No hay calor que por bien no venga - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Base de datos del rol (https://ninjaworld.es/foro-base-de-datos-del-rol) +--- Foro: Historia, acontecimientos y ambientación (https://ninjaworld.es/foro-historia-acontecimientos-y-ambientacion) +---- Foro: Tramas pre-reset 2017 (https://ninjaworld.es/foro-tramas-pre-reset-2017) +---- Tema: No hay calor que por bien no venga (/tema-no-hay-calor-que-por-bien-no-venga) |
RE: No hay calor que por bien no venga - Kaiten - 25/09/2016 - Solo es gente que le gusta armar jaleo, con reportarlos a Shiona-sama dudo mucho que sigan haciendo de las suyas por aquí. Deberías llevarte a tus compañeros de aquí, no están por la labor de moverse por ellos mismos. Definitivamente entonces no eran más que agitadores, y realmente sí que sintió algo de pena por ellos esta vez, pues pudo ahora fijarse en el resto del equipo para ver su estado. Los que peor estaban: uno que parecía un cacho de carbón y la muchacha jefa del equipo tirada en la orilla. ¿Respiraba? Y Kaiten se la quedó mirándo unos instantes con interés para ver si se había muerto, más allá de darle repelús. Fueran quienes fueran le había molestado bastante el hecho de que asustasen a la gente de la playa. - Ya soys grandecitos para hacer estas cosas a gente que no os ha hecho nada. - Prosiguiendo a favor el argumento de Eri. - ¡Hostias! El papi morsa de Kaiten, ¿dónde está Kaiten? Tengo que enseñarle a su papi. Aunque puede que ya se conozcan. ¿Tendrán algún aullido especial para ecolocalizar a sus crías? “¿Qué albóndigas dice Nabi?” Kaiten miró su cuerpo y recordó como lo había llamado antes del alboroto. Puso cara de entender a que se refería ahora y asintió con la cabeza mientras volvía a su estado de forma normal en todo el cuerpo ya que tampoco había ahora peligro aparente al que volver a enfrentarse. - ¡¡KHWKKKKKAAAAAUUUUU!! - Gritó de forma desagradable a garganta abierta como haciendo una llamada de un animal. - Y así es como se comunican padre y cría, fin del documental. - Y esbozó una sonrisa en su cara. Eri aún estaba ocupándose de Nabi y su nariz, que aun sangraba, e indicó a su anterior rival que se ocupase de sus compañeros hechos polvo, parece que sirvió de algo no dejar K.O. a alguien. Era evidente que ese dúo era enormemente más fuerte que él. Eri parecía tener dotes impresionantes tanto de medicina como de lucha, no sabía si preguntarle o no, el último al que vio intentó imponerle una dieta a base de vegetales; pero ella por el contrario parecía amable. Nabi en cambio tenía una agresividad muy temible con quien se le ponía de por medio, mientras que parecía un ser ultra contento cuando no estaba en ese modo. En general les había caído bien la peculiar pareja, así que él también estaba contento. Su intención ahora era intentar hablar de forma mas sosegada con sus nuevos amigos, o a ver que decidían o proponían ellos. Después de todo tenía pensado pasar un día normal y de relax… Y no era lo que había pasado hasta el momento. A ver si ahora podía ser así. “Por cierto, la nevera sigue allí tirada, puede que aun le quede algo de comida.” Y se lamió los labios mientras no la perdía de vista. RE: No hay calor que por bien no venga - Uzumaki Eri - 28/09/2016 — ¿Para qué voy a mirar arriba? Prefiero mirarte a ti, que eres más bonita que esa cosa azul que está detrás de las nubes. — ¿Eh? Eh... ¡Ah! — Los colores subieron rápidamente a las mejillas de Eri que no tardó en ponerse bastante nerviosa, como consecuencia de que no pudiese articular palabra alguna. Intentó calmarse, pero su corazón bombeaba a más de mil por hora, ¿o a más de dos mil por hora? No lo sabía, era todo muy confuso. — Pues un poco mareado sí que estoy. ¿Me estoy muriendo otra vez? — Y acto seguido sacó la lengua y se hizo el muerto, haciendo que Eri volviese en sí poco a poco y lograse sacar una pequeña sonrisa ante el gesto tonto del Uchiha. Sin embargo poco duró hasta que el joven volvió a hablar. — La has... ya sabes... tratado ésta enfermedad llamada vida. Entiendo. No se levantará en un rato, un rato llamado eternidad. — ¿Qué? ¡No! Solo está... Dormida, supongo, un poco inconsciente. — Contestó encogiéndose de hombros. Kaiten se acercó entonces y Nabi y él se dispusieron a tener una conversación digna de besugos, vaya, que con ella tenía que ver bien poco, así que se dejó llevar por sus artes médicas, concentrándose en la tarea que tenía de intentar parar la hemorragia de la nariz del rubio. Luego se giró para sonreír a Kaiten de forma amigable, ya que en todo lo que llevaba ahí, no le había dicho mucho. — ¿Y a qué habéis venido a la playa hoy? — La pregunta se le antojó bastante estúpida, ya que, ¿qué narices harían en la playa un día tan caluroso como ese? ¡Pues obvio! Intentó pegarse una palmeada en la frente, pero tenía las manos ocupadas, así que solo esperó a las contestaciones de sus compañeros. RE: No hay calor que por bien no venga - Inuzuka Nabi - 9/10/2016 Por un momento pensó que Eri se había dado cuenta de su condición de loco a medio rehabilitar , pero fue algo pasajero después de ver que su retraso estaba en su lugar pareció olvidarse del tema. Aunque en la cabeza del rubio se paseaba la idea de que de vez en cuando deberia ponerse serio para disimular un poco la bipolaridad. Ese esfuerzo podía matarlo. Metaforicamente. La verdad era que sí que a lo mejor se había pasado, tal vez tuviera que sacar a pasear a su chucho interior de vez en cuando para que no salga a por todas cada vez que tenga que pegarse con cualquier criajo. Aunque como eran la misma persona, no podía dejar de coincidir en que los inconscientes esos necesitaban una buena lección. ¡Que se creian de Ame los muy Amegakurienses! Para matarlos. La indulgencia no está en el vocabulario Uchiha. — ¿Qué? ¡No! Solo está... Dormida, supongo, un poco inconsciente. Pero desde luego la crueldad de Eri transcendía a todos los Uchihas y Amegakurienses del universo, era una destructora de mundos, una aplastadora de villas, la cazadora de bijuus... — Dormida... PARA SIEMPRE... Pero ya había pasado y ahora lo mejor era dejarlo correr. — ¡Celebremos la victoria con un helado o un tazon de ramen con pollo! ¡Me pido el pollo! ¡Paga Kaiten! ¡Bieeeeeeeeen! El joven shinobi levantó ambas manos al aire y empezó a correr hacia la villa sin dejar de gritar bieeeeeeeeeeeeeeen. La parte de ponerse serio de vez en cuando aún estaba por llegar a su cerebro. RE: No hay calor que por bien no venga - Kaiten - 11/10/2016 - ¿Y a qué habéis venido a la playa hoy? - Pues yo había venido por el extremo calor que tenía en casa, no podía más. Con estas chichas además sudo el doble. – Dijo un poco nervioso. - Y la verdad, pensaba pasar un día tranquilo, que es aparte de durmiendo y comiendo como más me gusta estar. Pero tuvieron que venir los energúmenos estos a molestarnos. A parte de eso, ya me remojé un poco hasta que tú tropezaste conmigo y Nabi emergió de la tierra como un cadáver, aunque eso fue gracioso ahora que lo pienso. Y acabó con una sonrisa a ambos. Ahora sí que se le removían un poco las tripas, del hambre más que nada. Había quemado mucha energía haciendo todo lo anterior, definitivamente tenía hambre… ¡La nevera! Mientras Eri acababa con la nariz de Nabi pegó un salto, bueno, más bien rodó por la arena y cogió la nevera portátil. Estaba calentona por el sol, y si quedaba algo frio, estaría más caliente que una calva en verano. - ¡Un plátano! - Exclamó al ver su interior. Quedaba un triste plátano, algo machucado por haber tirado la nevera antes, y lejos de tener su color amarillo habitual, era negro y soltaba algo de caldillo por los golpes y la temperatura. ¿Que mas daba? Así que tal y como le peló la piel, se metió medio de un golpe, pues este se deshacía solo de apretarlo debido al estado avanzado de madurez. - ¡Celebremos la victoria con un helado o un tazón de ramen con pollo! ¡Me pido el pollo! ¡Paga Kaiten! ¡Bieeeeeeeeen! Algo le paso como un rayo por delante, embadurnándolo en arena, no solo a él, al otro trozo de plátano que le quedaba en la mano… Era poco escrupuloso, eso ya lo sabía. Pero ahora tenía un plátano medio derretido y lleno de arena, como si de una croqueta se tratase. Con la boca aun llena y arena también por toda la cara miro quien sería el susodicho correcaminos que tuvo que pasar en ese preciso instante levantando aquel arenal por su costado. "Nabi" No había poca playa para pasar, no… Tenía que pasar por ahí. Lejos de cabrearse, hinchó un poco los mofletes para hacer sitio, y se metió el siguiente trozo, si, con arena, daba ya daba igual; vaya que fuese a pasar alguien más otra vez por aquel trozo de playa precisamente. Y con la boca bastante llena le dijo a la muchacha y ya última persona que quedaba en la playa junto a él: - ¿Vahmokz? RE: No hay calor que por bien no venga - Uzumaki Eri - 16/10/2016 — Pues yo había venido por el extremo calor que tenía en casa, no podía más. Con estas chichas además sudo el doble. Y la verdad, pensaba pasar un día tranquilo, que es aparte de durmiendo y comiendo como más me gusta estar. Pero tuvieron que venir los energúmenos estos a molestarnos. A parte de eso, ya me remojé un poco hasta que tú tropezaste conmigo y Nabi emergió de la tierra como un cadáver, aunque eso fue gracioso ahora que lo pienso. Sonrió de vuelta al Akimichi mientras intentaba por todos los medios no imaginarse a Nabi haciendo el tonto por la arena de la playa, pero le resultaba casi imposible. Los cambios del Uchiha le resultaban bastante interesantes, a la par que cómicos y estúpidos. ¿Cómo podía pasar de ser alguien sin sentido del ridículo a un chico que tiene menos expresión facial que una tabla de madera? La respuesta estaba en su cabeza, pero no podía abrirla y meterse en ella, era médico, pero a tanto no llegaba. Por otra parte, fijó su vista en Kaiten que se fue a rebuscar en las neveras abandonadas por los civiles, y suspiró. ¿Qué clase de gente poblaba Uzu en aquellos días? ¿Dónde estaban Riko y Juro cuando hacían falta? Volvió a suspirar mientras veía como se metía un plátano entero en la boca. — Dónde me he metido... — Murmuró para sí. — ¡Celebremos la victoria con un helado o un tazón de ramen con pollo! ¡Me pido el pollo! ¡Paga Kaiten! ¡Bieeeeeeeeen! — ¿Qué? ¿Ahora? ¿Y por qué tiene que pagar él? Pero ya era tarde, Nabi había vuelto a tener un ataque de estupidez y era imposible de parar. — ¿Vahmokz? — Bueno... Si insistís... Pero yo quiero un helado. — Se permitió añadir mientras miraba como unos copos de arena se caían por la boca llena de Kaiten y retiraba la vista para otro lado. — Y no os preocupéis que lo mío lo pago yo... Sí, era una buena idea. — ¿Dónde vamos? RE: No hay calor que por bien no venga - Inuzuka Nabi - 22/10/2016 Mientras Eri y Gorditosan tenían una profunda conversación sobre sus intenciones en la vida y la inmensidad de las dimensiones paralelas que rodean las decisiones cotidianas, Nabi se dedicaba a correr en circulos y despues aguantar sin caerse del mareo. Estaba comportandose especialmente tonto para que la peliazul ignorara su cambio de personalidad que casi mata a uno de los CasiAmes esos. — Bueno... Si insistís... Pero yo quiero un helado. Y no os preocupéis que lo mío lo pago yo... — ¡Nunca! Se detuvo en seco, lo cual sumado al impulso y al mareo que llevaba hizo que cayera de boca a la arena. Se iba a levantar a protestar todavía más, pero estaba demasiado mareado así que se quedó tumbado mirando al cielo mientras todo volvía a su sitio. De repente, una cabeza tapó su soleado cielo. Un crio de apenas una decena de años con el tipico pelo negro puntiagudo y despeinado de niño, llevaba una camiseta de manga corta blanca y unos pantalones azul claro tambien cortos. Además de una cara de odio intenso hacia el rubio. Quien trago saliva antes de abrir la boca. — ¡Hombre, Jonathan! Cuanto tiempo, ¿cómo te trata de vida? ¿Ya eres Gennin? ¿Todavía no? ¿Qué tal tus hijos? — Muere... maldito Fue apenas un susurro antes de empezar a tirarle arena a base de patadas al suelo mientras el rubio intentaba esquivarle girando sobre si mismo. Haciendo uso de su escasa agilidad y de su inhumana destreza se puso de pie de un salto y empezó a correr. Por suerte el chaval no le alcanzaba, pero la distancia entre ellos tampoco se ensanchaba, tal era la velocidad del Uchiha. Mientras el muchacho no dejaba de tirarle arena. — ¡Vamos a calmarnos! ¡Por favor! — ¡Infringiste el contrato! ¡Te voy a denunciar! ¡Explotador! — ¡No lo entiendes! — Calla, me has dejado sin chuches cuando me juraste un sueldo digno por el resto de tu vida — ¡Eso es mentira! Ahí ya se te está yendo la exageración, además, que ya tienes diez años, ¿chuches? ¡Madura y compra carne de la buena! Y así seguían discutiendo mientras corrían playa arriba y playa abajo, tirandose arena por todas partes. RE: No hay calor que por bien no venga - Kaiten - 24/10/2016 - Bueno... Si insistís... Pero yo quiero un helado. Y no os preocupéis que lo mío lo pago yo... ¿Dónde vamos? Kaiten se limpió la boca de arena. La última palabra la había dicho como si de un sordo mudo se tratase por tener papel de lija en vez de lengua. Giró el cuello hacia otro lado y pegó soplidos para que esta se despegase de su boca. - Pues donde queráis, yo ya lo he probado todo en esta ciudad, he pasado por tantos locales que ya ni diferencio. – Dijo dejando caer su panza sobre su mano. - Aunque lo de la heladería suena bien, sobre todo para aliviar la arena en la boca. Nabi que estaba de mientras a su bola en la vuelta 52 de su circuito de arena personal paró en seco. - ¡Nunca! Y cayó. - ¡Leche! ¡Que se ha muerto del esfuerzo! Y vio a Nabi como bobo que se quedó mirando las nubes (sí, como él mismo había hecho tantas veces antes). En estas que apareció un niño que ni corto ni perezoso empezó a tirar arena a su compañero exhausto. Todo estaba pasando muy rápido a su alrededor ¿no íbamos a la heladería hace un momento? Nabi se levantó y empezaron a correr el uno detrás del otro mientras se culpaban, como si de un show se tratase, pues parecía más bien algo cómico. Kaiten sintió un arrebato de unirse a su causa corriendo por toda la playa aunque fuese porque quería que cuando es de día el cielo fuera de color rosa. Pero no, ya era suficiente y tenía demasiada hambre, quería su helado ya. - ¡Parad ya! ¡Tú, deja de correr! – Señalando a Nabi - ¡Y tú de perseguirle! Ahí se quedó entrecortada su voz, no sabía si no le iban a hacer caso o se le quedarían mirando. Nunca antes había sido tan impulsivo debido a su calma habitual y se puso rojo de la vergüenza. ¡Pero es que tenía hambre! Miró a Eri para ver como reaccionaba visto lo que acababa de pasar. RE: No hay calor que por bien no venga - Uzumaki Eri - 24/10/2016 Nabi se dedicaba a dar vueltas sobre sí mismo sin reparar en que así lo único que conseguiría era un buen mareo, sin embargo, para aprender a levantarse primero tienes que tropezar varias veces, así que lo dejó sin prestarle mucha atención, dirigiéndose al Akimichi que se encontraba dialogando con ella: — Pues donde queráis, yo ya lo he probado todo en esta ciudad, he pasado por tantos locales que ya ni diferencio. —Alegó, llevándose una mano sobre donde estaba su estómago situado. — Aunque lo de la heladería suena bien, sobre todo para aliviar la arena en la boca. Eri le dedicó una dulce sonrisa al chico, sin embargo, el grito del rubio les interrumpió: — ¡Nunca! La de cabellos azules dejó caer su cabeza y le dedicó una mirada cargada de dudas al Uchiha, que ahora se encontraba acostado sobre la arena, y fue cuando reparó en la presencia de un infante de pelo azabache despeinado y vestido típico de cualquier niño de su edad; que miraba a Nabi con cara de pocos amigos. Éste, por su parte, pareció incluso feliz de verle. — ¡Hombre, Jonathan! Cuanto tiempo, ¿cómo te trata de vida? ¿Ya eres Gennin? ¿Todavía no? ¿Qué tal tus hijos? ''¿Jonathan?'' — Muere... Maldito.— Acto seguido, el joven comenzó a atacar con arena al chico que se defendió dando vueltas por la playa, tanto rebozándose por ella como corriendo en círculos. Eri no daba crédito a lo que estaba viendo y se quedó estática en el lugar donde se encontraba, con un tic nervioso en el ojo izquierdo. — ¡Vamos a calmarnos! ¡Por favor! — ¡Infringiste el contrato! ¡Te voy a denunciar! ¡Explotador! — ¡No lo entiendes! — Calla, me has dejado sin chuches cuando me juraste un sueldo digno por el resto de tu vida. — ¡Eso es mentira! Ahí ya se te está yendo la exageración, además, que ya tienes diez años, ¿chuches? ¡Madura y compra carne de la buena! — ¡Parad ya! ¡Tú, deja de correr! ¡Y tú de perseguirle! ''¿Pero qué narices acaba de suceder?'' Eri observaba la escena sin observarla del todo, como una mera espectadora entre un público inmenso. Oculta entre sus pensamientos que no la guiaban a ningún lugar en concreto. Miró a Nabi, luego al infanti, y por último a Kaiten. Y por último al suelo, al que asestó un puñetazo lleno de chakra. — ¡Bueno basta YA! — Rugió mientras el suelo a sus pies gemía de dolor y los granos de arena salían disparados al aire. Bufó, molesta, mientras seguía mirando al suelo con el puño aún cerrado. RE: No hay calor que por bien no venga - Inuzuka Nabi - 24/10/2016 Nabi lo olía, pero Jonathan que era un insensato y un niño inocente, que no había vivido los tiempos de guerra y sangre que el rubio sufría todos los días, se dejó llevar por su infantil ira. El moreno desató la colera del más poderoso de los demonios, el Okasho de Eri. Su puño cargado con el chakra de once bijuus y cuatro sharingans nacidos del más profundo aberno chocó contra la superfície arenosa de la playa. Como cuando es impactada por un rayo, la arena se solidificó de tal forma que se quedó a una multiplicación de convertirla en diamantes. Miles de millones de granos de arena volaron por los aires, acojonados tanto o más que Nabi, que tambien voló, pero le tuvo tiempo de agarrar a Jurozuma en el aire para evitar que muriera, o más bien, para que no pudiera escapar de la justa ira que ahora se cernia sobre él. Sacando fuerza de la adrenalina de quien sabe que esta a punto de volver a ver a su amiga la muerte, con quien ya ha intimado más profundamente que con la chica que ha jurado proteger, lanzó al muchacho con fuerza a la zona cero. Aterrizaría en frente de Eri, de malas formas. Entonces, el Uchiha aprovecharía la distracción para esconderse detrás de un arbol y llevar a cabo su maniobra de desviación de la atención por excelencia. Apenas unos segundos despues, aparecería Eikyu Juro de detrás del árbol con expresión de pura felicidad en el rostro. — Ahí va lostie, si no es esa Mizumi Eri y la morsa que no conozco para nada. Qué cosas, eh. Bueno, pues ya que hay una morsa por estos lares, ¿le damos unos latigazos, chata? Dijo el moreno mientras desenfundaba el latigo que llevaba a la cintura poniendose en una posición un tanto extraña para blandir su arma. RE: No hay calor que por bien no venga - Kaiten - 27/10/2016 Ni caso, seguían como perro y gato peleándose por… ¿Por qué? Ni siquiera sabía quién era el jovencito muchacho, al igual que hace un rato tampoco sabía nada de Eri y Nabi, y sin embargo había aparecido ahí de gratis, no entendía nada. A lo mejor debía hacer algo él, ahora en serio, no como antes que pensaba unirse a su fiesta. Pero no le dio tiempo. ¡¡PUUUFSSHHHHHH!! Una lluvia de arena azulada o más bien media playa, cayó sobre el relleno muchacho, que por segunda vez en menos de unos minutos le embadurnaban en arena. Del choque da la onda y su cuerpo en forma de enorme pancarta redondita, Kaiten cayó al suelo como una croqueta que se está a punto de rebozar. - ¡Bueno basta YA! Alguien le había tomado la iniciativa en intentar parar a esos dos correcaminos. Parpadeó varias veces para intentar ver por encima de su ombligo el estado de la situación después de aquel tsunami de arena, no consiguiendo evitar que se le metieran granos en los ojos y otras zonas del cuerpo, incluso a algunas a las que no llegaba… Era Eri. Y daba miedo, estaba cabizbaja y sus pelos le tapaban un rostro que se imaginaba de sobra pese a no verlo; la onda no venía de ella en sí, sino de un puñetazo que dio contra el suelo usando algo más que la fuerza. Como consecuencia, aparte de derribarle se había desplazado algunos metros de su posición original, y se encontraba tumbado bocarriba, con su enorme panza entre la muchacha y sus ojos. ¿Y qué había sido de los otros dos? No alcanzaba a ver, los granos empezaron a enlagrimarle los ojos en ese momento. - ¿Que ha pasado? ¿No veo nada? - Se quejó Kaiten intentando parpadear para aliviar el lagrimeo al mismo tiempo que intentaba incorporarse. - Ahí va lostie, si no es esa Mizumi Eri y la morsa que no conozco para nada. Qué cosas, eh. Bueno, pues ya que hay una morsa por estos lares, ¿le damos unos latigazos, chata? No sabía de quien era esa voz, pero lo peor, es que se sintió identificado con lo de morsa. RE: No hay calor que por bien no venga - Uzumaki Eri - 29/10/2016 Sus cabellos acaparaban todo su campo de visión y ella, aún con el puño cerrado y lleno de arena, respiraba bruscamente. Acababan de sacarla de sus casillas, y aunque había destrozado otra zona de su querida Uzushiogakure - seguro que se iba a llevar otra reprimenda -, no podía contenerse. Ahora incluso ya era tarde para sentirse mal. Bufó para quitarse los mechones que la impedían ver con claridad para encontrarse con el chico que había agredido a Nabi y lo miró con los ojos entrecerrados, luego se levantó y lo tomó del brazo, incorporándolo para que quedase a su altura. — La próxima vez podrías replantearte hablar con las personas en vez de pelear. — Alegó serena, con una voz grave y segura, luego lo soltó sin ánimos. Sabía que no se debería comportar así, que ella era Eri, la médica, la que quería ayudar a todo el mundo; pero tampoco podía permitir que dichas cosas pasasen, y odiaba que no la tomasen en serio. Se retiró el cabello colocándoselo detrás de las orejas cuando fue a ayudar a Kaiten a incorporarse, el cual se encontraba recostado sobre la fina arena. Tendió su mano al Akimichi cuando este habló. — ¿Que ha pasado? ¿No veo nada? — Dijo el chico, intentando parpadear. — No pasa nada, mantén los ojos cerrados hasta que ellos mismos sean capaces de echar toda la arena. — Comentó mientras empujaba la espalda del muchacho para que se sentase. Una vez incorporado, la de cabellos azules dio una vuelta con su mirada, topándose con alguien inesperado. — Ahí va lostie, si no es esa Mizumi Eri y la morsa que no conozco para nada. Qué cosas, eh. Bueno, pues ya que hay una morsa por estos lares, ¿le damos unos latigazos, chata? ''¿Juro?'' No, imposible, por diversas razones: Primera, Juro jamás diría Ahí va lostie. Segunda, Juro jamás llamaría a una persona desconocida la morsa. Tercera, Juro jamás haría daño a una persona sin merecerlo. Y última, Juro jamás, jamás, la llamaría chata. — ¿Juro? — Preguntó, con el ceño fruncido. — ¿Qué haces aquí? Prefirió guardarse sus sospechas para si misma, aún en el estado de cabreo en el que se encontraba. RE: No hay calor que por bien no venga - Inuzuka Nabi - 2/11/2016 — La próxima vez podrías replantearte hablar con las personas en vez de pelear. El pobre muchacho no se había hecho popo en los pantalones porque no tenía munición preparada para ello, sino hubiera hecho un agujero en su ropa interior de la velocidad a la que hubiera salido el proyectil. En cuanto reconoció su nueva ubicación y la gente a su alrededor, así como la experiencia increiblemente cercana a la muerte que acababa de vivir, se arrodilló ante la peliazul para suplicar por su vida. — Perdoneme usted la vida, oh, Eri-kami. No sabía de su condición de divinidad, solo soy un pobre mortal que espera vivir lo suficiente para jubilarse. Oh, Eri-kami-sama. — ¿Que ha pasado? ¿No veo nada? — No pasa nada, mantén los ojos cerrados hasta que ellos mismos sean capaces de echar toda la arena. El chico no tardó en entender lo que estaba pasando. — ¡Adorada sea Eri-kami-sama! ¡Que es capaz de curar la ceguera! Seguía arrodillado y reverenciando a la peliazul. Hasta que un compañero de equipo de Nabi apareció en escena y todas las vistas, excepto la del ciego, porque... estaba ciego, se posaron sobre él. Ante el extraño y asalvajado comportamiento del moreno Eri fue la única que habló, porque si ella no les daba permiso, ellos como simples mortales no podían alzar la voz antes de una diosa. — ¿Juro? ¿Qué haces aquí? "Mi imitación de Juro ha sido tan increible que hasta Eri se lo ha creido. ¿Cómo puedo ser tan guapo? Bueno, ahora no, ahora soy Juro, soy... del montón. Pero del montón malo." — ¿Cómo que qué hago aquí? ¡He visto la LatigoSeñal en el cielo! — señaló una nube del cielo que no tenía una forma definida, de hecho, ni siquiera estaba mirando a lo que señalaba. Mantenía la mirada atenta en Eri, mientras se acercaba pasito a pasito. — ¡LatigoMan no puede ignorar la LatigoSeñal! ¿Qué problema teneis, pobres ciudadanos de a pie? Tras acabar su discurso se subió los pantalones hasta el ombligo de forma un tanto exagerada. RE: No hay calor que por bien no venga - Kaiten - 11/12/2016 - No pasa nada, mantén los ojos cerrados hasta que ellos mismos sean capaces de echar toda la arena. Escuchó la voz de Eri mientras también ella le ayudaba a incorporarse. Ya era recortito de por si en algunos de sus sentidos como para ahora perder la vista y no enterarse de nada de lo que estaba pasando. Mientras tanto escuchó la voz del primer chico, el que perseguía a Nabi antes del tsunami de arena, el cual presuponía había parado también de correr y estaban frente de él haciendo una especie de súplica o imploración a Eri, como si de un juicio final se tratase: - Perdóneme usted la vida, oh, Eri-kami. No sabía de su condición de divinidad, solo soy un pobre mortal que espera vivir lo suficiente para jubilarse. Oh, Eri-kami-sama. ¡Adorada sea Eri-kami-sama! ¡Que es capaz de curar la ceguera! Eso o talvez había emergido una virgen al remover toda la arena y estaban todos montando una misa, total no veía nada. Finalmente Kaiten se sacudió sus manos una vez se mantuvo medio erguido sobre su trasero para poder quitar la arena de sus ojos con ellas. Lagrimosos, los ojos se abrieron al fin y se puso sus gafas para evitar más lágrimas por la brisa marina o quién sabe si más explosiones areniscas. “Ui, que muchacho más raro…" Pensó contemplando al del látigo. - ¿Juro? ¿Qué haces aquí? – Finalmente Eri reveló el nombre del susodicho a quien parecía conocer. - ¿Cómo que qué hago aquí? ¡He visto la LatigoSeñal en el cielo! ¡LatigoMan no puede ignorar la LatigoSeñal! ¿Qué problema tenéis, pobres ciudadanos de a pie? - ¿Eing? – No se le ocurrió a Kaiten decir otra cosa de lo perdido que estaba. - ¿Te llamas Juro de verdad o es cachondeo? “¿Y Nabi? Y ese de rodillas implorando piedad. Y este figurín con el látigo que no había visto en su vida.” Intentó pensar algo lógico, pero no era muy bueno en sacar conclusiones, mejor preguntar. - ¡Shhh, Eri! – Dijo susurrando lo mas cerca que pudo mientras se ponía de pie. – No entiendo nada, así que tú me dices si salimos por patas o nos quedamos a que se nos pegue la locura de estos dos. |