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(S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Versión para impresión

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RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 8/09/2017

—Nadie sabe cuándo ni dónde, efectivamente, Datsue-kun —asintió—. Pero como debéis de haber supuesto ya, no soy alguien a quien le guste dejar cabos cabos sin atar. —Zoku chasqueó los dedos, como quien hace un truco de magia y revela el resultado final—. Lo cierto es que ya hemos capturado ese bijuu. Ahora sólo necesitamos realizar... el paso final.

¡La madre que me parió! ¡Es usted un genio! —Datsue no había podido evitar soltar aquel exabrupto, ni de levantarse de golpe ante la sorpresa. Se sonrojó casi al instante, sin embargo, al darse cuenta que había puesto voz a sus pensamientos, y se sentó en el acto—. Lo siento, Zoku-sama… Fue un impulso imposible de contener. Continúe, por favor.

Recordó que Zoku les había dicho que había estado fuera de misión. ¿Acaso había sido aquella? ¿Capturar al bijuu? No lo sabía, pero de lo que sí estaba convencido era de que aquel hombre era el tipo más inteligente y meticuloso que había conocido en toda su vida, cosa que le asustaba y tranquilizaba a partes iguales.

Le tranquilizaba, porque tener a alguien así como amigo y no enemigo era un punto muy fuerte a favor. Y le asustaba, porque estaba viendo que los rumores sobre su particular gusto por los bijuus tenían parte de razón. Sí, él también estaba de acuerdo en que, dada la situación, la Aldea debía hacerse con un monstruo con cola. ¿Pero acaso aquella situación no la había generado el propio Zoku?

«No pienses tanto, capullo. Ahora no es el momento de hacerse esas preguntas»

Suspiró, e imitó a su futuro Uzukage, sellando la mochila en su hombro derecho. Una vez terminados todos, los tres shinobis se dirigieron al norte. El Uchiha lo supo por la posición del sol, y se preguntó, curioso, hacia dónde se estaban dirigiendo. «Es como si fuésemos a Ushi… Pero ni de coña ese es nuestro destino»

Zoku-sama… —llamó, en voz baja, tras unos minutos. Una pregunta más acuciante hacía fuerza por salir de su garganta desde hacía un rato—. ¿A qué se refiere con… el paso final? —No supo por qué, pero un escalofrío recorrió su espina dorsal al realizar la pregunta. «No nos estaremos dirigiendo hacia...»

El Uchiha se detuvo de golpe, con el rostro desencajado por el terror.

«... ¡el bijuu!»


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 8/09/2017

Si Akame hubiese tenido fuerzas en el cuerpo para inclinarse debidamente, hasta que su nariz tocase la hierba fresca del suelo y sus brazos llegaran hasta Zoku, extendidos, lo habría hecho. Aquel ninja se merecía la más profunda reverencia y el más sincero de los respetos. No sólo había evitado hábilmente la muerte que querían darle algunas de las personas más poderosas de Uzushiogakure, sino que había urdido —de infiltrado— un plan sumamente complejo para eliminar a todos sus rivales y hacerse con una Bestia con Cola.

No podía creerlo. «Este tipo es, en efecto, el mejor shinobi que he conocido jamás. Aplastó a sus enemigos con eficacia e inteligencia, y ahora va a colocar a la Aldea en un punto de ventaja frente a las otras Grandes. Esto es... Esto es increíble». Akame tuvo que luchar para contenerse y no hablar sus pensamientos. Llegados a aquel punto, le parecía claro que Uzumaki Zoku era el mejor Kage que había habido en el Remolino, incluso antes de serlo.

Atendió a la orden de su superior y empacó las pocas cosas que tenía fuera de la mochila. Sin decir una sola palabra, todavía impactado por lo que acababa de vivir y conocer, se colgó el petate a la espalda y siguió los pasos de su futuro Kage. El miedo y la desconfianza eran poco a poco opacados por el carisma e intelecto de un hombre que había logrado algo que parecía imposible. Un hombre que caminaba siempre dos pasos por delante de todos sus enemigos.

De todos.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 9/09/2017

—Oh, Datsue-kun, amigo mío —rio Zoku—. Conoceréis cuál será el paso final. Pero antes, dejad que el camino nos haga recorrer todos los demás pasos que quedan antes de ese.

Señaló hacia el frente, dándose la vuelta para mirarlo un momento, al darse cuenta de que se había detenido.

—Vamos. No tenemos más tiempo que perder.

Los ninjas recorrieron el límite entre el bosque y la costa durante varias horas. En silencio, la mayor parte del tiempo. Hicieron un par de paradas para comer. Ni Zoku volvió a ofrecerles comida, ni probablemente los Uchiha la hubieran deseado. No después de lo sucedido el día anterior.

El Uzumaki y los dos Uchiha llegaron, al fin, al único emplazamiento que destacaba en la monotonía entre árbol y playa, aunque, hablando de esta, hacía tiempo que había sido sustituida por un complejo montañoso.

Se trataba de la entrada a una enorme caverna. Zoku se giró y les miró un momento. Luego, retomó el rumbo y se adentró en las profundidades de la cueva.

Atravesaron toda la gruta hasta casi el final. Allí, les esperaba una preciosa playa. Pero en el último momento giraron a la izquierda, por una pequeña grieta en la pared, una grieta casi indetectable. Una grieta que sólo se abrió cuando Zoku pasó su mano por un complicado sello en la pared, todo sea dicho.

Atravesaron unos escuetos túneles que ya parecían tallados por seres humanos, y no formados por la Madre Naturaleza. Giraron varias veces y subieron por una escalinata metálica. Allí, llegaron a una gran sala redonda. Dos shinobis aparecieron de la nada y les apuntaron con sendas katanas. Allí había otros tantos. Tal vez seis u ocho más. Todos con las bandanas de Uzushiogakure. Todos encapuchados.

—¿La clave? —dijo uno de los que les apuntaban.

—Aquí huele un poco raro. ¿Será curry? —dijo Zoku.

Todos los shinobi presentes se arrodillaron ante él.

—Será curry. Bienvenido, Zoku-sama. ¿Todo ha salido según lo planeado? Entonces estos deben ser...

—Uchiha Akame y Uchiha Datsue. Por favor, chicos, acompañadle y haced lo que os diga. Es una orden.

—Seguidme, por favor —indicó el jounin que les había hablado desde el principio, y les señaló el centro de la sala, que era más grande de lo que parecía, como habían podido comprobar en cuanto se habían adentrado un poco más—. ¿Véis esos dos círculos, en el centro? Necesito que os sentéis allí, por favor. Asunto importante. ¡Vamos, es una orden! ¡Andando!

Si intentaban hacer alguna otra cosa, allí estaba la mirada amenazante de Zoku para recordarles amablemente que nada de aquello era algo que pareciese inherentemente malo para la aldea. Además, tenían un bonito recordatorio, perdido en algún lugar del brazo...

Los genin tendrían que tomar asiento. Entonces, sin previo aviso, dos ninjas aparecieron a cada lado de cada Uchiha, en un total de cuatro. Todos Uzumaki. Todos extendieron la mano hacia ellos, y los encadenaron con unas extrañas cadenas de chakra brillante, inmovilizándolos por completo. Entonces volvieron a ver a Zoku, que caminó hasta el centro, pero un poco retirado, de forma que Datsue y Akame pudieran verse —esto era una de las cosas más importantes—, y se arrodilló, sentándose al estilo tradicional.

Dos ninjas más acercaron con dificultad una enorme vasija.

—Hermanos de Uzushiogakure, vais a tener el honor de obtener mi plena confianza. Yo os otorgo el poder con el que todos los ninjas soñarían. El poder de un...

La vasija se abrió, y Zoku realizó el sello del Tigre.

—...jinchuuriki.

Un torrente de chakra trató de salir de la vasija, se partió en dos y voló en direcciones opuestas, estampándose en los vientres de Akame y de Datsue, prácticamente partiéndolos de dolor.

—Conmigo, seréis fuertes —hablaba Zoku, mientras realizaba la técnica de sellado—. Conmigo, seréis invencibles. Y os daré un secreto que ni vosotros conocíais. Os daré más poder del que podáis imaginar. Todo a cambio de vuestra lealtad. Ahora... Miráos a los ojos, y dime qué véis.

Akame y Datsue se miraron a los ojos. Akame y Datsue vieron la sombra de aquél monstruoso tanuki con una cola gigante y una risa escalofriante. Akame y Datsue sintieron que se morían, que querrían estar muertos, antes que sufrir un segundo más de aquél dolor que desgarraba todos los músculos de su cuerpo. Akame y Datsue se vieron morir.

Akame y Datsue vieron como sus ojos cambiaban de color y de forma.

Akame y Datsue despertaron el Mangekyo Sharingan.

Akame y Datsue perdieron el conocimiento, y despertaron en otro momento, en otro lugar.


• • •


Abrieron los ojos, como sincronizados por el nuevo monstruo, que compartían en dos mitades macabras. Pero el techo no era el de una caverna.

No, se trataba más bien de una habitación. Una habitación, como comprobarían, de techo caqui y paredes rojas. Dormían sobre sendas camas bien dispuestas, con sábanas suaves y colchones cómodos. Y allí enfrente, sentado en una silla con las piernas cruzadas, observándoles como si no hubiera nada más interesante en el mundo que ellos, estaba él.

Zoku.

—Habéis despertado —dijo—. Menos mal. Han sido unos tres días bien largos. Temía haber perdido a mis dos hombres más valiosos.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 9/09/2017

Lo peor de todo era la oscuridad. Esa oscuridad penetrante, asfixiante, casi sólida. Parecía causada por una materia densa y pegajosa más que por la ausencia de luz, como si estuviese sumergido en un barril de brea. La oscuridad se le pegaba a la cara, a las manos, le apretaba el pecho y le impedía respirar. Cuando boqueó, tratando de coger aire, la oscuridad se le metió en la boca y la inundó de un sabor amargo como la sangre. Aquella negrura viscosa bajó por su garganta hasta su estómago, asfixiándole y provocándole unas enormes ganas de vomitar.

Cuando se quiso dar cuenta, la oscuridad ya se había filtrado por todos y cada uno de los rincones de su cuerpo. La sentía dentro, igual de pegajosa y agobiante que la que le rodeaba por fuera. Hubiera querido arrancarse la piel, los músculos y hasta los dientes, pero sabía que era inútil. Podía notar la oscuridad dentro de sus propios huesos, de su cabeza. La negrura se había fundido con él de forma irreversible, y eso le produjo una gran agonía.

Quiso gritar, pero no pudo. La oscuridad no se lo permitiría. Quiso correr, pero la negrura a su alrededor era tan espesa que apenas pudo moverse. Se sintió insignificante, débil, irrelevante. Y esa sensación acrecentó todavía más su sufrimiento.

Quiso revolverse con rabia, y eso no gustó a la oscuridad. Le hizo daño. Intentó gritar de dolor, pero ni siquiera eso le permitiría la oscuridad. Oyó entonces una risa, lejana, burlona, que le erizó el pelo de la nuca.

Y entonces despertó. Lo primero que vio fue a su compañero de batallas, Datsue, que le miraba con la misma fijeza. Luego oyó una voz familiar, y giró el rostro con gran dificultad para encontrar a su Uzukage. A Uzumaki Zoku.

U...

Intentó hablar y la garganta le raspó de forma muy desagradable. Tosió varias veces y aquel picor se intensificó. Se agarró el cuello, tratando de parar aquella tos que no era fruto sino de tres días sin hidratarse.

A... Agua... —balbuceó.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 10/09/2017

Nada de lo que hubiese podido vivir Uchiha Datsue le hubiese preparado para aquel momento. Ni siquiera la anticipación, al ver venir un golpe, como el boxeador que tensa los músculos para encajar un puñetazo, hubiese atenuado el daño. Porque cuando Datsue se adentró en aquella cueva, tomando el camino opuesto que conducía a una playa idílica de arenas blancas, supo que no volvería a salir de allí… y que si lo hacía, ya no sería el mismo.

Quiso huir, pero un juramento de sangre se lo impedía. Eso, y un puñado de jounnins de su propia Aldea. Por no hablar del futuro Uzukage. Cuando vio su sonrisa, en cambio, ya no le importaba quebrantar el vínculo de sangre. Ni de enfrentarse al mismísimo Zoku. Pero ya era demasiado tarde…

La sonrisa se impregnó en su retina. Era la sonrisa de un cadáver. Una sonrisa cruel, inerte, flácida. Luego llegó la carcajada. Una risa estridente y aguda, que penetró cada poro de su piel como millares de agujas afiladas. Quiso gritar, pero el dolor era tan grande que le cortó la respiración. Un dolor inimaginable. Un dolor inmenso. Quiso arrancarse los brazos. Quiso arrancarse las piernas. La cabeza. La piel… El corazón. Cualquier cosa para dejar de sentir. Para dejar de sentir nada en absoluto.

Quiso morir… y vio que Akame moría al otro lado.

Akame… Recordó la aventura que habían vivido juntos en Yamiria. También en Isla Monotonía. Siempre tan recto, tan disciplinado, tan profesional… Se burlaba de él por su forma de ser, pero en el fondo le envidiaba. Akame era todo lo que él no era capaz de ser, y ahora la llama de su vida se extinguía…

… Dicen que los ojos son el reflejo del alma, y algo se debió romper en el interior de Datsue, porque sus ojos cambiaron de forma. Luego, su mente activó un mecanismo de defensa contra tanto dolor atroz, y lo detuvo de la única forma posible: apagándose.

• • •



De pronto, abrió los ojos. La tenue claridad de la habitación le molestó, y tuvo que entrecerrarlos. Le picaba la garganta. Tenía los labios secos y agrietados, y se sentía débil. Muy débil. Trató de incorporarse, pero el mundo dio vueltas a su alrededor y cejó en su empeño, mareado.

Entonces distinguió a Akame. Estaba a su lado, en otra cama. Entre ellos dos, sentado en una silla…

Z-zoku… —dijo, con voz ronca.

No pudo decir nada más. Retazos de recuerdos cercanos agolparon su mente. Una sonrisa. Una carcajada que provenía de otro mundo. Una pesadilla. Un genjutsu macabro y cruel que se había convertido en realidad…


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 10/09/2017

En cuanto escuchó las voces de sus pupilos, Uzumaki Zoku se levantó como un resorte, salió un momento de la habitación por una puerta que había al fondo de la sala, y llenó dos vasos con una abundante cantidad de agua. Volvió al cabo de unos segundos y los depositó en la mesita de noche, entre ambos. Después, caminó de nuevo hacia la silla y tomó asiento.

—Bebed, amigos —dijo—. Ha debido de ser bastante duro para vosotros. Pero parece que todo ha salido bien.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 10/09/2017

El Uchiha bebió con tanta ansia que se atragantó, tosió, y escupió parte del agua por la boca. No le importó la mala imagen que estaba dando, y, cuando se creyó recuperado, volvió a darle otro gran trago. Y otro… y otro…

Solo entonces se permitió dejar el vaso en la mesita, recostándose nuevamente sobre la almohada y conteniendo a duras penas un eructo. Las palabras de Zoku, siempre reveladoras, tardaron unos momentos en procesarse en su cerebro. «Todo… ¿bien?»

Pequeños fragmentos dispersos se agolparon en su cabeza: él, sentado en una silla frente a Akame; un monstruo, de sonrisa perversa y una cola, colapsando sus mente; Zoku, confesándoles que estaba a punto de darles un poder inimaginable… el poder de un…

¡No! —exclamó, de pronto—. Zoku, dígame que no… —Se dio cuenta que estaba hablando con el futuro, sino ya presente, Uzukage, y rebajó el tono:—. Por favor, Zoku-sama… No me diga que ha… No me diga que ha…

No le salían ni las palabras. Se miró al pecho y estiró la camisa para verse mejor, como si pensase que de pronto fuese a salir de allí un monstruo. No podía ser. Tenía que ser una pesadilla. Nadie en su sano juicio confiaría de verdad en él para convertirle en aquello. Para convertirle en un...

… jinchuuriki.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 10/09/2017

Akame tuvo una reacción muy parecida a la de su compañero de Aldea cuando Zoku volvió con aquellos dos vasos de agua, que a ojos del Uchiha eran ahora poco menos que el elixir de la vida eterna. Imitando a Datsue, Akame agarró con manos temblorosas el vaso que le correspondía y se lo volcó sobre la cara sin miramientos. Por suerte había tanta agua que, incluso después de haber derramado casi la mitad, pudo refrescarse la garganta irritada y seca. Estaba mareado y notaba todo su cuerpo muy flojo, como si fuese una marioneta a la que le habían cortado los hilos. Ni siquiera tuvo fuerzas para dejar el vaso, ahora vacío, sobre la mesilla; de modo que dejó caer el recipiente en su regazo.

Miró a su alrededor con gesto confuso y ojos todavía enrojecidos, y entonces escuchó la voz de Datsue. «¿Eh? ¿Qué...?» Pensó un momento y recordó. Lo recordó todo. Horrorizado, el Uchiha quiso levantarse, huir de allí. Si hubiese tenido un objeto afilado a mano, tal vez incluso se hubiera rajado las venas allí mismo.

Entonces algo se revolvió dentro de él, y apartó aquellos pensamientos suicidas de su cabeza.

Uzumaki-sama... ¿Somos... Somos...? —habló con torpeza, pero finalmente logró articular la palabra que estaba buscando—. ¿... jinchuuriki?


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 10/09/2017

Zoku suspiró.

—Admito que no ha sido juego limpio, pero si os lo hubiera pedido, tal vez ni con mil sellos ni mil amenazas encima habríais accedido —anunció—. Pero sí, efectivamente, Akame-kun. Datsue-kun. Sois jinchuuriki. Y por Dios, Datsue, deja de buscarte algo en la camiseta, el sello lo tenéis en el vientre.

»Ser jinchuuriki es todo un honor. Para empezar, hacéis de prisión. De prisión para algo que no puede estar en libertad. Por otra parte, sois una amenaza disuasoria a enemigos que se planteen atacarnos. Y un arma. Tenéis más chakra, y más poderoso. Es una bendición... y una maldición. Es cierto.

Se cruzó de brazos.

—Lo que tenéis es la mitad del chakra de un bijuu cada uno. Del Ichibi, el Tanuki de una cola. Es lógico que estéis en shock, claro, pero tengo que deciros unas cosas muy importantes al respecto, por vuestro bien y por el bien de Uzushiogakure. Pero dejaré que asimiléis primero lo que ha pasado. Por favor, no me lo tengáis en cuenta.

»Al fin y al cabo, estoy seguro de que sabéis que si he hecho esto es porque confío en vuestra lealtad y en vuestra habilidad. Érais los mejores candidatos.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 10/09/2017

Conforme Zoku hablaba, Akame notó como la confusión y la neblina mental que abotargaba sus sentidos y le daba náuseas iba disipándose. Poco a poco era cada vez más consciente de la realidad; de dónde estaba y de lo que había ocurrido. La voz de su Uzukage no hizo sino confirmarlo todo. «Nos han sellado a una Bestia con Cola dentro...»

El Uchiha notó cómo un repentino mareo le asaltaba, y le dieron unas ganas tremendas de vomitar. Si no lo hizo fue porque se encontraba tan débil que su cuerpo ni siquiera era capaz de producir una arcada. El Uzumaki siguió hablando, y Akame trató de prestarle atención a pesar de que sentía como el mundo se le venía encima.

Sí, conocía a los jinchuuriki. Les habían enseñado sobre su papel histórico en Oonindo, sobre cómo todos debían respetarlos y reconocerlos por el gran trabajo que hacían. Todas las lecciones de historia de la Academia mencionaban a los jinchuuriki como seres poco menos que semidivinos, portadores y guardianes del devastador poder de los bijuu. Pero él no se sentía honorable, y mucho menos poderoso. Todavía recordaba aquella oscuridad asfixiante que le había asaltado en sueños... ¿O acaso ocurrió de verdad? La fina línea que separaba lo onírico de lo real parecía haberse difuminado en los últimos días.

Al final, el Uchiha tuvo que reaccionar. Tenía que decir algo. Parpadeó varias veces, todavía confuso, y solamente pudo articular unas pobres palabras.

Es... un honor, Uzumaki-sama. Gracias por concederme esta oportunidad.

De cualquier modo, ¿no tenía Zoku razón? ¿No se había convertido en el poderoso guardián de un temible monstruo? ¿Y si eso le servía para, por fin, conseguir el poder que tanto ansiaba para dejar de sentirse minúsculo e insignificante en un mundo que había probado ser mucho más grande de lo que él esperaba?


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 11/09/2017

Datsue paró en el acto de rebuscar entre la camiseta. No solo porque Zoku le había dicho que el sello se encontraba en el estómago, y no en el pecho, sino porque creía haberlo advertido con sus propios ojos. Apenas una línea del sello… pero que fue suficiente como para que se le pusiese la piel de gallina y lo tapase con urgencia, como si pensase que, si no lo veía, no correría peligro alguno.

Zoku, mientras tanto, continuó con su verborrea. Llamaba al hecho de ser jinchuuriki un honor, pero al Uchiha nunca le habían importado tales cuestiones. A continuación, siguió explicando la importancia de los jinchuuriki con la misma solvencia y magnificencia con la que había relatado haberse adelantado a Gouna, o haberse hecho ya con un bijuu… Solo que en aquella ocasión, al Uchiha no le enamoraron sus palabras. Ni le provocaron admiración. Porque una cosa era que hablasen de otro, y otra muy distinta que fuese de él… y siendo él el perjudicado.

Porque sí, si todavía tenía alguna esperanza de que aquello fuese una pesadilla, Zoku se encargó de sacarle de su error. Tenía al Ichibi. Él una mitad, Akame la otra. Nunca había creído posible que se pudiese hacer tal cosa, y no entendía por qué se había hecho. Y menos que se lo hubiesen sellado a él.

Erais los mejores candidatos —terminó por decir Zoku, y aquellas palabras resonaron en su cabeza como un eco. No con orgullo por el cumplido, sino con amargura y desolación.

Pero, Zoku-sama… —dijo, tras la intervención de Akame, que aceptaba su destino tal y como se esperaba de un profesional—. Verá… No pretendo ofenderle —Datsue no sabía cómo poner voz a sus pensamientos. O, al menos, cómo ponerlos de la manera adecuada—, pero… Le han informado mal —aseguró, con el miedo reflejado en su voz por espetarle tal cosa. Era cierto: Zoku se había presentado como un jounnin omnipresente. Estaba informado de las cosas que pasaban antes incluso de que éstas sucediesen. Antes incluso de que éstas se pensasen. Su poder para recabar información asustaba. Pero con Datsue, simplemente, se habían equivocado—. Y la culpa es mía —dijo, asumiendo la responsabilidad—. Todo el día diciendo Datsue el Intrépido. El intrépido por aquí, el intrépido por allá… y al final la gente se lo acaba creyendo y todo«Me cago en la puta… ¡La culpa es mía!». Pero… se lo aseguro, Zoku-sama. No soy como los rumores dicen que soy. Yo, jinchuuriki… es un error. ¿No sería mejor…? —miró a Akame—. ¿No sería mejor sellar la mitad que hay en mí también en Akame? ¡Estoy seguro que a él no le importaría! ¡Y mantendría el sello a salvo mucho mejor que yo, eso se lo garantizo! ¿No opinas lo mismo, Akame? —preguntó, desolado, tratando de encontrar algo, cualquier cosa, que le devolviese el más mínimo de la esperanza.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 11/09/2017

Los pequeños engranajes que ponían en movimiento la maquinaria del mundo se movían, precisos, engrasados por los tejemanejes de Zoku. Como esperaba, Akame fue el más diligente, no obstante, era consciente de que dentro de él estarían germinando montones de dudas. «A quién no le pasaría», pensó Zoku. Como esperaba también, con Datsue habría algo más de trabajo. «Pero su habilidad es indiscutible e inmejorable. Está lleno de recursos. Será un shinobi maravilloso, si es que consigue controlar su... individualismo.»

—Hay muchos rumores sobre ti —comentó a Datsue, con una media sonrisa—. Datsue el Intrépido, te haces llamar, y te hacen llamar. Pero también conozco otras coletillas igual de apropiadas.

»Datsue el Timador, Datsue la Rata, Datsue el Astuto, si no quieres escuchar sólo las negativas. Eso, suponiendo, que se considere a las ratas como un roedor digno de su mala fama. A veces, ser una rata está bien. A veces, ser un timador... está bien. Datsue, amigo mío, eres un shinobi poderoso. Demostraste tus dotes de estratega en el Torneo de los Dojos. Eres miembro de uno de los clanes más nobles, poderosos y antiguos de todo Oonindo. Y rivalizas con Akame en poder.

Extendió la mano a una mesita que había a su izquierda, en cuya superficie reposaba un vaso de tubo con lo que parecía ser vino mezclado con alguna clase de refresco. Una rodaja de limón nadaba tranquilamente entre pequeños icebergs. Zoku tomó el vaso y le dio un buen sorbo, saboreando tanto el vino como el momento.

—Sé muy bien lo que hago. Los bijuu necesitan gente de temprana edad, contra más pequeños mejor. Yo necesito ninjas poderosos que puedan llegar a poder aprovechar y defender su poder. Sois los genin más avanzados de la aldea, y por eso os he escogido a vosotros.

»Con respecto a por qué no he elegido un sólo huésped, también hay una razón.

Hizo una pausa, dejó el vaso en la mesilla y dejó que la sonrisa se desvaneciera en la curvatura ya no existente de sus finos labios.

—El Ichibi es una criatura que no se deja dominar fácilmente, ni siquiera por las fórmulas de sellado más avanzadas de mi clan. La verdad, me resulta increíble, incluso todavía hoy —explicó—. Lo intentamos antes con otro huésped. Era un chico recién salido de la academia, con las mejores notas de su promoción. Se llamaba Uzumaki Zoran.

Bajó la mirada al suelo, con el ceño fruncido.

—Era mi hijo. Pero eso... eso es irrelevante ahora.

Suspiró.

—El bijuu rompió el sello durante la tercera noche. Se apodera de los sueños de los huéspedes y se vuelve más fuerte. Debilita el sello, y lo rompe. Matando al jinchuuriki.

»Separando el chakra del bijuu en dos, hemos conseguido estabilizar el sello casi por completo.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Akame - 11/09/2017

En cuanto supo la verdad, a Datsue le vino de repente un chute de vitalidad que ni la mejor píldora de soldado del mundo hubiera conseguido. Akame no se contuvo y manifestó su desagrado con la ya característica actitud de su compañero de clan de querer evadir toda responsabilidad, llevándose una mano al rostro y resoplando con pesadez.

«Ah, Datsue-kun, ¿algún día aprenderás?»

Al jovencito Uchiha no le iba a quedar más remedio. Ahora era jinchuuriki de Uzushio, y por consiguiente una de las personas más importantes de la Aldea. Pese a sus palabras conciliadoras, Akame dudaba mucho que Zoku fuese a permitirle seguir con sus habituales pillerías y su escaso —por no decir inexistente— sentido del deber.

Sea como fuere, Zoku siguió hablando sobre lo que había ocurrido tres días atrás. Akame, ya más recuperado, se incorporó con dificultad en su cama para poder prestar mayor atención al Uzukage. Lo que escuchó no le tranquilizó en absoluto. «¿Un bijuu que devora sueños y mata a sus huéspedes mientras duermen? ¡Genial, claro! Por todos los dioses, qué demonios nos ha hecho est...»

Akame acalló sus pensamientos de repente cuando escuchó las palabras del Uzumaki. Se quedó en silencio, totalmente anonadado. No realmente por el hecho de que aquel tipo había sacrificado a su propio hijo por la Aldea, sino porque creyó ver —durante un momento— un destello de tristeza en aquellos ojos grises. Luego se dio cuenta de que Zoku sólo estaba frunciendo el ceño. «Supongo que no te queda mucha humanidad dentro cuando llegas tan lejos en el Camino del Ninja...»

Cuando el Uzukage terminó de hablar, Akame tragó saliva con dificultad.

Eso significa que el bijuu... El Ichibi, todavía intentará matarnos mientras dormimos. ¿Cierto? —el Uchiha esperó de todo corazón que no lo fuese—. Y... ¿Qué es ese poder que otorgan los bijuu, del que usted habla?

Pese a las dudas, en los ojos del muchacho se podía ver un destello de codicia. De hambre.


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Uchiha Datsue - 12/09/2017

Sus ruegos y peticiones no consiguieron el efecto deseado. Ni Akame dijo o hizo nada para apoyarle, ni Zoku dio su brazo a torcer. En su lugar, le elogió, sacando a relucir todas sus cualidades —que algunos podrían considerar defectos— e incluso equiparando su poder con el de Akame.

En otro momento, en otras circunstancias, le hubiese sacado la lengua fuera a su compañero Uchiha, a modo de burla, y hubiese henchido el pecho de forma pomposa. Pero aquellos cumplidos eran un arma de doble filo: le elogiaban, pero también le condenaban. Le condenaban a seguir siendo el jinchuuriki. A seguir siendo la jaula de un monstruo que aprovecharía la menor oportunidad para devorarle. Una menor oportunidad que, estaba a punto de descubrir, no iba a ser tan pequeña ni aislada como se podía pensar.

Y es que, al parecer, el Ichibi era una mala bestia incluso entre los suyos, capaz de devorar los sueños de su dueño para debilitar el sello que lo mantiene encerrado y poder escapar. Por eso habían dividido esta vez al bijuu en dos. La primera vez —según los Uchihas descubrieron—, se había sellado en un único chico: el mismísimo hijo de Zoku.

Datsue no lo sintió por él. Suficientes emociones estaba sintiendo ya como para meter una más en su desbordado corazón. Podría haberle dado el pésame igualmente, pero no le pareció Zoku el tipo de persona que le agradasen aquellos gestos, precisamente. Por ello, guardó silencio.

El Uzumaki continuó con su perfecta explicación: dividiendo el poder del bijuu en dos jinchuurikis, parecían haber encontrado la solución, haciendo un sellado casi perfecto. «Casi…» A partir de aquel día, de aquel momento, Uchiha Datsue odió aquella palabra. Casi era como decir todo y nada a la misma vez. Casi era como decir bien y mal al mismo tiempo. Era una mierda. Una estafa.

¿A qué se refiere con casi? —preguntó Datsue, insistiendo en el problema principal, tras Akame desviarse del tema preguntando por el poder que conseguirían. ¿De qué serviría un gran poder si se estaba muerto? ¡Lo que de verdad necesitaban saber era si podrían dormir la siguiente noche tranquilos, o con el temor de no despertarse a la mañana siguiente! «Ni a la mañana siguiente, ni el resto de las mañanas»


RE: (S) Los hilos del mundo: segundo hilo - Sama-sama - 12/09/2017

—Eso significa que el bijuu... El Ichibi, todavía intentará matarnos mientras dormimos. ¿Cierto? Y... ¿Qué es ese poder que otorgan los bijuu, del que usted habla?

Zoku asintió, y cogió de nuevo el vaso de tubo. Le dio un largo sorbo al vino antes de contestar.

—Todavía tenemos que investigar al respecto. Tened en cuenta que sois los segundos jinchuurikis del mundo, contando el que dispone Amegakure... siempre que no nos hayan ocultado algunas verdades, claro —dijo—. Pero por lo pronto sabemos a ciencia cierta que el sello deja escapar parte del chakra del Ichibi y hace que se mezcle con el vuestro. Dispondréis de más cantidad de chakra de forma natural.

»Si descubriéramos una manera de que la influencia del bijuu fuera menos... agresiva, podríamos extraer más chakra, y utilizar el poder de la bestia en combate. Aunque, por supuesto, no es el objetivo primordial. No hay que darle la razón al enemigo y convertirse en un lobo hambriento.

»Si en algo estoy de acuerdo con la difunta Shiona, aunque sin duda hubo tiempos mejores en su mandato, es en que no debemos repetir los errores del pasado. Los demás podrían pensar en olvidarse de los bijuu por completo. Yo digo que si Amegakure tiene un jinchuuriki y aceptamos eso, nosotros también debemos tenerlo. Si podemos utilizar el poder a nuestro favor fácilmente... Bien. Si tenemos que correr algún riesgo... Mal. Los bijuus causaron muchos estragos.

—¿A qué se refiere con casi? —preguntó Datsue.

Zoku dio otro largo trago al vaso.

—El bijuu tratará de apoderarse de vuestros sueños. Al ver que no es capaz, es muy pero que muy probable que intente... Convenceros. O volveros locos. Por lo que sabemos de... de Z-Zoran... los bijuu no parecen carecer de Inteligencia propia. Nos lo describió como un demonio de extrema malignidad, y nos dijo que sus palabras se clavaban hasta lo más profundo del alma...

»También he tomado medidas al respecto de eso, pero no tengo ni idea de qué podría ocurrir mientras dormís. Puede que intente comunicarse con vosotros. No le hagáis caso, sed fuertes. Sois una prisión. Actuad como un carcelero.


¤ Pesadillas (otorga 1 punto)
Tienes horrorosas pesadillas cuando duermes, y este terror te acompaña y afecta durante las horas de vigilia, hasta el punto de condicionar tu personalidad o tus acciones. Debes describir la pesadilla, y en caso de encontrarte con un mínimo elemento relacionado durante el día, temblarás, paralizado de terror. Las imágenes de las pesadillas volverán a tu mente y será muy difícil que mantengas la compostura.

Hablaremos sobre los detalles de las pesadillas que tendréis a partir de ahora después de la primera noche de sueño,
donde yo las interpretaré.



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