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Un camino de rosas traicionero - Versión para impresión

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RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 26/08/2015

Eri sintió como el moreno se había tensado, y un rubor extraño se apoderó de sus mejillas. Le pareció tierno y quiso por todos los medios hacerle sentir mejor. No lograba comprender el por qué, pero tampoco quería preguntar a Juro por si le molestaba, pero su curiosidad la superaba por momentos.

-Juro-chan... ¿Estás bien?- Preguntó la chica. La pregunta estaba dicha, pero antes de que él pudiese contestar, la de cabellos azules habló de nuevo. -Venga, vamos a tomar unos dangos, yo te invito, así vuelves a estar más animado.

''Los dangos alegran a cualquiera, ya verás como estos te sentarán bien''

La chica volvió a coger del brazo al moreno, esta vez invitándole a caminar con él y no tirando como si fuese un peluche, así llegaron al pequeño puesto, y la chica pidió dos palitos con tres dangos pinchados en cada uno, rosa, blanco, y verde, el cual pagó con algo de dinero que había cogido antes de salir de su casa, se despidió del hombre que llevaba el pequeño puesto y volvió a girarse hacia su compañero. Dio uno a Juro para que lo sostuviese con su mano diestra y ella misma pegó un bocado a sus dulces, primero el verde, que era el color que menos le gustaba.

''Simplemente una delicia... Algún día me haré con la receta y los haré.''

-¡Qué aproveche!-Dijo llevándose otro bocado a la boca y saboreándolo como si fuese el mayor manjar del mundo. Volvió a tomar a Juro del brazo y lo llevó a un banco cercano donde pudieran sentarse a disfrutar de la comida y descansar un poco del paseo.

Con suerte, encontraron un banco cerca, con un par de cerezos detrás de ellos y poca gente a su al rededor, así se sentirían mejor al comer sin varios ojos puestos sobre ellos.

-¿Cómo te encuentras Juro-chan?

Preguntó cuando ya se había terminado el dango verde.


RE: Un camino de rosas traicionero - Eikyuu Juro - 28/08/2015

Se avergonzó al instante de aquel comportamiento, en especial, cuando Eri se preocupó por él. Juro intentó no mostrar como se sentía en ese momento, por que estaba bastante mal. A saber que habría hecho la chica si se hubiese dado cuenta, no quiso ni imaginarlo.

Se dejó arrastrar por la chica hasta un puesto de dulces. Juro no se fijo en como salieron del templo, pero para cuando se dió cuenta, Eri ya estaba pagandole al hombre, y cogiendo dos palillos.

— No hace falta que pagues por mi...— protestó.

Cogió el dango, sin poder hacer otra cosa aparte, no quería parecer desagradecido. Eri empezó a comerlo como si fuese la mejor cosa que hubiese probado en siglos. Juro se lo llevó a la boca. No era la cosa más deliciosa que había probado, pero tampoco estaba mal.

— Gracias, a ti también — comentó, antes de empezar a comer.

Ambos se acercaron a un banco, donde se sentaron. El cuerpo de Juro lo agradeció, aunque le costó digerir el alimento. No es que estuviese malo, simplemente, se sentía bastante mal. Poco a poco se recuperaba, y el escaso color que le faltaba fue llegando a sus mejillas. Trató de serenarse.

— Mejor— dijo, cuando hubiese masticado — No se que me ha pasado, un mal recuerdo, supongo.

Dudo en contarle algo a Eri durante unos segundos lo que había pensado. Pero entonces, tendría que decirle también sobre su pasado. Una parte suya se negaba a dar esa información, y la otra le decía que a Eri no le iba a importar lo más mínimo, solo se preocupaba por él, nada más.


RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 28/08/2015

La chica sonrió al escuchar las palabras del moreno, ya se encontraba mejor, cosa que reflejaba ya su rostro, que no se encontraba tan pálido como antes, aunque siempre llevaba un tono pálido anormal, no era tan enfermizo como el que había vestido minutos atrás.

-Debe ser por los dangos, ¿no te gustan? -Dijo la joven de cabellos azules que ya se había terminado su tercer dango y ahora jugaba con el palo que sujetaba los tres dulces mientras lo mecía en su boca. -¿Un mal recuerdo?- Preguntó, curiosa, siempre era lo mismo, su curiosidad estaba antes que cualquier otra cosa.

''Mierda...''

-Lo siento, quizás no debería preguntar...-Dijo, esta vez, intentando excusarse por la jugarreta que le había gastado su boca, hablando antes de pensar en qué poder decir. Buscó la manera para que Juro no se sintiese mal hablando con ella, ya que no quería intimidarle ni hacerle sentir mal, o cosas relacionadas con estar incómodo en una situación así.

Mientras pensaba, una flor, traicionera, cayó sobre el pelo del moreno, más concreto, en el lado derecho, dándole un toque más infantil al chico donde se había apoyado. Eri sonrió, ojalá pudiera enmarcar lo que estaba viendo en esos momentos. Entonces decidió hablar con Juro.

-Desde muy pequeña he vivido en un orfanato...-Comentó, aunque no le interesase en absoluto al chico que le acompañaba.-La única verdadera compañía que tuve siempre fue Nabi, Uchiha Nabi, ¿sabes quién es verdad? Luego de que se fuese, me quedé sola, hasta que varios años después me adoptó un señor muy amable, Genza se llamaba...

''Abuelo...''

La chica se quedó cabizbaja, cerró los ojos por un momento, intentando disipar los recuerdos que le habían vuelto a la cabeza después de tanto tiempo, entonces volvió a mirar a Juro, intentando en vano mostrar una sonrisa.

-Genza era como un padre para mí, pero le llamaba abuelo. Él me ayudó a intentar convertirme en un ninja, él era un ninja médico, así que yo quería ser como él... Pero murió, y yo volví a quedarme sola, de nuevo. - Explicó, sin embargo una pequeña y débil lágrima surcó su rostro. -Estar rodeado de gente y sentirte solo es algo normal. Pero... ¿Sabes qué? Al final logré ser ninja, como mi abuelo, y... Es más.-Prosiguió.-¡Os encontré a vosotros!

Una sonrisa se dibujó en su rostro, una sincera, de verdad.

-Mi mayor miedo es quedarme sola, por eso desde que me dieron esto.- Señaló su bandana.-He decidido cuidar y proteger a mis amigos, por eso no quiero que estés mal, Juro-chan.- Cogió ambas manos del chico que la acompañaba, con cariño. -Ese es mi sueño, el camino que he decidido.

''Por eso quiero que estés feliz.''

Al terminar su pequeño discurso, la chica posó sus labios en la bandana que adornaba la frente del chico, dejándole una pequeña manchita con la forma de un beso en ella.


RE: Un camino de rosas traicionero - Eikyuu Juro - 29/08/2015

Juro trato de formular una respuesta educada para la pregunta de Eri sobre los dangos. Afortunadamente, con lo del mal recuerdo bastó para distraer el tema, o al menos eso pensó Juro, antes de que ella misma creyera haber cometido un gran error, a pesar de que al joven no le importaba que preguntara.

— Tranquila, no importa.... — trato de decirlo, pero el silencio acabó reinando entre ambos.

Juro se asustó al ver a Eri pensativa durante unos momentos. Nunca había estado tan calmada como ahora, y pareció que su alegría infantil se había desvanecido.

Empezó a contarle una historia sobre ella misma. Al parecer, tanto ella como Nabi eran huérfanos, y se habían criado juntos en un orfanato. Más tarde, le acogió un señor aparentemente viejo, llamado Genza, que la entreno en la disciplina de ninja medico, pero murió.

Juro le puso una mano en el hombro, al verla triste por ello.

— Siento la perdida — pensó en decir algo más, pero se quedó callado, sin saber como salir de la situación.

También le dijo que su camino ninja era proteger a sus compañeros. Supuso que como ninja medico, sería más que útil para hacerlo.

— Es un deseo muy noble — le dijo entonces Juro, con una sonrisa — Has sido muy valiente contando tu historia...

Se quedó unos segundos pensando, sin saber que hacer. Ella le había contado parte de su historia, y en cierto modo, se interesaba en lo que le pasaba.

"Para que lo oiga por ahí, mejor que lo escuche de mi..."

Hasta que al final, decidió hacerlo. Nunca lo había hecho, y no sabía como saldría. Tomó aire, y empezó a hablar.

— Yo... Bueno, tuve mas suerte que tu en eso. Tengo una familia, aunque ya casi no quedan miembros — dijo, con tristeza — Mi madre murió en el aparto, y mi padre nunca me lo perdono.

Tomó otra bocanada de aire. Se aferró a su bufanda amarilla, como si esta pudiese ayudarle. En cierto modo, lo hacía.

— Mi padre se volvió un borracho, y mi hermana fue la que me cuidó... — explicó, dándose cuenta de que no había mencionado antes a su hermana — Yo era muy pequeño, y quería a mi padre. Una noche desee que viniese, y se cumplió.

Hasta aqui parecía todo bonito. Pero Juro estaba poniéndose muy nervioso. Seguía tomando aire, y trataba de no palidecer. Los recuerdos estaban volviendo a él, otra vez. Pero estaba vez era consciente.

— No recuerdo mucho de esa noche, cuando desperté estaba delante de mi, y no podía moverme — Juro empezó a hablar a toda prisa, sin poder parar. Tenía miedo de que su voz se quebrase de un momento a otro — recuerdo que tenía una enorme sonrisa de loco, y un cuchillo...un cuchillo muy grande...y...

Y ya esta, no aguanto más. Su voz se quebró, y no se vio capaz de seguir hablando. Si seguía hablando, acabaría sollozando, tenía que controlarse. Dejó de agarrar su bufanda, dando un tirón fuerte, y dejando su cuello al descubierto. Por una voz, supuso que daba igual que los demás lo vieran.


RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 29/08/2015

Eri se quedó muy quieta, escuchando atentamente el relato que Juro estaba contando a la de cabellos azules. La chica con su historia quería hacer ver a Juro que para ella él era muy importante, aún sin conocerse mucho, para Eri, el moreno era uno de sus más preciados amigos y no quería que estuviera triste, sin embargo el joven shinobi del remolino comenzó a relatar su historia, su pasado, y eso dejó a Eri en un silencio contemplativo.

Escuchó como Juro relataba su corta vida, como fue criado sin una madre, que por imprevistos de la vida murió tras el nacimiento del moreno, cosa que su padre tomó porque la culpa era única y exclusivamente del joven, el hombre debió estar muy cegado para hacer algo así, no es nada justo lo que le hizo a Juro-chan... Por ello, el precio que supuso el hombre por la vida de su mujer, era intentar acabar con la vida del fruto que ambos obtuvieron, y por lo que se podía observar en el cuello del joven, de una forma lenta y tortuosa.

Eri se llevó la mano izquierda a la boca, al ver cicatrices a lo largo del cuello del moreno, era un acto muy cruel e injusto para un niño, y más viniendo de su padre, así que antes de que pudiese continuar, o quisiese hacerlo, antes de que su curiosidad volviese a hacer acto de presencia, la kunoichi del remolino tomó delicadamente ambos brazos del moreno y lo pegó a ella, en un intento de abrazo. Sabía que Juro había parado porque no quería montar un espectáculo delante de toda la gente, ella tampoco quería que las miradas se posasen en ambos, así que decidió ocultar al joven en su pecho, intentando que éste quedase lo más cómodo posible y pudiese transmitir lo que quería:

-Está bien Juro, eso ya pasó, todo está bien ahora...- Buscó las palabras exactas, pero no las encontró, y optó por algo que solía decirle su abuelo cuando ella lloraba en su cuarto, cuando se sentía sola y echaba de menos la compañía de su mejor amigo. -Tu hermana te cuida bien, y sé que allá donde esté tu madre, estará orgullosa del ninja en el que te has convertido.- Se atrevió a añadir, ahora acariciándole el cabello de manera pausada.-Pocos han soportado el dolor como tu, Juro-chan, y por ello ahora eres uno de los mejores shinobi de la villa.- Dijo, mostrando una pequeña sonrisa.-Aún solo siendo un gennin...- Esto último intentó susurrárselo al oído.

''Tengo suerte, y sé que aunque no sea una buena ninja, haré lo posible por cuidar a Juro, como a todos los demás, pero antes de eso, ¡tienen que ser felices!''

Dio gracias a que poca gente se paraba en ese lugar en el que únicamente estaba un banco y un par de cerezos por detrás, ya que estaban en la zona situada entre los templos, por lo que la gente no se paraba a ver la escena, y algunos lo tomaban como que eran una pareja un tanto peculiar.


RE: Un camino de rosas traicionero - Eikyuu Juro - 30/08/2015

Después de contar su historia, Eri decidió abrazarle. Un abrazo mucho más sincero que los anteriores. Había compasión en su rostro, pero el joven ya se había imaginado algo así. Con su historia lo único que hacía era dar pena.

Sintió impulsos de despegarse de la chica para poder ponerse su bufanda, no le gustaba tener el cuello al aire, era incluso extraño. Pero se contuvo, no quería parecer maleducado. Escuchó las palabras de Eri, que parecían tratar de animarle. Sonrió un poco, aunque ese discurso ya se lo sabía. Al menos trataba de ayudarle...

Hasta le susurró palabras animadas. Si no hubiera estado tan mal, hasta se habría ruborizado. Juro miró a Eri y asintió, tratando de hacerle ver que estaba mejor.

Cuando esta dejase de abrazarle, se pondría pausadamente la bufanda, tapando lo primero las cicatrices. Eran demasiado horribles para que la gente las viese.

— Eri, gracias — le miró directamente a los ojos, con sinceridad — te agradezco tu empeño en ayudarme. Estoy seguro de que con gente como tu podré superarlo.

Si, por desgracia, un par de palabras bonitas no iban a hacerle superar un trauma instantáneamente, pero algo era algo. Se quedó unos segundos en silencios, mirando el puesto con otros ojos. Repentinamente, había olvidado que aun tenía la comida en la mano. Comió un poco, esperando que así se sintiese mejor.

— No hace falta que nos quedemos así, aun podemos ver más — dijo entonces, viendo su situación.

Después del templo, aún había algo de paseo. Más cerezos, y quizá, incluso más templos. Más o menos se habrían parado a mitad del recorrido.


RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 31/08/2015

La chica supuso que el joven no se sentiría mejor con palabras que ya le habrán dicho millones de veces, pero no sabía muy bien que decirle a alguien con un problema así, así que suspiró, y tomó de nuevo su típica sonrisa. Se levantó del banco donde ambos se encontraban y tendió su mano al chico, para ayudarle a levantarse.

-Cuando quieras, aquí me tienes.

Su respuesta era nada más y nada menos que para hacerle ver que no le importaba escuchar todo lo que éste tuviese en su mente, ya sean alegrías o tristezas, aunque tampoco estaba segura si lo había entendido, es igual, el gesto estaba ahí. El paseo todavía contaba con un par de templos más, otros tantos puestos e incontables cerezos, así que todavía tenían un poco de tiempo para estar juntos.

-¿Qué animal piensas que encontraremos en el siguiente templo? - Preguntó, intentando cambiarle de tema al moreno. Sabía que esos temas eran delicados para todos, así que lo mejor era llenar la cabeza a Juro de tonterías de las suyas, así al menos aburrido no se quedaría.

- ¿Cuál es tu animal favorito, por cierto?

El sonido del viento chocando con los pétalos de los cerezos creaban una armonía sin igual en ese día, el sol se colaba por entre las ramas, dejando a los chicos una visión bastante mejor sin la dificultad del sol en ellos.


RE: Un camino de rosas traicionero - Eikyuu Juro - 3/09/2015

Eri trató de sonreír ante lo que dijo Juro. La pobre no tenía muchas otras opciones para animarle. Seguramente si fingiese estar bien quizá pudiese hacerla sentir mejor, pero en ese momento no tuvo fuerzas si quiera para tratar de fingir sobre su estado de ánimo. En lugar de ello, se levantó y volvió a situarse cerca de ella.

Trató de no suspirar también. En lugar de eso, asintió a las palabras de la chica, y esta vez si que sonrió, brevemente, pero algo era algo. Aun agarrándole, le preguntó acerca del animal que podrían ver a continuación, y seguidamente, sobre cual era su animal favorito. Juro tuvo que detenerse a pensar bien la pregunta final.

-No estoy seguro, podría ser cualquiera... -reconoció - No tengo uno totalmente decidido... Pero supongo me interesa el camaleón

Juro se preguntó si habría un templo dedicado a los camaleones. Supuso que no, era un animal bastante extraño...Pero después de lo de la serpiente, no debería dar nada por hecho. Cayó en la cuenta de que tenía curiosidad acerca de la opinión de Eri en el tema.

- ¿Cual es el tuyo? - preguntó, interesado.

Mientras conversaban mantendrían el paseo, hasta acercarse a otra edificación. Estas vez si que tenía paredes, y lo que parecía ser una especie de campana en el techo, quizá para llamar a los fieles. Juro no pudo ver mucho más dentro. Era un misterio la razón por la que cada templo era distinto. Este de más pequeño que el del zorro, pero bastante ancho. En las estatuas de la entrada se podía distinguir el tallado del lobo.


RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 3/09/2015

''Vaya, con que su animal favorito es el camaleón, interesante.''

Eri sonrió ante la respuesta del joven moreno, ¿por qué sería? El camaleón es un animal capaz de sobrevivir en diversos momentos debido a su habilidad de camuflaje, y eso a Juro... ''No me toméis a mal, pero Juro llevaba más colores llamativos de lo que le gustaría para ocultarse, aunque quizás solo pueda gustarle porque sí y sin razones de X habilidad...'' Eri dejó de pensar porque seguramente la cabeza estaba echando humo.

-¡A mí me gusta la ardilla! - Saltó, feliz, la pequeña de cabellos azules. - Pero no me parezco a ellas, porque... Bueno, tengo la agilidad de una piedra, o quizás de una patata, un poco más entonces. - Explicó con comparaciones absurdas, esperando que Juro no pensase que era retrasada o algo así. Y entre tonterías llegaron al siguiente templo, con una campana, y como animal, el lobo. El templo era más sombrío que los anteriores dos, y poca gente estaba parada investigando en sí el templo, pero a la kunoichi le gustó tanto, que cogió de nuevo la mano de Juro y tiró de él para verlo más de cerca, pero esta vez con menos fuerza y más despacio.

-Oye, Juro-chan... ¿Qué te parecen los otros chicos de nuestra promoción?- Sí, chicos, solo había una chica en su promoción, y esa era ella. Suspiró, quería saber en quién se había fijado el moreno, porque la felicitó a ella tras obtener su bandana pero... ¿A quién más habrá felicitado?

''¿Conocerá a Nabi?''

Encerrada en sus pensamientos, alcanzaron la puerta del templo, con suerte podrían tocar la campana, eso sería divertido.


RE: Un camino de rosas traicionero - Eikyuu Juro - 4/09/2015

Juro sonrió ante la contestación de Eri. Al parecer, su animal favorito no era otro que la ardilla. A Juro le hizo gracia, lo cierto era que tenían algo de parecido, aunque Eri lo negase. Juro trato de no reirse ante su simil.

— Tienes cierto parecido, solo te falta ir trepando por los árboles — comentó, y acto seguido, empezó a reír, imaginándose a la chica saltando de rama en rama.

Trato de serenarse, mientras caminaban hacia el templo. Tenía un aspecto mucho más serio que el de la serpiente, incluso que el del zorro. Juro se preguntó si era buena idea acercarse, o echarse atrás y visitar otros templos. No tuvo tiempo de pensarlo mucho, Eri le asaltó con otra pregunta. Esta vez le preguntó acerca de sus compañeros.

— Bueno...No conocí a demasiados alumnos, pero los que recuerdo eran bastante amables — contestó Juro, pensando — Me llevaba bastante bien con Yota, me cae bien, aunque no tenga mucha paciencia... También recuerdo a alguien llamado Kazuma, muy silencioso, pero bastante agradable. También recuerdo a Nabi, aunque me pasa como Kazuma, no he hablado demasiado con él, era bastante reservado.

Ahora quizá entendiese algo de su tristeza, si se había criado en un orfanato, pero no podía estar seguro con alguien tan reservado como él. Trató de hacer memoria. Recordaba también a un chico tigre, pero no había hablado con él nunca, por lo que no dijo nada sobre él.

— Ya te lo dije, no he conocido a muchos — reconoció, encogiéndose de hombros.


RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 6/09/2015

Hinchó los mofletes al escuchar la contestación del moreno, y sus mejillas adaptaron un color rosado porque se había imaginado a ella misma saltando por los árboles del bosque, y con eso tuvo una idea.

- Algún día te llevaré al bosque y echamos una carrera por encima de los árboles. - Propuso, contenta.

Inspeccionó un poco el templo, y al parecer la entrada estaba reservada para altos cargos, suspiró y dejó caer su cabeza a un lado, con desilusión, mientras bajaba los hombros, torció sus labios, y mientras escuchaba a Juro contestarle a la pregunta que ella había formulado, indicó al moreno que la siguiese de nuevo, buscando otro templo o algunos árboles raros con pinta de animales o algo así.

La verdad es que el paseo era muy largo.

- Bueno, conoces básicamente a los mismos que yo. - Se permitió añadir la joven de cabellos azulados. - Nabi-kun por suerte es mi mejor amigo, pero a los demás no les conozco tanto como me gustaría. - Se atrevió a decir, desviando la mirada. - Espero que un día podamos quedar todos y charlar un rato, o no sé, salir a tomar unos dulces... - Su mente ya comenzaba a divagar, imaginándose como sería un día con amigos completo. Eso hacía que Eri sonriese tontamente.

'' A lo mejor a Juro también le haría ilusión, así podría apartar esos pensamientos...''

Caminaban y caminaban, pero, ¿qué hora sería?

- Juro-chan, ¿sabes qué hora es? - Preguntó poniendo su dedo índice de la mano izquierda en la barbilla, adoptando una posición pensativa.

Juraría que se le olvidaba algo.


RE: Un camino de rosas traicionero - Eikyuu Juro - 7/09/2015

Juro se decepcionó al ver que la entrada estaba reservada para altos cargos de la aldea, monjes... Ellos dos no pintaban nada ahí. Quizá sólo abriesen en determinados momentos y no habían coincidido. De cualquier manera, siguieron caminando, a pesar de que no estuvieran teniendo mucha suerte.

Eri le indico que prácticamente conocía solamente a los que él había mencionado, aunque el unico con el que se llevaba bien era Nabí. Juro supuso que después de la experiencia que vivieron, debían de estar muy unidos. No recordaba haberlos visto juntos, al menos en ese momento...

- ¡Claro, sería genial! - exclamó. Los arranques de Eri le hacían sonreír, y este no era una excepción. La idea le pareció muy bonita, difícil de cumplir, pero bonita - Habría que hablarlo con todos primero...

Su mente divagó entre múltiples posibilidades, pero no tuvo tiempo de barajar opciones. Eri le asalto con otra pregunta, sobre la hora que era.

- No, ni idea... - contestó, desconcertado. No tenía prisa, así que no había llevado reloj ni nada - ¿Tienes algo que hacer?. Podríamos preguntar a alguien...

Lo cierto era que no había mucha gente en el paseo. En ese mismo trecho, Juro no división a nadie. Pero el camino seguía, y habría más templos... Supuso que alguien habría más adelante.


RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 7/09/2015

Cuando miró la posición del sol, se imaginó que podrían ser como las cinco de la tarde, pero por su pésimo sentido de la orientación, cualquiera podría saberlo a partir de los labios de la kunoichi. Buscó con la mirada hacia los lados para encontrar algún reloj, o al menos alguna persona con dicho aparato en la muñeca, pero nada, ni una persona, la travesía donde se encontraban estaba muy tranquila, sin nadie a los al rededores.

'' Esto está demasiado tranquilo... Que extraño.''

Entonces intentó quedarse en silencio todo lo posible, observando a los árboles que se movían al compás del viento. Miró a Juro, intentando advertirle de que esto estaba anormalmente intransitado, sin embargo cuando se giró un kunai pasó rozándola su cabello, desprendiendo un mechón de su lado izquierdo. Sin embargo la kunoichi lo atrapó al vuelo con suerte, y utilizándolo de arma en aquel momento, adoptó una posición defensiva hacia donde había venido el arma.

Se escucharon unas risas alejándose, siguiendo el camino de los cerezos que llevaba a más templos, y cuando se dejaron de escuchar, Eri miró a Juro, aún en posición defensiva.

-¿Te haces una idea de quién puede ser? - Fue lo que primero que atinó a decir la de cabellos azules. - Porque yo no me hago a la idea.

Entonces buscó una idea en su mente, quizás debería seguir a la risa y acabar con el susto, pero, ¿y Juro?

-¿Qué hacemos?


RE: Un camino de rosas traicionero - Eikyuu Juro - 8/09/2015

Repentinamente, Eri dejó de hablar, y quedó en completo silencio. Esto extraño a Juro, la chica no había parado de hablar desde que habían salido del banco.

Entonces, repentinamente un kunai salió volando de la nada, directo hacia ella. Juro trato de advertirla, pero fue capaz de verlo, e incluso cogerlo por si misma.

"¿Como ha hecho eso? Yo me cortaría..."

Repentinamente, se escucharon unas risas, que enervaron al chico. Podrían haber matado a su amiga. ¿Donde estaba la gracia?

Las risas siguieron por el camino de los cerezos, y se alejaron. Entonces, Eri le preguntó acerca de quien podía ser el responsable. Juro tampoco se hacia a la idea. ¿Quien iba a ser?, ¿Un genin bromista? Porque un civil o un monje del templo ya estaban descartados.

- No lo se, pero hay que tener mucho cuidado

Nuevamente, la joven le asalto con otra pregunta. ¿Que hacían?¿Se iban a un lugar más seguro? ¿Buscaban a los responsables? No le gustaba la idea de que los responsables quedaran libres y atacaran a civiles indefensos. Podrían matar a alguien...

- Creo que deberíamos buscar a los responsables, son un peligro para los civiles - respondió, meditando - Si quieres, claro


RE: Un camino de rosas traicionero - Uzumaki Eri - 9/09/2015

Cuando relajó su pose defensiva que había adoptado, se dio cuenta de que al atrapar el kunai, obviamente, se había cortado, así que suspiró y tomó su kit médico e intentó curar como medianamente pudo la raja que se había abierto en su palma izquierda. No era muy grave, así que no tardó más de cinco minutos en cubrir su palma con unas vendas. Guardó el kunai en su portaobjetos, pudiéndole ser útil en cualquier momento de la travesía, ya que luego lo entregaría con el culpable de su herida.

''Porque lo voy a encontrar, oh sí... ''

Miró a Juro con una sonrisa, un tanto tétrica, cabe decir, y añadió. - Entonces vamos, en marcha. - Comenzó a correr hacia donde había salido corriendo el dueño (o dueña) de la risa, esperando que el moreno la siguiese de cerca. Mientras corría, en su cabeza comenzaba a asimilar qué acababa de ocurrir y quién podría haber sido el culpable, sin embargo no se le materializaba en su cabeza nadie.

Miraba hacia sus lados por si acaso encontraba alguna pista o algo inusual, habían pasado dos templos más, y los árboles de cerezo estaban igual de radiantes que siempre, aunque ya no había puestos de comida, y quedaba la misma gente que podías contar con los dedos de una mano. Entonces paró, pensativa.

- Creo que quiere que vayamos al final del paseo. - Comentó, girándose a su compañero. - Si es así, tenemos que idear una estrategia, no creo que llegar allí sin saber qué hacer ni a qué nos enfrentamos sea muy sensato. - Con el dedo índice de su mano izquierda, tocó su cabeza, mientras fruncía el ceño.

'' Piensa, piensa, piensa...''

- Tienes algo en mente, ¿o te expreso mis ideas?


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