La bestia de Akachamura - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: País de la Espiral (https://ninjaworld.es/foro-pais-de-la-espiral) +--- Foro: Islas del Té (https://ninjaworld.es/foro-islas-del-te) +---- Foro: La Mediana Roja (https://ninjaworld.es/foro-la-mediana-roja) +---- Tema: La bestia de Akachamura (/tema-la-bestia-de-akachamura) |
RE: La bestia de Akachamura - Uchiha Akame - 9/09/2018 Los dos genin tomaron rápidamente la decisión de acudir en auxilio del hombre que aseguraba tener a su hijo atrapado dentro de la vivienda en llamas. Juro fue el primero en entrar, seguido de la Yamanaka. Al cruzarl el umbral, ambos pudieron sentir el calor abrasador que se coló entre sus ropas para enrojecerles la piel y alterarles los sentidos. Parecía que estuviesen descendiendo hasta los fuegos infernales del Yomi, con llamaradas anaranjadas por todos lados y una densa capa de humo que les dificultaba el respirar, incluso con aquellos trozos de tela cubriéndoles la nariz y la boca. Por suerte para ambos, ni siquiera hizo falta que Reika utilizase su mariposa de chakra para buscar al crío. Unos gritos de auxilio les alertaron de la posición del niño; cruzando el recibidor en llamas se encontrarían con la puerta del salón, y dentro de éste, al muchacho. Tendría no más de cuatro o cinco años, y lloraba desconsoladamente mientras tosía debido al humo. Parte del techo se había derrumbado, cortando la principal vía de escape, pero aun así había un hueco lo suficientemente ancho como para que el pequeño cuerpo del niño pudiera pasar; no así los ninjas, que eran más voluminosos. El techo de la casa empezó a crujir, pasto de las llamas. Probablemente no tardarían en derrumbarse más secciones del mismo. RE: La bestia de Akachamura - Eikyuu Juro - 9/09/2018 Reika decidió no dejarle solo y acompañarle. Aunque lo sentía por los demás, Juro no pudo evitar sentirse tremendamente aliviado por su apoyo. — Gracias, Reika-san — dijo, sonriente. Y los dos se internaron en aquella pequeña parcela de infierno. Reika realizó el sello del carnero, y de su mano derecha, brotó una mariposa hecha de chakra. Juro la observó, fascinado, mientas la chica aseguraba que podría examinar con ella otras habitaciones mientras avanzaba. ¿Podía ver a través de ella? ¿Era como una nave de reconocimiento? « ¿Qué clase de jutsu es ese » — Pero no tenía tiempo de pararse a pensarlo, muy a su pesar. Ambos avanzaron a través del umbral de la puerta. Sentía su cuerpo pesado, y caliente. Las llamas ardían y dificultaban que él pudiera respirar. No tenían mucho tiempo, y Juro desde luego que no quería permanecer en aquel horrible lugar. Resultaba muy desagradable. Un grito de auxlio les alertó, sin embargo. Venía del recibidor. — ¡Por ahí, Reika-san! Juro corrió y atravesó el lugar, para encontrarse con el salón, que también era pasto de las llamas. El niño se encontraba ahí. El techo se había derrumbado, y era imposible que él o su compañera pudieran pasar, pero era posible que el niño lo hiciese. Sin embargo, no solo era el fuego: no les quedaba mucho tiempo para morir aplastados ahí. Tenían que conseguir que el niño cruzase como fuera. — Esta conmocionado, no sé si podremos conseguirlo — murmuró, tanto para Reika como para sí mismo. Después, se quitó levemente la gasa que le protegía del humo (provocando que tosiera) para gritar más alto —. ¡Niño, hemos venido a ayudarte! ¡Tienes que pasar por aquí, y entonces te rescataremos! Sin embargo, Juro dudaba. Era un niño muy pequeño, no le entendía bien y probablemente no tenía fuerzas para hacerlo. Por eso, y si el niño no le sorprendía, cogería rapidamente uno de los pergaminos que tenía con sus dedos. « El futon es peligroso aquí, y no puedo conectarme a él si está tan lejos. Lo único que puedo es... » Juro arrojó el pergamino (lógicamente, cerrado. Lo necesitaba como punto de apoyo) por el hueco que separaba al niño de ellos. El pergamino estaba unido por dos de sus hilos de chakra. Era lo más parecido a una cuerda que podía aportar él con lo que tenía. Caería cerca del niño, totalmente enrollado y con los hilos visibles, que conectaban a Juro con él. — ¡Cógete a él! ¡Te sacaremos! — En cuanto se agarrara, Juro tiraría. Dudaba de cuanto podría aguantar el tirón, pero si había podido levantar un techo sin que se rompiese, aguantaría el peso del cuerpo de un niño pequeño. RE: La bestia de Akachamura - Reika - 11/09/2018 La mariposa que Reika había creado no fue del todo necesaria, dado que rápidamente pudieron ubicar la posición del niño por lo que decidio deshacerla, sin embargo no tenian forma de llegar a el, excepto, por un hueco en que solo el niño podria pasar, cosa dificil, teniendo en cuenta la conmocion que estaba sufriendo. Mientras la kunoichi trataba de idear una forma de poder rescatarlo, el Kusajin fue mucho mas rapido y tendio una especie de cuerda unida a sus hilos de chakra -Esta asustado Juro-san, pero no te preocupes yo lo traere...- dijo la kunoichi a su compañero. En este momento, la rubia formo un sello que a vista de cualquiera, era de lo mas extraño. Con el mismo estaba apuntando al niño -Juro-san, concentrate en el niño, preocupate por mi si mi cuerpo peligra- se concentro nuevamente en su sello -¡Shintenshin no Jutsu!- ...Y Reika cayo al suelo inconsciente, pero tambien el niño comenzo a moverse directo a la ayuda que Juro le tendia para escapar de aquel infierno, aferrandose con toda la fuerza que aquel cuerpo poseia -Aoda judo-san- ¿como era que aquel infante conocia el nombre del shinobi?...a menos que....la respuesta estuviera en el cuerpo inconsciente de la kunoichi Juro, seguramente tiraria de la "soga" que se habia esforzado en crear y en cuanto estuviera el infante a salvo, estallaria en llantos...ya no era el niño valiente de hace unos momentos -S..salgamos d..de est..te infierno- agregaria Reika mientras se recuperaba de a poco RE: La bestia de Akachamura - Uchiha Akame - 11/09/2018 La estrategia combinada de Juro y Reika resultó mejor de lo que podía esperarse. Mientras la Yamanaka tomaba posesión temporal del cuerpo del pequeño muchachito, el marionetista utilizaba sus singulares habilidades para ofrecerle un punto de anclaje y apoyo. Así, la kunoichi controló al infante para, agarrada al pergamino conectado mediante hilos de chakra de Juro, sortear los escombros en llamas y llegar hasta la entrada. El techo crujió una vez más, y fue apenas momentos después de que los genin y el niño salieran de la vivienda que otra sección se derrumbó, pasto de las llamas. Afuera, el padre no pudo contener las lágrimas al ver salir a su pequeño, tomándolo en brazos mientras el niño no paraba de llorar y toser. —¡Gracias, gracias por todos los dioses, gracias! —se deshizo en gratitud para con los ninjas mientras seguía llorando—. Mi niño, ¡mi pequeño! —¡Juro-san, Reika-san! La voz de Uchiha Akame sorprendería a ambos genin por la espalda. El uzujin estaba un tanto sudado —producto sin duda del estrés y las carreras que acababa de hacer para ir a buscar ayuda—, pero parecía algo aliviado. —Conseguí encontrar un médico, ahora está atendiendo a la mujer de la pierna atrapada y otros heridos —se volvió hacia el padre, que todavía tenía a su muchacho en brazos—. Deberías ir a que vea a tu hijo, debe haber respirado mucho humo ahí dentro... Sea como fuere, la situación parecía estar normalizándose. El pánico había cesado, sustituido ahora por las lamentaciones de quienes habían perdido su negocio, su casa... O a algún ser querido. La pareja que había estado buscando a su hijo —"Fenris"— había salido de escena, mientras que el muro que trataron en vano de contener varias mujeres se había derrumbado finalmente. El carromato repleto de cajas de té rojo yacía ahora completamente destrozado bajo las piedras y escombros. Un hombre de edad avanzada, vestido con un bañador pesquero y una camisa blanca de rayas azules, abierta a la altura de su pecho cubierto de vello canoso, examinaba acuclillado la pierna de aquella mujer a la que los ninjas habían rescatado de bajo los escombros del puestito. —¿Qué cojones ha podido causar todo esto? —se preguntó el jōnin—. Tengo que averiguarlo... Reika-san, Juro-san. Estáis invitados a uniros a esta investigación, si es que no os importa interrumpir vuestras vacaciones. Yo debo hacerlo. RE: La bestia de Akachamura - Eikyuu Juro - 11/09/2018 « ¿Qué demonios » De repente, Reika se desplomó por el suelo. — ¡Reika-san! — Le había dicho que cuidara su cuerpo. ¿Qué quería decir con eso? De repente, el niño dejó de sollozar y habló. Dijo claramente su nombre, como si le conociera. Pero no había visto a ese chico en su vida. De hecho, Reika le dijo que lo atraería, y justo después, se había desplomado. Como si no tuviera conciencia. Como si... « ¿Está controlando a ese niño de alguna forma? » — El niño cogió el pergamino y Juro tiró. Fue sencillo. Juro atrajo al niño por el agujero, mientras este se comportaba diligentemente. Una vez lo sacó, el niño volvió a llorar otra vez. A su espalda, Reika se levantó. Juro supo que, quiera lo que quiera que le hubiera hecho, había parado. Por eso mismo, Juro cogió al niño entre sus brazos, y le puso el trapo en la boca, para evitar que respirara demasiado. — Bien hecho, Reika-san. Sea lo que sea. Vamonos de aquí —. ¿Un justu capaz de controlar a otra persona a cambio de perder la consciencia? Eso era raro. Bastante raro. Los dos shinobi y el niño salieron, y poco después, el edificio se derrumbó sobre sí mismo. Juro no pudo más que suspirar aliviado cuando le entregaban el niño a su padre. Por otro lado, Akame apareció, cansado, de haber corrido mucho, y les dijo que había logrado encontrar a un médico que estaba atendiendo a la mujer. También le dijo al hombre que debería mirar a su hijo por el humo. Juro asintió. A su alrededor, todo se había normalizado. Aunque el muro se había caído, y los padres del niño desaparecido tampoco estaban. Juro esperó que hubieran encontrado al niño. El muro y el carromato le daba igual, eran negocios. —¿Qué cojones ha podido causar todo esto? Tengo que averiguarlo... Reika-san, Juro-san. Estáis invitados a uniros a esta investigación, si es que no os importa interrumpir vuestras vacaciones. Yo debo hacerlo. — Yo estoy contigo. No puedo estar de vacaciones después de algo así — murmuró Juro. RE: La bestia de Akachamura - Reika - 12/09/2018 Un trabajo de equipo bien logrado entre ninjas que cuyas caras era la primera vez que se veían, era algo para destacar — Bien hecho, Reika-san. Sea lo que sea. Vamonos de aquí —. Exclamo el kusajin -Voy detrás de ti- respondió la kunoichi ya recuperada de haber extraído la propia consciencia de su cuerpo. tuvieron suerte, la casa comenzó a crujir señal de todo lo malo...y que se les venia encima, por suerte la casa tuvo paciencia de los tres jóvenes y les permitió la salida de su interior Al salir, respiro profundamente una bocanada de aire puro y vio como a su alrededor las cosas comenzaban a normalizar, el muro se había caído y eso a ella le daba igual, solo eran bienes materiales, en cuanto a los padres buscando a su niño perdido ya no estaban «Quiza ya lo hallaron» El Jounin Uzujin habia regresado con el medico que habia ido a buscar y ya estaba atendiendo a los heridos —¿Qué cojones ha podido causar todo esto? Tengo que averiguarlo... Reika-san, Juro-san. Estáis invitados a uniros a esta investigación, si es que no os importa interrumpir vuestras vacaciones. Yo debo hacerlo. -Cuenta conmigo Akame-san!- fue la respuesta inmediata de la Amejin, ya no importaba si se lo debía por lo sucedido en Cabo del Dragón, esto requería de toda la ayuda que fuera posible RE: La bestia de Akachamura - Uchiha Akame - 12/09/2018 Pese a que no lo dejó ver, Akame esbozó una sonrisa de satisfacción cuando sus compañeros se le unieron en la tarea que tenía por delante; averiguar qué había ocurrido en Akachamura, quién o qué era el responsable de tanta destrucción en un pueblecito tranquilo y turístico como aquel. «Juro y Reika, era de esperar que no quisieran quedarse fuera», se dijo el Uchiha al recordar las aventuras que ya había vivido junto a aquellos dos jóvenes. Así pues, el jōnin se cruzó de brazos y con gesto satisfecho anunció. —Muy bien. Lo primero es averiguar qué demonios ha pasado aquí —exclamó—. Mientras buscaba a un médico creo que pasé junto a un pequeño puesto de la guardia, quizás si preguntamos allí... El Uchiha no llegó a terminar sus palabras. O, más bien, fue interrumpido. Una voz potente y atronadora se alzó sobre los quejidos de los heridos, las lamentaciones de quienes habían perdido parte de su vivienda o negocio, y el bullicio general. —¡¡Gente de Akachamura!! Incluso aquellos que todavía andaban rebuscando entre los escombros, o heridos, o atendiendo a sus seres queridos, se vieron forzados a voltearse y prestar atención, buscando el origen de aquel vozarrón. Lo encontrarían sobre el carromato de té rojo aplastado por el muro que se había derrumbado. Y era... —¡Mi nombre es Ninjin Brazo Fuerte, y soy la solución a vuestros problemas! ... una mujer de unos treina años, complexión atlética, músculos marcados y melena anaranjada con el lado izquierdo rapado. Vestía con una armadura de cuero de mercenario y llevaba un enorme tetsubō de hierro negro en la espalda, en una funda sujeta por varios correajes. —¡Conozco de sobra a la bestia que os está causando problemas! Su único ojo sano —sobre el otro llevaba un parche negro—, de color azul pálido, escudriñó los rostros de quienes la miraban. Su evidente carisma parecía haber hecho mella en la gente, así como una entrada en escena imponente, y ahora todos le prestaban atención. —¡Sé que vosotros y yo no siempre hemos tenido la mejor relación, pero mirad a vuestro alrededor! ¿Vais a dejar que algo así se vuelva a repetir? —apostilló, inquisitiva. No obtuvo respuesta—. ¡Ya sabéis mi precio! Si hay alguien en Akachamura dispuesto a pagarlo, estaré esperando en el Chiringo de la Cumbia. Ni corta ni perezosa, la nombrada Ninjin bajó con un ágil salto y abandonó la plaza ante las miradas de los oriundos, dirigiéndose hacia la playa. Akame, por su parte, había observado todo con detenimiento. «No parece ninja, pero sin duda es fuerte. El arma que lleva a la espalda exige gran entrenamiento y forma física tan sólo para poder blandirla...» Luego se giró hacia sus compañeros. —Esa mujer no me da buena espina, pero ha hablado de una "bestia". Probablemente sepa lo que está ocurriendo aquí, pero intuyo que nos va a pedir algo a cambio. ¿Deberíamos intentar convencerla de que nos ayude? —cuestionó—. Si no, tal vez podamos enterarnos de lo que pasa preguntando a los lugareños. RE: La bestia de Akachamura - Eikyuu Juro - 12/09/2018 Juro sonrió cuando Reika dijo que estaba dentro también. Le alegraba porque quería saber más de aquella interesante kunoichi amejin, y además, tendrían un buen apoyo en su búsqueda. Con esto, lo tenían ganado. —Muy bien. Lo primero es averiguar qué demonios ha pasado aquí. Mientras buscaba a un médico creo que pasé junto a un pequeño puesto de la guardia, quizás si preguntamos allí... — El Uchiha fue pronto interrumpido. Juro tuvo un escalofrío. Un vozarrón, proveniente de una gran mujer, con melena pelirroja, rapada para un lado, armadura de mercenario, y un enorme arma de hierro a la espalda se alzaba sobre los escombros del carromato de té rojo aplastado. Juro comprobó que tenía una enorme presencia, a pesar de no parecer un shinobi. Uno de sus ojos llevaba un parche negro, y el otro, de color azul pálido, los miraba de forma inquietantes. —¡Mi nombre es Ninjin Brazo Fuerte, y soy la solución a vuestros problemas!¡Conozco de sobra a la bestia que os está causando problemas! ¡Sé que vosotros y yo no siempre hemos tenido la mejor relación, pero mirad a vuestro alrededor! ¿Vais a dejar que algo así se vuelva a repetir?¡Ya sabéis mi precio! Si hay alguien en Akachamura dispuesto a pagarlo, estaré esperando en el Chiringo de la Cumbia. « ¿Les cobra por su ayuda? » — Pensó Juro. Luego, se tuvo que morder la lengua. Después de todo, los shinobi también cobraban una recompensa por sus actos. Aun así, una cosa era eso y otra aprovecharse de una desgracia. Él nunca cobraría a ninguno de esas pobres víctimas. La mujer se marchó, aunque ya había dado información. Akame murmuró algo sobre qué podían hacer, puesto que esa mujer parecía saber. — Creo que podríamos empezar por preguntarle a alguien de por aquí que no este muy conmocionado — dijo Juro —. No me creo que nadie sepa nada. Eso de la "bestia", me intriga. Llegados al caso, supongo que habrá que hablar con esa mujer si no conseguimos sacar nada en claro. » Puede que sea muy carismática, pero supongo que tú no tendrás muchos problemas para sacar información si se niega a darnosla, ¿No, Akame? La última vez fuiste bastante insistente con el recepcionista del hotel — dijo. Juro recordaba perfectamente con tan solo mirarle (con esos ojos rojos) había logrado que les ignorase y les dejase pasar. Se apostaría un brazo a que consiguió la información de dónde se alojaba la mujer utilizando el mismo truco. Supuso que no debería saber más difícil —. Igualmente, probemos a ver con alguien, y veamos que sacamos. Quizá no haya que ir por las malas. Juro comenzó a buscar con la mirada, a ver si había alguien al que podían preguntar, si estaban todos de acuerdo. RE: La bestia de Akachamura - Reika - 16/09/2018 —Muy bien. Lo primero es averiguar qué demonios ha pasado aquí. Mientras buscaba a un médico creo que pasé junto a un pequeño puesto de la guardia, quizás si preguntamos allí... — El Uchiha fue pronto interrumpido. Un vozarron de una mujer de gran tamaño, que por un momento le habia hecho acordar a las matonas del puerto, tenia gran presencia en la gente al parecer puesto que los presentes se quedaron a escucharla, por su aspecto a la Amejin le parecia mas una mercenaria o cualquier otro tipo de combatiente y no una kunoichi —¡Mi nombre es Ninjin Brazo Fuerte, y soy la solución a vuestros problemas!¡Conozco de sobra a la bestia que os está causando problemas! ¡Sé que vosotros y yo no siempre hemos tenido la mejor relación, pero mirad a vuestro alrededor! ¿Vais a dejar que algo así se vuelva a repetir?¡Ya sabéis mi precio! Si hay alguien en Akachamura dispuesto a pagarlo, estaré esperando en el Chiringo de la Cumbia. «Tal y como me lo imaginaba...mercenaria» no es que los ninjas no los moviera el dinero tambien, de hecho, si cualquiera se pudiera a pensar por un momento, los ninjas eran una fuerza mercenaria. La mujer se marchó, aunque ya había dado información. Akame murmuró algo sobre qué podían hacer, puesto que esa mujer parecía saber. -A mi no me cierra nada lo de la supuesta bestia- exclamó la kunoichi -Que casualidad que cuando algo sucede el mercenario de turno siempre tiene conocimiento de "la bestia"- agregó a los dicho por los demas RE: La bestia de Akachamura - Uchiha Akame - 16/09/2018 El jōnin se cruzó de brazos ante la respuesta de sus colegas. «Claramente ninguno quiere enfrentarse a ella de cara, y quizás tenga que darles la razón». Pese a que aquella mujer no era ninja ni podía usar chakra, sí que parecía disponer de unas buenas cualidades físicas, además de un tetsubō capaz de cascar cráneos a gusto. Así, Akame terminó por asentir, admitiendo que lo más juicioso sería preguntar primero a los oriundos de Akachamura. Las palabras de Juro le hicieron arquear una ceja, pero no dijo nada. «Maldito Juro, ¿no se te escapa una?» Como resultado, el trío de ninjas se daría una vuelta por la plaza, donde la gente proseguía con las tareas de rescate y salvamento, tanto de personas como de bienes materiales que no hubieran sido afectados por el fuego y los destrozos. Al final, el jōnin del Remolino acabó por acercarse al médico que él mismo había traído hasta aquel lugar, y que en ese momento se encontraba terminando de entablillar la pierna de esa mujer a la que los shinobi habían sacado de debajo de un puestito derruido. —Médico-san, ¿tiene un momento? —inquirió el Uchiha. El hombre, que estaba acuclillado junto a la herida, terminó de apretar las vendas que sujetaban dos firmes tablas a los lados de la pierna de la mujer, y luego se puso en pie. Era un tipo mayor, que debía rondar la cincuentena, de pelo corto y canoso y ojos azules. Su piel pálida parecía indicar que no era natural de las islas, y llevaba unas sandalias de madera, bañador de color azul cielo y camisa blanca abrochada hasta casi el cuello. —Sí, cómo no, shinobi-san —respondió—. Me llamo Utoki Heiwamaru, por cierto. Doctor Utoki Heiwamaru. Gracias por avisarme de lo ocurrido aquí, probablemente de haber llegado más tarde no habría podido atender debidamente a esta señora, y ella habría perdido su pierna. Ambos le debemos mucho. El Uchiha le restó importancia. —Gracias a usted por interrumpir sus vacaciones. Supongo que ya somos dos —replicó. —Dos hombres con un ferviente compromiso por nuestro deber con estas gentes —añadió el médico, con una media sonrisa—. ¿Puedo ayudarles en algo? —agregó, viendo a Juro y Reika. Akame se cruzó de brazos y bajó un momento la mirada, pensativo. —Lo cierto es que sí. Usted no parece ser de por aquí, ¿pero tal vez sabe qué ha ocurrido? ¿Por qué esa mujer habló de una... bestia? Heiwamaru negó con la cabeza, soltando un suspiro de resignación. —Tiene razón, no soy oriundo de Akachamura, pero sí que he pasado largos años de mi vida aquí. Conozco el problema de esta gente y a la criatura que ha causado este destrozo —admitió, con un deje de tristeza en su voz—. No es una bestia, sino un animal excesivamente grande y territorial para esta isla. Pero antes de contarles más, debo preguntarles... ¿Qué intenciones tienen para con ella? RE: La bestia de Akachamura - Eikyuu Juro - 16/09/2018 El trio de ninjas parecía estar de acuerdo en algo: esa mujer era peligrosa, pero también valiosa para su supuesta misión. De momento, iban a dejarla de lado, y solamente requerir a ella cuando fuese excesivamente necesario. Por ello, Akame decidió que lo más sensato era hablar con el médico que les había atendido inicialmente. Juro asintió, y junto a Reika, ambos fueron testigos de la conversación que tuvieron sobre como Akame le agradecía el haberlos ayudado, y el médico agradecía su labor, puesto que si no la mujer quizá no hubiera tenido pierna. Juro, quien sus expectativas hacia accidentes así solían ser funestas, también se alegró bastante de esta parte. Entonces, el médico pasó de Akame y miró también a Juro y a Reika. ¿Puedo ayudarles en algo? — Necesitamos un poco de colaboración de su parte — murmuró Juro. Pero no hizo falta que dijera más. Akame continuó hablando, preguntándole por la "bestia". El médico asintió, y aunque dijo que no era originario de aquí, no negó saber de qué hablaban. —Tiene razón, no soy oriundo de Akachamura, pero sí que he pasado largos años de mi vida aquí. Conozco el problema de esta gente y a la criatura que ha causado este destrozo. No es una bestia, sino un animal excesivamente grande y territorial para esta isla. Pero antes de contarles más, debo preguntarles... ¿Qué intenciones tienen para con ella? « ¿Un animal muy grande? ¿Qué clase de animal? » — pensó Juro, asustado. Supo que debían convencer a aquel hombre de que no eran tan interesados como esa mujer. Por eso, Juro intentó hablar sin sonar vacío y tranquilizarse. — Los tres veníamos aquí con el objetivo de tomar unas vacaciones y relajarnos. Pero tras éste incidente, no podemos ignorar lo que ha pasado — explicó Juro —. Queremos comprender lo que esta pasando y tratar de ayudar en todo lo que podamos a los habitantes de la isla. RE: La bestia de Akachamura - Reika - 17/09/2018 Los tres dieron una vuelta por la plaza, en donde los que estaban dentro de todo sanos ayudaban a los mas heridos, entre ellos el doctor que habia sido traido por Akame —Médico-san, ¿tiene un momento? — El Uchiha llamo a su atencion, el medico estaba de cuclillas terminando sus labores con la mujer herida, por su aspecto, el hombre era tan extranjero como lo eran Juro y la kunoichi —Sí, cómo no, shinobi-san —respondió—. Me llamo Utoki Heiwamaru, por cierto. Doctor Utoki Heiwamaru. Gracias por avisarme de lo ocurrido aquí, probablemente de haber llegado más tarde no habría podido atender debidamente a esta señora, y ella habría perdido su pierna. Ambos le debemos mucho. [g=gold]Menos mal que Akame fue rapido en su carrera[/p] fue el pensamiento de Reika al escuchar las palabras del galeno —Gracias a usted por interrumpir sus vacaciones. Supongo que ya somos dos — «Cuatro si nos cuentan a Juro y a mi» —Dos hombres con un ferviente compromiso por nuestro deber con estas gentes —añadió el médico, con una media sonrisa—. ¿Puedo ayudarles en algo? —agregó, viendo a Juro y Reika. Akame se cruzó de brazos y bajó un momento la mirada, pensativo, en ese momento la rubia estuvo a punto de decir lo que sucedia, pero el mismo Akame reanudo la charla —Lo cierto es que sí. Usted no parece ser de por aquí, ¿pero tal vez sabe qué ha ocurrido? ¿Por qué esa mujer habló de una... bestia? Heiwamaru negó con la cabeza, soltando un suspiro de resignación. —Tiene razón, no soy oriundo de Akachamura, pero sí que he pasado largos años de mi vida aquí. Conozco el problema de esta gente y a la criatura que ha causado este destrozo —admitió, con un deje de tristeza en su voz «¿Perdon?» la kunoichi arqueo una ceja al escuchar eso —. No es una bestia, sino un animal excesivamente grande y territorial para esta isla. Pero antes de contarles más, debo preguntarles... ¿Qué intenciones tienen para con ella? -Hacer lo que sea necesario para asegurar a estas gentes, si esta en nuestras manos no arriesgar la vida de este animal, lo haremos, pero lo primero es mantener seguras a las personas- no sabia si los demás coincidían con ella, tal vez fueran mas prácticos y decidieran que lo mejor es extinguir su vida...pero para ella se trataba de un animal y hasta tal vez ella con sus habilidades de control pudiera sacarlo...pero ya se estaba exponiendo demasiado para un solo día y con dos ninjas extranjeros RE: La bestia de Akachamura - Uchiha Akame - 18/09/2018 —Es evidente que esa criatura, sea lo que sea, es peligrosa —las palabras de Akame se añadieron a las declaraciones de sus otros dos compañeros—. Como usted bien sabe, Heiwamaru-san, mi rango de jōnin del Remolino me obliga a actuar. Debo proteger Akachamura de futuros ataques, sean o no tan devastadores como este... El médico recogió con más que evidente recelo y preocupación las respuestas de los ninjas. Excepto Juro, que había sido —quizá deliberadamente— ambiguo, los otros dos manifestaban el deseo de darle paro a aquella situación, fuera como fuese. Calló unos momentos, con gesto indeciso, como debatiéndose si podía confiar o no en aquellos ninjas. —Vengan, les invito a un refresco —dijo finalmente Heiwamaru—. Pero antes déjenme terminar aquí. Akame asintió y esperó que a sus dos compañeros también les pareciese buena idea. El médico atendería al resto de heridos —los que estaban graves— durante una media hora más. Al terminar, sudoroso y visiblemente cansado, volvería a donde estaban los ninjas para indicarles que le acompañasen al chiringuito más cercano. Volviendo sobre sus pasos, el cuarteto llegó hasta el paseo marítimo de Akachamura, donde se localizaban la mayoría de bares, restaurantes de playa y tiendas de artículos turísticos, recuerdos, y el popular té rojo del pueblo. —¿Qué van a tomar? —quiso saber el doctor, nada más los cuatro entraron en el chiringuito más cercano, El Chiringo de la Cumbia. —Té rojo helado —respondió el jōnin de Uzu, para luego buscar asiento en torno a la mesa más cercana. El lugar era un bar bastante amplio, con una terraza abierta repleta de mesas y una ambientación playera; paredes de madera, techo de caña y artículos decorativos por todas partes. De fondo sonaba una persistente musiquilla, animada y bailonga. Pero no fue la melodía lo que captó la atención del Uchiha, sino la figura robusta y de pelo naranja como el fuego que se encontraba sentada al otro lado del chiringuito. «Esa tipa, otra vez...» Ninjin Brazo Fuerte les observaba con una mezcla de desafío y curiosidad mientras se pulía una botella entera de licor de avellana, que iba volcando en un vaso ancho con dos hielos. Parecía que, por el momento, ninguno de los habitantes de Akachamura había acudido en su busca. RE: La bestia de Akachamura - Eikyuu Juro - 18/09/2018 «¿Jōnin? ¡Eso es nuevo! » — pensó Juro. Aunque no le sorprendió. Akame era un talentoso ninja de Uzushiogakure, y probablemente le habían ascendido al ver tal potencial. El médico aceptó sus palabras, aunque realmente pareció pensarlo. Juro pensó que probablemente había esa isla había sufrido mucho, pero el hombre no era idiota, y sabía que había gente que podía aprovecharse de su necesidad. Como ejemplo, ahí estaba la mujer gritona y musculosa. El médico accedió, y tras media hora de espera (dónde se dedicó a tratar a los heridos más graves. Juro le observó con atención) decidieron ir a tomar algo para amenizar la conversación. Eligieron el "Chiringuito de la Cumbia" (intencionada o no). —¿Qué van a tomar? —Té rojo helado —respondió el jōnin de Uzu, para luego buscar asiento en torno a la mesa más cercana. — Yo tomaré lo mismo, gracias — dijo Juro, sonriente. Después, se dirigió al asiento, junto a sus compañeros, y ahí reposó. El Chiringuito tenía cierto ambiente playero, desde paredes de madera hasta techo de caña y numerosos artículos decorativos. En un lado, sin embargo, Juro pudo fijarse en aquella mujer que tanto había presumido antes de sus músculos y su fuerza. Estaba sentada, bebiendo licor, y pudo notar que les observaba descaradamente. « Veo que no te ha funcionado tanta intimidación » — pensó Juro, sonriente. Pero no pudo evitar pensar en que quizá, más tarde, si que funcionara. No hizo ningun comentario. Se limitó a esperar a que el médico volviera con las bebida y una explicación. RE: La bestia de Akachamura - Reika - 20/09/2018 —Vengan, les invito a un refresco —dijo finalmente Heiwamaru—. Pero antes déjenme terminar aquí. El medico seguiria unos 30 minutos ocupandose del resto de heridos que aun quedaban en la playa, antes de dirigirse nuevamente a los tres ninjas para indicarles el chiringuito que mas cerca estaba. Volviendo sobre sus pasos, el cuarteto llegó hasta el paseo marítimo de Akachamura, donde se localizaban la mayoría de bares, restaurantes de playa y tiendas de artículos turísticos, recuerdos, y el popular té rojo del pueblo. —¿Qué van a tomar? — Agua fresca esta bien para mi- respondio la kunoichi —Té rojo helado —respondió el jōnin de Uzu, para luego buscar asiento en torno a la mesa más cercana. El lugar era un bar bastante amplio, con una terraza abierta repleta de mesas y una ambientación playera; paredes de madera, techo de caña y artículos decorativos por todas partes. De fondo sonaba una persistente musiquilla, animada y bailonga -«¿Nos trajo a Chiringuito bailable para charlar?» Cerca de ellos, la mercenaria se encontraba empinandose una botella de licor, al parecer todo Akachamura prescindia de sus servicios pero ¿Porque? |