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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
La lluvia no cesaba, pero eso no era una novedad. En la aldea oculta de la lluvia, esa era la única verdad inalterable, la única verdad absoluta. Apenas habían salido los primeros rayos del sol, la luz apenas irradiaba calor, y ya hacía horas que había gente despierta. El trabajo no cesa para los que ofician el arte del ninjutsu, no hay descanso para los que mantienen la paz.

Tras un deliberado estudio de los genin que no estaban actualmente con una misión activa, los que se encontraban de descanso, y los que simplemente no parecían compatibles con el encargo pendiente, la resolución se hizo absoluta. El encargo no era una misión, o al menos no a primera vista, pero eso era algo de lo que éstos ya se darían cuenta. Apenas abrieran los ojos, habrían despertado porque el timbre de casa estaba sonando. En la puerta, aguardaría un mensajero, que portaba un pergamino de la administración de Amegakure. El sello de la aldea salvaguardaba el contenido, su procedencia era irrefutable.

El mensajero, tras repartir el par de pergaminos gemelos, continuaría con su labor.



Administración de Amegakure.


Lugar: Nokoto.

Solicitud: Se está recibiendo todos los días un mensaje de una chica que está pidiendo que ayudamos a su amiga desde el pueblo de Nokoto, situado al sureste. No se trata de una solicitud formal, siempre viene sin remitente y en una carta escrita con letra apenas seria, pero tampoco se puede obviar la solicitud por parecer solo una broma de una niña. La administración solicita a Habaki Karamaru y Yamanaka Reika que vayan a Nokoto, y comprueben la veracidad del peligro, y del remitente de la carta. No deben involucrarse, tan solo comprobar si no es una solicitud falsa. En caso de ser cierto, informar de nuevo a la administración para que se tomen medidas lo antes posible. Rogamos que se ejecute con la mayor brevedad posible, y que se actúe con cuidado.

Ejecución: A las 08:00 ambos deberán encontrarse en las puertas de la aldea, en pos de realizar la tarea lo antes posible.


Para hacernos a la idea, apenas serían las 7 y media de la mañana. Cuando ambos respondan, y se pongan en camino, ya me encargo de solicitar un cambio de foro, para que no quede en las calles de la aldea, o simplemente pongo un link para direccionar.

Espero que disfrutéis de ésta trama, la he preparado con mucho amorsito Corazón
[Imagen: 2UsPzKd.gif]
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#2
El Sol poniéndose en el atardecer, la hierba pegándose al piso por el viento fuerte y allí, en el medio de la pradera, un tigre. Era un tigre blanco y grande, mucho más grande de lo que Karamaru pudiese llegar a ver en su vida. A su lado, el calvo de Amegakure, ambos mirando en la misma dirección, al horizonte, al Sol. Desde allí emergió con rapidez un dragón dorado que ascendió a los cielos para luego bajar en picada hacia la posición del shinobi y el animal. Los rostros no eran de sorpresa, sino de seriedad. Los tres intercambiaron miradas unos segundos, silencio tenso, y el dragón finalmente mostró los dientes y se preparó para rugir.

Y en cuánto lo hizo..... un sonido agudo que rompió los tímpanos del monje salió de su boca, despertando al gennin de golpe tratando de entender que era lo que sucedía. El timbre, eso era, pero... ¿Quién iba a su puerta a esas horas?

«Puta madre»

VOOOY- gritó dormido, frotándose los ojos mientras se levantaba.

Descalzo, con el torso desnudo y un pantalón gris, abrió la puerta para encontrarse con un hombre silencioso que portaba un pergamino en la mano. No había que ser un genio que ese era el paquete a entregar, y tampoco había que serlo para saber que a través de ese pergamino estaban solicitando los servicios del cenobita.

Lo tomó, agradeció y lo dejó arriba de una mesa sin leerlo. Se tiró arriba de la cama nuevamente y cayo en sueños, aunque no el mismo que había dejado.

***

Con un rato más durmiendo Karamaru se pudo levantar como todos los días, tranquilo, sereno y contento al ir a prepararse su té matutino. Sin vestirse aún, se sentó en la silla junto a la ventana con el humo que huía frente a su cara y las manos calientes sujetando la taza. Y en la mesa de al lado vio el pergamino, y se acordó que lo había recibido como un recuerdo lejano.

El pergamino hablaba de un pedido de auxilio extraño. Sin detalles, se solicitaba ayuda, con lo amplio que puede significar eso, y la realidad era que le daba más curiosidad saber quién era Yamanaka Reika que el mensaje sin detalles que le estaban brindando. Pero era su trabajo y tenía que cumplir, al menos rompía la rutina y podía tal vez tener al final del día la satisfacción de haber ayudado.

A las ocho... y son las... ¡OCHO!

Soltó la taza sobre la mesa, que tambaleó pero no dejó caer su contenido, y corrió en pos de cambiarse lo más rápido posible, colgarse su mochila revisando de tener un par de provisiones, repaso en su cabeza de no olvidarse nada, y más rápido que nunca salió de su casa corriendo a las puertas de la aldea. Seguramente esa tal Reika estuviese esperándolo, y eso no era correcto.

«¿Cómo se supone que la voy a reconocer?»- se pregunta en el camino.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"  
-Maestro Yoda.


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#3
Tras cumplir su, hasta ahora, primer y unica mision. La joven kunoichi de cabellos dorados habia decidido salir con su madre por la tarde. Como era de comun conocimiento para todos los habitantes de Amegakure aquel día llovía tal y como lo hizo ayer y antes de ayer y como lo seguiría haciendo por mucho tiempo.

Había aprovechado la mañana para dormir hasta tarde, o eso era lo que pretendía.

-Reika...cariño- la voz era de madre quien intentaba despertar a su viva imagen pero con cabello algo más corto, la joven kunoichi intentó balbucear algo que sólo su madre entendería

-Hija, debes levantarte de la cama, vino un mensajero- dijo la rubia mujer quien dejaba el pergamino en la mesita de noche de la chica -Al parecer tienes misión-

*****

Aun le quedaba algo de tiempo, luego de leer el recado y desayunar rápidamente, la joven kunoichi preparó su equipo y se colocó su capa impermeable, tras atravesar la puerta de su casa se puso la capucha y emprendió su marcha hacia el punto de reunión -Habaki Karamaru...¿Como haré para saber quien es?- pensaba Reika mientras caminaba -Es que nunca dejan siquiera un retrato aproximado para reconocer a un compañero- aunque también entendía que era parte del trabajo de un ninja aprender a ubicar a un compañero o a un sospechoso teniendo poca información

-Quizá el también me este buscando, me centraré en personas que estén buscando algo o alguien...No es mucho pero puede ser un comienzo- Se dijo la chica que ya casi había llegado a la localización de la reunión.
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#4

Nada que resaltar. Podéis rolear intercalando turnos hasta que salgáis a la aventura.
[Imagen: 2UsPzKd.gif]
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#5
Karamaru llegó a destino con la idea de que no podía perder tiempo tratando de adivinar, quién de todas las personas que pasaban cerca de las puertas iba a ser su compañera. Aunque sí se tomó unos cuantos segundos apenas llegó para recorrer con la mirada la zona circundante, era claro que su mirada era nerviosa y que su cuerpo estaba apurado.

De la misma manera que llegó, corriendo, se dirigió a los guardias de la aldea, encargados de ocupar su posición en las puertas de al aldea, para hablarles con una voz agitada y palabras rápidas.

Estoy buscando a... a...- sacó el pergamino, leyó una parte de su contenido y lo volvió a guardar en un pispás- A Yamanaka Reika, ¿Alguna idea?

Se supone debemos partir juntos en.. en...


«¿Para qué mierda nos habían llamado?»

»Para hacer algo.

Daba pequeños saltos con un pie y el otro y apuraba hasta con la mirada a los guardias para que les respondiese lo antes posible.
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#6
A medida que la kunoichi iba acercándose a las puertas de la aldea, iba observando a la gente tratando de identificar a su posible compañero en esta misión o lo que fueran a hacer. En el camino vio a varias personas que presentaban las características que ella buscaba, aunque ninguno de ellos parecía ser shinobi.

«En fin...esperaré en la puerta a que al fin aparezca»

Se dijo a sí misma cuando al fin llegaba a la salida de Amegakure y fue ahí cuando escuchó su nombre salir de un joven calvo que parecía estar apurado

«Con preguntar no se pierde nada...»

Se dijo mientras se acercaba al muchacho, aun no le había visto el rostro , dado que estaba de espaldas a ella

-Disculpa...¿Habaki Karamaru? - preguntó la clara voz de Reika, al girarse Karamaru vería a la kunoichi rubia vestida con un jersey de color salmón claro, shorts azules, medias altas junto a su calzado ninja y por encima de todo la capa impermeable de color negro -Yamanaka Reika ¡Al fin te encuentro!- Se presentó al calvo cuando al fin se encontraron cara a cara.
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#7
El calvo, sin tiempo que perder, apuró y se dirigió a los guardias para preguntar por su compañera de tareas. Apuró tanto, que ni llegó a recordar el nombre de su compañera de viaje antes de preguntar, teniendo que recurrir a sacar el pergamino y leer de éste el nombre de la chica.

Frente a Karamaru había un par de guardias, ambos chunin. El mas cercano a él, y el que mas caso le hizo, era extremadamente delgado. Iba vestido con ropas negras, y tan solo resaltaba entre sus prendas el chaleco militar. Sus ojos eran rasgados a consciencia, e iba repeinado con demasiada gomina, en una cabellera platino. Su piel casi rozaba el mismo tono de color, y una cicatriz marcaba todo su lado izquierdo en el rostro.

Lo siento chico, no me conozco a todos los genin de la aldea. —contestó mas seco que un gato en verano.

Pero, por suerte o desgracia, Reika había escuchado su nombre de boca del chico al que debía buscar, y sin pensarlo dos veces, se aventuró a preguntar si se trataba de Karamaru. El otro guardia ni se molestó en contestar, se disponía con la mirada fija en el horizonte, observando a quien entraba y quien salía de la aldea. Después de todo, esa era su función.
[Imagen: 2UsPzKd.gif]
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#8
Los saltitos pararon y la duda y la decepción se reflejaron en el rostro bajo la calva. Si aquellos guardias no sabían nada de nada, no iba a poder encontrar a la mujer. No iba a poder cumplir con lo asignando y entonces.... ¿Cuáles serían las consecuencias? Yui podía ser dura, y si esto venía directamente de ella entonces....

«Mierda, mierda, mierda, mierda»

Se quedó varios segundos mirando a los guardias con cara de nene perdido, sin saber que hacer, sin saber a donde a ir, repitiendo las palabras de aquel chunin una y otra vez en el fondo de su cabeza. Hasta que al final sintió un subidón de alegría en el pecho, uno que hizo que se vuelta con gran rapidez para encontrarse con una cabellera rubia.

¡YAMANAKA REIKA!- grito con los brazos abiertos, pero sin intención de abrazarla. Tampoco era como para poner las cosas incómodas, y solo estiró su brazo y trató de disimular todo sus sentimientos y agitación que sentía en ese momento.

Karamaru, un placer.- la miró con una sonrisa grande en la cara esperando el choque de manos hasta que se dio cuenta que....

Perdón, Habaki Karamaru

«Tonto»

¿Preparada para partir a... a... a...? ¿Preparada para partir?- se apresuró a decir sin querer perder más tiempo del qué la había hecho perder. Ya tendrían tiempo de conocerse en el camino, aunque.... después de todo.... ¿Qué tanto tiempo la había hecho perder? El cenobita andaba tan apurado que no sabía ni en que hora vivía.
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#9
Aún sin tener en claro que era el encargo que debían cumplir, el calvo si había dejado en claro que se encontraba feliz de al verse las caras con su compañera «O tardé mucho o bien no puso contener sus emociones...llegué a tiempo por lo que asumo que sera lo segundo» se dijo la kunoichi de cabellos dorados luego de ver la reacción de Karamaru.

-El placer es mio Karamaru-san- correspondió al saludo del Shinobi -Si! Obvio! Aunque veo que estamos en las mismas condiciones: ambos tenemos información muy limitada...Pero podemos trabajar con eso - La chica parecía muy optimista con respecto al encargo y estaba más que lista para partir.
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#10
«Ay... Esperaba que me pudiese iluminar un poco más toda esta situación» al final eran ambos quienes tenían pocos conocimientos de aquel encargo. El pergamino, que el calvo no recordaba con claridad, solamente decía que se pedía ayuda en Nokoto, y que cabía la posibilidad de ser una simple broma.

¡NOKOTO! Eso es, no me salía la palabra.- contestó apenas la rubia terminó de hablar mientras se reía para luego volver a la seriedad y poder contestar como debía.

Supongo que si, no es que hayan detallado mucho la situación.

Karamaru entonces comenzó a caminar en dirección a las puertas para salir de la aldea a paso lento, esperando que Reika le siguiera.

¿Sabes al menos con quién nos tenemos que encontrar allí? ¿O si existe ese alguien? el calvo comenzaría una charla que esperaba durase durante el trayecto para hacerlo más ameno y conocerse un poco más entre ambos compañeros.


Aiko me comentó que saltearíamos el viaje Risa
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#11
¡NOKOTO! Eso es, no me salía la palabra.- contestó apenas la rubia terminó de hablar mientras se reía para luego volver a la seriedad y poder contestar como debía.

La rubia abrió su pergamino con los datos de la misión, si es que podían llamarlo de esta manera -Es verdad- agrego la kunoichi con una leve sonrisa confirmando lo dicho por Karamaru

Supongo que si, no es que hayan detallado mucho la situación.

Karamaru entonces comenzó a caminar en dirección a las puertas para salir de la aldea a paso lento, la kunoichi caminó a la par del calvo

¿Sabes al menos con quién nos tenemos que encontrar allí? ¿O si existe ese alguien? preguntó el calvo

-Al decir verdad, es lo que mas me preocupa- hizo una pausa, mientras continuaban su camino -No tenemos nombre del solicitante, siquiera sabemos si debe ser tomada como misión...ojala no sea nada malo- respondió la kunoichi a Karamaru, le resultaba demasiado raro todo eso, quiza, hasta el mismo pergamino se trate de una broma...pero la pregunta era ¿Porque?


Perdón por la tardanza
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#12
Los genin pudieron avistar conforme avanzaban hacia la salida de la aldea que una barcaza se disponía en la orilla, sobre ella había un hombre que sin duda alguna era su barquero. Con el remo en la mano, les hizo un gesto para que se acercasen, como si ya estuviese esperando o simplemente buscase nuevos clientes. Lo que era obvio es que no lo descubrirían a menos que fuesen.

El tipo estaba ataviado con una gabardina de cuero que tenía sobre ella un chubasquero, lo cuál hacía su presencia algo tétrica y apenas daba para ver su rostro. Pero, si se acercaban lo suficiente verían que se trataba de un anciano de rostro destartalado, con apenas dos dientes y los ojos rasgados hasta un límite en que apenas podía saberse si los tenía abiertos o no.

Jovencitos, jovencitos... vengan. —insistió —Yo les llevaré hasta la otra orilla, las monturas esperan al otro lado, vengan.

Y, evidentemente —en la lejanía— donde la orilla daba comienzo, se veía que había unas grandes siluetas. Seguramente se trataba de dos o tres caballos, pero la distancia tampoco daba para ver con detalle de qué se trataba.

¿Confiarían en el barquero?




Siento la tardanza señorito, y señorita :C
[Imagen: 2UsPzKd.gif]
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#13
«Ojalá no sea nada malo» se repitió a si mismo Karamaru.

Pero la charla que intentó comenzar se vio interrumpida al poco tiempo cuando el silencio provocado por la duda lo domino. ¿Acaso ese hombre los estaba mirando? ¿Esperando? Pues sí, y el calvo no podía hacer más que caminar con rostro serio y paso dubitativo, sin sacarle los ojos de encima cuál animal vigilante.

Jovencitos, jovencitos... vengan.- fueron sus primeras palabras.

Karamaru se acercó sin dejar distancias mayores, después de todo no creía que pudiese haber peligros a pocos metros de las puertas de la aldea. Movió un poco la cabeza tratando de darle un rostro a la silueta, pero lo único que pudo ver fueron las arrugas que lo catalogaban como anciano, al igual que su voz.

Yo les llevaré hasta la otra orilla, las monturas esperan al otro lado, vengan.

¿Si sabes que somos shinobi y kunoichi? ¿Verdad? Podemos andar distancias cortas sobre el agua.- el monje contestó cruzando sus brazos y mostrándose desafiante. Solo un pequeño vistazo dirigió al punto marcado para ver nada más que siluetas a lo lejos.
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#14
El dúo de genins en su camino a la orilla del lago que hacia las veces de limite natural de la aldea fueron interrumpido por alguien que parecía ser un barquero dándoles la opción de poder cruzar el mismo en su barca

¿Si sabes que somos shinobi y kunoichi? ¿Verdad? Podemos andar distancias cortas sobre el agua.- Respondió Karamaru cruzándose de brazos. Por su parte la kunoichi no sentía en que podían confiar en aquella persona, el calvo tenia razón en sus palabras ¿Para que una barca? si podían cruzar de a pie por sus propios medios

-Podemos cruzar por nuestros medios, no se haga problema señor- intercedió la kunoichi siendo lo mas amable que podía «¿como sabría que necesitamos cruzar a la otra orilla? ¿Sera el quien enviaba las solicitudes a Amegakure?» se preguntaba la chica, quizá tuviese algo que ver...igual no
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#15
El destartalado hombre miró hacia el otro lado, donde los caballos esperaban. Llevó su mirada por toda la superficie de esas bravas aguas, y tras calcular sus asuntos, devolvió la mirada a los chicos. Ninguno de los jóvenes parecían querer montase en su barcaza, cada cuál argumentando lo que vio oportuno. El máximo denominador común era que no montarían, fuese por un motivo u otro.

El hombre mostró una mirada desconcertada, no parecía entender el porqué no querían subir. Estiró su siniestra hacia la otra orilla, y elevó un tanto la diestra en lo que parecía encogerse de hombros. —Si puedo llevaros sin problemas, jovencitos. Deben tomar esos caballos para ir a casa de los señores Iudawa, ¿acaso no son los que se encargan de ver qué sucede en Nokoto?

»Solo hay una opción para no levantar sospechas estando por ese pueblo, yendo con algún lugareño. Vamos, no tengo todo el día.

Tras de ellos, un hombre alto y esbelto —que apenas rozaba la tercera década de vida— se acercó hasta el calvo, se estiró levemente hacia éste. —Disculpe, ¿van a tomar esa barcaza? De lo contrario la tomaré yo. —anunció sin titubeos. —Tengo que llevar esos paquetes a la otra orilla, y me cunde prisa.

El hombre danzó su mano hacia su espalda, y girandose con el mismo gesto, señaló unos cuantos paquetes embalados que habían sobre el suelo. Se veía que éste tenía asuntos que cumplir, y no era un shinobi para poder cruzar la distancia a pie.
[Imagen: 2UsPzKd.gif]
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