Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Allá en el peligroso Acantilado Rompe-Olas, un joven Genin armado con la almohada blanca que utilizaba para dormir y apenas un metro de cuerda, se encontraba debatiéndose entre su propia salud física y su buen avance como shinobi.
—Esto... no sé si esto es una buena idea —se dijo a sí mismo frente a uno de los muñecos de entrenamiento que se encontraban allí clavados—, pero papá dijo que me ayudaría a mejorar más deprisa. Debo dominar esta técnica del todo o acabaré lamentando mucho más que mi brazo.
Oh, pero Daigo sabía muy bien que su padre no le solía dar los mejores consejos en lo que ser un shinobi respecta, e incluso este le parecía especialmente peligroso. Pero a falta de una manera más rápida de mejorar y especialmente ahora que casi podía sentir como se le acababa el tiempo, Daigo se quedó sin opciones.
Con cuidado, el chico dobló y ató su almohada a la cabeza del muñeco de entrenamiento.
—Sí, con esto debería bastar —se dijo mientras se alejaba un par de metros de su objetivo—. Uno, dos, tres...
La pierna derecha de Daigo en un vívido todo verdoso antes de impulsarlo a gran velocidad hacia el frente.
—¡TORA!
¤ Ushi no totsugekii ¤ Embestida del toro - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 25 - Gastos: 30 CK - Daños: 50 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: 5 metros
Esta técnica consiste en acumular una gran cantidad de chakra visible en la pierna y el puño de un lado del cuerpo, impulsándose con la pierna cargada de chakra y golpeando con el puño, liberando todo el chakra que tenía acumulado. Es posible realizar la técnica una segunda vez, utilizando las extremidades del otro lado, aunque el gasto de chakra puede agotar al ejecutor.
Alterador (Tora) En esta versión, el usuario acumula todo el chakra posible en la pierna, sin cargar nada en su brazo. Al liberarse todo ese chakra, el ejecutor saldrá disparado a una velocidad considerablemente más alta de la presentada en la técnica original.
Si el usuario decide golpear a esa velocidad (30 PV), se romperá los huesos de la mano y el brazo siempre y cuando su resistencia sea inferior a 60.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
El atardecer caía, el mediodía hacía breve que le dejaba paso, y el sol poco a poco intentaba acostarse por el horizonte. Pero aún le faltaba trabajo por realizar, y hasta acabar su tarea, el astro rey no tenía permiso por parte de la reina del firmamento para descansar. Una eterna danza entre reyes, una loable y triste balada de dos amantes, que de manera perpetua están destinados a no poder besarse.
Dejando de lado los grandes males, los pequeños no cesaban tampoco. La tortura autoimpuesta por el Inuzuka a sobrenombre de entrenamiento no conocía descanso, salvo las escasas horas que dormía al anochecer. Llevaba ya un buen camino recorrido, pero el esfuerzo apenas había comenzado en su cerrera por la pole. Quería ser el mejor, y para ser el mejor no basta solo con talento natural... el talento es apenas la punta del iceberg, todo lo que esconde bajo el agua es puro entrenamiento y práctica. Al menos la constancia y la decisión estaban de parte del chico, y cuando se olvidaba, allí estaban su abuelo o Akane para recordárselo. Todo un detalle.
Como acostumbraba a ser, tras el almuerzo y el entrenamiento de fuerza en el gimnasio de la mansión, tocaba hacer cardio. Había diversas maneras, pero una de las mas frecuentadas por el chico era correr una docena de kilómetros. Ni mucho ni poco, lo suficiente para aumentar un poco su aguante.
La carrera en ésta ocasión estaba siendo guiada por Akane, que en sus ansias por descubrir un poco mas de las tierras que les rodeaban, terminó casi al borde de la ladea, literlamente. Los acantilados de la aldea se hacían a cada paso mas sonoros e inevitables. Allí, la brisa del atardecer, suave y fresca, se hacía notar un poco mas que en las propias calles de la villa. Quizás lo normal, dado la escasez de casas cerca para ejercer de parapeto al viento. La carrera estaba siendo mantenida a un ritmo no demasiado agresivo, pues el objetivo de la misma era la duración, no la intensidad.
De pronto, un grito sacudió los oídos de Akane y Etsu. Una voz que le sonaba de algo, acompañado de un estruendoso golpe.
Etsu miró a Akane, y no hicieron falta palabras, todo estaba claro como el agua. Aumentaron la velocidad de carrera, en pos de recortar las distancias hacia el lugar de los acontecimientos. Poco tardaron en ver a un chico de singular color de pelo, que golpeaba un pelele cubierto por una almohada.
—¿¿U-una... almohada...??
El Inuzuka no alcanzaba a comprenderlo. En su vida había visto algo parecido. ¿Por qué quería ese chico proteger el muñeco?
Como bien dicen, la curiosidad mató al gato.
No pudo evitarlo, y cual mosquito que vuela lentamente hacia la luz, el rastas se acercó a Daigo. Apenas recordaba su nombre, pero sabía que le conocía de algo. Sin embargo, su prioridad en ese momento era el comprender el porqué de esa almohada en el pelele.
—¿Tan fuerte te has vuelto que tienes que proteger al muñeco? —preguntó a modo de broma, curioso.
El sonido de su puño impactando contra el muñeco resonó en los alrededores a la vez que el dolor invadía cada punto desde el puño hasta el hombro del boxeador.
—¡Ay! —exclamó mientras sostenía su muñeca a la altura del rostro—. ¡Ay, ay, ay, ay, ay! Qué daño...
Sopló sus nudillos un par de veces, adolorido. Intentaba -sin mucho éxito- calmar el dolor, pero en su lugar...
《No se ha roto...》
¡Funcionó! Aunque definitivamente no podría hacerlo varias veces al día o acabaría verdaderamente mal.
—¿Tan fuerte te has vuelto que tienes que proteger al muñeco?
—¿Eh? No, no, no es eso. Esto es... esto es para mí, estoy practicando un técnica muy peligrosa y... eso —admitió con algo de vergüenza. ¿Quién crea una técnica que solo sirve para dañarse a uno mismo?
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Para cuando Etsu le había dirigido la palabra al peliverde, éste tenía la muñeca agarrada con su mano adversa, dolorido. El rastas bromeó con el hecho de la almohada en el muñeco, pero jamás se hubiese pensado que era para protegerse a sí mismo. Sin duda, ésto se le iba de las manos al chico. Estaba practicando según él una técnica tan peligrosa, que por su propio bien había tenido que recurrir a amortiguación sobre el pelele.
—Ostras... ¿en serio?
El chico continuó recortando las distancias, llegando a una distancia de no menos de tres metros. Tanto él como su can miraban curiosos al compañero de aldea, aunque quizás mas curioso Etsu que Akane. Como siempre, era el rastas el mayor curioso, más que un gato.
Miró al pelele, y tras ello volvió la mirada a Daigo. Se llevó la mano al mentón, pensativo. De nuevo tuvo que desviar la mirada al muñeco de práctica, y tras un brevisimo lapso de tiempo, volvió con la misma al otro genin. Aún no podía creerlo. Si la base de todo entrenamiento de resistencia o fuerza se basaba en golpear algo bien solido, como si fuese un caso real. ¿Qué sentido tenía protegerse del impacto? ¿acaso era una técnica que le causaba más dolor al ejecutor que al agredido? no tenía sentido alguno, al menos no lo parecía tener desde el punto de vista canino.
—Bueno, supongo... supongo que tendrás tus motivos para entrenar algo así. Pero siendo sincero, lo veo un poco absurdo... el día de mañana, si te enfrentas a alguien y requieres de esa técnica no golpearás en blando. No es buen asunto que sea peligrosa para ti, debería serlo para tu oponente. —dejó un breve silencio, en pos de que comprendiese su punto de vista —¿no crees?
La pregunta era absurda, pero también era cierto que no conocía aún ningún dato de la técnica que su compañero practicaba. Quizás tenía algún motivo oculto, o simplemente practicaba de esa manera porque aún la tenía muy poco estudiada. A saber cuál era el caso.
Etsu no parecía estar del todo convencido con el entrenamiento de Daigo. Qué demonios, ni siquiera Daigo estaba del todo convencido con la clase de entrenamiento que llevaba.
—Sí, sí, si ya sé que en una pelea real no podré pedirle a mi oponente que se ponga una almohada en la cara. Eso sería raro —bromeó.
¿Pero qué iba a hacer?, ¿romper completamente su brazo intentando golpear con el puño desnudo? Eso sí que era una locura.
—Pero tienes razón. Si llego a necesitar esta técnica antes de acabar mi entrenamiento... —hizo una pequeña pausa mientras buscaba alguna manera de arreglar ese pequeño problema, pero sin acabar de encontrar una solución concreta simplemente sonrió, restándole algo de importancia—, supongo que tendré que buscar una solución temporal.
Y ahora que lo pensaba con más detenimiento, creía haber dado justo con la solución que necesitaba.
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El peliverde, jocoso, bromeó con la inviable opción de poner a su supuesto oponente una almohada en la cara. Ambos rieron, era absurdo pero a la vez cómico. Aunque no tardó en darle la razón, era en parte un poco absurdo desarrollar una técnica así, al menos a medias. Lo primero era estudiar las ventajas y desventajas de una técnica, y tras ello seguir en su desarrollo... al menos así siempre lo había hecho el Inuzuka, y su padre, y su abuelo.
¿Sería que ellos eran raros?
Daigo no ocultó que tendría que dejarla por el momento de lado en situaciones reales, o buscarle una solución temporal. Al menos podía destacarse en su decisión, que no le faltaba fuerza de voluntad. Pensaba seguir dándole vueltas a esa técnica, a pesar de que fuese tan complicada.
—Onindo no se hizo en un día... tómalo con calma —sentenció el rastas, encogiéndose de hombros.
»Además, supongo que no dependerás tan solo de esa técnica. Todo shinobi sabe defenderse con varias técnicas, y en caso extremo, siempre te queda la posibilidad de usar herramientas, o el propio cuerpo... como mi abuelo siempre suele decir, un buen shinobi no es tan solo el más fuerte, si no quien mejor usa todo de lo que dispone para cumplir su misión.
Se llevó ambas manos tras la nuca, contento con ese pensamiento. A su ver, su abuelo estaba haciendo un buen trabajo para llevarlo por el buen camino, muy a su pesar. Las formas quizás no siempre eran las más adecuadas. Pero por un camino u otro, las cosas siempre le iban empapando.
—Bueno, ¿y que tal te va todo? —hizo una leve pausa —ya hace tiempo que ni te veía por las calles de Kusa.
Aunque mas bien era él quien había estado encerrado, entrenando hasta el desfallecimiento. Casi parecía que se había caído en un caldero de proteínas.
Daigo sonrió al escuchar lo que el abuelo de su compañero solía decirle. Un buen ninja era aquel que utilizaba todo lo que tenía a su disposición para cumplir con su misión.
En el caso del peliverde, a él le gustaba pensar que solo tenía sus puños y su conocimiento de ninjutsu a su disposición en un caso extremo de conflicto. Con eso debería de bastarle.
—Bueno, ¿y que tal te va todo? —dijo Etsu—, ya hace tiempo que ni te veía por las calles de Kusa.
—Qué raro... —contestó Daigo, antes de sonreír ampliamente—. ¡Pues mis padres dicen que ya no paso por casa!
»Ya sabes, con la amenaza de los generales de Kurama y ahora que Yubiwa-sensei nos ha dejado... debemos entrenar más que nunca, ¿no crees?
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El peliverde sonrió ante el comentario de Etsu, quizás de acuerdo con las sabias o alocadas enseñanzas del abuelo Inuzuka. Eso si, no tardó en contestar al chico sobre que no le veía por las calles de Kusa. Al parecer, sus padres le reprochaban que no pasase apenas tiempo en casa. Etsu no pudo evitar reír, una carcajada leve y risueña. Eran bien parecidos ambos.
—Ya veo, ya veo... jajaja.
Contundente como él mismo, aseguró que tras la amenaza de los generales y la repentina ausencia de Yubiwa, debían entrenar más que nunca. Razón no le faltaba al peliverde, no señor. Estaba totalmente en lo cierto, y aunque no fuese tan solo por esos motivos, Etsu llevaba una buen racha de entrenamiento intensivo.
—Así es, hay que entrenar mas duro que nunca. Ya hace un buen tiempo que he empezado una rutina de entrenamiento totalmente intensiva, y aunque me está costando la vida... creo que está dando resultados.
¿Faltaba resaltar cuanto habían crecido sus músculos desde la última vez que se vieron?
—Como te dije una vez, quiero volverme el shinobi mas fuerte de todos los tiempos. Que hayan ocurrido éstas cosas solo dan pie a que me esfuerce más...
Etsu admitió que él mismo había seguido una exigente rutina de entrenamiento, aunque al contrario que Daigo, él no lo hacía solo motivado por todos los peligros que acechaban últimamente, sino que también se veía impulsado por convertirse en el más grande entre todos los shinobi.
Eso le agradaba al peliverde, pues de alguna manera ver las ambiciones de sus compañeros alimentaba su propia determinación.
—Y tanto que te está dando resultados. ¡Si se te nota mucho más fuerte que antes! —Lo mismo no se podía decir de Daigo, que no parecía mucho más fuerte que la última vez.
Sentía admiración por los esfuerzos y los progresos de su compañero, pero esta vez sus buenos sentimientos se vieron mezclados con otros distintos.
《Qué rápido avanza... Juro, Yota y ahora Etsu. Si esto sigue así la distancia pronto será demasiada》.
—Esto... Etsu-kun, —dijo—. ¿Qué te parece si hacemos un combate? La verdad es que no he tenido la oportunidad de probar todo lo que he estado entrenando...
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Daigo admitió que a Etsu se le notaba mucho mas fuerte que antes. Era todo un alivio escucharlo de boca de otro, pues uno mismo siempre tiende a exagerar las cosas. Pero si, era mas que obvio que la intensa rutina de entrenamiento debía dar su fruto, al menos en algo. Tanto sufrimiento no podía ser en vano.
—Menos mal... si después de tanto entrenamiento no se notase... apaga.
No pudo evitar su mas sincera sonrisa. Aunque al hablar Daigo, por un momento la perdió. Mas que nada por la sorpresa, no esperaba algo así sin mas. El peliverde le ofertó un combate de entrenamiento, pues quería probar algunas cosas más que había estado entrenando. Casi al instante, el rastas volvió a tomar esa sonrisa que tanto le caracterizaba, y quizás se esbozaba aún mas intensa.
—Estaría genial, un combate cuerpo a cuerpo si te parece bien —lanzó el desafío —así podría aprovechar para practicar el estilo de pelea que el abuelo me escondía.
Sonrió de nuevo, mientras se acercaba a Daigo. Habiendo recortado las distancias, alzaría el puño hacia el frente, buscando el acuerdo para el combate. Por su parte, Akane aprovechó para tomar un respiro, echándose a un lado y tumbándose sobre la hierba.
«¿El estilo que su abuelo le escondía?» pensó Daigo, sorprendido, «si eso es cierto debe tratarse de algo impresionante ¡Qué emoción!
Daigo chocó su puño contra el de Etsu de forma amistosa.
—¡Perfecto! En ese caso vamos allá
Con todo acordado, Daigo dio un pequeño salto hacia atrás para hacer distancia antes del inicio del combate, quedando todavía bastante espacio entre él y el acantilado. Una vez allí el peliverde cerró los ojos y formuló el sello de combate durante un par de segundos.
Abrió los ojos y sonrió.
—¡Que gane el mejor! —dijo el peliverde antes de adoptar su guardia.
Dejando el pie derecho atrasado y con ambas rodillas algo flexionadas, el peliverde levantó ambos puños hasta la altura del mentón, esperando que su compañero hiciera lo mismo antes de dar por empezado el duelo.
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Bajo la atenta mirada del can, los genin chocaron sus puños. Un gesto amistoso y que declaraba aceptado el combate. Sencillo y poco sutil, pero la sutileza a veces está sobrevalorada. No obstante, y por si acaso no había quedado claro, también lo hizo publico de manera verbal el peliverde.
Etsu no podía contener la emoción, su sonrisa estaba más que acentuada. En realidad, igual que sucedía con su antagonista. Parecía también emocionado por poder combatir. Se alejó un paso apenas, y alzó una guardia de lo mas curiosa. Cerraba mucho su defensa en el core, de manera tosca y ruda. Jamás había visto una defensa así...
¿Acaso era otro estilo de lucha cuerpo a cuerpo familiar? Kusagakure no dejaba de sorprenderle.
Daigo lanzó el desafío al aire sugiriendo que ganase el mejor. Etsu sonrió aún mas, y aceptó con un gesto simple y sencillo de cabeza. Aún no había mostrado su defensa, quiso aguantarla hasta el final.
—Entonces intentaré ponértelo difícil... mi abuelo no me perdonaría que perdiese en un enfrentamiento con otro estilo familiar —aseguró el de orbes verdes.
Estiró el cuello hacia un lado, crujiendolo. Acto seguido, hizo lo mismo hacia el sentido contrario. Encogió los hombros en un par de movimientos circulares, y no tardó demasiado en alzar las manos hacia delante. En un principio, simplemente extendió los brazos hacia Daigo, con ambas palmas apuntando al chico. Pero poco a poco, recogió un poco el brazo derecho, manteniendo ambas manos a distintas distancias de su propio cuerpo. Cerró las manos, realizando casi los puños, pero curiosamente los dedos índice y corazón andaban un poco separados, como si sostuviese con éstos algún tipo de recipiente pequeño. Su cuerpo oscilaba de manera disimulada, al menos al principio. Pero poco después, la oscilación casi se convirtió en un baile aleatorio, en el cuál casi parecía estar tropezando con sus propios pies. Cabe destacar, que su posición de guardia inferior parecía ausente, así como sus modales de lucha... ¿en cabeza de quién se cruzaba las piernas mientras se mantiene una guardia? Definitivamente, no parecía una guardia convencional, y mucho menos un taijutsu sacado de escuela...
Etsu entornó los ojos, parecía realmente concentrado. De pronto, le surgió hipo. Casi saltó con e mismo, y por poco no se cae de espaldas. Tuvo que retroceder torpemente un par de pasos para evitarlo, o eso parecía. —¡V-vamo´s allá! —anunció, para con las mismas comenzar una acometida a toda velocidad. El retroceso no había sido mas que una excusa para coger mas distancia, en pos de tomar mas velocidad y fuerza en su acometida contra Daigo.
Corrió con súbita emoción, a toda velocidad, con la fuerza de cien toros. Directo, sin demasiadas oscilaciones. Como un meteorito que se precipita sobre una población para aniquilarla. Como el fin del mundo anunciado.
Pero no sucedió, apenas a un metro del chico, Etsu caería de boca contra el suelo, clavándose literalmente en la hierba. Tanto fue así, que literalmente hizo el pino, apoyado por su cabeza y brazos. Lejos de la realidad, absurda e ilógica, no había cesado su ataque. El chico lanzaría no una, ni dos, ni tres... si no tres patadas, en una rápida sucesión y de manera realmente.. ¿absurda? ¿qué clase de ataque era ese?
Pudiese esquivar o no su oponente tan extravagante y singular ataque, el Inuzuka caería con la última patada, quedando boca arriba en el suelo. Momento que aprovecharía para imitar a un buen borracho, haciendo como que bebía de una botella imaginaria con su diestra.
Estado de Etsu
Vida
200/200
–
Chakra
160/180
–
-20
–
—Objetos:
Bandana ninja [Brazo derecho]
* Ninguna AO *
Fuerza: 50
Resistencia: 30
Aguante: 30
Agilidad: 50
Destreza:65
Poder: 30
Inteligencia: 30
Carisma: 25
Voluntad: 35
Percepción: 40
¤ Zui Quan ¤ Estilo del mono borracho - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Taijutsu 40 - Gastos: 20 CK activar (divide regen. de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales: +5 a Destreza mientras se esté combatiendo cuerpo a cuerpo sin armas. - Sellos: - - Velocidad: - - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Estilo también llamado "mono borracho", que imita los movimientos de la gente ebria, modificando su uso para combatir. El repertorio de golpes es tan amplio que es realmente complicado dominar por completo el estilo. Cualquier golpe se puede suceder con otro existente, o improvisarlo, y se caracteriza por una aparente falta de equilibrio, que desata su máximo potencial en lo surrealista que parecen los golpes. El estilo de pelea es muy versátil, siendo tan bueno o mas estando en el suelo como en pié. La naturaleza de éste estilo tan peculiar de pelea lo hace muy difícil de lidiar, pues sus golpes son y parecen tan improvisados, que es difícil saber si se trata de un golpe directo o una finta, o meramente un golpe sin sentido. Casi parecer ir en contra de todas las bases de cualquier arte marcial. Leer los movimientos del sujeto que usa éste estilo de pelea, ya sea por dojutsus o técnicas de lectura mental, no haría mas que liar más a la persona, pues los movimientos se desatan de manera tan surrealista como con la mente vacía. Ésto no quiere decir que no sean infranqueables, o imposibles de bloquear, tan solo que es realmente complicado diferenciar las fintas de los golpes, así como saber el objetivo de éstos ataques. Los daños serán los mismos que en el shinobi kumite a efectos prácticos. Mientras se trate de combate cuerpo a cuerpo, todo rival que posea Dojutsu o técnicas de lectura mental tienen anulados los bonos a Destreza y Percepción.
La sonrisa desapareció del rostro del peliverde poco a poco a medida que Etsu empezaba con... con lo que fuera que estuviera haciendo, porque esa postura parecía más la de un borracho intentando conseguir un buen equilibrio y una buena guardia a la vez, pero fallando en mantener cualquiera de las dos durante mucho tiempo.
¿En qué rayos se había metido?
Un hipo desafió el equilibrio del Inuzuka provocando que reculara un par de pasos mientras Daigo mantenía su guardia, intentando entender qué estaba sucediendo allí.
—¡V-vamo´s allá!
El Inuzuka sorprendió al peliverde con una carrera que no tenía nada que envidiar a la de un ninja experimentado.
《¡Qué velocidad!》
Anticipando un ataque directo y poco antes de que Etsu llegara a su posición, Daigo pivotó ligeramente hacia su izquierda con la pierna adelantada, mientras retrasaba aún más su pierna derecha e inclinaba su torso hacia atrás, seguido de su pierna izquierda, que se arrastró hasta recuperar su distancia original con la diestra.
Preparado para contraatacar, el chico levantó su puño derecho, pero...
《¿Qué... qué está haciendo?》
Ahí estaba Etsu, tirado en el suelo mientras bebía de una botella imaginaria.
Chasqueó la lengua 《¿Qué se supone que debo hacer?》 se preguntó. 《Si esto será así...》
Poco a poco, tanto sus puños como sus piernas empezaron a arder en un fuego verde.
¤ Hachi ¤ Abeja - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 40 - Gastos: 5 CK (golpe) - Daños: 8 + Destreza/10 - Resistencia del oponente/10 por golpe - Efectos adicionales: El usuario será capaz de lanzar un máximo de (Destreza/10 + Agilidad/20) golpes, con un máximo de 8. - Sellos: - - Velocidad: Moderada (activación), Rápida (golpes) - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario, luego de tomarse un par de segundos para concentrar su chakra en sus cuatro extremidades, se lanza hacia su rival para golpearlo con gran agilidad mientras se mueve alrededor suyo y lo persigue. Con la contra de que para poder conseguir tal agilidad en pies y manos tendrá que sacrificar una gran cantidad de fuerza por golpe, aún así estos golpes no son inesquivables o imbloqueables, pues la fuerza de esta técnica no reside en su velocidad neta, sino en el poco tiempo de recarga que hay entre cada golpe y los distintos ángulos en los que se pueden lanzar.
Mientras dure la técnica, las extremidades del usuario dejarán escapar un aura del color de su chakra que parecerá estar ardiendo.
-
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Etsu se alzó de poco a poco, al menos su core. La cabeza reculaba hacia atrás, mientras que su diestra alzaba aún mas la botella imaginaria. El chico bebía de manera exagerada, aunque fantasiosa. Sin embargo, ¿qué esperar ante una situación así? su oponente se veía realmente confundido, sin saber muy bien qué hacer, o cómo responder ante esa... ¿amenaza?
—Se llama estilo del mono borracho... —informó antes de que Daigo pensase que se cachondeaba de él o algo similar —y quizás eres el primero en decenas de años que ve éste estilo.
Entre tanto, las manos y piernas del peliverde había comenzado a brillar de un tono verde realmente intenso. Tanto brillaban, que parecían estar ardiendo. Lo que fuere que estuviese haciendo parecía ser algún tipo de ninjutsu adherido quizás a su estilo de pelea, o simplemente pensaba lanzarle algo.
A saber.
Sin embargo, Etsu confiaba en que el chico mantuviese la palabra de mantenerse en un combate cuerpo a cuerpo. No conocía demasiado a Daigo, pero normalmente una persona no hace lo que le da la gana tras estipular normas en un entrenamiento amistoso... a menos que seas Datsue. Pero en fin, eso ya es otro tema.
El rastas, que miraba con descaro el cielo en un nuevo trago, dejó la pantomima para dedicarle una mirada al peliverde. Con las mismas, y ésta vez sin aviso, comenzó la acometida. Con fuerzas, lanzó su cuerpo hacia detrás, volviendo a recostarse completamente. Sin embargo, eso fue por poco tiempo, pues apenas habiendo tocado la espalda el suelo, tomó impulso con las piernas y se levantaría sobre el sitio.
El equilibrio le fallaba de nuevo, o eso parecía. Reculó apenas un paso, pero con las mismas lanzaría un puñetazo directo con su zurda, en un pequeño salto a ras de suelo, un mero acercamiento. El puño iría sin dilaciones hacia el estómago de su antagonista. Justo tras el puñetazo, el rastas recogería el brazo en lo que lanzaba una patada directa con su diestra, buscando de nuevo el estómago de Daigo. No podría evitar recular un poco tras el intento de patada, y ya acertase o no, se vería de nuevo casi en el suelo.
Estado de Etsu
Vida
200/200
–
Chakra
165/180
–
+5
–
—Objetos:
Bandana ninja [Brazo derecho]
* Ninguna AO *
Fuerza: 50
Resistencia: 30
Aguante: 30
Agilidad: 50
Destreza:65
Poder: 30
Inteligencia: 30
Carisma: 25
Voluntad: 35
Percepción: 40
¤ Zui Quan ¤ Estilo del mono borracho - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Taijutsu 40 - Gastos: 20 CK activar (divide regen. de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales: +5 a Destreza mientras se esté combatiendo cuerpo a cuerpo sin armas. - Sellos: - - Velocidad: - - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Estilo también llamado "mono borracho", que imita los movimientos de la gente ebria, modificando su uso para combatir. El repertorio de golpes es tan amplio que es realmente complicado dominar por completo el estilo. Cualquier golpe se puede suceder con otro existente, o improvisarlo, y se caracteriza por una aparente falta de equilibrio, que desata su máximo potencial en lo surrealista que parecen los golpes. El estilo de pelea es muy versátil, siendo tan bueno o mas estando en el suelo como en pié. La naturaleza de éste estilo tan peculiar de pelea lo hace muy difícil de lidiar, pues sus golpes son y parecen tan improvisados, que es difícil saber si se trata de un golpe directo o una finta, o meramente un golpe sin sentido. Casi parecer ir en contra de todas las bases de cualquier arte marcial. Leer los movimientos del sujeto que usa éste estilo de pelea, ya sea por dojutsus o técnicas de lectura mental, no haría mas que liar más a la persona, pues los movimientos se desatan de manera tan surrealista como con la mente vacía. Ésto no quiere decir que no sean infranqueables, o imposibles de bloquear, tan solo que es realmente complicado diferenciar las fintas de los golpes, así como saber el objetivo de éstos ataques. Los daños serán los mismos que en el shinobi kumite a efectos prácticos. Mientras se trate de combate cuerpo a cuerpo, todo rival que posea Dojutsu o técnicas de lectura mental tienen anulados los bonos a Destreza y Percepción.
Daño recibido: --
[*]Posible daño causado:
Puñetazo: 18PV
Patada: 19PV
[/list]
Lel... en el anterior post puse los posibles daños como daños recibidos... xDDD
—En ese caso es un honor ser el primero al que se lo muestras, Etsu-san —contestó a Etsu.
el boxeador apretó aún más sus puños con emoción. Si aquello de verdad se trataba de un estilo de Taijutsu olvidado, debía ver de lo que era capaz.
El Inuzuka, luego de un nuevo trago de esa bebida imaginaria que le gustaba tomar, utilizó sus piernas para impulsarse y recuperar la verticalidad.
«¡Ahora!»
Aprovechando el momento en el que Etsu reculaba, el peliverde inició su carga hacia adelante impulsado por su propio chakra, preparado para tomar las riendas del combate y dar comienzo a su ofensiva, pero poco sabía él que no sería tan fácil.
El boxeador decidió retar el puñetazo de su contrincante con el suyo propio, lanzando su diestra directa al mentón de su oponente, confiando en que su puñetazo potenciado con chakra llegaría mucho antes y desequilibraría a su oponente.
—¡Ugh!
No podía estar más equivocado, pues antes de siquiera darse cuenta, el puño de Etsu se había clavado recto como una lanza en el estómago del peliverde, cancelando su técnica y desviando el puñetazo del boxeador a causa del dolor del repentino impacto.
Pero el ataque de Etsu no podía acabar allí. Por el rabillo del ojo, Daigo vio la pierna de Etsu acercarse a gran velocidad hacia su torso.
No tenía la velocidad de reacción necesaria preparar una defensa elaborada, así que tan solo pudo bajar su codo izquierdo para absorber el impacto con su brazo.
«No solo es más rápido que yo ¡También es más fuerte!»
La fuerza de la patada consiguió desplazarlo un poco hacia su derecha, despegando momentáneamente sus pies del suelo, pero ahora su contrincante volvía a recular producto de su propia patada.
A estas alturas, Daigo empezó a reconocer aquel gesto como su forma de iniciar un ataque, y ahora que había comprobado de primera mano lo mala idea que era dejarle tomar la ofensiva, el peliverde no estaba dispuesto a dejarlo actuar a gusto.
«¡No, no, no!» Una vez más, el puño derecho del boxeador empezó a arder en su tono característico.
En el preciso instante en el que su pierna derecha también se había encendido, Daigo supo que este era su momento.
—¡USHI! —anunció mientras se lanzaba contra su rival buscando impactarle en la boca del estómago con la diestra.
¤ Hachi ¤ Abeja - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 40 - Gastos: 5 CK (golpe) - Daños: 8 + Destreza/10 - Resistencia del oponente/10 por golpe - Efectos adicionales: El usuario será capaz de lanzar un máximo de (Destreza/10 + Agilidad/20) golpes, con un máximo de 8. - Sellos: - - Velocidad: Moderada (activación), Rápida (golpes) - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario, luego de tomarse un par de segundos para concentrar su chakra en sus cuatro extremidades, se lanza hacia su rival para golpearlo con gran agilidad mientras se mueve alrededor suyo y lo persigue. Con la contra de que para poder conseguir tal agilidad en pies y manos tendrá que sacrificar una gran cantidad de fuerza por golpe, aún así estos golpes no son inesquivables o imbloqueables, pues la fuerza de esta técnica no reside en su velocidad neta, sino en el poco tiempo de recarga que hay entre cada golpe y los distintos ángulos en los que se pueden lanzar.
Mientras dure la técnica, las extremidades del usuario dejarán escapar un aura del color de su chakra que parecerá estar ardiendo.
¤ Ushi no totsugekii ¤ Embestida del toro - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Taijutsu 25 - Gastos: 30 CK - Daños: 50 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: 5 metros
Esta técnica consiste en acumular una gran cantidad de chakra visible en la pierna y el puño de un lado del cuerpo, impulsándose con la pierna cargada de chakra y golpeando con el puño, liberando todo el chakra que tenía acumulado. Es posible realizar la técnica una segunda vez, utilizando las extremidades del otro lado, aunque el gasto de chakra puede agotar al ejecutor.
Posibles: 50 PV Ushi no Totsugeki
Recibidos: 15 de puñetazo, 6 de patada bloqueada (luego de bonos de Resistencia)
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!