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A puño y espada - Versión para impresión

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RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 25/09/2015

El joven con aspecto de monje parecía estar dispuesto a seguir aquella línea de conversación. Al parecer también era de esas personas a las cuales les gusta aprender de otros. Lo cual era algo bueno, pues cualquiera puede escuchar lo que dice una persona. Pero pocos son capaces de aprender algo de lo que hay más allá de las palabras.

«”Alguien o algo tiene que mantener el orden”»

«Creo que es normal pensar así ¿pero quién decide cual es el orden que debemos seguir?»

Pare el Ishimura eso estaba bien, pues cuando se trataba de definir cosas tan subjetivas como aquella, resultaba ser que no había respuestas herradas. Cada punto de vista era tan válido como cualquier otro. Pero tomando en cuenta que la naturaleza humana es caótica y contradictoria, también se podía llegar a la conclusión de que ninguna definición de justicia podría ser perfecta.

Solo quedaba creer en el entendimiento propio y aferrarse a él mientras funcionara.

—Yo creo que la justicia es algo que definimos según nuestro criterio y cuyo peso es igual a la cantidad de gente sobre la que podamos ejercerla.

—Es decir, las leyes son creadas y ejercidas por aquellos que tiene autoridad. Por ejemplo en las aldeas ninja la ejercen los Kage y en la nación la ejercen los señores feudales. Al final resultan ser simples personas que tienen su propia justicia y que la imponen por que tienen el poder para hacerlo.

—Quizás solo sean lo que resulta socialmente más aceptable. Pero bien podrías encontrar a un simple aldeano que definiera una nueva ley que ayudara a progresar el sistema de la villa. Pero al Kage podría no parecerle adecuada debido a que no se amolda a su propia definición. En todo caso la idea del hombre no llegaría a ser ya que le falta autoridad y poder para ser ejercida.

—Es como si la ley fuera condicionada por el poder que tengas —en su rostro se dibujo una sonrisa—. De cierta forma es como la justicia poética pero en su lado primitivo que es la ley del más fuerte. Como en la naturaleza, el poder recae sobre los justos, pues ya que su propia fuerza hace que su justicia supere a la de los demás.

—Bueno… Quizás lo pienso demasiado —dijo riendo suavemente.

El joven de cabello blanco había hablado bastante mientras sus grises ojos se fijaban en el cielo nocturno. Pero era algo inevitable, pues cuando una mente curiosa empieza a hallar respuestas, el debate interno emana en cada palabra y en cada oración.


RE: A puño y espada - Karamaru - 3/10/2015

«Mierda, si que sabe del tema. ¿Cómo es que entiende tanto la "justicia"?»

Karamaru se lamentaba mientras escuchaba al peliblanco hablar con tanta certeza. Era inteligente, o por lo menos memorioso, ya que tenía una definición muy clara del tema a debatir.

A ver, creo que desde siempre en el reino animal se impone el más fuerte. Y por más que a algunos le cueste aceptarlo, los humanos somos animales. El que mas poder tenga más poder ejercerá sobre el resto, hasta tal punto que podrá hacer lo que quiera sin que el pueblo pueda siquiera acercarse.

Pero creo que eso no supone que el individuo no pueda protestar. En cualquier momento puede haber alguna revuelta que sobrepase el poder del Kage, el señor feudal y todos sus guardias. Por lo tanto, a pesar de no tener el poder como para instaurar las leyes que uno quiere, el gobernador de turno tiene que seguir en parte los deseos del pueblo. Y es que en la naturaleza misma también sucede. Un león tiene que dejarle carne a las hembras y a las crías, esta obligado prácticamente.

Pero sí, coincido contigo, el problema es que el tema es muy subjetivo. Se puede amoldar mucho al pensamiento de cada uno, y nunca se podría coincidir exactamente en cada decisión.


«Creo que hable demasiado, mejor me callo un poco así no piensa que soy pesado» pensó el calvo mientras daba un fuerte respiro.

¿Crees que en hoy en día la justicia se ejerce y se cumple como es debido? En el mundo, o por lo menos en tu aldea.


RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 3/10/2015

A pesar de haberse perdido en sus propias opiniones y de haber divagado extensamente, aquel joven de ojos ambarinos parecía tener intención de terminar de escucharle. O al menos debía de tener la educación suficiente como para no interrumpirle hasta el final.

Cuando el de ojos grises termino con su reflexión, aquel que le estaba escuchando paso a convertirse en el que hablaría.

Su opinión era en muchas partes simétrica con la de Kazuma. Estaba consciente de que más que por moralidad actuábamos por las leyes de la naturaleza. Algo similar a lo que algunos llamaban “La existencia de los animales racionales”. Era una ley que se fundamentaba en el hecho de que aunque acumulemos cantidades astronómicas de conocimiento, nuestra naturaleza seguirá siendo la de una bestia, por lo que eventualmente terminaremos recurriendo a los preceptos que rigen en lo salvaje.

El Ishimura escucho hasta el final y hasta el momento en que Karamaru realizo su propia pregunta.

—En realidad se me hace difícil el contestar eso…

—Creo que mi Kage hace un buen trabajo manteniendo el orden. Aun así he visto muchas cosas que la gente consideraría injusta. Lo cual es natural considerando que ningún orden es absoluto.

—En general cuando pasa algo “injusto” y las leyes establecidas fallan, la gente suele refugiarse en el viejo dicho “la vida es cruel”. Lo cual tiene sentido, ya que a pesar de que las cosas estén mal la gente necesita creer que existe cierto orden. Necesitan creer que existe una ley superior que determina la naturaleza de la vida.

—Creo que existe la “justicia”. Pero al ser un concepto que varía de persona a persona, también creo que cada quien debe encontrar una definición de justicia en la cual creer. En ese sentido pienso que la Uzukage está aplicando bien su propio concepto de orden.

—Aun así… No permito creer que su justicia es más o menos que la mía… No me permito creer en ella ciegamente… Tampoco me permito creer que la mía es infalible. En otras palabras no existe ley que pueda hacerme creer algo diferente a lo que siento.

Y con aquello dicho solo pudo bostezar y recostarse en la arena. Mientras por su mente pasaba una palabra que podría llegar a describir su manera de andar por la vida. En aquel momento dentro de si hubiera escuchado; "Anarquista"


RE: A puño y espada - Karamaru - 5/10/2015

Kazuma se había limitado a responder la pregunta del calvo y repetir un poco lo ya mencionado. Sus ideas eran lógicas pero había algo que a Karamaru no le terminaba de cerrar, que todavía no comprendía bien.

Disculpa, pero sigo sin entender eso de siempre hay injusticia. No estoy muy informado sobre el tema, no conversé mucho sobre este tópico con mi abuelo ni con mi antiguo maestro. Ellos eran los que me enseñaban pero nunca conversamos sobre la justicia en si.

¿Cómo funciona eso de la injusticia? Osea, ¿Cuándo algo se define como injusto? Porque se puede romper la justicia, pero no sería injusto si no ilegal o algo por el estilo.


«También podría ser que por ejemplo alguien merezca algo e igualmente no lo obtiene, ¿Será eso?. No, no lo creo, si no lo obtiene es por algo, no tiene porque ser injusto»

Era una duda que tal vez el shinobi sabía pero no encontraba una definición adecuada y por eso cuestionaba para obtener distintas opiniones. La verdad que conocía bastante de justicia, o por lo menos tenía una idea formada, pero siempre le gustó la definición exacta y la perfecta y por eso siempre se las pedía a diferentes personas cuando podía.

Aunque en esos segundos de silencio, con el peliblanco acostado en la arena y el calvo esperando su respuesta, Karamaru recordó su propia pregunta.

«¿En Ame se hará justicia? Esto de estar alejado de la ciudad y no enterarse bien de las cosas...» se limitó a pensar.


RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 7/10/2015

A aquel joven viajero parecía interesarle cada vez más el tema. Aunque seguramente en algún momento le pareció extraño conversarlo en una situación como aquella. Pero de vez en cuando todos necesitan sentarse a reflexionar sobre su definición del mundo.

Mientras hablaba, Karamaru realizo una pregunta bastante acertada. Se refería a la correlación entre justicia y ley. Definiciones que están tan juntas que en ocasiones se dificulta diferenciarlas entre sí.

Se acomodo un poco más en el suelo mientras fijaba sus ojos en las estrellas antes de hablar.

—Es un poco complicado, pero si tuviera que describirlo diría que las leyes son el preámbulo de la justicia. Claro eso sin tomar en cuenta si son o no correctas, me refiero a tratándolas como un sistema binario.

—Solo se puede pedir justicia cuando la ley o en su defecto el orden se ve alterado.

—Por ejemplo; hay una ley que impide robar, mientras nadie robe la ley estará intacta y no habrá justicia que aplicar. Pero cuando alguien rompa dicha ley, es que hará acto de presencia la “justicia” para tratar de enmendar el daño hecho.

—Es decir que aunque ambas son distintas, ninguna puede existir sin el concepto de la otra. Existe la ley que tiene la intención de mantener el “control y el orden”. Cuando se ve alterada aparece la “justicia” que dicta cual fue el mal ocurrido. De ultimo aparece el “castigo” que al aplicarse tiene la intención de sentar un ejemplo para disuadir a quienes pudieran atentar contra la ley.

—Lo curioso es que como sistema suena perfecto, pero no es perfectamente aplicable debido a la naturaleza humana.

Antes de cavilar más decidió responder a la pregunta del joven con su propia opinión.

—Se podría decir que lo justo es algo que se decide por mayoría. En una aldea, digamos que por el Kage y el consejo. Si una mayoría decide que algo es justo pues como justo quedara. Claro el gobernante y su similares políticos no son una mayoría. Pero representan a todos y por lo tanto tienen el poder de todos a los que representan.

—Por supuesto que el objetivo de la mayoría se distorsiona al utilizar de medio de expresión a unas pocas personas. Pero ya teniendo ese poder, deciden que es justo, deciden que leyes son las adecuadas para proteger lo justo y deciden que castigos son adecuados para hacer respetar las leyes.

—Seria como decir: Ustedes el pueblo me dan el poder y confían en mi interpretación de sus intenciones. Así que ahora que soy y represento mayoría, decidiré según mi albedrío lo que es la justicia y sus relacionados.

—Al final pareciera resultar un mal necesario.

—Pregúntate a ti mismo, si tú y muchos otros en tu aldea están de acuerdo con el sistema. Luego pregúntate que sería de tu aldea sin ese mismo sistema.


RE: A puño y espada - Karamaru - 10/10/2015

Para ser sincero, no estoy muy informado de las leyes y la justicia en Ame. Así que no se si la gente esta de acuerdo o si el sistema funciona. Vivo en casa fuera de la gran ciudad, es mejor para ver el cielo y tengo más terreno alrededor. Es mucho más tranquilo y vivo sin que nadie me moleste. Solo voy a la ciudad cuando necesito comprar algo o alguna necesidad específica.

Pero tampoco me gusta esa definición de "ustedes me dan el poder". Por lo que tengo entendido nosotros no elegimos al Kage de turno, así que tampoco tenemos que amoldarnos a ellos ni aceptar sin rechistar lo que dicen.

Aunque, como dije antes, supongo que para mantener estabilidad siempre van a buscar lo mejor para el pueblo. O por lo menos es la idea.


La conversación se hacía cada vez más amplia y más larga, hasta un punto que el calvo ya casi se olvidaba del objetivo de esa estancia nocturna en la playa. Hizo memoria en unos segundos de silencio y recordó.

«¿Qué aquí no nos íbamos a cruzar con un tipo? Ah, claro...»

Cambiando un poco el tema, Karamaru trató de hacerle acordar a Kazuma sobre el propósito de su charla.

Perdón pero cambiando un poco de tema, ¿Y esa persona que estábamos buscando? ¿Tenes idea si va a aparecer?

Ya se estaba impacientando a pesar de ser una persona bastante calmada y tolerable. Tenía ganas de saciar su curiosidad y ver a ese hombre, y sobretodo, tenía ganas de mover un poco los músculos si la situación de pelea se daba.


RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 12/10/2015

La conversación era larga y de carácter profundo, tal como debería ser cuando se habla de temas que resultan ser tan subjetivos. Expresarse, dar la opinión, plantear la realidad y todas aquellas cosas que determinan la manera en que el mundo se desarrolla ante nuestros ojos.

Ante las palabras del pelado, Kazuma se dio cuenta de que tampoco sabía mucho sobre las leyes de Amegakure. Aquello le hizo sentirse un poco insatisfecho, pues le hubiera gustado visitar aquel lugar en algún momento, para aprender sobre sus leyes y poder compararlas con las instauradas en su propia villa.

En la costa reinaba un silencio tenue, en ocasiones solo era destronado por el conversar de dos jóvenes, cuyas filosóficas palabras se perdían entre el arrullo de las olas y el crepitar de la cercana fogata. El fuego solo tenía por objetivos el calentarles, puesto que luz no estaba ausente en aquella noche. La luna que ya se encontraba muy alta en la esfera celeste todo lo cubría y todo lo iluminaba.

Nada podía permanecer oculto en aquella noche, ni las opiniones de los shinobis, ni nada que estuviera bajo la luz del gran astro nocturno.

—No hay problema, después de todo dentro de unos instantes no podríamos seguir conversando de esta manera —Aseguro mientras se levantaba para quedar sentado mirando hacia línea costera.

Inmediatamente le hizo un gesto a Karamaru para que observara en la dirección hacia donde apuntaba con su dedo.

A lo lejos se desplazaban, como si fueran una masa sin forma que se arrastra por la arena. Sombras que parecían separarse y unirse sin limitación alguna, moviéndose de forma lenta pero constante. Perturbadores como eran, habrían pasado desapercibidos en la noche de no ser por la luz de luna.

De inmediato el Ishimura se dio cuenta de que se trataba de un grupo de personas. Sin embargo no eran turistas o habitantes de la aldea. Solo shinobis entrenados como ellos dos hubieran podido mantener la calma y entender que eran gente vestida de negro que trataba de moverse sigilosamente.

—Conservemos la calma y mantengámonos en guardia.

Era como si aquellos seres hubieran escuchado la pregunta de su acompañante, y como si hubieran decidido responderla haciendo acto de presencia.


RE: A puño y espada - Karamaru - 14/10/2015

No sabía si sentirse asombrado, asustado, entusiasmado, preocupado u alguna otra cosa más. El aviso repentino de Kazuma lo llevo a tener unos cuantos sentimientos juntos. El solo pensó que era un calvito, tal vez uno viejito o algo así.

¿No habías dicho que era uno solo?- le dijo a su compañero en susurros.

Sombras, fantasmas de la noche en la luz de luna. ¿Docenas? ¿Cientos? ¿Miles? El número no importaba, lo que importaba es que iban a por esos dos tirados en la arena, como si fuesen atraídos por el pequeño fuego que se montaba frente a ellos. Aunque lejos estaban de ser fantasmas, al acercarse se podía notar como eran cuerpos humanos moviéndose sobre la costa.

El calvo se mantuvo atento viendo a su alrededor disimuladamente y en silencio.

«¿Será mejor quedarnos aquí o ir a enfrentarlos?» pensaba hasta que Kazuma le dio la respuesta.

Supongo que si, es obvio que tenemos que quedarnos en guardia. Pero por si no te has dado cuenta, son unos cuantos sabes. ¿No serán como muchos?

Tenía ganas de ir y reventarlos, pero estaba un poco impactado por el número. Supuso que lo mejor era quedarse en guardia y mirarlos atentamente.

Entonces....¿Qué hacemos? Yo te sigo - dijo dándole la confianza a Kazuma para que dirija.


RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 15/10/2015

Lentos pero contantes, aquel cumulo se gente envuelta en aparentes ropas negras se acerca a ambos shinobis. Con toda seguridad eran ellos su objetivo, pues aun con el enorme tamaño de la playa era obvio que el curso que llevaban les haría encontrarse.

—Yo también pensaba que era uno, pero bien podría tratarse de secuaces que salieron a tantear la zona.

—Lo mejor será a esperar el que revelen sus intenciones. Con el tiempo me he dado cuenta que los rufianes son bastante parlanchines cuando creen que tienen la ventaja.

Por misterioso que pareciese, aquel grupo parecía hacerse más pequeño conforme la distancia se acortaba. Al mismo tiempo cada vez se podía apreciar mas detalles acerca de ellos.

Finalmente cuando se encontraban a tan solo unos cinco metros, el grupo se disperso en lo que parecían ser cuatro sombras que rodearon el lugar donde estaban acampando aquellos jóvenes. La situación era en cierto modo irreal, pues todo había sucedido rápido y en silencio.

El corazón de Kazuma empezaba a acelerarse mientras la ansiedad y la tensión de la situación iban en aumento. Por un momento pudo comprender por qué la gente de aldea estaba tan afligida, si aquellos hombres utilizaban ese método siempre, era natural que tuvieran un gran impacto en los habitantes.

—Levántense y abandonen todo lo que tengan, incluidas sus ropas. De lo contrario las cosas se pondrán feas... Para ustedes claro esta —Dijo aquel hombre que estaba de espalda a la luna y cuya cabeza bloqueaba parcialmente su luz.

La voz era gruesa he intimidante, con toda seguridad estaba acostumbrado a hacer ese tipo de cosas. Y con toda seguridad estaría acostumbrado a la reacción de pavor de los pueblerinos. Pero seguramente en su criminal vida no había tratado con un ninja, menos con dos de ellos.

Todo estaba dispuesto como se esperaría, solo faltaba la reacción de los jóvenes para completar la escena.


RE: A puño y espada - Karamaru - 19/10/2015

Ambos shinobis habían mantenido la calma y el silencio hasta que sus perseguidores se acercaron lo suficiente como para detenerse. Cuatro sombras se erguían alrededor de ellos creando un ambiente pesado y turbio y del que se esperaba lo peor. Uno de esos hombres que habían caminado hasta los dos niños en el medio de la playa decidió hablar.

Como era de esperar, una amenaza, un intento de intimidación para esas mujeres y niños que caerían en ella. Pero esta vez no sucedería, por lo menos no para Karamaru. Había estado jugando con la arena, tomándola y dejándola caer entre sus dedos. Miraba el suelo esperando que algo pasara.

«Tanto tiempo viéndolos caminar, y todavía no puedo saber con claridad cuantos son. ¿Valera la pena arriesgarse a enfrentarlos?»

La mente del calvo daba vueltas y vueltas a la situación, pero de una cosa estaba seguro, no tenían que acobardarse. Se dibujo una sonrisa en la cara del pelado cuando levantó la cabeza dejando la mirada perdida al frente.

¿Y si no qué? ¿Trataras de matarnos?

Karamaru trataba de intimidar a sus rivales, mostrarles que estaba seguro de si mismo y que no tenía miedo a enfrentarlos. Seguramente pocas veces habían tenido un encuentro con un par de shinobis y no estaban acostumbrados a que alguien los enfrentara. O por lo menos eso pensaba Karamaru, que a pesar de tratar de mostrarse serio y desafiante, su cabeza no pensaba lo mismo.

Atento- susurro en un tono casi inaudible a su compañero.


RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 22/10/2015

Hasta entonces todo había mantenido cierto nivel de calma. Al menos en lo que podía verse, puesto que bajo la piel nadie en aquel lugar podía estarse tranquilo. Ni los dos jóvenes que ahí estaban ni los cuatro sujetos de negro que les rodeaban.

«De alguna manera esto es similar a algo que ya he visto antes… Claro como cuando los carroñeros se acercan a un animal que parece débil o a punto de morir… Por otro lado también existen los animales que fingen estar indefensos para cazar a los carroñeros»

Mientras pensaba en aquello con cierta malicia, Kazuma se levantó mientras trataba de disimular la leve sonrisa que se dibujaba en su rostro. En aquel instante le hubiese gustado arremeter y anularlos, pero no sabía qué tan fuertes pudieran ser aquellos cuatro, por lo que optó por levantar ambas manos a la altura de su cabeza para tratar de hacer un gesto apaciguador.

Y de repente, de la nada, se pudo escuchar como Karamaru contestaba a las palabras del matón con su propio desafío. A pesar de hablar calmadamente sus palabras sonaron bastante claras y firmes. Siguiendo a aquel comentario pudo escuchar cómo le indicaba que estuviera atento, como si se tratara de una tetera que permanece calma pero amenaza con hervir en cualquier momento.

—¿Te crees muy valiente eh pelón? —Gruño mientras de un manotazo apartaba al peliblanco para acercarse a su compañero viajero.

Aquel sujeto parecía ser el líder de de grupo, puesto que fue el primero el hablar y el primero en ofenderse. Aquello era de suponerse pues incluso en la oscuridad y con aquella ropas negras se podía apreciar que su silueta era la más alta y corpulenta.

El sujeto que le sacaba un palmo de altura al Ishimura se movió para pasar a su lado ignorándolo. En aquel instante la luna que había estado cubierta por el rufián se desveló, inundando aquellos ojos grises con su luz.

El sujeto no había terminado de dar dos pasos cuando el joven Ishimura lo tomo por la muñeca con gran fuerza, mientras lentamente se giraba hacia él para que se diera cuenta de que lo estaba reteniendo y de que lo hacía con una sonrisa.

Inmediatamente la situación explotó y como si tuvieran una especie de protocolo, los demás sujetos reaccionaron instantáneamente. Dos se abalanzaron sobre Karamaru, mientras que el tercero más lejano se arrojó sobre Kazuma empuñando un cuchillo.


Aquí comienzan los puñetazo y la cosa. No he puesto valores ni PV a los atacantes ya que solo es algo interpretativo y bueno los puedes tomar como personas comunes que obviamente no tienen las capacidades mínimas de un ninja. Por otro lado he sido amable y te he dejado dos para que los gestiones como quieras, aunque si quieres le puede pegar al que te llamo pelon



RE: A puño y espada - Karamaru - 26/10/2015

Lo habían hecho esperar pero finalmente la daban lo que quería. Hacía tiempo que Karamaru no movía un poco los músculos para golpear a alguien y por fin después de largo viaje se daba la situación. Todavía sentado sobre la arena con su compañero de pie al lado esperaba la respuesta de uno de los cuatro hombres que los acorralaban como presas. Poco a poco uno se acercó, atravesó al peliblanco y miro fijamente al calvo que lo miraba de reojo.

¿Otra amenaza? Me creo una persona bastante humilde, pero con gente como tú me gusta salir de mi personalidad definida.

Ahora déjame contestarte con otra pregunta, ¿Te crees tú lo suficientemente valiente como para enfrentarte a nosotros dos? Los números te favorecen, vamos a comprobar si sucede lo mismo con las habilidades.


Era divertido actuar como es hombre creído que se cree superior. Él sabía que no era así, pero le gustaba actuar y el ser otra persona. Sobretodo con gente que no lo conoce. Pero su actitud no era lo importante.

Lo que realmente era necesario en ese momento era limpiar la costa de esos cuatro hombres que querían atacar. Y la oportunidad se dio. La cabeza del ojos grises se había dado vuelta un momento para pasar su mirada serio y penetrante al compañero de Karamaru. Fue un instante, unos pocos segundos solamente, que le dieron a Karamaru el tiempo suficiente para sacar un kunai y levantarse del suelo.

¿Por qué no le dices a tus compañeros que dejen de correr un segundo?- amenazó al calvo tras tocar su espalda con el filo del arma blanco que sostenía con la derecha- Después de todo, me gustaría divertirme un rato con ustedes.

«Como me gustaría saber porque me esta gustando tanto este momento»

Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras le guiñaba un ojo a Kazuma. Tratando de mostrar la mayor confianza y superioridad posible solo con palabras, se animó a cuestionar la situación a su compañero sin siquiera esperar una respuesta del encapuchado que tenía el kunai en la espalda.

Tu eres el justiciero, ¿Qué quieres hacer con ellos? ¿Pelea limpia?


RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 29/10/2015

La situación saltaba fuera de lo común. Entendiéndose que lo común era que dos personas que se encontraban rodeadas por matones corrieran despavoridas. Aunque eran ninjas y con aquello habilidosos guerreros las cosas jamás eran como se esperarían. Tal como el cambio de actitud del calvo, que pasaba de ser sereno y precavido a tornarse osado y desafiante, como si de alguna manera quisiera disfrutar de aquel momento. A Kazuma le agradaba eso, después de todo, la gente que no se amilanaba y que no tenia temor de ensuciarse las manos era las que solían hacerle mejor compañía cuando era hora de buscar problemas.

—Personalmente no creo en el “Pelear limpio” así que puedes entrarles como mejor te parezca —le respondió a su compañero.

Luego de decir aquello, el sujeto al cual tenía sujetado por la muñeca trato de forcejar para soltarse, pero rápidamente el Ishimura le pateo para que cayera al suelo, mientras que por su izquierda se acercaba otro matón con un puñal en mano.

El grupo de atacantes no lo sabía, pero enfrentar al joven de cabellos blancos en un combate mano a mano era la peor de las decisiones. Atacar a un usuario de Kenjutsu con un arma que se asemejaba más un cuchillo de mesa. Definitivamente la ignorancia y el exceso de confianza le jugarían una mala jugarreta a alguien esa noche.

Cuando el sujeto estuvo dentro de su rango de acción, el ojos grises utilizo aquella vieja técnica de desarme que había aprendido hace tanto. En cuanto fue despojado del arma sus manos se desorganizaron de manera que no encontraba que sujetar. Sin embargo el Ishimura no dudo y haciendo uso de su coordinación superior, hizo girar el cuchillo en su mano para luego proceder a clavarlo en el hombro de su atacante.

Pero las cosas estaban lejos de terminar, pues aquella herida no lo reduciría por mucho tiempo y aun quedaban otros tres como él.


RE: A puño y espada - Karamaru - 2/11/2015

Kazuma había tumbado al "rehén" del calvo. De rodillas en el piso con la cabeza gacha seguramente sentía todavía el frío filo sobre su espalda. Pero Karamaru no podía matarlo aunque tuviera que reaccionar rápido ante la amenaza del resto de enemigos. Tal vez era mejor solo dejarlo inconsciente. Dio vuelta su kunai y con un golpe seco le dio en la nuca con el mango del kunai. El cuerpo cayo como saco de papas al suelo.

Dando por última vez un vistazo de reojo a su compañero se dio media vuelta y miró fijamente a los otros dos hombres que tenía a escasos metros. Uno armado con un pequeño cuchillito y el otro a mano limpia. El primero en atacar fue el armado. Karamaru le tomó la muñeca y comenzó a apretarla con fuerza mientras trataba de sacar el cuchillo de la mano. Cuando finalmente pudo hacerlo, lo revoleó hacia la costa y finalizó al hombre con un golpe en el rostro. Sin embargo, estaba lejos de poder noquearlo con ese golpe.

El segundo se quedó quieto un momento esperando a que el pelado realice un movimiento. Pero Karamaru se limitó a quedarse quieto.

Al fin un poquito de acción, ¿No? ¿Tienes miedo?

Trataba de intimidar otra vez a sus adversarios. El ambiente era tenso y pesado pero por dentro estaba riéndose como nunca de lo raro que era actuar de esa manera. Era la primera vez que lo hacía pero disfrutaba viendo la cara de susto de sus enemigos.

No tengo toda la noche, ¿Te mueves o sigo con tu amigo?


RE: A puño y espada - Hanamura Kazuma - 8/11/2015

A pesar de la aparente desventaja de estar combatiendo dos contra cuatro, la pelea parecía decantarse a favor de aquel par de jóvenes shinobis. Sin embargo no podían confiarse pues a diferencia de ellos, los matones a los que hacían frente atacarían a matar si lo veían necesario.

«Al parecer son un poco más que simple bravuconería» —Pensó mientras veía como se reincorporaba el sujeto al cual había herido en el hombro.

Aquel matón, tomo el metal encajado en su carne y sin quejido alguno lo empuño mientras lo apuntaba hacia el joven de ojos grises. El que parecía ser el líder también se había recuperado del pequeño tropezón. Inmediatamente dio órdenes con un silbido y los atacantes se organizaron de forma que dos rodearon a Kazuma y otros dos a Karamaru. Todos con buenas posturas de combate y con cuchillos en mano.

«Esto da mala espina. Ahora se ven más concentrados» —Inquirió él, mientras tomaba un kunai de su porta objetos.

Sin previo aviso el sujeto herido en el hombro le ataco. Pero esta vez había algo diferente; se movía con más agilidad, fuerza y precisión, dejándole al chico de piel morena poco o ningún margen de error.

En un instante en el que la luna asomo levemente de entre un manto de niebla nocturna, el Ishimura pudo notar como el hombre de gran tamaño estaba dando órdenes con señas y chasquidos. Gestos que volvieron a quedar ocultos en cuanto la luz desapareció de nuevo.

—Hay que tener cuidado, pues parece que se han puesto serios —dijo mientras se acercaba al centro del sitio y se ponía espalda contra espalda con su compañero—. Al parecer son bastante buenos peleando en condiciones de poca visibilidad.

Entonces se fijo en que la fogata se había apagado y que no había notado el momento en que lo hizo. Pero supo que debieron ser los sujetos en el momento en que llegaron. Por su mente pasaron las posibles consecuencias de haberse confiado.


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