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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Y ahí me encontraba, viendo directamente a Aiko, ésta parecía considerar internamente sí darme, o no, la oportunidad de hablar con ella, pero llegados a este punto no me sorprendería sí nos mandaba a la mierda nuevamente, es por eso que me mantuve en silencio y expectante a lo que fuese a decir, no obstante, terminó accediendo a un intercambio de palabras.

Inspiré profundamente cuando noté que su presencia se aproximaba, lancé una mirada a Mogura que estaba a unos pocos metros, a la final le debía una... O quizá no, en un futuro definiría eso, más... ¿Cómo abordar el tema que quería?

—Esto... Verás...— Comenté dubitativo. —Es que no sé como lo vayas a tomar, ahora que no recuerdas nada...— Quizá estaba aprovechándome de la situación, pero la circunstancia se prestaba y había que aprovecharla, ¿no? —Verás... Desde que me comentaste sobre el tema de la inmortalidad y tu pequeño defecto de memoria, me he quedado intrigado sobre ello, ¿cómo lo haces? O ¿cómo ocurrió? ¿Podría ser yo inmortal?¿Podría buscar una solución a tu pérdida de recuerdos?— Suspiré y lo trate de decir de la mejor forma posible. —Esas son las preguntas que han rondado en mi cabeza desde hace tiempo ya... Y lo sé, suena bastante egoísta de mi parte...— Hice una breve pausa. —Y pues el punto es que ya habíamos hablado al respecto, dijiste que lo pensarías que te diera tiempo y pautamos que tendrías una respuesta después del torneo, una respuesta en sí me permitías conocer más sobre ese lado tan especial tuyo y tan desconocido...— Finalicé.

Me mantuve expectante nuevamente, pero no tardé en agregar. —Aunque ya no es un secreto el tema de la inmortalidad, y realmente no sé cuanto tiempo vaya pasar en que las personas más poderosas o más adineradas intenten negociar contigo o algo por el estilo... Por eso también me preguntaba si la Arashikage había contactado contigo para hablar al respecto... Después de todo podrías estar en cierto peligro.— Aquellas eran puras especulaciones, quizá le daba un poco más de drama al asunto, quizás no, pero después del espectaculo en el torneo estaba seguro que yo no era el único interesado en adquirir una habilidad como esa, o por lo menos crear una habilidad parecida sin el detalle de la memoria. —Y aunque no puedas fallecer, verte encerrada en un laboratorio en el cual te hagan ciento de pruebas por toda la eternidad sería una tortura perpetua para ti...— Y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba hablando más de la cuenta, por lo que terminé por silenciar mi voz de una vez por todas y dar paso a que el ruido del ambiente a nuestro alrededor reinase hasta que la pelirroja lo permitiese, o hasta que el entrometido de Manase lo hiciera, después de todo estaba seguro que estaba escuchando con suma atención todo lo que acababa de mencionar y solo esperaba que no fuera a arruinar la oportunidad que me acababa de dar.
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#17
Tras oír la respuesta de la chica, el pelirrojo tomó aire y se cargó de valor. Al parecer no sabía ni cómo tratar el tema, pues se tomó una iniciativa que claramente lo reflejaba. Eso si, tanteó el terreno antes de soltar nada, alegando que no sabía muy bien cómo se lo tomaría ahora que no recordaba nada. Tras eso, comenzó a dar información, o mejor dicho, requerir de ella a base de una gran cantidad de preguntas rápidamente sucedidas las unas de las otras. Suspiró, y no dejó demasiado tiempo para que ésta pudiese responder, aún tenía mas que decirle. Reflejó que esas dudas eran algo que le habían estado surgiendo a lo largo del tiempo, dudas que surgieron a partir de conocerla.

La chica entrecruzó los brazos, e incluso dejó caer la mayor parte de su peso sobre la pierna derecha, tomando una pose que claramente no reflejaba demasiada comodidad con éste asunto. Evidentemente, tampoco era para menos... ¿por qué iba a tratar esos temas con un tipo al que no recordaba?

Pero Keisuke tenía cuerda para rato.

El pelirrojo informó que habían acordado que la chica le daría una respuesta a su proposición de enseñarle mas sobre su inmortalidad tras el torneo. Ese torneo en el que de nuevo había perdido la memoria. Tras soltar esa información, también mencionó que ahora ya no era tan oculta esa información acerca de su inmortalidad. Al parecer la chica había dado un buen espectáculo en el torneo, y gran parte de Önindo sabía acerca de su inmortalidad. Sin tacto alguno mencionó que eso podía ser motivo para que experimentasen con ella, o para que la misma Arashikage quisiese hablar directamente con ella.

Verás Keisuke... no sé en que situación te conocería, ni sé hasta qué punto llegaste a conocerme, ni recuerdo siquiera esa propuesta acerca de informarte sobre mi inmortalidad. ¿Crees que así de buenas a primeras trataría ese tema sin mas? No sé ni el porqué estaba en ese estúpido torneo... —suspiró, realmente atosigada por los acontecimientos. —No creo que quiera compartir mas secretos de los que ya compartí, al menos no en éstos momentos. Además, no creo que disfrutases del requisito para ser inmortal, y de hacerlo... sin duda diría mucho de la clase de persona que eres.

»A nadie puede agradarle el sacrificio del familiar mas cercano...

Aún con la misma compostura, no se veía demasiado dispuesta a colaborar para con el médico. Aunque, tampoco era algo demasiado descabellado después de todo, ¿no?
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#18
El dúo pelirrojo se distanció del médico y comenzaron a charlar. Mogura no tenía pensado entrometerse en la conversación. No era cercano a Watasashi Aiko y prefería mantener distancia con Inoue Keisuke pero, aún así, se mantuvo expectante a los gestos que estos hacían al hablar.

No podía saber que estaba diciendo el médico pero si podía señalar que estaba hablando mucho. Por otra parte, Aiko no parecía precisamente conmovida ni afectada por las palabras del chico, y cuando esta le devolvió el comentario si llegó a sentir que la fémina comunicaba algo con sus gestos.

«Sin duda alguna Watasashi-san es más hábil al momento de conversar.»

Pudo concluir en base a lo que estaba viendo.


Keisuke tiene 20 de carisma y Aiko tiene 50, Mogura tiene 40 de voluntad.
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#19
Y vi como Aiko empezaba a cambiar de posiciones una vez empecé a dar rienda suelta al asunto, su cuerpo se movió hasta que contemplé aquella posé que en el lenguaje corporal era una negativa, justo en el momento en que entrecruzó sus brazos, yo también lo hacia, inconscientemente. No obstante, la pelirroja permitió que terminase de explicarme antes de que ella defendiese su punto, y efectivamente tenía bastante razón en sus argumentos.

—Sí, lo entiendo, es un tema bastante delicado y por eso no sabía como abordarlo después de todo lo ocurrido...— Comenté tras la negativa de la pelirroja, aunque después escuché algo un tanto inesperado y perturbador.

"¿El sacrificio de un familiar?" Repetí mentalmente mientras pensaba en mi familia... ¿Quién era mi familia? La única persona era el ojiblanco, que aunque no compartíamos un lazo sanguíneo, habíamos crecido juntos desde hace muchos años y realmente habíamos logrado encajar, quizá no del todo, pero era la única persona a la que tenía.

Mis ojos miraban el horizonte, mientras mi mente seguía dandole vueltas al asunto. —Que irónico, parece que la inmortalidad no está a mi alcance.— Manifesté con un tono triste. —No tengo familia.— Busqué con mir orbes los de la kunoichi.

—No podría imaginar perder a la única persona que tengo a mi lado...— Aclaré antes de que me considerasen un verdadero monstruo.—Aunque sinceramente me gustaría hacer, o por lo meno intentar, ayudarte con lo de tu memoria...— Comenté con total honestidad, pero no estaba seguro de cuanto pudiera hacer para mejorar aquel detalle.

—Bueno, supongo que es justo que ya deje de molestarte, disculpa por la incomodidad...— Comenté justo para girarme hacia Mogura, pero antes, recordé algo que debía mencionarlo. —Antes de irme quería comentarte algo, verás, sé que no has de recordar nada, pero... Cuando nos conocimos estabas en un situación delicada de salud y tras ver tu gran capacidad de recuperación, terminaste admitiendo tu habilidad... No fue algo que fuera divulgando por ahí a todo el mundo, lo que quiero que caigas en cuenta es que seguramente ocurrió algo en el torneo que te hizo cambiar de parecer y hacer todo un espectáculo, revelando al mundo tu secreto... ¿Qué habría cambiado en ti? O ¿Por qué lo hiciste? Imagino que debió suceder algo... No sé cuanto te importe, pero quizá sea algún dato curioso para ti.— Solté sin más y cerré la brecha que me separaba del castaño.

—Lo siento...— Alcancé a decir con cierto tono de vergüenza. —Gracias por ayudarme con Aiko...—
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#20
Keisuke, consciente, o guiado por el gesto de la pelirroja, también se encajó en un cruce de brazos. Ante la negativa de la chica, éste pareció comprender en gran medida la situación, así que aprovechó para admitir que realmente no sabía cómo abordar el asunto por ese mismo motivo. Era obvio, ni él ni nadie sabría cómo habría que proceder. Suerte habían tenido de que la chica no explotase como un volcán... tan solo les había detenido la peleita a base de gritos.

Frente a la revelación de información que le hizo la chica —el sacrificio— para conseguir lo que todos anhelaban, éste sentenció que para él ya no había remedio, pues no tenía familia. Sin embargo, no tardó en asumir que no sabía lo que sería perder a alguien tan cercano. No cabía duda, sonaba raro. ¿Acaso no había perdido a sus familiares para quedar sin familia?

«O puede que simplemente quedase huérfano desde muy pequeño... ¿no?»

Ante todo, volvió a insistir en que al menos quería ayudarla en pos de que solucionase su problema con la memoria. Sin embargo, ésto era algo que seguramente estaba lejos de su alcance. No por nada, si no porque de ser posible tratarlo, ya haría tiempo que habría descubierto la solución.

¿No?

Había vivido mil y una aventuras, y siempre con esa espada apuntando hacia su cabeza. Era imposible que no hubiese buscado en alguna de esas aventuras una cura para su punto débil. Todo superhéroe tiene uno, pero tienen maneras de afrontarlo.

Bueno... a nadie le gustaría mas que a mi encontrar una solución a eso, pero aún no he encontrado la manera... y no será por no haberlo intentado.

Keisuke instó que sentía mucho haberla molestado, e incluso se disculpó por la incomodidad. Antes de intentar despedirse, soltó un último retazo de información bastante curiosa. Al parecer la chica jamás había sido de revelar que era inmortal a nadie, y eso era a lo que ella estaba acostumbrada, pero al llegar al torneo sus miramientos habían sido escasos por no decir nulos. Buscaba dar a conocer su secreto a todo el mundo, aunque afirmaba que él no sabía el porqué.

Unos orbes de distinto color aparecieron en una fugaz imagen en su cabeza. Un tipo de mirada inquietante, con un tatuaje sobre uno de los orbes, y pelo color ceniza. Con una pintoresca sonrisa, que claramente recalcaba una señal de peligro, y ante todo penumbra...

Creo que sé por quién, pero no el porqué... tan solo tengo imágenes sueltas de algo que debió ser muy importante, tanto como para no poder olvidarlo del todo... —confesó la chica mientras se llevaba la diestra al mentón. —¿No dije nada especialmente relevante? Algo como un nombre, un lugar, o un apellido... no sé... algo.

Aunque el comienzo no había sido del todo cómodo, necesitaba recabar algo de información... lo que fuese. Aunque fuese poco o insignificante, todo aquello que pudiese averiguar sería de valor. Como dicen, menos da una piedra.
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#21
Ante mi última declaración, Aiko logró "recordar" o por lo menos vislumbrar entre sus recuerdas la posible causa de su repentino cambio de actitud. —Bueno, ya tienes una pista a seguir.— Comenté con un poco de satisfacción al saber que había ayudado a su causa.

Tras la incógnita de la kunoichi, trate de hacer memoria por unos cuantos segundos, pero a decir verdad no habíamos tenido tantos encuentros y el primero podría decirse que fue una locura total, en conclusión, no tenía nada que aportar. —Sinceramente... No, no escuché ningún nombre ni lugar, pero siempre podemos preguntarle a Mogura.— Me hice a un lado para señalar la imagen del médico que estaría a unos cuantos metros.

Y sin pensarlo más de dos veces caminé hacia él, suponiendo que la pelirroja me seguiría. —Mogura, estaba hablando con Aiko sobre lo acontecido en el torneo y sobre su cambio de actitud repentino por demostrar su inmortalidad a todos los espectadores, y bueno...— Hice un silencio breve, me estaba tomando atribuciones que no me competían, pero ya había empezado, lo mejor era terminar. —Quiero ayudar a Aiko y nos preguntabamos sí pudiste hablar con ella en el torneo, sí dijo algún lugar o nombre... inusual.— Agregué la última palabra con un poco de duda, realmente no sabía sí era la más acertada.
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#22
El intercambio de palabras continuó y más tarde el médico de cabello rojo se acercaría al chuunin.

—Mogura, estaba hablando con Aiko sobre lo acontecido en el torneo y sobre su cambio de actitud repentino por demostrar su inmortalidad a todos los espectadores, y bueno...—

La expresión seria del médico de cabello azabache no había cambiado, y estaba lejos de cambiar. Por lo visto, nada había cambiado en Keisuke en los últimos instantes. Seguía hablando como si le conociese de toda la vida o si tuviese una gallina en el pecho en vez de un maldito chaleco militar.

—Quiero ayudar a Aiko y nos preguntábamos sí pudiste hablar con ella en el torneo, sí dijo algún lugar o nombre... inusual.—

Inoue hablaba como si ayudar a la mujer fuese algo fácil, como si las cosas estuviesen a la vuelta de la esquina, como si conseguir información fuese tan fácil como sacar una bebida de una maquina expendedora.

Inoue Keisuke, no te lo diré de nuevo.

Apresuró a contestar clavando su mirada directamente en él. Había que dejar algo en claro si pretendía seguir hablando con el muchacho pelirrojo.

Carece de importancia si te parece correcto o no, ahora soy tu superior. Y vas a dirigirte hacía mi en la forma en la que corresponde. Manase-san. ¿Está claro?

Las palabras de Mogura eran contundentes y su tono estaba muy lejos de sonar en broma ni nada por el estilo, la rectitud y la seriedad en su rostro no comunicaban otra cosa que autoridad. Esperaba realmente no tener que volver a repetirle esas cosas al médico.

Elevó ligeramente la mirada para buscar con ella a Aiko, en seguida volvió su vista a Keisuke y esperó a que este contestase su pregunta.
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#23
Keisuke pareció contento con ese nuevo detalle, esa información revelada que había dado a la pelirroja algo con lo que trabajar. Bueno, quizás esa era la impresión que se había llevado, pero realmente la información era casi nula... Tras ello, respondió que no sabía nada mas, que no tenía ningún otro dato o nombre con el que ayudarla. Por otro lado, instó en ayudar a la chica preguntando al chunin si éste sabía acerca de lo mismo que ésta había preguntado. Lo hizo de forma natural, sin dilaciones, con toda la buena intención del mundo.

El áspero sonido de la voz del otro no fue menos contundente que su respuesta. Éste, en vez de tratar la pregunta, trató al sujeto que la ejecutaba. No dio repuesta afirmativa o negativa, simplemente se dedicó a amenazar al otro genin de manera absurda y sin apenas fundamento. Quería que éste le tratase de la manera en que se trata a un superior, o mejor dicho, a alguien a quien se respeta. Pero, al tipo le faltaba mucho para hacerse de respetar...

Por mucho que lo exigiese.

Mogura le desvió la mirada a la chica por un instante, y permaneció en silencio. Casi pareció buscar su aprobación por un instante, o simplemente quería que ésta se mantuviese al margen, a saber. Sin vacilar un instante, y con su característica seriedad el tipo le devolvió la mirada a Keisuke. Casi parecía esperar una respuesta de éste.

Los nudillos de la chica crujieron de golpe, la chica cerraba sus puños con fuerza. —Gracias por intentar ayudar, Keisuke. —sentenció, cortando su oportunidad de contestar al otro.

Tras ello, la chica pareció relajar los músculos, y elevó la mirada al cielo para soltar un suspiro. Por un leve instante, apenas segundos, la lluvia cayó firme sobre su rostro de manera directa. Ésta no se quejó, ni hizo mueca alguna, apenas le molestaba. De pronto, con la ayuda de un sello a una mano claramente disimulado, la chica pareció desaparecer.

Al segundo, Mogura la tenía a apenas un palmo de él. Ésta, con su mirada hincada plenamente en sus orbes, tomó de un jalón el cuello de su camiseta, y tiró hacia sí misma en un gesto realmente serio y amenazante. La chica quizás se jugaba el físico, pero posiblemente le importase un bledo.

Me importa una mierda que quieras o no ayudarme. —escupió sin dilaciones. —Pero me hierve la sangre ver que un tipo que al parecer recién ha ascendido, se tome su nuevo rango para venganzas personales. Si todos tomasen tu ejemplo, nuestra sociedad se vería hundida en la miseria.

Su ceño fruncido aclaraba que ella si que hablaba en serio, que no bromeaba. Acercó su rostro hasta el suyo hasta que casi podía oler qué había comido. —¡Un auténtico líder no tiene que recurrir a amenazas para ganarse el respeto de los subordinados, se lo curra día a día hasta obtenerlo!

Y lejos de llevar el asunto a mas, desvió la mirada de éste, y tras ello soltaría el jalón. Dejó caer otro suspiro, y se dio media vuelta. Llevó su mirada de reojo al chunin, aunque había terminado su reprimenda, sentía que faltaba una cosa mas por zanjar.

Gracias por nada, señor Chunin. —sentenció su actuación, y comenzaría a andar en pos de ir a casa.

Si, ya había sido suficiente. Quizás su mejor carta era encerrarse en casa, y vivir como siempre había hecho, en la mas perpetua soledad... trabajando por que nadie la recordase.



Quería recalcar que realicé un sunshin, no vi necesario poner tablas de ck y tal, aunque quizás la reacción pueda requerirlo... xD
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#24
Y tras mi intervención debía seguir la respuesta de Mogura, quién al parecer no había cambiado su rostro en lo más mínimo, seguía totalmente serio, entonces fue cuando dudé un momento ¿habría hecho mal? Al fin y al cabo él me ayudó a conversar con la pelirroja hacía unos pocos minutos.

Inoue Keisuke, no te lo diré de nuevo. Dijo en modo de amenaza, mis orbes se clavaron en la de él de manera expectante, ajeno a lo que iba a ocurrir, Aiko miraba la situación.

Carece de importancia si te parece correcto o no, ahora soy tu superior. Y vas a dirigirte hacía mi en la forma en la que corresponde. Manase-san. ¿Está claro?

Entonces Manase comenzó a soltar su reprimenda en un tono cortante y autoritario, no pude hacer nada más que tensar mi mandíbula y clavar las uñas en las palmas de mis manos, ya ni siquiera vería sus ojos, mis luceros se encontraban fijos en el suelo, viendo el agua escurrirse por doquier y escuchando el ultimátum del chunin.

El castaño había terminado sus palabras, cortas pero cargadas de bastante tensión, tensión que llenó el ambiente y se podía cortar con un cuchillo, sí alguien lo intentase; mi rostro estaba enrojecido, no por pena ni vergüenza, sino de arrechera. Y ahora él me miraba esperando una respuesta, evidentemente no me haría esperar, mis ámbares le miraron fijamente y sin titubear, aunque la tensión seguía cargada en mi...

—Y- Yo...— Titubé para no estallar y soltar un puñetazo directo a su mejilla. Afortunadamente la campana sonó nuevamente, era Aiko, demostrando aquella personalidad volátil.

Gracias por intentar ayudar, Keisuke.

Rápidamente captó mi atención, estaba viendo hacia el firmamento. "¿Qué hace?" Y un instante más tarde ya no estaba ahí. "¿Qué se hizo?" Busqué nuevamente al chunin y ahí estaba la kunoichi, violando su espacio personal y actuando de una forma bastante abusiva, y lo mejor estaba por venir.

Me importa una mierda que quieras o no ayudarme. —Manifestó arrogante. —Pero me hierve la sangre ver que un tipo que al parecer recién ha ascendido, se tome su nuevo rango para venganzas personales. Si todos tomasen tu ejemplo, nuestra sociedad se vería hundida en la miseria.

Me mantuve al margen, sinceramente me quedé sorprendido por la actitud que tomó, ciertamente no eramos tan cercanos, y prácticamente es como si nos acabásemos de conocer nuevamente, simplemente me quedé anonadado.

¡Un auténtico líder no tiene que recurrir a amenazas para ganarse el respeto de los subordinados, se lo curra día a día hasta obtenerlo! Vociferó, sí Mogura tenía un poco de orgullo esas palabras debían darle en su moral.

"Toma, toma y toma!" Sonreí al ver como la inmortal se enfrentaba al recién ascendido, debía de admitirlo gracias a ella había liberado un poco de la tensión que se acumuló, no es que no estuviese disgustado por el asunto, pero por lo menos podría evitar comenzar un conflicto físico, a menos que Mogura se encargase de iniciar uno.

Gracias por nada, señor Chunin. — Y tras su arremetida soltó al castaño y se marchó con cierta satisfacción, ahora solo quedábamos él y yo.

—¿Cómo son las cosas, no?— Comenté aún con la sonrisa en mi rostro. —Sabes Mogura, pensé que teníamos una mejor relación, digo tu no has olvidado todas las veces que hemos compartido.— Miré de reojo a la chica que se alejaba. —Aunque bueno, realmente no importa, has demostrado tu verdadera forma de ser, es un lástima.— Concluí, mi tono de voz sería el más calmado que alguna vez el castaño hubiese escuchado de mi parte, después de todo me sentía totalmente tranquilo. — Nos volveremos a ver Mogura, no será lo mismo claro está.— Y sin más que decir hice un sello con mi mano y desaparecí.

"Estúpido Mogura..."


¤ Sunshin no Jutsu
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#25
—Y- Yo...—

El pelirrojo estaba a punto de soltar toda la tensión que venía reprimiendo, estaba a punto de cometer un error que seguramente le costaría muy caro. Pero para su suerte, la aliada de la justicia, Watasashi Aiko, acudió en su rescate.

Gracias por intentar ayudar, Keisuke.

El chuunin tenía un ojo sobre la fémina en el momento, pero aún así le causó sorpresa ver como de un momento a otro se le aparecía delante. Frunció el ceño cuando la inmortal le tomó por el cuello de la camisa y comenzó a escupirle sus argumentos en la cara.

Me importa una mierda que quieras o no ayudarme.

Pero me hierve la sangre ver que un tipo que al parecer recién ha ascendido, se tome su nuevo rango para venganzas personales. Si todos tomasen tu ejemplo, nuestra sociedad se vería hundida en la miseria.

En el interior de Mogura estaba comenzando una especie de combate entre sus sentimientos, realmente no tenía intenciones de pelear con la kunoichi, pero aquello era una plena demostración de falta de disciplina -una que llegaba a superar a la de Inoue- sumado a eso, el otro médico estaba siendo presente de aquel teatro.

¡Un auténtico líder no tiene que recurrir a amenazas para ganarse el respeto de los subordinados, se lo curra día a día hasta obtenerlo!

Su mano se aferró con fuerzas al paraguas que sostenía en ese momento y la otra se volvió un puño, se le estaba agotando la paciencia, con ambos. Pero fue en ese momento que la mujer lo dejó ir.

Gracias por nada, señor Chunin.

Dijo finalmente y se marchó. Mogura permaneció unos segundos abstraido de la realidad, fue solo la voz de Keisuke la que lo devolvería a la fría y húmeda calle en la que estaba parado.

—¿Cómo son las cosas, no?—

Quizás debería haberlo dejado ahí, o quizás debería haberse callado. Pero el chico habló, con una sonrisa en el rostro, una sonrisa que aprobaba lo que acababa de suceder.

—Sabes Mogura, pensé que teníamos una mejor relación, digo tu no has olvidado todas las veces que hemos compartido.—

Mogura echó su seria mirada sobre el médico, había tenido suficiente.

—Aunque bueno, realmente no importa, has demostrado tu verdadera forma de ser, es un lástima.—

Mientras el alborotado joven se giraba para apreciar la retaguardia de la kunoichi alejarse en el paisaje, Mogura estiraría su mano hasta él colocando un imperceptible sello.

Y sin intenciones de darle espacio a que diga nada más, el chuunin dejaría caer su paraguas para formar un sello de manos. Una serie de complicados hexagramas se extendería por el cuerpo del chico, dejandolo completamente inmovilizado.

No conforme con eso, Mogura extendería sus manos hasta llegar al nudo de la bandana del muchacho, desatandolo y haciéndose con el protector.

Watasashi-san sin duda alguna es una persona con mucha energía ¿no?

Comentó mientras realizaba la tarea.

Aprendí en mi propia experiencia que no tiene caso argumentar con ella, de igual forma irá a su propio ritmo.

Agregaría con el mismo tono serio de siempre.

Supongo que de alguna manera tu caso es similar, Inoue Keisuke.

Diría sin molestarse en mirarlo fijamente y guardando la bandana. Se agacharía ligeramente para tomar su paraguas y antes de marcharse agregaría una cosa más.

Si te interesa recuperar tu bandana, estará en el Edificio del Arashikage.

Seguidamente realizaría un sello más y desaparecería del lugar.


¤ Jigō Jubaku no In
¤ Sello de Maldición Propia
- Tipo: Apoyo
- Rango: B
- Requisitos: Fūinjutsu 40
- Gastos: 10 CK preparar, 40 CK activar
- Daños: -
- Efectos adicionales:
  • Inmoviliza a un adversario durante 1 turno o hasta que sufra daños (ver descripción)
  • (Fūinjutsu 60) La parálisis dura 3 turnos
  • (Fūinjutsu 80) La parálisis dura 5 turnos
  • (Fūinjutsu 100) La parálisis dura 10 turnos
- Sellos: Carnero (activar)
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo (preparar), 10 metros (activar)
Sello maldito que se coloca cuerpo a cuerpo y se activa por sorpresa, extendiéndose por el cuerpo del oponente como una ristra de complicados hexagramas y dejándolo completamente paralizado durante un tiempo variable que depende de la maestría del ejecutor con las técnicas de sellado. Un usuario con un chakra lo suficientemente poderoso (Poder usuario > Inteligencia ejecutor) podría zafarse de la atadura pasados unos segundos, eso sí, liberando un estallido de chakra alrededor de su cuerpo que le hace perder 50 CK. El usuario de la técnica sólo podrá moverse con libertad si su facultad de Fūinjutsu iguala los 60 puntos.
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#26
Justo en el momento en que lancé una fugaz mirada hacia la pelirroja, Mogura comenzó a acercarse hacia mi persona, pero antes de que pudiera lograr su cometido mi cuerpo se deslizó varios metros hacia atrás, ¿realmente pensaba que no podía verlo? —¿Qué haces?— Comenté asombrado por lo bajo que estaba cayendo el recién ascendido chunin, ahora nos separaban alrededor de seis metros y mi cuerpo estaba alerta ante los posibles movimientos del castaño.

—Supongo que tendrás que levantar un informe de lo sucedido, es algo que pegaría más con tu forma de actuar.— Terminé comentando para dar un salto hacia la derecha y desaparecer bajo la lluvia.
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#27
Keisuke estuvo lo suficientemente atento como para percatarse de que Mogura estaba acercándose y, con toda la precaución del mundo, se apartó una distancia considerable. Había comenzado a decir algo, mencionó la grandiosa idea de que mejor le reportase por medio de un informe.

Te ordeno que te quedes donde estas.

Atinó a decir antes de que el chico siguiese con sus palabras, antes de que llegase a terminar su comentario.

No agregues insubordinación como falta al reporte, Inoue Keisuke.

Advirtió mirándole fijamente.
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#28
Te ordeno que te quedes donde estas.

Tensé mi mandíbula, sí tan solo me hubiera ido y ya, estaba a un segundo de retirarme, incluso tensé mis músculos para salir corriendo del lugar y esfumarme de su vista de una vez por todas, pero Mogura parecía leer mi lenguaje corporal, entonces volvió a la ofensiva.

No agregues insubordinación como falta al reporte, Inoue Keisuke. Advirtió mirandome fijamente.

Maldije por dentro y me detuve en seco, no obstante, no había bajado mi guardia, los seis metros nos seguían separando y por muy chunin que él fuera no iba a sucumbir a sus acciones sin sentido ni lógica por quererle dar el gusto. —Exactamente ¿qué es lo que quieres?— Dije con seriedad y muy atento a sus movimientos, incluso había dejado su sombrilla tirada en el suelo.
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#29
El pelirrojo se había detenido y ahora quería saber el motivo por el cuál se le había ordenado tal cosa.

Dijiste que llevabas tiempo esforzándote. Entrenando. Para poder aplicar y demostrar el fruto de tu trabajo en el examen.

La lluvia caía sobre ambos en ese momento, el paraguas de Mogura seguía tirado en el piso y su mirada no se había separado de su interlocutor.

No hay nada malo con eso.

Juzgó asintiendo ligeramente.

Lo que está terriblemente mal, es que se ocurra considerarte igual a mi.

Expresó con total seriedad. El objetivo de Mogura era ser el mejor médico de Amegakure y que Keisuke pensase que se merecía tanto o más que él aquel chaleco sin duda alguna le molestaba. Pero había algo más que le estaba colmando la paciencia.

Y a menos que te disculpes como corresponde, voy a llenar un reporte que sin duda alguna será tenido en cuenta a la hora de examinar tu ascenso de rango.

O incluso antes, en la próxima misión que pudiese llegar a solicitar Keisuke, secando las calles de Amegakure. Sin duda algunas tenía mucho que perder, al menos así lo comunicaba Mogura, quién sin duda alguna no parecía estar mintiendo. Arriesgarse a desperdiciar tanto esfuerzo y sacrificio por una pelea, un mal negocio.
Hablo - Pienso

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#30
Y ahora me encontraba ahí, bajo la lluvia viendo a Manase, esperando su respuesta para marcharme de ese lugar, rápidamente comenzó a emitir unas pocas palabras que me parecían sí sentido, al fin y al cabo qué le importaba a él sí yo me esforzaba entrenando o no, sí quería ascender a chunin o no; simplemente le escuchaba con el deseo que terminase pronto, el fuego que se había extinguido cuando Aiko intervino estaba volviendo a agarrar fuerza lentamente, y sobre todo cuando al descarado de Mogura se le ocurrió argumentar:

Lo que está terriblemente mal, es que se ocurra considerarte igual a mi.

Lo miré incrédulo, esperé unos segundos para ver sí era algún tipo de broma de su parte, algún chiste, algo impersonal de su parte, pero realmente no era así, lo decía con todo el gusto del mundo, como sí se regocijase en ello, lo decía con orgullo y con un estúpido chaleco que le hacía envalentonarse, un rango que por creer tenerlo iba a tener total y absoluto poder sobre mi.

—Déjame ver sí entendí bien...— Comenté con un tono jocoso. —¿Debo disculparme por "considerarme igual que tú"?— Sonreí demostrando una mueca irónica. —ES EVIDENTE QUE TÚ Y YO NO SOMOS IGUALES, ¿EN QUÉ CABEZA CABE ESA POSIBILIDAD?— Grité encolerizado, indignado por la comparación, ¿acaso yo me parecía a alguien tan desalmado como él? ¿Alguien que se sentía superior por tener un rango y un chaleco más? ¿O es que su nuevo ascenso lo hacía inmortal e intocable? La respuesta era más que evidente y no iba a perder más tiempo con él.

—HAS LO QUE TE DE LA GANA, ME DA A IGUAL TU REPORTE.— Justo en el momento en que iba a marcharme me detuve nuevamente recordando que aún me quedaba más por decir. —Y NI PIENSES EN ESCUCHAR UNA DISCULPA DE MI PARTE.— Enfaticé con orgullo para luego desaparecer bajo la lluvia, ahora no me detendría, sin importar sí dijera algo más, sin importar sus amenazas.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen
Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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