Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
El Uchiha emitió un suspiro de sincero abatimiento cuando Rōga le cuestionó sobre sus planes para con la muchacha. No sólo el joven Akame no tenía un plan, sino que además carecía por completo de los medios para proporcionarle una salida de Murasame o siquiera una vía de sustentarse por sí misma. «Y para más méritos, es ciega. Rōga tiene razón, esta chica está jodida... Me cago en todo.» Sin embargo, notó un extraño sentimiento de orgullo florecer en su pecho; no iba a darse por vencido tan fácilmente. La empatía que sentía por Okawa debido al hecho de que ambos habían sido niños puestos al servicio de una causa ajena y torturados con estrictos regímenes de entrenamiento pesaba demasiado. Akame sólo tenía clara una cosa.
«No voy a abandonarla.»
Finalmente, habló.
—Por que vengan a buscarla no me preocupo. Mientras esté conmigo, nadie le va a tocar un pelo —aseguró, firme—. Sí, la muchacha no puede ver, pero alguien con sus habilidades podría hacer mucho bien. Ella es... capaz de sanar algo más importante que el propio cuerpo. Su don le permite sanar el espíritu.
Luego Rō le expuso su plan para conseguir víveres durante, al menos, el corto plazo. Akame asintió, conforme. «Es una buena idea, y no creo que tengamos muchas más alternativas.»
—Me parece un buen plan, Rōga-san. Ningún lugareño debería tener razones para desconfiar de nosotros, sino más bien para estar agradecidos —respondió el exiliado—. Sin embargo... Creo que Okawa no estará segura mientras se quede aquí, en estos bosques. Cerca de Murasame. Por cómo hablaba de su destino, y por la actitud de los lugareños para con el ritual, dudo que sea posible convencerlos de otra cosa. Además, hay... Hay alguien más que la está buscando. Una persona, o varias, se escabulleron para tratar de llevarla en mitad de la noche, asesinando a algunas de esas monjas de paso.
«Rōga-san tiene razón... Debemos averiguar quién la busca, por qué, y si procede, librarnos de ellos. De otro modo, no existen garantías de que Okawa esté a salvo por muy lejos que la llevemos.»
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
—Verga, si hombre, ya te entendí por enésima vez que ella es la nueva mesías del mundo— Y sin embargo, no pasaba por alto la vehemencia con la que Akame pregonaba que ella era especial.
"Y eso también explicaría porqué alguien estaría detrás de ella." Para como sonaba, era una habilidad que se podía usar de muchas maneras. Tanto para el bien, cómo para el mal. La prioridad, era que los que quisiesen lo segundo no lograsen lo segundo.
Sonrió y dio un brinco para darle una suave palmada en la espalda al Uchiha.
—¡Esa es la actitud! Con iniciativa— Mucha confianza e invasión de espacio personal, pero ya era costumbre en él. Se cruzó luego de brazos. —Da igual quién esté detrás de ella, solo con ese precedente es que no tienen buenas intenciones. Por ahora enfoquémonos en nuestro mañana más cercano y ya si eso luego en una solución.
Justo notarían que estaban por llegar a lo que parecía ser un agujero en la ladera. Demasiado grande para una madriguera y demasiado pequeño para una cueva, pero perfecto para esconder a un niño como Kiyoshi.
—Esa debe ser su guarida— pensó en voz alta observando aquella entrada con hojas y cañas enmarañadas en sustituto a una puerta.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
Akame no dijo nada ante la contestación de su joven e impulsivo compañero, dejando que una de sus cejas mostrase ligeramente la molestia que estaba empezando a provocarle la actitud rebelde de aquel muchacho. Al principio lo había encontrado ocurrente y divertido, suficiente para entretenerse durante un rato, pero llegados a aquel punto el hábito de Rōga comenzaba a irritarle. «Es un jovenzuelo, probablemente un genin a juzgar por el poder de su chakra, y se permite comportarse como si fuera el maldito Arashikage», se quejó para sí el Uchiha. Sin embargo, Akame sabía que Rōga era un potencial aliado muy útil en el entuerto en que acababan de meterse, y no planeaba ponerlo en su contra a la primera de cambio.
En esas estaban cuando Kiyoshi les condujo hasta lo que —probablemente— era su escondrijo; apenas una grieta en la roca de la pared montañosa. Akame se acercó con paso seguro pero precavido, consciente de que la impaciencia de su Kage Bunshin —que en realidad era la suya propia— al tratar con Kiyoshi le había valido la desconfianza de éste.
—¿Es aquí, Kiyoshi-san? —quiso saber el exjōnin—. Okawa, será mejor que te resguardes aquí por el momento. Rōga-san y yo podemos ir al pueblo a buscar algo de comer y beber. Pero antes necesito preguntarte otra vez... ¿No tienes idea de quién puede estar detrás tuya?
El renegado volvió para mirar al de la Tormenta, interrogante. ¿Estaba dispuesto a comprometerse de verdad?
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El mutista selectivo asintió con una mirada de pocos amigos, removiendo los obstáculos para poder dejar pasar a la muchacha quien tanteó un poco con su bastón antes de girarse a Akame con la cabeza.
—Está bien, esperaré aquí, que de todas formas no tengo ningún otro lugar a dónde mas ir— parpadeó durante la pausa de Akame, limitándose luego a negar con la cabeza. —En lo absoluto.
—Tu tranquila, ya verás como todo se va a arreglar— sonrío mostrando la dentadura.
—¿Te he dirigido yo la palabra antes?— dijo molesta.
—Uy, perdón por ser amable y preocuparme, pues— dijo risueño mientras se daba la vuelta echando a andar de regreso por donde vinieron.
Se alejaría, no sin antes ver de reojo al Uchiha, sintiendo aquella suspicacia de nuevo en su cuello. —Ven, que tenemos que hablar— Empezaría a retornar.
Estando ya algo lejos de la guarida, más cercano al sendero donde todo dio inicio. Voltearía a verle sin interrumpir su paso.
—¿A que viene ese recelo tuyo conmigo?— Sin rodeos, sin adornos, martillando el centro del clavo. —¿Ya no te gustó tanto la idea al darte cuenta de que soy ninja? Por favor nene, mírate al espejo. Eres la última persona que tendría derecho de andar sospechando cosas de los demás. Hablemos esto como la gente civilizada, que andar con indirectas no es lo mio y tampoco quiero estar en medio de un ambiente tenso por puras especulaciones que no vamos a resolver nada así— Se quitó el kasa y lo ajustó a la espalda, colgando con las demás cosas.
No pretendía sonar agresivo. Al contrario, quería dialogar y aclarar las cosas.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
Akame se mantuvo en silencio mientras Okawa y Rōga llevaban a cabo un breve pero nada amistoso intercambio de palabras. «Era de esperar, la altivez de ella choca frontalmente con la impulsividad de él», se dijo el Uchiha, meneando ligeramente la cabeza con resignación. Luego, siguió al ninja de Amegakure de vuelta al sendero principal. Akame quería hacer algo respecto al plan —no confiaba en Kiyoshi, y mucho menos pensaba que Okawa estuviera segura allí—; si alguien les había seguido, era una necedad dejar a los dos mozos solos en mitad del bosque.
Sin embargo, antes de que tuviera ocasión de ejecutar una medida de vigilancia preventiva, Rōga le asaltó con varias cuestiones. «¿"A qué viene ese recelo"?» Akame parpadeó un par de veces, sorprendido por la brutal honestidad del ninja, que no sabía si catalogar de ingenio o ingenuidad. El renegado se cruzó de brazos, serio.
—¿Qué mosquito te ha picado? —replicó, tajante—. No sé a qué recelo te refieres, pero en la vida de un ninja hay muchos momentos de tensión. Eso es algo con lo que vas a tener que aprender a vivir, "futura estrella musical" —apostilló—. No me malinterpretes, soy la última persona que podría culpar a alguien por querer poner tierra de por medio entre él y toda esa sarta de tonterías del Camino del Ninja, pero si lo que pretendes es que confíe mi vida a un shinobi extranjero y extraño, vas de boca y cuesta abajo.
El propio Akame no tenía intención alguna de poner mala relación entre ambos, y sus palabras eran sinceras; aunque fuesen duramente sinceras.
—Mira, Rōga-san... Mi objetivo ahora mismo es poner a esta chica a salvo. Parece que el tuyo también, y también entiendes que tendremos más posibilidades de éxito si colaboramos. En eso estoy de acuerdo —agregó finalmente, tratando de quitarle hierro al asunto—. Simplemente hagamos eso, imagina que estás en una de tus misiones. Seamos profesionales y todo saldrá bien.
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
"Vaya tara tiene este sujeto con los ninjas" Tenía curiosidad, pero dudaba que le fuera a contar nada, ya que parecía ser algo muy personal de él.
—Por favor, no me salgas con ese cuento. No creas que no lo sé— Para su edad, se había metido en muchos más problemas de los que debería. —Al contrario. Es justamente por las veces que me han mentido, que me gusta confiar en las personas— pronunció con convicción. Algo muy contradictorio para cualquier persona normal, pero recordemos que él era todo menos eso.
En cuanto escuchó la palabra "profesional", se recordó de los centenares de sermones de su abuelo y del porqué los odiaba.
»Ni mi sensei me regaña como tú... ¿Sabes? Odio los protocolos. No me gusta amargarme la vida por cómo debo hacer las cosas. Por lo mismo, si llegase a tomarme esto como una misión me rompería la cabeza. Lo hago, porque tengo la buena fe de ello. También me gustaría que si vamos a cooperar, fuese de buena voluntad y no por la conveniencia. Nada más que bilis sale de forzar las cosas a rajatabla.
Sonrió.
Pero no confiado, sino condescendiente.
Además, aunque fuese una misión de verdad, no iba a dejar de pensar o hacer pendejadas. Eran inherentes a él.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
«Por los putos cuernos de Susano'o, este muchacho es exactamente lo que cabría esperar de un ninja de Amegakure. Indisciplinado, rebelde, impulsivo, ingenuo... Veo que en la Aldea no han cambiado sus métodos de reclutamiento. ¡Me cago en todos los dioses! Parece que los sacan de una cadena de montaje.» Akame negó con la cabeza no sin cierta resignación, y una parte de su antiguo orgullo de Uzu quiso que Rōga fuese un ninja del Remolino. «Todo habría sido más fácil», se lamentó el Uchiha.
—Buena mierda de profesión has escogido para odiar los protocolos y tener tantas ganas de ir a tu aire —apostilló el renegado sin ningún tipo de vergüenza—. Espero que no tengas familiares que te vayan a llorar, porque en ese plan, vas a durar bien poco como ninja.
Akame quiso decir más, pero se contuvo. Al fin y al cabo, el adoctrinamiento de las Aldeas era algo que él había llegado a aborrecer; ¿por qué empeñarse en corregir el comportamiento de un genin según sus antiguas ideas? Ahora no era un jōnin, sino una persona libre. Podría hacer las cosas de otra manera, incluso aunque los viejos comportamientos pesaran en su espíritu.
—¿Sabes qué? Olvídalo —se corrigió—. Simplemente hagamos esto bien y punto. Me la trae floja cómo quieras afrontarlo siempre que no la jodas.
El Uchiha realizó el sello especial de la técnica de Clonación de Sombras, y una copia idéntica a sí mismo surgió junto a ambos ninjas.
—Vuelve donde Okawa y Kiyoshi, vigila el lugar sin que te vean —ordenó a su Kage Bunshin. El clon asintió, diligente, y desapareció entre los bambúes, en dirección a la grieta en la ladera donde ambos niños se ocultaban.
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
—Ajá...— Asintió lentamente sin darle demasiada importancia al regaño en sí, tratando de comprender la situación que ahí estaba ocurriendo.
Vaya escena la que se había montado. El ninja, el leal. Ergo, el que tenía que poner el ejemplo de la disciplina y el orden era el que rebosaba de juvenil rebeldía. Entonces el extraño, el exiliado. Aplicando una lección moral sobre responsabilidad por sobre el el genin como un terrible juez. "¿En qué momento el mundo se puso de cabeza?" Una situación irrisoria y cargada de una ironía que sólo la vida podía armar, bajo extrañas circunstancias que el capricho de la suerte armó. "Este tipo es más recto que una regla." Aquello se le antojaba curioso, porque distaba totalmente de la mayoría de estereotipos que podrían tenerse de lo que era un "criminal". Si bien, mantenía algunos aspectos también propios de quién se mueve bajo la ley, ese sujeto era mucho más de lo quería dar a entender.
—Seeee— Negó con la cabeza y suspiró, risueño. —Va a salir bien— Aquello no era una suposición, era una afirmación. No sabía como, pero iban a lograrlo.
Observó al clon irse, tratando de adivinar las intenciones de Akame.
—¿No confiarías ni en tu reflejo en el espejo, verdad?— se llevó las manos a la cintura.
Más pronto que tarde llegaron de nuevo a la zona del incendio, donde ahora sólo quedaba una gran zona despejada, mientras unos cuantos de los aldeanos que regresaron con refuerzos intentaban sofocar el último foco, el cual se limitaba a pilas negruzcas y humeantes de cañas apiladas. Fue entonces el Yotsuki el primero en saltar para interpelar a los hombres.
—¡Genial! Sabía que funcionaría— caminó rodeando la zona.
—Pero tuvimos que talar parte del bosque sagrado...— dijo un hombre con un cubo de agua en mano.
—¿Entonces preferías que se quemara todo?— Giró su cabeza.
El hombre sólo agachó la mirada, echó el cubetazo de agua entre las carbonizadas cañas y se dio la vuelta, recogiendo su machete.
—Ustedes— Se acercó un sujeto vestido con una yukata de festival muy fina. —¿Son forasteros? Muchas gracias por echarnos una mano aquí— Hizo una profunda reverencia. Era un hombre que rondaba los veintisiete años, peinado formal y actitud formal. —¿Kiyoshi huyó?— Preguntó alzando la vista de inmediato.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
5/05/2019, 21:04
(Última modificación: 5/05/2019, 21:06 por Uchiha Akame. Editado 1 vez en total.)
El ex jōnin contuvo un suspiro aliviado cuando Rōga simplemente asintió con jovial indiferencia; «al menos no se ha ofendido, habría sido una auténtica lata tener que lidiar con un conflicto interno de esta alianza provisional antes de ponernos manos a la obra para sacar a Okawa de aquí», se dijo Akame, aliviado. Luego de las últimas palabras del amejin, el Uchiha simplemente se limitó a sonreír a medias.
—La confianza es un lujo que algunos no nos podemos permitir —replicó, encogiéndose de hombros.
Cuando volvieron al camino, la situación parecía estar controlada y los aldeanos estaban fuera de peligro. «Rōga-san hizo un buen trabajo conteniendo ese fuego.» El ninja y el ex ninja se acercaron a los lugareños, que todavía trataban de sofocar parte de las llamas; entonces uno de ellos se les acercó, y Akame no pudo evitar observar que iba bien vestido, como cabía esperar para participar en un rito tan importante. Al ser interpelado, el Uchiha se limitó a ajustarse el kasa y mirar al aldeano por debajo del mismo con sus ojos oscuros donde ya no relucía el Sharingan.
—En efecto, lo somos —respondió, sincero—. Y no hay de qué. Un fuego en este lugar tan hermoso podría hacer mucho daño —agregó—. Si por "Kiyoshi" se refiere al pequeño pirómano, sí, huyó. Se introdujo en el bosque y nos dio esquinazo entre los bambúes, parece que conoce bien la zona.
Akame sabía que era pésimo mintiendo, por ello aplicaba un truco aprendido del mayor maestro Mentiroso de Oonindo; Datsue, su antiguo Hermano. Un poco de verdad en cada embuste lo hacía todo algo más creíble.
—¿Pueden sofocar ese fuego? De ser así, nosotros marcharemos al pueblo. Estamos cansados del viaje, y necesitamos descansar y comer.
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El Yotsuki siempre buscaba sacar una enseñanza de las cosas, algo que aprender, algo útil. Podía ser banal, o indiferente para la mayoría. Pero tomó una decisión muy firme luego de observar la actitud de Akame. "No voy a terminar amargándome la vida como este sujeto. Amenokami no lo quiera." Demasiada seriedad para su cuerpo.
—¡Cla-claro!— El sujeto les miró de arriba para abajo, frotándose las manos con nerviosismo. —Pueden ir con calma— Pese a decir aquello, lucía algo incómodo ante el aspecto de los forasteros.
Rōga se percató de inmediato de ello. Estaba más que acostumbrado a las miradas prejuiciosas, al punto que eran lo más normal del mundo en su día a día. Por una vez, tenía la intención de sacar provecho de ello.
—Ohhhh~ Es usted tan amable, por brindarnos comida y un lugar para hospedarnos— Tomó las palabras de Akame para tergiversarlas a su favor con la respuesta positiva del sujeto.
—¡Alto! ¡Yo no-!— empezó a sudar a mares.
—¿Me está diciendo que no va a recompensarnos por haberles salvado la vida a ustedes y a los bambués sangrados? ¡Que falta de respeto retractarse de esa forma!— Torció el gesto en falsa seña de enojo, viendo amenazante de reojo al sujeto.
El hombre pro su lado se quedó tratamudo sin pronunciar nada ininteligible. ¿Cómo iba a decirles que era un malentendido? ¡Que eran shinobis y podían ponerlo en un aprieto! En especial cuando los dos parecían asaltantes de caminos, lo mejor era llevar la fiesta en paz.
—¡No no es eso!— Alzó ambas manos en gesto conciliador. —Pueden hospedarse en el Hostal de la Flor del Otoño. Sólo, sólo déjenme hacer unos arreglitos, ¿sí? Explic- Fue interrumpido por un joven Yotsuki que ya había pasado a su lado y le dio palmadas en la espalda.
—Tómese todo el tiempo del mundo— sacudió la cabeza y se fue andando, riendo de forma sórdida por lo bajo.
El clon ya estaría regresando a las inmediaciones de la guarida de Kiyoshi, con el habitual silencio del viento y los ocasionales ruidos de animales que se llegaban a perder de forma lejana entre los bambúes. Sería entonces, cuando escucharía nuevamente la tonada que inició todo aquel dilema.
Aquella frágil cancioncita no tenía una melodía especialmente pegadiza, ni tampoco es que la letra fuese profunda o sentimental. Simplemente, estaba ahí. Pero había una carga emocional en ella, que hacía temblar al escucharla. Una pureza que daba resquemor de ser tan real, pero que invitaba a creer.
Tomaré una flor roja
Para dársela a ella.
Y la colocaré
En sus cabellos.
Una flor roja, una flor roja
En sus cabellos
La flor florecerá y brillará con el sol
Tomaré una flor blanca
Para dársela a ella.
Y la colocaré
En sus cabellos
Una flor blanca, una flor blanca
En sus cabellos
La flor florecerá y brillará con el sol...
Brillará con el sol...
Ahora podía ponerle nombre a la voz de esa canción, y ese nombre era Kiyoshi.
Lejos de quedarse resguardados como les había indicado, ambos estaban sentados fuera del lugar, en una roca sobresaliente no muy lejos de la gruta. El chico cantaba estando de espaldas a la muchacha, mientras ella tenía los ojos cerrados y lucía el rubor robado de las flores en sus mejillas del marfil de los palacios. No les importaba el peligro de exponerse con aquello; era muy difícil contener a dos corazones enamorados.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
Akame se carcajeó sin complejos cuando Rōga enredó a aquel aldeano para poner en su boca palabras que no había dicho y sonsacarle una invitación a cena y cama como si de una prostituta barata se tratase. «¡Coño! Este muchacho se llevaría bien con cierto Uchiha que yo conozco muy bien, casi parece su pupilo», se dijo el renegado con una mezcla de dolor y nostalgia. Mientras saboreaba aquel recuerdo agridulce, observaba a niño y hombre resolver el asunto. Cuando el segundo se hubo marchado ante la mirada triunfante de Rōga, Akame se acerco a éste y le agradeció el hecho.
— Veo que tienes buenas habilidades con la gente. Tendré que agradecerte por eso, pero no creas que he olvidado nuestro trato —puntualizó el Uchiha, con una sonrisa maliciosa—. Una comida por una historia. ¿No?
Entretanto, el Kage Bunshin había desandado sus pasos para volver hasta la grieta en la ladera que debía servir de escondite a los dos muchachos. Cuando los versos de aquella canción tan hermosa llegaron a sus oídos, el clon no pudo evitar reconocerla y extrañarse; ¿sería un indicativo de que quien quiera que estaba persiguiendo a Okawa andaba cerca? ¿O tal vez las monjas del templo les habían encontrado? Súbitamente preocupado, el Akame falso aceleró el paso para llegar hasta el lugar, donde encontró...
A ambos muchachos tranquilamente sentados afuera de la cueva, Kiyoshi cantando y Okawa escuchándole en silencio. De momento le entraron ganas de irrumpir en escena y molerlos a golpes a los dos por atreverse a desperdiciar con tanta facilidad todo el esfuerzo que Akame y Rōga habían hecho por ayudarles. Sin embargo, se contuvo. Aquella imagen le evocaba una nostalgia muy dolorosa, el recuerdo de una muchacha de ojos dispares y melena blanca. Quiso apartarlos de su cabeza, pero... «Este dolor es todo lo que me queda de ella», se dijo, mientras se pasaba la mano zurda por la singular pluma azul que adornaba su oreja izquierda.
Salió de entre la maleza unos momentos después —cuando el joven terminó su canción—, con los brazos en jarras y la mirada severa. Dedicó un vistazo a los dos muchachos.
— Vaya, esta me parece una manera muy romántica de juguetear con los esfuerzos que nosotros estamos haciendo para ayudarles.
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
—Y yo te dije que era mejor que valiese la pena— Ignoró el intento del Uchiha por hacerse el interesante con su enigmática sonrisa. —No vaya ser que me aburra y me levante de la mesa olvidándome de pagar la cuenta~ Dio saltitos mientras seguía riendo entredientes. Intenta tontear al Yotsuki, y este seguramente se las arreglará para darte la vuelta a la tortilla.
Se sintió muy aliviado cuando regresaron al pueblo y finalmente pudieron adentrarse en el mentado hostal. "Demonios, nos pasamos mucho de la hora del almuerzo." Se trataba de un hostal con taberna, con un estilo de casita tradicional japonesa. Tanto mesas como sillas estaban elaboradas en bambú, incluso las barras de las ventanas eran de bambú. Un ambiente que imitaba la sensación de paz del bosque que le rodeaba, aunque ya casi no quedaban comensales en la sala principal. En su lugar, un anciano conserje se dedicaba a trapear el suelo del humilde local.
—¡Hey!— Corrió hasta donde estaba el viejo. —¿Aún están sirviendo? Aunque esté frío, es sólo que me muero de hambre.
—¿Eh?— Era un hombre de piel blancuzca, ojos rasgados muy pequeños y postura encorvada. Sus ropas eran un kimono azul desteñido y hakama blanco. Sus canas estaban muy marcadas, al igual que la pronunciada calva sobre su cabeza, dejando únicamente cabellos en la nuca y los costados de la cabeza. —Pueden sentarse y ver el menú, yo avisaré a la muchacha en la cocina— se dio la vuelta con extrema parsimonia, aunque a su edad exigirle más velocidad era casi inhumano.
El genin negó con la cabeza y se fue a sentar a una de las tantas mesas que estaban junto a las ventanas, deseando que al aire del exterior le refrescara mientras tomaba la carta e iba posando sus ojos por sobre esta, alzando más a y más las cejas conforme avanzaba entre los platillos.
—¿Es que esta gente vive en dieta permanente?— le arrojaría el cartón al Uchiha a donde él estuviese.
Fideos de arroz, sashimi, pechuga de pavo al vapor, sopa de miso. Ni siquiera usaban pan con gluten, sino que tortillas de harina de maíz. Todo muy saludable y bueno para el cuerpo. "Pero joder, que necesito calorías". Esperaba que al menos les dieran aderezo para sazonar.
—¿EEEEEEIIIIN?— Y de pronto sus mejillas de blanca nieve se tiñeron con el escarlata de las pascuas, que aún en su momento más vergonzoso no dejaba de ser un avatar de la belleza. —Ay, ¿cuando? No te vi venir, quiero decir, ay...— No lo decía literalmente, pero era cierto que en su distracción ni siquiera se percató de la presencia del vendado al estar concentrada en escuchar la canción de kiyoshi. —¿Kiyoshi? ¡KIYOSHI!— se volteó rápidamente cuando.
¡PLOC!
El sonido de un cuerpo, cayendo rígido de espaldas contra el suelo. El muchacho se terminó desmayando de la impresión. No le gustaba que le oyeran hablar, y darse cuenta de que Akame le escuchó cantar era más de lo que sus nervios podían soportar.
—¡Ay!— La muchacha se cubrió la cara con ambas manos.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
El Uchiha se encogió de hombros por enésima vez desde que había conocido a Rōga; «menudos humos tiene, sin duda.» Aquel era probablemente el genin más peculiar que Akame había conocido nunca, y aunque manifestaba encajar en los prejuicios que el renegado tenía sobre la gente de la Lluvia, también tenía un carisma atípico y una forma de hacer las cosas que, a ojos del shinobi, evidenciaban un corazón bondadoso. «Si es que eso es posible en un ninja, claro», se replicó a sí mismo luego.
— No creo que pudieras escapar de mí aunque quisieras —se limitó a apostillar el shinobi con palpable calma. «Coño, menudo crío. Su sensei debe estar tirándose de los pelos.»
Cuando ambos finalmente entraron en el hostal, Akame tomó asiento en la misma mesa que Rōga con un suspiro cansado. Lo que en principio había comenzado como un descanso en el camino rápidamente había significado que ambos estaban envueltos en una trama de sectas, niños con poderes milagrosos —y eso ya era decir mucho, teniendo en cuenta que los dos muchachos estaban familiarizados con el Ninjutsu— y secuestradores. El Uchiha se quitó tanto la espada que llevaba a la espalda como el kasa que le cubría la cabeza con notoria tranquilidad, dejando la primera apoyada sobre la mesa y el segundo encima de la misma, junto a él. Rōga podría ver entonces con claridad la pluma azul eléctrico que reposaba entre las vendas de la oreja izquierda de Akame, una nota colorida en su figura más bien poco llamativa. Mientras el Yotsuki se hacía entender con el mesero, Akame sacó un cigarrillo de su tabaquera y lo prendió con un fósforo de la cajetilla que guardaba en uno de los bolsillos interiores de su yukata. Pitó un par de caladas y echó el humo, disfrutando del sabor amargo.
Sus ojos bajaron a la carta con curiosidad —todo el jaleo con Okawa y la comitiva le había dado más hambre de la que ya tenía—, sólo para comprobar que lo que decía Rōga era cierto; «joder, todo esto tiene menos sabor que un ladrillo.» Con cierta molestia —mitigada por el hecho de que iban a invitarles a la comida—, Akame devolvió la carta a su interlocutor.
— No quiero aprovecharme de la cortesía de esta gente, pero creo que voy a pedir dos de cada plato con tal de saciarme —aventuró, con una sonrisa socarrona—. Yo voy a tomar una ración de sashimi y otra de pollo al vapor. Ah, y pregúntale si tienen algún tipo de sake o licor local, que parece que te llevas bien con él.
Akame —o mejor dicho, su Kage Bunshin— se llevó una mano a la frente en claro gesto de resignación. No sólo los muchachos se exponían a cualquier peligro estando allí fuera, sino que además Kiyoshi parecía completamente incapaz de defenderse siquiera a sí mismo. El Uchiha suspiró, resignado, y se limitó a tratar de cargar el cuerpo inconsciente del joven sobre sus hombros, de forma que pudiera transportarlo al interior de la gruta.
— Venga, vamos. Aquí fuera llamaréis la atención tarde o temprano —instó a la mucacha.
Tras internarse en la grieta, el Kage Bunshin trató de depositar al niño inconsciente en el suelo, con la espalda pegada a la pared rocosa de forma que estuviese parcialmente incorporado. Luego se volvió hacia Okawa.
— Realmente este chaval tiene un problema con su voz, ¿eh? —dijo finalmente el ex jōnin—. Aun así, canta excelentemente bien. Quizás tendría un porvenir fuera de este bosque como artista, conozco a alguien que podría darle algunos consejos sobre imagen y autoestima —agregó, pensando inevitablemente en King Rōga.
— Quizás vuestro futuro lejos de Murasame no sea tan negro como pensaba.
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
6/05/2019, 21:30
(Última modificación: 6/05/2019, 21:32 por King Roga. Editado 1 vez en total.)
—Estaba pensando justamente lo mismo. Es más, quién sabe y me aviento una tercera ración. ¡Que soy un niño en crecimiento maldita sea!— Soltó un suspiro largo.
—¡Y los niños en crecimiento necesitan comer sano!— Dijo otra niña que no pasaba del metro con cuarenta.
Estaba vestida con una yukata simple de color purpóreo y obi en azul eléctrico vivo, sus cabellos eran de un antinatural color turquesa que le llegaban apenas a los hombros y sus ojos dos hermosas piedras preciosas de aguamarina. Llevaba un pequeño sombrerito de paja con una cinta del mismo tono azul del obi, resaltando dos colitas que sobresalían por dos agujeros en el sombrero y unas zapatillas en color negro y calcetas blancas que complementaban su parte inferior. Akame y Rōga tendrían la misma sensación que con Ōkawa. Les estaba viendo, aunque los ojos de aquella niña no parecían ser reales. Brillaban de forma vítrea, en el sentido más literal de la palabra.
"Pero qué mierda con esta niña..." Era tierna, atrozmente linda. Que aún con esa expresión de enojo te daban ganas de darle un abrazo.
—¡Ordenen algo pues! Ya había terminado de servir almuerzo y ustedes han venido a darme más trabajo— Si alguien tuviera que calcular, ella no pasaba de los ocho o de los nueve años.
—Dos raciones de sashimi y dos de pechuga para mí y mi compañero— Se adelantó pidiendo también en nombre de Akame. —Y trae el aderezo más fuerte que tengan, por favor— Aclaró, por si hacía falta. —¡Ah! ¿Y que hay de beber?— Casi se le olvidaba.
—Par de tragones— admitió con punzante sinceridad. —Yo les recomendaría agua pura, porque si no van a saturarse el aparato digestivo— iba apuntando en su libreta.
—Agradezco la recomendación, ¿pero que no al cliente se le da lo que pida?— Se puso en el borde de la silla, sujetando el filo de la mesa con las manos mientras él inclinaba el cuerpo hasta la niña, sonriendo un tanto irritado con los dientes apretados.
—Tienes razón— Agachó la cabeza en señal de disculpa. —Díganme que desean tomar y veré si tengo.
La cueva era mucho más grande de lo que pudiera parecer desde afuera. En realidad, era tan alta que Akame no tendría problemas para quedar de pie. ¿Cuanto tiempo te toma escarbar algo así con herramientas rústicas? Pues, parece que Kiyoshi tenía tiempo de sobra en ese sentido. Había una mesita improvisada fabricada en bambú, con una pequeña vela que alumbraba el interior. También tenía una hamaca improvisada en hojas de palma y algunos utensilios como una cantimplora en tallo grueso de caña. En fin, todo aquello que alguien que vive como un ermitaño podría llegar a fabricarse con su entorno. Incluso una gran colcha, en pieles de macacos cosidos de mala manera.
Lo único que podía llegar a ser incómodo, era el aroma a pólvora proveniente del fondo. Un pequeño traste de piedra con distintos polvos metálicos y sustancias poco reconocibles, además de distintas laminas de hojas de colores. Incluso los pirotécnicos eran trabajo artesanal.
—¿Estás loco? No puede ni hablar con una persona cara a cara, ¿y quieres que cante enfrente de una muchedumbre?— la muchacha tanteó la zona y se sentó sobre lo que parecía ser un cojín de piel de mono relleno con plumas de pato. —Quiero pensar bien a donde podríamos ir, porque seguramente esta misma noche la duodécima ordene a los aldeanos hacer una ronda para buscarme.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 30
Exp: 45 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue 40
· Pod 80
· Res 40
· Int 100
· Agu 60
· Car 40
· Agi 70
· Vol 60
· Des 70
· Per 60
«¡Epa! ¿Qué, esta muchachita no es algo joven para estar trabajando en la cocina?»
Akame recorría la figura de aquella niña, curioso, mientras ella y Rōga intercambiaban mordaces reproches acerca de la cantidad de comida que los dos viajeros habían pedido. Su atención se detuvo en los ojos de la cocinera, extrañamente vidriosos, como cristales que reflejaran la luz del mar. «¿Significará algo? Ya me ha quedado claro de sobra que en este pueblo perdido de la mano de los dioses, pocas cosas son lo que aparentan», se dijo el Uchiha. Sin embargo, no verbalizó sus pensamientos. En su lugar, se limitó a dar otra calada al tabaco y luego echarle el humo en la cara a Rōga —con poco disimulo, pero el suficiente para que pudiera pensarse que aquello era un mero despiste—, tan sólo por picar al amejin.
— ¿Tenéis algún sake o licor típico de aquí? —quiso saber—. Un buen sake puede ser más digestivo que cualquier otra bebida, muchachita.
En caso afirmativo, el viajero pediría...
— Una botella pequeña. Y dos vasos —añadió, sin preguntar ni mirar siquiera a Rōga. «Veamos si tienes tantas pelotas para beber como un hombre, ya que fardas como tal», pensó con cierta guasa y malicia el viajero. Él mismo era joven aún para beber, pero su vida en la indigencia en Tanzaku Gai le había curtido. Ya antes, cuando era un shinobi del Remolino, gustaba de beber cerveza con su antiguo Hermano.
Con una sonrisa zorruna, Akame fumó otra calada del cigarro y expulsó el humo por la nariz como un horno.
El Kage Bunshin de Akame se cruzó de brazos, tan inflexible como su original; y de pensamiento igual de racional y metódico. A sus ojos, una fobia como la de Kiyoshi no era más que una pamplina superflua cuando se trataba de sobrevivir. Los que se adaptaban vivían, los que no, morían. Bufó, contrariado.
— ¿Y es que acaso alguno de ustedes dos piensa que van a poder sobrevivir ahí fuera cargando con semejantes taras? —preguntó, brutalmente honesto—. Te diré algo, Okawa. Oonindo es muy grande más allá de los matorrales y los bambúes, pero no hay en toda su extensión un lugar apropiado para los pusilánimes. Si queréis salir de esta y lograr una vida mejor, ambos vais a tener que hacer esfuerzos; Kiyoshi el primero. Así que os recomiendo que vayáis abandonando esa forma tan pueril de ver el mundo porque allí afuera a nadie le va a importar una mierda si tu amigo tiene complejo.
El Kage Bunshin cruzó de brazos y quedó apoyado en la pared de la roca, junto al inconsciente Kiyoshi. Bajó la mirada, como si buscara algo entre sus propios pies.
— Por los aldeanos no te preocupes. Como dije, mientras yo esté con vosotros, nada malo os va a pasar —luego añadió—. Eso sí, me gustaría que no os expusiérais a campo abierto y llamando la atención todo lo posible cada vez que me doy la vuelta. Sería todo un detalle si pudiérais tener algo de discreción. Ahí fuera no abundan los tipos como yo, sino más bien lo contrario —de tanto que empatizaba con Okawa y de la misión personal de ponerla a salvo, que Akame había hecho suya, el Uchiha estaba empezando a ser tan duro con ella como acostumbraba a serlo consigo mismo—. ¿Has pensado en ir a Yugakure no Sato? Es un lugar bastante turístico y al mismo tiempo alejado de las tensiones entre los grandes países...
|