Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Los ninjas no dieron lugar a réplica. Fue así porque así debía ser. Escondidos en alguna rama gruesa esperaban el momento de entrar en acción. Abajo , en la superficie, aquellos pobres desgraciados confiados a la suerte de aquella misteriosa mujer discutieron durante unos instantes para finalmente acatar los deseos de la expedición kusajin.
— No está — musitó la jōnin.
En efecto, parecía ser así. Aquellos tipos llamaron a la puerta varias veces y, desde su interior no había ningún signo de haber vida. Incluso llegó un momento en el que uno de ellos se giró, mirándonos, como queriendo decir que que había que hacer.
— Igual habría que esperar un poco más. el tipo dijo que faltaba una hora para la entrega
— Supongo que si, esperaremos
¿Qué otra cosa podían hacer? Hice chasquear mis dedos y miré a Kumopansa con una mirada de aquellas que valían más que mil palabras. De hecho no hizo palabra alguna para que el arácnido supiese lo que tenía que hacer y bajó por el tronco del árbol hasta llegar a los bandidos.
— Oe, chavalotes, esperaremos hasta que la tipa regrese
Tras ello, el animal volvería a esconderse entre la maleza del bosque.
2/07/2020, 19:51 (Última modificación: 3/07/2020, 06:16 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.
Razón: Cambio de color de diálogo
)
La preocupación crecía exponencialmente en los rostros de los bandidos. Reaccionaron con algo de miedo a la araña parlante, pero la escucharon.
—O-oi… —Le dijo uno de los hombres al arácnido —. ¿Q-qué garantía tenemos d-de que saldremos bien? Si Iwada intenta hacernos algo… nos ayudarán, ¿verdad? Porque les hemos ayudado, ¿verdad? ¿Verdad?
Parecía que todos compartían tal interrogante. Sin embargo, antes de que pudiesen decir algo más, o incluso antes de que Kumopansa pudiese responder, algo hizo que se tornaran lívidos.
Hubo ruido en el bosque. Era leve, pero audible si se estaba relativamente quieto. El ruido característico de una persona caminando entre plantas y hojarasca. Los bandidos giraron la cabeza con suma lentitud y, del lado opuesto a donde estaban los ninjas, pudieron ver una figura que se movía pesadamente, sin prisa ni pausa. Iba encapuchada, con la capa encima, y parecía arrastrar un gran saco. Kumopansa, al estar con los hombres, podría verla también, mientras que a sus compañeros, en lo alto, les costaría un poco más apreciarla, a pesar de la luz lunar que bañaba el área.
La figura se detendría en seco en el borde del claro, justo antes de entrar en él, y miraría fijamente a los bandidos. Su rostro no se distinguía, pero sus ensombrecidos ojos fulminaban al grupo, y ellos lo sabían. Ni ella esperaba que ellos estuviesen allí, ni ellos esperaban que regresara en ese momento.
—No deberían estar aquí.
Su voz era baja, pero llegó con claridad a los bandidos y a Kumopansa. Por el momento, ésta última no parecía haber llamado la atención de la mujer. El cuarteto quedó paralizado, sin saber qué hacer.
Arriba, en los árboles, Ranko miraría a su sensei, esperando instrucciones.
—O-oi… —Le dijo uno de los hombres al arácnido —. ¿Q-qué garantía tenemos d-de que saldremos bien? Si Iwada intenta hacernos algo… nos ayudarán, ¿verdad? Porque les hemos ayudado, ¿verdad? ¿Verdad?
Aquellos tipos seguían en las mismas. La señora en cuestión tenía que tener muy poca paciencia si tan acojonados los tenía que era incapaz de aceptar un mal día de trabajo.
— De mome...
Pero el reflejo del miedo interrumpió a Kumopansa. Era curioso, por primera vez en mucho tiempo, unos tipos estaban más acojonados de lo que había detrás de Kumopansa que de la propia araña parlanchina en sí. Pero aquello fue precisamente lo que interrumpió al animal que se dio media vuelta ipsofacto. Allí estaba, bajo su túnica, la persona que estaban buscando. Y ahora, por hacer lo que tocaba, Kumopansa estaba en un aprieto y en una posición, claramente desfavorable. Pero si alguien pensaba que iba a amilanar es que la conocía muy poco.
—No deberían estar aquí.
- Oh, tu eres la loca esa del coño, ¿verdad? —dijo el arácnido apuntándole con una de sus patas haciendo gala de un vocabulario de lo más ordinario— Estaba deseando conocerte, Iwada Ririki
En las alturas, el equipo de ninjas analizaba y observaba. Ranko había clavado su mirada en Sora, esperando instrucciones, yo no podía apartarla de lo que estaba sucediendo abajo. como le tocase una sola pata a Kumopansa la mataba allí mismo.
— Paciencia, muchachos, esperen a que llegue nuestra oportunidad. Tenemos claro lo que tenemos que hacer todos, ¿verdad? Yota, tu usa las telarañas y Ranko, cuando Yota la tenga sujeta, usa tu potente taijutsu contra ella, ¿si?
Desde luego que aquel sonaba como un plan sin fisuras, más aún teniendo en cuenta el factor sorpresa de los ninjas escondidos.
Ranko asintió y se preparó, atenta a lo que pasaba en el claro, así como a los movimientos de su compañero. Esperaría a su jutsu de telaraña, y luego se lanzaría a noquear al objetivo. Pan comido, ¿no? ¿No?
El rostro oculto de la mujer apenas y se giró para enfocarse en la extraña criatura que le hablaba. Con toda la calma del mundo, soltó el saco. Sus hombros se relajaron. Respiró.
—Los siguieron —sentenció. Su cuerpo se inclinó unos grados hacia atrás, como quien estira la espalda después de estar un buen rato en la misma posición. Su cabeza se meneó de la misma forma —. ¿Saben por qué decidí contratarlos? ¿A ustedes y no a ninjas renegados o bandidos más fuertes?
—Ahm… ¿P-porque nosotros somos…?
—Porque confiaba en su cobardía —lo interrumpió. Su voz era clara, tan tenebrosa como la de un humano decidido puede ser. Dio un paso hacia adelante —. Sabía que sería cuestión de tiempo antes de que Kusagakure enviara gente a investigar esos ataques. Y mis instrucciones no fueron atacar a nadie, ¿cierto? Si se encontraban con ninjas, simplemente cambiaríamos de región. Deben admitir que les pagaba bien para lo sencilla que era su tarea, ¿cierto?
Los bandidos comenzaron a retroceder muy lentamente.
—S-sí… Ve-verá, señora, es que…
—Su estupidez escapó de mi visión. Supongo que igual fue mi culpa. Y ahora no saben cuánto han puesto en juego, cuánto están a punto de echar a la basura. Tú, criatura —Evidentemente le hablaba a Kumopansa —. ¿Cuántos vienen contigo?
—¡S-señora! —El mismo bandido que había sido el primero en hablar ahora se postraba de nuevo, suplicante —. ¡N-no tuvimos otra alternativa! ¡N-nos amenazaron! ¡E-esos granjeros n-nos habrían matado s-s-si…!
Hubo un chispazo eléctrico debajo de la capa de la mujer, y del saco surgió una placa metálica que voló y se incrustó a toda velocidad en el cráneo del bandido. Los otros tres gritaron e intentaron huir, pero otras tres placas surgieron del saco e impactaron los torsos de los hombres.
Kumopansa escuchó con detenimiento lo que aquella bruja tenía que decir. Primero aleccionó con una soberbia sin igual a sus lacayos, quienes ya se temían lo peor y todo parecía indicar que estaban en lo cierto. Unas placas metálicas amenazaban su integridad física. Uno empezaba a entender sus temores.
[p=crimson]Esto se parece mucho a lo que hacía Taeko-chan...[/color] me dije para mis adentros desde mi posición de privilegio.
— Hay que irse con cuidado con ese ninjutsu magnético, lo vi antes en una compañera de Kusagakure y puede ser muy peligroso —advertí tanto a Sora como a Ranko.
— Oh, ¿en serio crees que la gran Kumopansa necesita ayuda? Tienes mucho que aprender, loca del coño
— Ahora, Yota-kun
Dicho y hecho, asentí y salté unos instantes antes de que lo hiciera la jōnin, lanzando mis telarañas hacia sus hombros y sujetandolas con firmeza.
— ¡Ahora!
Sora no apartó en ningún momento su atención del objetivo.
4/07/2020, 18:44 (Última modificación: 5/07/2020, 01:26 por Sagiso Ranko. Editado 4 veces en total.
Razón: Info del Kawarimi usado por Ririki añadida
)
"¿M-magnético?" pensó Ranko, pero asintió ante la advertencia de Yota, y saltó tras él cuando lanzó sus telarañas.
—¿Ah, no? —Le espetó la mujer a la araña. Hubo al instante un chispazo bajo su capa y una placa más voló desde el saco en dirección a Kumopansa, mientras, con un quejido, Ririki levantó la diestra en un sello —. Uno.
Los hilos de Yota impactaron los hombros de la capa, y Ranko, apenas tocar el suelo, se lanzó como bala, rasgando el suelo a sus pies.
—¡Hitoshin!
—Dos.
Con un movimiento en el aire, Ranko apuntó e impactó con una fuerte patada el rostro de la mujer, y al contacto supo que algo andaba mal.
"¿Por qué es tan suave?"
Después del golpe, la capa se vino abajo con todo y telaraña, revelando con una nubecilla de humo una rama llena de follaje bajo la capucha. A varios metros a la izquierda de Ranko, la mujer entró al claro velozmente, revelándose ante la luz de la luna.
Iwada Ririki tenía apariencia demacrada, con ojeras pronunciadas y labios resecos. Su cabello, otrora cobrizo, estaba opaco y enredado, largo y sin cuidado alguno. Vestía lo que parecía haber sido algún día un bata de laboratorio, ahora desgastada, manchada y desgarrada. Pero lo que más se notaba era su brazo izquierdo. Tenía un aparato metálico cubriendo su miembro: varias placas metálicas fijadas directamente a la carne, con distintos instrumentos y cables conectando todo. El aparato llegaba hasta el hombro, sujeto a un arnés de cuero y metal al torso. Podía verse bajo aquel dispositivo piel negra, con un sinfín de cicatrices y puntos, muchos de ellos inflamados.
Ririki alzó el brazo, y varios arcos eléctricos surgieron entre sus dedos extendidos. Gruñó audiblemente al cerrar el puño. Una oleada casi imperceptible de chakra recorrió toda el área.
—Tres… —murmuraría al ver a Sora.
Ranko intentaría alcanzarla, pero algo la detendría. Su equipo estaba de repente muy pesado. Su wakizashi, a la cadera, tiraba de ella hacia atrás con suma fuerza, y su portaobjetos hacía lo mismo. Tardó un instante en darse cuenta de que no tiraban: sus objetos, específicamente sus metales, estaban fijos en el aire, como congelados en su posición. Yota y Sora experimentarían lo mismo: todos sus objetos metálicos, incluidos los ocultos, se detendrían en el aire, imposibles de mover.
Si se fijaban, aunque fuese un poco, en su rostro, verían a una mujer muy adolorida.
—Tres y una araña… ¿Son todos? No quería llegar a esto…
Daño recibido:∅ [—] Posible daño infligido:20, [placa metálica a Kumopansa] Aclaración: La placa no es un arma. No está muy afilada, pero sí es pesada. Establecí un daño entre shuriken y fuma shuriken.
¤ Jikenjishu/Brazo magnético experimental
¤ ???
¤ Kawarimi no Jutsu
¤ Fujō Jiba ¤ Campo Magnético Anómalo - Tipo: Apoyo - Rango: B - Requisitos:Jikenjishu - Gastos: 6 CK por objetos individuales, 25 CK por área - Daños: - - Efectos adicionales: El usuario recibe 10PV de daño cada vez que active esta técnica. - Carga: 2 - Velocidad: Instantánea (pulso), Rápida (lanzamiento) - Alcance y dimensiones: 15m a la redonda
Ririki puede lanzar fuertes e inestables impulsos magnéticos para controlar los objetos metálicos cercanos. Esto requiere cierto grado de concentración, por lo que permanecerá quieta mientras esta técnica esté activa. Al ser magnetizados, los objetos se mantendrán quietos por unos segundos, y luego ejecutarán la orden de Ririki. Puede afectar un objeto individualmente, o una gran cantidad en la zona. En el segundo caso, los objetos afectados pueden moverse en una única dirección a la vez. No puede lanzar dos objetos en dos direcciones diferentes, por ejemplo. Cualquier daño a infligir dependerá del objeto lanzado.
A pesar de ser un jutsu con alto poder, no requiere mucho consumo de chakra debido al funcionamiento del mecanismo. Sin embargo, la cantidad de energía que produce hiere al usuario.
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (debajo del guardabrazos derecho)
¤ Portaobjetos básico[Capacidad 7/10](ajustado sobre su cinto, a su izquierda), dentro el cual:
Shuriken x 3 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Kemuridama [Consumible, 6m de humo por 2 turnos]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
C-Ranku no Kibaku Fuda [Consumible, 30PV, 1.5m radio]
¤ Wakizashi (a la espalda, a la altura de la cadera, empuñadura hacia la derecha) [Mango/vaina 12PV, Corte superficial 18PV, Corte 22PV, Penetración 30PV]
Pero la mujer no se lo tragó. Los que habían sido entrenados en las artes ninjas y en los caminos del ninjutsu eran conocedores de los animales parlanchines, los cuales firmaban pactos de sangre con los humanos para pelear juntos por un objetivo común. En su lugar, fue contabilizando la llegada de ninjas y además, se permitió el lujo de atacar con una placa de esas a Kumopansa, que dio una vuelta por el suelo aprovechando su esférico cuerpo.
— Entregate y no compliques más las cosas. No tienes escapatoria
Sora parecía muy segura desde su lugar de aterrizaje, pero tras unos chispazos nuestros cuerpos se tornaron muy pesados. Aquello iba más allá de lo que podía hacer Taeko, aquella muchacha de la cual hacía ya un tiempo que no veía.
— Sensei... esto... creo que no puedo moverme
No era así de verdad, simplemente nuestras armas se volvieron muy pesadas y tiraban de nuestros cuerpos para atrás.
— ¡Kumopansa, no, espera!
Pero no atendía a razones. Quería vengarse del golpe encajado. Por suerte para ella, aquella extraña técnica no le afectaba y podía moverse con tranquilidad. De hecho, eso es lo que hacía, buscaría trepar por la pierna de la kunoichi para endosarle un buen mordisco, el cual repetiría hasta en tres ocasiones.
Estado de Yotita
• PV:
200/200
–
• CK:
240/240
–
• PV Kumopansa:
60/60
–
-20
–
• CK Kumopansa:
80/80
–
Fuerza: 40
Resistencia: 40
Aguante: 40
Agilidad: 60
Destreza: 50
Poder: 60
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 40
Percepción: 50
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
Hikaridama x1
Pack de 5 cascabeles
Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
Esposas supresoras de chakra
Juego de ganzúas
Kumo no Kaori
Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
5/07/2020, 02:05 (Última modificación: 5/07/2020, 04:54 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.)
—Lo sé. Siempre lo supe. Por eso tenía que hacer todo esto lejos de la aldea. Ahora no puedo dejarlos ir. No hay escapat- ¡AAH!
Claro que la mujer no sabía quién de los presentes se llamaba Kumopansa, así que no prestó atención al grito del rubio. Sólo se dio cuenta cuando sintió un agudo dolor en su pierna, y luego otro.
—¡Maldita cosa! —Cargó algo de chakra en su mano derecha y, al mismo tiempo que la araña le mordía una tercera vez, Ririki le soltó un manotazo para apartarla, o hacerle algo peor —. ¡Ōkashō!
El impacto sería brutal para un simple manotazo, pero sería algo que cualquier ninja médico con suficiente habilidad podría hacer. Sin embargo, el ataque de Kumopansa había desconcentrado a la mujer, obligándole a aflojar la mano izquierda. Al instante que esto pasase, el campo magnético se desvanecería y le permitiría a los objetos de los presentes ser movidos. Al sentirlo, Ranko hizo sellos y dio una leve patada al suelo.
—¡Iwa Bunshin no jutsu!
Una Ranko de piedra comenzó a alzarse rápidamente frente a ella. No sabía cuánto podría tardar Ririki en activar aquel campo magnético de nuevo.
”Pero si afectó mi espada y mis shuriken, no debería de afectar a mi clon de roca…”
En efecto, la ventana sería muy breve, pues la mujer alzaría su brazo y reactivaría su jutsu, soltando un grito al hacerlo. La kusajin apenas habría podido avanzar un par de metros cuando su equipo le retuvo de nuevo. Esperaba que Yota y Sora hubiesen podido aprovecharlo también antes de verse afectados otra vez, y que Kumopansa estuviese bien. No vio otra manera más que comenzar a desabrochar su portaobjetos y desamarrar su espada y su bandana para dejar todo metal atrás. Su clon, al estar hecho por completo de roca moldeada, seguiría moviéndose, y estaría por mientras corriendo hacia su oponente. El dolor y la desesperación comenzaban a hacerse visibles en el rostro de Ririki.
Daño recibido:30 [Mordida x 3] Posible daño infligido:48, [Manotazo + (Ōkashō x 2) ]
¤ Jikenjishu/Brazo magnético experimental
¤ ???
¤ Ōkashōx2
¤ Fujō Jiba ¤ Campo Magnético Anómalo - Tipo: Apoyo - Rango: B - Requisitos:Jikenjishu - Gastos: 6 CK por objetos individuales, 25 CK por área - Daños: - - Efectos adicionales: El usuario recibe 10PV de daño cada vez que active esta técnica. - Carga: 2 - Velocidad: Instantánea (pulso), Rápida (lanzamiento) - Alcance y dimensiones: 15m a la redonda
Ririki puede lanzar fuertes e inestables impulsos magnéticos para controlar los objetos metálicos cercanos. Esto requiere cierto grado de concentración, por lo que permanecerá quieta mientras esta técnica esté activa. Al ser magnetizados, los objetos se mantendrán quietos por unos segundos, y luego ejecutarán la orden de Ririki. Puede afectar un objeto individualmente, o una gran cantidad en la zona. En el segundo caso, los objetos afectados pueden moverse en una única dirección a la vez. No puede lanzar dos objetos en dos direcciones diferentes, por ejemplo. Cualquier daño a infligir dependerá del objeto lanzado.
A pesar de ser un jutsu con alto poder, no requiere mucho consumo de chakra debido al funcionamiento del mecanismo. Sin embargo, la cantidad de energía que produce hiere al usuario.
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (debajo del guardabrazos derecho)
¤ Portaobjetos básico[Capacidad 7/10](ajustado sobre su cinto, a su izquierda), dentro el cual:
Shuriken x 3 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Kemuridama [Consumible, 6m de humo por 2 turnos]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
C-Ranku no Kibaku Fuda [Consumible, 30PV, 1.5m radio]
¤ Wakizashi (a la espalda, a la altura de la cadera, empuñadura hacia la derecha) [Mango/vaina 12PV, Corte superficial 18PV, Corte 22PV, Penetración 30PV]
La confianza de la jōnin en el desenlace de aquel combate era total, o así quería hacerlo ver cuando la araña le propinó unos cuantos bocados en la pierna a la misteriosa mujer que trató de vengarse, pero con un hábil salto propio de una araña en forma, lo evitó, volviendo a tierra firme.
— ¡Kumopansa! — chillé.
No había tiempo que perder, Kumopansa nos dio la oportunidad que estábamos esperando, la técnica de la mujer fue cancelada ante los mordiscos del arácnido. Ranko aprovechó el momento para crear un clon. Yo tenía otra idea. Tenía que crear una oportunidad para que el poderoso taijutsu de mi compañera pudiese brillar con luz propia. Unos cuantos sellos y...
¡Plaf!
Una sonora palmada que centró la atención del momento para meter a la mujer en mi genjutsu. En la ilusión todo parecía real. Pero no atacamos nosotros, sino que lo hicieron todos los tipos que hasta el momento estaban atemorizados por la imponente figura de la misteriosa mujer. Se sacaron cuchillos de entre sus rojas y se las clavaron todas en el cuello. Pero no iba a morir, solo iba a sentir dolor, un dolor agudo y persistente, el cual le haría salir de la ilusión...
Estado de Yotita
• PV:
200/200
–
• CK:
228/240
–
-12
–
• PV Kumopansa:
40/60
–
• CK Kumopansa:
80/80
–
Fuerza: 40
Resistencia: 40
Aguante: 40
Agilidad: 60
Destreza: 50
Poder: 60
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 40
Percepción: 50
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
Hikaridama x1
Pack de 5 cascabeles
Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
Esposas supresoras de chakra
Juego de ganzúas
Kumo no Kaori
Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
Técnica ilusoria muy básica en la que el usuario simula que el entorno cambia rápidamente y el oponente sufre un daño indeterminado. Para que el daño sea creíble, y la ilusión haga efecto, los daños simulados se han de corresponder en mayor o menor medida a la cantidad de puntos de vida que el usuario pierde. Se puede simular con elementos de los que el jugador dispone o inventar, por ejemplo, que al oponente le atacan unos animales salvajes. En cualquier caso, esta ilusión sólo tendrá efecto una única vez por trama y oponente, y al segundo intento el adversario podrá zafarse de ella mediante la autoconvicción (no es necesario disponer del Genjutsu Kai). El usuario y el oponente quedarán inmóviles en todo momento.
Ranko logró librarse de todo el metal que cargaba, y pudo moverse al fin. El ninja rubio tenía un plan complementario, pues los bandidos se habían levantado a su orden y se lanzaron hacia Ririki.
—¡No! —Cerró los ojos al sentir el agudo dolor de los metales hundirse en su garganta. Su mano metálica se aflojó al verse interrumpida su concentración, y el metal de Yota y Sora quedó libre de nuevo. Los bandidos, por supuesto, seguían en el mismo lugar, tal vez muertos, tal vez agonizantes. El clon de piedra llegó a la mujer e intentó darle una patada a la cara mientras la original saltaba hacia ella —¡No, no!
Concentrando chakra de nuevo, mientras apenas evadía el primer ataque, Ririki lanzó un puñetazo al vientre del clon, deshaciéndola en un montón de rocas. Sin embargo, no pudo evitar el segundo ataque, pues Ranko cayó sobre sus hombros, rodeó su torso con sus piernas y giró, impulsándose con chakra.
—¡Gekkō! —gritó la kunoichi mientras derribaba a Ririki y la azotaba contra el suelo. A diferencia de otras veces, Ranko no usó el impulso de la maniobra para alejarse, sino que se mantuvo con su oponente, usando sus piernas para inmovilizar el brazo de metal y su propio brazo para presionar el cuello de la mujer.
—¡NO! —aulló Ririki, evidenciando el dolor que el artilugio le causaba en su brazo. Intentó usar su mano libre para apartar a Ranko, pero no era lo suficientemente fuerte. La llave de la kusajin no le dejaba concentrarse para volver a usar su jutsu magnético. Parecía estar cayendo rápidamente en la desesperación, y se esforzaba por hablar por encima del brazo de Ranko en su garganta —. ¡NO, NO! ¡No dejaré que echen a la basura lo que he hecho! ¡To-Todo mi trabajo! ¡N-No fue por las hortalizas! ¡¿Verdad?! ¡Kusagakure sabía! ¡¡Sabía y vino a robarse mi investigación!! ¡¡Pero no los dejaré!!
—¡P-por favor, no forcejee tanto! ¡S-se hará daño! —Ranko no cedía en su agarre, pero no quería lastimarla más. La mujer insistía en mover el brazo armado, sin éxito, pero le producía mucho dolor.
Daño recibido:∅ [—] Posible daño infligido:50PV, [Hakuto Gekkō]
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (debajo del guardabrazos derecho)
¤ Portaobjetos básico[Capacidad 7/10](ajustado sobre su cinto, a su izquierda), dentro el cual:
Shuriken x 3 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Kemuridama [Consumible, 6m de humo por 2 turnos]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
C-Ranku no Kibaku Fuda [Consumible, 30PV, 1.5m radio]
¤ Wakizashi (a la espalda, a la altura de la cadera, empuñadura hacia la derecha) [Mango/vaina 12PV, Corte superficial 18PV, Corte 22PV, Penetración 30PV]
Al regresar de aquel simple genjutsu vi como Ranko me había entendido a las mil maravillas, lanzándose hacia nuestro rival que escogió una mala primera presa, azotando el clon de la gennin y deshaciendolo en rocas. La auténtica y genuina Ranko se dispuso a realizar una llave de su taijutsu tan peculiar y que había sido enseñado de generación en generación en su familia.
Sonreí.
«Sabía que no me decepcionarías»
—. ¡NO, NO! ¡No dejaré que echen a la basura lo que he hecho! ¡To-Todo mi trabajo! ¡N-No fue por las hortalizas! ¡¿Verdad?! ¡Kusagakure sabía! ¡¡Sabía y vino a robarse mi investigación!! ¡¡Pero no los dejaré!!
— No vinimos a robarte nada, tan solo a detenerte para que dejes de atormentar los ciudadanos de Mori no Kuni, así que ríndete de una buena vez —se volteó hacia mí mientras la agresora seguía forcejeando con ranko de forma inútil.
— Esposala, Yota-kun
Sin más demora, eso fue lo que hice. Tome mis esposas supresoras de chakra y se la puse al brazo que tenía medio libre, no sin antes dedicarle una sonrisa a Ranko. La verdad es que lo había hecho genial.
— Lo hiciste genial, Ranko-chan
Después, tomé el otro brazo y terminé de esposarla para que ranko deshiciese la llave.
— Bien, ahora escucharemos eso que tiene que contarnos de las investigaciones, ¿para qué necesita todos esos bulbos?
Estado de Yotita
• PV:
200/200
–
• CK:
240/240
–
+20
–
• PV Kumopansa:
40/60
–
• CK Kumopansa:
80/80
–
Fuerza: 40
Resistencia: 40
Aguante: 40
Agilidad: 60
Destreza: 50
Poder: 60
Inteligencia: 40
Carisma: 20
Voluntad: 40
Percepción: 50
Portaobjetos [Muslo derecho][9/10]
Hilo shinobi (30 metros)
Kemuridama x1
Hikaridama x1
Pack de 5 cascabeles
Sello explosivo clase C x1
Shuriken x2 (8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo)
Esposas supresoras de chakra
Juego de ganzúas
Kumo no Kaori
Fuuma Shuriken x1 25 PV/corte superficial, 40 PV/corte, 65 PV/impacto(En el cinto por el costado izquierdo)
Ririki se retorció aun más, y lanzó un grito al ser esposada, pues su muñeca había quedado apretada. Ranko se movió de encima de la mujer, pero permaneció en cuclillas para estar preparada en caso de que se le ocurriese contraatacar desde el suelo.
—Gracias, Yota-san —dijo en voz tímida Ranko, devolviéndole la sonrisa a su compañero —. A-aunque no lo habría podido hacer s-sin tu ayuda…
—Te mostraría un genjutsu de verdad si no tuviera esto. —Espetó Ririki, apretando los dientes, con algo parecido al odio en sus ojos.
Intentó moverse, pero la presión en su muñeca izquierda le hizo soltar un quejido. Ririki quedó inmóvil en el suelo, salvo su pecho, que ascendía y descendía. Su mirada se clavó en la luna.
—Claro que lo harán. Me arrebatarán mi trabajo, y ni siquiera podrán seguir sin mí. Se llevarán a mi muñeca y años de esfuerzo se perderán. Se negará el progreso por simple… formalidad.
—I-Iwada-san, creo que no entiende s-su situación. Responda, p-por favor.
Ririki cerró los ojos con fuerza, a la vez que hacía un mueca de profundo desagrado. Parecía que se rompería los dientes de tanto apretarlos. Guardó en silencio por largo rato.
—No puedo… No puedo terminar así. No puedo. No puedo. Esto no puede acabar así…
—Iwada-san…
—Es un hongo —La voz de la mujer se quebró. No era que Ranko le hubiese convencido de hablar, sino que se había dado cuenta que en realidad no había escapatoria. Parecía estar a punto de llorar —. N-no es perjudicial para las plantas, y desaparece antes del punto de cosecha. Tiene… tiene ciertas propiedades. Es… es rico en minerales y, tratado de manera correcta… de una manera muy específica y compleja… ayuda a... ayuda suprimir el rechazo de —Su respiración se aceleró —trasplantes.
Miró con ojos vidriosos, pero con un dejo de rencor, a Sora, luego a Yota y después a Ranko.
—Ya no… Ya no me quedará nada. S-se los mostraré. Tal vez… tal vez me entiendan. Se los mostraré, p-pero necesitaré ayuda para levantarme con esto e ir al laboratorio.
Movió las manos ligeramente para mostrar que se le dificultaría moverse por el dolor, luego apuntó con una mirada a la cabaña.
Se resistió, Estaba claro que lo haría y Sora ya contaba con ello. Las palabras de Ranko parecían tener también su influencia para que, finalmente la mujer, ya esposada, accediese a compartir sus conocimientos.
—. N-no es perjudicial para las plantas, y desaparece antes del punto de cosecha. Tiene… tiene ciertas propiedades. Es… es rico en minerales y, tratado de manera correcta… de una manera muy específica y compleja… ayuda a... ayuda suprimir el rechazo de —Su respiración se aceleró —trasplantes.
Al final, todo se resumía a lo de siempre, la búsqueda del poder. Esa búsqueda que era una de las principales razones por las que el mundo estaba constantemente en guerra. cuando no son los bijū, son cuestiones de aquella índole.
—Ya no… Ya no me quedará nada. S-se los mostraré. Tal vez… tal vez me entiendan. Se los mostraré, p-pero necesitaré ayuda para levantarme con esto e ir al laboratorio.
— Así me gusta, que entiendas que lo que tienes que hacer es colaborar
Sora la toma del brazo y la levantó, acompañandola donde quiere que la mujer les llevase.
— Vamos, Ranko-chan —dije, tendiendole mi mano a la gennin para que se reincorporase.
Ririki soltó un grito al ser levantada por Sora, aunque fuese por el brazo bueno. Parecía que la sola presión del grillete con su muñeca izquierda le producía mucho dolor. Ranko, por su parte, agradeció la mano de Yota con una sonrisa y un movimiento de cabeza.
—S-sí, Yota-san.
Avanzaron lentamente, pues parecía que los movimientos muy bruscos le hacían daño al brazo metálico de la mujer. Ésta los guiaba hacia la cabaña. No podía discernirse en su cara si le quedaba algún gramo de cordura a la mujer. Su expresión era la de quien está a punto de un colapso nervioso, aunque su voz apenas y variaba.
—Lo entenderán, ¿verdad? Lo entenderán. Tienen que. ¿Lo conocen? El Kekkei Genkai Jiton. Manipulación de campos magnéticos. E-es… maravilloso. Tan versátil. E-en el pasado se les llamó Edades de Cobre y de Hierro a ciertos periodos. Pero… pero es ahora cuando lo estamos explotando adecuadamente. ¡La industria! ¡El ferrocarril! ¡El avance que podemos tener! Lo pueden ver, ¿no?
Ririki movió sus ropas para mostrar un juego de llaves en su cinto, y Sora la usó para abrir la puerta de la cabaña. El lugar se veía a como uno esperaba que una cabaña abandonada se viera salvo algunas excepciones. Todo estaba sucio, excepto unas líneas que marcaban los pasos que Ririki tomaba de un lado a otro. Había indicios de comida reciente en una desvencijada cocina, y casi ningún mueble. Del otro lado de la habitación había una puerta pintada muy toscamente para darle apariencia vieja, aunque se notaba que era una añadidura reciente a la casa. Ririki repitió el gesto para que Sora usara las llaves de nuevo.
—¿Lo imaginan? Cirugías… manipulando los bisturíes con más precisión que el pulso humano. E-estructuras, ciudades levantadas con facilidad. Implantes… prótesis metálicas que la misma persona pueda mover de manera natural. ¡¿N-no sería maravilloso?! Pero… el Jiton está reservado solo para la gente con genes correctos. Pero yo… ¡yo logré romper eso!
La puerta daba a una escalera muy oscura que descendía, con luces fosforescentes en el borde de los escalones que apenas e iluminaban el suelo. Sora le dirigió una mirada firme a la mujer, pero ella insistió en seguir. Bajaron incluso más lentamente.
”Esto… Me da mala espina” pensó la de la trenza.
—Atentos. —Fue la única pero clara instrucción de la jōnin —. ¿Cómo lo lograste?
Ririki rió.
—Lo dejé todo atrás. Tuve que hacerlo para remover mis límites. Tuve que… sacrificar. Muchas cosas. ¡Y valió la pena!
Habían llegado al final de aquel oscuro túnel descendiente. Ririki se movió fuertemente hacia un lado, como si intentase escapar. Sora, por supuesto, no la dejó ir. Pero lo que la mujer hizo no fue más que golpear un gran interruptor con el codo. Hubo un zumbido en algún lado de la habitación, un motor encendiéndose, y un segundo después siguieron luces, varios juegos de focos en lo alto que iluminaron en su totalidad una estancia subterránea enorme con una cortina de luz opaca, gris.
—¡Lo hice! ¡Y soy la primera! ¡Por eso deben dejarme continuar! ¡Seré una pionera para el avance tecnológico de TODO ONINDO! —comenzó a reír, pero pronto lloró y comenzó a gritar. Cayó al suelo, retorciéndose de dolor. Su mano izquierda se había inflamado horriblemente, y los puntos comenzaban a sangrar levemente —. ¡DUELE! ¡Quítenme esto! ¡Debo... Debo...!
Aquel sótano estaba amueblado con varios libreros y mesas, aquéllos llenos con libros viejos y éstas cubiertas con planos mecánicos y dibujos anatómicos. Las paredes eran de piedra, pero el suelo era prácticamente arena y tierra muy seca. En la pared izquierda se alcanzaban a ver toneles con una sustancia negra. Del lado derecho había mesas y cajas con instrumentos médicos, y rastros de sangre en las paredes, además de frascos con lo que parecían ser o bien órganos o criaturas pequeñas. Pero lo que más llamaba la atención era lo que había al fondo de todo. Si se acercaban lo verían con claridad.
—¡¡Pero debo seguir!! ¡¡Si paro todo será en vano!! ¡¡Mi vida habrá sido en vano!! ¡¡Sus vidas…!!
—¿Sus vidas? ¿¡Qué has hecho!?
Al fondo de todo había dos personas, dos chicas jóvenes, acostadas en paralelo a la pared, una a la izquierda y otra a la derecha. La de la izquerda, acostada en una pulcra cama de hospital, tenía la piel en extremo pálida, gris y enfermiza, y tenía expresión de tener pesadillas horribles. Parecía estar inconsciente. Su cuerpo mostraba largos cortes en diversas partes, cortes precisos, quirúrgicos, cerrados con sutura perfecta. Su cabello estaba cortado toscamente, y su nuca estaba rapada. Estaba conectada con cables a la máquina al fondo. Estaba viva, pues respiraba, aunque no consciente.
La chica de la derecha estaba en un contenedor, en lo que parecía ser gel o alguna solución espesa pero transparente. También tenía cortes en todo el cuerpo, pero las suturas eran menos elegantes, como las que se hacen al terminar una autopsia. Le faltaba el brazo izquierdo hasta el codo y toda la pierna izquierda, además su vientre estaba hundido, como si su interior estuviese incompleto.
Yota reconocería lo poco de cabello plateado que le quedaba a la chica de la derecha. Reconocería su rostro tierno, ahora apagado y reducido, como si estuviese dormido. Reconocería aquellos silenciosos labios a los cuales había robado su primer beso hacía tanto tiempo.
Y finalmente entramos en la cabaña de la tal Ririki. No parecía ser nada especial, algo que distaba de ser apetecible para la vista. Pero había más. Siempre hay más. sora volvió a tomar las llaves y abrió una segunda puerta, esta vez desde el interior, mostrando una escalera que se hundía bajo tierra. No pude evitar mirar sorprendido y confuso a la vez.
«¿Qué habrá ahí abajo?»
—Lo entenderán, ¿verdad? Lo entenderán. Tienen que. ¿Lo conocen? El Kekkei Genkai Jiton. Manipulación de campos magnéticos. E-es… maravilloso. Tan versátil. E-en el pasado se les llamó Edades de Cobre y de Hierro a ciertos periodos. Pero… pero es ahora cuando lo estamos explotando adecuadamente. ¡La industria! ¡El ferrocarril! ¡El avance que podemos tener! Lo pueden ver, ¿no?
— Algo hemos oído sobre ese Kekkei Genkai, sí.
Aquello fue todo lo que Sora alcanzó a decir, recordando la advertencia que yo mismo di sobre el Jiton antes de iniciar la pelea con Ririki. Entonces, sí, abrimos la segunda puerta y descendimos para encontrarnos con la joya de la corona. Todo un laboratorio clandestino, creado por aquella mujer para llevar a cabo su plan, el de poder transplantar un Kekkei Genkai en una persona que no formase parte de dicha famnilia, como era el caso del Jiton y aquella loca.
—¿Lo imaginan? Cirugías… manipulando los bisturíes con más precisión que el pulso humano. E-estructuras, ciudades levantadas con facilidad. Implantes… prótesis metálicas que la misma persona pueda mover de manera natural. ¡¿N-no sería maravilloso?! Pero… el Jiton está reservado solo para la gente con genes correctos. Pero yo… ¡yo logré romper eso!
Nadie respondió, todos se mostraron sorprendidos por lo encontrado bajo tierra hasta que la jōnin siguió pidiendo explicaciones y fue en ese instante cuando se hizo la luz, desvelando por completo la creación o, mejor dicho, lo que estaba por crear la tal Ririki. Me vi en la necesidad de abrir la boca de par en par. Aquella loca parecía estar enloqueciendo por minutos, alegando que tenía que continuar porque sino todo habría sido en vano...
—¡¡Pero debo seguir!! ¡¡Si paro todo será en vano!! ¡¡Mi vida habrá sido en vano!! ¡¡Sus vidas…!!
—¿Sus vidas? ¿¡Qué has hecho!?
— ¿Sus vidas? — repetí al unísono junto a Sora, totalmente sorprendido.
Y entonces lo vimos. Dos figuras humanas. Concretamente dos figuras femeninas, jóvenes. ¿Hasta donde llegaba aquella locura? al fijarme, vería como la de la izquierda presentaba cortes, incisiones aparentemente hechas con material quirúrgico, pues su precisión así como aquella sutura daban a entender que alguien vertido en la materia lo había realizado. Pero en cuanto me fijo en la de la derecha, la cual estaba en una especie de tubo repleto de algún líquido y que tenía amputados parte del brazo y una de sus piernas...
Corrí hasta llegar al dichoso tubo. Algo dentro de mí quería despertar de aquella pesadilla. Los recuerdos llegaron a mí como si de un tortazo se tratase. La expedición junto a Yubiwa. Aquel repentino encuentro en la zona de entrenamiento y la disculpa- Puse mi mano ante el cristal, como si aquello me permitiese tocarla y así poder ayudarla.
— Taeko-chan...
Aquellos cabellos plateados y aquel dulce rostro eran evidentes. Tantos años pensando qué habría pasado y entonces me la encontré allí abajo, mutilada a merced de aquella puta loca del coño. sus delirios fueron la perdición de Taeko-chan.
— Yota, tronco, para y cálmate, no puedes ayudarla
«Pero sí que puedo vengarla»
Kumopansa sabía perfectamente que mi silencio era revelador. En ocasiones es bien cierto que quien calla otorga y que una imagen vale más que mil palabras. En este caso, la imagen de mi mano brillando y chirriando indicaban solo malas noticias. Estaba a punto de tomarme la justicia por la mano y entonces me giré hasta visualizar a Ririki, delante mío.
— ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ LE HICISTE ESO?! — vociferé, montado en cólera.
Sin siquiera esperar respuesta me abalancé con el objetivo de acabar con su estúpida vida endosandole el chidori en el pecho.