El Patito Frito - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Base de datos del rol (https://ninjaworld.es/foro-base-de-datos-del-rol) +--- Foro: Historia, acontecimientos y ambientación (https://ninjaworld.es/foro-historia-acontecimientos-y-ambientacion) +---- Foro: Tramas pre-reset 2017 (https://ninjaworld.es/foro-tramas-pre-reset-2017) +---- Tema: El Patito Frito (/tema-el-patito-frito) |
RE: De aquellos lagos, estos dojos - Amedama Daruu - 7/03/2016 —¿Es que eres un jodido salvaje criado entre lobos, Hanaiko? Habían muy pocas cosas que a Daruu le pudieran molestar. Lo del pelo... Bueno, para qué mentir. Eso le molestaba mucho, pero al final eran tonterías, manías que a uno le provocan una furia infantil y rápida que olvida en apenas unos segundos. Pero lo que había hecho Zetsuo era un poco más grave. Para entender esto, hay que profundizar un poco en el entorno de Daruu. Seremaru era un fiel compañero, y era un lobo. Un lobo que ayudaba y se dejaba ayudar por los shinobi, y que mantenía simpatía por la aldea y por la familia de Kiroe. Así había sido durante mucho tiempo y ahora el siguiente eslabón era el muchacho. Y el chico le tenía mucho respeto a Seremaru. Podría haberse sentido enorgullecido con lo de criado entre lobos, pero Daruu conocía a Seremaru, y no era ningún salvaje. Para él, eso había sido un insulto a su futuro mentor. De modo que no hubiera hecho falta que Zetsuo hubiese sido una especie de genio capaz de leer la mente de aquellos a quienes mira, para que este entendiese aquella mirada, esta sí, salvaje y llena de odio que el muchacho le lanzó, clavándola como dos cuchillos en llamas en las aguas azulverdosas que eran los iris del adulto. Pero su madre le había agarrado de la oreja, y no tenía ganas de pelearse con alguien a quien le acababa de perder el respeto. Furioso y tenso, decidió intentar relajarse concentrándose en la compañía del resto de personas que estaban con él. Retiró la silla y se sentó, evitando hacerle caso al viejo águila. —¿Y cómo está el pescado? —Afortunadamente, Zetsuo también había decidido no prestarle atención. —Si me permite la sugerencia, caballero —teatralizó elocuentemente el camarero—. Le sugeriría la trucha con salsa de pimienta verde y limón. Mejor que cualquier pieza de mar, sinceramente. Las truchas las compramos a los pescadores locales, y tenemos ríos de sobra alrededor de los Dojos. Los pescados del mar vienen menos frescos. —A él, no lo sé. Pero yo quiero esa trucha. Muy hecha. —De acuerdo, Kiroe-san. —Lástima. Parece que no tienen bollitos de vainilla Daruu dejó escapar una risa que había intentado salir sin pedir permiso. De todo lo que esperaba oir en aquella mesa, no esperaba que Kori añorara los bollitos de vainilla de su madre. «Mamá, lo tienes adicto, ¿qué les echas a esos bollitos?» —Yo aún no sé qué pedir... El pato a la naranja parece una buena opción pero... ¿Tú te has decidido ya, Daruu-san? Al final, entre Kori y Ayame habían conseguido bajarle los humos. Daruu abrió su carta y le echó un vistazo por encima, incapaz de decidirse. —Yo creo que voy a probar el famoso Patito Frito, ya que le da el nombre al sitio. Yo si le pusiera el nombre a un lugar por la comida, me aseguraría que ese plato fuera el mejor de todos. —El chico es inteligente, aunque de dentellada demasiado rápida —sugirió el camarero. Dio un paso atrás ante la resentida mirada infantil de Daruu—. Sólo bromeo, muchacho, lo siento, lo siento. RE: De aquellos lagos, estos dojos - Aotsuki Ayame - 7/03/2016 —Si me permite la sugerencia, caballero —teatralizó elocuentemente el camarero—. Le sugeriría la trucha con salsa de pimienta verde y limón. Mejor que cualquier pieza de mar, sinceramente. Las truchas las compramos a los pescadores locales, y tenemos ríos de sobra alrededor de los Dojos. Los pescados del mar vienen menos frescos. —A él, no lo sé. Pero yo quiero esa trucha. Muy hecha —respondió Kiroe, y Zetsuo terminó por asentir, conforme. —Muy bien. Yo también probaré ese plato. Espero no decepcionarme, chico. Ayame seguía removiéndose en el sitio. La tensión en el ambiente era tensa como una cuerda que estuviera a punto de romperse por la mitad. ¿Podría hacer algo por remediarlo? No quería irse a la cama con la sensación de que todos en aquella mesa estaban esperando la ocasión para apuñalarse mutuamente con los cuchillos de comida. —Lástima. Parece que no tienen bollitos de vainilla. Aquella simple frase le arrancó una risilla al ya irritado Daruu, y Ayame respiró con cierto alivio. —Yo aún no sé qué pedir... El pato a la naranja parece una buena opción pero... ¿Tú te has decidido ya, Daruu-san? El chico enterró la vista en la carta y sus iris oscuros trazaron líneas horizontales en el papel. Parecía indeciso. —Yo creo que voy a probar el famoso Patito Frito, ya que le da el nombre al sitio. Yo si le pusiera el nombre a un lugar por la comida, me aseguraría que ese plato fuera el mejor de todos. —El chico es inteligente, aunque de dentellada demasiado rápida —sugirió el camarero. Dio un paso atrás ante la resentida mirada infantil de Daruu—. Sólo bromeo, muchacho, lo siento, lo siento. —¡Pues yo también quiero El Patito Frito! Me fiaré de tu criterio, Daruu-san —le sonrió. —Para mí la especialidad de tako dango[/i] —concluyó Kōri, átono como siempre. Y Ayame le dirigió una mirada horrorizada, ante la cual se limitó a encogerse de hombros. —¿Pulpo? ¡Puaj! —Para beber tráeme el mejor vino que tengas —intervino su padre, antes de que el camarero se marchara. —¡Agua! —exclamó Ayame, alzando el brazo. —Refresco de limón —dijo Kōri. RE: De aquellos lagos, estos dojos - Amedama Daruu - 8/03/2016 —¡Pues yo también quiero El Patito Frito! Me fiaré de tu criterio, Daruu-san —le sonrió Ayame. Daruu se sonrojó y bajó la vista. «¿Qué me pasa? Estoy idiota.» —Pues espero no equivocarme. Me voy a sentir fatal —dijo él. —Para mí la especialidad de tako dango —solicitó Kori. —¿Pulpo? ¡Puaj! —¿Pulpo? ¡Puaj! Ayame y Daruu se habían sincronizado para echar ascos sobre el pulpo. Daruu la miró un momento, y se echó a reir. Los comensales fueron solicitando, poco a poco, lo que deseaban para beber. Zetsuo pidió el mejor vino de la casa, Ayame pidió agua, y Kori, por su parte, solicitó un refresco de limón. —Para mí otro refresco de limón —pidió Daruu. Kiroe se dirigió a Zetsuo y le dijo: —Si no te importa, compartiremos el vino. «Por favor, que no se les suba a la cabeza o el hotel va a dejar de ser bonito» —Muy bien —sentenció el camarero, y recogió las cartas una a una—. Enseguida traigo las bebidas para que vayan animando la velada. No se hizo esperar. Nada más retirarse a la cocina vino con las bebidas. Descorchó el vino y lo sirvió de forma elegante, repartió botellas de cristal con los refrescos y depositó una jarra de agua al lado de Ayame. RE: De aquellos lagos, estos dojos - Aotsuki Ayame - 10/03/2016 —Para mí otro refresco de limón —pidió Daruu. Kiroe se dirigió a Zetsuo y le dijo: —Si no te importa, compartiremos el vino. —Como quieras. Ya veremos si eres capaz de aguantar el ritmo, mujer —respondió Zetsuo. Ayame le dirigió una mirada aterrorizada a Daruu. Si sus padres ya se estaban picando cada dos por tres por tonterías estando sobrios, ¿qué pasaría si se les subía a la cabeza una mínima cantidad de alcohol? —Muy bien —sentenció el camarero, y recogió las cartas una a una—. Enseguida traigo las bebidas para que vayan animando la velada. —No necesitamos que se anim... ¡Auchie! —el pensamiento de Ayame se le había escapado a través de los labios, y Zetsuo no dudó en hacerla callar con un ligero coscorrón en la coronilla. La bebida no tardó en llegar. El camarero dejó la jarra de agua junto a Ayame, las dos botellas de cristal que contenían el refresco de limón pedido frente a Daruu y Kōri y finalmente descorchó con gesto elegante el vino, sirvió una cierta cantidad en las copas y dejó que los comensales lo degustaran. Zetsuo tomó la copa, aún con cierto gesto desconfiado pero distinguido, se la acercó a los labios y le dio un escueto trago. —Es excelente —concedió, al fin, chasqueando la lengua contra el paladar. Cualquiera habría podido pensar que estaba esperando ver un insecto en la copa o que el vino estuviese en realidad avinagrado o picado. Pero era todo lo contrario a lo que había previsto, y Ayame sabía que odiaba tener que darle la razón a Kiroe. —¡Un brindis! —exclamó, alzando su propia copa rebosante de agua. Pero Zetsuo volvió a chasquear la lengua, mirando de reojo a Kiroe. RE: El Patito Frito - Amedama Daruu - 10/03/2016 A pesar de que la actitud de Zetsuo con su hija en otro momento pudiere haberle sentado mal, en aquél momento, no supo por qué, le hizo mucha gracia. Ayame había contestado al camarero que no hacía falta que se animara la velada, y su padre le había propinado un ligero capón en la cocorota. Soltó una pequeña risilla, y Kiroe también la acompañó. Madre e hijo se miraron durante un momento, y la mayor le hizo un ademán con la cabeza a Daruu, como diciéndole eso de mejor nos callamos. Zetsuo se mojó los labios en el vino y dio su aprobación para tranquilidad de todos los presentes. En realidad, Daruu dudaba que su madre se pusiera más o menos nerviosa con la actitud complacida de Zetsuo. A su madre le iba la marcha, así que daba igual si el viejo estaba cascarrabias esa noche. —¡Un brindis! —exclamó Ayame, y levantó su copa de forma infantil, rebosante de agua. Zetsuo chasqueó la lengua de nuevo con disconformidad y observó de reojo a Kiroe, que, distraía, todavía saboreaba el primer trago de vino. A Kiroe le brillaron los ojos de una forma peculiar, y de pronto su voz sonó seria, incluso formal: —Por que podamos brindar muchos años más con todos los aquí presentes. —Alzó la boca con la voz quebrada. Daruu tragó saliva e hizo lo mismo. RE: El Patito Frito - Aotsuki Ayame - 15/03/2016 Por suerte, la disconformidad pareció sólo venir de Zetsuo. Prácticamente ignorando, o quizás inconsciente, al recelo de su padre, Kiroe levantó su copa y sus extraños pero hermosos ojos violetas adquirieron un brillo extraño. —Por que podamos brindar muchos años más con todos los aquí presentes —su voz había sonado increíblemente seria, quebrada, casi no parecía la voz que debería salir de sus labios. Y Ayame se sintió repentinamente intimidada, sin saber muy bien por qué. La tensión del momento había llegado hasta ella de un modo especial, como si Kiroe hubiese leído a través de sus últimos pensamientos y los hubiese reproducido en voz alta... Sacudió la cabeza, ligeramente desconcertada, y chocó con los demás su propio vidrio. —¡Salud! —Porque así sea —respondió Zetsuo, en el mismo tono de voz. Las copas tintinearon de una forma característica al chocar entre sí, como si hubiesen firmado una especie de acuerdo, y después cada uno de los asistentes a la cena degustó su propia bebida. —Me has sorprendido. Por un momento pensé que ibas a brindar por la supuesta victoria de tu hijo en el torneo, Kiroe —Zetsuo ladeó la cabeza hacia el muchacho. «Oh, no... Allá vamos de nuevo...» Ayame se sintió desfallecer. Por suerte, a lo lejos pudo ver que el camarero se acercaba hasta su mesa cargado con varios platos. —¡Mirad! ¡Ahí viene la comida! —exclamó, con la esperanza de cambiar rápidamente de tema. RE: El Patito Frito - Amedama Daruu - 16/03/2016 Los comensales brindaron por un futuro en el que todo aquello pudiera volver a repetirse, a pesar de las encerronas verbales de Kiroe y Zetsuo, a pesar de la apuesta, a pesar de la tensión que se sentía en el aire. A pesar de todo. Y Daruu deseaba que fuese así, que realmente se cumpliera. —Me has sorprendido. Por un momento pensé que ibas a brindar por la supuesta victoria de tu hijo en el torneo, Kiroe —indicó Zetsuo. Ladeó la cabeza hacia él, señalándolo. —Podría haberlo hecho, ¿pero quién va a brindar en contra de la victoria de su hija? ¿Tú? No, además, la apuesta es divertida y tal, pero lo digo en serio, Zetsuo. Ojalá todo siga igual. Porque, ya lo sabes... Kiroe sonrió y torció la cabeza. Daruu no había visto aquella expresión en su vida: sonreía, tenía los ojos entrecerrados y parecía lanzar chispas a los ajos acuamarina de Zetsuo. Como si estuviese hablándole. Y le estaba hablando. —Últimamente la cosa está un poco... revuelta. Sólo fue una chispa. Un milisegundo. Pero la barrera en la mente de Kiroe se abrió, y Zetsuo podría leer a través como quien ojea un libro abierto. Y lo que vio... Lo que vio fue... —Lo sé. Lo sé todo.
—¡Mirad! ¡Ahí viene la comida! —exclamó Ayame, y Daruu se distrajo lo suficiente como para lo que acababa de pasar se diluyese como un grano de azúcar en un estanque de agua. El camarero dejó los platos de pescado de los mayores, el pulpo para Kori, y una fuente enorme de tiras de lo que debía ser el Patito Frito, en una tabla con varias salsas alrededor, para compartir; para Daruu y Ayame. —Dios mío, qué buena pinta tiene esto. Cogió un trozo, lo mojó en una salsa de aspecto amarillo, y se lo metió a la boca. Era pato frito, de eso no había duda. Pero la carne era, sin lugar a dudas, exquisita. No tenía tanta grasa como otros patos que había probado, y el rebozado no era sólo de pan rallado y harina, también tenía maíz y otras semillas. Todo aderezado con un toque de pimienta, limón y un poco de cilantro. La salsa le acompañaba perfectamente: una especie de mayonesa con un toque amostazado. Pero habían muchas más. Y las iba a probar todas. —Madre mía. Esto está más bueno que una pizza. —Dios mío, este tiene fiebre. RE: El Patito Frito - Aotsuki Ayame - 16/03/2016 —Podría haberlo hecho, ¿pero quién va a brindar en contra de la victoria de su hija? ¿Tú? —respondió Kiroe, y Zetsuo volvió a alzar una ceja en un gesto que no dejaba nada en lo que dudar—. No, además, la apuesta es divertida y tal, pero lo digo en serio, Zetsuo. Ojalá todo siga igual. Porque, ya lo sabes... Últimamente la cosa está un poco... revuelta. La mujer ladeó la cabeza, con una extraña sonrisa. Los ojos de los dos adultos se encontraron, el suspicaz violeta contra el extrañado aguamarina; y, por primera vez en su vida, Zetsuo fue capaz de leerle la mente. «Lo sé. Lo sé todo.»
Aquella frase tan corta caló en lo más profundo del psique del médico, pero no permitió que ningún sentimiento aflorara en su rostro. A ojos externos, nadie podría siquiera adivinar lo que estaba pasando entre los dos shinobi. Después de todo, ni siquiera podía estar seguro sobre lo que se estaba refiriendo la mujer y realmente no le importaba una mierda lo que pudiera saber Kiroe. Él no había cometido ningún tipo de delito, y si lo mantenía bajo tan estricto secreto no era más que por el decreto sentenciado por Amekoro Yui. —¡Mirad! ¡Ahí viene la comida! El empleado dejó los platos sobre la mesa. Para Zetsuo y Kiroe, sendas raciones de trucha con salsa de pimienta verde y limón; para Kōri, un plato con unos cinco dangos de pulpo; y para Daruu y Ayame un plato compartido de tiras de carne con varias salsas de colores alrededor. A Ayame le rugió el estómago en cuanto el olor del pato llegó hasta su nariz. —Dios mío, qué buena pinta tiene esto. —Ayyyy... Me acabo de dar cuenta de que tengo mucha hambre. Daruu alargó el brazo para tomar el primer pedazo de carne, y Ayame no tardó en hacer lo mismo. Lo mojó en una salsa de color rosado y se lo llevó a la boca. Era salsa agridulce, y se combinaba de manera deliciosa con la ternura de la carne y lo crujiente del rebozado. Hacía milenios que no probaba algo tan bueno. —¡Es el primer plato decente que como en varios días! —exclamó y Zetsuo volvió a darle un capón en la coronilla. —¡Niña! —¡Es la verdad! —protestó—. ¡Hemos comido a base de bocadillos desde que salimos de casa! Por su parte, Daruu y Kiroe se habían enfrascado en una conversación similar, pero Ayame no perdió el tiempo y siguió atacando su comida con apetito casi voraz. Kōri estaba demasiado concentrado en sus dango como para intervenir y Zetsuo, por otro lado, se había sumido en un taciturno silencio mientras degustaba su trucha. RE: El Patito Frito - Amedama Daruu - 17/03/2016 —¡Es la verdad, no tengo fiebre! —protestó un infantil Daruu inflando los mofletes—. Pero algún día ya verás como mis pizzas están más buenas que cualquier otra cosa en el mundo. Kiroe rió y dejó sin contestar la tontería de su hijo. Se concentró en el plato de comida que tenía delante y observaba las reacciones de Zetsuo con el rabillo del ojo, aunque no parecía haberse inmutado lo más mínimo. —¡Es el primer plato decente que como en varios días! —exclamó Ayame después de probar el primer pedazo de patito frito. Zetsuo volvió a darle otro capón en la coronilla mientras tanto Daruu como Kiroe rompían a reír. Daruu se imaginó a Zetsuo vestido con un delantal y un gorro de cocina, con la misma cara de cabreado que tenía desde que se habían conocido pero preparando una tarta de fresa. Eso sólo le hizo estallar a reír aún más fuerte. —¡Es la verdad! —protestó Ayame—. ¡Hemos comido a base de bocadillos desde que salimos de casa! Como Daruu y Kiroe habían salido muchísimo antes —porque habían parado en la cabaña de Yachi a entrenar—, no habían tenido tantos problemas. Pero lo cierto es que la cena estaba deliciosa, y echaba de menos... —Echaba de menos compartir la cena con tanta gente —dijo. De nuevo, la mesa se sumió en un silencio absoluto, porque el tono en el que Daruu lo había dicho no era precisamente alegre. Desde la muerte de papá, la familia se juntaba poco. La poca familia que le quedaba. Sus abuelos estaban muertos desde la guerra, y sólo quedaban sus tíos. Su tía estaba en Ame, pero hacía tiempo que no celebraban ni los cumpleaños juntos, desde que Daruu entró a la academia concretamente. Y sus tíos por parte de padre vivían lejos, muy lejos, en el País del Agua. —Bueno... Aparte de nuestros hijos, ¿conoces a alguno más de los combatientes de Ame, Zetsuo? Está ese chico calvito tan raro... Y el ricachón ese. Si quieres mi opinión, creo que ninguno de ellos le llega a la suela de los zapatos a estos dos. Comió un trozo de merluza y siguió: —Pero he investigado un poco, digamos, y... Me preocupan sobre todo los de Uzushio. Hay un Uchiha, incluso. Pero es rubio. ¿Será un mestizo? Eso no es un Uchiha de verdad, no me jodas. Daruu se preguntó de dónde sacaba su madre toda esa cantidad de información. RE: El Patito Frito - Aotsuki Ayame - 19/03/2016 —Echaba de menos compartir la cena con tanta gente —soltó Daruu de repente. Fue entonces cuando Ayame reparó en que nunca antes hecho una comida con otras personas que no fueran su hermano y su padre. Jamás se había reunido con amigos, porque durante su estancia en la academia no se había atrevido a establecer relación alguna con nadie; jamás se había relacionado con otros familiares, porque aparte de ellos dos no había nadie más... Habían estado solos ellos tres durante todos aquellos años. De pensar en aquello, un extraño dolor en el pecho le obligó a morderse el labio inferior. —Bueno... Aparte de nuestros hijos, ¿conoces a alguno más de los combatientes de Ame, Zetsuo? —intervino entonces Kiroe, y la tensión en el ambiente se relajó un tanto ante el cambio de tema. Zetsuo alzó sus ojos aguamarina hacia la mujer—. Está ese chico calvito tan raro... Y el ricachón ese. Si quieres mi opinión, creo que ninguno de ellos le llega a la suela de los zapatos a estos dos. —Conozco de vista a algunos de los chicos de Amegakure. Alguno que otro se ha pasado incluso por mi consulta alguna vez, pero realmente no tengo ningún dato relevante acerca de ninguno de los participantes del torneo. De hecho —añadió, y su voz se tiñó de aquel tono severo que Ayame conocía tambien—, si lo tuviera no diría nada al respecto. Quiero que Ayame se esfuerce al máximo. La señaló con un ademán con la cabeza, y la aludida se removió con cierta inquietud en el sitio. Kiroe, mientras Zetsuo hablaba se había llevado un trozo de la merluza a la boca y tras una breve pausa continuó: —Pero he investigado un poco, digamos, y... Me preocupan sobre todo los de Uzushio. Hay un Uchiha, incluso. Pero es rubio. ¿Será un mestizo? Eso no es un Uchiha de verdad, no me jodas. Aquella afirmación consiguió arrancarle una media sonrisa al médico. —Uchiha rubio o no, más vale no subestimar a ninguno de los participantes —replicó Kōri, con uno de los dango a medio terminar en su mano derecha. —Esa es una lección que deberíamos inculcar a los muchachos —Zetsuo asintió, aprobador, y volvió a llevarse la copa del vino a los labios. —Un Uchiha rubio... ¿Qué es un Uchiha? —preguntó Ayame, cándida, y tanto Zetsuo como Kōri le dirigieron sendas miradas de reojo—. Daruu-san, ¿a ti te suena algo de un Uchiha rubio? Yo he conocido a algunos ninjas de Uzushiogakure: Michuki, la chica de los ojos blancos; Kota, el "ninja-araña", Meri, la chica de pelo azul... Pero no recuerdo haber visto a ningún rubio... RE: El Patito Frito - Amedama Daruu - 21/03/2016 —Conozco de vista a algunos de los chicos de Amegakure. Alguno que otro se ha pasado incluso por mi consulta alguna vez, pero realmente no tengo ningún dato relevante acerca de ninguno de los participantes del torneo. De hecho, si lo tuviera no diría nada al respecto. Quiero que Ayame se esfuerce al máximo. —Pero he investigado un poco, digamos, y... Me preocupan sobre todo los de Uzushio. Hay un Uchiha, incluso. Pero es rubio. ¿Será un mestizo? Eso no es un Uchiha de verdad, no me jodas. »Y claro, yo tampoco iba a contar nada delante de los chiquillos... Sólo era por sacar algo de conversación. Sé muchas más cosas de ellos, pero eso no lo iba a revelar. Soltó una risilla de suficiencia, regocijándose en su propia perspicacia. De nuevo Daruu se preguntó, que cómo demonios sabía ella todo eso, si era una simple pastelera. De los de Amegakure lo entendía: rumores, o simplemente que conocía a los familiares de los participantes y se lo habían contado. ¿Pero de los de Uzushio? —Uchiha rubio o no, más vale no subestimar a ninguno de los participantes —intervino Kori de pronto, y Daruu se sobresaltó. Había estado tanto tiempo callado que, de alguna manera, no esperaba que hablara ahora. —Esa es una lección que deberíamos inculcar a los muchachos. —Yo estoy de acuerdo en eso —dijo Daruu, dándole la razón por primera vez a Zetsuo (aunque se consolaba con que en realidad se la estaba dando a Kori)—. Por mucho que sepas de alguien, siempre se guarda algo para los momentos importantes. Una misión o lo que sea. Es lo que he he... Lo que haría yo si fuera ellos. Tosió un par de veces. «Jo, casi meto la rama...» —Un Uchiha rubio... ¿Qué es un Uchiha? —preguntó Ayame, haciendo gala de una inocencia tremenda. ¿Pero cómo no conocía a los Uchiha? Si prácticamente contaban leyendas de ellos—. Daruu-san, ¿a ti te suena algo de un Uchiha rubio? Yo he conocido a algunos ninjas de Uzushiogakure: Michuki, la chica de los ojos blancos; Kota, el "ninja-araña", Meri, la chica de pelo azul... Pero no recuerdo haber visto a ningún rubio... —Los Uchiha son un clan que viene de la antigua Konoha —explicó Daruu—. No he peleado con ninguno, pero dicen que son muy fuertes, así que algo especial tienen que tener. Lo que he oído de ellos habla sobre sus ojos pero nadie se pone de acuerdo en qué los hace especiales. Se llama sharingan, pero no sé lo que hace. Se encogió de hombros. —No conozco a nadie de los que me hablas. Y lo del Uchiha rubio... No sé de qué me suena... Es como si me hubiera cruzado con alguien así. Pero supongo que lo habré soñado. RE: El Patito Frito - Aotsuki Ayame - 22/03/2016 —Los Uchiha son un clan que viene de la antigua Konoha —le explicó Daruu, y Ayame volcó toda su atención ante aquella nueva información—. No he peleado con ninguno, pero dicen que son muy fuertes, así que algo especial tienen que tener. Lo que he oído de ellos habla sobre sus ojos pero nadie se pone de acuerdo en qué los hace especiales. Se llama sharingan, pero no sé lo que hace —se encogió de hombros—. No conozco a nadie de los que me hablas. Y lo del Uchiha rubio... No sé de qué me suena... Es como si me hubiera cruzado con alguien así. Pero supongo que lo habré soñado. —Vaya... Pues si son tan fuertes como dicen y hay un... Kuchilla... en el torneo va a ser difícil ganarle. Ayame hundió los hombros y volvió a concentrarse en los últimos trozos del delicioso patito frito que restaban en el plato. No había llegado a decirlo en voz alta, pero por dentro ya rezaba que no le tocara en la primera ronda con ese supuesto Uchiha. Aún sin conocerlo, no se sentía capaz de vencer a alguien cuyo apellido ya era famoso por su poder. «Proceden de la antigua Konoha... Igual que el clan Hōzuki procedía de la antigua Kirigakure.» El grupo siguió comiendo, sumidos en un nuevo silencio. Cada uno meditaba para sus adentros cualquier aspecto relevante o irrelevante para el torneo, pero por parte de Ayame cada vez se estaba poniendo más y más nerviosa de sólo pensar en qué tipo de contrincantes podían tocarle. Ni siquiera sabían nada de la aldea recién surgida de la nada. Y aún quedaba el asunto de la apuesta de sus padres con respecto a un posible duelo con el muchacho que se sentaba justo junto a ella. —¿Van a tomar algo de postre, señores? La voz del camarero, junto a ella, la sobresaltó. —¡Ah! ¡Yo quiero mochi de chocolate! —exclamó Ayame de manera apresurada. —Mochi de vainilla —intervino Kōri. —Yo tomaré un café solo sin azúcar. Ayame torció el gesto al pensar en lo terroríficamente amargo que debía estar algo así. Si ya detestaba con todas sus fuerzas el café, no podía imaginar su sabor sin absolutamente nada de leche ni azúcar. RE: El Patito Frito - Amedama Daruu - 22/03/2016 —Vaya... Pues si son tan fuertes como dicen y hay un... Kuchilla... en el torneo va a ser difícil ganarle. —Ayame, si acabo de decir que se llaman Uchiha, por favor —se exasperó Daruu. No era para él extraña la costumbre de Ayame de cambiarle el nombre a las cosas, pero lo había hecho en un anormal y diminuto espacio de tiempo. «Podría ser un nuevo récord y todo». Los comensales se sumieron, concentrados, en la degustación de sus platos. Ayame y Daruu se acabaron los últimos trozos de pato empanado que quedaban en el plato. Kori disfrutaba de sus dango de pulpo, y Kiroe y Zetsuo, cada uno con su plato, terminaron con la merluza que aún les quedaba. Ninguno de los dos se había lanzado una puyita en un trascurso de tiempo relativamente largo. Daruu deseó que siguiera así, porque temía que no pasaría mucho más sin que alguno de los dos pudiera resistir la tentación de romper el improvisado tratado de paz. —¿Van a tomar algo de postre, señores? —La voz del camarero, que había aparecido de golpe y porrazo, sobresaltó a un Daruu que tenía los ojos enterrados en el plato ya vacío del patito frito y la mente volando en lo más alto del cielo estrellado de aquella noche. —¡Ah! ¡Yo quiero mochi de chocolate! —exclamó Ayame, aparentemente también sobresaltada. —Mochi de vainilla —dijo Kori, con su entonación más impersonal, delicadamente envuelta para la ocasión. —Yo tomaré un café solo sin azúcar —anunció Zetsuo, con la habitual amargura de su voz, sólo superada por lo amargo que iba a estar ese endemoniado café, pensó Daruu. —A mí me pones un mochi de vainilla también. —Yo quiero uno de chocolate blanco. —Entendido, enseguida vuelvo. —El camarero hizo una leve inclinación y se despidió de ellos dirigiéndose hacia la cocina para atender otra comanda. Tras unos segundos en silencio, Kiroe decidió intervenir: —Joder, Zetsuo. ¿Te gusta el café sin azúcar? Qué asco, si eso tiene que estar más soso que una suela de zapatos mojada en aguarrás. «Oh no, oh no, allá vamos de nuevo...» RE: El Patito Frito - Aotsuki Ayame - 22/03/2016 Kiroe y Daruu pidieron sendos mochis de vainilla y chocolate blanco, respectivamente. Ayame soltó una risilla al pensar en que todos, o casi todos, habían coincidido con el tipo de postre a degustar. El camarero se despidió con una breve floritura y abandonó la mesa con aquella elegancia suya, tan propia de un restaurante de alto standing. —Joder, Zetsuo. ¿Te gusta el café sin azúcar? —intervino Kiroe—. Qué asco, si eso tiene que estar más soso que una suela de zapatos mojada en aguarrás. Ayame tensó los labios, preocupada porque la tensión entre los dos adultos pudiera dispararse de nuevo; pero su padre se limitó a fruncir ligeramente el ceño. O eso había querido creer Ayame. —Parece que no hay mucha gente lo suficientemente adulta en esta mesa como para degustar un café como Amekami-sama manda —replicó, clavando sus ojos aguamarina en los violeta de Kiroe—. Un buen café se disfruta solo y maduro. Sin aditividos innecesarios. ¿Qué me dices de esos mochi, Kiroe? ¿Sentías nostalgia de tu época como jovencita amante de los dulces? Tenía que cortar por lo sano. Y hacerlo YA: —Me extraña que no hayas pedido otros dangos dulces, hermano —le comentó súbitamente a Kōri, en un vano intento de cambiar de tema como ya había hecho en otras ocasiones durante la cena. Pero Zetsuo había clavado sus ojos sobre la madre de Daruu, y no parecía dispuesto a dejar marchar su presa. Sus ojos, ligeramente nublados por el efecto del vino, delataban aquella intención. Ayame no pudo menos que echarle una mirada de socorro a su compañero de aldea. RE: El Patito Frito - Amedama Daruu - 23/03/2016 La reacción de Zetsuo no se hizo esperar. Daruu había hundido la cabeza en las dos palmas de las manos, lamentándose de su existencia y deseando con toda la sinceridad del mundo poder convertirse en un arbusto que no escuchara ni pudiera hablar. —Parece que no hay mucha gente lo suficientemente adulta en esta mesa como para degustar un café como Amekami-sama manda. Un buen café se disfruta solo y maduro. Sin aditividos innecesarios. ¿Qué me dices de esos mochi, Kiroe? ¿Sentías nostalgia de tu época como jovencita amante de los dulces? Pese al burdo intento de Ayame por desviar la atención, la risotada que Kiroe se limitó a esgrimir para bloquear la puñalada de Zetsuo ahogó por completo el comentario de la chiquilla. —Tú lo que eres es un amargado, más incluso que ese café —sentenció, pero con la mano parecía señalar que quería que el pique frenara ya antes de que subiera el tono aún más—. Era una puta broma, maldito idiota. No quiero discutir contigo. Daruu suspiró y se relajó un tanto, aunque la respuesta de Zetsuo podía ser cualquiera. Capaz de seguir gruñendo como un perro viejo. El camarero se acercó con los postres. Dejó enfrente de Daruu el mochi de chocolate blanco, delante de Ayame su homónimo oscuro, y delante de Kori y de Kiroe el mochi de vainilla. A Zetsuo le puso delante una taza de café bien cargado, sin azúcar, como lo había pedido. Kiroe cogió una cucharada del mochi y le dio un bocado. Después de degustarlo, y jugueteando con el cubierto todavía en la mano, le guiñó el ojo a Zetsuo y le dedicó una de sus sonrisas más pícaras. —Amedama Kiroe siempre será dulce como una jovencita —dijo—. Además, a Kori no parece importarle su edad para venir cada día a la pastelería y llevarse una bolsa enterita de bollitos de vainilla. No será porque no es un adulto fríiio y centrado... Sobretodo frío. Daruu rió y probó una cucharada de su mochi. Estaba buenísimo, como todo lo demás. —Me encantan los mochi —les comentó a Ayame y a Kori. —Pero Zetsuo, cada persona es diferente, en serio. Si te gusta el café así, te gusta así. Ni tú le obligas a Kori a bebérselo ni él te mete bollitos en la boca para que te animes a apreciar el dulzor de las cosas. |