Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Se rascó la nuca, pensativo. Tenía el cerebro embotado y torpe, y no pensaba con claridad. De hecho… ¿se le había colado la anterior broma con un Uzureño, en vez de un Kusareño? Sacudió la cabeza, quitándole importancia. Mejor centrarse en cortar aquel asunto de raíz, o antes de que se diese cuenta se encontraría con un par de jounnins en la puerta de su casa acusándole de violación.
—Todo empezó aquella noche, en el Jardín de los Cerezos —empezó a relatar—. Me encontré a Noemi bebida… Muy bebida. Traté de acompañarla hasta casa, pero se negaba. Entonces empezó a caer una tormenta —omitió la parte en la que se iba y la dejaba allí tirada, pues tampoco era plan de aburrir a Koko con un discurso interminable—, y me la cargué a las espaldas, recorriéndome media Uzu con ella encima. No te lo quieres ni imaginar… Soy propenso a sufrir lumbalgia, ¿sabes? Para mí fue como una tortura todo aquello.
»Cuando al fin llegué a casa, le llevé rompa limpia y seca al baño, y dejé que se cambiase. Has de comprender, Koko, que estaba muy borracha. Cuando entré, apenas había conseguido ponerse la camiseta, y el resto de su ropa estaba tirada por el suelo. Al final, la llevé a mi cama, y, cuando ya me disponía a irme, me agarró de la mano y tiró de mí. Intenté zafarme del agarre, pero… Tiene más fuerza de lo que parece, ¿sabes? Al final terminé durmiéndome junto a ella, y eso fue todo.
Una vez terminada la historia, Datsue se dio cuenta de algo. Pese a que había contado la verdad —o gran parte de la verdad—, a medida que escuchaba su propia voz tenía la sensación de que aquello se parecía más a una de sus tantas trolas que a la veracidad. Esperaba que Koko no pensase lo mismo, o aquello no haría sino enredarse todavía más.
«Si es que no se puede ser buena persona, joder. Por una vez que lo intento y me toman como el malo de la película. Pero de ésta aprendo, ya lo creo que sí»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Koko aprovechó aquel instante para tomar asiento en la cama, justo a un lado de Datsue de modo que pudiera mirarle fijamente mientras contaba su versión de los hechos. Aunque se había dejado el armario abierto, pero como se centró en el Uchiha ni se percataría de lo obvio.
Se mantuvo en absoluto silencio durante todo el rato, rara vez parpadeaba dando la impresión de que tuvo algún pariente vaca, por eso de que se mantienen estáticas durante muchísimo tiempo y tal. Pero al final cuando terminó de hablar simplemente parpadeó un buen par de veces y guardó silencio por un rato más, luego exhaló lentamente dando la impresión de que se había aguantado la respiración durante todo el rato —cosa que no ocurrió— y finalmente se dignó a hablar.
—Bueno, supongo que tu versión es mejor que la de una ebria —fue lo único que se le ocurrió decirle—. Aparte que es cierto que mientras duerme se pega a lo primero que encuentra, me pasó mil veces —agregó restándole importancia.
Es más, sabía que más de un hombre se haría malas ideas al respecto e incluso tendrían alguna fantasía extraña pero como Datsue en ningún momento se dignó a negar la homosexualidad, la rubia dedujo que la sola imagen mental de dos chicas durmiendo juntas no le resultaría atractiva en lo más mínimo.
—Bueno, ya no te retengo más, si quieres puedes irte, en cuanto encuentre el pantalón te lo llevo —comentó ya poniéndose en pie una vez más—¿A qué hora más o menos sueles estar?
A ver si justo molesta cuando está durmiendo o directamente salió.
No le convenció la respuesta de Koko. Parecía que aceptaba su versión tan solo porque la de una ebria, era, cuanto menos, dudosa. Pero no porque se creía a pies juntillas lo que decía. Era normal. Él era un completo desconocido y Noemi su hermana. Sin embargo, no había cosa en Onindo que le fastidiase más que el hecho de que la gente no le creyese. Podía aceptar que lo hiciesen cuando mentía, pero cuando decía la verdad... Le ponía de los nervios.
Pero lo dicho estaba dicho, y volver sobre el tema no cambiaría nada, salvo quizá empeorarlo. Datsue asintió cuando Koko dijo que ya podía irse, lo cual era poco menos que una indirecta para que lo hiciese, aunque tuvo el detalle de preguntarle a qué hora solía estar por casa.
—Pues… hoy no estaré en todo el día —mintió, pues pensaba echarse a dormir nada más bajase la basura—. Y… no sé, soy un poco caótico con los horarios. Prueba suerte nada más lo encuentres y ya está. Seguro estaré por ahí.
Se echó la camiseta al hombro y abandonó la habitación, cruzando el salón y abriendo la puerta de la salida.
—Bueno, pues supongo que ya nos veremos. ¡Disfruta del día! —exclamó, guiñándole un ojo—. Y no te preocupes por buscar el pantalón… seguro que te lo encuentras de casualidad en el sitio más insospechado. —«Y tanto que sí…»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
—Bueno, no me culpes si te termino despertando —le dijo algo desganada por tal respuesta.
Después de todo, ya que no le dieron un buen horario podría llegar a tocar la puerta en un momento en que pudiera estar durmiendo, o tal vez concentrado en algo sumamente serio o a saber.
—Igualmente, nos vemos —saludó con una leve reverencia que probablemente el Uchiha no habrá visto.
Y ya con todo dicho y hecho, lo único que le restaba a Koko era justamente seguir con todo aquello que se había planeado momentos antes de toparse con Datsue. Es decir, darse una ducha y ver qué podría comer.
—Pero… ¿Dónde metí el jodido pantalón? Se supone que estaba en el… —tan pronto se dio la vuelta y miró el mueble lo encontró y se quedó en absoluto silencio por un buen rato.
«Se lo llevo mañana, que le den a todo »se dijo a sí misma antes de tomar un cambio de ropa y dirigirse al baño para seguir con su vida.
Las ventanas del apartamento de Datsue, abiertas, dejaban escapar una suave melodía de su interior. Era irregular, como si las cuerdas que la produjesen fuesen tocadas por manos inexpertas. Sin embargo, alguien entendido en música identificarían rápidamente aquel instrumento: no era otro que un shamisen, el mismo que el famoso Rokuro Hei había tocado una fatídica noche en la que Datsue y Akame habían coincidido, además de una guapa kunoichi de la que el Uchiha todavía no se había olvidado.
Había llevado aquel instrumento sellado en su cuerpo en su viaje a Isla Monotonía, con la esperanza de convencer a un rico noble de que le cediesen su herencia. No lo había conseguido, por desgracia, pero le había cogido el gusto a eso de tocar, pese a que seguía pensando que aquel no era el instrumento que mejor se adaptaba a su estilo.
«Tres. Dos. Uno…»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Koko ya había cumplido con toda su rutina diaria, había corrido lo habitual, hecho alguno que otro ejercicio y también había limpiado su vivienda y tomado una ducha, por ende no le quedaba absolutamente nada por hacer el resto del día a excepción de hacer entrega de aquella prenda que se le había quedado el día anterior. El pantalón de Uchiha Datsue.
Claramente si alguien se encontraba con que ella poseía tal cosa en su departamento pasaría a suponer diversidad de cosas extrañas que al final no serían ciertas, al menos la rubia no se imaginaba ninguna forma posible en que aquel chico fuese a hacer algo así con cualquier mujer.
«En la casa de alguien más puede ser, ¿pero de una mujer? »pensaba divertida mientras descolgaba con suma delicadeza la prenda para asegurarse que no se arrugaría ni nada similar.
Sin más preámbulos, vistiendo un conjunto de lo más casual compuesto por una camiseta blanca de mangas cortas y un pantalón corto, salió de casa y golpeó la puerta de junto, esperando haberle atinado en un buen horario en que aquel chico estuviese dispuesto a recibirla, al menos como para devolver el pantalón y desentenderse finalmente de todo.
«Tres. Dos. Uno… ¡Ajá!» El inconfundible sonido de alguien llamando a la puerta. Tenía que reconocer, aunque solo para sus adentros, que había hecho aquella cuenta atrás por lo menos un quincenar de veces, convencido de que Koko vendría en cualquier momento. Y es que, ¿quién iba a ser sino? El pantalón estaba colgado en frente de su cama, era imposible que no lo hubiese visto ayer, o hoy al despertarse.
Se levantó. Llevaba una camiseta blanca, de mangas enrolladas y cuello abierto, y un pantalón corto, y se encontraba descalzo. Todo de lo más casual. De lo más estudiadamente casual. Queriendo hacerse el interesante, llevó el shamisen en una mano, mientras dejaba el bachi en el sofá, y fue a abrir la puerta.
—¡Vaya, qué sorpresa! —exclamó, sonriente, al verla—. Justo estaba relajándome tocando un par de piezas musicales… —«Ugh… No se nota ni nada la frase preparada, ¿eh? Mierda, Datsue, relájate»—. No habrás encontrado el pantalón, ¿verdad? —«Joder, ¿pero se puede ser menos natural? ¡Pues claro que ha encontrado el jodido pantalón? ¿A por qué otra cosa vendría sino? ¿A por sal?»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
La puerta no tardó en abrirse y allí estaba un Datsue también bastante casual, hablando de una forma que hizo que una de las cejas de Koko se fuese alzando muy lentamente hasta su límite puesto que parecía estar empleando diálogos ensayados una y mil veces. «¿Es así? Ayer al menos parecía distinto »pensaba la chica extendiendo lentamente los brazos para dejarle el pantalón al alcance.
—Lo encontré, sí… —dijo sin siquiera saber cómo reaccionar ante lo dicho por el chico.
Nunca nadie le enseñó a seguirle el juego a nadie así que aunque se esforzara no tenía idea.
—Supongo que ya termin… —no terminó la frase, no podía hacerlo, no tras ver semejante cosa.
La expresión de la rubia fue de terror absoluto y un fuerte escalofrío la recorrió de pies a cabeza sin mencionar que la piel se le había erizado como si estuviese helando cuando en realidad hacía calor.
—Has… ¿Has tenido una fiesta o algo esta mañana…? —preguntó algo incrédula ante lo que veía en el interior del departamento.
Se suponía que ambas viviendas eran exactamente iguales, una al lado de la otra pero iguales al fin, pero lo que ella veía desde la puerta estaba muy lejos de parecerse a la suya.
Datsue cogió el pantalón con la mano libre. Iba a decir algo, pero entonces Koko reparó en algo del interior de su casa… y en seguida preguntó si había montado una fiesta.
—Ehm… Bueno, yo… Esto… No. —Por una vez en la vida, no se escudó en mentiras. Desvió la mirada hacia la pila de platos sin lavar y a la espesa capa de polvo que cubría la mesa, a excepción de un círculo: la marca inequívoca de donde ponía siempre el plato para comer—. Lo que pasa es que he estado… ocupado.
Ella se había pasado un año sin hacer misiones por falta de tiempo, ¿no era comprensible que a él le sucediese lo mismo? Carraspeó, reprochándose mentalmente por no haber limpiado antes. Estaba tan habituado a la porquería que ya lo veía como algo normal.
—De hecho —añadió, en un momento de inspiración—, iba a ponerme a limpiar ahora... Pero es la maldita espalda que tengo, ¿sabes? Desde que cargué a hombros a tu hermana por media Uzu no hay quien la aguante. El simple hecho de doblarme para limpiar el polvo me producen unos dolores atroces...
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
«No», eso era lo único que le importaba, esa simple palabra le dejó en claro infinidad de cosas respecto a su vecino y si bien, no le gustaba nada, lo que menos le gustaba era hacerse con la idea de que el apartamento de junto está en semejantes condiciones, es decir, mirar el departamento de Datsue era como mirar lo que podría pasar al de Koko si se dejaba de limpiar y no, no le gustaba.
—¡No se diga más! —exclamó enérgica antes de meterse nuevamente en su departamento.
En menos de un minuto regresar con una cubeta llena de cosas entre ellas algunos palos que sobresalían. Todo lo que allí tenía eran artículos de limpieza incluyendo una fregona, una escoba y un plumero. La esponja y el jabón para los platos suponía que Datsue los tendría así que no se molestó en buscarlos.
—Sigue con lo tuyo mientras tanto, no te preocupes —le dijo con la intención de acercarse en primera medida al lavaplatos que estaba literalmente desbordado de utensilios sucios y alguno que otro probablemente con restos de comida en putrefacción—. Tampoco te cobraré nada, estate tranquilo —comentó con una sonrisilla nerviosa.
«La madre que me… ¿En serio se va a poner a…?» El hecho de que fuese tan físicamente parecida a su hermana no hacía otra cosa que dejarle todavía más perplejo. ¿Cómo podían ser dos hermanas mellizas tan distintas? Una era todo soberbia, altivez, y egocentrismo; mientras que la otra era altruista, caritativa, comprensiva… ¡Un encanto de mujer, eso es lo que era!
—Pero Koko —dijo, una vez comprobado que iba en serio, al verla entrar con una caja entera de utensilios para la limpieza—, de verdad que no hace falta que te molestes. En serio que no…
—Tampoco te cobraré nada, estate tranquilo.
—B-bueno, si insistes… —¿Qué podía hacer él? Tampoco iba a hacerle el feo de negarse. Eso sería muy desconsiderado por su parte—. Vale, pero algún día tienes que dejarme compensártelo, ¿eh?
Cerró la puerta y se acostó en el sofá, más feliz que un Kusareño tras la cosecha. «Oh, sí. Esto sí que es vida» se dijo, mientras estiraba las piernas.
—¿Quieres que toque alguna canción mientras, Koko? —preguntó, colocándose el shamisen encima del cuerpo, en una posición no muy ortodoxa. Entonces, empezó a decir toda una lista de canciones que se sabía:—. El Kusareño perdido; Kusareño en alta mar; el Kusareño marinero; Corazón de Kusareño… La que quieras.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Nada, le daba igual todo lo que él dijera, más una vez que encontró la esponja y el jabón entre platos y demás los cuales se las arregló para hacer a un lado sin romper ni uno solo. Lo último que necesitaba era romper algo y tener que pagar algo además de limpiar el estropicio. Así que luego de eso, abrió las llaves casi ignorando lo dicho por el dueño de la casa que sin más cerró la puerta y se fue a poner cómodo en alguna parte del departamento.
—La que tú quieras —le respondió ya poniéndose manos a la obra para lavar antes que nada, el escurridor que seguramente estaba hecho un asco también, ya luego comenzó con los platos.
Y es que todo le era indiferente cuando se proponía limpiar, es más, toda esa pila de platos la tendría que terminar en menos de treinta minutos o de lo contrario se sentirá fatal por haber bajado el rendimiento general. ¿Y luego? El resto de la casa… Ni el baño se salvaría del trapeador de Kageyama Koko.
1/06/2017, 02:23 (Última modificación: 1/06/2017, 03:42 por Uchiha Datsue.)
—¡Estupendo! —exclamó Datsue, al Koko permitirle que cantase la canción que él mismo prefiriese—. Entonces en vez de esas, que ya estarás cansada de oírlas, te cantaré Kusareño de Primavera —tomó el bachi e hizo sonar el primer acorde—. Es una canción que compuse yo mismo —aseguró, con orgullo—, mientras viajaba con Akame el Profesional y Kaido el Tiburón hacia Isla Monotonía, en una de nuestras muchas epopeyas.
Carraspeó, aclarándose la garganta, y empezó a tocar el instrumento, tumbado. Sus acordes eran más pausados de lo acostumbrado en un instrumento como aquel, mitad debido a su falta de destreza, mitad debido a querer que se adaptase al ritmo de su letra.
Entonces se arrancó a cantar, y su voz, pese a conservar ese timbre de pilluelo que tanto le caracterizaba, no sonó tan mal…
De apellido Kusagakure, de nombre Yota,
él era feliz con trigo y unas bellotas,
hasta que el cerezo llenó sus tierras de amapolas,
convirtiendo la savia de sus venas en rosas.
Ella era la Primavera, una deslumbrante Uzureña.
No había visto cosa igual, su piel no era de corteza,
y entonces supo que la amaba, que sería su princesa.
Que estaba predestinado a ella, como un Ameriense a la tormenta.
Hizo una pausa, mientras su diestra se atrevía con movimientos más rápidos y complicados. Tuvo algún fallo apreciable para oídos expertos, y algún que otro incluso para gente no versada en música, pero continuó como si no hubiese sucedido nada. Entonces, su voz se elevó, alcanzando un tono mayor:
Yota quiso cruzar Oonindo y conquistar a su Uzureña,
de ojos color magenta y gusto por las perlas.
Ella le devolvía la sonrisa al ver su cartera llena,
pero más tarde llegó el Invierno, y el fin de su cosecha.
Se incorporó en el sofá, sentándose e inclinándose hacia adelante, mientras sus cuerdas vocales vibraban con mayor intensidad que nunca y las venas del cuello se le hinchaban. Llegaba la estrofa final. La conclusión:
Kusareño de nacimiento, has vuelto a echar raíces.
Tienes tu propio huerto, y una Kusareña por esposa que te sonríe.
Pero entonces dime, ¿¡por qué sigues buscando!?
¡Una flor de cerezo, entre tu sembrado!
¡Kusareño de nacimiento, han pasado ya diez años!
¡pero la Primavera no ha vuelto a pasar por tus campos!
¡Dime entonces, ¿por qué sigues buscando?!
¡Una flor de cerezo, entre tu sembrado!
Tac. Tic. Trraack. Y la melodía, como el sollozo final de un amante engañado, llegó a su fin.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Por algún extraño motivo a medida que Datsue cantaba Koko se iba haciendo la idea de que en realidad hablaba de algo que realmente sucedió, más que nada porque la única persona con ojos magenta que sabe existe en toda la aldea es una amiga de Noemi y bueno, ella misma pero a diferencia de otras Sakamotos, era bastante más humilde como para suponer que hablaban de ella.
—¿Y algo más alegre…? —preguntó algo contrariada mientras terminaba de fregar los últimos platos.
Es decir, había sido bastante deprimente de por sí el lavar platos con semejante melodía sonando, casi parecía que estaba haciendo algo sumamente serio y no… Frotando una esponja espumosa contra ollas y demás utensilios de cocina.
—¿Eres alérgico al polvo? Porque después de que lave todo aquí me pondré a barrer —advirtió pasando un trapo húmedo por toda la mesada quitando todo rastro de suciedad.
—Algo más… alegre —murmuró Datsue, algo decepcionado por no haber causado ni el más mínimo efecto en la muchacha. «Bueno, al menos me pidió otra canción. Tan malo no habré sido»—. Pues a ver… Y no, no soy alérgico —aclaró, antes de empezar a pensar—. Está El novio de la muerte —aunque aquel, más que alegre, era simplemente patriótico—; El andar del borracho; La Rianxeira, El Paraguas de… ¡Ah, ya sé! ¡La Kusareña! —exclamó, al creer haber dado en el clavo, con una canción popular de La Ribera del Norte…
…o algo ligeramente parecido.
El bachi empezó a rasgar las cuerdas del instrumento, esta vez con más rapidez, mientras se aclaraba la garganta. Entonces, con voz más alegre y jovial, empezó a cantar:
Y llueve, llueve, llueve, ¡ay cómo llueve, en los Cerezos!
Y cantan, cantan, cantan, ¡ay cómo cantan, los Uzureños!
Y ríe, ríe, ríe, ¡ay cómo ríe, la hija del Kusareño!
Y lloran, lloran, lloran, ¡ay cómo lloran, los Kusareños!
Entonces, el Uchiha empezó a dar un perfil y otro de su rostro, intercalándolos, como si estuviese representando dos personalidades distintas, a la vez que modulaba su voz de una más ruda y grave a otra más aguda y femenina.
¿Bailaste hija mía? Bailé, ¡sí señor! Dime con quién bailaste Bailé con mi amor.
Con tu amor, hija mía,
no vuelvas a bailar.
Porque te levanta la falda del kimono
y es muy difícil de bajar
No te preocupes, padre mío,
nada de eso sucedió.
Él volvió por su camino,
y yo por el de Dios.
Entonces, cambió a su perfil derecho, el del hombre rudo, y abrió los ojos de pronto, como si hubiese visto algo que le dejase anonadado.
¿Vienes mojada, hija mía? Vengo empapada, ¡sí señor! ¿No será culpa de ese Uchiha? De su wagasa, ¡que no me resguardó!
Nuevamente, Datsue dio el perfil diestro, y, dando golpes con el dedo en el aire, como regañando a alguien, cantó:
La wagasa de Akame, es una wagasa muy mala,
si le caen cuatro gotas... ¡ya se le humedece el asta!
Y por eso las Uzureñas, por muy mojadas y empapadas,
no se pondrían debajo, ¡de su basta wagasa!
Ay, padre mío, no te preocupes, ¡por favor!
Que el chico es un profesional, y me mantuvo en calor
Ay, padre mío, no te preocupes, ¡por favor!
Y no cuentes nada a Yota, o le romperás el corazón
Y cantan, cantan, cantan, los Uzureños, en los Cerezos,
y ríen, ríen, ríen, las Kusareñas, en sus regazos,
y llueve, llueve, llueve, ¡ay cómo llueve, en los sembrados!,
y lloran, lloran, lloran, los Kusareños, ¡al seguir secos!
Repitió la última estrofa por última vez, y, con una última nota de cuerdas, la canción llegó a su fin.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80