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¡Brindad marineros yoho! - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: País del Rayo (https://ninjaworld.es/foro-pais-del-rayo) +--- Foro: Costas de las Olas Rompientes (https://ninjaworld.es/foro-costas-de-las-olas-rompientes) +--- Tema: ¡Brindad marineros yoho! (/tema-brindad-marineros-yoho) |
RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 20/05/2019 ¿Kaido se había marchado con Shaneji, y luego éste último había vuelto? Akame tardó unos largos instantes en digerir aquella información. «¿Kaido se ha adelantado? ¿Nos esperará en Hibakari? ¿O tal vez me ha abandonado? ¿Fue por que usé mi Sharingan contra Shaneji?» Las manos le temblaban ligeramente, y una gota de sudor recorrió su frente. ¿Estaba a salvo de aquel loco sin Kaido cerca? «No», entendió. No podía estarlo. Shaneji había olido su sangre. Le tenía en el punto de mira. Mientras el Tiburón de Amegakure estuviese cerca, Akame era veda cerrada. Pero ahora... «Yo soy la presa.» Eso podría pensarse, ¿no? Una media sonrisa se dibujó en el rostro del Fénix, que estaba allí parado con la cabeza gacha y la mirada perdida en algún punto entre sus pies. ¿Y si realmente...? «Es el momento. Ahora o nunca.» El renegado alzó la mirada para ver a Koshuru y a Tsukare, alternativamente. A la segunda le dedicó una media sonrisa cargada de satisfacción. Cuando habló, su voz todavía conservaba aquel tono calmo similar al rumor de un arroyo, pero había también en ella un matiz más vivo y peligroso. Un matiz depredador. —Gracias, Tsukare. Tu información ha sido muy útil. Puedes irte. Una vez se hubiera marchado, Akame escudriñó el rostro de Koshuru. Luego, habló. —¿Dónde está? La mujer. Necesito hablar con ella, ahora. RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Datsue - 20/05/2019 Tsukare, molesta porque la hubiesen despertado por aquella tontería, bufó antes de dar media vuelta e irse. Luego Koshuru miró a Suzaku, confundido. —Qué… ¿A la puta, dices? —preguntó, extrañado—. Está bien, espera aquí. Pero es ron, compañero. Nada de lo que preocuparse, joder. No es más que una tontería. ¿A quién le importaba que unos hombres se hubiesen tomado una pequeña borrachera nocturna? Mientras el omoide fuese transportado del punto A al punto B sin contratiempos, el resto era secundario. No obstante, quería comprobar las dotes de Suzaku para resolver problemas como aquellos. Quién sabe, quizá hasta podría convertirle en su mano derecha. Seguir escalando. ¿No estaba Dragón Rojo conformado por ocho Cabezas de Dragón? ¡Pues ellos podían ser las Colas de Dragón! Los subalternos fieles y tan necesarios para una organización que a cada día crecía más y más. No tardó demasiado en traerla. La mujer, que había estado desayunando en el comedor en una mesa aparte, no parecía muy contenta con la petición. Era una muchacha de unos treinta años, más o menos. De pelo castaño que le llegaba hasta los hombros, ojos color avellana y vestía una blusa azul con pantalones oscuros. Era algo bajita, esbelta y muy guapa. —¿Qué ocurre? RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 20/05/2019 El Uchiha no dijo nada más; había formulado su comando y así tenía que ser cumplido. Incluso aunque por el momento aquellas órdenes que él daba estuviesen sustentadas por una autoridad ajena directa e indirectamente —primero por su visible amistad con Kaido, de la que los marineros habían tomado buena nota, y segundo por su confrontación con Shaneji—, eran cumplidas. Y a Akame le gustaba. Siempre había disfrutado de un correcto ordenamiento de la jerarquía militar cuando era jōnin en el Remolino; pero esa vez era distinto. No se trataba del simple gozo de contemplar los engranajes de una máquina bien engrasada funcionando sin problemas, sino de tener la certeza de que la mano que da cuerda a todo el aparato está al final de tu brazo. La certeza del poder. Y a Uchiha Akame le gustaba, le gustaba mucho. ¿Quizás demasiado? Puede que fuese pronto para responder a eso. —Hazle, Koshuru. Paciente, el Uchiha esperó en el camarote donde se suponía que debía estar Kaido. Y donde, evidentemente, no estaba. Pero Akame ya no pensaba en por qué su compañero se había ido en mitad de la noche, nadando a través del Mar Central, o a donde. No le importaba; no en ese momento. Ahora tenía cosas más acuciantes de las que ocuparse... Asuntos que no podían esperar. Cuando el jefe de los marineros apareció con la prostituta, Akame se lo agradeció antes de cerrar la puerta entre ellos, dejando a la mujer dentro. —Gracias, Koshuru. Lo has hecho bien. Cuando ambos estuvieron a solas, Akame se plantó frente a la mujer. Sus ojos seguían brillando con la luz carmesí del Sharingan, y la escudriñaban con una mezcla de curiosidad y anticipación. Cuando ambas miradas se encontraron, las aspas del Sharingan empezaron a girar como si de un molinillo de viento se tratase. Si aquella mujer era una civil sin conocimiento del Ninshuu, no podría prevenirse del Genjutsu de Akame. La tendría a su merced. El Saimingan obraría su efecto hipnótico en ella para posibilitar un interrogatorio realmente breve pero sincero. —¿Cómo es tu nombre, mujer? —preguntó el Uchiha, dueño y señor de aquel mundo ilusorio—. ¿Sabes algo del ron que falta en la bodega? Un barril vacío y varias botellas. ¿Las cogiste tú? ¿Las cogió Shaneji? RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Datsue - 20/05/2019 Oh, las bondades del Saimingan. Había unos pocos, Shaneji entre ellos, que lo minusvaloraban. ¿Para qué apartar la vista de aquellos ojos, si no podían convertir la ilusión en realidad? Pero Akame seguía demostrando, una y otra vez, cuán equivocados estaban. La mujer, en efecto, no tenía conocimiento alguno en el Ninshuu. No más que cualquier otro civil, que se limitaba a un: hacen figuras con las manos, y pasas cosas. Claro que Akame no necesitaba de ningún movimiento de mano para hacer que estas surgiesen. Después de todo, era un Uchiha. —Mi nombre de artista es Hana. El de verdad, Shikari —respondió con voz impersonal, totalmente entregada al Genjutsu de Akame—. Sí, sé qué pasó con ellas. No, no fue Shaneji. Fui yo. Ni huellas. Ni algún mechón suelto caído en el suelo. Ni manchas. Ni pistas. O enrevesadas teorías. Un caso que podía haberse convertido en un verdadero quebradero de cabeza se resolvió así de fácil. Tal era el poder del Sharingan. RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 20/05/2019 Pero Akame no estaba todavía satisfecho. Necesitaba más detalles. Más información. Y tenía que ser rápido. —¿Por qué las cogiste, Hana? ¿Y qué pasó con el barril? —el Uchiha hablaba sin cortarse. No tenía precisamente demasiado tiempo—. ¿Qué has hecho con el alcohol? RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Datsue - 20/05/2019 Hana volvió a responder con la verdad: —Para dejar un rastro —respondió, concisa—. Tiré el barril vacío al mar. El alcohol de las botellas los tiré por el lavabo, y luego las tiré, vacías y con tapón, por la ventana. Una cada hora, por la noche. RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 20/05/2019 «Por todos los putos santos de la Corte Celestial...» Aquella respuesta descolocó totalmente a Akame. ¡Aquella mujer era una espía! El Uchiha notó cómo se le empezaban a subir las pulsaciones y trató de serenarse; era difícil controlar un Genjutsu tan complejo como el Saimingan si uno dejaba que las emociones le dominaran. Sin embargo, los peores temores del joven renegado empezaban a hacerse realidad. Notó la boca seca fuera de su ilusión. Y dentro de la misma, hizo la pregunta del millón de ryos. —Un rastro. ¿Para quién, Shikari? ¿Para quién trabajas? RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Datsue - 20/05/2019 Shikari se estaba desnudando —metafóricamente— ante Akame. Y hubiese preferido mil veces que fuese literalmente, porque aquella confesión iba a acabar con su cuello. Algo en su interior quiso revolverse, revelarse, pero el peso que le oprimía el pecho era el de una montaña. Y ella a duras penas podía mover un barril. —Trabajo para el que mejor me pague. —Y Shaneji pagaba bien, pero ellas pagaban mejor—. Para las Trillizas de la Tormenta. RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 20/05/2019 «"Las Trillizas de la Tormenta". Bueno, al menos no es la jodida Amegakure», pensó Akame con cierto alivio. En su época como shinobi se las había visto contra muchos tipos de criminales, y a juzgar por las palabras de Shikari, aquellas mujeres debían ser una banda más. Unos jugadores del tablero del submundo, más allá de los márgenes de la ley, como Sekiryuu. Unas de tantos. El Uchiha chasqueó la lengua; «qué molestia...» —Lo has hecho bien, Shikari. Muy bien. Ahora puedes descansar. Con aquella orden, como si de un botón de apagado se tratase, el Saimingan se rompería en mil pedazos y la prostituta caería inconsciente, profundamente dormida. Akame se abalanzó hacia ella en el momento justo para impedirle que su cuerpo tocara el suelo, probablemente golpeándose la cabeza y lesionándose gravemente. Ya habría tiempo para eso; pero primero, había algo mucho más acuciante. El Uchiha arrastró a Shikari hasta una de las sillas del camarote, la recostó sobre ella y sacó su bobina del hilo ninja. Con movimientos cada vez más fluidos, conforme sus dedos recordaban el tacto del sedal, Akame ató a aquella mujer al asiento. Los tobillos a las patas delanteras, y las muñecas —juntas— en la espalda, a las patas traseras. Luego la amordazó con la funda de la almohada, asegurándose que tendría la nariz despejada para poder respirar. Si sus cálculos eran correctos, la mujer despertaría en unos minutos. «Ya me ocuparé de esta zorra después.» Sus manos se entrelazaron en un sello, y una media sonrisa se dibujó en sus labios. Era hora de cazar. Como un querido lector sabrá, los tiburones gustan de pensarse los mayores depredadores del mar. No hay bestia alguna que se les pueda igualar en cuanto a fiereza, potencia física y sed de sangre. Sin embargo, hasta el rey del Océano debe cuidarse de sus enemigos, como pronto Kaido averiguaría. En un mundo tan cruel y salvaje como Oonindo, siempre hay un pez más grande. Más rápido. Más listo. Siempre. — Ñieeeck. La puerta del camarote de Shaneji se abrió con un ligero crujido, y desde el pasillo, la figura delgada pero menuda de Shikari —o como Shaneji la conocería, probablemente, Hana— ingresó en la estancia. Caminaba con paso dubitativo, llevando una enorme bandeja de las que había en el comedor, repleta hasta arriba de tostaditas, bocadillos y demás manjares que se habían estado sirviendo en el desayuno. La comida formaba una verdadera montaña, hasta tal punto que Hana parecía tener dificultades cargándola. Así, la dejó en el suelo, junto a la puerta, y luego cerró la misma. Sus ojos escudriñaron la estancia, buscando al Cabeza de Dragón; de hallarlo, la prostituta se aproximaría con paso extraño. Cuando habló, su voz sonó a ella, pero había en efecto algo distinto. —¿S... Shaneji-sama? Si Shaneji estaba en su lecho, Hana trataría de meterse entre sus sábanas para hacer lo que tenía que hacer. —Shaneji-sama... Os he traído... El desayuno... x2 Acciones Ocultas RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Datsue - 20/05/2019 Dicen que los tiburones no paran de moverse incluso cuando duermen. Siempre fluyendo con el mar. Siempre en busca de nuevas presas, incluso inconscientemente. Fuese este dicho falso o no, lo cierto era que Shaneji dormía la mar de relajado. Boca arriba, casi completamente destapado y en calzones. Visto así, hasta se podía apreciar en él algo de bondad. De ternura. Esa misma que le hacía odiar el omoide —y cualquier otra droga—, por el daño que hacía en las personas. Y en sus familias. Él lo sabía muy bien. Para su enorme pesar, su madre había entrado en aquella espiral hacía mucho, mucho tiempo. Desde el mismo momento en que fue concebido. Pero esa, era otra historia. Una que no tiene cabida aquí. Shaneji entreabrió un ojo, molesto, ante la voz que le llamaba. Que le despertaba. —¿Eso me has traído, hmm? —se limpió las legañas con una mano y la atrajo con la otra tomándola por el cuello. Bueno, ya que el daño ya estaba hecho, nada mejor para empezar una mañana que con una buena…—. Ven, yo también te he traído un desayuno. Se bajó los calzones y le acercó la cabeza con suavidad hacia su cintura. —¡Juuujujujuju! RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 20/05/2019 El Dragón mordió el anzuelo y Akame, desde su privilegiada posición de observación, sonrió para sí. El plan estaba saliendo a pedir de boca, incluso aunque era arriesgado. Muy arriesgado. Y sin embargo, ahí estaba; el depredador, sin saber que era en realidad la presa. Porque cuando Shaneji agarró del cuello a aquella mujer y tiró de su cuerpo para reducirla a un mero objeto sexual con el que saciarse, ella sonrió, diligente. Y bajó. Y una de sus manos acarició el pubis del Hōzuki... La otra despegó un sello explosivo de clase B que tenía pegado en la parte interior de su muslo derecho. ¡BOOOOOOOOOOM!
Porque aquella nunca había sido Hana, sino una mentira. Una ilusión. Como mentira había sido que le trajese el desayuno; pues lo que había llevado al camarote de Shaneji en realidad, era su muerte. La bandeja repleta de comida, de proporciones dignas de un banquete, desapareció con un "puf" al igual que el Kage Bunshin hengeado en Shikari, que tan bravamente se había inmolado por su creador. La figura de Akame estaba ahora junto a la puerta, con aquellos ojos rojos encendidos y fijos en su objetivo. Su brazo derecho se movió para arrojar algo a los pies de la cama, y un destello cegador inundó la habitación justo después de que el verdadero Akame cerrase los ojos. «Palmada. Mono.» «¡Raiton! ¡Hebi Mikazuchi!»
Ahora sólo restaba por ver si Shaneji mordía el segundo cebo. El de utilizar su insigne técnica del Clan Hōzuki para tratar de prevenirse del ataque que llegara a continuación, sólo para sufrir una descarga eléctrica casi a bocajarro. RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Datsue - 20/05/2019 Quien le iba a decir que aquella zorra ingrata iba a traicionarle. Que se inmolaría solo por el gusto de verle sangrar. Shaneji no se lo vio venir, no se lo hubiese visto venir ni en mil vidas. Por eso, el Suika no acudió a él a tiempo para la explosión. ¡¡¡BAAAAMMMM!!!
Su cuerpo salió despedido por el aire y su espalda impactó contra una pared. Entonces, se dio cuenta: Hana no le había traicionado, sino Suzaku. Ah, aquello sí se lo hubiese visto venir. Pero había sido demasiado confiado. Demasiado despreocupado con su propia seguridad. Un tiburón, después de todo, estaba en lo más alto de la pirámide alimenticia. No sufría de depredadores. —Tú… —Iba a pagarlo. Iba a… Un destello cegador interrumpió sus pensamientos. Cerró los ojos, al mismo tiempo que activaba el Suika de manera instintiva. Había librado demasiadas batallas como para no saber lo que llegaba a continuación. Un… —¡¡¡AAAAGGGGGHHHHH!!! ¡Otro imprevisto! ¡Una segunda vez que le engañaban! La serpiente eléctrica impactó en él justo cuando se diluía como un flan, sacudiéndole de arriba abajo con la poderosa corriente. Raijin le había lanzado un rayo, y él había sido tan estúpido como para recibirlo con los brazos abiertos. En un combate justo, en un duelo frente a frente... Ah, hubiese reventado a aquel hijo de puta con un solo dedo. Y, en cambio, ahora... —Hijo… de… puta... Todavía le quedaban tantas cosas por hacer. ¡Tenían que hacerse con el País del Agua! ¡Devolver a su tierra el honor perdido! ¡Volvería a ser temida, volvería a ser un lugar del que sus gentes hablasen orgullosos! ¡Y los ninjas extranjeros jamás volverían a atreverse a propasarse con los suyos! Tal y como habían hecho con su familia... Tal y como habían hecho con tantos. Tenía ... que... hacer... resurgir... a... Sí, ese... era... sido... su... destino. Desde... siempre. Ese... era... ¡Plac! El cuerpo de Shaneji cayó al suelo, inconsciente. Derrotado. Fue entonces cuando se oyeron gritos desde el comedor. Gente corriendo por el pasillo. La puerta de la habitación había sido remodelada por Suzaku, ahora la entrada era mucho más amplia, gracias a que la pared había reventado por la explosión. Incluso el suelo, allí dónde antes había estado la cama y ahora no eran más que escombros en llamas, se había abierto. Se podía ver desde allí la bodega y su mercancía. —¿Qué…? ¿¡Qué está pasando!? —gritó Koshuru, acompañado por media docena de hombres. 0/200 -65 – -135 –294/300 -6 –Sin inventario visible RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 20/05/2019 Akame observó durante unos instantes cómo el cuerpo de aquel gigantón del mar caía derribado, inconsciente, inerte. Su corazón todavía latía aceleradamente y el pecho se le bamboleaba arriba y abajo fruto de la respiración apresurada. Había gastado mucho chakra, había arriesgado todo cuanto tenía —que tampoco era mucho—, pero le había salido bien. Y es que Shaneji le había subestimado. Kaido le había subestimado. Uzushiogakure le había subestimado. Todos le habían dado por muerto, o por inútil, por una sombra de lo que un día había sido. Pero él estaba decidido... Él iba a mostrarles que se equivocaban. Suspiró. Sonreía. Con paso firme se acercó al cadáver de Shaneji, mientras al otro lado del agujero en la pared del camarote los curiosos se agolpaban, seguramente atraídos por el estruendo de la explosión. Entre ellos estaba Kushoro. «Bien. Que miren.» Akame desenvainó su fiel espada con un siseo mortífero y la empuñó con firmeza. Con ambas manos. «Tenías razón, Kaido. La gente como tú y como yo no estamos hechos para ser esclavos.» Alzó la hoja por encima de su cabeza. «Nos merecemos...» ¡Zsssssss!
«¡La Libertad!»
La hoja de la katana descendió con un destello plateado, cortando limpiamente el cuello de Shaneji y separándole la cabeza de los hombros. La sangre empezó a brotar, tímida al principio pero con más brío después, anegando los linderos del cadáver del antaño Cabeza de Dragón. Akame se agachó y agarró la cabeza decapitada por la melena, manchándose con la sangre de su enemigo. Sus ojos, todavía rojos, estaban clavados en los del Hōzuki. Abiertos. Sin vida. Su chakra inundó la sala, infundiéndoles temor a los marinos. —Me dicen Suzaku —masculló, incorporándose para voltearse y plantar cara a los marineros. Aun con la espada ensangrentada en la mano derecha, alzó la zurda para mostrarles la cabeza decapitada de Shaneji—. ¡Y a partir de este día me conoceréis como a un Dragón! RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Datsue - 21/05/2019 Los contrabandistas no daban crédito a lo que veían sus ojos. Shaneji, un Cabeza de Dragón, temido en todo el país, acababa de ser decapitado por un joven chico surgido de la nada. Nadie le conocía, nadie había visto su cara envuelta en vendas hasta el mismo día anterior. Un chico soso, sin presencia, un tipo del montón. Que ni resaltaba ni le reconocerías en un segundo encuentro de no ser por sus características quemaduras. Y ahí estaba, con la jodida cabeza de un Dragón. —Me dicen Suzaku. ¡Y a partir de este día me conoceréis como a un Dragón! Todos y cada uno de ellos sintieron una súbita presión en el ambiente. Todos se miraron, confusos. Y, tras un momento de duda... Kushoro hincó la rodilla. Y el resto, sin salir de su asombro, le imitaron. Todos y cada uno de ellos se postraron. Todos y cada uno de ellos agacharon la cabeza en señal de respeto… y sumisión. Fue entonces cuando Akame notó algo. En su mano. Le ardía. Sí, literalmente, la cabeza que estaba sujetando ardía. También el cuerpo que había decapitado. Como si estuviesen bañados en un aceite inflamable y de pronto alguien hubiese tirado una mecha encendida. Y, entonces, sucedió algo que para la mayoría parecería impensable, aunque Akame ya había visto algo parecido junto a su antiguo Hermano y a Aiko. Un muerto vivo. —Te felicito, Suzaku, por matar a mi hijo —La cabeza, ardiendo y decapitada, hablaba. Hablaba mientras su piel y sus labios caían, derretidos. Hablaba mientras sus cuencas le miraban sin ver—. Ocuparás su lugar, o morirás para dejar sitio a otro. —Su voz era profunda, ronca y gutural. La voz de una bestia que no estaba acostumbrada a comunicarse en el lenguaje de los humanos. RE: ¡Brindad marineros yoho! - Uchiha Akame - 22/05/2019 Akame observó con sus ojos de Uchiha la duda que empezaba a invadir los rostros de la tripulación, y que fue seguida de la sumisión cuando su jefe dio el primer paso. O más bien, la primera rodilla. A la inclinación de respeto realizada por Kushoro le siguieron las de sus subordinados, conscientes de que el gorro de capitán del navío acababa de cambiar de cabeza. Akame, que todavía sostenía la cabeza decapitada de Shaneji en la mano, les lanzó una larga mirada. Sí, había cumplido su objetivo y ahora no sólo se sentía a salvo en el barco —o, al menos, mientras tuviera el respeto de aquellos hombres—, sino que dejaría de ser el segundo de Kaido para tomar una posición en primera fila. La que le correspondía. Ahora sólo quedaba una pregunta en su cabeza... ¿A qué precio? De labios del propio Tiburón había conocido de la jerarquía de Sekiryuu, y de que uno sólo podía ascender hasta la cima, hasta la Cabeza, cortando a la anterior. ¿Pero sería así de fácil? Pronto descubriría que no. Porque, de repente, el cuerpo sin vida de aquel Hōzuki estalló en llamas. Akame desvió la mirada, aterrado de que en realidad todo fuese una treta y Shaneji todavía tuviese un as en la manga... Pero no. Cuando oyó la voz, gutural y grave, salir de los propios labios muertos de la cabeza que él sostenía en la mano, supo que estaba hecho. Quien quiera que fuese que estaba hablando le congratulaba por haber asesinado a Shaneji, y le invitaba a ocupar su lugar. Akame dejó caer la cabeza segada del cuerpo junto al mismo, mientras ambos se consumían por el fuego. Luego volvió a mirar a la tripulación. —Lo habéis oído con vuestras propias orejas. Hay un nuevo capitán en este barco... ¡Y tenemos un destino que alcanzar! ¡Vamos, todos a sus puestos, este mastodonte no se va a gobernar solo! —ordenó, a voces. Luego miró a Kushoro—. Kushoro-san, tú quédate. Tenemos asuntos que tratar. |