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(B) De vuelta al mar - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Amegakure (https://ninjaworld.es/foro-amegakure) +--- Foro: Edificio del Arashikage (https://ninjaworld.es/foro-edificio-del-arashikage) +--- Tema: (B) De vuelta al mar (/tema-b-de-vuelta-al-mar) |
RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 16/06/2018 —No tiene sentido que este tipejo pueda conmigo. —Cállate y sígueme el juego. Entonces, atravesaron el pútrido umbral que les llevó hasta los alrededores de un carromato repleto de cajas. El olor nauseabundo les golpeaba las fosas nasales y, obligó a Kuchige a intentar discernir qué era lo que se encontraba allí dentro. No quería pensar lo peor, ni mucho menos lo más bizarro. Pero algo le decía que aquello era olor de muerto. ¿Pero sólo de pescado, o ...? Kano cayó al suelo tras el fuerte empujón del bigotudo, que le obligó a hincarse de rodillas. Miró a Katame y sus ojos brillaron tanto o más que los del dragón. —He pillado a éste husmeando por la vereda con ésto en la mano —Kuchige le arrojó ese algo a su jefe—. Se me da que Kila no va a venir, Katame. Lo que caería en sus manos sería el rollo de pergamino que contenía el título de propiedad de Baratie. 3 AO RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 16/06/2018 Katame desenrolló el pergamino con ojos ávidos. —Has tomado la decisión correcta, Kano —le esbozó una sonrisa cómplice—. El barco por tu sobrina, ¿eh? Shenfu Kano se obligó a hablar. —Así es. Los ojos de Katame siguieron bajando por el pergamino, esta vez, buscando el sello que confirmaba la autenticidad de aquel papel. —Dime una cosa: ¿cómo coño sabías dónde encontrarme? —Antes de darle tiempo a Shenfu Kano a responder, Katame miró al otro hombre—. Eh, ve a mirar los alrededores. No me fío. El hombre asintió con la cabeza y salió por el camino que habían llegado Kano y Kaido. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 16/06/2018 Cuando el dragón desenrolló el pergamino, se encontró con la veracidad del sello y de los escritos. Al menos para ser la primera vez que veía ese título en particular. —Dime una cosa: ¿cómo coño sabías dónde encontrarme? —Kuchige miró soslayo a Kano, quien tendría que saber muy buen cuál era el discurso. No podría haber sido otra sino Kila la que hubiera soltado la lengua únicamente después de haberse arrepentido de participar en aquello—. Eh, ve a mirar los alrededores. No me fío. Kaido continuó embaucado en su papel de malhechor, en silencio, esperando que la euforia blanca de Kano no jodiese tan pronto su tapadera. Tan sólo tenía que responder bien, y preguntar por Koe. Saber que estaba bien, viva aún. Y dejar muy en claro que aquel barco no valía el riesgo, que finalmente, era todo suyo para cometer cuales fueran las malas andanzas en la que él y su mafia estaban metidos. Kuchige caló ansioso su cigarrillo. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 16/06/2018 —¡Kila! —respondió al fin—. ¡Esa rufiana me lo contó todo! ¿¡Dónde está Koe-chan!? ¡Ya tienes lo que querías! —rugió, tratando de deshacerse del agarre de Kaido. Katame suspiró, metiendo el pergamino en un bolsillo de su pantalón. —Así que esa zorra se fue de la boca, ¿eh? —se relamió los labios. Luego hizo un ademán, como quitándole importancia—. ¿Y el barco? ¿Está desalojado? —¡Sí! —respondió—. ¿Y mi sobrina? Katame asintió, complacido, mientras sus ojos se desviaban por un momento al almacén de en frente. Pareció pensárselo por unos instantes. —Has obrado bien, Kano. Y sí, ya tengo lo que quería… —miró a Kuchige—. Mátale. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 16/06/2018 El bigotudo mantuvo su calamitoso agarre por sobre Kano, quien se agitaba feroz a medida de que hablaba. Su euforia aún era vívida, y su instinto perseverante le obligaba a continuar en la búsqueda imperante de la verdad. De cómo estaba Koe, y de en dónde la tenía oculta ese maldito rufián. Pero tal y como se habría de esperar Kaido de un tipo como él —presenciar aquel asesinato había resultado después de todo ser un evento bastante esclarecedor sobre el cómo actuaba el dragón— los acontecimientos dieron un giro abrumador. Ahora pedía a Kuchige que fuera él quien quitara la vida al viejo, sin piedad o contemplación alguna. El malhechor miró a Katame, y dudó. Porque es lo que tendría que hacer un simple pescador que tan sólo había accedido a echar un ojo a la zona por una paga, quizás, insuficiente. Quien además, más allá de asesinar a centenares de róbalas, no podría hacerlo tan fácil con una persona. Él apretó el cuello de Kano, pero no accedió de inmediato. Kuchige tragó saliva y lució nervioso, mientras sus manos jugueteaban en una llave alrededor de la tráquea de Shenfu Kano. —Tío, yo... yo no me apunté para matar a nadie. ¡Joder, y ya te dio lo que querías, ¿no?! —aún así, no le soltó. Porque como bien sabedor de la situación, y para quien trabajaba, en algún momento tendría que recular—. quiero más pasta. 3 AO. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 16/06/2018 Katame rio con fuerza ante los miedos de su hombre. —¡Menudo pichafloja! —le espetó. Estaba claro que no podía confiar en él para nada. Ni siquiera para seguir respirando. Pese a que había querido mantenerles lo menos informados posible, habían visto demasiado. Sabían demasiado. Ambos. O, más bien, los tres. Era una pena que Kila no hubiese acudido. Se hubiese divertido con ella. ¿Desde cuándo hacía que no se pegaba una buena fiesta? Mínimo un mes, aunque nada a la altura de lo que él se merecía desde el año pasado, cuando había secuestrado junto a Zaide a aquella kunoichi de Uzushiogakure. Y, hablando de Zaide… … él no cometería sus errores. Al cuerno el maldito Código y sus vomitivos sentimentalismos. —Justo a tiempo —dijo, al ver al compañero de Kuchige volver. —¿Eh? —dijo él, confuso—. No encontré a nadie, Katame. —Así me gusta, así me gusta. Estaba hablando con Kuchige. Quiere un aumento de sueldo. ¿Tú qué dices? El hombre miró a Kuchige, todavía más confuso, y luego al propio Katame. —Yo… Yo estoy contento con lo pactado. Se oyó entonces el filo de un acero al desenvainarse. Era el de Katame, a quien le cruzó una mueca al hacer el gesto. Su hombro derecho —el que le había atravesado aquella zorra—, todavía se resentía en según qué movimientos. No había curado bien, y no sabía si algún día lo haría. —Estupendo. —A una velocidad asombrosa, Katame recortó la distancia que les separaba y ensartó a aquel perro infeliz con su espada, atravesándole el corazón. Disfrutó de su gesto de incredulidad antes de empujarle con una patada y trazar un nuevo arco con la espada, dispuesto a cercenarles la cabeza a Kano y Kuchige de un solo movimiento. La mejor manera de no dejar cabos sueltos, era no dejar cabezas sobre torso. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 16/06/2018 La dubitativa de Kuchige desencadenó una serie de eventos desafortunados que, a cada cual, complicarían la misión de maneras insospechadas. Y es que aquella solicitud de aumento había sido la baza que convencería al dragón de finiquitar el trío de cabos sueltos que ahora tenía, según él, a su merced. Dos hermanos pescadores que diferían entre sus pretensiones de paga, y un hombre cuyo barco ya le pertenecía. Para él —y para la katana que ahora empuñaba con la destreza de un experimentado shinobi— sólo existía una única posibilidad. Bastó un simple movimiento, apenas perceptible para los ojos del tiburón, para que la vida de un pescador se perdiera en los umbrales del silencio. Sangre corriendo por el filo de la espada, que tras una patada de su usuario, volvió a sentirse liberada. Frente a sus nuevos enemigos, la mano que rodeaba la tráquea de Kano le atizó en un oportuno empujón para después surcar los linderos de su espalda. —¡Ahora, Kano! —¡Puff! una estela de humo. y el inconfundible sonido del acero chocando uno contra el otro, el de una Kodachi sujetada con la fuerza titánica del Umi no Shisoku, que detuvo la embestida del dragón. «¡Sentan Taihō!» Si con su diestra lograba debatirse cara a cara con Katame durante la súbita colisión de espadas, su zurda ya habría salido disparada como un potente misil que a bocarrajo, parecía ir dirigida al rostro de su enemigo. Kano, por su parte, tenía su propia tarea: la de dirigirse a los almacenes, encontrar a Koe, y activar la alarma. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 17/06/2018 El tajo que había lanzado Katame había sido rápido, muy rápido, pero no le había imprimido fuerza. ¿Por qué hacerlo? La carne, el músculo y los huesos del cuello eran fácilmente cercenables. No necesitaba malgastar energía contra unos meros civiles. Cuál fue su sorpresa, que uno de ellos no lo era. —¿Qué cojones…? Una kodachi rivalizando contra su uchigatana. Al mismo tiempo, un brazo de agua impactando de lleno en su ya maltratado rostro. Tensó todos y cada uno de sus músculos mientras su cuerpo patinaba hacia atrás por la fuerza del golpe. Vio al cocinero escurrirse hacia el almacén. A su derecha, el caballo se encabritó, asustado. Al frente, a tres metros, un enemigo desconocido. Y esos eran los más peligrosos. —¿Quién coño eres? —¿Qué cojones estaba ocurriendo allí? ¿Quién le había traicionado? Su nombre acudió tan claro como el primer relámpago de una tormenta. Escupió un esputo sanguinolento—. Kila… —farfulló para sí. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 17/06/2018 Kaido sonrió austero a la presencia de su más temible enemigo, como quien alguna vez decide sonreír a la muerte. Quizás, el primero que podía considerar una amenaza real. Le miró con la furia de mil mares, tratando de atizar la llama que desprendía la presencia de aquel dragón, que fúrico, intentaba discernir quién era él. O del cómo había llegado hasta allí para convertirse en una piedra en la horma de su elegante zapato. En una pieza indeseada en su propia partida de shogi. —Digamos que soy la ley, Katame-san —decía él, a medida de que su brazo parecía recomponerse entre sus propios caudales de agua a paso acelerado—. y has cometidos varios crímenes por los que tendrás que responder. Ahora dime, ¿en dónde cojones tienes a Koe? —espetó, a la espera de que Kano lograse dar con ella por sus propios medios. Realmente lo deseaba. El gyojin dio un pequeño paso atrás, con su Kodachi en ristre; y su zurda explorando sectores desconocidos de su ese mismo costado de su cuerpo. Su voluntad, férrea, manteniéndose firme ante la adversidad que se erguía frente a él. aún cuando en su interior sabía que estaba en desventaja. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 17/06/2018 Shenfu Kano se adentró en el oscuro y apestoso almacén. Casi vacío por completo, y apestando a mil demonios. Una extraña combinación entre un olor dulzón terriblemente empalagoso; orina; y sudor. Una bomba para su olfato, en definitiva, peor que cuando abría un huevo podrido en medio de la cocina. En el suelo halló uno de los responsables a semejante olor. El cuerpo de un chico, muerto. Un charco de sangre y orina le rodeaba. No supo si se había meado antes de morirse o después. Ahora que se fijaba, creía que también se había cagado. —¡Pero si es el chico de ayer! —exclamó, horrorizado. Conocía aquel rostro. Había hecho las pruebas para camarero el día anterior. Sacudió la cabeza. Ahora no podía centrarse en él. Recorrió la mirada por el resto del interior y halló un carrito con un gran bulto envuelto en vendas. Medía más de metro y medio, y tenía una especie de sello pegado encima. • • •
¿La ley? No, si él hubiese sido la ley, estaría rodeado de toda una guardia. No reconoció bandana alguna en su indumentaria, pero por cómo manejaba la katana, el jutsu que le acababa de lanzar y el característico portaobjetos de su cadera, debía de ser un ninja. Afiliado a alguna Villa o un mercenario. En realidad, ¿cuál era la diferencia? Katame hacía tiempo que no lo sabía. Lo que sí sabía, es que debía cortar aquella mala hierba de raíz. Si había decidido partir aquella noche, era precisamente por si surgía algún imprevisto. Como eran las fiestas, la guardia y la gente se amontonaría en la ciudad, dándole vía libre. Tampoco llamaría la atención si se oían un par de explosiones… Al fin y al cabo, Taikarune iba a estar plagada de fuegos artificiales. Pero, aun así, debía de ser precavido. Mejor no usar su Katon. —Hace tiempo que estoy por encima de la ley —respondió. Y de pronto dos pasos, tan rápidos que avergonzaría al propio relámpago, mientras alargaba un brazo para trazar un arco con él, como si fuese una espada, con los dedos índice y corazón extendidos… … y creando una ráfaga mortal que avanzaría hacia el shinobi como el tajo de una katana. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 17/06/2018 —Hace tiempo que estoy por encima de la ley —dijo, y súbitamente, inició su propia retaliación. Lo que pudo percibir el gyojin fue el movimiento inicial. La arrancada que le llevó un segundo después a dar dos pasos, acortando probablemente un metro de distancia. Luego, su mano invocando los vendavales de Fūjin; que recorrieron a una velocidad envidiable los pocos metros que le separaba de su infractor en forma de cuchilla. Para Kaido, sin embargo, tan sólo existió una respuesta lógica y a su vez, parecía ser la más sencilla. Un sello de carnero, y la vista puesta en el carromato contiguo. ¡Flush! aquella onda cortante de viento le rebanó en dos partes, poco después de que la explosión del intercambio dejara entrever que no era él el que había sido cortado, sino una de las cajas que parecían querer transportar con el caballo. Y la caja, por otro lado, tenía una elegante sorpresa pendiendo entre la madera resquebrajada. Era un kunai, que al caer al suelo; estalló en una fugaz aunque potente luz incandescente. El Kaido real, que ahora parecía circunvalar el área del carruaje, aguardó protegido al momento exacto para aprovechar la ventaja estratégica al escupir una bala de agua comprimida que buscaría impactar en su oponente. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 17/06/2018 Tenía que ser ella. O no, y estaría perdiendo el tiempo con una simple momia. O lo que sea que fuese eso. Debía asegurarse. Con sus manos gordas y ásperas, arrancó las vendas de aquel fajo. Lo intentó, al menos. A decir verdad no arrancó nada. Estaban tan pegadas entre sí que era como tratar de despegar una pegatina con la mejor cola del mundo sin uñas. —Bam, bam, bam, bam, ¡bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam! Nada, no había manera humana de hacerlo. Ni con las telas, ni con aquel sello que parecía una etiqueta barata de algún alimento en mal estado. ¿Qué podía hacer? • • •
Cuando ya era demasiado tarde para detenerse, lo vio. Una caja de su mercancía siendo rebanada por su propia técnica. El pescado que había colocado estratégicamente encima voló por los aires. La pasta azul que había debajo se desperdigó por todas partes. El omoide, la droga que revolucionaria Kasukami… … tirada. Junto a ella, un kunai que caía al suelo. De haber sido lanzada, no lo hubiese visto a tiempo. Pero aquel kunai simplemente caía por el peso de su gravedad, con una bolita anudada a su anilla. ¿Alguna vez los ninjas se preguntaban por qué demonios las bombas tenían inscrito lo que hacían? Él, a todas horas. Las hikaridamas, un kanji bien en grande de la luz. Las otodamas, el kanji del sonido. Era como si alguien elaborase una intrincada trampa en el suelo, pero al mismo tiempo, en frente de esta, colocase un cartel con neones bien en grande que ponía: CUIDADO CON TRAMPA
Un sinsentido que Katame aprovechó, en aquella ocasión, a su favor. Cerró los ojos justo a tiempo, antes de recibir el fogonazo de luz, y giró sobre sus talones para encarar el carromato. El caballo, asustado y cegado, salió en estampida, arrastrando consigo el carro… … y dejando al ninja al descubierto, que en aquellos momentos había formado un sello para lanzarle una bola de agua directa al pecho. Katame evadió aquella ofensiva por los pelos, moviendo el cuerpo hacia un lado para acto seguido correr hacia adelante y trazar con la punta de su espada una gran línea en vertical, de arriba abajo, dispuesto a separar a aquel hijoputa en dos mitades. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 17/06/2018 Contra todo pronóstico, su bala de cañón no encajó en su oponente, quien había logrado evitar el fogonazo de su treta. Katame consiguió obtener sí los segundos necesarios con los que esquivar su técnica elemental, y además; posicionarse en la vanguardia para realizar su impiadoso contraataque, con aquel filoso apéndice deslizándose en un arco mortal. Sabiéndose incapaz de evitar la caricia de la muerte, se arrojó cual suicida al abrazo del shinigami. Sólo que ... aquella uchigatana había elegido al ninja incorrecto para cercenar. Porque él, Umikiba Kaido, era un Hōzuki. Y un Hōzuki que pereciera víctima del filo de una espada no merecía serlo. ¡Splufsh!
Una súbita explosión de agua se suscitó en aquel instante, donde la parte superior del cuerpo de Kaido, ahora independiente del torso para abajo, transmutaba a un torbellino de agua que no daría tiempo a Katame de reaccionar, pues las mareas de Ame no kami que empapaban todo a su alrededor terminaron por abrazarle el rostro, cerrándolo en una burbuja sin oxígeno. Cual pulpo, los brazos de Kaido se envolvieron alrededor del dragón con su pequeño hilacho de agua que le unía a la trampa mortal que intentaba ahogar a oponente. Ahora sus manos jugaban al ventajismo, como quien se aprovecha de una mujer; tratando de luchar con sus heridas a la misma vez que mantenía el agua en su cauce. Y sus mandíbulas le atizaban la mordida de un tiburón blanco en la cercanía de su garganta, hincando cada uno de sus dientes afilados en la pútrida carne del dragón, esperando arrancarle un pedazo en el proceso. RE: (C) De vuelta al mar - Amekoro Yui - 17/06/2018 Dicen que los mejores guerreros son los que aprovechan la fuerza de su oponente para utilizarla en su contra. Kaido, como solo los genios hacían, le dio un nuevo giro a aquella máxima: utilizó su propia debilidad en contra de Katame. Porque cuando el amejin recibió el certero tajo, que dividió su cuerpo en dos mitades de agua, aprovechó esa misma circunstancia para, con parte de ella, envolver la cabeza de Katame y ahogarle. Su cabeza, tras el Suika, se materializó de nuevo, abriendo sus fauces sobre el cuello del mercenario. En el último segundo, Katame elevó un hombro y torció la cabeza para evitar la mordida del Tiburón en un punto tan crítico. La bestia marina se llevó en su lugar una oreja, arrancada de cuajo. Las fosas nasales se empalagaron con la sangre de su presa, que rugió bajo el agua, sorprendido y dolorido a partes iguales. La uchigatana cayó de las manos de Katame, que se juntaron en una sonora palmada, generando un poderoso vendaval que golpeó a Kaido y le arrastró varios metros por el suelo. Katame, liberado de la burbuja de agua, se llevó una mano a la sien, donde momentos antes había estado su oreja. La sangre brotaba de su cabeza, resbalando por su mano, su ropa, el suelo… Aquel cabrón le estaba poniendo en aprietos, y el caballo, con su mercancía, huía despavorido. —¡¡¡Kaido!!! —Era Shenfu Kano, que acababa de salir del almacén con una especie de momia sobre un carro—. ¿¡Estará aquí Koe-chan!? Aprovechando el momento, Katame realizó un sello de clonación. Kaido vería entonces como uno de los dos Katames —el más ensangrentado—, salía corriendo a por el caballo. El otro se mantenía firme, con los ojos desencajados por la ira más absoluta. —Kaido, ¿eh? —Tenía su jodido nombre. RE: (C) De vuelta al mar - Umikiba Kaido - 17/06/2018 El paladar de Kaido saboreó la sangre de su oponente, a medida de que sus dientes se encajaban entre sus carnes. Sin embargo, no había sido en el área que él había querido, sino que por el contrario, Katame hubo logrado mover el pescuezo y evitar que le arrancaran la carótida en el último momento. Ahora, en donde debía estar su oreja, tan sólo quedaba un manojo de sangre que se deslizaba a cántaros sobre el costado de su rostro, y un muñón de piel parcialmente mutilada. Pero sabedor de que sus manos aún estaban libres, el mercenario las juntó en una palmada e invocó nuevamente un vendaval mucho más certero y preciso a cuerpo a cuerpo, que impactó en Kaido y le obligó a explotar nuevamente en numerosos charcos de agua que allá, a unos metros, se recompondrían en un rodar continuo por el suelo. El gyojin jadeó, sumamente extenuado, mientras escupía la oreja cercenada a un costado. Miró a Katame, y le sonrió, con los labios tintados de su sangre. «He logrado hacerle algo de daño, pero a un coste demasiado alto para mi cuerpo. Si continúo atacando a este paso, no creo poder llegar a verle caer primero. ¡Joder, es demasiado fuerte!» —se recriminó, mientras escupía otro manojo de saliva ensangrentada. Pero sus oportunidades de supervivencia —más que de una victoria— pasaban por Kano y su capacidad de dar con Koe. Por tanto, cuando éste apareció poco después con una carretilla similar a la que el de la cicatriz se había llevado a su sobrina, y además, con la silueta de su cuerpo cubierta por vendas y un sello bastante particular, Kaido supo que quizás, sólo quizás, todo iba a salir bien. Sin embargo, sus ojos de bestia asesina no se apartaron ni un segundo de Katame. —¡Es ella, llévala a donde Jitsuna! del sello nos ocupamos luego, sólo un shinobi que tenga conocimientos de Fūinjutsu podrá deshacer el sellado. ¡Lárgate de aqui, ahora! Pero Katame, evidentemente, no iba a darle tregua a aquel pequeño pardillo azul que tanto estaba complicándole el panorama. Aprovechó la aparición fortuita del dueño de Baratie para ejecutar un sello de una técnica que Kaido bien conocía, y que se había pasado horas entrenando, pero que aún no podía controlar. El Kage Bunshin apareció a su lado, a su vez que el original comenzó a correr en dirección a su preciada mercadería, que huía despavorida sobre el carromato que ahora era conducido por una yegua asustada. El ninja de Amegakure, no obstante, aún se tenía un as bajo la manga que tendría que aprovechar. Cuando el dragón original le dio la espalda, un único sello se formó en sus manos, logrando la activación de su pequeña trampa. La etiqueta de su sello, que ahora yacía oculta entre los ropajes cercanos a la entrepierna de Katame explotó antes de que pudiera alejarse mucho más. ¡Boom! «Kaido, sí. No lo olvides, ¡hijo de puta!» |