Cosas de rubios

[Inuzuka Nabi]

La vida en los Dojos era tranquila, casi demasiado. En el edificio donde estabamos acumulados todos los de Uzushiogakure había más habitaciones vacías que ocupadas, estaba claro que lo de seleccionar se les había ido de las manos. El ala femenina era más un ala fantasma porque solo había una kunoichi más aparte de Eri-hime. Encima mi maldita habitación estaba la primera, sí, la primera de todas, lo cual se traduce directamente en que siempre que entra alguien, yo me entero.

Por si todos estos hechos en conjunto no fueran suficientemente deprimentes, en el piso donde estaba alojado yo estaban Riko y un chico que no conozco de nada y que da mucho mal rollo. Aún hacía poco que habíamos llegado, así que no había tenido ni buscado la oportunidad de entablar un primer contacto verbal con ninguno de los desconocidos ni con los conocidos que se alojaban allí.

Pero había una explicación muy lógica para eso, estaba en tensión. No lejos de nosotros se alojaban los amenios y los kuseños, y seguramente estaban maquinando algo. Además, las palabras de Eri resonaban en mi cabeza, no exactamente sus palabras exactas, pero la idea en sí. Que no estabamos preparados, en especial yo, esto lo añado yo, ella no lo dijo. Ni siquiera había tenido un combate desde la academia.

Ahuyenté a dos cocodrilos con mis manos desnudas y le robé un bastón a un viejo maleducado, pero nada de combates shinobi uno contra uno que era lo que me iba a comer doblado en el torneo.

Por eso estaba aquí, en una plataforma de combate que parecía sacada de un manga sobre alienigenas rubios que luchan contra un bicho devora androides. Subí las escaleras con las manos en los bolsillos mirando los alrededores a ver si venía alguien a quien pudiera pegar sin sentirme culpable despues, es decir, cualquier amenio o kuseño. Tenía claro que si en el sorteo para el torneo me tocaba alguien de Uzushiogakure me iba a rendir ipsofacto o en caso de que fuera alguien a quien le tuviera ganas, no iba a usar ningún arma.

Vamos, solo me faltaba acabar matando a un compañero sin querer en un torneo internacional donde podría matar extranjeros queriendo.

[Koko]

Luego de aquel primer día tan atareado con la limpieza, la Kageyama gozaba de mucho tiempo libre que podía aprovechar como mejor le pareciera, literalmente podía hacer lo que sea siempre y cuando no atentase contra la integridad de los demás o de ambiente. Y eso era molesto, tener tanta libertad era extraño para ella quien había pasado toda su vida sirviendo a los Sakamoto que… Técnicamente son su familia pero bueno.

Así fue como la pecosa tras darse un baño rápido salió a dar un paseo sin rumbo fijo, donde sea que pudiera relajarse un rato estaría bien ya que en ese preciso momento no tenía muchas ganas de ponerse a entrenar ni nada por el estilo, aunque si la situación lo exigía no dudaría en ponerse a practicar algo.

La kunoichi caminó durante un par de horas sin rumbo fijo, se detuvo infinidad de veces para apreciar los paisajes naturales y siempre evitó la zona central donde estaban la mayoría de los dojos o de lo contrario terminaría tentada a entrenar. Pero fue entonces que llegó a una de tantas plataformas de combate donde había un chico de cabellos rubios.

No había motivos para molestarle, tampoco para interrumpirle si es que iba a hacer alguna cosa pero por algún motivo la pecosa decidió acercarse, como si quisiera comprobar algo en él. Probablemente la bandana que incluso de espaldas se le veía claramente anudada en torno al cuello.

—Hola —saludó tranquilamente mientras rodeaba lentamente al contrario.

Simplemente no quería tomarle por sorpresa ni nada por el estilo, además que saludando seguramente el chico se daría la vuelta y allí podría verle perfectamente el símbolo en la bandana, si es que era una bandana realmente y eso.

[Inuzuka Nabi]

—Hola —

Me giré lentamente, pues me sonaba la voz, pero como que algo no estaba bien del todo. Al contemplar la figura de la kunoichi ya sí que algo no estaba bien.

— Ho... oh...

Fui a contestarle cuando algo sacudió mi mente como el viento sacude el arbusto solitario en el campo. Acababa de recordar a quien me sonaba esa voz y su figura a grandes rasgos. Y no es que conociera a muchas kunoichis así que mi cerebro tampoco tuvo que esforzarse demasiado, lo cual agradecieron mis dos neuronas profundamente.

— Tú... no eres Sakamoto-san, ¿no?

La miré de arriba abajo y las evidencias de que NO era Noemi eran manifiestas. Todas esas pecas alrededor de su rostro, los ojos de diferente color, eso sin contar que el cuerpo entero parecía más entrenado y menos expuesto. Incluso la expresión en su cara parecía diferente, aunque mejor asegurar, porque igual era porque había decidido entrenarse a Taijutsu y había llegado a la pubertad, otra vez, o algo.

Al mismo tiempo, sabía que las dos únicas kunoichis de mi promoción habían sido Noemi y Eri, así que una parte de mía me decía que si era una kunoichi y se parecía a Noemi pues tendría que ser ella.

[Koko]

Tras saludar lo primero que la pecosa escuchó fue algo que no la sorprendió en lo más mínimo, era hasta normal que la confundieran así aunque en el fondo ella también era una Sakamoto pero sabía muy bien que en realidad se refería a Noemi.

—No soy Noemi, si es que preguntas por ella —respondió con una afable sonrisa dibujada en el rostro—. Koko, soy la hermana melliza de Noemi —agregó tendiéndole una mano para estrecharla.

Ahora solo restaba que el chico se presentase, pero había una mínima posibilidad de que no se lo creyese al igual que había ocurrido un par de veces. Por algún motivo algunos se creen que tanto Koko como Noemi son la misma persona pero a la hora de explicar las diferencias físicas de ambas lo hacen ya sea con un simple jutsu de transformación o mismo marcadores. Hubo incluso quien las acusó de pintarse con marcadores los ojos…

—Y tú eres… ¿Nabi, tal vez? —preguntó algo dudosa al respecto, después de todo le conocía principalmente por cuentos de su hermana.

De vista también lo conocía, es cierto, pero la Sakamoto nunca se tomó la molestia de señalar a nadie y decir “Ese es Nabi” ni nada similar así que se tenía que valer de descripciones —bastante vagas— que le habían dado uno que otro día aleatorio.

[Inuzuka Nabi]

—No soy Noemi, si es que preguntas por ella. Koko, soy la hermana melliza de Noemi —

Dudé, luego existí. Le estreché la mano con confianza. No era ningún erudito en el tema de Sakamoto Noemi, pero fingir ser una hermana melliza ficticia y retocarse o transformarse para dar credibilidad a tal cosa con el único objetivo de acercarse a mi, desde luego no sonaba para nada a Noemi. Añadiendo que la persona que tenía delante tambien estaba demostrando una actitud diferente a ella, si hay diferencias físicas y psicologicas me es díficil no creerla.

— Sí, perdona, no tenía ni idea de que Sakam... Noemi-san tuviese una hermana, aunque no es que hablasemos tampoco...

—Y tú eres… ¿Nabi, tal vez? —

Mientras yo aún estaba un poco indeciso sobre si debía creerla o no, ella me había reconocido. A mi, el pelo pegado a un shinobi. Eso era una prueba de que... ¿era ella o no era ella? ¿Noemi se acordaría de mi? No tenía ni idea, así que pensando no iba a conseguir nada. Decidí creerla. No encontraba ningún motivo para no hacerlo.

— Senju Nabi, encantado de conocerte, Koko-san. Entonces, ¿Noemi-san ha venido contigo tambien? Eso ya hacen tres kunoichis del lado de Uzushiogakure.

Le pregunté alegremente.

[Koko]

Esa manera de referirse a su hermana le agradaba bastante a la pecosa, después de todo no todos se dirigían a un Sakamoto de esa manera, más bien utilizaban algún adjetivo o mismo insultos del tipo descriptivo, en cambio este chico recurría al apellido directamente con honoríficos incluso. Un encanto de persona.

—Es normal, seguramente me habrás visto con un traje de criada o algo así —comentó con una sonrisa en el rostro ante las afirmaciones del contrario.

Raro hubiese sido que la conociese bien y hasta el nombre se supiera, como ese otro chico Hozuki que vio en el departamento del vecino.

Pero eso no venía a cuento, ahora lo importante para ella era que tenía a alguien más de Uzushiogakure delante. Estúpido razonamiento si vamos al caso ya que vivía en plena aldea shinobi, debería estar rodeada constantemente de compañeros shinobis pero así iban las cosas para ella.

Lamentablemente el Senju terminó tocando un tema algo delicado para la familia que la había exiliado y si Koko sabía algo era simplemente por uno de los nueve hermanos de importancia, Hideo, quien se dignó a visitarle un día y comentarle de todo lo que ocurrió.

—Noemi renunció hace un par de semanas, no va a hacer nada que tenga que ver con shinobis —le soltó sin ningún tipo de filtros como si no fuese nada realmente importante.

¿Por qué? Así era ella, además que nadie estaba muerto y había sido palabra de la propia Sakamoto y por ello únicamente podía decirse que no había motivos para lamentarse ni nada similar.

—Supongo que con eso hacen dos kunoichis para Uzushio, ¿no?

[Inuzuka Nabi]

—Es normal, seguramente me habrás visto con un traje de criada o algo así —

— Lo dudo, siempre he intentado evitar a las grandes familias, con esos aires de supremacía aria o algo. Me gusta vivir con la plebe. Aunque supongo que eso dicen todos los plebeyos. Que no quiero decir que la nobleza sea estúpida, bueno sí, pero no creo que Noemi ni tú lo seais, de momento.

La cosa no se estaba arreglando, así que decidí cerrar la boca por el momento, tal vez si ella decía algo yo podría decir algo que no fuera una oración racista hacia los ricos y poderosos. Desde la muerte de Shiona-sama mis pensamientos se habían vuelto algo liosos, lo que se traducía en decir cosas que no sé muy bien como plantear pero las suelto igual como han venido al mundo, como puro odio contenido mal dirigido.

—Noemi renunció hace un par de semanas, no va a hacer nada que tenga que ver con shinobis —

Suspiré un "ohhh", sabiendo por su expresión que era algo díficil para ella incluso ser tan directa, y apreté el ano para no soltar LA PREGUNTA, pero LA PREGUNTA era más fuerte que mi ano.

— Y... ¿por qué ha renunciado?

Mis dos neuronas estaban de acuerdo en que esa pregunta no debería haber visto la luz del Sol, aunque ambas querían saber la respuesta tambíen. Qué confusa era la vida y la socialización.

[Koko]

«Supongo que Noemi solo hablaba desde la ignorancia »razonó rápidamente la chica al escuchar aquella respuesta por parte del Senju. No había otra explicación además que si lo analizamos detenidamente la hermana de la Kageyama nunca dio demasiados detalles sobre el chico, tal vez un análisis superficial pero no mucho.

—Entiendo —Respondió la pecosa. ¿Qué iba a hacer sino? ¿Darle un sermón de por qué debería de estar más al tanto de las familias ricas?

Realmente se había acercado sin pensar demasiado lo que hablaría con él así que por un instante supuso que se formaría un momento de silencio que tal vez incomodaría a ambos, pero por suerte el rubio decidió hablar, aunque no de la mejor manera posible y Koko si bien no se sentía incómoda hablando de ese tema, no tenía demasiada libertad para andar hablando de esos temas.

—Es… Complicado —respondió en una primera instancia mostrándose algo incómoda y evitando el contacto visual con el contrario—. Digamos que tuvo complicaciones en su última misión —concluyó rascándose levemente la nuca.

«¿Cómo mierda le digo que perdió un brazo y un pie en una misión? »Se preguntaba la chica sin siquiera saber cómo diablos encarar el tema, o sea si Nabi ahora insistía ella probablemente terminaría hecha un manojo de nervios.

[Inuzuka Nabi]

—Entiendo —

Ya la había vuelto a liar, es que a quien se le ocurre decir que las familias ricas son todas unas comemierdas delante de una chica de familia rica. Por eso mismo no solía hablar con nadie, las cosas eran más fáciles si no se hablaba con nadie.

—Es… Complicado. Digamos que tuvo complicaciones en su última misión

Segundo balón fuera, si en vez de vivir en un mundo de shinobis viviera en un mundo de conversadores de temas incomodos, sería Kage. Kage o lo que coño mandara en ese mundo metaforico. Sin embargo, la educación de la chica era inquebrantable, me habían mandado a la mierda por mucho menos.

— Ya veo, y... ¿qué te ha traído a esta plataforma de combate? ¿Buscabas pelea?

Koko estaba claramente nerviosa, lo cual me había puesto nervioso a mi, que lo último que quería era hacerla sentir mal, bueno, más mal. Debía ser mejor persona y mejor dialogador, por Eri, por Uzushiogakure, por el mundo. El mundo necesitaba un Nabi más mejor.

[Koko]

El tema de Noemi no le correspondía a ella el revelarlo, le correspondía a la afectada principal y ni estaba allí, estaba lejos en Uzushiogakure y dentro de la residencia Sakamoto, lugar en el que básicamente no se permitía el paso a nadie que no fuese rubio y de ojos claros. Había excepciones claramente pero en general esa era la ley en aquel lugar. De cualquier modo, la chica no estaba allí y sin su autorización Koko no revelaría absolutamente nada.

El lado positivo probablemente sería que Nabi al final entendiese algo de todo y dejase a un lado el tema, aunque claro que sus comentarios malsonantes podrían haberle dado un buen motivo a la kunoichi para dedicarle un buen puñetazo en la cara, pero se contuvo para evitarse líos innecesarios.

Lo que sí, el propio Senju al momento de cambiar el tema tuvo la dicha de escoger una serie de palabras que prácticamente sonaban como una especie de amenaza o similar, algo así como un bravucón dispuesto a robarle el dinero del almuerzo a alguien más pequeño.

— Ya veo, y... ¿qué te ha traído a esta plataforma de combate? ¿Buscabas pelea? —Fueron las palabras del chico que prácticamente convencieron a la pecosa de retroceder un par de pasos en señal de desconfianza.

—No sé si sea conveniente —fue la respuesta de la rubia ante las palabras del contrario—. Si algo sale mal podríamos terminar heridos o algo que no nos permita pelear en el torneo y eso —prosiguió para aclarar un poco mejor su postura.

Ahora si centraban la pelea al taijutsu probablemente no tendrían ningún problema, nadie debería resultar herido más allá de un par de magulladuras y moratones que con unos días desaparecerían al fin.

—¿O decías de una práctica de taijutsu? —consultó con cierta mirada suspicaz.

Ya ni sabía cómo tomarse a ese chico, después de todo tuvo los cojones de insultar a su familia frente a ella.

[Inuzuka Nabi]

—No sé si sea conveniente. Si algo sale mal podríamos terminar heridos o algo que no nos permita pelear en el torneo y eso —

Cuando retrocedió ya supuse que se había tomado mi pregunta como una invitación a darnos de hostias. Suspiré, ya no le echaba la culpa a la gente, cuando me pasa lo mismo con todo el mundo está claro que algo mal tendré en la cabeza.

— Nono, no me refería a tú y yo, yo ni siquiera creo que pueda pegarle a alguien de Uzushio aquí y ahora, y encima a una kunoichi, imposible. Solo te preguntaba.

Levanté ambas manos con las palmas abiertas y hacia ella, para intentar calmar el ambiente demostrandole que no tengo hostilidad alguna pero entonces fue Koko quien me tiró el reto a la cabeza.

—¿O decías de una práctica de taijutsu? —

— Ehhh

Hice un sonido de mantenerme en suspensión mientras por mi cabeza pasaban argumentos y pros y contras. Sexismo, por decirle que no pego a mujeres, Honor shinobi, de que si te piden un combate debes aceptar por tu honor, y Uzushiogakure, que claro, no debería pegarme con alguien de Uzu, pero si es para practicar sí debería para ayudarla a mejorar.

— No creo que pueda ir con todo a por ti, sinceramente.

Simple y llano, más yo imposible.

[Koko]

No tenía idea de si tomarse aquellas palabras de buena o mala manera, le estaba dejando en claro que no entrenaría con ella por ser mujer y también de Uzushiogakure, parecía ser un tipo bastante particular. Primero insultos a familias ricas a sabiendas que la chica que tenía delante provenía de una familia de alto estatus social y luego eso de no querer golpear mujeres.

—Bueno, qué se yo —respondió levemente molesta.

Aquella conversación no estaba resultando para nada productiva, inclusive se estaba llevando una mala impresión de aquel rubio aunque tenía que admitir que era muy directo y probablemente sincero también. Solo él sabrá si está o no mintiendo ya que Koko no es tan perspicaz como para enterarse. De todas formas, no había motivos para estarse allí por más tiempo.

—Mejor me voy —comentó volteándose—Nos vemos por ahí.

No iba a mentirle diciendo que había sido un gusto conocerle y eso.

[Inuzuka Nabi]

Era díficil no percatarse de que la paciencia de la muchacha tenía un límite y yo estaba nadando por encima de ese límite.

—Bueno, qué se yo —

Todas mis dotes sociales se vieron comprometidas conforme la situación se ponía más y más incomoda. ¿Y qué se le dice a una mujer molesta? ¿Y qué le había molestado? Preguntas más antiguas que la propia existencia del universo se aglutinaban al mismo tiempo que ella se molestaba.

—Mejor me voy. Nos vemos por ahí.

Normalmente la habría dejado marcharse, asumiendo que mi capacidad para dialogar era más bien nula, pero tenía que esforzarme en ser mejor persona, ahora tenía que pensar en Eri y los niños.

— Espera. Mira, sé que no soy especialmente fácil de entender y mucho menos una pareja de conversación para pasar el rato, así que solo te pido que no te vayas molesta conmigo. Quiero llevarme bien con mis compañeros de villa. Perdoname si te he ofendido de alguna forma a ti o a tu familia.

Hice una pequeña reverencia en su dirección a modo de disculpa.

[Koko]

Se iba a ir, lo quería hacer, el chico solo se había dedicado a insultarla y menospreciarla por así decirlo aunque podía ser catalogado como un bonito gesto que se negase a golpear a una kunoichi, pero una cosa no quitaba a la otra, estaban ambos allí en un torneo y tarde o temprano se vería obligado a hacerlo o de lo contrario perdería indudablemente, ¿o se rendiría?

Cuando la rubia ya se había volteado dispuesta a retirarse, el Senju decidió detenerla asegurándole que era consciente de que tal vez, no era la mejor persona para mantener una conversación y eso estaba más que comprobado, en menos de una hora había soltado una buena cantidad de comentarios que podría haber ofendido a alguien más sensible que aquella kunoichi pecosa. Pero el asombro por tales actitudes se notaba demasiado en ella.

—¿Está bien? —Respondió algo nerviosa tras voltear apenas la cabeza—. ¿Te cuesta relacionarte con otros? —Consultó más tarde, esta vez volteándose de cuerpo entero.

¿Sería que el chico padecía algún tipo de trastorno que le dificulte el relacionarse con otros? O tal vez simplemente no estaba habituado, la respuesta de todas formas escapaba de las manos de la joven puesto que no tiene los suficientes conocimientos psicológicos ni sobre la vida del chico como para sacar una buena conclusión. Y si vamos al caso, tampoco le era de mucha importancia mientras no le generase ningún tipo de problema.

[Inuzuka Nabi]

Pensé que se iría, pero al menos había soltado mi parte y estaba seguro de que ella lo escuchó. Finalmente se detuvo y se dio la vuelta para volver a encararme y reanudó la conversación.

—¿Está bien? ¿Te cuesta relacionarte con otros? —

— No es tan serio como lo has hecho parecer. Digamos que soy propenso a tener malentendidos con la gente que no me conoce.

Me llevé una mano a la nuca intentando parecer tan inocente como fuera posible, poco a poco mis dotes irian subiendo de nivel hasta que fuera una persona normal, en algún momento.

— No quiero que te quedes a hablar porque te doy pena, quiero decir, si estas incomoda vete, solo quería disculparme por si te he ofendido. Al fin y al cabo somos compañeros y no quiero que haya mal rollo entre nosotros.