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El precio del poder - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: País de la Tierra (https://ninjaworld.es/foro-pais-de-la-tierra) +--- Foro: Montañas de la Tierra (https://ninjaworld.es/foro-montanas-de-la-tierra) +--- Tema: El precio del poder (/tema-el-precio-del-poder) |
RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 16/01/2020 Y ahí estaba. El ataque que Akame había estado esperando desde que la tierra abriese sus fauces para escupirle. Un remolino de viento y chakra que se precipitaba a toda velocidad sobre él mientras que, a su zaga, la serpiente del Lago de las Ningyos se abalanzaba desde dentro de la grieta para partirle en dos como una tenaza. El corazón le latía a mil, pero su pulso era firme. Su respiración, acompasada. Había hecho jugadas como aquella decenas de veces, y sabía que un error de cálculo —por pequeño que fuese—, un segundo más tarde o más temprano, un paso en falso... Eran una condena a muerte. Y sin embargo, se mantenía tranquilo; porque en ese preciso instante, todo estaba donde él quería. El Vendaval de Shiona arrasó con el joven Uchiha como si fuese un maldito pelele de entrenamiento. Sin embargo, un instante después su cuerpo se iluminó con un destello característicamente peligroso... Y el kibaku fuda de categoría B que Akame había dejado pegado a la roca por la que se había reemplazado hizo explosión. Si sus cálculos eran correctos, tanto el jutsu de Raito como la detonación del sello impactarían a bocajarro en la condenada serpiente. Mientras esto sucedía, Akame formaba tres rápidos sellos desde su posición, al otro lado de la fisura creada por su Doton —el contrario a donde se encontraba Daiku, aprendiz de Raito—. Tenía los pies afianzados en el suelo y la vista fija en su antiguo maestro, que en esos momentos caía por el aire en dirección a donde él había estado hacía unos instantes. Si Raito había usado el Legado de Shiona para atacarle, el invocaría a la Furia de Fūjin. «¡Fūton! ¡Fūjin no Jutsu!»
De sus labios saldría disparado un chorro de viento a toda velocidad que buscaría impactar directamente contra el jounin de Uzushio. Akame sabía que éste conocía el Soyokaze no Jutsu, que le permitiría tratar de esquivar su ataque incluso en el aire, y estaba preparado para redirigir el chorrazo de polvo en cuanto su antiguo sensei hiciera amago de desviarse de su trayectoria original. RE: El precio del poder - Sama-sama - 17/01/2020 La serpiente Ningyo se dio cuenta de tres cosas en un lapso de tiempo muy corto. Primero, mientras excavaba por la tierra como una lombriz, pensó que se haría con un Uchiha. Segundo, cuando la tierra se abrió en dos y vio la luz, se llevó la grata sorpresa de que no serían dos ojos, sino cuatro, los que conseguiría para su invocadora. Y terero, cuando distinguió el torbellino que se interponía entre ella y su objetivo, antes incluso de que hiciese estallar un sello explosivo pegado a una roca, lo sintió. Allá, muy lejos, en otra parte… … una bala atravesando su cabeza. Hoy no ganaba la Nyngio. Hoy ganaba la Si… ¡¡¡BAAAAAAAAAAAAMMMMMMMM!!!
Hoy ganaban los Uchiha. Hoy ganaba un Uchiha. Solo uno. Uchiha Raito lo supo. Supo que no sería tan fácil vencer a Akame. Que, aún contra las cuerdas, su exalumno encontraría la forma de revolverse cual víbora. Lo sabía porque le había enseñado bien. Lo sabía porque se lo había visto hacer en innumerables ocasiones. Distinguió el fulgor de su chakra al otro lado de la fisura. Justo al lado contrario de donde se encontraba Daiku. Justo donde… Sonrió. A veces el destino era cruel, injusto y un poco hijo de puta. En aquel caso, fue justo lo contrario. En aquel caso, fue karma. En aquel caso, fue un chiste que le podría hacer reír por el resto de la semana. Sus ojos se encendieron con el poder prohibido. Se había dicho a sí mismo que no volvería a utilizarlo. Que no merecía la pena. Que el precio a pagar era demasiado grande. Ahí estaba el problema. Las palabras como grande eran siempre relativas. ¿Era grande un árbol? Sí… hasta que lo comparabas con una montaña. ¿Era grande una montaña? Sí, hasta que lo comparabas con el basto océano. ¿Era caro quedarse ciego? Sí, hasta que te encontrabas con el mayor hijo de puta de todo Oonindo. En ese caso… Bueno, en ese caso, el precio del poder salía barato. Uchiha Raito no esquivó el ataque como a buen seguro su alumno creía. Se lo comió de lleno. O, más bien, las costillas de Susano’o lo hicieron. Y se lo comió porque no tenía tiempo que perder. Porque no podía desperdiciar aquella oportunidad que le habían regalado los dioses. Porque con Uchiha Akame, o aprovechabas la única abertura que regalaba a lo largo de un combate, o estabas muerto. El chorro de viento perforó las costillas de Susano’o como una saeta un trozo de mantequilla, impactando en su pecho. Lo recibió con gusto, pues sus manos ya habían formado el único sello que necesitaba. El sello de la Victoria. ¡¡¡BAAAAAAAMMMMMMMMMMM!!!
Si la explosión que se comió a la serpiente había sido grande, aquella había sido inmensa. Demostrando, de nuevo, que aquello de grande era siempre relativo. Uchiha Raito aterrizó al otro lado de la fisura —del lado de Daiku—, por la inercia del fuuton que había recibido en el pecho y que le había dejado un moretón. Sus ojos, atentos. Antes, cuando la tierra todavía no se había abierto, había lanzado desde el aire un kunai con un sello explosivo. Dicho sello era de clase A. Y dicha treta había quedado “inutilizada” al verse movida hacia el otro lado, justo en la pared contraria a la que estaba. Inutilizada hasta que, claro, Akame había tenido el mal pie de teletransportarse junto a ella, a unos cuatro o cinco metros de distancia, a lo mucho. Lo suficiente como para comérsela. Lo bastante como para no morir reventado. «Si es que se la ha comido…» Raito recordó el primer día que había conocido a Akame. Había pillado a este y a Datsue luchando como dos archienemigos y no como camaradas. El primero había colocado un sello explosivo de clase B en Datsue, y había acertado —exactamente igual que con la serpiente--. El segundo le había devuelto la jugarreta con una bomba de clase A, pero esta, en cambio, no había dado en el blanco. Suerte que Uchiha Raito tuviese más mala leche apuntando. —¡Raito-sensei! ¡Por el amor de Shiona, ¿qué ocurre?! ¿¡¡A quién nos enfrentamos!!? —Al mayor enemigo de Uzushiogakure no Sato —respondió, aguantándose las ganas de sacarse un cigarrillo y prenderlo—. ¡No pierdas la concentración, esto solo acaba de empezar! RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 17/01/2020 «¡Mierda!» Lo vio a apenas unos metros de distancia. Las manos de Raito formando el sello de la Serpiente. Un destello luminoso que provenía de algún punto a su izquierda. La jugada de Raito había sido buena y la mala fortuna —o tal vez la simple casualidad— había decidido que esa vez Akame había apostado a cara y la moneda caía en cruz. Sin embargo, un ninja experimentado como aquel joven Uchiha sabía unir la línea de puntos a una velocidad acojonante, incluso bajo presión. Sabía que era un sello explosivo lo que su antiguo sensei acababa de detonar a distancia, y sabía que tenía apenas una fracción de segundo para reaccionar. Un instante... La etiqueta explosiva detonó con la fuerza de un auténtico volcán, reventando todo en un radio de seis metros y dejando un precioso cráter similar al que hubiera producido la caída de un meteorito. Raito observaba los restos humeantes del mismo tratando de prever el siguiente compás de la batalla mientras prevenía a su joven alumno; quizás demasiado tarde. Porque Akame había ejecutado un Sunshin in extremis, catapultándose a velocidad ultrarrápida al otro lado de la fisura creada anteriormente por su Doton. Concretamente, hasta el flanco del pobre Daiku. Aprovechando la sorpresa, con la mano izquierda trataría de agarrarle el brazo en una llave para llevárselo a la espalda de un tirón, mientras se colocaba justo detrás del muchacho y de su manga derecha salía expelido un kunai. La diestra del Uchiha lo agarraría con fuerza para rodear al Akimichi por los hombros e intentar que el filo de la daga acabara justamente en el gaznate de aquel muchacho. Si lo conseguía, empujaría a Daiku para que ambos quedaran de cara a Raito; con el kunai en el cuello uno y protegido por éste el otro. RE: El precio del poder - Sama-sama - 17/01/2020 Del mismo modo en que Akame había visto el sello de la Serpiente dibujado en las manos de Raito, este había visto el del Carnero en su exalumno. Y eso solo podía significar una cosa. O, bueno, dos en realidad. Pero algo le decía que ambas iban a ir en la misma… —¡Raito-sensei! ¡Por el amor de…! —¡Cuidado, estúpido! —gritó, alarmado, girando sobre sus talones a toda velocidad para encontrarse lo que sus ojos todavía no habían visto, pero su corazón ya temía: a su alumno, siendo amenazado de muerte por su exalumno. La pesadilla de cualquier sensei. Si no fuese porque tenía el Sharingan activado, se preguntaría si no estaba bajo los efectos del Magen: Narakumi no Jutsu. —¿R-raito-sensei? —farfulló Daiku, con voz aguda y asustada, llevando la única mano libre a la muñeca de su captor para tratar de impedir que le cortasen si aquel loco decidía rajarle el cuello de lado a lado—. ¿Q-quién eres? ¿Quién es, Raito-sensei? Uchiha Raito se llevó una mano, muy lentamente, a su chaleco. Sacó un objeto pequeño de uno de sus bolsillos y… ¡Chas!
… y se prendió un cigarro con un chasquido de dedos. —¡Raito-sensei! —exclamó, visiblemente dolorido por la llave que le estaba retorciendo un hombro. —Es Uchiha Akame. —¿Cómo dice? —El hombre que te tiene retenido. —Tomó una honda calada—. Es Uchiha Akame. —¿Uchiha… Akame? —El mismo. —Y expulsó una bocanada de humo. —¿El mismo que le traicionó? ¿El mismo que asesinó a Chokichi-san?! ¿¡Ese Uchiha Akame!? —temblaba de arriba abajo. —Ese mismo. —Pues yo… Pues yo… Daiku: Voluntad 60 Fue un puto instante, tan rápido como el destello de un relámpago. De pronto Daiku estaba ahí, a merced de Akame, como de pronto su brazo —el que había sujetado la muñeca de Akame— tenía el tamaño de un árbol. Como no había soltado al Uchiha en ningún momento, la propia transformación catapultó a su enemigo hacia arriba —si todo salía bien—, ligeramente en diagonal, provocando que el kunai le rajase la cara de abajo arriba. Usó ese dolor a su favor, para alimentar el fuego que crecía en sus entrañas. —¡PUES YO SOY AKIMICHI DAIKU, HIJO DE PUTA! Y le estampó contra el suelo con toda la fuerza del brazo de un Susano'o. Raito disparó el pitillo usando el dedo corazón y pulgar cual catapulta y salió disparado en su dirección, listo para atacar a Akame en cuanto le viese aparecer bajo el puño. Si es que le veía, claro... RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 19/01/2020 Uchiha Akame podría haberle cortado el gaznate a aquel genin escandaloso e imprudente apenas el muchacho hizo amago de agarrarle la diestra. Luego tuvo la segunda oportunidad, mientras la extremidad derecha de Daiku se inflaba como si le estuvieran metiendo aire con una bomba a presión. La tercera vino mientras le levantaba por los aires; era tan simple como cambiarse el kunai de mano y degollar a aquel chiquillo como a un puto cerdo. Pero no lo hizo. En ese momento probablemente ni siquiera él sabía demasiado bien qué estaba frenando su acero, pero no lo hizo. ¿Compasión? Daiku era un inocente jovencillo todavía por desflorar que nada había tenido que ver en los desamores de Akame con su antigua madre patria. ¿Pensamiento estratégico? Aquel muchachito era un punto débil en la defensa de Raito que podía explotar a su favor durante el combate. ¿O algo más? No tenía tiempo para cavilaciones. Mientras era propulsado hacia arriba por el Akimichi su mano zurda se mantuvo firme en la llave; el resultado fue que Daiku prácticamente de dislocó a sí mismo el hombro izquierdo, lo que le causó el dolor suficiente como para perder la concentración en su técnica. Akame no dudó ni un instante en aprovecharlo, y apenas su kunai rajó la cara del advenedizo genin arrancándole una pincelada carmesí, el Uchiha usó uno de sus jutsus secretos para crear una nube de rojo vaporizado que les envolvió a ambos por momentos. «¡Chigiri no Jutsu!»
Oculto por su técnica de distracción y libre del agarre de Daiku, Akame pasó a la ofensiva. De la nube de sangre emergió un objeto esférico que se estrelló en el suelo entre Daiku y Raito, produciendo un destello cegador. El Akimichi notaría entonces cómo Akame aterrizaba detrás suyo y le propinaba un violento puntapié que le mandaría volando en dirección a su sensei. —No tenemos por qué hacer esto, Raito-sensei. La figura delgada del Uchiha se alzaba, incólume, frente a maestro y alumno. Estaba en guardia, pero no parecía dispuesto a atacar. Sus ojos estaban clavados en su antiguo sensei y despedían una suerte de rabia mezclada con frustración. Parecían querer gritar algo a los cuatro vientos, pero los labios de su dueño se mantenían sellados. Cuando finalmente habló, su voz sonó a punto de quebrarse. —Os di todo lo que tenía —apretó los dientes—. Os di todo lo que tenía —repitió, como si no quisiera creerlo. RE: El precio del poder - Sama-sama - 21/01/2020 Para Akimichi Daiku, todo salió mal. A veces, la fuerza de voluntad, la pura determinación, no servía. No cuando se enfrentaba a un enemigo tan claramente superior, capaz de transformar su propia sangre en una nube de vapor carmesí tras la que esconderse. —Bastardo… —masculló Raito, tras tirar el pitillo. No tuvo que esperar demasiado en ver de nuevo a su alumno, quien se precipitaba hacia él, desequilibrado. El Uchiha lo paró con una mano en el pecho, y sus ojos comprobaron, raudos, que no tuviese ningún sello explosivo pegado a la espalda. Sabía que a Akame le gustaba usar aquellos trucos. —AAAaaaagggghhhhh… —gimoteaba Daiku, con uno de sus hombros claramente dislocado. Akame surgió de entre la sangre evaporada diciendo estupideces. Los ojos de Raito miraron primero el cielo, luego el suelo, y finalmente a Akame. —Distraer y provocar con la palabra nunca fue lo tuyo, Akame —replicó, más allá de que lo escuchado le hubiese provocado arcadas de asco—. Daiku, vigila nuestros pies y mi espalda. He tardado mucho tiempo en comprender la naturaleza de nuestro enemigo, pero ahora lo veo claro: es una rata. Y ya sabes lo que hacen las ratas ante el peligro. Esconderse bajo tierra. Y, a juzgar por la súbita pérdida de chakra de Akame, o aquel era un clon, o había enviado a uno a esconderse cual ratita. Daiku, apretando los dientes y con lágrimas en los ojos, asintió, dándose la vuelta y oteando el terreno. El propio suelo que pisaban, incluso. Raito suspiró, cansado. —Mira lo que me obligas a hacer… —dijo, con verdadero pesar. Fue entonces cuando sucedió. Cuando Akame comprendió el poder de su antiguo sensei. De por qué todo el mundo temía enfrentarse a él en un combate uno contra uno. De porque entre los uzujines le llamaban Raito, el Espíritu del Trueno. El ojo derecho de Raito sangraba. Un ojo fijo en el pie izquierdo de Akame. Pie que de pronto se iluminó y... ¡¡¡Zzzzzzssssssssssssssssssttttt!!!
... y decenas de chispas recorrieron su pierna de la nada, cual flujo de chakra. Decenas de chispas que pronto cobraron la forma de un niño demonio abrazado a su pierna, que, sonriendo, apuñaló la pantorilla del Uchiha con una daga hecha de puro Raiton. —¿Lo diste todo? ¡Yo sí que te lo di todo! —exclamó, perdiendo por un instante los nervios—. ¡Y así me lo pagaste! Cumplido su trabajo, el niño demonio desapareció entre destellos dorados. El ojo derecho de Raito pasó a concentrarse en el pie derecho de Akame… RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 21/01/2020 La jugada parecía haberle salido a pedir de boca; Daiku tenía el hombro dislocado y un lindo plantillazo en todo el lomo, Raito no había podido ejecutar su ofensiva y además su maniobra de distracción había salido a pedir de boca. Sin embargo, el Kage Bunshin no bajaba la guardia, pues conocía a su antiguo sensei y sabía que era un tipo con recursos. Implacable como un perro de presa —«y con el humor de uno»—, eficaz, letal. Aquel tipo era como una espada bien equilibrada y afilada. No podías darle ni una sola apertura, porque se clavaba entre las costillas directo al corazón. Akame guardó silencio, en principio, a las palabras de Raito. Incluso aunque una voz en su cabeza le gritaba que debía machacar a ese tipo, desahogarse con él, destrozarle y enviar sus pedacitos a Uzushiogakure, él no se movió del sitio. Encajó las palabras de su antiguo sensei y se limitó a contestar con una declaración de intenciones precisa y autoritaria. —Viviréis por esta vez —enunció, serio—. Por los viejos tiempos, Raito-sensei. Una y no más. No hubo tiempo de más réplicas. El Sharingan de Raito volvió a cambiar, manifestando el poder de uno de sus Mangekyō —justamente el que Akame no conocía— para atacarle con lo que parecía un elaborado jutsu de Raiton. El Kage Bunshin no hubiera podido evitarlo ni aunque quisiera, pues no tenía noción de lo que estaba ocurriendo hasta que ya era demasiado tarde. Recibió el calambrazo en la pierna y, con una mueca similar a un "oh", se desvaneció en una nube de humo. Raito y Daiku quizás pasaran un tiempo buscando al verdadero Akame por el claro. Aquí o allá, en el cielo o bajo la tierra que pisaban sus pies; el depredador podía estar en cualquier parte. Pero lo cierto era que, para cuando quisieran mirar adentro de la fisura que el propio renegado había creado con su técnica, él ya no estaría... Y la legendaria serpiente del Lago de las Ningyos tampoco. — «Zzzzzzup.»
Akame apareció en la entrada de la Garganta de la Serpiente... Con el cuerpo inerte de aquella serpiente a su lado. El Uchiha jadeaba profusamente, pero no permitió que aquello le frenara. Desenvainó su katana y, empuñándola con ambas manos, descargó un tajo de arriba a abajo para segar la cabeza de aquella bestia. Luego la ataría con hilo y la arrastraría adentro, hacia las profundidades donde le aguardaba Shikage. RE: El precio del poder - Sama-sama - 21/01/2020 Varios minutos más tarde…
—¿Raito-sensei? Uchiha Raito mantenía los ojos fijos en la gran serpiente. O, más bien, donde minutos atrás lo había estado. Apretó los puños con fuerza. —Se ha ido. Daiku dejó escapar el aire por la boca, mitad aliviado, mitad furioso consigo mismo. Por no haber sido lo suficiente fuerte. Por no haber sido lo suficientemente competente. —Lo siento, Raito-sensei… Yo… Le he fallado. Raito no dijo nada por un momento. Se quedó mirando el gran agujero que había sobre la tierra, con la mirada perdida. Casi se había olvidado hasta de respirar. Cuando reaccionó, miró al joven genin a los ojos. —Daiku. —¿Qué? —En verdad eres el mejor alumno que he tenido nunca. Fue tan simple como eso. Una simple frase, una pequeña confesión, y el corazón de Daiku se quebró de la emoción. Lloraba. Las lágrimas caían de sus ojos como la lluvia en Ame no Kuni. Porque nunca en su vida le habían dicho nada parecido. Porque nunca en su vida había obtenido siquiera un mínimo cumplido por parte de Raito, a quien quería, respetaba y admiraba como a un padre. —Dame la mano, Daiku. —Snif… ¡Snif! S-sí, ¡Raito-sens…! ¡Craaaaaaaaaaackkkk!
—¡¡¡AAAAAAAAAGGGGGHHHH!!! Pero Raito-sensei…! ¡CABRONAZO! Raito sensei le revolvió el pelo y no pudo evitar soltar una carcajada. Había sido un día de mierda, pero incluso de los momentos más oscuros uno podía ver destellos de luz. Si uno buscaba bien. Si uno miraba donde tenía que mirar. —No te enfades, hombre. Era la única forma de conseguir recolocarte ese hombro sin que antes te cagases por los pantalones. Y por lo que se ve, también de que dejaras de tratarme de usted de una maldita vez. —¡Pfff! ¡Si es que eres de lo que no hay! —se quejó, masajeándose el hombro con claras muestras de dolor—. Pero sé que no me dirías eso si realmente no lo pensases. Después de todo, esas patochadas de las mentiras piadosas no van contigo, ¿eh? Raito esbozó una media sonrisa. Solo había que saber dónde mirar… • • • Uchiha Akame replicó los pasos de la anterior vez. Adentrándose en la cueva, y eligiendo el camino de la izquierda. No tardó mucho en detectar una sombra moviéndose entre las paredes. El temblor de las rocas. El polvo levantado. La figura de una mujer surgió de entre la oscuridad. —Reconozco esse olor… Y reconozco esse poder… ¿Eresss tú, Uchiha? ¿Hasss traído lo que tanto anssiaba? RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 21/01/2020 Esa vez, Akame no se andó con rodeos. Con cierto esfuerzo, levantó la cabeza decapitada de la serpiente por encima de sus hombros y la arrojó al suelo, delante suya. Era su trofeo, la prueba de que había sido lo suficientemente habilidoso, inteligente o cabrón como para matar a aquella bicha —y con una dificultad añadida—. La idea de Raito, Daiku y Uzu no hizo sino insuflarle más determinación y una sed de poder malsana. Era como tener bilis en la boca pero no poder escupirla, un sabor amargo pero casi purgante al mismo tiempo. —Soy yo, Shikage —confirmó Akame, con el Sharingan brillando en sus ojos—. He venido a que cumplas tu parte del trato. Estaba cansado, manchado de la sangre chorreante de aquella cabeza sin cuerpo y apestaba a sudor, a vísceras, a sangre. Pero sentía que, si alargaba los dedos, podría agarrar el poder que tanto ansiaba. RE: El precio del poder - Sama-sama - 21/01/2020 Shikage soltó una carcajada grotesca e inhumana, que reverberó por toda la cueva. —Ssupe cuando no te olí que teníasss algo especial. Ssupe cuando ssentí tu chakra y vi tuss ojoss que esstabasss llamado a mí. —Un tajo se formó en su boca, en lo que se entendía como una especia de sonrisa, mientras contemplaba su trofeo—. ¿El trato? Ssi no recuerdo mal, ssolo hasss cumplido la mitad. »Hasss demosstrado tener la fuerza. Pero nossotrasss, lasss sserpientesss, pedimosss másss que esso. ¿Tendrásss los recurssosss y la habilidad para cumplir con la ssegunda parte del trato? Quiero que encuentress a un humano para mí. Él único que me permitirá ussar essta herramienta que me hass traído. Adopta la forma de una mujer, y tiene la naturaleza de una sserpiente. Ella cambia de piel como nossotrasss. No tiene rosstro, y tiene mil. No tiene nombre, y la llaman por mil disstintosss. RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 21/01/2020 El Uchiha alzó una ceja, pero luego recordó que Shikage estaba en lo cierto; ella le había pedido matar a una serpiente y encontrar a una persona. Akame resopló, resignado, sabiéndose perdedor en aquel trato. «Más vale que este reptil cumpla, o su cabeza será la siguiente», se dijo. El encuentro con su antiguo sensei todavía le tenía alterado y era incapaz de canalizar su tranquilidad interior. Haciendo acopio de cuanta calma tuvo, habló. —¿Y quién es esa persona? ¿Dónde debo buscar? —quiso saber—. Dime al menos uno de esos tantos nombres que tiene. RE: El precio del poder - Sama-sama - 21/01/2020 El cuerpo de mujer que adoptaba Shikage se desplomó en el suelo, empezando a convulsionar. A retorcerse sobre sí misma. Su cuello se hinchó abruptamente, de manera antinatural, y su boca se abrió tanto que la mandíbula pareció desencajarse. De dicha boca, deslizándose en eses, salió una serpiente. Una que cada vez se iba haciendo más, y más, y más grande. Se deslizó por el suelo, por las paredes de la cueva, por el mismísimo techo. Su boca se abrió y olió a sangre. A putrefacto. A muerte. Y entonces, silbó la respuesta: .................Kyūtssuki .................................................................Kyūtsssuki ...................... Kyūtssuki RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 21/01/2020 Cuando oyó aquel nombre, el joven Uchiha quiso echarse a reír. Quiso llenar aquella oscuridad con sus carcajadas y proclamar a los cuatro vientos que él había ganado; ¿Kyuutsuki? Claro, de ser casi cualquier otra persona en Oonindo, a Akame aquel nombre no le habría dicho nada. Y lo hubiera tenido aun peor para encontrarla; ¿cómo demonios iba nadie a llegar hasta la espía de espías de Dragón Rojo? Ah, dulce ironía. Parecía que después de tantas desgracias, después de colocar tantas pruebas en su camino y de reírse de él, de condenarle al exilio y al ostracismo... Al final, los dioses le hacían un regalo. El Uchiha curvó sus labios en una sonrisa. Fue inevitable. —Muy bien, Shikage —accedió, mirando a aquella bestia a los mismísimos ojos. No tenía miedo. No ahora—. Cumpliré con tu segundo requerimiento. ¿Qué mensaje debo darle de tu parte cuando encuentre a esta persona? Akame escogía las palabras con cuidado. RE: El precio del poder - Sama-sama - 21/01/2020 Shikage le devolvió la mirada, y el alma de ambos se vio reflejada en las pupilas del otro. Shikage solo vio ambición, poder, y gloria. Una por cada aspa que tenía el Uchiha. .................Dile que yo ssé lo que tanto anssía .................................................................Dile que yo puedo consseguírsselo ....Dile que a cambio ssolo quiero que haga lo que mejor ssabe... en mí ...................... RE: El precio del poder - Uchiha Akame - 21/01/2020 En aquel preciso momento, Akame tuvo la inevitable sensación de ser un simple peón en una partida jugada por encima de su nivel. De que Shikage le estaba usando para conseguir algo y que Kyuutsuki trataría de hacer lo mismo. Pero entonces se dijo, ¿no era eso lo que hacían los ganadores? Si estaban jugando una partida de shōgi, él jugaría. Porque todo el mundo sabe lo que le pasa a un peón cuando llega a la línea de meta... Que se convierte en un general de oro. —Considéralo hecho, Shikage. Con aquellas palabras, Akame se despidió de la moradora de la Garganta de la Serpiente. — El viaje de vuelta fue duro, oh sí. Al menos el primer tramo, pues Akame se había dejado su petate junto al Lago de las Ningyos y probablemente éste había sido destruido por el gigantesco culo de Akimichi Daiku. El joven renegado tuvo que poner en práctica sus habilidades de supervivencia para sobrevivir el primer día de trayecto, cazando un par de conejos para comer, buscando la mejor gruta para refugiarse, y manteniendo siempre una hoguera encendida para preservar la temperatura corporal en niveles aceptables. Por fortuna no llovió demasiado, y el frío de las montañas tan sólo le duró hasta que llegó a Notsuba. Allí se procuró hospedaje decente, se dio una buena ducha y compró ropas nuevas, tirando las viejas. Descansó durante ese día y a la noche, debidamente embozado, tomó el último tren en la estación de la capital con destino a Kaminari no Kuni; concretamente, a la Villa de las Aguas Termales. Un expreso nocturno, con buenas camas y pocos pasajeros, perfecto para no recibir demasiadas atenciones indeseadas. Apenas llegó a Yugakure tomó un carruaje a la costa con dirección al pueblo portuario más cercano. Una vez allí compró pasaje para Kasukami. El trayecto en barco fue el más pesado de todos, pero Akame lo pasó casi enteramente resguardado en su camarote y durmiendo —que buena falta le hacía—, aunque con un ojo medio abierto. Nada más pisar suelo del País del Agua ya se sintió algo más a salvo. Aunque aquella sensación distaba mucho de ser hogareña o de retornar a la patria querida, sino que se parecía más bien al corral en el que uno se sabe al mando. Un día después... Llegaba a Ryuuguu-jō. ¿Estaría Kyuutsuki allí? Se moría de ganas por comprobarlo. |