Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—Bonita forma de alejarte de los problemas: colándote por la noche en una propiedad privada.
—Si Ōnamuji no va a la montaña —dijo, enigmático, con el brazo aún firme—. la montaña va a Ōnamuji.
—Shaneji, ¿qué coño pasa?
—Kaido. El chico que preguntó por ti… con su verdadera apariencia. Te dije que investigaras, Mutsuku.
—¡Jo-der! ¡Pregúntale quién le manda! Y… ¡Y dile que yo soy un trabajador honrado, joder! ¡Qué cumple con sus impuestos como todo ciudadano de a pie y que tengo todos los papeles en regla!
—¿Acaso tengo cara de trabajar para el puto fisco? ya te lo dije, vine a por curro. Escuché por el barrio que estabais necesitando gente como yo para vigilar vuestras rutas —pegó un sonoro esnifido, dirigido hacia la otra puerta cercana que expedía aquel olor a maría—. en la que imagino que movéis la especialidad de la casa, ¿no?
Por último, sonrió. Bastante jocoso.
»¿Estáis contratando o no? —indagó, como si fuera la conversación más casual del mundo. Como si Shaneji no le hubiera intentado abrir un hueco en el pecho, y que él no le estuviese apuntando continuamente sin quitarle la mira de encima.
8/11/2018, 04:25 (Última modificación: 8/11/2018, 04:26 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Shaneji le observaba con los ojos de alguien que está leyendo un idioma desconocido. Era como si tratase de entenderle, de averiguar a qué estaba jugando. Tuvo un amago de sonrisa, cuando creyó encajar las piezas.
—¡Juuuujujujuju! Bien intentado, Kaido. ¡Sucede un problema! No es tu culpa, no había forma de que lo hubieses visto venir. Verás, sé de muy buena fuente que tú, hermano —dijo con un acento extraño, muy cerrado—, le comes el coño a Yui. ¿Un ninja de Amegakure buscando empleo? No cuela.
11/11/2018, 01:06 (Última modificación: 11/11/2018, 08:10 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.
Razón: me faltó un diálogo
)
Entonces, llegó el momento cumbre de aquel encuentro. El de la verdad. La elección de palabras que definirían el porvenir de su misión, una que tendría que ser la respuesta más clara e inquebrantable que hubiera dado nunca. Porque Shaneji había sido lo suficientemente inteligente como para poner en discusión ese detalle que conocía, pues el cuerpo calcinado de Katame se lo mostró antes de convertirse en polvo de ceniza. A Kaido vistiendo orgulloso la bandana de Amegakure, luchando con el honor que le merece para eliminar al que una vez fue un cabeza de Dragón.
Pero ahora, después de tanto tiempo, ese escaño era suyo. O planeaba que lo fuera pronto. Y Shaneji necesitaba saberlo de la forma más indirecta posible.
Así que el Tiburón decidió actuar como tenía qué. Se mostró levemente sorprendido por el hecho de que Shaneji, un total desconocido, supiese que él era un ninja de Amegakure. O que lo había sido hasta hacía un par de días atrás al menos.
—Lo era, en tiempo pasado —dijo, tan inverosímil como sus ganas de dar explicaciones a un completo desconocido. Y como si el haber sido un amejin no supusiese ser un detalle demasiado revelador para un tipo como él, tan irreverente. A veces, las mejores respuestas eran las más sencillas; y las que tenían menos contenido que una galleta de la fortuna—. pero convengamos de que no es tu puto problema a quién le haya comido el coño antes. Después de todo, es mi puta boca. Sencillamente rasco del plato que mejor me convenga, hasta que un día ya no —alzó los hombros con desinterés y sonrió con una mueca turbia entre los dientes—. así somos los Tiburones, insaciablemente impredecibles. ¿O será cosa de los Hōzuki? no sé, dímelo tú.
¡Bam! ahora la bola caliente estaba en manos de Shaneji. Después de todo, él también parecía estar comiendo de un coño bastante impropio para alguien de su talle. ¿O es que el asustadizo de Mutsuku, que aún se escondía detrás de una pared, era la fuente de alimento más digna de todo Oonindo?
A Kaido le parecía que no, desde luego.
—A todas estas, ¿quién coño eres; y cómo es que me conoces?
15/11/2018, 02:37 (Última modificación: 18/11/2018, 01:04 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Shaneji le escuchó con intriga. Con el ceño fruncido, y con los ojos clavados en el dedo que seguía apuntándole. A veces, sus pupilas perdían enfoque, como si su mente le llevase tan lejos de allí que perdiese la noción de la realidad. Pensaba. Pensaba mucho.
—Sí que es mi problema. ¡¡¡Sí que lo es!!! —gritó en un estallido de rabia. Tan rápido como se crispó volvió a sonreír—. Mutsuku es un buen amigo mío, y no quiero que contrate al ninja equivocado. Sería horrible para los negocios.
Se pasó la lengua por los labios e inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado. Empezó a caminar hacia adelante, haciendo caso omiso de las preguntas de su hermano de clan.
—Así que eres un ninja renegado en busca de trabajo… —Un pasó más. Y otro paso. Lo que estaba haciendo, directo hacia la técnica mortal con la que le apuntaba Kaido, a pecho descubierto, era un auténtico suicidio. A no ser, claro está, que te apellidases Hōzuki, y que por tanto tuvieses la mejor defensa ninja que había parido Oonindo—. Yo puedo ofrecerte uno, muy bien remunerado. —Ahora quedó a tan solo un palmo del dedo de Kaido—. Pruébalo. Prueba que renegaste de tu Villa y me pensaré ofrecértelo.
El dedo de Kaido no tambaleó con la aproximación de Shaneji. Por el contrario, endureció su postura y se mantuvo firme hasta que la distancia que les separaba era absurda, y nimia. Pero allí, justo en ese instante, Kaido enfrentaba el quid de esa prueba de la que hablaba su interlocutor. Era el momento crucial. La cumbre para su inmersión en Dragón Rojo.
Bajó el brazo y metió ambas manos en sus bolsillos.
—No tengo nada que probar, ni a ti ni a nadie. Elegí no seguir las directrices de una aldea entera, ¿y voy a claudicar para que satisfagas tu puta desconfianza? eso sería un poco contraproducente de mi parte, ¿no crees? —dijo con la sonrisa más socarrona que podía haber tenido nunca. Luego, dio un par de pasos y chocó levemente el hombro de Shaneji hasta salir de la habitación—. confórmate con que Yui no tiene mucha estima por aquellos que matan a un compañero de villa sin que ella de la orden. Es bastante recelosa en ese aspecto.
Kaido tenía una interesante historia que contar. Hecha a medida o cierta, despertaba en él curiosidad. Curiosidad por la forma en que desafiaba a una Villa entera; por los huevos que tenía en hablarle en aquel tono, en territorio ajeno; y por la tranquilidad que mostraba.
No obstante, le perdió por el camino. Al principio no supo por qué, pero sucedió algo, tan fuerte y atronador como una bomba, que provocaron un molesto zumbido en sus oídos y le impidieron oír nada más.
Oh, sí. Ahora se daba cuenta del qué. Aquel cabrón acababa de chocarle con el hombro.
Fue un gesto instintivo, tan natural como cerrar los ojos al ver venir un golpe directo a ellos. Blandió el tetsubō y se lo espetó a Kaido en el hombro, quien se encontraba de espaldas cruzando el umbral. Lo hizo con un fuerte gruñido, los ojos inyectados en sangre y temblando de pura rabia.
Pensar que su misión iba a estar exenta de contratiempos era, cuanto menos, estúpido. Muy estúpido.
Lo supo desde un principio. Que un enfrentamiento con Shaneji era inevitable, si es que los datos recabados por Hageshi eran correctos. Y vaya que lo eran, sí señor. Bien que lo comprobó cuando sintió el pinchazo de aquellos múltiples picos soldados al mazo, que le impulsaron con fuerza hasta la pared más cercana. Un hilo de sangre comenzó a recorrer su brazo en el interin de que torcía la mirada —y solamente la mirada, con su pescuezo, pues el resto de su cuerpo se mantuvo apuntando hacia la pared— con los ojos puestos en su interlocutor, quien yacía contrariado por su propia ira.
El escualo se vio la extremidad, adornada con tintes carmesíes, cosa que no sucedía muy a menudo; y carcajeó sonoramente para satirizar el dolor que le acaecía la mitad del cuerpo.
—¡Joder, pero que macho! —espetó—. ¡con que pegando por la espalda, eh!
Curiosamente, Shaneji comprobaría un segundo después lo que se sentía ser traicionado de esa forma. De ser vulnerado con un golpe tan rastrero. Por la espalda.
¡Splash! una bala le impactó en toda la nuca, con la fuerza de poseidón. Y poseidón vino a ser un Mizu Bunshin, que emergió de sus propias cenizas —el charco que bien había dejado el primero al ser disuelto—. quien escupió el Teppōdama ipso facto.
¤ Mizu Bunshin no Jutsu ¤ Técnica del Clon de Agua - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Suiton 40 - Gastos: 10 CK + X CK (divide regen. de chakra) (máx. 1 por cada 10 de Inteligencia) - Daños: - - Efectos adicionales:
Crea un clon de agua con 10 PV de resistencia y X CK (X < 1/2 CK total del usuario)
(Suiton 80) Crea un clon de agua con 20 PV de resistencia
- Sellos: Tigre - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones:
El clon no puede alejarse más de 20 metros del usuario
Puede surgir de cualquier masa de agua estancada o del usuario a menos de 5 metros de distancia
La técnica del clon de agua es similar a la de los clones de sombra, y sin embargo en ésta se crean clones hechos en su totalidad por agua que poseen una fracción del poder del original. Puesto que es un clon sólido, puede realizar tareas de todo tipo, aunque sus armas son de agua y no causan daño alguno. El clon puede realizar cualquier técnica de tipo Suiton, y no puede alejarse más de cierta distancia de su original. Cuando mueren, se deshacen en un chorro de agua que deja un charco. El clon puede crearse desde cualquier lugar de una superficie de agua que se encuentre a menos de 5 metros de distancia. Cuando el clon se disipa, el chakra que le queda vuelve al usuario, pero éste no recabará ninguna información. De hecho, su cuerpo aceptará la energía de forma inconsciente y ni siquiera se percatará de que su clon ha desaparecido.
¤ Suiton: Teppōdama ¤ Elemento Agua: Esfera Bala - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Suiton 30 - Gastos: 36 CK - Daños: 60 PV - Efectos adicionales:(Suiton 80) El usuario puede reducir un nivel la velocidad de la bala para lanzarla en una parábola - Sellos: Tigre - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La bola de agua mide 1 metro de diámetro, y alcanza los 15 metros antes de estallar si no impacta contra algo
El usuario acumula chakra y lo convierte en agua, escupiéndolo en forma de bolas de agua muy condensada. Se dice que la velocidad de esta técnica hace que el impacto de la esfera acuática sea similar al de una bala de cañón. Es posible disparar varias seguidas, si el usuario decide gastar más chakra, aunque tiene que esperar unos segundos entre un lanzamiento y otro.
18/11/2018, 03:29 (Última modificación: 18/11/2018, 03:30 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Se formó el caos. Era increíble que con tan poca gente pudiese pasar, pero sucedió.
Primero, Keisuru empezó a chillar. Él se consideraba un hombre profesional. Siempre cumplía con su trabajo. Era puntual, no protestaba, pero a él se le había contratado para vigilar, única y exclusivamente. También se esperaba de él que ejerciese resistencia si alguna ratilla o matón de poca monta se colaba. Pero aquello, aquello era un combate entre ninjas. Entre seres con poderes sobrenaturales.
Estaban muy lejos de sus obligaciones. Por eso, en una de las mejores decisiones de su vida, escapó chillando como un cerdo en un matadero.
Mutsuku, el jefe, también tuvo su dosis de gritos. Rugía a Kaido. Le dedicaba palabras no muy bonitas. Le deseaba la muerte. Lo típico. Pero Shaneji también se llevaba su ración. Le gritaba que no destrozase el local. Que lo iba a arruinar todo. Que él había atraído a aquella escoria.
No eran más que el ruido del público en un torneo.
En el centro del estadio se encontraban Kaido y Shaneji. Kaido, quien pronto comprobó que aquel mordisco en el hombro era más de lo que parecía. Algo había ensuciado su sangre. Veneno.
Shaneji dejó caer su arma —consciente de que ya había perdido su utilidad frente a un Hozuki—, apuntó con ambas manos el cuerpo herido de su hermano de clan. Un dedo al hombro derecho. Otro al lumbar izquierdo.
¡Bam-bam! ¡Splash!
Las balas salieron disparadas y una bola de agua impactó con furia en la nuca de Shaneji, quien salió volando por los aires y cayó de bruces contra el suelo.
140/200
–
-60
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186/270
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-42
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-42
–
1 AO revelada: Poner Veneno extra fuerte en los pinchos del Tetsubō.
¤ Mizudeppō no Jutsu ¤ Técnica de la Pistola de Agua - Tipo: Ofensivo - Rango: S - Requisitos:
Hōzuki 70
Suika no Jutsu
- Gastos: 42 CK por disparo - Daños: 70 PV por disparo - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: 10 metros
Imitando con su mano la forma de una pistola y utilizando el Suika no Jutsu, el usuario comprime el agua en la punta del dedo. El disparo se produce con una tremenda fuerza y velocidad que produce un sonoro estallido y es incluso capaz de perforar fácilmente un cuerpo humano.
El usuario puede aumentar la potencia de la técnica utilizando ambas manos para disparar de forma simultánea dos balas de agua, haciendo el ataque aún más letal.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
18/11/2018, 05:29 (Última modificación: 18/11/2018, 05:36 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
Lo vio venir. Lo presintió. ¿Cómo iba a llamarse a sí mismo Hozuki, si no era capaz de desvelar las intenciones de un hermano de clan? de lo que significaba que el Tetsubō ya no presionase su piel con tanta fuerza. De lo que estaba por venir ahora.
Después de todo, él habría hecho lo mismo. Ir a traición. Con aquel par de revólveres mortales.
Un simple movimiento de mano, al unísono del subterfugio que abrazaba a la otra. Luego el sutil destello de una linterna demoníaca parpadeando en un instante, y haciéndole desaparecer. Finalmente, una voz turbia y maltrecha allá a su diestra, dos segundos más tarde, coincidiendo con un Shaneji que ahora se arrastraba por el suelo tras el impacto de su bala de cañón.
—Me cago en la puta, tío. ¡¿Así es como negocias, rajando a todo Dios?! —Mutsuku ahora se había convertido en la presa de Kaido. Sujeto en una llave con el brazo herido del gyojin que le envolvía el cuello como una pitón. El otro, con el dedo índice firme, que amenazaba a la fragilidad de aquel simple mortal—. tienes suerte de que aún siga desempleado. ¿Entonces, de qué va ese curro del que me hablabas? —dijo, con una sonrisa en el rostro. Como si allí no hubiera pasado nada, aún y cuando su clon acortaba la distancia y permanecía con las manos en ristre mientras el Kaido real hacía la de captor.
Pero nadie más que él sabía lo extraordinariamente difícil que resultaba mantener ese temple. Soltar aquel proverbio sin dejar que el jadeo, el dolor y los efectos de aquel puto veneno le cortasen la efectividad de sus palabras. Pero era necesario. Era una prioridad que aquello quedase en una divertida anécdota en la que dos buenos socios se dedicaron a intercambiar un par de hostias para conocerse mejor. Tenía que hacer que Shaneji mordiera rápido el anzuelo y cayera en su enmarañada red de mentiras, y se dejara envolver por ellas.
O de lo contrario, su oportunidad de ingresar a la cueva del Dragón se le iba a escurrir tan rápido de las manos como Keisuru abandonando los baños termales que bien había jurado proteger.
¤ Sunshin no Jutsu ¤ Técnica del Parpadeo Corporal - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Ninjutsu 40 - Gastos:
14 CK/20 metros
52 CK para huir de un combate
- Daños: - - Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos - Sellos: Carnero/una mano - Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
Shaneji, con una mano en la nuca y la otra en el suelo, se medio incorporó. La cabeza le daba vueltas y le costaba enfocar la mirada. Saboreó aquel momento, pues sabía que acto seguido llegaba el dolor.
Oh, sí, ahí venía. Apretó los dientes, alzando la cabeza lo justo para ver el clon de Kaido… y al Kaido mismo, tomando de rehén a Mutsuku. No pudo evitar recordar viejos tiempos, cuando no era más que un renacuajo que no sabía emplear ni el Kawarimi ni el Sunshin. Ni él, ni los enemigos a los que se enfrentaba. Los buenos viejos tiempos, en los que un combate se decidía por el filo de una espada y la fuerza de tu puño. Ahora era todo mucho más aburrido. Los ninjas se libraban de todo con un simple sello, y se escudaban en copias de sí mismos, demasiado cobardes para luchar de forma directa.
Cuánto lo odiaba.
—¿Todavía sigues interesado? —No sabía si simplemente era estúpido o si realmente seguía trabajando para Yui. Quizá ambas—. Ah, Kaido. Yo te ofrezco empezar de nuevo. Con todo lo que ello implica. —Hablaba como si no hubiese tratado de matarle segundos atrás.
»Eh, Mutsuku, ¿todavía no te interesa la oferta que te di?
Mutsuku, que parecía estar costándole horrores no mearse en los pantalones, balbuceó lo que pudo:
—S-sabes que el omoide no casa con mi clientela. M-marihuanna la que quieras, pero… Joder, ¡estás no son formas de negociar! ¡Por mi padre, chico, suéltame! ¡T-tengo amigos muy poderosos! ¡T-te lo advierto!
18/11/2018, 17:29 (Última modificación: 18/11/2018, 17:31 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
Empezar de nuevo. Sí, en su actual posición no podía negarse a tan jugosa oferta.
Miró a Shaneji con complicencia y acercó sutilmente sus labios hasta el oído de Mutsuku, quien técnicamente les había amenazado a ambos. Eso le permitió entender que Shaneji no rascaba de ese coño sólo para sobrevivir, como bien lo podría querer hacer Kaido; sino que se encontraba en la labor de cumplir con uno de los objetivos —sino el más importante, dada la reticencia de sus miembros en supeditar todas sus actividades con ese rubro en particular—. de Dragón Rojo:
Distribuir el famoso Omoide.
El gyojin puso su mejor cara de no sé qué coño es Omoide, pero comenzó a trabajar en pro de ello. Señaló con su dedo a Shaneji y luego al mismo Mutsuku.
—Con todo el respeto que te mereces, Mutsuku-kun, pero yo en tu lugar aceptaría la oferta de mi socio sin pensarlo. No solo que no estas en posición de negociar los términos, sino que no estas viendo el lado bueno del trato. ¡Serías el primer gran distribuidor de! ... ¿cómo lo llamaste? —miró a Shaneji con los ojos arrugados, tratando de recordar—. Omoide, sí. El mayor emprendedor de toda Yugakure, con todo lo que ello implica. Suena fantástico, si me lo preguntas a mí.
Era curioso que Kaido no pareciese tener ni pajolera idea de qué se trataba el omoide, habiendo provocado el hundimiento de uno de los mayores encargos por su banda. ¿No se había enterado de su nombre? ¿Siquiera de lo que transportaba Katame? ¿O era una mentira más en su coartada?
A Shaneji nunca se le había dado bien deducir. Prefería sacar las respuestas a hostias.
Sonrió. Empezaba a gustarle aquel chico. Se adaptaba a las situaciones, tenía garra y sabía pelear. Y era un Hozuki. Alguien de su raza. Un sangre pura.
—Joder… ¡Está bien, está bien! ¡Ni siquiera es como si te pareciese importar tanto durante todos estos días, joder! —recriminó a Shaneji, quien se encogió de hombros—. Aceptaré el primer encargo y… Y veremos qué aceptación tiene. ¡N-no puedo prometer más que eso!
—¡Si supiese que era tan fácil como ponerte un cuchillo en el gaznate hubiese empezado por ahí! —rio, y aún así, Kaido pudo notar que no era una sonrisa alegre. Que, de alguna forma, y por inexplicable que pudiese resultar, Shaneji parecía decepcionado. Casi triste—. Tienes huevos, Kaido, lo admito. ¿Qué te parece si nos dejamos de clones de mierda y hablamos de negocios tú y yo? Deja a Mutsuku, tengo algo que te interesará más.
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Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
El escualo le pegó un leve empujón a Mutsuku, dejándolo libre; a la par de que daba la orden a su Mizu Bunshin de desaparecer.
—Hablemos de negocios, pues.
«Vale, has conseguido entrar, aunque no del todo. Ese cabrón debe estar meditando muchas cosas en su jodida cabeza de cavernícola, y mi historia sigue teniendo un par de huecos por rellenar. A partir de ahora debo tener muchísimo cuidado, Shaneji es demasiado volátil como para predecir sus reacciones de ahora en adelante»
18/11/2018, 19:34 (Última modificación: 18/11/2018, 21:23 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Mutsuku se masajeó el cuello, dolorido, tras ser liberado del agarre. No parecía nada contento con cómo se había desenvuelto todo, pero sabía que discutir con Shaneji cuando tenía la sangre caliente no era buena idea. Lo conocía. Habían hecho negocios juntos por años cuando se había trasladado al país, hasta que su temperamento volátil le había obligado a huir de nuevo. Mutsuku le consideraba alguien leal a la amistad, pero tan loco y estúpido que podía tirarse de cabeza a la muerte simplemente porque le hubiese mirado mal.
Shaneji asintió a Kaido, mirando de reojo como el clon desaparecía y su colega era liberado. Aquel cabrón le había ayudado, por interés, pero ayudado al fin y al cabo, cuando más solo se había encontrado. Le debía una…
—El cargamento llegará en Despedida. Ten preparados cinco de los grandes.
… y por eso no le había atravesado el pecho con una bala simplemente para alcanzar a Kaido.
—Hablemos fuera —le indicó, tras recoger su arma y caminar a su lado y sin perderle de vista en ningún momento. Suficientes ataques se habían dado ya por la espalda. Si todo iba bien, ambos terminarían en la entrada del edificio. Shaneji, desnudo de cintura para arriba, agradeció la brisa nocturna—. Así que has renegado de los tuyos. ¿Por qué? —directo al grano.
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Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
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Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
18/11/2018, 20:23 (Última modificación: 18/11/2018, 20:27 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
«En descenso. Siete jodidos meses...»
Mucho tiempo. Demasiado. Pero su objetivo no era impedir otro cargamento, como cuando sucedió lo de Katame. Ahora tenía una tarea mucho más apremiante. Así que pensó que lo mejor era seguir la corriente a Shaneji, y ver a dónde paraba su propuesta.
—Porque no soy el jodido juguete de nadie, ¿entiendes?. Estaba hasta los cojones que me dijeran qué hacer y cómo hacerlo —dijo—. bueno, y también por haberme zurrado a un compañero sin la debida orden, pero eso ya es harina de otro costal.
Kaido se arrancó un pedazo de tela de la camisa y se envolvió la herida del brazo.
—Y tú, ¿cuál es tu historia? —indagó. Su rostro mostraba curiosidad—. ¿y cómo es que sabes quién soy?
»No creo que sea por el libro Bingo, si me lo preguntas.