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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Un día cualquiera en la pintoresca Aldea Oculta del Remolino. Como cada primavera, esta se había teñido de rosa; no solo por los colores de sus edificios sino porque los cerezos había florecido y aquel color entre rojizo y rosado se había adueñado de buena parte de la aldea, dándole una buena pincelada de color. Adoraba aquella estación del año, puede que la que más me gustase.

Y como solía hacer casi cada tarde de primavera, me encontraba bajo uno de aquellos cerezos, en absoluto silencio y los oídos preparados para escuchar los sonidos que me inundaban a mi alrededor. sin embargo, daba la sensación de que podía llover en cualquier momento, pues las nubes grises estaban amenazantes en los altos cielos, impidiendo que el sol diese ese matiz brillante a las hojas de los cerezos. La brisa acompañaba cada uno de aquellos instantes, signo inequívoco de que la lluvia no tardaría en llegar, la pregunta era cuanto iba a demorarse.

Suspiré profundo como si tratase de relajarme más y más.

Detrás de mi nuca posaban mis dos manos, con las piernas cruzadas y el culo pegado al suelo empezaba a molestarme y doliendo justo en ese punto. Ese punto de nuestra anatomía donde finalizaba la columna vertebral y donde siempre que te sientas en una superficie demasiado duro acaba doliendo y provocando que uno buscase una postura lo suficientemente cómoda para que menguase aquel dolor. Pero era en vano.

*Me pregunto que deben estar haciendo los demás..*

Obviamente pensaba en los amigos que hice en la academia, aquellos estudiantes, ahora gennins, con los que tenía un vinculo más fuerte que con los demás chicos y chicas de nuestra promoción.
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#2
Después de graduarme en la academia como gennin la vida se había vuelto un poco mas aburrida, la verdad es que tenia demasiado tiempo libre y no sabia en que gastarlo, sobretodo cuando Byakko estaba con su madre y no podíamos salir a jugar. Y tampoco es que tuviera muchos amigos con los que ir a entrenar o a hacer cualquier otra cosa.

Al menos aquel día podía salir a corretear y jugar con Byakko, y eso fue lo que hice. Nos fuimos al jardín de los cerezos, que era donde mas pajaritos y otros animales salvajes podíamos encontrar dentro de la villa. La verdad es que aunque ya había comido y no tenia hambre, era divertido perseguirlos y cazarlos, la verdad es que el tiempo se pasaba volando.

Habíamos empezado a seguir a un pequeño pajarito, nos habíamos encaramado a un árbol, y habíamos empezado a cruzar de árbol en árbol saltando por las ramas con el mayor sigilo posible. Bien es cierto que los tigres normalmente no hacia estas cosas, pero no siendo yo del todo un animal, y como Byakko era pequeñito nos las apañábamos.

Al menos eso era lo que yo creía, pero un pequeño despiste me jugo una mala pasada. Una rama había aparecido de repente mientras saltaba hacia delante haciéndome tropezar. Creía que iba a caer al suelo de cabeza, sin embargo no fue el suelo lo que esta golpeo, sino que choque contra otra cabeza y luego caí al suelo de espaldas.

Nya, eso a dolido
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#3
La mañana estaba siendo demasiado tranquilo, hasta el punto de que se podía tratar de algo inusual, tanto que una extraña sensación empezaba a recorrer mi cuerpo sin saber exactamente de qué se trataba. Por supuesto no era algo a lo que le daba importancia, era un cosquilleo, constante pero para nada molesto. Así que seguí haciendo lo que hacia, osea relajarme al lado de aquel cerezo.

Hasta que se desató la tormenta. O más bien dicho hasta que algo cayó sobre mi cabeza bajo un gran estruendo. El golpe fue duro y seco, tanto que acabé prácticamente con la espalda doblada y mi mejilla derecha pegada al suelo. Entre gemidos de dolor llevé mis manos hacia la parte superior de mi cabeza, fregándola suavemente y torciendo el gesto tratando de aliviar aquella sensación.

Pude oír como no era el único que estaba dolorido.


-Ostia puta-

En cuanto alcé la vista vi a mi alrededor un pequeño tigre blanco con rayas negras y un chico de cabellos blancos como los del tigre y del cual emanaba una cola idéntica a la del felino.

*Reiji..*

Se trataba del chico de la academia, aquel de mi misma promoción que hablaba raro y siempre iba con ese animal a cuestas. Lo vi por última vez aquel día en el Estadio de la aldea. Un encuentro singular, sin duda.


-¿Qué tal si miras por donde vas? Menuda ostia..-
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#4
Mi pequeño compañero estaba en el suelo riéndose de la situación. Al menos yo sabia que aquello era un risa. Y no es fácil comprender el lenguaje animal. O igual me lo estaba imaginando todo por el golpe, por que el tipo tenia la cabeza dura, y eso había dolido mucho. Pero olía a pequeño tigre, y mi olfato nunca fallaba, al menos no de momento.

Nya digas palabrotas, que luego las nyaprende hombre

Dije aquello mientras me frotaba la cabeza con una mano y luego señalaba al pequeño tigre mientras miraba al dueño de aquella cabeza que me había golpeado mientras caía, aunque técnicamente le había golpeado yo a el, pero era mucho mas bonito echarle la culpa a otro, ademas, que los gatos siempre caemos de pie, así que no era culpa mía.

Y tu nya te rias, malo

Por supuesto, el pequeño tigre no hizo mucho caso, aquella situación le parecía de lo mas graciosa y no iba a parar.
[Imagen: ksQJqx9.png]
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