempre dos pasos por delante que el resto. En parte con miedo, porque dudaba que fuese el tipo de Kage comprensivo si descubría como uno de sus Gennins se lucraba con pequeños negocios de dudosa reputación. Y en parte, sencillamente, con confusión. ¿Se alegraba realmente del cambio de sombrero?

Akame le dio la respuesta: no importaba. No, al menos, en aquel momento. Lo único que importaba ahora era…


¡Uzushiogakure no Sato es mi hogar! Mi lealtad siempre estará con la Aldea. A sus órdenes, Uzumaki Zoku-dono.

… quedar bien.

No creo que haya Gennin que haya demostrado más que yo estar de su parte, aun cuando los tiempos para demostrarlo eran peligrosos y se le daba por muerto —hincó la rodilla e inclinó la cabeza—. A sus órdenes, Uzumaki Zoku-sama, ¡y larga vida a Uzushiogakure no Sato!

Una repentina ráfaga se llevó sus últimas palabras, arrastrándolas entre las hojas de los árboles. El viento siguió su curso, ajeno a la política, las conspiraciones y la traición. Se coló entre los huecos de las ramas, provocó susurros prohibidos en las hojas de otoño y finalmente acarició la calma superficie de un lago. Un lago con un pequeño monumento en el centro, en cuya piedra, tallada con letra arcaica, se podía leer:


En memoria de Uchiha Haskoz


Se oyó un crujido. La superficie del lago pareció vibrar por unos instantes... y luego, nada. Absolutamente nada, salvo que ahora una grieta cruzaba la última palabra de la inscripción, labrada de forma tosca por un ameriense tras la bendición de un uzureño. El único uzureño que hubiese podido hacer tal bendición. El mismo uzureño que ahora juraba lealtad a Zoku...


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 4/09/2017

Zoku observó a los dos genin con una media sonrisa. Luego, suspiró y se acercó a ellos lentamente, como midiendo la longitud del silencio. Como si supiera, con una precisión de un milisegundo, cuánto tienen que durar los silencios tensos para causar el mayor efecto.

—Supongo que sabréis que, además de que no tenéis alternativa —explicó—, yo tampoco tengo alternativa alguna respecto a vuestra lealtad. O confío en vosotros, o acabo con vuestras vidas. Y sois Uchiha. Y los mejores genin de vuestra promoción.

»Simplemente no me compensa. Pero creo que si nuestra relación se basa simplemente en... no tener alternativa, podría acabar muy mal. Así que ambas partes necesitamos ciertas... garantías.

Se sentó en el suelo, con las piernas cruzadas, delante de ellos. Con un gesto y una mirada bien colocadas, les instó a hacer lo mismo.

—Ahora, me daréis una mano. —Y Zoku extendió las dos. Una vez los genin decidieran estrechársela, el jonin las agarraría firmemente y diría—: Ketsueki Keiyaku.

El brazo les ardió entonces, y unas lenguas de tinta de color sangre surtieron del agarre de manos y escalaron por el antebrazo de cada uno de los tres hasta casi el codo. Las cuerdas les apretaron y sintieron la terrible firmeza de que no podrían soltarse, ni aunque los tres quisieran.

—¿Os comprometéis a no faltar jamás a los intereses de Uzushiogakure no Sato y trabajar lealmente en dirección a su progreso, conservación y supremacía? —pronunció Zoku—. ¿Os comprometéis a no revelar nada de lo sucedido en torno a la muerte de Yakisoba y de Gouna, y en torno a mi ascenso al poder? ¿Os comprometéis a obedecerme hasta que mis acciones o palabras vayan en contra del bien para con Uzushiogakure no Sato? Los que respondan que sí, quedarán unidos por un Vínculo de Sangre, y quien rompa dicho Vínculo, lo pagará con la muerte, y con el peor de las agonías existentes.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 6/09/2017

Si Akame había cambiado la chaqueta sin dudarlo, lo de su compañero fue ya un escándalo. No sólo se confirmó como un "verdadero partidario de Zoku desde chiquitito", sino que además no dudó en adular al jounin con todo tipo de apelativos respetuosos. El Uchiha, por una vez, estuvo de acuerdo con Datsue. «Más nos vale que le limpiemos las botas en caso de que nos lo pida, si es que queremos salir vivos de esta».

Zoku siguió hablando, aparentemente inmune a la pobre diplomacia de los gennin. Parecía tener un plan en mente, un plan que iba fraguando poco a poco. Akame se sentía impotente, como una marioneta en manos de su titiritero, pero el halago de su futuro Uzukage le arrancó una media sonrisa. A cualquier buen profesional le gustaba que reconocieran su trabajo, y sin embargo... «Todavía soy débil. Demasiado débil. Demasiado débil. Demasiado débil...» La voz del terrorífico jounin cortó su cantinela mental. Akame obedició, estrechándole una mano, y al instante sus ojos se abrieron como platos a medida que aquellas fórmulas de sellado de sangrienta apariencia le subían por el brazo.

Incluso mucho tiempo después, el Uchiha siempre estaría convencido de no haber prestado nunca más atención a las palabras de alguien que en aquel momento. Su mente analizaba en tiempo real cada frase, cada sílaba, cada coma. «Nos está cogiendo por los huevos, eso queda claro, pero... ¿Acaso tenemos opción?» La respuesta parecía simple...

«No».

Sin embargo, hubo una parte que le llamó mucho la atención. «¿"a obedecerme hasta que mis acciones o palabras vayan en contra del bien para con Uzushiogakure no Sato"?» Pudiendo haberles atado en un contrato de por vida, ¿por qué Zoku se molestaba en precisar eso? ¿No era un cabo suelto, una fisura que quizás algún día permitiría a los dos Uchiha librarse de aquel sello? ¿O es que acaso...?

«¿Acaso es cierto que sólo quiere lo mejor para la Aldea?»

De repente, silencio. El Uzumaki les miraba con aquellos ojos grises, profundos, aterradores. Akame sintió cómo un escalofrío le recorría el espinazo mientras aquellas lenguas de sangre le apretaban el brazo.

Sí.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 7/09/2017

El Uchiha se sintió sorprendentemente complacido al oír las palabras aduladoras de Zoku. Aseguraba que eran los mejores gennins de su promoción, y aquello, pese a que nunca había sido su objetivo, le hinchó de orgullo. Cierto era que si lo pensaba fríamente, tampoco era un gran halago. La promoción de Akame era ya famosa por haber sido una de las mejores que había parido la Villa en mucho tiempo. Gente como el propio Akame, Eri, Riko, Nabi, Noemi o el difunto Haskoz la habían compuesto. Era difícil destacar entre ellos. Datsue, en cambio, tenía poca competencia. Hozuki Chokichi era un repetidor que se preocupaba más por sacar fotos a las compañeras que de atender en clase. Aburame Plum tenía carácter, pero su falta de constancia era peor incluso que la del propio Datsue. Y el resto eran chicos que nunca habían destacado en demasía, pese a no ser malos.

Pero un cumplido era un cumplido, y el Uchiha optó por no hacerle ascos y esbozar una media sonrisa. Una sonrisa que pronto se esfumaría, cuándo el futuro Uzukage les pidió la mano. Datsue obedeció al instante, pese a que su instinto le decía a gritos que no era buena idea.

Ketsueki Keiyaku.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Datsue, antes incluso de que el brazo le ardiese. Antes incluso de que un hilo rojo subiese por su piel hasta el codo, atándole. Atándole de una forma que el Uchiha jamás se hubiese imaginado…

—¿Os comprometéis a no faltar jamás a los intereses de Uzushiogakure no Sato y trabajar lealmente en dirección a su progreso, conservación y supremacía?

«¿¡Qué cojones!? ¿No me digas que…?»

¿Os comprometéis a no revelar nada de lo sucedido en torno a la muerte de Yakisoba y de Gouna, y en torno a mi ascenso al poder? ¿Os comprometéis a obedecerme hasta que mis acciones o palabras vayan en contra del bien para con Uzushiogakure no Sato?

«No, no, no, no. Todo menos eso, por favor. No puede ser. No puede estar pasando…»

Los que respondan que sí, quedarán unidos por un Vínculo de Sangre, y quien rompa dicho Vínculo, lo pagará con la muerte, y con el peor de las agonías existentes.

«¡Hijo de puta! ¡Lo sabía! ¡Mierda, lo sabía!» El Uchiha había estado trabajando en su propio fuuinjutsu para hacer promesas inquebrantables. Por el momento, sus resultados habían sido infructuosos, pero había estudiado lo suficiente como para reconocer el patrón… y sus sospechas sobre lo que les estaba haciendo acababan de ser confirmadas por el propio Zoku.

Ser leal a la Villa y no faltar jamás a sus intereses. No revelar nada sobre la muerte de Gouna. Obedecerle hasta que sus acciones vayan en contra de los intereses de Uzu… Las dos últimas eran fáciles de cumplir, pero la primera…

La primera se presuponía en todo ninja de Uzu. Pero Datsue nunca había sido un ninja cualquiera. ¿Y si se presentaba el momento en el que sus propios intereses iban en contra de los de la Villa? ¿Y si en una misión debía sacrificarse por el bien de Uzu? Hasta aquel momento, el Uchiha siempre había tenido clara la respuesta: huir, y que con suerte otro se sacrificase por él. Pero con aquella promesa…

«No puedo… No puedo aceptar esta mierda…»

Sí…

No podía, y aun así era su única opción. Zoku le había cogido por los huevos y no había escapatoria.

Lo juro.

Y de pronto sus hombros se hundieron, como si un gran peso hubiese caído sobre su espalda. Ya no sería libre... nunca más.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 7/09/2017

—Bien, bien. —Zoku retiró las manos, y las lenguas de carmesí que les habían atrapado se difuminaron, haciéndose invisibles bajo sus pieles—. Ahora ya puedo confiar en vosotros. Y como supongo que no se os ha pasado el detalle de que el juramento no os exige lealtad hacia mi persona, sino a la villa... Espero que podáis confiar en mi buena voluntad.

Uzumaki Zoku se dio la vuelta, puso las manos a la espalda y dio unos cuantos pasos hacia adelante. Dejó escapar un largo y tendido suspiro.

—Siempre he dicho que las mejores lealtades son las que se forjan bajo intereses comunes. Bueno, soy perfectamente consciente de que uno de vosotros es un poco granuja. Pero Datsue-kun, no me importa lo que hagas con tus trapicheos si no te excedes y acabas perjudicando a la villa. Que quede entre nosotros.

»Y, por favor, Akame. Hazle caso a tu amigo y que lo de los bocadillos no salga de aquí. El lamentable espectáculo que causamos ayer no es nada profesional.

Se volvió a dar la vuelta, encarándoles.

—Volviendo al tema principal... Supongo que os habréis imaginado que el tema de los hilos está tan bien atado como todo lo demás. Nuestro hilo hace tiempo que ya no existe. Fue capturado antes de convocar a las otras dos aldeas. Nuestra parte de la misión solo era una patraña.

»No, nosotros vamos a hacer algo mucho más grande. "No faltar jamás a los intereses de Uzushiogakure no Sato", ese es vuestro pacto. Muy bien, ahora, me gustaría conocer vuestra opinión sobre un asunto. Tomad asiento, por favor —invitó, señalando las posiciones que habían tomado antes, mientras desayunaban. Él se acercó al sitio donde antes se había sentado el falso Yakisoba, e hizo lo propio.

—A ojos del mundo, a partir de ahora Kusagakure y Amegakure son nuestros... enemigos. O, como poco, enemigos potenciales —explicó—. También aliados potenciales, por supuesto. La reacción más evidente es que se odien entre ellas. Sin embargo, esto no nos deja, del todo, en una buena posición. Me explicaré:

»Si Kusagakure se siente amenazado por la posibilidad de un ataque de Amegakure, que posee un bijuu, no querrá arriesgar y acabará haciéndose con uno. Si Kusagakure y Amegakure tienen ambas un bijuu, y una consigue derrotar a la otra —en el hipotético caso de que un giro de los acontecimientos no las ponga en nuestra contra—, automáticamente eso la deja en una relación de superioridad frente a nosotros. Y si no, da igual: dos aldeas con un bijuu, y nosotros sin nada. Sólo un vacío. —Hizo un gesto con las manos, simbolizando un círculo—. Esta es una situación que he creado yo, pero insisto, podría haber surgido en cualquier momento, ¿y entonces qué? ¿Comprendéis mi punto? Respondedme, y hacedlo sinceramente: en este momento, ante esta situación...

»...¿cuáles son los intereses más apremiantes de Uzushiogakure no Sato?


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 7/09/2017

El alivio que sintió Akame cuando aquellas lenguas de sangre se esfumaron como humo en el viento fue tan pasajero que ni siquiera le dio para deshacer el nudo que, desde hace rato, tenía en el estómago. Cuando Zoku volvió a hablar, escogió cuidadosamente sus palabras —como había hecho siempre hasta el momento— para dar a entender a los muchachos que les conocía bien. Quizás demasiado bien. Como respuesta, Akame simplemente se limitó a ponerse más rígido y asentir con una inclinación de cabeza.

Sí, Uzumaki-dono.

Sin embargo, aquella tensión volvió a relajarse cuando el futuro Uzukage empezó a hablarles sobre el verdadero objetivo de su misión. Parecía que con Zoku aquella iba a ser la tónica general; tensión y satisfacción a partes iguales. En lo que concernía a Akame, el orgullo que le producía comprobar la aplastante eficiencia e inteligencia de su futuro mandatario se veía opacado por la constante hoja que sentía pendiendo sobre su cabeza. Una espada brillante y afilada que podía caerle encima en cualquier momento.

Obedeció y volvió a donde antes había estado sentado. Cuando creía que Yakisoba era Yakisoba y Oonindo era un lugar más sencillo; aunque, quizás, peor. Luego siguió, asintiendo varias veces, el impecable razonamiento de Zoku y su exposición del terreno. «Este tipo ha pensado en todo. En todo. Maldición... No sé si eso es bueno o malo», caviló el Uchiha.

Sin embargo, al final llegó la pregunta. La cuestión que había estado rondando por la mente de Akame desde que Zoku les revelase su verdadera identidad. Aquella que hacía alusión a los rumores que habían circulado por la Aldea y que le habían desprestigiado frente a otras personalidades importantes del Remolino.

«Bijuu... La puta madre, se refiere a un bijuu... Este loco realmente quiere...»

Capturar un bijuu —respondió, casi sin pensar. Sin meditar sus palabras. No le hacía falta; lo que Zoku quería decir estaba claro como el día.

Quería hacerse con una Bestia con Cola. Y algo le decía Akame —por lo poco que conocía a su futuro Uzukage— que aquel tipo de ojos grises también había pensado ya en esa parte del plan.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 8/09/2017

—Bien, bien. —Zoku retiró las manos, y las lenguas de carmesí que les habían atrapado se difuminaron, haciéndose invisibles bajo sus pieles—. Ahora ya puedo confiar en vosotros. Y como supongo que no se os ha pasado el detalle de que el juramento no os exige lealtad hacia mi persona, sino a la villa... Espero que podáis confiar en mi buena voluntad.

«Sí, bueno… Hubiese preferido que confiaras en mí porque creías en mí, y no por estar atado a un Vínculo de Sangre. Pero supongo que eres demasiado inteligente para eso» Inteligente y bien informado, por lo que pudo comprobar a continuación, y es que Zoku estaba al tanto de sus trapicheos. Por suerte —Datsue lo consideró todo un milagro—, pensaba hacer la vista gorda mientras éstos no perjudicasen a la Aldea, aunque le pidió que aquello quedase entre ellos.

¡Señor, sí, señor! —exclamó al instante, llevándose un puño al pecho, mientras el rubor coloreaba sus mejillas de pura vergüenza. «He sido demasiado descuidado…»

Pero sus pequeños negocios era una insignificancia en comparación de lo que tenían entre manos: los hilos. Casi olvidados por el repentino descubrimiento de que Yakisoba era en realidad Zoku, de la muerte de Gouna y del juramento, el futuro Uzukage les reveló que el hilo de Uzu ya estaba sellado. La enésima revelación, pero no por ello dejó de sorprenderle.

«Entonces… ¿Qué hacemos aquí?» Una pregunta a la que Zoku parecía estar a punto de responder. Les ofreció un asiento que ambos Uchihas tomaron en seguida, y luego empezó a analizar la guerra que estaba a punto de producirse: Amegakure y Kusagakure serían enemigos, y como la primera tenía un bijuu, la segunda querría hacerse también con uno para equilibrar la balanza del poder militar. Datsue concordaba con todas y cada una de sus suposiciones. Daba igual el Pacto, daba igual que la historia les hubiese enseñado que los bijuus no se debían usar. A la hora de la verdad, todos querrían tenerlo. Pero si ambas lograban poseerlo… ¿qué pasaría con Uzu? ¿En qué situación quedaría, siendo la única sin un bijuu?

Zoku les guiaba a la respuesta como un perro pastor a su rebaño, enseñándoles el camino:

Capturar un bijuu.

El Uchiha entrecerró los ojos y miró al suelo. Recordó su viaje en barco con Akame. Recordó cómo habían criticado a Gouna, y cómo habían sugerido que podría haber sido ella misma la que había iniciado los rumores sobre Zoku y su ansia por hacerse con un bijuu. Y ahora allí estaban. Con Zoku. Y planeando sobre hacerse con una bestia con cola...

Era surrealista.

Concuerdo, pero… —carraspeó—. No es como si Kusa o nosotros mismos pudiésemos hacernos con uno cuando quisiésemos, ¿no? Se supone que surgen de la nada… Nadie sabe cuándo ni dónde… —miró a Zoku, y algo le dijo que él sí lo sabía—. ¿O sí? —preguntó, con voz temblorosa.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 8/09/2017

Los genin habían entendido cuáles eran sus proposiciones, y también lo que era necesario para que la villa estuviera en igualdad de condiciones con el resto de Oonindo. Quizá alguno de los dos Uchiha todavía no comprendiese hasta qué punto esto era cierto, y sólo se preocupaba de su pellejo. Pero sin duda lo comprenderían. Zoku estaba convencido de que tenía la razón, y de verdad estaba dispuesto a lo que fuese para hacer entrar en esa razón a aquellos dos alumnos aventajados de la escuela de la Espiral.

—Nadie sabe cuándo ni dónde, efectivamente, Datsue-kun —asintió—. Pero como debéis de haber supuesto ya, no soy alguien a quien le guste dejar cabos cabos sin atar. —Zoku chasqueó los dedos, como quien hace un truco de magia y revela el resultado final—. Lo cierto es que ya hemos capturado ese bijuu. Ahora sólo necesitamos realizar... el paso final.

»Las antiguas aldeas cometieron un error muy grande llevadas por la avaricia y las prisas. Tratar de controlar un poder destructivo tan grande y usarlo para combatir a otros bijuus en campo abierto no podía tener otra consecuencia que la muerte de miles y los daños colaterales que conocemos hoy en día.

Sin más, Zoku empezó a recoger sus cosas y a meterlas de nuevo en la mochila de viaje. No dijo nada, pero aquél silencio significaba que los dos Uchiha debían imitarle. El viaje se reanudaba, aunque nadie, excepto el pelirrojo, conocía el destino final del mismo.

—Nosotros haremos otra cosa más inteligente. Algo que sirva para reforzar la idea de que el bijuu es algo más... disuasorio, que otra cosa. Y si llega el momento de tener que utilizarlo, tenemos que ser capaces de exhibir una pequeña ventaja que no se pueda volver contra nosotros fácilmente, en lugar de una grande que nos pueda causar la extinción.

El trío echó a caminar. Aunque ninguno de los dos Uchiha sabría con exactitud hacia dónde estaban yendo, lo cierto es que la silueta lejana de Los Herreros quedaba a sus espaldas, el Bosque de la Hoja al oeste y la linea de la costa al este. Se dirigían hacia el norte, lo cual significaba que su destino final tampoco era la Mediana Roja, como les habían dicho en un primer momento.


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