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RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 22/05/2019
Pero, cuando dos de ellos se arrebataron la vida, tal y como él se lo había ordenado...
... se dio cuenta que, la había cagado.
¿Cómo no se percató de ello? ¿de esa sonrisa? un esclavo no sonreía así. Eran esos detalles que de no percibirlos, podían hacer la diferencia entra la vida y la muerte misma. En ese instante, Kaido sintió el desasosiego de un hombre que reconoce haber perdido una gran oportunidad. La balanza, ahora mismo, no estaba de su lado.
Cuando Zaide habló por propio mérito, recordó las palabras de Shaneji. Ese hombre... esa aura... no iba a ser fácil.
—Muñeca. Es ahora, o ... nunca —soltó, mientras empujaba a Nathifa hacia cualquier otro lado y ejecutaba un único sello—. hagámoslo como lo practicamos.
Y sí que habían estado practicando para ese momento. Y su cuerpo titánico era parte fundamental de ello.
— PV: 157/220
— CK: 193/280
+20
– (turno anterior) -50
– (Contra todo Pronóstico activo)
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RE: (II) La Prisión del Yermo - Uchiha Datsue - 22/05/2019
Uchiha Zaide observo cómo aquel shinobi, el nuevo Cabeza de Dragón, aumentaba el tamaño de su cuerpo. Aquel tipo tenía un chakra muy a tener en cuenta.
—Muñeca —llamó—. Veo que esta vez te has traído a una buena pareja, ¿no me la presentas? —Oh, y eso le gustaba. ¿Cuánto hacía que no tenía un combate en condiciones? Katame le había jodido bien en el Cañón del Secuestrado, pero por aquella época no estaba en condiciones. Su jodido veneno y el puto omoide le había reducido a una sombra de sí mismo.
Pero, ahora, se sentía mejor. Mucho mejor.
—Masumi —Muñeca se estremeció al escuchar su nombre de nacimiento de los labios de aquel tipo—. Nunca quise matarte. Pero si libras esta batalla…
»Morirás.
RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 22/05/2019
No le escuches, Muñeca. ¿Confías en mí, no? —le repitió, confianzudo y con la mayor sonrisa digna de un hermano mayor. Porque fue ahí, en ese instante de mayor necesidad, que las palabras de Otohime cobrarían sentido—. porque yo pondría mi vida en tus manos sin dudarlo.
— PV: 157/220
— CK: 203/280
+10
–(Contra todo Pronóstico activo)
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RE: (II) La Prisión del Yermo - Uchiha Datsue - 25/05/2019
Uchiha Zaide sonrió, viendo a aquel primo de Shaneji animando a Masumi. Llevándola a su lado. A su terreno.
----¡Yo también, Kaido-kun! ¡Estoy contigo!
Qué desesperante.
—Y yo que pensaba que los dragones erais distintos a los shinobis. Que no luchabais a las órdenes de nadie —escupió, negando con la cabeza, decepcionado—. ¿Por qué alguien tiene que morir hoy, huh? Dejadme ir, concertadme una cita con Ryū. Si es el hombre que dice ser, que deje de enviar a recaderos a hacerle el trabajo sucio. ¡Que se enfrente a mí, en un duelo individual! ¡Y que uno de los dos pague por lo que hizo! —bramó, perdiendo por un momento el control de sí mismo.
Carisma 100
RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 25/05/2019
El gyojin tragó saliva. Oh, sí; mucha saliva.
Ese discurso le había calado bien en su interior. La forma en la que Zaide hablaba, la confianza que emanaba, y lo convincente que sonaba... si Kaido no estuviera siendo sugestionado por el sello, probablemente habría cedido ante sus demandas. Pero tanto el fuuinjutsu como su propia corazonada le decía que Zaide no era sino una complicación para Dragón Rojo. Un obstáculo. Un muro contentivo que impediría, directa o indirectamente, que la organización consiguiese con éxito todos sus objetivos.
«Y una mierda» —sello del carnero. El chakra emergiendo del agua que les rodeaba y que aún le llegaba por la rodilla. la neblina de su voluntad cubriendo todo el terreno, en un perímetro de veinte metros.
Una vez estuvieran cubiertos en su totalidad, muñeca se encaramaría en su espalda. Y la estrategia empezaría.
Tic, Tac. Tic, Tac. Su corazón, bombeando a millón.
La batalla daba comienzo.
— PV: 157/220
— CK: 173/280
-30
–(Contra todo Pronóstico activo)
1 AO
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RE: (II) La Prisión del Yermo - Uchiha Datsue - 27/05/2019
Las dos mujeres que habían quedado libres, viendo que allí pronto se libraría una batalla, trataron de aprovechar el caos para huir, pasando por el lado de Zaide y siguiendo por el pasillo.
Zaide vio la respuesta a su propuesta reflejada en un sello, en manos del que, a falta de un nombre, llamaría el Primo Pequeño de Shaneji. O simplemente el Primo, por su gusto por los apodos cortos. Su reacción fue instantánea, buscando interrumpir la técnica del Primo adelantando un brazo y dejando escapar varios senbons eléctricos que se dirigieron hacia él y Muñeca, que atravesaron el pasillo a la velocidad de un rayo.
Un pasillo que, cabe decir, estaba iluminado por paneles de luz en los techos. El techo era alto, de al menos unos seis metros de altura, y el pasillo tenía ocho metros de anchura y más de veinte de largo. El agua seguía subiendo poco a poco, llegando al nivel de la rodilla. Tanto Zaide como Muñeca se situaban sobre ella, haciendo uso del control de chakra.
RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 27/05/2019
Kaido no fue capaz, no obstante, de ejecutar su técnica. Zaide fue lo suficientemente inteligente como para interrumpir el único sello con un movimiento de manos, del que emergería una corriente de rayos —su mayor debilidad—. en forma de numerosas agujas. Ante semejante peligro, el gyojin no tuvo más remedio que retirar su mano derecha y dejar que el carnero se ejecutara a una sola, como lo pedía la técnica...
... ¡puff! una desaparición fortuita a una velocidad extraordinaria.
Kaido había usado el sunshin para evitar las agujas en un movimiento transversal, hacia la izquierda; recorriendo los cuatro metros necesarios para evitar la dimensión del raiton. Como el pasillo tenía ocho metros de ancho, y Kaido ya estaba ejecutando nuevamente otro único sello para invocar dos mizu bunshin —uno que saldría sorpresivamente bajo Zaide, y sostendría sus piernas con una fuerza abismal, y el otro, a su espalda, sosteniendo sus brazos a nivel de las manos para impedirle ejecutar ningún sello por su propia cuenta—. luego apuntaría a Zaide directamente a la cabeza.
¡Fiusj! la bala de agua de su pistola volando mortífera hacia su rival.
— PV: 157/220
— CK: 127/280
-20
– -14
– -42
–(Contra todo Pronóstico activo)
1 AO cancelada.
1 AO nueva
-10 a Aguante 5/5
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RE: (II) La Prisión del Yermo - Uchiha Datsue - 27/05/2019
Muñeca reaccionó por puro instinto, dejándose hundir y arrojándose bajo la superficie del agua para evitar la rápida ofensiva del Uchiha. Era rápida y pequeña, dos cualidades que le sirvieron para evitarlo justo a tiempo. Además, conocía de aquellos rápidos jutsus con los que contaba Zaide, y desde el momento en que le había visto había estado pensando en posibles escapatorias para sus Raitones. Meterse de lleno en el agua no parecía una idea fantástica, desde luego, pero era la que más a mano tenía en aquellos instantes. Luego, se levantó al momento, conocedora de que Zaide era de los que no concedían un solo respiro.
Kaido, por otra parte, optó por realizar la Táctica del Tiburón: esto es, defenderse atacando.
Los ojos de Zaide siguieron la alta cortina de agua que levantó el Primo de Shaneji al moverse a semejante velocidad por lo ancho del pasillo, impulsado por el Sunshin. Luego, el crío azul formó un sello, y… «Ya veo…»
A medida que los cuerpos de agua se aprisionaban a su alrededor como fuertes tenazas, el cuerpo de Uchiha Zaide se iluminaba.
¡Zzzsssttttt!
¡¡BAAAAANNNGGG!!
¡¡BAAAAANNNGGG!!
Un chispazo. Un sonoro disparo. Y estos dos sonidos, y ninguno más, componen la banda sonora de una historia. La historia de cómo Umikiba Kaido se convirtió por derecho de sangre en un Cabeza de Dragón.
Claro que, quizá, no cómo él esperaba.
Porque sí, la bala de Umikiba Kaido atravesó carne, hueso y músculo. Sin piedad alguna. De manera tan fría y seca que helaba la sangre. Bang, y el trabajo estaba hecho. Pero…
—Te dije… que si librabas esta batalla morirías.
Jamás por su mano. Nunca por su mano. Porque la mano ejecutora no había sido otra que la del Tiburón. Y es que, ¿qué había sucedido en esa fracción de segundo, antes de que todo se fuese a la mierda? Había pasado que Uchiha Zaide se había deshecho de aquellos molestos clones de agua electrocutándolos. Había pasado que había visto aquel dedo amenazador de Kaido apuntándole directamente a la cabeza, tal y como había visto en Shaneji hacer a otros. Y había pasado que su mano había formado el sello del Carnero, intercambiándose en el último segundo gracias al Kawarimi con la única cosa que tenía al alcance.
Con Muñeca.
El cuerpo de la niña miró, desorientada y perdida, por unos eternos instantes a Kaido, antes de desplomarse repentinamente sobre el agua.
—No fue mi culpa… ¡No fue lo mismo! —estalló de pronto Zaide, rugiendo al aire, a un fantasma. Por un momento, sus ojos habían dejado de enfocar. Habían perdido su astucia, empañados por una niebla azul. Pero sacudió la cabeza, disipándola, y pareció rehacerse en seguida—. La oferta que te propuse sigue en pie, chico. —Cuatro metros les separaban ahora—. Deshaz al tercer clon —dijo, con convicción, cuando no era más que una ligera sospecha—, acepta el trato, y quizá hasta esté a tiempo de impedir que la Marca del Dragón se active y los tuyos vean quién mató a la favorita de Ryū. O…
O esta vez fue Zaide quien le apuntó con un dedo, cubierto de decenas de chispas eléctricas.
RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 27/05/2019
Todo pasó muy rápido. Demasiado, quizás.
Unas chispas eléctricas que emergieron desde cada poro de su cuerpo, acabaron con los mizu bunshin. Sin agarre que le impidiera hacer nada, Zaide era totalmente libre de... ejecutar su movimiento maestro. Aquél que rompería con todos los esquemas, junto con la tenue voluntad de Umikiba Kaido.
Un intercambio, mortífero y certero. Una técnica que estaba al avance de los más grandes ninjas. No de él, por supuesto.
Su bala, también fatal; atizando la carne de alguien que no era Zaide. ¿Era...
—¡Muñeca! —gritó despavorido, al ver que había asesinado a su compañera. A la pequeña Masumi. A la preferida de Ryu—. ¡Masumi, nooooooooo!
Kaido corrió hacia ella y la levantó del agua, para impedir que se hundiera. La miró a los ojos, le acarició la mejilla y... pidió perdón. Sin hablar, sin mover los labios. Tan sólo una mirada repleta de ira y vergüenza a partes iguales. El gyojin apretó los dientes y todos los músculos hipertrofiados de su cuerpo se tensaron aún más, víctima de la desgracia.
«al final, moriremos aquí, los dos. No te irás sola. Lo prometo.»
Zaide hablaba, y hablaba, y hablaba. Kaido no oía, no oía, no oía.
¿Trato? ¿... acaso...?
—No.... hay.... trato.
No. Kaido no hacía compromisos con el enemigo. Kaido moriría —lamentablemente, y sin depender de él sino de la Marca—. por Dragón Rojo.
Zaide vio una sombra azul alzándose sobre ellos. Era el susurro de amenokami ayudando a su hijo en su momento de mayor necesidad.
¡Agua! ¡más agua!
Un mar gigante, igual al que usó en el segundo piso, acabaría por mandar todo a la mierda y destruir toda la estructura con una ola gigante que superaba con creces todas las dimensiones. Su objetivo: Zaide. Nadie más que Zaide.
— PV: 157/220
— CK: 57/280
-10
– -60
–(Contra todo Pronóstico activo)
1 AO nueva revelada: creó un mizu bunshin adicional que se mantuvo bajo el agua para intentar atrapar a Zaide en un suirou. Al perder los estribos, Kaido le ordena usar el Suishoha.
-10 a Aguante 4/5
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RE: (II) La Prisión del Yermo - Uchiha Datsue - 27/05/2019
Le caía bien, aquel chico. Era como Shaneji en ciertos aspectos: impulsivos y cabronazos, pero leales como solo ellos podían serlo. Estaba convencido de que, en otras circunstancias, en otros tiempos, se hubiesen podido llevar bien. Como también lo había hecho con Shaneji. Y muchos otros miembros de la organización.
Hasta que alguien mató a su hermana y él terminó por perder la cabeza.
—No.... hay.... trato.
—Tú mandas, chico.
Y entonces, sus presagios se cumplieron. Sí, Uchiha Zaide era bueno en eso: para ver venir las cosas antes incluso de que sucediesen. Lo había intuido con el destino de Muñeca, y lo había intuido con aquel jodido clon escondido que había pedido a Kaido deshacer aún sin tener pruebas de su existencia. Solo pequeñas pistas, como la súbita bajada de energía en el Primo de Shaneji. Demasiada bajada para dos simples clones sin chakra.
Y con aquel clon, llegó una ola. Grande, inmensa, un verdadero mini-tsuanmi que a falta de un mísero metro llenaba todo el jodido pasillo. Sin escapatoria posible. Sin espacio para retroceder.
Zaide sonrió ante la situación. ¿Cuánto hacía que no se veía en una así? ¿Cuánto desde que alguien no le suponía un verdadero reto? Sintió el chakra burbujeando en su interior. Oh, sí. ¡La adrenalina! ¡La sensación de estar vivo! ¡No fue hasta ese momento que se dio cuenta de lo mucho que lo había echado de menos!
Las chispas que rodeaban su dedo cuando apuntó a Kaido se intensificaron, rodeando su mano y avanzando en una línea recta y mortífera hacia el Tiburón. ¿Qué había un tsunami en medio? ¡Minucias! ¡Simples detalles! La lanza atravesó la ola como si no fuese más que mantequilla.
—¡Grrrooaaaahhh!
Y entonces movió su brazo, y la lanza se movió con él. De arriba abajo, atravesando a Kaido por la mitad y cortando la ola por el jodido medio. La línea trazada hizo estallar en millares de gotitas de agua el gran tsunami, que, roto, se dividió en dos. Uchiha Zaide lo atravesó por el hueco creado, apenas humedeciéndose el cabello, y dejó que el Suiton terminase de colisionar contra las puertas.
Se oyó un gran petardazo, las puertas rugieron. El suelo vibró…
¡CRRSHHHHHHHBOOOOOOOOOOOMMMMMMMM!
Y todo se vino abajo. Por todos lados. Las puertas cayeron y el agua entró a presión. El propio techo cedió allí y allá por el peso del agua de arriba, y la destrucción de abajo, haciendo que auténticos géisers invertidos saliesen propulsados hacia ellos.
Uchiha Zaide tuvo que romper el contacto visual con Kaido por un instante para evitar una roca que le caía directamente en la cabeza. Una gran porción de techo cayó entonces sobre Kaido y Muñeca —quien, por alguna razón, todavía no había sido devorada por las llamas—. Iba a tener que moverse, y rápido.
Zaide, por otra parte, decidió que lo más prudente era esperar a que el agua terminase de bajar y subir al segundo piso. Pero para eso aún quedaban un par de minutos largos, como poco.
RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 27/05/2019
Pero el agua esa vez no fue suficiente. No para enfrentar a Uchiha Zaide. El hombre de las miles de habilidades. El raiton, su enemigo número uno, siendo usado a mansalva contra un impotente escualo. No era rival. No era rival para ese hombre. ¿No se lo había advertido Shaneji, acaso?
La enorme ola de agua que consumió gran parte de sus últimas reservas de chakra se cortó como si fuese pastel gracias al poder penetrante de la lumbrosa aguja de electricidad que se extendió como una espada hacia el escualo, cercenando no sólo el agua que le cubría, sino también su cuerpo. Tuvo suerte, de que pudo verlo venir, porque no tenía posibilidad alguna de esquivarlo entre tanta destrucción generada por la fuerza misma de amenokami. Kaido —aún protegiendo el cuerpo de Masumi—. interpuso el omoplato trasero para cubrir a su compañera, que por alguna razón, aún no se había convertido en un manojo de llamas.
La posibilidad de que siguiera viva cogía enteros, y Kaido, con una energía interna renovada; estuvo dispuesto a luchar un poco más. Sólo un poco.
La aguja le atravesó de un lado a otro, certera. Y la electricidad hizo mella en todo su cuerpo, que se hipertrofiaba a través del principio fundamental de los Hozuki, el Suika. Por tanto, la técnica de Zaide se empoderó de su propio chakra y dobló la merma que podía causar en un Tiburón que, posterior a ello, fue engullido por el agua.
En el fondo, viendo que todo se le venía encima, tuvo que nadar hacia algún lugar para poder poner el cuerpo de Masumi a salvo.
— PV: 97/220
- 60
– — CK: 67/280
+10
– (Contra todo Pronóstico activo)
( Suiton: Kyodaitei activo)
-10 a Aguante 3/5
Daños recibidos: 60 PV (50 base resultante de choque de técnicas -10 PV por Resistencia 85 + 50 % por tener el kyodaitei activo )
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RE: (II) La Prisión del Yermo - Uchiha Datsue - 30/05/2019
«¿Qué me pasa…?»
Uchiha Zaide, sorprendido, se miró las manos. Por un momento, no logró verlas con claridad. Puntitos de luz y manchas borrosas empañaban su visión, y por un momento se sintió tan débil que tuvo ganas de vomitar, del asco que le dio. Si Kaido le hubiese atacado en aquel instante, supo que no hubiese podido hacer nada para defenderse. Estaba tan débil, tan agotado, que su cuerpo se hubiese negado a derramar ni una gota más de chakra.
Y todo, ¿por qué? ¿Por un mero Kawarimi y un Chidori Eiso? ¿Ese era el ninja mediocre en el que se había convertido? El veneno de Katame le había jodido los pulmones, y el omoide jugó su papel atrofiándole. ¿Acaso todavía pagaba por ello? ¿O simplemente era que tanto tiempo en inactivo había mermado su antigua resistencia? No tenía respuestas. Lo único que sabía era que, en aquellas condiciones, no tenía nada que hacer contra Ryū.
Y eso era jodidamente frustrante.
—Eh, ¡chico! ¡Quiero saber quien es el ninja que me puso en tantos aprietos! ¿¡Cuál es tu nombre!?
En aquellos momentos, Umikiba Kaido estaba entretenido subiendo a Muñeca a una porción de techo que había caído. Por surrealista que pareciese, su cuerpo seguía con vida. A veces pasaba, en uno de cada cien. Dependiendo de por dónde entraba y salía la bala, de si no dejaba fragmentos… A veces, ocurría que la víctima no moría en el acto, que tardaba unos agónicos minutos. Pero, ¿quería eso decir que se podía salvar? ¿Cuándo aún por encima no había ningún ninja médico alrededor?
No parecía posible.
Los grandes chorros que caían desde arriba pronto desaparecerían para unirse con el último piso, inundándolo todo, y dando vía libre a los dos para nadar hasta el segundo piso, que se había quedado parcialmente lleno de agua. De hecho, en aquellos instantes apenas podían sacar la cabeza para respirar. No había más espacio.
RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 31/05/2019
Y así tan extenuado como podía estarlo Zaide, Kaido lo estaba el doble. Herido, electrocutado y con sus reservas de chakra al límite. Joder, Joder, Joder. La situación le superaba, y con creces. Pero no tenía tiempo para quejarse. Ni para darse golpes de pecho. Los supervivientes no se arrepienten de sus acciones, sino que corrigen el curso de la historia. Eso iba a hacer. O lo iba a intentar.
—Ahí a donde voy a mandarte, no necesitarás saberlo. Hijo de puta —acto seguido, el mundo se les vino encima.
El techo acababa de romperse por completo, y con él, el remanente de agua en el segundo piso. Por tanto, tanto el piso menos tres, y el segundo, estaban plenamente inundados; a excepción de que arriba habría espacio para sacar la cabeza y respirar. Ese sería seguramente el objetivo primordial de Zaide. Kaido respondió a ello y con Muñeca aún a cuestas —y a una velocidad extraordinaria, muy superior a la que podría tener el Uchiha bajo el agua—. Kaido pasó al lado de él como una supersónica para ganarle partida en conseguir la superficie. Le tomó de la camisa en el nado a Zaide, y le echó hacia abajo con una poderosísima fuerza, potenciada no sólo por su técnica sino también por las ventajas de su genética, para reducir incluso más su velocidad y que tuviera que esforzarse un poco más en ascender.
— PV: 97/220
— CK: 77/280
+10
– (Contra todo Pronóstico activo)
( Suiton: Kyodaitei activo)
-10 a Aguante 2/5
Fuerza 105 · Resistencia 85 · Aguante 65 · Agilidad 70 · Destreza 70
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RE: (II) La Prisión del Yermo - Uchiha Datsue - 1/06/2019
Dos veces lo había preguntado, y dos veces se lo habían negado. Tendría que quedarse con las ganas de conocer el nombre de aquel portento físico, que lejos de desanimarse ante la adversidad, seguía luchando, incansable y cabezón como solo los tiburones podían serlo.
Umikiba Kaido era rápido, especialmente debajo del agua. Eso nadie podía negarlo. Su cuerpo estaba tocado por el Dios del Mar y se desenvolvía con la agilidad y velocidad de un pez. Pero eso, por raro que pudiese parecer, era algo que ambos tenían en común.
Oh, sí. Uchiha Zaide también estaba tocado por el Dios del Mar. Porque el Dios del Mar lo era también de las Tormentas, y nada hay más rápido que un rayo cayendo del cielo.
¡Zzzsssttttt!
El cuerpo de Zaide se iluminó cuando vio al Tiburón estrechando sus fauces sobre su camisa, emitiendo una repentina descarga eléctrica que viajó por el agua y impactaría en Kaido y en la pobre niña que todavía cargaba.
Tomó aire por última vez.
El tercer piso se había inundado finalmente. Y, al mismo tiempo, como si de una triste metáfora se tratase, parecía que así había sido también con aquel combate.
RE: (II) La Prisión del Yermo - Umikiba Kaido - 4/06/2019
Lo único bueno que podía resaltar Kaido, en un futuro lejano; de aquella situación, era que un jodido raiton, en el agua, es bastante evidente. Una técnica como aquella, además, cuyas corrientes nacían de su propio cuerpo a una velocidad moderada, más todavía. De hecho, si Zaide quería que sus rayos coincidieran con el momento en el que el tiburón llegaba a dar el mordisco, tendría que haberla activado mucho antes, ¿no?
Fue por esa razón que Kaido, consciente de que recibir otra descarga de igual o peor magnitud que la anterior le mataría instantáneamente, reculó en su ataque y continuó su ascenso a una distancia más que prudente. A la misma velocidad, por supuesto, para superar a Zaide —al menos en ese punto—. en su llegada al segundo piso.
Entonces, Kaido fue pensando en distintas soluciones. En cómo vencer a Zaide sin... bueno, vencerlo realmente.
Kaido empezó a nadar con todas sus fuerzas hacia las escaleras que daban al primer piso. Su mano derecha, no obstante, iba revisando el portaobjetos de Muñeca a ver qué utensilios encontraba.
— PV: 97/220
— CK: 87/280
+10
– (Contra todo Pronóstico activo)
( Suiton: Kyodaitei activo)
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