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Una deuda pendiente - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: País del Bosque (https://ninjaworld.es/foro-pais-del-bosque) +--- Foro: Tane-Shigai (https://ninjaworld.es/foro-tane-shigai) +--- Tema: Una deuda pendiente (/tema-una-deuda-pendiente) |
RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 30/03/2018 Datsue suspiró, visiblemente aliviado. Aquella parte ni siquiera la tuvo que fingir. Que Kaido descubriese que él había ido por ahí mancillando su nombre no era algo que le conviniese, ni muchísimo menos. —Gracias —dijo, levantándose—. Aunque, quizás… —torció el gesto, dubitativo—. Quizás sí deberías hacer algo al respecto. Ya sabes… para que ninguna otra chica sufra lo que mi compañera. Pero eso… eso ya es cosa tuya. «Ains… Me siento mucho mejor, sí señor. Como si me hubiese quitado un gran peso de encima. Esto de vengarse sienta mucho mejor de lo que esperaba». ¿Cuál era su siguiente de la lista? Ah, sí, cierto Inuzuka y su perro… —Oh, ahora que me acuerdo ----tomó el porro que tenía en la oreja—. ¿Qué te parece si le damos unas caladas? —rebuscó en el bolsillo interior de su yukata y sacó un mechero, con el que prendió el cigarrillo—. En agradecimiento por portarte tan bien conmigo. Toma —se lo ofreció—. Insisto. Me aseguraron que era de lo mejor de Oonindo. RE: Una deuda pendiente - Aotsuki Ayame - 3/04/2018 Datsue lanzó un profundo suspiro, aparentemente aliviado por la afirmativa de Ayame a no delatarle. —Gracias —dijo, reincorporándose—. Aunque, quizás… Quizás sí deberías hacer algo al respecto. Ya sabes… para que ninguna otra chica sufra lo que mi compañera. Pero eso… eso ya es cosa tuya. Ayame le miró ladeando el rostro. ¿De verdad le estaba pidiendo que tomara cartas en el asunto? ¿Que se vengara de Kaido por él? ¿Quizás que lo reportara a la Arashikage por conducta inapropiada para un shinobi de la aldea? La kunoichi tragó saliva, con un lacerante dolor en el pecho, pero no llegó a responder. Le asfixiaba la sola idea de hacerlo, sobre todo después de que le salvara la vida, pero si otras chicas iban a sufrir una vejación de tal calibre... —Oh, ahora que me acuerdo —intervino Datsue de repente, interrrumpiendo sus pensamientos. Por un momento, Ayame casi lo agradeció, aunque enseguida se arrepintió al verle tomar el cigarro liado que tenía apoyado en la oreja—. ¿Qué te parece si le damos unas caladas? —le ofreció, mientras rebuscaba en el bolsillo interior de su yukata y sacaba un mechero con el que prendió el repugnante cigarro—. En agradecimiento por portarte tan bien conmigo. Toma. Insisto. Me aseguraron que era de lo mejor de Oonindo. Pero a Ayame no le había faltado tiempo para apartarse de un salto, con la nariz arrugada en un profundo gesto de asco y conteniendo la respiración como buenamente podía para no aspirar aquel penetrante hedor. —No... yo no fumo. Lo siento —musitó, intentando por todos los medios que su voz no sonara demasiado brusca. Fue evidente que no consiguió—. De hecho... no sé cómo tú sí puedes hacerlo, Datsue-san. No te lo tomes a mal pero... eso sólo te contamina por dentro. RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 4/04/2018 Datsue podía haberse esperado una negativa por parte de Ayame, pero jamás una reacción tan efusiva y tajante. Casi podía decirse que estaba asustada, como si por el simple hecho de respirar una simple voluta de humo de aquel cigarrillo fuese a morir. —¿Qué? ¿Contaminarme por dentro? Oh, no, no, te confundes —le aseguró—. Esto son hierbas medicinales, Ayame. Purifican por dentro, y limpian el organismo. Quién me lo vendió hasta me aseguró que tenía algo de chocolate para darle sabor —Datsue había contado mentiras gordas, pero creyó que nunca una tan grande. Aunque, en honor a la verdad, aquel cigarrillo sí que tenía algo de chocolate… metafóricamente hablando—. ¡En serio, Ayame! ¡Pruébalo, ya verás como te sientes mejor! Y, ni corto ni perezoso, se lo volvió a ofrecer, acercándose de nuevo a ella. RE: Una deuda pendiente - Aotsuki Ayame - 4/04/2018 —¿Qué? ¿Contaminarme por dentro? Oh, no, no, te confundes —le aseguró—. Esto son hierbas medicinales, Ayame. Purifican por dentro, y limpian el organismo. Quién me lo vendió hasta me aseguró que tenía algo de chocolate para darle sabor. Ayame torció el gesto, nada convencida. Por mucho que se esforzara en contener la respiración, aquel cigarro encendido desprendía un olor amargo y penetrante que se le clavaba en el paladar y en la nariz. —¡En serio, Ayame! ¡Pruébalo, ya verás como te sientes mejor! Pero ella volvió a retroceder. Fue la barrera que la separaba del abismo la que le impidió seguir. —N... no lo necesito —balbuceó, cada vez más nerviosa por la insistencia del Uchiha—. T... te lo agradezco, de veras —No. No se lo agradecía. No podía agradecerle que le estuviera ofreciendo un cigarro—. N... no me duele nada, no tengo ninguna necesidad de limpiar o purificarme. Yo soy el agua, ya estoy lo suficientemente limpia. Y de ninguna manera quemaría mis pulmones con esa bazofia, hierba medicinal o no. El humo no puede limpiar, sólo contamina. RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 5/04/2018 Datsue parpadeó varias veces cuando oyó la afirmación de Ayame: ella era el agua. «Veo que no soy el único que se emociona de vez en cuando…» —Está bien, está bien —aceptó, rindiéndose—. No insistiré más. Aunque no sabes lo que te pierdes… Como para demostrarle qué tan guay era, se llevó el porro a los labios y aspiró. El humo pasó rápidamente por su garganta y llegó hasta los pulmones, abrasándolos, y por mucho que lo intentó no logró contener una tos seca y amarga. —Jo-der. Esto es… —«… una mierda»—, fuerte. Pero sí, noto como me limpia toda la podredumbre que tenía acumulada en el interior —¿Qué podía decir? Ya era demasiado tarde para bajarse del carro. Así pues, ni corto ni perezoso, se atrevió a darle una segunda calada. Aquella no fue mucho mejor, aunque por lo menos logró retener el humo en los pulmones por unos segundos, tal y como le habían recomendado hacer. Para saborearlo—. ¡Hmmm! ¡Qué rico! ¡Sabe a chocolate! —«¿A chocolate? ¿¡A chocolate!? ¡A mierda, eso es a lo que sabe! No entiendo por qué Akame le da a esto». ¿Acaso lo estaba fumando mal? ¿O era que simplemente le habían vendido basura? Para asegurarse, le dio una tercera calada. «Hmmm… Vale, vale. Creo que ya lo empiezo a notar», se dijo, logrando expulsar esta vez el humo sin toser. «Joder, Ayame tiene que probar esto». —¡Ah, se me olvidaba, Ayame! ¡Creo que esto sí te gustará! —exclamó, divertido, mientras hacía como que rebuscaba en sus ropajes—. Hmm… ¿Dónde lo había sellado? ¡Ah, sí, en el cuello! —se colocó disimuladamente el cigarrillo entre el dedo meñique y anular, y realizó tres simples sellos. Pero, en lugar de anunciar la técnica que estaba haciendo, se inventó una totalmente distinta:—. ¡Ippan no Fūinjutsu! —«Je, je. La gente siempre pica con este truquillo». Y es que, en realidad, Datsue había realizado los sellos del Henge no Fūinjutsu. Al llevarse las manos al cuello, Datsue simuló que un objeto aparecía de pronto en él, como si hubiese liberado un objeto sellado. Nada más lejos de la realidad. En su lugar, lo que había hecho era transformar el cigarrillo en un pequeño cartoncillo con pajilla, como uno de esos zumos envasados que apenas llegaban a los 200ml. «Espero que haya colado…», pensó, mientras se llevaba la diestra —la que debía tener el cigarrillo— tras la espalda. —Toma. Decías que eras el agua, ¿no? Pues esto contiene agua pura recogida de un antiquísimo manantial al que muy pocas personas tienen acceso. ¡Dicen que es la más pura de Oonindo! Pruébala, ya verás —dijo, ofreciéndole el cartoncillo con pajita. «Y una vez que aspire por la pajita...» Sonrió por dentro. Era el mejor plan que nadie jamás había creado. RE: Una deuda pendiente - Aotsuki Ayame - 5/04/2018 Datsue parecía sorprendido por su rotunda afirmación, pero Ayame no se achantó en ningún momento. —Está bien, está bien. No insistiré más. Aunque no sabes lo que te pierdes… Ayame suspiró, profundamente aliviada, mientras el Uchiha se llevaba el cigarro a la boca y aspiraba una honda calada ante su horrorizado y asqueado gesto. Evidentemente, no pasó mucho tiempo antes de que el Uchiha arrancara a toser. Y Ayame no pudo evitar que una sonrisilla le naciera desde lo más profundo de su pecho. —Te lo dij... —Jo-der. Esto es… fuerte. Pero sí, noto como me limpia toda la podredumbre que tenía acumulada en el interior —murmuró, con voz casi estrangulada. «Sí, claro. Y una mierda te va a limpiar eso.» Pensó Ayame para sus adentros, torciendo el gesto y arrugando la nariz. No habiendo aprendido la lección, Datsue volvió a llevarse el cigarro a los labios y le dio otra calada. En aquella ocasión no llegó a toser. —¡Hmmm! ¡Qué rico! ¡Sabe a chocolate! «Sí. A chocolate ahumado, concretamente.» Completó Ayame, desviando la mirada mientras Datsue le daba una tercera calada y expulsaba el humo por los labios. —¡Apunta eso hacia otro lado, por favor! —le pidió, tapándose tanto la nariz como la boca con profunda indignación. ¡Sólo le faltaba apestar ella a tabaco! —¡Ah, se me olvidaba, Ayame! ¡Creo que esto sí te gustará! —Ella le miró sin demasiado convencimiento, mientras el Uchiha rebuscaba entre sus ropajes—. Hmm… ¿Dónde lo había sellado? ¡Ah, sí, en el cuello! «Conoce las técnicas de sellado.» Reparó, admirándole. Con manos diestras y gestos sumamente ágiles y elegantes, él realizó tres sellos. «No sé cómo no se ha quemado con el cigarro haciendo eso. ¡Espera...!» Aquellos tres sellos le habían resultado muy, pero que muy familiares. Pero no llegó a caer en la cuenta a tiempo. Antes de que pudiera pensar demasiado en ello, Datsue había pronunciado el nombre de la técnica y se había llevado las manos al cuello. En ellas, como si de un truco de magia se tratara, apareció un pequeño brick de cartón con pajita incluida. —Toma. Decías que eras el agua, ¿no? Pues esto contiene agua pura recogida de un antiquísimo manantial al que muy pocas personas tienen acceso. ¡Dicen que es la más pura de Oonindo! Pruébala, ya verás. Ella ladeó la cabeza, súbitamente interesada. —¿El agua más pura de todo Ōnindo? —preguntó, llena de curiosidad. Y, como si de una niña pequeña se tratara, comenzó la retahíla de preguntas—: ¿Y dónde está ese sitio? Si tan importante es y tan pocas personas tienen acceso a él deben ser personas muy importantes... o ricas... ¿Cómo es que tú tienes esto? RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 5/04/2018 Pero no iba a ser tan fácil. Ayame se había mostrado sumamente interesada por el anzuelo, eso desde luego, pero antes de picar, quería asegurarse de la veracidad del cebo. Datsue no pudo hacer otra cosa que improvisar. —¿Qué como lo conseguí yo? Por mi familia, Ayame, por mi familia. Verás, esto es algo que muy poca gente conoce, pero yo nací aquí, en el País del Bosque. —Por una vez en mucho tiempo, Datsue decía la verdad. El Uchiha era procedente de la Ribera del Norte, y muy pocas personas, incluso de su propia Villa, lo sabían—. Mis padres no son ricos, ni precisamente importantes, pero conocen a alguien que… Bueno, en realidad el tipo tampoco es ninguna de las dos cosas —concedió, para luego explicarse mejor:—. Verás, Ayame, cuando dije que muy pocas personas tenían acceso a ese manantial, era porque… »…se encuentra en la Villa Oculta de la Hierba. Por eso es muy difícil conseguir el agua de ese manantial. A no ser que tengas algún amigo kusajin, claro, que es el caso de mis padres —«Bueno, bueno, bueno. Pues yo creo que ni tan mal, ¿no? Ha sido una explicación más o menos convincente, creo…»—Pero vamos, Ayame, no me hagas sentir mal y cátalo. ¡A ver qué te parece! RE: Una deuda pendiente - Aotsuki Ayame - 5/04/2018 —¿Qué como lo conseguí yo? —respondió él, y Ayame asintió con vehemencia, invitándole a continuar—. Por mi familia, Ayame, por mi familia. Verás, esto es algo que muy poca gente conoce, pero yo nací aquí, en el País del Bosque. La muchacha alzó las cejas, evidentemente sorprendida. Habiendo nacido en el País del Bosque, lo más normal habría sido que Datsue hubiera acudido a la aldea de Kusagakure a completar su formación como ninja. Tanto por proximidad como por pertenencia a aquel país. ¿Qué le habría llevado entonces a Uzushiogakure? —Mis padres no son ricos, ni precisamente importantes, pero conocen a alguien que… Bueno, en realidad el tipo tampoco es ninguna de las dos cosas —concretó—. Verás, Ayame, cuando dije que muy pocas personas tenían acceso a ese manantial, era porque… se encuentra en la Villa Oculta de la Hierba —Ayame ahogó una exclamación, sorprendida y maravillada. Y para sus adentros se anotó que, la próxima vez que se encontrara con alguien de Kusagakure (quizás con suerte Taeko, Juro o Yota), le preguntaría por aquel famoso manantial—. Por eso es muy difícil conseguir el agua de ese manantial. A no ser que tengas algún amigo kusajin, claro, que es el caso de mis padres. Pero vamos, Ayame, no me hagas sentir mal y cátalo. ¡A ver qué te parece! Casi con timidez, Ayame le miró por debajo de las pestañas una última vez antes de alzar lentamente el brick y llevarse la pajita a los labios. Aspiró. Pero no fue líquido lo que sintió, sino aire. En lugar del sabor del agua fresca lo que llegó hasta su paladar fue un sabor intenso, amargo y que le abrasó la garganta y los pulmones cuando invadió su cuerpo como una toxina mortal. Ayame arqueó el cuerpo entre violentas toses y arrojó el cartón al vacío. Asfixiada, se agarró el pecho y la garganta con desesperación, como si quisiera abrirse en canal para expulsar aquella contaminación que la llenaba. Y sólo al cabo de varios segundos, fue capaz de mirar a Datsue con ojos lagrimeantes y llenos de odio. —Q... ¿Qué...? ¿m... me....? ¿Has...? —trataba de balbucear, pero su voz sonaba quebrada y débil. Volvió a toser varias veces. Inspiró hondo, con las manos en el pecho. Formulando el sello del pájaro. —¡¡¡¿¿¿QUÉ ME HAS HECHOOOOOOOOOOOO???!!! La sirena lanzó su aullido y su voz reverberó con toda su ira y rabia contenidas. Potenciada con su propio chakra, embistió como un toro al Uchiha que se había atrevido a reírse de ella de aquella manera, arrojándolo hacia atrás. Pese a todo, y aún afectada por aquel veneno, Ayame volvió a toser con violencia después de su chillido. RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 6/04/2018 Datsue se llenó de júbilo, travieso, cuando Ayame aspiró por la aparente pajita. Ahora, su venganza estaba completa. Ya no había motivo alguno para guardarle rencor, o seguir enfadado con ella. La deuda había sido saldada. —Q... ¿Qué...? ¿m... me....? ¿Has...? —trató de balbucear, entre toses, Ayame. El Uchiha, que por un momento había desviado la mirada hacia el brick arrojado al vacío —aquel maldito peta le había valido sus valiosos cinco ryō—, se sintió ligeramente culpable. Luego, pensó que ella probablemente era tan dramática como él, y que seguramente estaba exagerando. —Vamos, Ayame, tenías que… —¡¡¡¿¿¿QUÉ ME HAS HECHOOOOOOOOOOOO???!!! —…¡p-por Amateratsu! —chilló, mientras su cuerpo salía catapultado hacia atrás, de suerte que chocó contra la valla evitando que cayese al vacío. Un golpe en la espalda que le cortó el aliento y le hizo apretar los dientes. «La madre que... Ahora entiendo que pudiese romper los cristales de la ducha de un simple chillido. ¡Menudo vozarrón!»—. ¡Por los Dioses, Ayame, tranquilízate! ¡Esto tiene que haber sido un malentendido! Qué… ¿Qué te ha pasado? —preguntó, inocente, mientras se erguía y mantenía una prudente distancia. RE: Una deuda pendiente - Aotsuki Ayame - 7/04/2018 El cuerpo del Uchiha golpeó la valla, que frenó una tragédica y realmente peligrosa caída al abismo. Por un momento Ayame casi se sintió culpable de un arrebato que podría haber terminado en un terrible accidente... Sin embargo... —¡Por los Dioses, Ayame, tranquilízate! ¡Esto tiene que haber sido un malentendido! Qué… ¿Qué te ha pasado? Ayame reparó en las manos de Datsue y apretó las mandíbulas hasta que sus dientes chirriaron. Como una bestia desbocada, la kunoichi desapareció de la vista del aturdido Uchiha en apenas un parpadeo, para aparecer casi instantáneamente sobre él. —¡¿UN MALENTENDIDO?! —bramó, tomándole del cuello del yukata—. ¡ME HAS ENGAÑADO! ¡No sé cómo lo has hecho pero...! ¡¡EN ESE BRICK NO HABÍA AGUA, SINO HUMO!! ¡¡¡¿¿¿DÓNDE ESTÁ EL CIGARRO QUE ME ESTABAS OFRECIENDO ANTES???!!! RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 7/04/2018 Cuando quiso reaccionar, ya era demasiado tarde. Ayame le había tomado por el cuello del yukata y le bramaba a un palmo de distancia. Era rápida. Muy rápida. Bien era cierto que había usado el Sunshin no Jutsu, pero había visto usar la Técnica del Parpadeo Corporal en personas lentas que podía seguir con la vista perfectamente. Con Ayame… …era otra cosa. Su Sharingan, como si de un acto reflejo se tratase, se activó al instante. No obstante, no buscó hacerla caer en ningún Genjutsu. Lo que menos quería era ponerse a pelear con ella. Ya no porque era la subcampeona del torneo, sino porque necesitaba quedar de buenas con ella. De lo contrario, dudaba que le cumpliese el favor de hablar con Aiko. «Quizá debería haber pensado en Aiko antes de haberle sellado… Bueno, lo hecho, hecho está». —Pero Ayame, ¡por favor! ¡Tranquilízate! El cigarro está… —levantó la mano, como si fuese a enseñárselo, y de pronto sus ojos se dilataron al darse cuenta que no estaba. O, más bien, al fingirlo—. ¡D-debió habérseme caído cuando me tiraste con ese bramido tuyo! ¡Como para no hacerlo, casi caigo yo también! —se excusó—. Por favor, Ayame, piensa… ¿Cómo iba yo a meter humo en un brick? Tuvo que ser por… Por… ¡Joder, no sé! ¡Pero yo no fui, te lo juro! —chilló con voz aguda. Datsue empezaba a asustarse de verdad. RE: Una deuda pendiente - Aotsuki Ayame - 8/04/2018 Los ojos de Datsue cambiaron de repente. Aquellos dos iris, oscuros y absorbentes como dos agujeros negros, se tiñeron con el color de la sangre y tres diminutas aspas orbitaron alrededor de la pupila. El Sharingan. Ayame le soltó bruscamente, como si las solapas de su yukata le hubiesen abrasado las manos, y se alejó de él un par de pasos con el corazón latiéndole con fuerza. Le observó con precaución, pero se cuidó de evitar mirarle directamente a los ojos. Ella ya los conocía de antemano, Daruu le había hablado de ellos, y le traía pésimos recuerdos de una derrota humillante frente a una multitud sedienta que no conseguía olvidar. —Pero Ayame, ¡por favor! ¡Tranquilízate! —escuchó la voz de Datsue, por encima del zumbido que retumbaba en su cabeza—. El cigarro está… —el chico levantó la mano y de pronto sus ojos se dilataron al darse cuenta que no estaba—. ¡D-debió habérseme caído cuando me tiraste con ese bramido tuyo! ¡Como para no hacerlo, casi caigo yo también! Por favor, Ayame, piensa… ¿Cómo iba yo a meter humo en un brick? Tuvo que ser por… Por… ¡Joder, no sé! ¡Pero yo no fui, te lo juro! Pero ella apretó aún más las mandíbulas y los puños. Las palabras del Uchiha sonaban sinceras en sus oídos, pero ella estaba tan enfadada, tan cegada, que era incapaz de ver a dos palmos de su cara. —¡Deja de tomarme el pelo! —bramó, sacudiendo un brazo—. ¡Eres un Uchiha! ¡Si no has hecho nada con ese cigarro...! —Cosa que aún dudaba seriamente—. ¡...Seguro que has usado tu Katon para...! ¡Para meter cenizas o humo dentro de ese brick o algo así! ¡DI LA VERDAD DE UNA VEZ, COBARDE! Durante un instante se arrepintió de haber tirado el envase al vacío. De haberlo conservado, podría haberlo abierto con ayuda de un kunai para desvelar su secreto, pero la sorpresa y aquel asqueroso ardor amargo en el paladar, la garganta y en el pecho la había hecho actuar sin pensar. Y lo peor era que aún lo sentía. Sentía aquella contaminación invadiéndola. Se llevó una mano a la garganta, casi clavándose las uñas. Y eso sólo la hacía desear abrirse en canal para purificarse de nuevo. RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 8/04/2018 «Pero, ¿qué coño…?» Nada más activar el sharingan, Ayame le soltó y se alejó de él como si fuese la peste. No contentos con ello, parecía como sí… … como si estuviese evitando mirarle a los ojos. No supo por qué, pero a Datsue de pronto le invadió el pánico más absoluto. ¿Acaso conocía el secreto de sus ojos? ¿Acaso había metido la pata en algún instante y había revelado el secreto más valioso de su clan? Sabía que había compartido ciertas cosas con Daruu, y que había tenido que usar una ilusión ocular contra un ribereño del Sur frente a él. ¿Se habría dado cuenta allí y se lo había chivado a Ayame? ¿O se estaba montando una película y todo aquello era por otra cosa? «Tengo que aprender de una vez el Utakata». Aquella técnica se le estaba resistiendo, pero confiaba en poder dominarla en unas semanas. —¡Deja de tomarme el pelo! —bramó Ayame, sacándole de su ensimismamiento. Estaba claro que no le creía. Le acusó de usar alguna técnica Katon para introducir humo en el brick, o alguna artimaña del estilo. La verdad era que no iba muy desencaminada. Luego, le acusó de cobarde. «¿Cobarde yo?» Pues claro que lo era. Y por eso, siguió mintiendo. Reconocer su culpa tan solo le traería problemas, aunque llegados a aquel punto, Ayame parecía difícil de convencer. —P-pero Ayame, ¡entra en razón! —pidió, y se llevó una mano al pecho—. ¡Por favor te lo pido! Acabo de pedirte un tremendo favor para que te comuniques con una persona muy importante para mí. ¿Para qué iba yo justo después a hacerte una canallada así? ¡Es contraproducente! —Lo cierto era que lo había sido, pero no se había esperado que Ayame se lo tomase tan mal—. Si tuvieses el brick podríamos ver qué tenía realmente… Pero lo tiraste al vacío —dijo, con pena. Y, ahora que se daba cuenta, eso era lo que le estaba salvando. La única prueba que Ayame tenía para demostrar su culpa la había lanzado por la borda. A aquellas alturas, dicho brick ya sería un simple cigarrilo consumido. O estaría a punto de serlo, en cuanto el Henge no Fūinjutsu se agotase. RE: Una deuda pendiente - Aotsuki Ayame - 8/04/2018 —P-pero Ayame, ¡entra en razón! —le pidió, llevándose una mano al pecho—. ¡Por favor te lo pido! Acabo de pedirte un tremendo favor para que te comuniques con una persona muy importante para mí. ¿Para qué iba yo justo después a hacerte una canallada así? ¡Es contraproducente! Pero Ayame dejó escapar un leve gruñido y se dio media vuelta, dándole la espalda. —Sí, eso es lo que me pregunto yo —farfulló entre dientes, mientras echaba a andar hacia la pasarela por la que habían entrado minutos atrás a aquella especie de plaza flotante. —Si tuvieses el brick podríamos ver qué tenía realmente… Pero lo tiraste al vacío —continuó, y fueron aquellas cinco palabras lo que la detuvieron en seco. Ayame se dio la vuelta lentamente, y sus ojos recorrieron el lugar con gesto analítico. Por último, se detuvieron en Datsue desafiantes. —Entonces no te importará... —le dijo, introduciendo la mano en el portaobjetos. De él sacó uno de los rollos de hilo de alambre que llevaba consigo y, con un seco gesto de muñeca liberó el kunai que llevaba oculto bajo la manga—. Que lo compruebe. Entre rápidos movimientos ató el hilo a la anilla del kunai mientras se acercaba entre largas zancadas a la valla de seguridad. Sin ningún tipo de reparo se subió a ella, acumulando el chakra en los pies para adherirse a su superficie y no caer antes de tiempo. Una súbita sensación de vértigo le subió por el estómago cuando miró hacia abajo y se vio absorbida por la fuerza de la gravedad. Calculaba que debía de haber unos treinta metros de altura entre la plataforma y el suelo. Si no calculaba bien... Si no conseguía un punto de anclaje adecuado... «No muestres miedo.» Se dijo, antes de volver el rostro hacia el Uchiha. —¿Qué me dices, Uchiha-san? RE: Una deuda pendiente - Uchiha Datsue - 8/04/2018 —Entonces no te importará... —le dijo Ayame, introduciendo la mano en el portaobjetos. Datsue tragó saliva. No supo por qué, pero intuía lo que venía a continuación—. Que lo compruebe. «¡La madre que la parió!» —P-por supuesto, por supuesto. ¿Por qué me iba a importar? Adelante, adelante. Es más, ¡te insto a ello! —Como siempre que se ponía nervioso, Datsue hablaba mucho y muy rápido—. Si algo me molestaría es que pensases de mí que soy un mentiroso. ¡No hay nada más importante que la palabra de uno! Y, por lo que veía, Ayame no iba de farol. Ya se había sacado un kunai y un hilo metálico, que había atado a la anilla. Luego, se subió a la valla, y redobló su apuesta: —¿Qué me dices, Uchiha-san? Datsue frunció el ceño, mientras contemplaba la caída que había. Lucía preocupado. Preocupado porque Ayame encontrase el cigarrillo. Porque el brick ya tendría que haber perdido la transformación a aquellas alturas, ¿no? ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuatro minutos? Su Henge solía durar cinco… «Como vea el brick justo cuando pierda la transformación... Mierda» —Digo que me preocupa que desciendas desde semejante altura, Ayame. Esos hilos metálicos son muy resistentes, pero como te haya salido defectuoso… —no terminó la frase, y eso fue más elocuente que cualquier cosa que hubiese podido decir—. No sé, Ayame. Pero si de verdad no te fías de mí y quieres comprobarlo, adelante. —Cuando uno se había metido en un atolladero por mentir, la única forma de salir era soltar mentiras todavía más gordas. No se podía permitir el lujo de vacilar. |