· Fecha de nacimiento: Entretiempo, Otoño, año 207
· Residencia:Amegakure
· Género:Masculino
· Facultad personal:Kugutsu Butai
· Naturalezas del chakra:Futon
Descripciones
· Física:
Ichigawa es un joven bastante pequeño de estatura, de ojos celestes y cabellera azabache. Posee una constitución atlética, sin rozar lo esquelético, y sin demasiados músculos. Su cabello suele estar bastante alborotado, como si recién se hubiese despertado de una intensa borrachera. Está conformado de tamaño dispar, aunque en general es de longitud medianamente corta. Tiene unas ojeras bastante pronunciadas, y bastantes pecas entre la nariz y los ojos. Su piel es bastante pálida, fruto de no tomar demasiado el sol.
Suele vestir una camiseta de mangas cortas de tono blanco, con el símbolo de la lluvia en negro a mitad del pecho. Los pantalones suele llevarlos anchos y cortos, de color negro también. Y calza unas sandalias shinobis de tono negro, acompañando al conjunto en armonía de colores. Atado al pantalón suele llevar un portaobjetos, con un único pergamino pequeño en su interior. En el brazo derecho tiene atada la bandana de Amegakure, y a la espalda una especie de bulto atado con vendas, con unas tiras de pelo en lo más alto.
· Psicológica:
Arata es un chico bastante inteligente, aficionado a leer en todo rato que puede. Tiende a ser frío, y analizar las cosas antes de actuar, incluso cuando el tiempo apremia. Aunque no por ello deja de ser sociable, le gusta conversar con la gente. Cuando no gasta su tiempo en la lectura, lo invierte en diseñar marionetas, o mejorar las que ya tiene. Su objetivo en la vida es convertirse en el mejor marionetista del mundo, y ser considerado el apoyo perfecto para cualquier otro. Considera que sus creaciones son arte, y que el Kugutsu butai es una religión. Bueno, no literalmente, pero si que tiene un gran sentido del arte con respecto a esa rama. Su comida favorita es el arroz con curry, el plato estrella de su madre. Y suele escuchar música clásica, instrumental, siempre que puede.
Ha heredado un puesto de trabajo en el taller armamentístico de la familia, en el cuál pasa gran parte de su tiempo. Ese hueco en el taller le viene de fábula cada vez que quiere adquirir materiales, reparar o investigar con sus marionetas. Los lazos familiares son fuertes, aunque la relación realmente se base en disciplina y trabajo. Tiene un férreo ahínco a la educación y los modales, es incapaz de evadir eso, y odia a quienes lo hacen. Evitar una reverencia, toser sin taparse la boca, o cualquier tipo de falta similar, suele ocasionar un profundo rechazo por su parte. Ésto, junto al apellido, han sido las mayores herencias de la famila Ichikawa.
La perfección es su forma de vida. Busca siempre hacer las cosas sin fallo posible. Prefiere asegurar el éxito en todo lo que hace, por ello si no está seguro de su éxito al hacer algo, ni lo intenta. O lo hace perfecto, o no lo hace.
Mimi es una marioneta humanoide, de apariencia femenina. Tiene una larga cabellera plateada, músculos escasamente marcados, y un busto discreto. Su rostro parece estar borrado, o muy desgastado. Su cuerpo de madera y engranajes de metal, está surcado en su mayor parte por una fina linea, que parece unir las piezas. Como si todo su cuerpo se pudiese abrir. Está conformada por una madera de color azabache mayoritariamente, y viste una capa de viaje plateada como indumentaria.
Momo (Marioneta básica)
¤ Marioneta Básica
¤ Cuchillas Acoplables (x2)
¤ Bola de Humo Marionetista
Momo es una marioneta humanoide, de apariencia masculina. No tiene pelo, pero tiene rasgos robustos, y músculos marcados. Su rostro parece estar borrado, o muy desgastado. Su cuerpo de madera y engranajes de metal, está surcado en su mayor parte por una fina linea, que parece unir las piezas. Como si todo su cuerpo se pudiese abrir. Está conformado por una madera de color grisáceo mayoritariamente, y viste una capa de viaje negra como indumentaria.
Méritos y defectos
¤ Bendición de Amenokami (coste de 1 punto, gratis para Amegakure)
Estás acostumbrado a recibir la lluvia sobre tu cuerpo. El agua no te entorpece para pelear, ni en la tormenta más furiosa. Además, no te resfrías ni sufres de hipotermia porque tu cuerpo esté mojado en condiciones normales. Los personajes de Amegakure tienen este mérito desbloqueado de manera totalmente gratuita.
¤ Ambidiestro (coste de 1 punto)
El usuario es capaz de utilizar con la misma destreza los brazos y las piernas del lado izquierdo y derecho del cuerpo. Todo aquél que no disponga de este mérito deberá especificar cuales son sus extremidades buenas. Este mérito es incompatible con ¿Nada... diestro?.
¤ Mercadeo (coste de 4 puntos)
Eres el dueño de una tienda de armas. O quizás el mejor amigo de un mercader... Sea como sea, todo lo que hay en la tienda te cuesta la mitad de dinero.
¤ Complejo de... superioridad (otorga 2 puntos)
Crees que eres mejor que los de menor poder. Cuando estás luchando contra un oponente que tiene menos de 10 que tú en todos los atributos, todos tus atributos bajan 10 puntos (10 es el mínimo). No compatible con otras bajadas de stats.
¤ Compasión (otorga 1 punto)
No soportas ver el sufrimiento ajeno, y lo sientes como si fuera tuyo. Por tanto, no podrás acabar con la vida o herir seriamente a ningún rival (exclusiones permitidas en ciertos casos, preguntar a un master para más información). Este defecto tiene menos efecto si tu Voluntad es alta.
¤ Negado en "Shurikenjutsu" (otorga 2 puntos)
Niega el derecho al uso de una facultad en toda la vida como shinobi, y ésta deberá permanecer en 0 puntos. No se incluye la negación de la facultad personal.
Extras
Arata es ambidiestro.
El color del chakra de Arata es plateado.
Mimi está sellada en el pergamino pequeño.
Momo está normalmente oculta bajo vendas a modo de mochila.
Hace tiempo, bastante tiempo... décadas quizás, un linaje de sangre con el apellido Ichikawa comenzó a ganar un elaborado prestigio como maestros armeros. Comenzaron desde lo más bajo, y llegaron hasta lo más alto, literalmente. La primera forja Ichikawa estaba situada en un primer piso de uno de los edificios más lejanos de la villa, casi a las afueras. Pero con el paso del tiempo, y con la ganancia de fama y dinero, los Ichikawa llegaron a abrir una forja en uno de los edificios más céntricos de Amegakure. Se trata de un ático, en uno de los torreones más altos de la villa, donde además la familia tiene varias plantas compradas, lugar en el que residen la mayoría. Un negocio muy familiar, y del cuál es difícil evadirse. Absolutamente todos los Ichikawa pasan por la empresa, ya sea como artesanos de metal, o ingenieros armamentisticos. Nadie se libra, aunque sus aspiraciones sean otras, en todo caso pueden compaginar de modo que la empresa familiar nunca pierda.
Conforme las generaciones fueron pasando, las expectativas que la familia ponía en sus nuevos miembros iban aumentando. En cada generación surgían mejores herreros y artesanos, mejores ingenieros o idealistas. La diferencia entre el primer Ichikawa que tomó un martillo y aporreó un metal, sin conocimiento alguno, hasta los más recientes que habían estudiado carreras o viajado para ver millares de técnicas de siderúrgica, era atroz. Era como comparar un barco de papel, con una fragata de metal blindado y armada hasta los dientes. Pero aún así, sucedía. Se ponía una expectativa cada vez mayor, y mayor, y mayor. Llegado un punto, los nuevos miembros no podían permitirse el lujo de no ser perfectos. Un paso en falso, y parecía que el mundo se venía encima.
Así pues, en la última generación Ichikawa, nació el futuro heredero de todo, Arata. El padre , Ichikawa Suimetsu; así como su madre, Senju Sakura. Ambos pusieron unas expectativas enormes en su hijo, dantescas. Apenas había comenzado a andar, y ya le exigían correr. Apenas había dicho su primera palabra, ya le exigían enumerar, deletrear e incluso decir el nombre de toda la famila. Apenas había aprendido a escribir, y ya le exigían tener una caligrafía perfecta y dominar todo el Hiragana y el Katakana. Apenas había entrado en la escuela, y ya le exigían ser el alumno número uno de la clase. Apenas había empezado a hacer examenes, y ya le exigían no bajar su nota de 100 puntos sobre 100...
¡Malditas expectativas!.
¿Que sucedía si no cumplía con las dichosas expectativas?. Pues era bien sencillo. El maldito hijo no quería otra cosa que ser una vergüenza para la familia. El maldito hijo era una deshonra para el apellido. El maldito hijo se llevaba un rapapolvo del copón, se podía quedar sin comer por días, se podía quedar encerrado a oscuras por semanas, y cosas mucho peores. Los castigos pudieron ser de todo menos suaves, y a cada año que cumplía se podían endurecer más, pues se acercaba a la madurez y dejaba de ser un niño. Nunca llegaron a ponerle la mano en lo alto, pero a veces eso no es ni necesario.
Por suerte o por desgracia, los castigos no fueron necesarios mucho tiempo. La disciplina, los modales, y la etiqueta fueron aprendidos con rapidez. La perfección se volvió su norma de vida. Arata no podía permitirse el lujo de otra cosa. Fue el alumno estrella en toda su época de estudios primarios. Hasta fue el delegado de clase en todos los cursos. Mas tarde, sintió interés en la vida shinobi, y se graduó en la academia siendo el primero de su curso. Tras ello comenzó a trabajar en la empresa, su momento había llegado. Fue entonces que vio su verdadera vocación: combinar la vida shinobi con la empresa familiar. Su futuro era convertirse en el mejor marionetista del mundo, y hacer que sus marionetas y artilugios se vendan hasta en el último confín de Onindo. Y si estaba a su alcance, quería swr considerado el shinobi perfecto como apoyo. El resto de shinobis se darían de tortas para trabajar con él.