¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Uzushiogakure (https://ninjaworld.es/foro-uzushiogakure) +--- Foro: Costas del Remolino (https://ninjaworld.es/foro-costas-del-remolino) +--- Tema: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi (/tema-entre-la-espada-y-la-pared-usa-kawarimi) |
RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 7/05/2019 Datsue se acarició la barbilla, pensativo. —Quizá no hubieses perdido la apuesta, no. Va por ahí. »Y no es que abandonase ese sueño como tal. Todavía me gustaría esa vida. —Joder si le gustaría—. Solo que… ha dejado de ser mi máxima prioridad. Pero tampoco quería profundizar demasiado en aquello. Si estaba hablando de eso, era precisamente para llevar a Reiji a su terreno y hacerle ver que, quizá, estuvo equivocado cuando entregó su placa a Hanabi-sama. Aunque tenía que reconocerlo: Reiji parecía tenerlo muy claro. —No es que me encontrase a alguien en específico, sino… A muchos, ¿sabes? En la Academia, y luego en misiones, a lo largo de mi vida como ninja, conocí mucha gente. Formé lazos. Hice amigos. Nabi, Eri, Plum, Koko… A Akame lo tenía como a un hermano. Se convirtieron en mi familia. Y esa familia está en peligro constante. Lo he visto infinidad de veces. A Koko la mataron unos hijos de puta porque yo no tuve la fuerza necesaria para enfrentarme a ellos. Y cada vez va a peor. Zoku. Un General atacando el edificio Uzukage y arrasando con todo. Yubiwa colándose esa misma noche. ¿Crees que con la Alianza ya no estamos en peligro? ¡Hace menos de una semana, alguien se coló de nuevo en la Villa y asesinó a dos de los nuestros! ¡A dos! —Y él creía saber muy bien quién era el responsable. Por desgracia. »Y la cosa va a ir a peor. ¡A mucho peor, Reiji! No soy catastrofista, créeme, pero se avecinan tiempos duros. Nos van a ir desangrando uno a uno, como a cerdos en un matadero. Y, oh, los dioses saben que nada me gustaría más que irme a una isla paradisíaca y dejar atrás todos estos problemas. Hacer como tú, decirme a mí mismo que no voy a poder hacer la diferencia, y vivir una vida más sencilla. Pero, ¿sabes qué? Sé que eso es mentira. La vida me lo enseñó a golpes. Porque si hubiese sido el ninja que soy ahora años atrás, quizá ahora mismo amigos míos seguirían con vida. Y eso me martiriza, Reiji. Me mata por las noches. »Y si te estoy dando la chapa con esto, Reiji, es porque también lo he visto en ti —Datsue se detuvo y posó una mano en el hombre del chico—. ¿Quieres buscar tu camino lejos de casa, en un viaje de introspección? No digo que no te funcione, pero muchas veces lo que queremos ya lo tenemos delante de nuestras narices. Solo que no nos damos cuenta. Porque cuando se armó la que se armó en el Chuunin… Yo vi que a ti también te importaba esto. Joder, ¡viniste a mí sin dudarlo un puto segundo! ¡Me prestaste una katana, te pusiste a mi lado y ofreciste tu ayuda sin pensártelo dos veces! —exclamó con orgullo—. Y cuando Eri nos dijo que los kusareños iban a atacar el hospital, ¡fuiste el primero en encabezar la marcha! ¡Con dos cojones, joder! »¿Sabes cómo hubiese reaccionado yo en mi primer año como ninja? Aquí dónde me ves, el Intrépido, Hijo del Desierto, Comebijuudamas y blablablá. ¡Me hubiese cagado por la pata abajo, tío! Le hubiese dicho al tipo que te pidió ayuda: ¡claro, señor Jonin! ¡Por supuesto, señor Jonin! ¡Pero me hubiese colocado a su jodida espalda con el sello del Carnero ya preparado! A la mínima, ¡Kawarimi y Sunshin de una sentada y aquí no me ha visto nadie! —¡Pues claro que hubiese huido! ¿Hacía tres años? ¿Dos? Ni siquiera hubiese estado para la revuelta. Nada más ver a Ayame casi reventando media Villa, hubiese encadenado varios Sunshins seguidos hasta caer desfallecido lo más lejos posible. »Me hablabas antes de talento, y sí, es cierto. Es algo muy importante. Pero, ¿más que eso? El valor. Se tiene o no se tiene. Y tú, amigo mío, ese día demostraste que en los momentos importantes, vas más sobrado que nadie. »Y si eso no significa ser un shinobi —suspiró, rendido—, entonces yo ya no sé nada de este mundo. Suspiró de nuevo. Si aquello fuese una batalla, Datsue habría acabado de lanzar su ninjutsu más poderoso, agotando sus últimas reservas de chakra con la esperanza de alcanzar a su oponente y hacerle morder el polvo. La cuestión era... ¿Acertó el golpe? RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Sasaki Reiji - 7/05/2019 —Quizá no hubieses perdido la apuesta, no. Va por ahí. »Y no es que abandonase ese sueño como tal. Todavía me gustaría esa vida. Solo que… ha dejado de ser mi máxima prioridad. Claro. ¿Quien no soñaba con una vida tranquila y llena de comodidades? Soñar era gratis. Pero al parecer, los que naciamos en las villas ocultas estábamos condenados a ser ninjas o a no salir jamas de la aldea. Eso era lo que me había dado a entender Hanabi. —No es que me encontrase a alguien en específico, sino… A muchos, ¿sabes? En la Academia, y luego en misiones, a lo largo de mi vida como ninja, conocí mucha gente. Formé lazos. Hice amigos. Nabi, Eri, Plum, Koko… A Akame lo tenía como a un hermano. Se convirtieron en mi familia. Y esa familia está en peligro constante. Lo he visto infinidad de veces. A Koko la mataron unos hijos de puta porque yo no tuve la fuerza necesaria para enfrentarme a ellos. Y cada vez va a peor. Zoku. Un General atacando el edificio Uzukage y arrasando con todo. Yubiwa colándose esa misma noche. ¿Crees que con la Alianza ya no estamos en peligro? ¡Hace menos de una semana, alguien se coló de nuevo en la Villa y asesinó a dos de los nuestros! ¡A dos! »Y la cosa va a ir a peor. ¡A mucho peor, Reiji! No soy catastrofista, créeme, pero se avecinan tiempos duros. Nos van a ir desangrando uno a uno, como a cerdos en un matadero. Y, oh, los dioses saben que nada me gustaría más que irme a una isla paradisíaca y dejar atrás todos estos problemas. Hacer como tú, decirme a mí mismo que no voy a poder hacer la diferencia, y vivir una vida más sencilla. Pero, ¿sabes qué? Sé que eso es mentira. La vida me lo enseñó a golpes. Porque si hubiese sido el ninja que soy ahora años atrás, quizá ahora mismo amigos míos seguirían con vida. Y eso me martiriza, Reiji. Me mata por las noches. —Yo no tuve tanta suerte como tú ¿Sabes? En la academia era... Bueno, la persona de la cual reírse. Realmente no tengo a nadie más allá de mi familia y...—No era el momento de hablar de ese tema, la verdad. — y realmente tu y yo nos conocemos de solamente un día. Si Akame, un ninja con talento y bien entrenado como era él, fue asesinado con tanta facilidad... ¿Que hay de alguien como yo? ¿Que puede defender alguien como yo? Quizás tu no tenias la fuerza, pero la tienes ahora. Quizás no pudiste protegerlos antes, pero puedes proteger a los que te quedan. ¿Pero y yo? Yo nunca he tenido la capacidad de salvar a nadie, y como yo soy, seguramente nunca sea lo suficientemente fuerte para hacerlo. Si, la carga que Datsue tenia sobre los hombros era mucho mas pesada que la mía. Sus pesadillas debían ser muchísimo peores que las mías. Pero eso no cambiaba mi realidad. —Y si la cosa solo va a peor, ¿De que sirve alguien como yo? ¿Un número mas?¿Un blanco fácil? ¿Un escudo de carne?¿Una excusa para que el enemigo se ría de uzushio por darle una banda a alguien como yo? »Y si te estoy dando la chapa con esto, Reiji, es porque también lo he visto en ti —Datsue se detuvo y posó una mano sobre mi hombro—. ¿Quieres buscar tu camino lejos de casa, en un viaje de introspección? No digo que no te funcione, pero muchas veces lo que queremos ya lo tenemos delante de nuestras narices. Solo que no nos damos cuenta. Porque cuando se armó la que se armó en el Chuunin… Yo vi que a ti también te importaba esto. Joder, ¡viniste a mí sin dudarlo un puto segundo! ¡Me prestaste una katana, te pusiste a mi lado y ofreciste tu ayuda sin pensártelo dos veces! Y cuando Eri nos dijo que los kusareños iban a atacar el hospital, ¡fuiste el primero en encabezar la marcha! ¡Con dos cojones, joder! —¿Por que crees que te he dicho que ya no sabría si querría irme? Por que ya creo haber encontrado lo que quiero. Y no me refiero a mi camino. Me refiero a una persona. —El camino a seguir, eso era otro tema, pero a veces hay que dejar que elija el destino. —Si, hice todo aquello que dices. Lo hice por que me creía preparado, por que tenia una visión de mi mismo que no era la real: "Había conseguido una bandana con mis defectos, si podía con eso, podía con todo". Pero la realidad me golpeó con fuerza. Si alguien mucho mejor que yo puede morir con tanta facilidad, ¿Que pasaria conmigo? La respuesta era simple y dolorosa. Tan afilada como la hoja de una katana. Tan contundente como el martillo que golpea el acero. A mi solo me esperaba la muerte al final del camino. —¿Sabes cómo hubiese reaccionado yo en mi primer año como ninja? Aquí dónde me ves, el Intrépido, Hijo del Desierto, Comebijuudamas y blablablá. ¡Me hubiese cagado por la pata abajo, tío! Le hubiese dicho al tipo que te pidió ayuda: ¡claro, señor Jonin! ¡Por supuesto, señor Jonin! ¡Pero me hubiese colocado a su jodida espalda con el sello del Carnero ya preparado! A la mínima, ¡Kawarimi y Sunshin de una sentada y aquí no me ha visto nadie! Por que el era capaz de tener una visión realista sobre si mismo. Mientras que yo... Yo me había visto capaz de comerme el mundo, de enfrentarme a lo que fuese. »Me hablabas antes de talento, y sí, es cierto. Es algo muy importante. Pero, ¿más que eso? El valor. Se tiene o no se tiene. Y tú, amigo mío, ese día demostraste que en los momentos importantes, vas más sobrado que nadie. —No era valor Datsue... No era valor...Era arrogancia. Era la soberbia de alguien que se creía superior a sus posibilidades. Eso no es valor. Yo no podía verme a mi mismo con los mismos ojos con los que me veía él. Yo no podía tener esa visión de mi mismo. »Y si eso no significa ser un shinobi, entonces yo ya no sé nada de este mundo. —Si eso es lo que significa ser un shinobi... Entonces yo jamas lo fui. Nunca fui valiente, siempre un arrogante. Alguien que se veía a si mismo por encima de todo. Capaz de cualquier cosa. Sobretodo al conseguir la bandana. Me vine arriba. Y me equivoque. RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 7/05/2019 Datsue había tenido muchísimos enfrentamientos dialécticos a lo largo de su vida. Se había encontrado con gente tozuda, o con las ideas muy claras, o con fuertes prejuicios contra lo que exponía. Le hubiese gustado decir que, aún así, su labia siempre se había impuesto, logrando vencerles, convencerles de lo muy equivocados que estaban. Por supuesto, no era verdad. Había saboreado la derrota en muchas ocasiones. Pero lo que sí que era cierto, o al menos así lo recordaba, era que siempre había logrado hacerles tambalear en algún punto. Siempre hallaba un pequeño resquicio, algún argumento en el que tuviesen que ceder, aunque solo fuese en algo colateral. No con Reiji. Reiji era como un acantilado. No importaba lo que le echases encima, no importaba que el mismísimo mar embravecido se volcase en él, que no se iba a mover. Tenía las ideas claras, inamovibles e inquebrantables. Suspiró. —Sigo pensando que te infravaloras, y especialmente que sobrevaloras la fuerza. Lo poderoso que es un ninja no es tan importante, Reiji. Todos pueden hacer la diferencia. Todos. ¿Te crees que yo era más fuerte que Uzumaki Zoku cuando le maté? —rio—. Me llega a pillar a Akame y a mí en un duelo directo y nos come como quiere. Nos cepilla en medio minuto. Pero le pillamos a contrapié, de sorpresa, y solo así logramos vencerle. »El poder, compañero, no es ni mucho menos tan determinante. Y una de tus katanas corta igual la carne de un cerdo que la de un mismísimo Kage. Pero —levantó las manos, en señal de tregua—, se ve que lo tienes claro. No insistiré en el tema. RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Sasaki Reiji - 8/05/2019 —Sigo pensando que te infravaloras, y especialmente que sobrevaloras la fuerza. Lo poderoso que es un ninja no es tan importante, Reiji. Todos pueden hacer la diferencia. Todos. ¿Te crees que yo era más fuerte que Uzumaki Zoku cuando le maté? —rio—. Me llega a pillar a Akame y a mí en un duelo directo y nos come como quiere. Nos cepilla en medio minuto. Pero le pillamos a contrapié, de sorpresa, y solo así logramos vencerle. —No es cuestión de fuerza o poder, Datsue, es cuestión de capacidad. ¿Crees que tú, con solo una espada que puedes cubrir de rayo y sin nada mas, podrias derrotar a alguien de tu mismo nivel? ¿Podrías derrotar a una copia de ti mismo que si pudiera usar todas tus habilidades? Por que, Datsue, eso es todo lo que yo puedo hacer a día de hoy, es todo lo que yo podre hacer nunca por mucho que siga entrenando. Si puedes hacer eso, no tendré ninguna excusa para no recuperar mi bandana Nunca, jamás, se había tratado de poder o fuerza. Estaba claro que una buena Katana era capaz de cortar a una personas con la misma facilidad con la que cortabas una pieza de fruta. Pero para cortar a alguien, primero tienes que ser capaz de llegar hasta él. —El poder, compañero, no es ni mucho menos tan determinante. Y una de tus katanas corta igual la carne de un cerdo que la de un mismísimo Kage. Pero —Si, efectivamente, pero el cerdo no iba a defenderse como se defendería un Kage.—, se ve que lo tienes claro. No insistiré en el tema. —Te equivocas, Datsue, te equivocas mucho. No tengo las cosas tan claras como tu te crees. Mi cabeza y mi corazón son un mar de dudas con solo una pequeña isla donde respirar con tranquilidad. Una isla muy diminuta. Y ¿Sabes lo que es un soldado que duda? Solo un cadáver más en el campo de batalla. »A día de hoy, solo tu y Hanabi habéis intentado hacer que vuelva al camino del ninja, y aunque he de reconocer que tu lo has hecho mejor que él, ninguno de los dos me ha dado un motivo de pesó por el cuál merezca la pena volver a Llevarla. Solo habláis de lo mucho que me equivoco conmigo mismo, con mi forma de verme, y tal vez tengáis razón, pero solo hacéis que sembrar mas y mas dudas. ¿Por qué debería llevar la bandana? ¿Para qué? »Quizás no sea lo feliz que me gustaría ser, pero también en el infierno la gente quiere agua helada. Quizás no tenga muchos amigos, nunca he tenido un compañero mas allá de mi espada, pero tengo una familia a la que adoro, y aunque sea joven, hay una persona a la que quiero, con quien quiero compartir mi futuro. Heredar la forja de mi padre no seria tan malo, si me vuelvo tan bueno como él, podría darle una buena vida a mi futura familia. ¿Por qué debería sacrificar todo esto a cambio de un futuro incierto? Solo ganaba Hanabi, la aldea. Un dígito mas en el número de soldados. Un tio mas al que mandarle las tareas que nadie quería, porque, seamos sinceros ¿Que misión le puedes mandar a un tío como yo? Daba igual cuantas misiones cumpliera, yo jamas podria salir de ese bucle, por que si yo era consciente de mis defectos, el kage también lo era a la hora de asignar las misiones. ¿Que otra cosa iba a ganar si no? — Ni tú ni Hanabi habéis respondido a esta pregunta. Y a Hanabi lo entiendo, entiendo que para un kage no es fácil perder un soldado. Pero tú... ¿Tú por qué lo intentas? No ganas nada con esto. No consigues nada por que yo vuelva a ese despacho a pedir que me devuelvan la Bandana. Entonces...¿Por qué? RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 8/05/2019 Datsue se detuvo de pronto. —Oh, ¡no me seas huevón, Reiji! Claro que ni Hanabi ni yo te dimos un motivo por el que deberías seguir. Porque no podemos. O, más bien, no deberíamos. Eso es algo que sólo tú puedes encontrar, Reiji. Por ti mismo. »Pienso que te infravaloras demasiado, sí. Pienso que no solo los grandes ninjas en combate cuentan. Que los más pequeños también pueden marcar la diferencia. Pero no puedo darte una razón para retomar tu camino como ninja. Las hay, desde luego, y muchas. Como también las hay en contra. Pero medir esa balanza te corresponde solo a ti. Suspiró. A Reiji todavía le quedaba por formular una pregunta. ¿Por qué se interesaba tanto él en convencerle? —¿Tienes planes para hoy a la noche? Pásate por mi casa a eso de las nueve, y te lo contaré. —Pero, mientras tanto, él tenía que retomar su entrenamiento. Suficiente descanso se había tomado ya. RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Sasaki Reiji - 8/05/2019 —Oh, ¡no me seas huevón, Reiji! Claro que ni Hanabi ni yo te dimos un motivo por el que deberías seguir. Porque no podemos. O, más bien, no deberíamos. Eso es algo que sólo tú puedes encontrar, Reiji. Por ti mismo. Pues si tenia que encontrarlas yo... Esos motivos eran, en ese instante, tan oscuros como las profundidades del mar. Tan difíciles de ver como el oasis que se ocultaba tras una tormenta de arena. »Pienso que te infravaloras demasiado, sí. Pienso que no solo los grandes ninjas en combate cuentan. Que los más pequeños también pueden marcar la diferencia. Pero no puedo darte una razón para retomar tu camino como ninja. Las hay, desde luego, y muchas. Como también las hay en contra. Pero medir esa balanza te corresponde solo a ti. El problema es que ellos veían la balanza equilibrada hacia un lado, por unas razones o por otras. Sin embargo yo... Yo no alcanzaba a ver ningún tipo de equilibrio. Solo caos. —¿Tienes planes para hoy a la noche? Pásate por mi casa a eso de las nueve, y te lo contaré. Sospechoso. Era sospechoso. Sin embargo, quizás simplemente tenia planes y la respuesta era demasiado larga para darla en ese momento. La conversación había sido bastante extensa. —Esta bien... Supongo... Pero... ¿Donde vives? RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 8/05/2019 ¿Dónde vivía? En la casa de sus sueños. Una de muy buen gusto, aunque decían que sus antiguos dueños eran seguidores acérrimos de Zoku. «La gente es muy de habladurías. ¡Envidia, eso es lo que hay!» —Sigue la orilla, por ahí, dirección puerto —señaló—. Pero bastante antes de llegar a él verás, junto al bosque, al nacimiento de la playa, una casita de dos pisos. Moderna. Ostentosa. Pero acogedora al mismo tiempo .¡La reconocerás en seguida! »Oh, ¡pero ven cenado! Que hoy no hice la compra y ando justo de comida —se excusó. Lo que andaba era justo de dinero. Después de lo que se había gastado en la vivienda… ¡Estaba casi tan pobre como en sus inicios, cuando se alistó en la Academia! RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Sasaki Reiji - 9/05/2019 —Sigue la orilla, por ahí, dirección puerto —dijo señalando en una dirección—. Pero bastante antes de llegar a él verás, junto al bosque, al nacimiento de la playa, una casita de dos pisos. Moderna. Ostentosa. Pero acogedora al mismo tiempo .¡La reconocerás en seguida! —Vale, perfecto. Allí estaré. »Oh, ¡pero ven cenado! Que hoy no hice la compra y ando justo de comida —No hay problema. Hasta esta noche pues. Me despedí y me marché de vuelta a la zona de playa donde estaban las cosas de mi familia. Mis padres aun no habían vuelto, y Sakura seguía esperando sentada sobre las toallas. —¿Estas bien? —Preguntó cuando me vio llegar. —Si. —Dije mientras me sentaba a su lado bajo la sombrilla. —Creo que sí Nada había cambiado en realidad. Yo era tal vez, de las personas mas cabezotas de oonido. Pero quizás las palabras de Datsue me habían afectado más de lo que jamas admitiria. Y la respuesta que aún tenia que darme despertaba mi curiosidad. —¿Por que no vamos nosotros a darnos un chapuzón cuando vuelvan mis padres? —Le pregunté a Sakura, quizás me vendría bien despejarme un rato y olvidarme de todo por un instante. —Pero... —intentó replicar. —No hay problema —La interrumpí por segunda vez aquel día. —No son ciegos ni tontos, mi madre no ha insistido en que vengas solo por quería que te quedaras en la orilla cuidando las cosas mientras ellos se comportan como adolescentes enamorados. Tal vez ya era hora de que fuera yo el que se comportara como el adolescente enamorado. ---------------------------------
A la noche, cuándo llegó la hora, me presenté en casa de Datsue. Si algo no me gustaba era no ser puntual. Llamé a su puerta y esperé su respuesta. RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 11/05/2019 El sol besaba el horizonte y emitía los últimos rayos del día, bañando el cielo y el mar con un cálido tono anaranjado. Era un atardecer tranquilo, de suaves temperaturas y en el que soplaba una refrescante brisa marina. Se oían las olas muriendo en la orilla, a las golondrinas cantando sobre las ramas, y una música, a lo lejos, que iba eclipsando cualquier otro sonido a medida que te acercabas a ella. Qué decir. Datsue estaba en esa etapa en la que necesitaba algo de alegría en el cuerpo. ¿Y qué mejor que un poco de música electrónica para transmitirle buenas vibraciones? Cuando Reiji llegó hasta su casa, situada en una pequeña colina junto a la playa, se topó con un muro de piedra de dos metros de altura, de un gris claro, y un gran portón —Mon— de madera con un techo ornamental de color rojo. Era, en muchos aspectos, como la versión pequeña de la entrada a un castillo. Llamó a la puerta, pero supo en seguida que la música que se oía al otro lado engulliría por completo los golpes de sus nudillos. Al menos, para el oído común, pero no para… —¡Guau! ¡Guau! ¡Guau! Un perro ladraba desde el otro lado, arañando, frenético, el portalón. —¿Matakanes? ¿Hay alguien ahí? Segundos más tarde, el portalón se abrió, dejando que la música inundase los oídos de Reiji de forma todavía más atronadora, así como un olor a brasa y carne hecha que le empapó el olfato. —¡Reiji! ¡Qué bueno verte! Datsue estaba en sandalias, vestía un pantalón corto y una camisa de tirantes negras, con un zorro anaranjado estampado en el pecho. Sin bandana, ni portaobjetos, ni ningún distintivo shinobi. A su lado, un perro de raza Shiba Inu, que no dejaba de menear la cola y olfatear al nuevo invitado. —Te presento a Datsuse, más conocido entre los suyos como el Matakanes. RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Sasaki Reiji - 12/05/2019 La casa de Datsue era sorprendente a su manera. La puerta de entrada parecía la de un antiguo castillo, y la casa era bastante grande. Aquello tampoco me chocaba demasiado, yo vivía en una enorme mansión de dos pisos, con dojo, un jardin bastamte grande con estanque de carpas y además, la forja y tienda de armas estaban pegadas a la casa. A pesar de lo ostentoso, se escuchaba desde fuera una horrible música que auguraba que mi llamada a la puerta iba a ser ignorada. Sin embargo, aunque parecía que aquel barullo iba a hacer que Datsue me ignorara, algo se escuchó un poco por encima de la música. —¡Guau! ¡Guau! ¡Guau! ¿Ladridos? ¿Tendría un perro Datsue? o... ¿Estaría Ladrando él mismo? Por aquel tipo de música que escuchaba, no me hubiese extrañado que estuviera borracho o, incluso peor, drogado. Y claro, en estado de embriaguez, podría ser cualquier cosa. Segundos más tarde, el portalón se abrió y la música parecía que fuese a destrozarme los Oídos. También me llegó el olor de la carne a la brasa y quizás un poco quemada. Con que estaba de Dieta ... Claro...Dieta. —¡Reiji! ¡Qué bueno verte! Al otro lado de la puerta, un Datsue no muy diferente al playero, vestido con pantalón corto, una camiseta de tirantes y unas sandalias, alzaba la voz por encima de la música para saludarme. A su lado, un Shiba Inu, meneaba la cola y me olfateaba con curiosidad. Aquello resolvía parte de mis dudas sobre el ladrido. Si a mi ya me molestaba aquella música, lo que tenía que aguantar el pobrecillo. ¿Pero quien era yo para juzgar eso? Me agache para acariciar al perro entre las orejas. Si no fuese por él, Datsue seguramente jamas me hubiera abierto la puerta. —Muchas gracias compañero. — Le dije al animal. —Te presento a Datsuse, más conocido entre los suyos como el Matakanes. —Encantado de conocerte Datsuse. Termine de acariciarle la cabeza al perro y me puse de nuevo en pie para saludar a Datsue. —¡Hola! —Dije intwntando gritar por encima de la música. —!¿Que tal?! RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 12/05/2019 —¡Bien, bien! ¡Pasa, Reiji, pasa! El interior era de lo más sencillo. Un jardín de puro césped, atravesado por la mitad por un camino hecho de piedra hasta la puerta principal de la vivienda. No había flores, ni cultivos, ni ningún otro tipo de adorno. A Datsue le hubiese gustado tenerlos, claro. Pero se conocía. Sabía que no iba a darles el cuidado que necesitaban. Y que cuando estuviese fuera por misión, no iba a tener la fuerza de voluntad suficiente como para pagar a un jardinero para que se ocupase por él. A la derecha, había una mesa redonda de plástico, donde había comido, y una parrilla plegable, donde las brasas todavía echaban humo. —¿¡Me ayudas a recoger esto!? —pidió a Reiji, mientras cogía su plato, ya vacío, un vaso y un bol con lechuga, atún y tomate a medio terminar. En la mesa todavía quedaba una jarra de agua de cristal, una fuente donde solo quedaba piel de piña y otra donde debía de haber estado la carne antes de ser cocinada. Datsue caminó hasta la casa, pero no entró por la puerta principal, sino por unas puertas correderas que había en un lateral, que daban acceso a un salón-comedor. Dejó los platos y cubiertos en el fregadero y guardó lo que quedaba de ensalada en la nevera. —¿Puedo servirte algo, Reiji? ¿Algún cóctel, quizá? ¿Sake? ¿Licor de hierbas? Oh, tengo uno recién comprado, el Afilador de Hierbas, se llama. Hay que reconocérselo, como shinobis no serán gran cosa, pero cultivando la tierra y creando bebidas los kusareños no tienen parangón. RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Sasaki Reiji - 12/05/2019 —¡Bien, bien! ¡Pasa, Reiji, pasa! El interior era bastante menos ostentoso que el exterior. Un jardín de solo césped y unas piedras que hacían de camino hasta la puerta principal. Había esperado otra cosa, sobretodo acostumbrado a un jardín lleno de coloridas flores, con un cerezo y un estanque lleno de peces de colores, aquello me parecía... Soso. A la derecha, había una mesa de plástico y una parrilla plegable. La mesa también descuadraba con lo ostentoso del exterior de la casa. ¿Acaso se había gastado todos sus ahorros en que el exterior se viese bonito, y ahora no tenia dinero para mantenerla y decorarla acorde? —¿¡Me ayudas a recoger esto!? —¡Claro, no hay problema! La música seguía sonando a todo volumen y había que hablarse a gritos. Ayude a Datsue a recoger los restos de su cena, que no estaba yo muy seguro de si seria lo suficientemente saludable, pero ¿Que iba a saber yo? Si era un señorito al que le hacían siempre la comida... Seguí a Datsue hasta la casa. Entramos por una de las puertas laterales que unía un salón comedor con el jardín exterior de la casa. Llegados a la cocina, depositamos los platos en el fregadero. —¿P***o se***rte al*o, R**ji? ¿Al*** c**tel, quizá? ¿Sa*e? ¿Lic* *e hierbas? Oh, ten** uno rec*én comprado, e* Afilador de Hi**bas, se ll**a. Hay q** recon**ér**lo, como shinobis *o serán gr** cosa, pero cult***ndo la tierra y cr***do be***as los kusar***s no tie***n pa**ngón. La música seguía sonando a todo volumen, y aunque quizás Datsue estaba acostumbrado a ello, a mi me costaba entender que estaba diendo cuando no alzaba la voz. —¡¿Que?! ¡¿Hierbas?! ¡Yo droga no tomo eh! —Parecia que mi teoría de las drogas no estaba lejos. Quizás si que había ladrado él... —¡¿No seria mejor que bajaras la música?! ¡Hablaremos mas tranquilos! RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 13/05/2019 ¿Drogas? Oh, ¡qué exagerado! Aunque en el sentido estricto de la palabra, sí lo era. Pero una admitida. Una legal. —¿Hablar más tranquilos? Oh, Reiji, Reiji, ¡no has venido aquí para hablar! —Esbozó una sonrisa socarrona, mientras le guiñaba un ojo, posaba una mano en el hombro de él y… … … ¿le besaba? Alguno se pensaría que iba a hacer eso, sí, por cierta fama que le habían granjeado sin merecimiento alguno. Pero no, solo le dio una palmada. —¡Si no quieres tomar nada, entonces ven, acompáñame! ¡¡Vamos a dar un paseo!! —dijo, regresando sobre sus pasos y apagando la cadena de música. Datsuse fue tras ellos, negándose a quedarse él solo allí. —Oye, esa chica con la que estabas, Sakura… —dijo tras cerrar el portal—. ¿Es ella la persona con la que me decías querías compartir un futuro? RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Sasaki Reiji - 14/05/2019 — ¡no has venido aquí para hablar! Fue la única frase que llegue a escuchar por encima de la música. Luego Datsue se acerco, se acercó demasiado. Una sonrisa sospechosa se dibujaba en su rostro mientras me guiñaba un ojo y posaba su mano sobre mi hombro. A cada segundo parecía mas factible mi teoría de que iba drogado o borracho. Incluso volvía a hacerme dudar si no había sido el quien había ladrado. Su cercanía me ponía nervioso. No sabía como reaccionar. ¿Lo apartaba? No tenia ni idea de lo que pretendia datsue. ¿Que iba a hacer? ¿Por que se acercaba tanto? Mi tensión desapareció cuando solo me dio una palmada. —¡Si no quieres tomar nada, entonces ven, acompáñame! ¡¡Vamos a dar un paseo!! Datsue se alejó para volver por donde habíamos entrado a la casa. Respire un poco mas tranquilo. Sobretodo, cuando al pasar por el lado del aparato de música, la apagaba. Le seguí fuera acompañado de su perro. —Oye, esa chica con la que estabas, Sakura… —comentó Datsue tras cerrar el portal—. ¿Es ella la persona con la que me decías querías compartir un futuro? ¿Que tenia que responder? ¿La verdad? Le había dicho a Datsue que no iba a mentirle otra vez pero... Podía omitir información. Sin embargo la duda era ¿Lo terminaría averiguando? ¿Que haría Datsue con esa información? Parecía una persona confiable pero... ¿Se podía confiar realmente en él? —Ella... —Dude. Dudé por qué seguía siendo un cobarde. Sin embargo, se iba a saber en algún momento. —Sí, es ella. Es... Es muy de novela eso de enamorase de la criada, lo se. Pero me da igual. En realidad, no me importaba mucho lo que pensaran los demás. Quizás me estaba equivocado, quizás no sabía realmente lo que quería, pero me cegaba el amor. Sin embargo, en aquel momento, no conocía el futuro. RE: ¿Entre la espada y la pared? Usa Kawarimi - Uchiha Datsue - 14/05/2019 A Datsue no le parecía tan de novela, sino algo totalmente normal. Debían de pasar mucho tiempo juntos, y cómo dicen, el roce hace el cariño. Si Reiji fuese hijo de un Señor Feudal, bueno, ahí sí empezaría a parecerse más a una novela. —¿Es correspondido? —quiso saber, mientras dejaban atrás la casa y se iban adentrando en las calles de la Villa—. Oye, por cierto —continuó, cambiando totalmente el rumbo de la conversación—. Tu familia debe de estar forrada, ¿no? ¡Quién me diese a mí tener la pasta suficiente como para permitirme un par de criados! Lo cierto era que el Uchiha, tras la adquisición de la vivienda, se había quedado en la ruina. Tenía lo justo para comer y poco más. ¿Cambio de vesturario? ¿Nuevos pendientes y anillos? Ya podía irse olvidando por una larga temporada. «Tengo que espabilar con las misiones…» |