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¡No puedes hacer eso! - Versión para impresión

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¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 13/05/2015

Al parecer, lo intentara las veces que lo intentara, no lograba dominar aquella técnica tan guay que tenia mama. Era una técnica que había pasado de generación en generación desde que nuestro clan aun era una parte del clan Hozuki. Vamos, lo que viene siendo la técnica estrella de clan. Y mama no hacia nada raro para controlarla, simplemente lo hacia. Y parecía muy sencillo. Pero yo no lo lograba ni siquiera con una parte del cuerpo. Por suerte mama nunca dejo que papa intentara ayudarme, aunque había sugerido unas cuantas veces golpearme con su hacha. Hubiese muerto hacia tiempo ya.

De hecho, aquel día, como mi madre se había ido a trabajar, mi padre sugirió que fuésemos a entrenar mientras cargaba aquel enorme instrumento del diablo a su espalda. Tarde muy poco en acordarme de un misterioso encargo que me había hecho mama para largarme de casa. Si, me invente una excusa para que mi padre no me partiera en dos. Aun tengo muchas cosas que hacer antes de morir, como por ejemplo...mmm... pues ahora mismo no se el, pero algo.

Decidí que lo mejor es que entrenara yo sólito aquella técnica, por mi propia seguridad. Busque algún lugar apartado de la ciudad donde pudiera golpear algo sin que nadie se quejara, y donde no pasara mucha gente que me conociera o alguna de esas fans locas que quería que le mordiera.

Había un parque, abandonado hacia años, que no estaba muy lejos de mi casa, y por donde raramente circulaba gente. Los columpios y toboganes habían sido desgastados por orden del tiempo, los arboles ya no tenían hojas, algunas ramas amenazaban con caerse y otros arboles parecía que se desmoronarían con un solo golpe. Junto a la incesante lluvia, aquel lugar parecía sacado de alguna especie de novela de terror. Perfecto para alguien como yo.

La madera de los arboles crujía bajo mis puños cuando la golpeaba. había elegido el árbol que parecía mas resistente, pues aunque mi fuerza física, al contrario que papa, era escasa, pretendía que el árbol me durara toda la practica. Lo golpee una y otra vez sin cesar, y a su vez, sin ningún éxito. La ultima vez, incluso me hice daño.

Aiis, esta no era la forma en la que tenia que sangrar — Dije mientras me lamia la herida.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Amedama Daruu - 13/05/2015

Había discutido con su madre de nuevo por intentar cocinar masa de pizza a escondidas, en su cuarto. ¿Pero es que no entendía que no deseaba revelar la receta a nadie? ¿Y si algún otro aspirante a pizzero famoso, y con tanto conocimiento de Ninjutsu como él se había fijado ya en que le gustaba la pizza y había decidido espiarle con el objetivo de robarle la receta? No, quería tener la primicia, y la tendría: cuando consiguiese la masa perfecta, sería el primero en darla a conocer.

Hasta ahora, no había tenido suerte.

De modo que se había retirado a algún sitio tranquilo, ataviado con una larga túnica blanca y un gorro de paja. En realidad, caminaba sin rumbo, pero giraba en las esquinas en las que no veía demasiada gente y se apartaba de los lugares abarrotados, que eran muchos en la Lluvia.

Finalmente arribó a un parque solitario de árboles con hojas secas y caídas y toboganes en mal estado. ¿Solitario? Si contamos por "solitario" el que sólo hubiese una persona, sí, era solitario.

Y acababa de darse cuenta de que, aunque lo conociese, nunca le había dirigido la palabra. Y por ningún motivo en especial.

A simple vista, uno podía pensar que Kurozuka Reiji era un muchacho siniestro. Todo de negro, ojos rojos como la sangre y el pelo más negro todavía que su ropa, con una piel pálida como el marfil. Mucha gente le tenía miedo, otra, manía. Incluso se llegaba a decir que era un vampiro, o algo así. Para Daruu, era todo una niñería que se había extendido. Odiaba a los que abusan de los demás, y consideraba aquello como una especie de abuso. De la clase de abuso que no se llama abuso, pero que hace el mismo daño.

Aunque, desde luego, hay gente a la que no le importa la soledad. Quizás Reiji lo fuera. A Daruu no le importaba tener amigos, o no tenerlos. Pero si no iban a ser buenos amigos, prefería que no. Tenía a su familia, al menos.

Esto... —intentó romper el hielo—. Hola, Reiji-san. ¿Qué haces por aquí?

Oscuro como la noche y dorado como el sol, aquellos dos formaban un curioso contraste.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 17/05/2015

Daba igual cuanto lamiera la herida, aquello parecía un río de sangre, como si me hubieran cortado las venas. Esto se debe a que, si yo no era lo suficientemente raro, mi genética me premio con una ingente cantidad de sangre. Para ser más exactos tengo en mi cuerpo el doble de sangre que una persona normal. Y por si fuera poco, se regenera sólita al salir de mi cuerpo, así que yo no muero desangrado. Pero es genial a la hora de usar las técnicas de mi clan.

El caso es que, aquel día, en aquel lugar, mi brazo estaba empapado de sangre, y eso empezaba a manchar mi ropa, y el suelo. No era algo raro, o fuera de lo común, sin embargo, si alguien pasara por aquel sitio, pensaría que acababa de cometer algún tipo de asesinato o que se yo. Y más en un lugar abandonado como aquel. Aunque teóricamente, a esas horas, y prácticamente a lo largo del día, no pasaba nadie por allí.

Digo teóricamente porque, no mucho tiempo después, una voz familiar sonó a mis espaldas. Aquella voz pertenecía nada menos que al chico rubio soleado de la clase. Su pelo brillaba como el sol, si es que alguna vez podías verlo en Amegakure, y las veces que podías verlo no era buena señal. Él no era una excepción. Su aparición no era una buena señal para mí. No cubierto de sangre como estaba. No con mis leyendas de por medio.

Por instinto, me gire hacia el para responderle, y así fue como él pudo verme cubierto de sangre, inclusive los labios, que había usado para lamer la herida.

Esto.... pues veras...estaba aquí... —No había muchas maneras de explicar aquello —Entrenando —dije a toda velocidad, luego, rapidamente, cambie de tema —¿Quieres ir a comer pizza? —Dije mientras me limpiaba la boca con la manga del brazo que no estaba herido.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Amedama Daruu - 21/05/2015

Kurozuka Reiji se dio la vuelta, y Daruu dio un paso atrás y se llevó las manos a la boca, asustado. Mientras tanto, el joven de cabellos oscuros mantenía que había estado entrenando. Pero las señales de alarma de Reiji eran mucho menos exigentes que las de una persona normal, en desconocimiento de la condición del pelinegro.

¡Pero animal, no ves que estás sangrando! —exclamó, señalando el brazo y el goteo que incesante repiqueaba en el suelo—. ¿De verdad estás bien así? ¿De verdad? ¿No quieres ir a un médico?

A toda velocidad, Reiji cambió de tema y le sugirió ir a comer pizza. A comer pizza. Estaba goteando sangre en el suelo. Pero, tranquilamente, se la limpiaba con la manga del otro brazo, sin mostrar aspectos de agotamiento o de dolor.

Había oído cosas de ti, y no me había creído ninguna. —contestó, con una sonrisa que no se podía interpretar bien, fruto de la ironía de la situación—. Pero nunca he visto a una persona desangrándose que sugiera ir a comer pizza. Definitivamente, en esto SÍ eres raro.

»¿De verdad no quieres ir a ver a un médico, o algo? Eso es mucha sangre, y a estas alturas ya no sé si quiero saber qué has estado haciendo para herirte de esa manera.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 23/05/2015

Daruu reacciono como cabía esperar cuando me vio, o al menos en un principio así lo pareció. Dio un paso atrás y se echo las manos a la cara, aterrorizado. No era para menos, aquello parecía una carnicería, si no contamos que no había nada de carne excepto su cuerpo y el mio. Sus palabras, sin embargo, señalaron la realidad, pues Daruu se había dado cuenta de que la sangre no era de otro que de mi.

Lo veo, y lo noto, pero es que es una heridita de nada, me ha pasado de fuerza con el arbol, y me he raspado los nudillos, ya se cerrara sola, creo

Aunque por la cantidad de sangre que salia, que era anormal, no lo parecía, la herida era normal y corriente, y se cerraría en un rajo, aunque mientras tanto, yo no pararía de sangrar. Aunque era una ventaja esa de tener un montón de sangre en el cuerpo, no lo era a la hora de hacerse una pequeña herida. Y mucho menos al hacerse una herida grande. Sin tan solo hubiera controlado aquella técnica...

Si eh? mira que sugerir ir a comer pizza cuando no puedo comer ese tipo de cosas, normal que la gente piense que soy raro si digo esas cosas...

Y la verdad es que pensaba que realmente se refería al tema de la pizza y de la sangre, y no a que me estaba desangrado. Era normal que le pareciera raro que alguien que solo bebía sangre, pidiera ir a comer una pizza !Si incluso a mi me pareció raro!

No, el medico me matara si ocupo su tiempo con una chorrada como esta, ademas, la sangre que sale... puedo reponerla

Sonreí mientras echaba mano a una bolsita de sangre que llevaba encima, y empece a bebérmela como si de una ANBUcola se tratase. Solo que era roja en vez de marroncita. Aunque, quien quería beber algo de color marrón cuando el barro era también de ese color?


RE: ¡No puedes hacer eso! - Amedama Daruu - 24/05/2015

No se lo podía creer. A pesar de que el brazo de Reiji parecía seriamente herido, él aseguraba de que se trataba sólo de una heridita de nada. Que se había raspado los nudillos, decía. Pues como no se los hubiera raspado con una katana y no con un árbol, no entendía esa manera de raspar. Daruu había entrenado para mejorar su Taijutsu en numerosas ocasiones, y había sufrido, por supuesto, ciertas heridas de mayor y menor importancia. Y nunca se había raspado los nudillos de aquella forma.

Reiji rechazó de pleno la idea de acudir al médico, de nuevo insistiendo en que aquello era una herida de nada, y aseguró que podía reponer esa sangre sin problemas.

«Dicen de él que es un vampiro y que se alimenta de sangre humana... Pero no parece una mala persona, y si hubiera hecho daño a alguien ya se habrían ocupado de él. ¿Qué habrá de cierto en todo eso?», se preguntó, intrigado. Sospechaba que Reiji era especial, pero no que se tratase de un monstruo. El mundo de los Kekkei Genkai era muy extraño, al fin y al cabo, ¡su madre le había contado leyendas sobre hombres que eran capaces de hacer crecer madera viva de la nada!

Dijo también, que no podía comer pizza. Daruu no podía imaginarse un destino más cruel que aquél.

¿No puedes? ¿Eres alérgico al gluten, o algo así? —preguntó, en toda su inocencia—. Es una lástima, porque yo las hago de miedo.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 26/05/2015

No soy alérgico a nada, creo

O tal vez a todo lo comestible, aunque no se trataba en realidad de una alergia en si, era simplemente que su organismo no lo toleraba, o algo así le había explicado su medico, pero en realidad no había entendido mucho de todos aquellos tecnicismo, o tal vez lo hubiese hecho si hubiera prestado el interés necesario en las explicaciones del doctor. Pero era un crío, y estaba mas pendiente en volver a casa para comprobar cual era el siguiente cómic de los Ame ranger que tenia para leer.

Me encantaría probar tus pizzas, pero las vomitaría —Acompañado de un terrible dolor, pero ese era siempre el resultado —No te ofendas, no es que piense que están malas o algo así, es que mi cuerpo no tolera ningún tipo de alimento que no sea sangre, supongo que por eso soy un vampiro, o eso dicen

La verdad es que no chupaba sangre de ningún sitio. Por si acaso. De todos modos eso de chupar sangre sonaba un tanto obsceno, por lo que tampoco captaba su interés por el momento, quien sabe, tal vez mas adelante se le desataran las hormonas. Pegué un trago mas a la bolsa de sangre mientras todavía goteaba un poco de sangre de la herida, pero el caso es que ya sangraba menos.

Y no te preocupes por lo de la herida, de verdad, mi cuerpo es así de guay, por si creías que la genética no era lo suficientemente divertida


RE: ¡No puedes hacer eso! - Amedama Daruu - 27/05/2015

Reiji sostuvo que no era alérgico a nada, que el creyera. Entonces, ¿por qué no podía comer pizza? ¿No le gustaba? Daruu se puso a pensar en esa posibilidad y la descartó al momento: a nadie le disgusta una buena pizza, y si lo hace, es por que no es una buena persona. Lo había decidido, sí. Se cruzó de brazos y asintió con mirada determinante como si estuviese manteniendo un diálogo consigo mismo, de forma muy cómica.

La respuesta vino por sí sola unos segundos después, cuando el vampiro le aseguró que su fama venía precisamente de su extraña condición: no podía comer ni beber nada que no fuera sangre. También le dijo que estaba relacionado con la cantidad de sangre que salía de su herida.

Joder, y yo creía que era raro por ser tan rubio en un sitio así —dijo, con ironía—. ¿Y puedes vivir bien? Quiero decir, ¿de dónde sacas toda la sangre que necesitas ingerir?

Por primera vez, Daruu temió saber la respuesta. Pero se imaginó que sería tan poco fantasiosa como el resto de respuestas a las incógnitas de su leyenda, así que necesitaba saberlo.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 7/06/2015

Ser rubio raro? creo que he visto ya demasiadas cosas raras como para el color de pelo de alguien me parezca algo raro

El color del pelo de mi madre era rojo como la sangre!, que hubiese sido la gota que colmaba el vaso si hubiese nacido así. Por suerte para mi, los genes de mi padre eran fuertes en algunos aspectos y débiles en otros. Bien podía haber sido una mole de músculos pelirroja y con el tamaño del cerebro inversamente proporcional al del biceps. Por suerte, solo había heredado su color de pelo.

Se que lo quieres escuchar es que por las noches, cuando todo el mundo descansa, yo entro a hurtadillas en sus casas, les muerdo el cuello y me bebo su sangre, por desgracia, yo no puedo morderle el cuello a nadie, por que no puedo comer carne, así que siento decir que el prota de esa historia no soy yo, ni nadie de mi familia

Aunque bueno, algunas muchachas, ávidas de adrenalina y nuevas experiencias, venían a mi buscando que el vampiro de sus fantasiosas leyendas bebiera sangre de su cuello, las transformara en vampiro, y esas cosas. Algunas incluso se creían que cuando me daba el sol, brillaba como si mi cuerpo tuviera un montón de purpurina. Y todo por culpa de esa novela rosa de un autor desconocido que mi leyenda había generado. Lo que me faltaba, que cuando me diera el sol brillara como si alguien me hubiese tirado un barril de purpurina encima.

La realidad es que la Arashikage, bendita sea ella, nos ofrece a mi y a mi familia cada mes, la sangre que necesitamos para alimentarnos, en realidad solo para mi y mi madre, mi padre es un tipo normal, mas o menos


RE: ¡No puedes hacer eso! - Amedama Daruu - 10/06/2015

Reiji prejuzgó demasiado pronto e indicó que seguramente lo que Daruu quería escuchar —nada más lejos de la realidad—, es que por las noches, cuando todo el mundo dormía, el vampiro entraba a sus casas a hurtadillas y mordía el cuello de sus habitantes. Daruu frunció el entrecejo y se dispuso a replicar, pero el muchacho contó la historia verdadera esta vez.

La Arashikage les ofrecía cada mes la sangre que necesitaban para alimentarse. Daruu se preguntó si sería mucha. En ese caso, algo bueno les tendría que aportar dicha familia para que les diera sangre así, gratis, cuando probablemente hubiese muchos enfermos que la necesitaban. O eso o había una increíble cantidad de donantes en Amegakure. Reiji y su madre eran los que sufrían la condición, no su padre, que era normal. Concretamente, "más o menos".

«¿Más o menos? ¿Qué dice éste?» —pensó. Otro día distinto comprobaría personalmente a lo que se refería.

Pues creo que me has juzgado mal, tío —contestó Daruu, de mal humor—. No creo en esas cosas. Nunca las creí, por eso me he acercado a hablar contigo.

»Pero es una pena que no puedas probar la pizza, está muy buena. Aunque te libras del pescado. Eso que te llevas.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 13/06/2015

Hace tiempo que decidí que todo el mundo pensaría de mi lo que dijeran las leyendas hasta que demostrara lo contrario —Repliqué, hasta el momento había muy pocas personas que no me juzgaban por el hecho de ser un "vampiro" y de beber sangre, pero hacia ya bastante tiempo que había dejado de importarme, e incluso que le había cogido el gustillo —De cualquier modo, me hacen muchas gracia esos cuentos, e incluso me gustan, aunque estoy un poco hartito de las locas fanáticas que me piden que las muerda o las transforme, incluso tios, me lo han pedido incluso tios, puedo plantearme morder a una mujer pese a la repulsión que eso me produce, pero a un hombre? lo siento pero NO, prefiero morir de hambre

Entre mis pesares y mi mala fama, también se encontraban los fanáticos de lo sobrenatural y las jóvenes locas y desesperadas por un bocado de una criatura que ellas consideraban el centro de sus repugnantes fantasías eróticas. Pero entre ellas también había hombres, chicos jóvenes y desesperados por llamar la atención que querían ser vampiros para morder a las mujeres, o que buscaban en mi otra cosa. Lo primero podía entenderlo, aunque seguía pareciéndome repugnante beber sangre del cuello de alguien, pero lo segundo... lo siento, pero no me van los hombres. Aunque a veces pienso que tampoco las mujeres.

Pues que quieres que te diga, cuando mi madre le cocina pescado a papa, tiene una pinta increíble, y dan ganas de pegarle un bocado aun sabiendo que no puedo

Ademas de ese sublime aroma que desprendían aquellos deliciosos manjares que mama cocinaba para papa. A mi me resultaba muy raro que mama supiera cocinar así, pese a que ella tampoco podía comer nada y jamas probaba bocado alguno. Tal vez se debía a que mimaba demasiado a ese grandullón sobremusculado y descerebrado que era innegablemente mi padre. Yo le quiero un montón, pero eso no va a cambiar lo que es.

Ollé, ya que estas aquí, te importaría golpearme lo mas fuerte y violentamente que puedas?

Ya que estaba allí precisamente para despertar aquella técnica, tal vez si me viera en una situación de peligro real y no una situación en la que yo mismo le pegaba a un árbol sin sentido alguno, podría avanzar en el funcionamiento de la misma.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Amedama Daruu - 20/06/2015

¿En serio había gente loca que deseaba que le dieran un bocado en el cuello? Por lo que estaba contando Reiji, al parecer sí, y era una situación que se había repetido en numerosas ocasiones, por la forma en la que lo decía. ¿La gente no se paraba a pensar en qué pasaría si le chupaban toda la sangre? ¿En lo doloroso que tenía que ser que un vampiro, como los de las leyendas, te clavara sus colmillos en el cuello? Pues no, no se paraban a pensar.

Cuando Daruu le dijo a Reiji que al menos se libraría del pescado no pudiendo comer cualquier cosa que no fuese sangre, el muchacho replicó que cuando su madre lo cocinaba tenía una pinta increíble. En el rostro del rubio se dibujó una mueca de asco que era como para pintarla en un cuadro y exhibirla en una exposición de Terrores en la Lluvia. Al fondo de la sala. En un rincón a oscuras.

El pescado, el marisco, o lo que sea —contestó Daruu—. Si sale del mar, no quiero tener nada que ver con él. Que se lo coman otros, yo no.

Caminaron durante un tiempo más bajo la incesante lluvia. En Amegakure, se decía que cuando dejaba de llover, era un signo de un mal presagio. Daruu no creía en esas cosas, necesariamente, pero aunque no quisiera creer en ellas, lo cierto es que el silencio que provocaba la ausencia de tormenta era muy diferente del silencio que se escuchaba cuando sí que estaba presente. Del silencio nulo y tenso al correr fluído de las gotas de agua había un paso, y no sabía por qué, le resultaba más tranquilizante lo segundo.

Entonces el vampiro le dijo algo que le hizo arquear una ceja. ¿Golpearle lo más fuerte que pudiera?

No —dijo, simplemente—. ¿Por qué iba a hacerlo? No, no voy a golpearte, lo siento.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 27/06/2015

Seguro que no dices lo mismo cuando te cruces con una atractiva sirenita

Trate de bromear cuando Daruu comento que no quería tener nada que ver con las cosas que salían del mar. Aunque técnicamente el pescado de Amegakure era del lago, y no de ningún mar, lo que me dejó pensativo por un breve instante. También odiaría a los piratas? en los cómics eran muy molones pero siempre estaban por el mar. O tal vez se refería a cosas que salieran del mar literalmente, pero entonces lo del pescado del lago no tendría sentido alguno.

En fin, olvidando el tema de los peces, que parecía dibujar un poema de horror en el rostro del rubio, le pedí que me ayudara con mi entrenamiento golpeándome con todas sus fuerzas, básicamente por que creía que, situándome en una situación de extremo peligro, seria capaz de realizar bien aquella técnica que mama intentaba inculcarme desde hacia mucho tiempo.

Mira, estoy intentando entrenar una técnica que me enseño mama, pero no me sale bien, y necesito que me pegues con todas tus fuerzas y con ganas de dejarme la cara nueva

Seria, cuanto menos, mucho menos doloroso que las amenazas de mi padre de usar su hacha para que entrenáramos. Básicamente por que como no funcionara me partiría, literalmente, por la mitad. Los puñetazos, al menos, solo dejarían un par de moretones que sanarían, tal vez, en un par o dos de días. Eso claro, si no lograba conseguirlo de aquella forma, y si lograba que Daruu quisiera pegarme.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Amedama Daruu - 30/06/2015

Rió cuando Reiji le dijo que no pensaría lo mismo cuando se encontrase con una atractiva sirenita, tras su afirmación sobre el pescado y todo lo que viene del mar. Para ser un vampiro sanguinario, como decían las leyendas y los cuentos que se transmitían sobre él, a Daruu le parecía un tipo bastante simpático, con conversación agradable.

El muchacho, sin embargo, seguía insistiendo bastante en que el rubio le golpeara con todas las fuerzas de las que disponía. Aceptó la explicación de la técnica, y aún así se mostró reticente a hacerlo.

En serio... —le dijo—. No creo que golpearte sea una buena idea. Además, no me saldría del todo natural, ¿no?

Pero la mirada de Reiji parecía bastante decidida. Daruu cerró los ojos y dio un largo suspiro.

Está bien... Ponte ahí. —Le señaló un espacio del parque lo bastante amplio como para no increpar a nadie con una falsa pelea callejera y se colocó frente a él, poniéndose en posición de pelea. — ¿Listo?

Echó el brazo hacia atrás, y le golpeó la cara con toda la fuerza que fue capaz de reunir.


RE: ¡No puedes hacer eso! - Sasaki Reiji - 9/07/2015

Que si, que si, tu dame, si quieres te insulto o algo para me que pegues, o algo que odio mucho, te estiro del pelo...

Me estaba costando convencerlo de que me pegara un puñetazos. Joder, te cruzas con alguien por la calle, te ofre que le des un hostion, y lo rechazas? y luego el monstruo soy yo... Pero en fin, poco a poco el camino se iba despejando y Daruu parecía mas dispuesto a seguir con mis planes. Me insto a colocarme frente a el en un lugar de el parque que no daba a la calle.

Daba igual, por alli nunca pasaba nadie, y el parque estaba abandonado. De quien fue la mente maestra que tuvo la puta ingeniosa idea de construir columpios al aire libre en un sito en el QUE NUNCA PARA LLOVER. Si yo fuera Amekage, le hubiera mandado colgar del palo mas alto de los columpios. Pero no del cuello o de los brazos, no no no, de sus preciosas joyas de la corona. Por inútil.

En fin, me situé donde Daruu me indico, pregunto si estaba listo, pero no me dejo responder que si antes de lanzarme el puñetazo. Así me gustaba joder. Así si.

Peeeeeroooooooooooooooo, el resultado no fue el esperado. No señor. Tenia que haberme desecho en un montón de sangre y luego volverme a juntar. Y sin embargo... el golpe de Daruu reboto en mi mejilla y esta se tambaleo como si de una gelatina se tratara...

No, no soy de gelatina, no puedes comerme, esto no debería haber funcionado así...


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