La cruel naturaleza del ser humano - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Base de datos del rol (https://ninjaworld.es/foro-base-de-datos-del-rol) +--- Foro: Historia, acontecimientos y ambientación (https://ninjaworld.es/foro-historia-acontecimientos-y-ambientacion) +---- Foro: Tramas pre-reset 2017 (https://ninjaworld.es/foro-tramas-pre-reset-2017) +---- Tema: La cruel naturaleza del ser humano (/tema-la-cruel-naturaleza-del-ser-humano) |
La cruel naturaleza del ser humano - Hei - 5/10/2015 Le habían encargado una misión; entregar una carta a Notsuba. Quién lo había contratado era una Kunoichi medica que necesitaba pasarle una receta de un ungüento a un colega que allí se ganaba la vida. Mas Satoru desconocía de la existencia de tal mujer. Solo debía cumplir con la misión, no tenía porque saber de más. Fue al lugar donde el pergamino le indicaba y entregó la carta a una joven recepcionista. Había cumplido con la misión, ahora tan solo debía volver a su aldea para recibir la recompensa del encargo. Pero cuando miró al cielo notó más de una estrella. Ya se había hecho bastante tarde. Fue por eso que decidió pagar una habitación en una barata posada, pues el dinero no le sobraba. Mientras cenaba algo en la barra del bar de la posada, una simple ensalada, se notó intimidado por gritos a su espalda. No, esos gritos no iban dirigidos a él y se dio cuenta de eso, pues detrás de él estaba ocurriendo una pelea. No lo pudo evitar, giro la cabeza para chusmear los que estaba sucediendo. Un hombre con una larga barba blanca estaba peleando con un mal viviente de unos 20 años semi desnudo mientras que una chica, de la misma edad, trataba de separarlos. — ¿Escuchaste? Kuro se tiró a la hija del dueño y él los atrapó en pleno acto. — Dijo un hombre a la derecha de Satoru que estaba cenando un trozo de carne junto a un colega, a quién se había dirigido y también estaba a su derecha. — Hacía tiempo que la chica le venía tirando indirectas... no me sorprende para nada lo que está pasando. — Ambos rieron un poco y dieron un sorbo a sus bebidas. — Solo tiene 15 años, una verdadera zorra. — Espetó el otro hombre mientras exhalaba un aire con sabor a alcohol. — En tu pueblo será raro, pero en varios lugares eso es común. Ambos hombres seguían hablando. Pero Satoru estaba aterrado, no podía creer lo que sucedía a sus espaldas. ¿Como la madre tierra iba a permitir que eso pasara? ¿A caso esta era la Maldición del Odio de la que tanto le hablaban? RE: La cruel naturaleza del ser humano - Riko - 7/10/2015 Riko había recibido instrucciones de parte de sus tíos, tenía que acompañarlos a la ciudad de Notsuba, según le habían dicho, ciudad de la que no había oído hablar, como de tantas otras cosas, por lo que no dudó ni un momento en ir con ellos y así poder ver como sería aquella nueva ciudad para él. Tras preparar las cosas, una mochila con algo de comer para el camino, un par de botellas de agua y algo con lo que entretenerse en el camino, los tres se pusieron en marca, dejando atrás la aldea de la lluvia para dirigirse a lo que le habían dicho, era un país vecino, el País de la Tierra. Tardaron bastante en llegar, tanto que cuando llegaron a su destino el sol estaba comenzando a ponerse. — Toma Riko, algo de dinero, ve a buscar una posada para pasar la noche, nosotros tenemos que encargarnos de unos asuntos aún, ¿vale? — Le dijo su tío, ofreciéndole un pequeño saquito con algo de dinero. El muchacho cogió la bolsita, se despidió de sus tíos y comenzó la búsqueda de un lugar en el que hospedarse, no le habían dado demasiado dinero por lo que buscaba algún lugar barato y no tardó demasiado en encontrarlo. Entró en un edificio con pinta de se algo antiguo, y por dentro, la impresión no cambiaba,necesitaba urgentemente una reforma, pero para pasar aquella noche sería suficiente. Se acercó a la recepcionista y pidió una habitación. La mujer, entrada en años, sonrió de una forma amable, se dio la vuelta y agarró una llave, ofreciéndosela a Riko posteriormente. El pelinegro subió a la habitación para dejar sus cosas y no tener que estar cargando con ellas y, siendo la hora que era, las tripas comenzaban a rugirle, por lo que decidió bajar al bar que tenía la posada para cenar algo antes de irse a dormir, por lo que bajó los escalones que separaban la zona de habitaciones del resto de la posada y, una vez abajo, abrió la puerta de la posada, sorprendiéndose de la situación con la que se encontró. Un hombre mayor estaba discutiendo de una forma un tanto violenta con un joven y una chiquilla trataba de poner calma entre ambos. Riko observó como la gente miraba e, incluso, se reía del espectáculo que estaba sucediendo en medio del bar. El joven Yuki analizó un poco a las personas que allí se encontraban, y vio a un chico, algo mayor que él, sentado en la barra que miraba la escena con cara de estar algo nervioso, por lo que decidió acercarse a él. La larga cabellera del muchacho era algo que le sorprendió desde un inicio, aunque él no era quién para hablar de pelo, el suyo era algo raro también. — Hola, me llamo Riko, no soy de aquí y te quería preguntar si sabes qué es lo que está pasando aquí. — Preguntó el pelinegro al chico, percatándose de los ojos verdes que tenía. RE: La cruel naturaleza del ser humano - Hei - 7/10/2015 Exhaló. Fijó su mirada en el plato de ensalada y llevo ambas manos hacia su entrepierna, donde nadie las podría ver. Allí las junto, entrelazando así sus dedos. Empezó a hacer fuerza, haciendo que estás tomen un color amarillentos, caracterisco de la falta de irragación de sangre. Satoru no estaba a gusto. Estaba haciendo un esfuerzo inhumano para quedarse ahí, escuchando como las sillas y mesas eran victimas de la pelea que ocurría a sus espaldas. — No debes irte. Esta es la verdadera naturaleza del ser humano. Debes adaptarte, recuerda.— Pensó mientras, tensó, llevaba un tenedor con una hoja de lechuga hacia su boca. — Adaptate o morirás. — Murmuró con la boca llena. Después de haber llevado otra hoja de lechuga hacia su boca, sintió una presencia detrás de él. Nada más girar su cabeza, apoyándola sobre su hombro izquierdo, vio como un joven se presentaba y pedía una explicación a lo que pasaba en el lugar. No pudo evitar encararlo boquiabierto y con los ojos bien abiertos. Pues, claro, estaba más que asustado. — Uh... — Exclamó, aliviado. Se paró de su asiento. — Estoy en la misma que vos, Riko-san. Si te digo algo, te estaría mintiendo. Por cierto, puedes llamarme Satoru. — Dijo mientras extendía su mano derecha y hacía relucir su bandana Ninja, a la vez que mostraba una cálida sonrisa. RE: La cruel naturaleza del ser humano - Riko - 8/10/2015 En cuanto Riko habló, el ojiverde se giró, mirándole de una forma que denotaba que estaba asustado por la situación que se estaba dando en el bar y quizás que el Yuki se le hubiera acercado no había hecho más que empeorar las cosas, pero esta expresión cambió rápidamente, mostrando algo de alivio al ver que el ojiazul se había aproximado únicamente a causa de la curiosidad, por lo que se el joven se presentó y le extendió la mano. — Oh vaya, que decepción, tengo curiosidad en saberlo, menudo espectáculo están montando ¿eh? — Rió el pelinegro, de forma que posiblemente los que estaban peleando le oyeron. Rápdamente el chico se percató en algo que tenía su recién conocido. Era una bandana, como la suya, pero... El símbolo era distinto. — Oye, ¿qué es eso? — Preguntó Riko extrañado señalando la bandana de Satoru. — ¿Por qué es distinta a la mía? — Agregó mientras se abría el abrigo dejando ver su bandana. El ruido del local no hacía más que aumentar, golpes, gritos, llantos... Aquello le estaba empezando a molestar, por lo que, sin pensarlo demasiado, como prácticamente todo lo que hacía, se giró repentinamente, se aclaró un poco la voz y gritó. — ¡¿QUERÉIS ESTAROS QUIETOS?! ME ESTÁIS MOLESTANDO CUANDO QUIERO PONERME A CENAR, ¡¡¡IROS FUERA A SEGUIR DISCUTIENDO!!! — Y tras esto, se volvió hacia la barra y se dispuso a pedir algo de comer, con el local en completo silencio, probablemente de la sorpresa que les había provocado el muchacho. RE: La cruel naturaleza del ser humano - Hei - 9/10/2015 Riko mostró su decepción al enterarse que Satoru no sabía nada. Pero rápidamente el ojiazul mostró una actitud provocativa hacia los que participaban en el evento principal de la taberna, al cual se unían más y más personas. Hasta hubo un momento en el que las cosas se empezaron a ir hacia otro extremo y el hombre que se sentaba al lado de Satoru fue acudir en auxilio al veinteañero. Satoru borró la sonrisa de su rostro. La situación no le gustaba para nada. Era la primera vez en su vida que se sentía totalmente inseguro de sí mismo. Volvió a quedarse boquiabierto y a apretar los puños. Mas Riko no lo notaría, pues este había centrado su atención en la insignia Ninja de Takigakure que orgullosamente Satoru llevaba en su frente. Además presentó su desconcierto al desconocer la procedencia del extraño grabado de la bandana. Pero antes de que el inexperimentado ermitaño pudiera responder, Riko mostró su cintura, donde se podía ver una bandana de una aldea ajena a la de Satoru. No lo pudo evitar, el miedo lo consumió y se quedó helado. ¿Era un ninja de otra aldea? ¿A caso tenía otras intenciones cuando se le acercó a hablar? Y la cosa no terminaba ahí, siquiera termino de hablar, el extraño ninja se dio vuelta, lo cual asustó aún más a Satoru, e hizo notar su descontento con el ruido que ocasionaba la pelea. También sugirió que vayan a discutir a un lugar donde no lo perturben. Cuando su grito cesó, el silencio colmó la sala. Satoru debía admitir que nunca había escuchado a alguien elevar tanto la voz además de sus antiguos compañeros. Y si eso hubiese sido poco, la cosa no se había acabado. Sin inmutarse se acercó a la barra y pidió algo de comer. La mente de Satoru se podía comparar con un cielo pintado de fuegos artificiales o la avenida central de su aldea en la hora pico. Nada y todo estaba pasando en su cabeza. No sabía que hacer, nunca le había pasado algo como eso. Mas su confusión no dudaría mucho, pues tragó saliva y pensó. — Esto es lo que buscabas cuando saliste de ese seco bosque. Si no lo querías, te hubieras quedado ahí, sin saber porque sentías ese incomodo sentimiento. — Se dijo a sí mismo, como si estuviera dialogando con otra persona. Satoru se dio vuelta hacia Riko. Lo miró y sin pensarlo dos veces, se le acercó y empezó a hablar. — ¿Es acaso que estas loco? ¿A caso no sentís miedo? Perdón que use un lenguaje tan brusco, no busco ofenderte, pero es de la seguridad de tu vida de la que estamos hablando. Esos hombres estaban dispuestos a matarse uno al otro y tú, sin más, ¿quieres detenerlos cuando sus seres queridos no pudieron? Yo te recomiendo que sal... — Una mano se apoyó en el hombro de Satoru. El mismo levantó la vista y recibió un puñetazo en la nariz. — ¡¿A quién le vienes ha decir que hacer tú maldito mocoso?! — Le dijo al vulnerable Satoru, quien estaba apoyado contra la barra y con hilos de sangre saliendo de su nariz, el viejo que aparentemente había derrotado al joven veinteañero. El supuesto Kuro estaba tirado en el piso, con todo su rostro ensangrentado. A su lado, desconsolada, lloraba la chica responsable de todo. — ¿Se confundió de persona? ¿Es por eso que me ataca? — Aparentemente el viejo malinterpretó las cosas, pues ahogado en furia y cólera no había lugar para la razón en su cabeza. RE: La cruel naturaleza del ser humano - Riko - 16/10/2015 El muchacho al que se había acercado a hablar no hacía más que mostrar cierto miedo ante la situación que se estaba desarrollando en el lugar, era acaso que se acababa de graduar como él, si no, no entendía como era posible que no mostrara una mayor valentía ante todo aquello, aunque quizás el propio Riko se había excedido en valentía al ponerse a gritar cual loco en medio de aquella pelea, casi ordenando que se callasen o se fueran del lugar para continuar la disputa. En ese instante, Satoru comenzó a hablar, preguntándole si realmente no sentía miedo, ¿qué pregunta era aquella? Los shinobis no sienten miedo, o al menos, eso es lo que el pelinegro creía. Antes de que el joven pudiera acabar de hablar, una mano se posó en su hombro de una forma un tanto brusca, lo cual hizo que Riko se pusiera en tensión, aunque no estaba suficientemente preparado para lo que estaba a punto de acontecer. El viejo le propinó un fuerte puñetazo a su acompañante en la cara, dejándolo claramente confundido. — ¡¿Pero que haces maldito viejo?! ¡Ni siquiera ha sido él el que ha gritado, he sido yo! — Y acto seguido, y sin esperar reacción ninguna por parte del hombre, el ojiazul le propinó una fuerte patada en la zona genital, dejando al hombre de rodillas en el suelo, con la mano en la zona y la cara en el suelo. En ese momento se acercó con prisas a Satoru, que estaba en la barra. — Creo que deberíamos irnos, a no ser que quieras que recibamos una paliza... Ah, y siento haberte metido en este lío — Diría el Yuki sonriendo, pues aquellas situaciones le gustaban, aunque era lo suficientemente listo como para saber que aquello acabaría mal para él si se quedaba en el lugar. Entonces se percató de que todos los hombres, excepto el viejo, se habían levantado de sus asientos y les miraban con cara de asesinos, y disimuladamente cogían pequeñas botellas de cristal. — Creo que el momento es ahora, Satoru, vámonos. — RE: La cruel naturaleza del ser humano - Hei - 17/10/2015 Estaba perplejo. Pues, no entendía lo que estaba pasando. Su cabeza no podía procesar la información de lo recién ocurrido. ¿Porqué lo golpeó? ¿Solo por que se ofendió? En su antiguo hogar habían discusiones, pero siempre se resolvían con juegos de azar o con un mediador, pues como humanos que eran tenían sentimientos. Gente tan pura e inocente como Satoru ya escaseaba, esa fue una de las muchas razones por el cual abandono el Bosque. El pobre miraba su mano que, bañada en carmesí, no paraba de temblar. — Es acaso esta... — Levantó la mirada para así dirigirla a su acompañante, el causante de todo, que había empezado a gritarle al imponente hombre de la tercera edad. — ¿La verdadera naturaleza del ser humano? — Riko le aplicó un golpe en los genitales al viejo, para luego perdonarse y aconsejarle a Satoru que se largaran del lugar. Mas Satoru estaba pensando en otra cosa. — ¿Porqué diablos se está riendo? — Una sensación de rechazo y asco le recorrió todo el cuerpo. Pues Satoru no podía creer que una persona con la aparencia de Riko era capaz de arruinar algo en tan pocos minutos. Solo le bastó con apreciar la sonrisa del Shinobi para darse cuenta del tipo de persona que era. El pelinegro le insistió sobre la idea de irse del lugar. El ermitaño recapacitó y asintió con la cabeza. Este tomaría ventaja y saldría del lugar sin pagar la ensalada a medio comer. — ¡Ponla en mi cuenta! — Espetó cuando a, paso rápido, se fue por la puerta que daba a la abandonada calle. — ¿Y ahora qué? — Preguntaría a su nuevo colega, ansioso por una pronta respuesta. RE: La cruel naturaleza del ser humano - Riko - 22/10/2015 El muchacho, de una apariencia mayor que la del propio Riko, demostraba no estar acostumbrado a situaciones que conllevaran algo de riesgo, pues su reacción ante aquel panorama no demostraba más que miedo y dudas, algo que, aunque el pelinegro no compartía, podría llegar a entender, no a todo el mundo le gustaban aquellas cosas. En un principio, Satoru no reaccionó, simplemente se quedó parado, completamente inmóvil, ni un solo músculo se movía en su cuerpo, lo que no hizo más que incrementar la impaciencia del Yuki, aquello nada más que los acercaba a recibir una paliza por parte de los hombres del bar, por lo que insistió, y, entonces sí, el muchacho reaccionó, se levantó rápido, y mientras gritaba algo al mesero que Riko no llegó a comprender, salieron de la zona. El joven genin de Amegakure se quedó pensativo ante la pregunta de su acompañante, que esperaba la respuesta ansioso. — Pues creo que lo mejor será no aparecer por aquí al menos en un rato, hasta que el ambiente se enfríe un poco o podamos entrar sin que nos vean, lo que pase primero. — Respondió el ojiazul mientras se dirigía a la calle, mirando hacia atrás, dejando ver a Satoru que, si quería podía acompañarle. — ¡Hey!, venga, vamos a dar un vuelta y te invito a cenar, que creo que te lo debo después de todo lo que se ha liado... ¡Ah! Y yo que tu me limpiaría la sangre cuanto antes, no queda muy bien ir así por la calle, ¿no crees? — RE: La cruel naturaleza del ser humano - Hei - 26/10/2015 Riko respondió a Satoru, aconsejandole que no se aparezca por el lugar hasta que no haya pasado un tiempo. El ermitaño asintió, serio. Una vez que terminó de hablar empezó a caminar para luego mirar hacia atrás, en dirección a Satoru, invitandolo a que lo acompañe. — ¿Cómo es que está tan tranquilo? No entiendo nada... — Se mencionó mientras le seguía el paso a Riko, de quién esperaba aprender mucho. El ojiazul lo invitó a cenar, para calmar las aguas y recompensarlo por hacerle pasar una mala velada. Satoru, contento, escuchaba las palabras del Shinobi de otra aldea con una gran sonrisa. También, Riko, le hizo acordar que toda su cara estaba manchada con sangre. Nervioso apuró sus manos y limpio sus rostro como pudo. En consecuencia ensució sus manos en sangre. — Mierda... — No le es común verlo maldecir, pero la situación lo ameritaba. Dejó soltar una nerviosa risa. — Lo siento, no suelo maldecir. Y respecto a lo de la cena, supongo que está bien siempre y cuando no salga lastimado. — Continuó hablando. |