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¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Versión para impresión

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¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 21/05/2018

Datsue saltaba de seta gigante en seta gigante, sin un rumbo claro. Sí, de seta en seta, pues en el Bosque de los Hongos, las setas hacían la función de las ramas para los ninjas, pues nacían del propio tronco de los árboles, más gigantes que éstas todavía.

El sol brillaba en lo alto del cielo, cálido y abrasador como solo en verano lo era, pero ni aun así era capaz de penetrar el tupido follaje que cubría todo el bosque, que formaba su propia y peculiar bóveda celeste, compuesta por distintos tonos de verde, marrón y ocre. Pese a ello, hacía calor, y el Uchiha viajaba tan solo con una camisa negra de tiras —con un zorro dibujado delante—, un pantalón corto que le llegaba por debajo de las rodillas, de color claro, y sus típicas getas.

Ah, y aparte de todo eso, estaba…

¡Más perdido que un kusareño en combate! —exclamó, enrabietado. Se detuvo en la última seta y miró al cielo. O trató de mirarlo, porque tan solo veía hojas y más hojas. Al no ser capaz de ubicar el sol, tampoco lo era de saber dónde estaba el Norte, y esa era la principal razón por la que llevaba dando vueltas durante más de dos horas.

Venía de hacer una misión de rango C, escoltando a un hombre hasta Tane-Shigai. Por suerte, sin el menor contratiempo. Una misión limpia, como a él le gustaba decir. Una misión limpia que estaba siendo ensuciada por su pésimo sentido de la orientación.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Inuzuka Etsu - 21/05/2018

Y para cuando se quiso dar cuenta, su carrera por labrar un mejor renombre al estilo de pelea familiar le había llevado a un lugar donde no parecía llegar la luz del sol. La penumbra era casi asfixiante, por no hablar de ese extraño olor procedente de los árboles y lo que no eran árboles. Si, además de los usuales vegetales, el bosque en el que se encontraban los Inuzuka estaba plagado de... setas. Las esporas vagaban sutilmente en el aire, dando un liviano color verdoso al mismo. En realidad, apenas era perceptible, tan solo lo era en los lugares donde mas setas se conglomeraban.

¡Yiiiiiah~! ¡TAP!

Con el bramido del chico, y el sonido de su puño desnudo golpeando la maleza de un árbol, una nube de esporas se precipitó hacia el de rastas. Antes de que ésta precipitada tormenta de esporas llegase a su cuerpo, el chico retrocedió un par de saltos, evitando el contacto.

¿Ves Akane? así es como se hace un buen juego de pies. Es tan importante el método de golpeo, como la destreza con la que te mueves para mantener las distancias —aclaró a un huskie que miraba a unos cuantos metros de su posición, atento como el que más.

Cuando la nube de esporas terminó de afianzarse sobre el suelo, el chico volvió a acercarse. Tomó su posición de guardia, haciendo gala de su alto adiestramiento en el Tekken, tomó aire y bajó apenas unas milésimas la guardia con la misma respiración. Apenas terminó de hacerlo, volvió a golpear de manera rotunda en el árbol. Era ya la número cuatrocientos, y la superficie del árbol ya se veía claramente dañada. De nuevo, volvió a retroceder ese par de saltos.

¿Ves? juego de pies de nuevo. Éste movimiento es la segunda base de nuestro estilo familiar, es la llamada sombra.

¡Wouf! —confirmó Akane.

El chico se tomó otro leve descanso, y miró a su huskie —en realidad, al golpear se debe tener especial atención a la respiración. Es la tercera base, nuestro tercer pilar. Pero eso... mejor dejarlo para la siguiente clase.

Si, así era, para ojos de cualquiera, un rastas le estaba enseñando taijutsu a un perro. No tenía ni pies ni cabeza, pero así era. Quizás la bandana que el chico portaba delataba que ninguno de los dos eran meros transeúntes, o civiles...


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 22/05/2018

¡Tap!

Datsue empezó a dar vueltas sobre el sombrero de la seta, con una mano en el mentón y el ceño fruncido. Estuvo así durante varios minutos, a veces parándose momentáneamente para soltar alguna maldición, o para lamentarse de no haber prestado atención en la Academia cuando daban la clase de orientación básica.

¡Tap, tap!

A ver, está el sol, por desgracia descartado. Las estrellas, también descartadas. El truco del palito y su sombra también podría servir… si no estuviese sumergido en la jodida penumbra. ¡Descartado! —A más hablaba, más se enfadaba—. El musgo nacía hacia el norte, ¿no? Pero, joder, ¿qué musgo va a nacer aquí? ¡Joder, joder, joder!

¡Tap, tap! ¡Tap!

Sí, Uchiha Datsue llevaba muy mal perderse.

¡Tap!

Joder, ¿pero qué mierda es ese ruido?


• • •


Si tuviese que describírselo a alguien, Datsue diría que aquel ruido era el producto de una encarnizada batalla entre un kusajin y un árbol. «Y apuesto por el árbol sin ningún tipo de duda». Sonrió, deseando que hubiese estado acompañado por alguien a quien pudiese soltarle aquel comentario. Podría decírselo al propio chico, por supuesto, pero primero, estaba en el País del Bosque. Segundo, no conocía la habilidad real de aquel shinobi. Y tercero, y más importante, no era un suicida.

El Uchiha había llegado hasta allí guiado por los golpes de taijutsu del kusajin, que sonaban al tap, tap, tap. Había descendido hasta el suelo, y caminaba ahora hacia él por un flanco, asegurándose de producir pisadas sonoras e incluso imitar la melodía de una canción silbando. Buscaba hacerse oír, pues lo último que quería era que aquel chico con rastas —y ahora que se fijaba, también su perro—, se pensase que estaba tendiéndole una emboscada. Había oído mil historias de ninjas muertos por una equivocación tan tonta como aquella, y él no quería ser el protagonista de la mil una.

Entonces se dio cuenta que aquella era la canción que tanto le gustaba a Aiko, y el silbido murió de sus labios como un sueño tonto de verano. Tardó un instante en recomponerse.

¡Tienes un estilo muy peculiar! —se obligó a exclamar, a cierta distancia, con las manos en los bolsillos—. Me gusta tu posición de guardia.«Aunque me pregunto si funcionará igual de bien contra alguien que no sea un árbol», quiso añadir.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Inuzuka Etsu - 22/05/2018

Puñetazo a puñetazo, la superficie del pobre vegetal terminó por quedar en las últimas. Astillado y casi demolido, parecía una muerte anunciada. Sin embargo, el chico no terminó de rematar a su pobre víctima. Antes de que eso sucediese, o que la clase a Akane llegase a su fin, una risueña canción silbada así como unos pasos bien sonoros anunciaron a una tercera presencia en aquellos lares. El Inuzuka volvió su mirada hacia el creador de tan singular melodía, así como Akane. Para cuando lo hicieron, el chico había terminado de silbar esa curiosa melodía.

«¿y éste?» pensó el Inuzuka, sin poder ocultar su intriga en una mueca.

El chico afirmó que tenía un estilo peculiar. Con las manos en los bolsillos, el chico de camiseta negra con un dibujo de un zorro agregó que le gustaba su posición de guardia. Por un instante, Etsu bajó la guardia, para erguirse y retomar una compostura casual. No tenía porqué aguantar la guardia en contra de una persona que se mostraba tan abiertamente, ¿no?

Oh... esto... gracias —respondió —se trata del Tekken. Es un estilo de pelea cuerpo a cuerpo inventado por mi abuelo. Tan solo la enseñamos en nuestro dojo, en Kusagakure. Aún no es muy conocida, pero en algún momento será el estilo de lucha mas famoso de Onindo.

»Mi nombre es Inuzuka Etsu, y éste es Inuzuka Akane.

El rasta se presentó a él y a su can. Ante su mirada, había quizás un chico curioso. No parecía llevar bandana alguna, aunque parecía interesado en el taijutsu... ¿o no era así? no tenía información alguna de éste, pero parecía saber algo de taijutsu, ya fuese porque lo practicaba o por verlo.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 22/05/2018

Mientras el shinobi le hablaba, Datsue no pudo evitar desviar ligeramente la mirada hacia el árbol maltratado. Ahora que lo veía más de cerca… empezaba a replantearse que de verdad fuese buena idea apostar por él.

¿Tekken? —repitió—. Vaya, pues si se cumple tu profecía, podré sacar pecho de que conocí al nieto de su creador, ni más ni menos —comentó, sonriente. Un poco de peloteo fácil, imprescindible para tantear el terreno con un shinobi desconocido. Todavía no había conocido al ninja que no le gustase ser adulado por alguna habilidad suya. Incluso Akame pecaba de ello—. Inuzukas, ¿eh? Uno de mis mejores amigos es Inuzuka. —En realidad, últimamente se llevaban mal. Y con el perro, peor todavía. Pero nada que un par de cervezas y alguna torta para sacudirse las viejas rencillas no remediasen—. Encantado de conoceros. Yo soy Uchiha Datsue, aunque mis amigos me conocen como Datsue el Intrépido —soltó, como si fuese el apodo más común del mundo.

»Verás, estaba de vuelta a mi país cuando… —carraspeó—Bueno, que me he perdido. ¿Podrías indicarme la dirección al Puente Kannabi?


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Inuzuka Etsu - 22/05/2018

El de cabellera azabache no parecía haber escuchado siquiera del estilo de combate cuerpo a cuerpo de la familia Inuzuka, y eso que éste se había esforzado por darle fama allá a donde iba. Sin duda, no era una tarea fácil en un mundo donde cada maestro tiene su propio estilo. Pero, si de algo no tenía duda el joven era de que el Tekken iba a convertirse en el mejor estilo, ya fuese famoso o no en todos los países. Algún día, cuando él se convirtiese en maestro, lo daría a conocer en todo el mundo por su propia mano.

Sin embargo, el chico halagó gratamente la condición del Inuzuka sin conocerlo de nada. Algún día podría sacar pecho y admitir que conoció al nieto del creador del estilo. No, no sonaba nada mal. Aunque en realidad, algún día el sería el predecesor y maestro del estilo. Ese día sería su nombre el que se debía tener en cuenta, y no el de su abuelo.

Sin embargo, la sorpresa no quedó ahí solo. El chico, además de halagarlo con ese comentario, soltó una información mas que valiosa para Etsu, aunque para él apenas suponía algo. Uno de sus mejores amigos era Inuzuka. Eso quería decir que tenía relación con shinobis, y seguramente también lo era. Sin perder un solo segundo, también se presentó.

Encantado de conocerte —sentenció mientras realizaba una leve reverencia.

A su lado, Akane realizaba un gesto similar, obviamente dando a entender que también quería decir lo mismo. Datsue habló de nuevo, y en ésta ocasión reveló el porqué de su amabilidad. Bueno, quizás eso era un posible motivo, o quizás era simplemente así de amable. A saber...

Ummm... si, claro —informó el Inuzuka, tras lo cuál respingó un par de veces, olisqueando. Volvió la mirada hacia el flanco izquierdo, y terminó por señalar la dirección que correspondía al susodicho puente —es por ahí. No queda demasiado lejos.

Y sin poder ocultar su curiosidad por mucho tiempo... —oye, Datsue. ¿Cómo es posible que te hayas perdido? ¿no tienes ningún sistema para guiarte cuando no estás en terreno conocido?

En realidad, esa no era la pregunta que mas deseaba hacerle, pero tampoco quería sonar demasiado ansioso. Quería reservarse un poco... quizás ese poco fuese demasiado poco... era tan disparatadamente impulsivo...

Por cierto... ¿puedo preguntarte algo aún mas importante? —si, así era Etsu.

»Dices que tu mejor amigo es Inuzuka... ¿como es su hermano? ¿es tan grande como Akane o le dobla en tamaño? ¿también es medio lobo o es de otra raza? la verdad es que solo conozco a mi abuelo como miembros del clan... y su hermano es... aterradoramente grande. Parece que es una mezcla entre un gigante y un lobo del infierno... jajaja.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 22/05/2018

Datsue se fijó en la reverencia que el perro de Etsu, Akane, le realizaba a modo de saludo. «Ah, ¡este sí es un perro bien amaestrado! Nada que ver con el maleducado de Stuffy». Se encargaría de recordárselo a Nabi en el futuro.

Luego, el kusajin le indicó, tras olfatear —«¿en serio puede usar el olfato para orientarse? ¿O es por fanfarronear?»— la dirección del puente. El Uchiha se lo agradeció de inmediato, con una leve inclinación de cabeza. Ya tenía todo lo que quería sacar de él, mas sin embargo…

Oye, Datsue. ¿Cómo es posible que te hayas perdido? ¿no tienes ningún sistema para guiarte cuando no estás en terreno conocido?

Datsue tiró del cuello de su camiseta, dejando que pasase el aire.

Bueno, pues, verás… Tengo al sol, los mapas… y cuando todo eso me falla… —tras un instante de duda, le miró y encontró en él la respuesta—. Acudo a la amabilidad de un lugareño. —Sonrió. No había salido tan mal del aprieto.

Estaba a punto de despedirse cuando Etsu volvió a la carga. Le consultó si podía hacerle una pregunta todavía más importante, a lo que el Uchiha asintió, curioso. Una curiosidad que el shinobi pronto se encargaría de saciar.

Rio. ¿Qué cómo era Stuffy? Mucho menos impresionante de lo que se imaginaba Etsu.

¿Raza loba? Qué va, qué va. Lo cierto es que es un chucho pequeño. No sé qué raza será, pero ya te digo, me llegará por la rodilla. Es tuerto, y es un maleducado de la hostia. Con decirte que se las pasa lanzando sus propias heces a la gente… —comentó, risueño. Cuando le había tocado ser él una de esas personas no le había parecido tan divertido, desde luego.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Inuzuka Etsu - 22/05/2018

Datsue agradeció el gesto de Etsu con una leve reverencia, pues éste le había indicado supuestamente el camino correcto para llegar al puente. Para cuando el Inuzuka preguntó si no tenía algún sistema para guiarse, éste se vio un poco nervioso. Sin embargo, no se hizo rogar para responder. Rápidamente afirmó que podía guiarse por el sol, por un mapa, y que cuando todo eso le fallaba... por la amabilidad de un lugareño.

No, en realidad al chico razón no le faltaba. Aunque quizás había tenido suerte de encontrar a un lugareño en esa zona.

Fue entonces que Etsu sacó a la luz una de las preguntas mas importantes. No tenía apenas información de su clan, y así era imposible dar a conocer al mundo su apellido. No puedes promocionar un producto que desconoces, eso está claro. Datsue rió con la pregunta del Inuzuka, a lo cuál éste no supo cómo reaccionar. Su mueca lo dijo todo, absolutamente todo. Datsue no se hizo de rogar, e informó de cuán interesante era ese supuesto mejor amigo y su hermano canino. Según lo exponía, era un auténtico animal, y para nada intimidante.

¿Eso era un Inuzuka?

El chico tragó saliva, casi sin palabras... —ostras... me dejas helado —contestó al fin —me hacía que todos los Inuzuka tenían a grandes can a su lado. Jamás pensé que hubiesen Inuzuka con "chuchos" y mucho menos que se dediquen a... defecar... en otros...

Se tomó un instante para reconsiderarlo —¿y conoces a sus padres o hermanos si es que tiene? ¿toda esa familia es así o ese chico es así de particular?

»Lo siento mucho si te estoy rayando demasiado, pero no todos los días puedo escuchar de otro Inuzuka. Además de que no es como si pudiese presentarme por allí y conocerlo directamente... jajajaja.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 23/05/2018

Etsu parecía sorprendido por la imagen que le había dado de Nabi y Stuffy. Al parecer, debía haber pocos Inuzukas en su Villa, porque el chaval solo conocía del clan a su propio abuelo. Dedujo, por tanto, que era huérfano. O que al menos uno de sus progenitores —el que le había otorgado la genética Inuzuka— estaba muerto. También se fijó en que trataba a su perro como hermano.

Bueno, concedamos en que Nabi, el chico del que te hablo, y su perro Stuffy son especiales —dijo, tratando de quitarle hierro al asunto—. Un poco chiflados, he de reconocer. Pero no tienen mal corazón. —Etsu todavía no podía creerse que Stuffy se dedicase a defecar en otros. Datsue rio—. Sí, Etsu, sí. A eso y mucho más. Mear en felpudos, en la propia cocina mientras uno está comiendo… Pero ya te digo, diría que más bien son la excepción a la regla.

Etsu, queriendo ir más allá, preguntó si Datsue conocía a los padres o hermanos del chico. Se llevó una mano al mentón, pensativo.

Creo que a alguno vi en la graduación, sí… —¿O no? La verdad es que ya ni se acordaba. Parecía un hecho tan lejano...—. Ah, y uno de sus hermanos mayores es profesor en la Academia —se acordó de pronto—. Pero creo que él era… alérgico a los perros —¿O era tan solo un rumor inventado? Tan solo la idea de imaginarse a un Inuzuka alérgico a los canes era tan divertida que bien podía serlo.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Inuzuka Etsu - 24/05/2018

Datsue dio nombre al Inuzuka tan singular —Nabi— y a su singular hermano. No tardó en admitir que ciertamente eran "especiales" y es que no cabía en buena cabeza que fuesen menos que especiales. Sin embargo, una cosa no quitaba la otra. Como bien decía el Uchiha, el tal Nabi no tenía mal corazón, o su forma de ser no era problemática al menos. Fuese como fuese, si había llegado a establecer un vínculo con él, ya era algo mas de lo que Etsu había logrado con cualquier otra persona...

«Entonces, aunque sea un tipo raro... sabe hacer amigos. Interesante...»

El chico tampoco pudo dejar de lado que Nabi y su hermano, Stuffy, no solo se dedicaban a cagar a diestro y siniestro —quizás para marcar su territorio— si no que lo llevaban mucho mas allá. La pareja sin duda era singular, la excepción a la regla Inuzuka. Al menos, eso era lo que podía entenderse.

Fue entonces que Etsu preguntó por sus familiares, con tal de saber un poco mas sobre su clan. Datsue admitió haber conocido a alguno, aunque por lo que se podía intuir no los recordaba con certeza. Sin embargo, si que recordaba al hermano de Nabi. Al parecer, el tipo era un Inuzuka sobresaliente, un tipo que ejercía de profesor nada mas y nada menos que en la Academia de cualquiera que fuese su aldea. Ésto alentó el espíritu del medio can, que apenas pudo ocultar su entusiasmo en una mueca, que...

Se rompió.

¿¿A-al-al-ALERG-ALERGICO?? —su corazón quedó hecho trizas, apenas le salían las palabras para intentar expresar tanta discordia. Se llevó la mano hacia el corazón, y miró en un acto reflejo a su hermano —...pero ¿cómo es eso posible? —volvió la mirada a Datsue, aún incapaz de creerlo —¿un... un Inuzuka... alérgico a los can? Tienes que estar de broma... ¿verdad?

Pero no, el chico parecía bastante tranquilo conforme lo había dicho. Descubrir si era cierto o no, tan solo podía depender de que éste se retractase y le dijese que era una broma. Sin embargo, aunque confirmase que no era una broma, era algo realmente difícil de digerir.

De ésto tendría que hablar seriamente con el abuelo, habían cosas que no entendía para nada de los Inuzuka. Las dudas no hacían mas que aumentar, y era el único Inuzuka al que podía recurrir.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 24/05/2018

Siendo sinceros, al Uchiha no le importaba dejar quedar mal a Nabi. Lo que le empezaba a molestar es que el kusajin se estuviese haciendo una idea equivocada. Que juzgase al resto de uzujines por el simple hecho de que Nabi, su perro e incluso su hermano fuesen así.

No es broma, no —respondió, sincero—. Convengamos en que es una familia peculiar…

Entornó los ojos, pensando en cómo podía solucionar aquella idea equivocada.

Oye —se le había ocurrido el remedio perfecto—. ¿Qué te parece si me acompañas al Puente Kannabi? Me da que por el camino me volvería a perder —reconoció abiertamente—. A cambio, yo seguiré respondiendo a tus inquietudes y… si quieres hasta podemos tener un combate de entrenamiento —propuso—. ¿Qué te parece?


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Inuzuka Etsu - 24/05/2018

Y con la confirmación del shinobi de cabellera azabache, terminó de hundir en la miseria el pensamiento que Etsu podía llegar a tener sobre el resto de Inuzukas. Bueno, en realidad tampoco debía fiarse del todo en éstos singulares miembros del clan, pues hasta su buen amigo admitía que era una familia de lo mas extraña. Siendo así, a saber qué parecían para un extraño...

¿Una manada de feriantes?

El chico torció varias veces el gesto, sin saber muy bien qué mueca poner, o qué pensar por un instante. Akane también seguía el hilo de la conversación, pero parecía estar pasando un rato del tema. Bien no le convenía, o bien a él no le importaba como fueran el resto, y le llamaba mas la atención si podían convertirse en un modelo a seguir por el resto.

En realidad, así debería ser como pensasen ambos.

Antes de que pudiese atacar de nuevo con una renovada tanda de preguntas, Datsue llamó la atención de Etsu. Sin demora, preguntó qué le parecía si le acompañaba hasta su destino. Al parecer, dentro de ese bosque de setas se guiaba mas bien poco, y volvería a perderse casi de seguro. El Inuzuka no vio en un principio el porqué debería acompañarlo, por muy amable que hubiese sido hasta el momento... aunque a decir verdad, no todo gran shinobi —o quien se propone llegar a serlo en algún momento— deja a su amparo a otra persona, por mucho que ésta sea shinobi también. Casi al momento, el Uchiha hizo aún mas jugosa la propuesta, añadiendo que por el camino podía preguntarle tanto como quisiera. El chico no sabía lo que decía. Cuando al Inuzuka le daban cuerda, por muy raro que le resultase hablar con otros humanos, solía extenderse con creces. Antes de zanjar el asunto, sin duda llegó a poner la propuesta tan interesante, que jamás podría haberla rechazado el Inuzuka.

«¿Un combate de entrenamiento?» pensó el rasta, con los ojos brillando tanto o mas que dos luceros al alba —claro, claro. Me encantaría, aunque obviamente sólo si luchamos con tranquilidad. No quisiera sobrepasarme, ni que te sobrepases... sería una contienda amistosa, ¿no?

Pero antes de darle cuerda y acelerar el paso en pos de aligerar el tan esperado momento del combate, el Inuzuka terminó por mirar hacia su flanco izquierdo. Se llevó por un instante la diestra hacia los labios, meditando por unos escasos segundos.

Dejé al inicio del bosque una mochila... —aclaró, pues su distracción habría sido extraña cuanto menos. Miró a Akane, y volvió a mirar hacia el lugar anterior —nos vemos en el puente, sigue mi rastro y llegarás sin problemas.

En realidad, las palabras sobraban. Pero, sería quizás descortés que Datsue no se pudiese enterar de absolutamente nada.

Warawouf.

Todo estaba claro.

Etsu volvió a llevar la mirada a Datsue —bueno, Akane se encarga de traerla, no tardará mucho.

»Es por aquí... —indicó el rasta, gesticulando con la mano y comenzando a andar en la dirección proporcionada.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 24/05/2018

¿Una contienda amistosa? —preguntó Datsue, sorprendido—. Por favor, ¡la duda ofende! Mi segundo sobrenombre es Amistoso, compañero —aseguró, levantando el pulgar.

Aceptado el trato, Etsu pidió a su perro que fuese a por su mochila, olvidada en la otra punta del bosque. El Uchiha contempló, maravillado, como el can comprendía y acataba la orden sin problema alguno. Se parecía tan poco a Stuffy… «Ah, ¡este sí es un perro Inuzuka, leñes!»

Así pues, los dos ninjas emprendieron su viaje hacia el Puente Kannabi, el cual estaba mucho más cerca de lo que el Uchiha se pensaba. Primero, llegaron hasta el acantilado, donde si uno se atrevía a mirar hacia abajo, contemplaría un río de aguas tan bravas como una tormenta en las Llanuras de la Tempestad Eterna. Siguiendo el cauce del río, sin despegarse del borde del acantilado, no tardaron mucho en vislumbrar el gran puente que unía ambos bosques.

¿Qué me dices? ¿Un entrenamiento justo en la frontera? —preguntó. Quizá fuese más prudente tener el combate en otro sitio, menos concurrido, pero…—. Parece que a estas horas no hay gente cruzando —añadió, forzando la vista para asegurarse.

»¿O tienes más preguntas?


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Inuzuka Etsu - 24/05/2018

Ante la pregunta del Inuzuka, el chico contestó de manera afirmativa. No solo estaba de acuerdo, si no que hizo mención a un segundo sobrenombre que tenía, Amistoso. Etsu quedó por un momento confuso. No lo entendía del todo, aunque tampoco quería parecer un descarado.

¿Datsue el intrépido amistoso? —preguntó a voz baja, sin tenerlo aún demasiado claro.

No les faltó tiempo para comerse el camino. Aunque también era cierto que la distancia hasta el susodicho puente era casi ridícula. Apenas pasados un par de decenas de minutos, el par había llegado a situarse a orillas del precipicio. Un precipicio pronunciado con un final ajetreado compuesto por agua, ira y una pizca de odio. Si, así era el río que bañaba las faldas del precipicio.

Apenas llegados al sitio, Datsue sacó a relucir que apenas transcurría circulación por el puente. Podía ser interesante un combate en plena frontera, luchando en tierra de nadie. Antes de dar comienzo, le cedió al rastas el derecho con el que bien se había comprometido antes, le daba la oportunidad de preguntarle mas cosas si es que aún tenía dudas.

La verdad, dudas tenía mil. Pero ese chico, por muy amigo que fuese del tal Nabi, poco podría solucionarle en realidad...

A menos que supiese... —pues la verdad, tengo una última pregunta. Bueno, mas de una, pero en fin... tampoco quiero ser un pesado. ¿Alguno de los miembros de esa familia Inuzuka tiene a mas de un hermano canino? es algo que siempre me ha intrigado...

El Inuzuka sin embargo, tampoco se hizo de rogar. Con parsimonia, mientras esperaba una respuesta, se adelantó unos cuantos metros, aventurándose hasta mitad del puente. Esa seguramente sería su posición inicial para la contienda, desde el centro del puente, encaró al Uchiha. Aún sin alzar la guardia, Etsu se tomó la libertad de quitarse el abrigo, y lo lanzó hacia un flanco; el abrigo negro decorado con pelaje blanco cayó tosco y de mala manera al borde de la susodicha estructura de madera.

Ahora si, alzó la guardia, tomando su bien conocida y entrenada posición de Tekken.


RE: ¡Nos comemos unas setas y pasa esto...! - Uchiha Datsue - 24/05/2018

Datsue se llevó una mano al mentón, pensativo.

Pues ni zorra, la verdad —respondió, sincero—. Nabi, desde luego, solo tiene uno. Y ojalá siga siendo así. ¡Imagínate el destrozo que harían con otro más! —bromeó, para luego soltar una carcajada. No quería ni imaginárselo.

Ambos shinobis cruzaron el gran puente que unía el Bosque de la Espiral con el de los Hongos. Era anchísimo, de piedra blanca, con enormes bloques de piedra a cada lado de color púrpura, que se alzaban hasta la altura de la cintura y ejercían de barandilla. Por suerte, nadie parecía tener la necesidad de cruzarlo en aquel momento, pues estaba desierto, dando vía libre a los ninjas para divertirse.

El iris de Datsue, como medio vaso de agua que rellenan con sangre, empezó a volverse carmesí. Tres tomoe surgieron alrededor de su pupila, formando una circunferencia imaginaria.

El honor de su Villa, el propio ego personal, la diversión… Pequeñeces. Nunca le habían importado lo suficiente como para jugarse el tipo en un combate, por muy amistoso que se tratase. Además, ya sabía cómo acababan la mayoría de aquellos combates: en una encarnizada lucha por alzarse vencedor. No, él tenía un objetivo mucho más grande que todo aquello. Le habían revelado, alguna semana atrás, que Aiko se estaba muriendo. Que lo hacía continuamente. Que se estaba ahogando en aquel mismo instante. Si quería rescatarla, si de verdad planeaba salvarla…

Apretó los puños. Debía ponerse a punto. Aprovechar cada oportunidad para mejorar. Para hacerse más fuerte. Para superar sus límites.

Cuando quieras, Etsu —dijo, formando el Sello de la Confrontación y realizando una pequeña reverencia. Luego, alzó ambas manos a la altura de la barbilla, con la izquierda más adelantada. Una posición de guardia mucho más rudimentaria, pero también más clásica.

Cinco metros separaban a ambos contendientes.



Estado de Datsue


200/200


262/280

-18



—Objetos:

  • Hitai-ate [cuello]

  • Portaobjetos básico (10/10) [costado derecho]
    • Hikaridama x1
    • Chīsana Hyōrōgan x1
    • Ōkina Chirōgan x1
    • Bomba sonora x1
    • Shuriken x3
    • Hilo shinobi x1
    • Paquete de 5 senbon x1
    • Chīsana Makimono x1 (3/3)
      • Paquete de 15 makabishi x1
      • Bomba de humo x1
      • Comunicador avanzado x1

  • Sellados en el cuerpo (6/6)
    • Kunai x1 [palma derecha]
    • Sello explosivo de clase B x1 [palma izquierda]
    • Oto Fuda x1 [dorsal de la mano derecha]
    • Fuda Kami x1 [dorsal de la mano izquierda]
    • A-ranku no Kibakudama x1 [antebrazo externo izquierdo]
    • Shuriken x1 [antebrazo externo derecho]


Técnicas usadas:


¤ San Tomoe no Sharingan
¤ Ojo Giratorio de Tres Aspas
- Tipo: Apoyo
- Rango: S
- Requisitos: Uchiha 60
- Gastos: 18 CK (divide regen. de chakra)
- Daños: -
- Efectos adicionales: Percepción +18
- Sellos: -
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: -
Los iris del usuario se vuelven de color carmesí, y alrededor de sus pupilas surgen tres aspas negras que giran hasta formar un trío en una circunferencia imaginaria. Este estado del Sharingan se considera el más avanzado en su forma básica.

El Sharingan le da color al chakra, y permite distinguir su composición elemental. El usuario puede ver el flujo del chakra de otros seres vivos como un manto, con suficiente precisión para detectar si tiene mucho o poco chakra (CK actual) o si ese chakra es débil o poderoso (mide aproximadamente el Poder), pero no con la suficiente para detectar movimientos de chakra dentro de un oponente si no hay una técnica activa. El Sharingan puede ver el chakra de las técnicas activas: las que afecten al interior de un ser vivo o las que ya se encuentren en el exterior de un oponente, pero no antes de que se hayan formado. Puede detectar si alguien está siendo afectado por una técnica ilusoria.

La percepción visual del usuario goza de un gran estímulo, volviéndose muy sensible al movimiento. El Uchiha puede leer labios con extrema facilidad o imitar movimientos tan sutiles como los de la escritura, escribiendo lo mismo que alguien a quien está observando. En combate, el clan utiliza esta destreza para seguir con claridad los movimientos físicos (y no de técnicas, importante) de un oponente y de sus extremidades en el Taijutsu, y para leer con claridad los sellos manuales que realiza. Si y sólo si el usuario conoce la técnica que va a utilizar, puede anticipar una respuesta (hay muchas técnicas con secuencias de sellos similares o iguales. En este caso, el Uchiha no tiene manera de saber qué va a hacer el oponente). El Tres Aspas hace que el Uchiha pueda predecir dónde va a encajar un golpe de Taijutsu mediante la lectura de las tensiones en los músculos del cuerpo del oponente, dotándole de cierta capacidad predictiva. Cabe destacar que aunque el usuario sea capaz de percibir un movimiento, necesita las capacidades físicas y de reacción para poder responder ante él.

La habilidad para leer los movimientos del Sharingan le otorga al usuario la capacidad de copiar los sellos de una técnica de Ninjutsu o de Genjutsu (o los movimientos de una técnica de Taijutsu) que no dependa de una facultad personal para ejecutarla al mismo tiempo que el oponente o registrarla en su repertorio (hasta un máximo de tres técnicas). Se pueden imitar evolutivas, pero no registrarlas. Para copiar una técnica se debe de tener su requisito convertido a la facultad Uchiha.

El Sharingan le permite al usuario distinguir técnicas como los clones simples (no los generados por la técnica Kage Bunshin no Jutsu) de un usuario real, y ver a través de la técnica Henge no Jutsu.

El Sharingan de Tres Aspas es capaz de penetrar y romper los Genjutsus sensoriales, y de ver a través de las imágenes creadas por los Genjutsus ambientales.



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