Un día para recordar - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Amegakure (https://ninjaworld.es/foro-amegakure) +--- Foro: Calles de la Aldea (https://ninjaworld.es/foro-calles-de-la-aldea--68) +--- Tema: Un día para recordar (/tema-un-dia-para-recordar) |
RE: Un día para recordar - Karamaru - 10/04/2018 El calvo asintió las palabras de su compañera y pocos segundos después imitó los movimientos de los adultos. Una leve reverencia para mostrar su agradecimiento, sobretodo por recibirlos a tales horas de la noche. Karamaru estaba ansioso por continuar y le picaba la idea de tener que pasar la noche en la casa del señor Tomohiro para continuar de día. —Bueno, ¿os parece si vamos a casa? —Si, creo que sería lo mejor. No lo molestamos más, ya puede ir a ver el programa.— las palabras del monje iban acompañadas de una pequeña sonrisa amistosa. Con saludo de por medio la cabeza del cenobita seguía pensando en la situación y en poco tiempo, al escuchar la palabra "casa" y repetirla en su cabeza, se dio cuenta que tal vez podían sacar un poco más de información en lo que quedaba de la noche. Si allí estaba la hija de Kato, la mejor amiga de la desaparecida, se le podrían hacer unas preguntas y empezar el día siguiente con un paisaje más claro y completo. «Bien, ahora se lo pregunto a Tomohiro...» RE: Un día para recordar - Reika - 14/04/2018 —Si, creo que sería lo mejor. No lo molestamos más, ya puede ir a ver el programa.— las palabras del monje iban acompañadas de una pequeña sonrisa amistosa. «Con el programa de chismorreo mejor apagar el televisor e irse a dormir» fue el pensamiento de Reika luego de ver aquella habitacion con la TV encendida. La kunoichi acompaño a Karamaru con su reverencia y una leve sonrisa, la rubia se lamentaba de no poder observar las puertas que le faltaban por estar en completa oscuridad, de haber llegado por el dia la historia habria sido completamente deiferente, de eso estaba segura, pero no pudo ser. No sabia que pensaba su compañero, en este momento no estaba leyendo sus pensamientos, no era lo correcto, pero eso nadie lo entendia. Quiza querria seguir con el interrogatorio ahora enfocado en Tomohiro, la chica pensaba diferente...era suficiente por lo ahora, en la mañana ya seria otra la historia. RE: Un día para recordar - Inuzuka Etsu - 15/04/2018 El monje aceptó la oferta de Tomohiro, y con respuesta afirmativa sentenció la conversación para con el conserje. Ya habían obtenido la información deseada, al menos parte de ésta. Por el momento iban a retirarse a casa de Kato, confidente de ésta distinguida aventura. Por otro lado, la rubia no soltó palabra alguna, tan solo acompañó la reverencia del cenobita. —Bueno, un placer haberos ayudado. Adiós. El grupo, liderado en ésta ocasión por Tomohiro, abandonó la edificación por el mismo sitio que habían accedido a él. Tras pasar el umbral de la puerta, el señor conserje cerraría. Después de todo, era hora de que todo estuviese cerrado. Tomohiro miró a sendos chicos, y tras ello miró a los caballos. —Pues... vayamos a casa, ¿no están cansados? —el hombre se estiró, incapaz de contener su compostura. »Lo siento... —apresuró a disculparse por sus malas formas —estoy demasiado viejo para éstos trotes... RE: Un día para recordar - Karamaru - 18/04/2018 Tras seguir a Kato y salir finalmente al exterior y ver a los caballos, el calvo se dio cuenta finalmente del tiempo que habían pasado con el conserje. Su llegada parecía solo un recuerdo lejano, pero allí estaban de nuevo para ir a un nuevo punto en el mapa, siguiente capítulo de aquel misterio. —¿Cómo? Si yo estoy todavía para una maratón— respondió entre risas el monje. —No hay problema, que los viajes cansan a cualquiera. Karamaru ya hablaba mientras se acercaba al equino que lo había transportado con anterioridad y sin demora tomó sus riendas y lo hizo caminar un poco casi en círculos mientras los demás se preparaban. Hacía mucho que no montaba a caballo y era un sensación que le gustaba, esa conexión que se lograba con el animal. —Disculpe señor Tomohiro...— habló una vez que estuviesen todos asentados en sus puestos listos para ir a casa del mayor—...pero... no creo que por alguna de esas casualidades su hija vaya a estar despierta... ¿No? «Sería bueno que se quedara a esperar a su padre o algo, aunque sea tan tarde...» RE: Un día para recordar - Reika - 23/04/2018 -Y yo para dos!- fue lo dicho por la rubia justo después de su compañero uniéndose a las risas, aunque lo cierto es que la kunoichi ya estaba pidiendo "el cambio" para poder descansar. Se subió al su correspondiente caballo, el cual aguardaba el regreso del pequeño grupo «Ya es tarde, pero no se pierde nada preguntando...supongo» fue el pensamiento de la rubia -Karamaru-san, podriamos preguntarle mañana por la mañana...- hizo una pausa -No lo digo por nosotros, pero quiza la chica, en el caso de no este dormida, estara cansada, por la hora que es seria mejor preguntarle cuando este mas lucida ¿No crees?- dijo a su compañero, era cierto a esta altura de la noche seguramente mas de uno ya estaba a queriendo despedirse del dia. RE: Un día para recordar - Inuzuka Etsu - 9/05/2018 Antes de tomar a los equinos, ambos chicos se atrevieron a bromear sobre correr una maratón. Sin duda debía ser algo así como el sentido del humor shinobi, el hombre no llegaba a entenderlo. Pero tampoco hizo por mostrarse indiferente y distante, tan solo lanzó una cordial sonrisa. Karamaru fue el primero el alzarse para montar sobre el lomo de su corcel, y tras ello no tardó en tomar las riendas y trazar casi una circunferencia. Al llegar de nuevo al lado de los otros dos, lanzó una pregunta directa hacia Tomohiro. —Pues... no lo se, supongo que estará dormida ya... —contestó sin saber muy bien si estaba en lo cierto. Pero, con muy buen tacto y bastante sabiduría, la rubia hizo caso omiso a eso de que las rubias son tontas. Zanjó el asunto sobre la hija alegando que aunque estuviese despierta, ya no eran horas de molestarla. La mejor opción era la que proponía, preguntar a la pequeña por la mañana. —Si, creo que será lo mejor —afirmó el hombre —igual ella siempre suele acostarse temprano, por lo que diría que aunque esté aún en pié, estará bien cansada. Sin demora, el hombre imitó a Karamaru, y tomó las riendas de su caballo. Éste fue quizás el último, y para cuando ya todos estaban a lomos de los equinos, el hombre se adelantó en pos de mostrar nuevamente el camino a seguir. A trote, pues a galope ya era demasiado, el hombre avanzó por las calles. Giró una vez a la derecha, dos a la izquierda, continuó recto un pequeño tramo, y nuevamente giró a la derecha. Al cabo de apenas diez minutos, llegaron a lo que parecía el final del trayecto. —Llegamos... hogar, dulce hogar. El hombre alzó la mano, indicando la que era su casa. Se trataba de una edificación antigua, como el resto de la aldea, de tono blanco y algunos detalles en madera. Tenía un porche amplio, con bebederos y un pequeño pajar al extremo derecho. Incluso había una barra con varias correas, lo que sin duda parecía ser el sitio donde quedaban los caballos. En el interior de la casa no parecían haber luces encendidas. Parecía que la familia del hombre ya dormía. El gran azul ya hacía tiempo que se había sumido en pleno azabache, no era de extrañar... Tomohiro avanzó hasta el poste, y amarró a su caballo dejando bastante holgada la cuerda. Tras ello, continuaría avanzando hasta la puerta de su casa. Tomó el pomo, y abrió la puerta. El interior lucía totalmente oscuro, apenas se podía distinguir lo que había. Al menos no desde fuera, la luz estaba ausente, pero el hombre se conocía cada centímetro de su casa. —Guardad silencio... andan dormidas. —aclaró, por si no estaba claro, obviamente en un susurro. Sin mas, el hombre avanzó pero al entrar al salón del todo, hizo un gesto a los chicos para que esperasen. El salón era enorme, y aunque no podía distinguirse bien las cosas, parecía adornado por varios cuadros. Había una mesa de bajo tamaño en mitad del mismo, y algún que otro florero o jarrón de gran tamaño. No todo podía discernirse bien, todo era difuso entre tanta oscuridad. —Aquí tenéis, una cama para cada uno. —anunció el hombre en otro susurro. Consigo traía dos colchones finos, así como dos mantas enrolladas. Sin demora, expuso ambas sobre el suelo de madera. Si, esas eran las camas que les estaba ofreciendo. Tras ello, volteó hacia la puerta de la calle y cerró el cerrojo. —Buenas noches. Tras ello, el hombre se dirigió hacia la habitación contigua, seguramente a dormir. RE: Un día para recordar - Karamaru - 10/05/2018 El calvo primero asintió a la respuesta del señor Tomohiro, lo hizo nuevamente frente a las palabras de sus compañera, y una última vez a la confirmación de Kato. Sin mediar palabra entendió que su pedido era demasiado y que con la luz matutina todo podría salir mejor. Después de todo, debían de quedarse allí toda la noche. —Entiendo.— fue lo último que dijo antes de llegar a la ya mencionada casa, su lugar de descanso. Imitando a su guía bajó del caballo y ató las riendas al poste que estaba para esa función. De la misma manera dejó la cuerda floja para darle al animal libertad de movimiento. Pocos segundos después, tras recorrer al completo el frente del hogar con sus ojos, el calvo se encontraba paralizado frente a la puerta de entrada inmerso en oscuridad. «¿Ni una luz iba a haber?» Achinando los ojos trataba de entender que era lo que le rodeaba, pero no podía distinguir más allá de meras figuras que podría adivinar qué eran solo por conjeturas. Peor aún fue el momento en que ni siquiera alejarse de la puerta recibió su cama, un colchón pelado y visiblemente de mala calidad. —Gracias, buenas noches.— agradeció en susurros siendo positivo igualmente ante el esfuerzo del hombre. A tientas se acercó a uno de los colchones y se sentó sobre él, sacándose sus botas y parte de su vestimenta superior dejándose solo una fina musculosa negra. Preparado, se recostó sobre el colchón y se quedó varios minutos mirando el techo antes de empezar a moverse para tratar de dormirse. RE: Un día para recordar - Reika - 19/05/2018 El tacto de la rubia siempre daba en el clavo, no habia apuro en ya preguntar ni bien llegados a la casa de Tomhiro, mas con las horas que eran. Por lo pronto la rubia solo se limito a continuar el camino en silencio mientras atravesaban la noche a trote de los caballos «Debo inventar algún jutsu para ver de noche...quizá alterar la visión de la mariposa de búsqueda...no es mala idea» eran los pensamientos de la kunoichi mientras intentaba entender algo del camino que transitaban, hasta incluso los podían emboscar sin mayores esfuerzos, pero por suerte la travesía nocturna ya estaba llegando a su final. -Muchas gracias- susurro la kunoichi de cabellos dorados al recibir lo que usaria para pasar la noche «Imagínate que estas acampando» fue el pensamiento que cruzo por la cabella de la genin quien luego de acomodarse, quito su calzado y se acosto sobre su costado derecho -Buenas noches Karamaru-san- susurro a su compañero mientras ella cerraba los ojos lentamente....mañana seria otro dia de investigacion RE: Un día para recordar - Inuzuka Etsu - 22/05/2018 La noche dio amparo al cansado viaje, y pese a que los colchones proporcionados no eran de lo mejor del mercado, ninguno de los chicos podría quejarse de la comodidad de éstos. No era como estar en casa, pero tampoco era del todo incómodo. Seguro que peor era quedarse plantados en algún lugar a oscuras, sin nada que echarse en lo alto. Para cuando los chicos cerraron los ojos y comenzaron a divagar entre sueños, el silencio fue rey absoluto. [...]
—¡¡KIAAAAARAAAAAAAAAAAAA!! Un bramido digno de la mas terrorífica de las películas de miedo alertaría al par de genin. Un grito desde lo mas profundo del alma, un chillido que sopesaba en sentimientos, un quejido de una persona que parecía perderlo todo en ese mismo instante... Sin embargo, nadie mas pareció escucharlo. Ni una luz se encendió, ni un solo comentario o vociferio dentro de la vivienda. Claramente, el grito había sido desde lejos, muy lejos. La ventana, que estaba abierta, por un instante reflejó un tremendo flash verdoso, casi como una onda expansiva, que hizo retumbar toda la estructura de la casa. Los genin lo pudieron sentir, sentir, casi saborear. Había sido una tremenda explosión de chakra. Tras eso, el silencio volvió a reinar. Parecía que nada había sucedido. Nadie en la casa, salvo ellos, se había despertado. ¿Había sido tan solo una pesadilla? [...]
Con el primer rayo de luz asomando por la ventana, el día daba comienzo. El sonido de gallos kakareando así lo confirmaban también. En el umbral de la puerta que daba hacia las habitaciones, una cabellera rojiza y unos orbes de tono azul intenso apenas asomaban. Tímida como una rosa sin espinas, la pequeña hija de Tomohiro observaba a los "extraños". Una mujer de veintipocos años terminó por salir de la habitación contigua, acariciando la cabellera de la pequeña. Ésta, vestida con un kimono bastante deshilachado de tono verde, se acercó hacia los genins. Sin mas, realizó una pequeña reverencia, obviamente hacia éstos. —Buenos días, mi nombre es Tomohiro Otohana —se presentó —si me dan un momento, les prepararé el desayuno. Antes de ponerse la mujer a la faena, esperó una respuesta. Quizás los chicos tenían otros planes. RE: Un día para recordar - Karamaru - 25/05/2018 Con las mismas palabras contestó a su compañero cuando lo saludó antes de ir a dormir. El silencio se hizo largo y poco a poco fue cerrando cada vez más los ojos, sin parar de girar y dar vueltas sobre la cama, hasta que sin darse cuenta, sin saber en qué momento preciso fue, se durmió. No mucho tiempo pasó, al menos el calvo lo sintió como un pestañeo, que estaba nuevamente despierto sentado sobre el colchón tras un repentino movimiento. Un gritó fuerte había irrumpido en su cabeza, una luz sus ojos, un temblor su cuerpo. Sentado allí, acompañado aunque en soledad en la oscuridad, tardó varios segundos en plantearse si eso había sido real porque sin duda así lo había sentido. «¿Kiara?» —Ey, Reika, ¿Escuchaste eso?— finalmente se decidió por mirar al lado de su compañera hablando en susurros. La tomaría del hombro la movería si era necesario para despertarla, si no es que ya lo estaba o si sus palabras habían hecho el trabajo. El calvo se encontraba perseguido ante tal situación en un lugar ajeno con un contexto como aquel. Si la rubia no le respondía mucho le iba a costar poder volver a pegar los ojos nuevamente para dormir, tenía que sacarse esa duda de la cabeza. RE: Un día para recordar - Reika - 28/05/2018 Desde que se despidiera de su compañero, el sueño no tardo en llegar, al decir verdad la venia acompañando en el ultimo tramo de viaje, al fin sus ojos fueron cerrándose lentamente hasta dormirse finalmente. Nadie sabría precisar cuanto tiempo había pasado desde que se habían dormido, mucho menos la kunoichi y su compañero, cuando un grito, el verde destello en la oscuridad y el temblor los despertó. En la oscuridad de la casa alcanzo a notar la figura de su compañero que ya se encontraba sentado -Lo escuche, lo vi y lo sentí- respondió dejando por sentado de que había sentido cada una de las razones por las que estaba despierta. Algo era cierto, había visto el destello, pero la casa seguía a oscuras -Debemos revisar- sugirió la kunoichi a Karamaru -¿Conoces el elemento rayo Karamaru-san? podríamos iluminar usando el flujo de chakra- la propuesta era valida, pero en caso de que su compañero no pudiese hacerlo iría ella por delante iluminando el paso para ambos RE: Un día para recordar - Inuzuka Etsu - 28/05/2018 Para cuando los shinobis se alertaron, todo había vuelto a la calma. La mas completa y absoluta calma. Apenas se escuchaban los ronquidos del dormitorio contiguo, pero era lo que mas resaltaba entre tanto silencio. Fuera, ni los grillos daban las buenas noches. Tan solo una tenue luna llena alumbraba con escasa fuerza el exterior. Dentro, pese a que no había ninguna luz, los ojos de los chicos habían terminado por acostumbrarse levemente a tanta oscuridad, y podrían ver —mas o menos— por donde iban caminando. Fuera de la casa, ese pequeño impedimento apenas sería apreciable. RE: Un día para recordar - Karamaru - 31/05/2018 —C-conozco el elemento, pero nunca lo apliqué así. ¿Cómo haces? La rubia le había dado la confirmación de que no había sido imaginación del calvo aquella luz y aquel grito. Ambos lo habían sentido perfectamente y, al igual que él, Reika se despertó ante tal perturbación. Sin embargo, de un segundo a otro el suceso había pasado a un segundo plano secundario. La curiosidad del calvo ante la pregunta de su compañera era lo que le mantenía toda su atención. «Iluminar con el chakra, nunca se me habría ocurrido algo así» No solo se sorprendió al escuchar esa posibilidad, sino que también se mostró un poco incrédulo ante tal idea por un motivo principal; él no lo había hecho, no se le hubiese podido ocurrir hacerlo, ergo, no podía ser posible. Pero vaya sorpresa se iba a llevar el monje antes de comenzar esa pequeña exploración nocturna tras ver la luz que emanaría su compañera. RE: Un día para recordar - Reika - 1/06/2018 «¿Habla en serio?» se dijo la kunoichi luego de escuchar las palabras del calvo, que al parecer si sabia utilizar el elemento rayo «¿Jamas usó el Raiton durante la noche...bueno, no es lo mas sigiloso del mundo ¿pero no sabe que los rayos brillan?» La chica no daría ninguna vuelta, levó su mano derecha hacia su espalda en donde se encontraba su tanto, el cual desenfundó y dejó fuir su propio chakra a través de el, mucho o poco, el brillo de la técnica iluminaria el camino, luego de aquel estallido de chakra, no volvió a oírse nada mas, lo mejor era revisar pero dentro de una casa que no conocían ¿Como ubicar cada habitación? -¿Que opinas de dividirnos Karamaru-san?- Tampoco sabia que tan grande era, no prestó atención debido al sueño que tenia, claramente algo malo y a tener en cuenta la próxima vez en que este tomando accion durante la noche. RE: Un día para recordar - Inuzuka Etsu - 1/06/2018 Nada que recalcar, todo seguía en silencio. |