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(C) El albino y la rubia - Versión para impresión

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RE: (C) El albino y la rubia - Riko - 24/10/2017

Creo que se ha molestado un poco conmigo. ¿Crees que me perdonara?

El barbudo se había acercado a Riko, para decirle aquellas palabras en un susurro para que la tercera integrante del equipo no lo escuchara aunque, dado lo que acababa de pasar, dudaba que le hubiera escuchado aunque lo hubiera dicho en un tono normal.

No se preocupe, seguro que si se ha molestado se la pasa en nada. — Aseguró el muchacho en el mismo tono que había usado el comerciante, a pesar de no conocer demasiado bien a Koko.

El resto del viaje se realizó en un silencio que le dio el tiempo perfecto para meditar en sus cosas, aunque tampoco es que tuviera demasiado sobre lo que pensar, por lo que rápidamente comenzó a aburrirse, moviéndose ligeramente tratando de evitar esa sensación de que su culo se iba fusionando con el asiento, poco a poco y se alegró mucho cuando Shin-Fu les avisó de que les quedaba poco trayecto aquel día.

En breves llegaron a Los Herreros, y el conductor se dirigió a un establo de unas dimensiones considerables, parando el carro en el lugar y haciéndoles señales a ambos shinobis para que le siguieran una vez se bajó.

Hombre, Fu, aquí estás viejo amigo, cuanto tiempo.

El dueño del lugar parecía ser amigo del comerciante, por lo que seguro que les podría dar alojamiento para aquella noche para que pudieran descansar y comer algo antes de retomar el viaje a la mañana siguiente.

Voy a abrir el establo, vosotros id entrando y sentaos en la mesa que en breves cenamos. Como si estuvierais en vuestra casa, los que cuidan del culo de Fu es como si cuidasen de mi culo.

El peliblanco asintió enérgico, tenía ganas de comer, a fin de cuentas llevaban todo el día de viaje y poder descansar un rato sería perfecto, sobre todo para Koko, que había hecho casi todo el trayecto a pata y estaría bastante cansada, por lo que el Senju se dirigió al interior del lugar y se sentó en la primera mesa vacía que vio, esperando que la rubia lo siguiera y a que los dos hombres regresaran.


RE: (C) El albino y la rubia - Koko - 24/10/2017

Koko no tuvo en cuenta que aquellos caballos, a pesar de parecer ya algo viejos, preservaban la energía de un potro joven. Debido a este pequeño desliz suyo, la chica se vio obligada a aligerar el paso durante todo el resto del trayecto. «Carajo »pensó al iniciar el trote, pero a lo largo del trayecto se vio imposibilitada a pensar en nada más que en mantener el paso.

Luego de unas horas el carromato frenó, lo que significaba que habían llegado a alguna parte y así lo indicó el cliente al decir que terminaron por el resto del día.

Llegaron a unos establos donde los caballos pasarían la noche y… El suelo se tornó bastante provocativo para la pecosa que ya ni sentía los pies y que tenía las piernas completamente entumecidas.

Estaba muy agitada, los ojos entrecerrados y estaba también bastante despeinada y sudada. Con todo eso estaba claro que el trayecto había sido bastante complicado para ella, pero por lo menos nadie se acercó a la mercancía de Shin Fu…

Curiosamente, quien les atendió parecía ser un amigo del barbudo, afirmó que les daría alojamiento tanto a ellos como a los caballos y les permitió pasar, tomar asiento en alguna parte que pronto averiguarían.

Obviamente, por lo cansada que estaba Koko, Riko se logró adelantar. Pero aún estaba muy agotada como para seguir, ni siquiera había logrado recuperar el aliento así que simplemente se sentó a un lado de la puerta, usando la pared como respaldo mientras intentaba recuperarse. «Necesito un baño »


RE: (C) El albino y la rubia - Sarutobi Hanabi - 26/10/2017

Riko pasó tranquilamente en busca de una mesa como le habían dicho, viendo salir a una pequeña figura perfectamente rapada que lo ignoró brutalmente para dirigirse directamente a la puerta. Se trataba de una enorme mesa de madera cubierta con una fina tela para que los cubiertos no estuviesen en contacto directo con la mesa. Sin embargo, solo una mitad de la mesa tenía platos y cubiertos, y Riko no era tan tonto como para sentarse donde no hubiera un plato y cubiertos.

Justo en el instante en que el peliblanco se sintiese algo tonto ahí solo sentado en una mesa perfectamente preparada aparecería una mujer un poco más baja que él pero notoriamente más corpulenta con una sonrisa bonachona en sus labios y unos pelos de estropajo que a cualquier le planteaban si fregaría mejor usando su cabello.

Usted debe de ser el guarda.

Dijo con un tono maternal mientras se acercaba y le ponía las manos en los hombros. Apretandole con ansia, como si quisiera hundirlo en la silla, por suerte, Riko ahora era mucho más fuerte físicamente que antes. Así que se mantuvo en el sitio hasta que segundos despues la mujer se separó y se marchó a seguir preparando la mesa y la cena.

Qué fuertote estás. Ahora te pongo algo de comer antes de que esto se llene, que tienes que tener hambre.

Y desapareció por donde había venido, que sería la cocina. Al lado de la puerta por la que se fue había unas escaleras y otra puerta. Las escaleras subían y la puerta estaba cerrada. El comedor era una estancia amplia con la mesa en todo el medio, estaba solo entrar en la casa despues de un pequeño pasillo recibidor.

Por su parte, Koko había decidido tomarse un descanso antes de entrar, sentandose en la puerta de la casa. No había mucho que ver por fuera de la casa, al ser una de las primeras de Los Herreros, así que su mirada se iría al carromato al que se dirigían los dos hombres.

No tardaría en aparecer un pequeño niño rapado que se dirigiría directamente a los establos, no hizo ni caso a la kunoichi, aunque a lo mejor ni la había visto. En cualquier caso, la escena seguía siendo lo único interesante. El niño se metió ipsofacto desapareciendo de la escena y su cliente se fue a la parte trasera de su carromato con el hombre que los había acogido. Despues de unos segundos trasteando le enseño el interior de una pequeña vasija y se la pasó.

Despues metieron el carro dentro del establo y desaparecieron definitivamente de la vista de Koko, que no pudo ver casi ningún detalle de lo que acababa de presenciar.


RE: (C) El albino y la rubia - Riko - 29/10/2017

Nada más entrar al lugar, una persona rapada se le cruzó, sin hacerle el menor caso, saliendo del local, con la mirada del peliblanco clavada en la nuca, pero, rápidamente, y tras encogerse de hombros volvió a iniciar su camino hacia la mesa de madera, con los platos y cubiertos ya colocados, sentándose en uno de los sitios en lo que estaban situados los utensilios.

Usted debe de ser el guarda.

Riko asintió, con una pequeña sonrisa y le extrañó que no mencionara a su compañera, por lo que la buscó con la mirada, dándose cuenta de que la había dejado atrás en un momento en el que se había despistado.

Qué fuertote estás. Ahora te pongo algo de comer antes de que esto se llene, que tienes que tener hambre.

El peliblanco le dedicó una mirada amable, asintiendo nuevamente a la mujer.

Muchas gracias, la verdad que sí, tengo bastante hambre. — Admitió el joven a la par que su tripa rugía ante la promesa de comida.

«¿Dónde se habrá metido Koko? Espero que no tarde mucho...»


RE: (C) El albino y la rubia - Koko - 30/10/2017

Mientras la kunoichi trataba de recuperar el aliento, un niño pasó justo a su lado, no pareció verla, o simplemente la ignoró, pero en cualquier caso, la rubia le miró extrañada ya que se fue directamente al establo. «Tengo un mal presentimiento »pensó, suponiendo que aquellos dos hombres no lograrían verle antes de guardar el carromato.

Al ser parte de su trabajo, la pecosa se levantó y se dirigió hacia el establo.

El cliente y su amigo habían desaparecido casi literalmente, por lo que la chica procedería con precaución, haciendo el menor ruido posible hasta poder meterse al establo o al menos comprobar que nadie haría nada con la mercancía de Shin Fu.

«¿Será el que se encargará de los caballos? »se planteó en un intento por no eliminar las sospechas sobre aquel menor.


RE: (C) El albino y la rubia - Sarutobi Hanabi - 3/11/2017

Muchas gracias, la verdad que sí, tengo bastante hambre.

Al oir eso la mujer se apremió en satisfacer a su invitado, poniendole ante él unos segundos más tarde un hermoso plato de arroz con curry. Igual era de mala educación empezara comer él sólo sin esperar siquiera a su pareja shinobi, ni al cliente, ni al anfitrion, ni al hijo del anfitrion ni a la cocinera, pero y lo bien que olía el endemoniado curry...

Una palmada en la espalda lo hizo despejarse de dudas.

Come, hombre, come. Que esos pueden tardar un buen rato. De todas formas, ¿no erais dos?
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La kunoichi se acercó lentamente al establo pensando que el pobre Shin Fu podía estar en problemas, cuando realmente podía ser que él fuese el problema. En cuanto se asomase vería el carro apartado para que no estorbase y los dos hombres hablando al lado del mismo mientras su misterioso anfitrion examinaba aún el contenido de la vasija. Koko podía oir parcialmente la conversación.

...nos, podrías haber avisado. Casi me hago pis encima al ver las bandanas.

Ha sido algo de última hora, no esperaba que...

El ruido del chico echandole comida y agua a los caballos hizo que la kunoichi fuera del todo incapaz de descifrar los retazos de voz que le llegaban. No estaban precisamente cerca de la puerta, así que no se les oia con facilidad, pero tampoco tan lejos como para poder entrar sin problema, además de que la entrada era un pasillo sin ningún sitio para esconderse.


RE: (C) El albino y la rubia - Riko - 6/11/2017

La mujer rápidamente se adentró en la cocina y no mucho tiempo después salió con un plato en las manos que soltaba un ligero humillo que sin lugar a dudas afirmaba que el plato era caliente, y el joven peliblanco empezó a salivar en cuanto tuvo delante aquel maravilloso plato de arroz con curry.

Come, hombre, come. Que esos pueden tardar un buen rato. De todas formas, ¿no erais dos?

La mujer le invitó a empezar tras una palmada en la espalda, pero se dio cuenta de que faltaba uno de los dos guardias y Riko, entre las prisas y el hambre que tenía no se había dado ni cuenta de que había dejado a Koko por el camino.

¡Es verdad, falta Koko! Espera que voy a buscarla que se habrá quedado fuera descansando un momento, no tardo.

Y se levantó rápidamente dirigiéndose a la puerta, aunque a medio camino se giró, se dirigió al plato y lo probó.

¡Está delicioso! — Y entonces sí, salió del lugar con toda la prisa del mundo, con ganas de comer cuanto antes.

Pero para su sorpresa la rubia no se encontraba en la puerta del establecimiento si no que estaba asomada al establo, por lo que el peliblanco se acercó a ella, dándola unos toquecitos suaves en el hombro, por si no le había escuchado llegar y esperaría a ver su reacción antes de decir o hacer nada.


RE: (C) El albino y la rubia - Koko - 7/11/2017

«Esto está mal »razonó la kunoichi al escuchar —vagamente— lo que aquellos dos entes discutían entre sí. Después de todo, ¿por qué otro motivo podrían mearse al ver a dos shinobis? Definitivamente había algo raro dentro de ese carromato y se estaba ocultando demasiado, inclusive a Riko y a ella que se suponía eran agentes de la ley, o bueno, hasta cierto punto, pues cualquiera podría contratarlos para matar a alguien y no necesariamente sería algo bueno, ¿o sí?

Cualquiera fuese el caso, aquello que estaban resguardando no era nada realmente bueno, y ya ella se encargaría de comprobar…

De momento, se conformaría con alejarse, sigilosamente igual a cómo se había acercado, no quería levantar la guardia de aquellos dos ni de ningún otro mientras se movía. Además, ¿qué tenía que hacer ella allí? Absolutamente nada, tenía que estar dentro de la residencia comiendo al igual que Riko.

Sí, igual a esa persona que tenía literalmente delante y que por poco casi besa de casualidad al voltearse.

—Bueno… — murmuró inocentemente retrocediendo un simple paso.

¿Qué podía hacer? No era conveniente comentarle acerca de absolutamente todo, menos de ponerle al tanto justo delante de aquel establo donde aquellos dos se estaban poniendo al tanto de todo.

—Ven —le dijo en un murmullo, mientras avanzaba aún agazapada en dirección a la puerta del local—. No te fíes de nadie, no bebas ni comas nada que te ofrezcan —le decía mientras avanzaba, esperando que el albino la escuchase.

Definitivamente no podían fiarse de esa gente, y probablemente tendrían que hacer algo al respecto porque, algo estarían ocultando de los shinobis.


RE: (C) El albino y la rubia - Sarutobi Hanabi - 7/11/2017

Los genins estaban parados a un lado de la puerta del establo. Sonaban varios estruendos a cada cual más desconocido para los shinobis, todos relacionados de alguna forma con la faena que llevaba a cabo el menor con respecto a los caballos. Agua corriendo, relinchos de los caballos y sonidos de arrastrar hierros. Eso salía del establo.

De la casa solo salía un fuerte olor a curry, no parecía que nadie fuera a salir a buscarles ni se oían pasos acercandose de ninguna de las dos direcciones.


RE: (C) El albino y la rubia - Riko - 9/11/2017

El rubia se volteó repentinamente, tanto que de poco no se besan de forma involuntaria, ante lo cual ambos jóvenes retrocedieron un paso, tratando de poner algo de distancia entre ellos.

El peliblanco pudo ver como Koko estaba en un estado de sigilo, trataba de no ser vista, por lo que no hacía ningún ruido, y no sabía el por qué, por lo que se sorprendió cantidad cuando ella le dijo que no se fiara de nadie, que no comiera ni bebiera nada de lo que le ofrecieran, pero ya era tarde para eso.

¿Pero qué estás diciendo? Fu-san nos ha traído hasta aquí porque les conoce, si él se fía, nosotros también deberíamos fiarnos, además... Ya he probado la comida que me han puesto, y por cierto, deberíamos entrar ya los dos o sospecharán algo. Se explicó el joven.

No tardaría en alejarse del establo, para poder así hablar en un tono normal con su compañera.

¿Qué has visto? ¿Por qué dices que no deberíamos fiarnos? — Preguntó antes de entrar a la casa donde les esperaba un apetitoso arroz con curry.


RE: (C) El albino y la rubia - Koko - 11/11/2017

Hasta cierto punto comprendía que el chico se negase a aceptar lo que ella le acababa de decir, pero que te traten bonito no siempre significa que sean buena gente y tal, ¿verdad? Además, aquello explicaba perfectamente por qué el barbudo estaba tan preocupado por su mercadería como para contratar a un par de ninjas.

Ah pero para el albino todo aquello no tenía mayor importancia, tanto que decidió volver a hablar en un tono de voz normal justo delante de la dichosa puerta. Acto que hizo que la kunoichi abriese los ojos como platos, completamente sorprendida y descolocada por lo que acababa de ocurrir.

—¿Es broma? —le espetó alejándose un par de pasos de él.

La chica no podía comprender cómo se le pudo ocurrir a Riko, volver a hablar normalmente justo frente a la puerta de las personas de las que ella acababa de advertirle, era una invitación para que se enterasen de todo y tomasen medidas al respecto.

Pero de nada le iba a servir quedarse estupefacta ahí, así que luego de sacudir levemente la cabeza volvió a mirarle con semblante severo. Claramente le había molestado lo que su compañero había hecho.

—Bah, haz lo que quieras —dijo a secas, antes de formar un simple sello y esfumarse.

La idea de utilizar dicha técnica era simplemente para poder llegar de nuevo a los establos, aunque en la parte trasera donde comprobaría que hubiese lugar para esconderse.


¤ Sunshin no Jutsu
¤ Técnica del Parpadeo Corporal
- Tipo: Apoyo
- Rango: D
- Requisitos: Ninjutsu 40
- Gastos:
  • 14 CK/20 metros
  • 52 CK para huir de un combate
- Daños: -
- Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos
- Sellos: Carnero/una mano
- Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.



RE: (C) El albino y la rubia - Sarutobi Hanabi - 14/11/2017

Justo cuando Koko desapareció de la vista de Riko, una voz resonó por detrás suyo, desde dentro de la casa.

¡Venga, chicos! ¡Que se enfria el arroz!

No parecía estar cerca, pero estaba claro que si hubiera querido escuchar lo que acababa de decir Riko, hubiera podido perfectamente, si es que no lo había hecho, claro. Tras el aviso de la madre, todos empezaron a salir del establo, si Riko seguía ahí para entonces vería pasar al hijo el primero, a toda prisa, a dentro, seguido de los dos hombres, tan campantes, hablando de lo explotado que estaban los caballos de su cliente.
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Estando en la parte trasera del establo escucharía la puerta principal del mismo cerrandose tras el grito de la mujer que los llamaba a la mesa. Había una pequeña ventana alta, podía ser que pudiese caber alguien pequeño e igual ella podría intentarlo, si es que tenía intencion de hacerlo.

(Inteligencia 40) Pero definitivamente no parecía una buena idea, no tardarían en echarla de menos y esa ventana era más estrecha de lo que ella desearia, seguramente alguna parte de su cuerpo se quedaba encallada si intentaba colarse.


RE: (C) El albino y la rubia - Riko - 15/11/2017

—¿Es broma? —

Riko recibió las palabras de la rubia con sorpresa, no sabía qué era exactamente lo que se estaba tomando a broma, por lo que trató de hablar pero, de nuevo, la impaciencia de la chica fue primero y tras decirle que hiciera lo que quiera, desapareció usando el Shunshin, a un lugar que el Senju no podía adivinar.

¡Venga, chicos! ¡Que se enfria el arroz!

La mujer, que con toda su buena fe les había preparado la cena salió justo en el momento en el que Koko había desaparecido, por lo que se encontró con el peliblanco allí, hablando solo. Tras las palabras de la mujer todos salieron de donde se encontraban, pasando al interior del lugar.

Riko esperó a que pasaran todos, para entonces pasar él, deteniéndose un segundo en la puerta, dirigiendo una mirada al establo.

«¿En qué pensará esta chica? Si sospecha algo, desaparecer así como así no es la mejor de las ideas.»

Y seguidamente entró, sentándose en el lugar que ya había hecho anteriormente, rezando por que su comida no se hubiera enfriado demasiado, o perdería gran parte de lo bueno que tenía.


RE: (C) El albino y la rubia - Koko - 15/11/2017

Visto lo visto, Koko tenía vía libre a hacer lo que quiera sin preocuparse demasiado por que la atraparan, pero lamentablemente aquellos hombres se habían tomado la molestia de cerrar la puerta del establo y la única manera de ingresar parecía ser una ventana, una que con un vistazo rápido podía deducir que no la iba a ayudar, por el contrario, la iba a atrapar. Casi parecía una trampa para ratas donde ella era el animal.

—Mierda —murmuró al no saber qué otra medida podría tomar.

Miró de un lado a otro con tal de asegurarse de que no se le había pasado nada por alto y finalmente, subió por la pared empleando chakra, solo para acercarse y ver mejor las medidas de la ventana.

«Puta mierda »pensó.

Definitivamente no pasaría por allí, pechos o caderas, puede que incluso le cueste un tanto pasar los hombros. Lo importante era que no lo intentaría, lo último que necesitaba era atascarse en un lugar así, luego la culpable de todo crimen sería ella.

Al no haber más opciones, la pecosa decidió regresar a la vivienda, caminando normalmente para evitar cualquier tipo de sospecha. Es decir, sería más raro ver a una persona agazapada en la oscuridad que caminando sin preocupaciones, ¿verdad? Además, la coartada sería muy sencilla de inventar. «Bendita la gordura »¿por qué? Porque por eso sudaba un tanto de más, cualquiera que la veía se daba cuenta rápidamente ya que estaba completamente empapada en sudor, aunque ya se había secado un poco en su piel.

Siendo así, simplemente entraría en la casa con una cordial e inocente sonrisa en el rostro.

—Buenas noches —saludó a los allí presentes a los que no había tenido oportunidad de saludar—. Disculpen pero, ¿Me permitirían usar el baño? —agregó abanicándose el rostro con una mano.


RE: (C) El albino y la rubia - Sarutobi Hanabi - 24/11/2017

Estaba claro que la comunicación no estaba siendo el punto fuerte de la pareja, que no habían intercambiado ni dos ideas cuando sus caminos se dividieron evidentemente. Riko, por su parte, restó importancia a lo acontecido y entró a la casa sentandose en el mismo sitio que había proclamado suyo anteriormente, uniendose a la animada familia y a su timido cliente. Aunque la kunoichi no tardó en personarse en la entrada, viendo que tenía un plato puesto en la mesa justo al lado de Riko, era fácil de deducir porque era la única silla vacía y todos estaban ya comiendo.

Nadie le prestó especial atención hasta que saludó y pidió permiso para ir al baño.

Sí, sí, subiendo las escaleras, la primera puerta a la izquierda. — le explicó la mujer señalando una de las dos puertas que tenía el salón. — ¿Quieres que te acompañe, querida?

Le preguntó haciendo ademán de levantarse, igual se pensaba que tanta emergencia y esa actitud era porque estaba en sus días o igual era otra cosa la que la preocupaba.


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