Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Una figura solitaria ascendía por la cordillera, arrebujada bajo una manta negra que no dejaba ver más que aquel triste color. El lugar por el que iba era intemporal: no importaba el paso del tiempo o la estación, el frío siempre imperaba. La nieve caía a puñados y el viento rugía, amenazando con helar todo a su paso. Era, desde luego, un lugar inhóspito, que limitaba entre el País de la Tormenta y el País de la Tierra. Solo tras una gran caminata logró encontrar algo: una caverna, que, seguramente, llevaría al fondo del valle.

Solo cuando pudo refugiarse del viento, Eikyuu Juro se quitó la capucha. El interior de aquel lugar no era mucho más acogedor: la caverna estaba hecha enteramente de hielo. Estalagmitas y estalactitas se entremezclaban en aquel lugar, de una manera casi estética, creando grandes pilares helados. El suelo resbalaba ligeramente bajo sus pies, lo que lo obligo a prestar especial atención a donde pisaba.

Suspiró levemente. No se sorprendió cuando vio su aliento, materializado en forma de vaho. Trató de esconder las manos bajo su capa, el frío se las estaba congelando. Toda su figura temblaba ligeramente.

¿Por qué estaba ahí? No había una razón deliberada, a decir verdad. Desde que Juro había iniciado su búsqueda de cualquier pista que pudiera encontrar sobre Kurama, había recorrido varios sitios. Desde luego, si debía de imaginar un escondite para él y sus esbirros, no sería una ciudad llena de gente. Es por eso que el marionetista se había asegurado de señalar todos los lugares recónditos que pudiera encontrar en el mundo, y dejarse llevar por su instinto o por los rumores. En este caso, había sido lo primero.

Lo cierto es que desde que había iniciado su viaje por aquel lugar, no había encontrado persona. Aun así, se había asegurado de taparse con aquella capucha y esconderse bajo su túnica, solo por si acaso. Las probabilidades de que alguien lo reconociera ahí eran bajas, pero no cero.

Volvió a ponerse la capucha y prosiguió su camino. Trató de realizar el mínimo ruido posible, aunque eso restara velocidad a su avance. La pregunta estaba clara: ¿Había alguien habitando este lugar? Pronto le daría respuesta y, con suerte, sería el primero en reconocer la presencia de un posible enemigo.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
#2
Juro podría esperarse muchas cosas. Una nueva aparición de un Gebijuu de esos, un General de K;urama buscandole, quizás alguien de las Tres grandes Aldeas tratando de darle caza, puede que incluso se imaginase a la mismísima Morikage tratandod e cortarle la cabeza por sus crímenes. Pero en lugar de todo eso, un ruido alertaría al jinchuriki del Nanabi arriba en el faldón de la cordillera que tenía a mano derecha. Si el titiritero se fijaba vería una mancha negra, más bien de un tamaño reducido descendiendo sin ningún tipo de control a medida que iba escupiendo improperios.

— ¡Mierda! ¡Auch!

Incluso para Juro podría resultar extrañamente familiar aquellos quejidos hasta que dio un último saltito y aterrizó a un par de metros del jinchuriki, justo delante suyo.

— ¡Al fin se acabó! — Kumopansa se descubrió, sacudiéndose el polvo que había ido recolectando. — Qué cojon...

El arácnido que no callaba ni bajo el agua, se quedó sin palabras al descubrir que no estaba sola, sino que allí, a un par de metros, en medio del Valle Aodori estaba el mismísimo Eikyuu Juro.

— No, no, no ,no, me estás vacilando colega — negaba con la cabeza y alguna de sus patas — No puedes ser real. Osea no me jodas
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
#3
Juro se quedó congelado en su sitio. Puede que no fuera algo muy recomendable, teniendo en cuenta que un ataque sorpresa podría ser su fin, pero no pudo evitarlo. Aquel ser que se apareció delante no era un enemigo, ni un siervo de Kurama. Era una pequeña criatura que le resultó más que familiar: la araña compañera de Yota.

Puede que hubiera pasado más de un año desde que se vieron. Puede que sus interacciones hubieran sido extrañas, pero la recordaba. Su extraña personalidad y lo mucho que le gustaba sacar de quicio a su dueño, su humor y sus múltiples patas.

Inconscientemente, Juro empezó a temblar. Si ella estaba aquí, eso quería decir...

Encontrar a su antiguo mejor amigo había sido uno de sus deseos cuando partió de ese desierto, pero ahora que lo tenía al alcance de su mano, sintió puro terror. No se sentía capaz. Quiso dar la vuelta y echar a correr aprovechando la confusión, cordillera a bajo. Sin embargo, algo le detuvo: la sensación de que si hacía eso, se habría acabado.

Era su última oportunidad de hablar con él. Y Kumopansa era la criatura que podía ayudarle, aunque ahora mismo, no estaba seguro de que en que términos estaba su relación. Ella nunca fue a la misión que los separó para siempre, pero sí estaba en la aldea cuando Juro estuvo a punto de mandar todo a la mierda.

— H-hola — Y se quedó callado. Joder. Esto era más difícil de lo que parecía. Y estaba hablando con una araña —. S-si, soy real. Esto... bueno... no sé ni si quiera... como empezar. Yo... pasaba por aquí y.... ya sabes, el frió y eso. Menudo tiempo hace, ¿eh? ... Mierda, perdona, no quería empezar una conversación de esta manera.

Cada vez hablaba más rápido y se ponía más rojo. Al parecer, un año en el desierto no te ayudaba precisamente a interactuar con tus fantasmas del pasado.

» Yo... no quiero hacer daño a nadie. Perdóname — dio un par de pasos para atrás y alzó las manos, en signo de rendición —. ¿Estás bien? La caída parecía grande. ¿Te has hecho daño?
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
#4
Pero aquel muchacho, por el cual su caberza tenía un precio dentro de las fronteras de Kusagakure se había quedado congelado en el sitio, como hubiese visto un fantasma y el pánico o el terror hubiese incapacitado o paralizada cada músculo de su ser.

— H-hola — Y se quedó callado. Joder. Esto era más difícil de lo que parecía. Y estaba hablando con una araña —. S-si, soy real. Esto... bueno... no sé ni si quiera... como empezar. Yo... pasaba por aquí y.... ya sabes, el frió y eso. Menudo tiempo hace, ¿eh? ... Mierda, perdona, no quería empezar una conversación de esta manera.

Había empezado a hablar, pero le costaba horrores construir una mísera frase. Realmente parecía que estaba al borde del colapso.

» Yo... no quiero hacer daño a nadie. Perdóname — dio un par de pasos para atrás y alzó las manos, en signo de rendición —. ¿Estás bien? La caída parecía grande. ¿Te has hecho daño?

Kumopansa, tras aquello no sabía muy bien cómo debía reaccionar pero optó por una posición defensiva, mostrando levemente sus quelíceros y dejando claro que si Juro trataba algo, la araña iba a responder.

— ¿Me tiene miedo? — replicó el arácnido. — Mierda, ¿qué coño haces aquí?

— ¡Kumopansa!

Los peores presagios del titiritero empezaban a tornarse realidades, La voz del que había sido su mejor amigo en Kusagakure resonaba por el valle. Parecía que venía en lo alto de la ladera por la que había aterrizado accidentalmente la araña, pero si alzaba la vista no le vería.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
#5
La araña parecía más que desconcertada y no era para menos. Juro temblaba y parecía aterrado, aunque en realidad, lo que le perseguía eran sus propios fantasmas del pasado, no la presencia del animal. De cualquier manera, el muchacho hizo un esfuerzo por serenarse, a sabiendas de que esa actitud no le llevaría a ninguna parte.

La araña le preguntó sobre su presencia. Antes de que pudiera contestar, sin embargo, escuchó algo que le removió aún más por dentro: era Yota, y estaba buscando a su compañera. Mierda. No le quedaba tiempo y aún no había tomado una decisión sobre cómo hacerlo.

Apostó por la araña que tenía delante. Era mucho más racional que Yota y no tenía tan mala leche.

— Estaba buscando lugares recónditos — susurró el marionetista, para que su voz no se proyectara lo suficiente como para que se le escuchara arriba —. Y encontré este. No me dirás que no está precisamente en el culo del mundo. ¿Cómo iba a saber que vosotros estabais aquí?

» Sé que no vas a creerme tan fácilmente, pero no he venido a haceros daño. En serio. Yo... no he olvidado aquellos tiempos... — murmuró, más bajo incluso que el tono que había estado utilizando hasta ahora. Recordarlos solo le producían más dolor —. ¿Hay más... más ninjas de Kusagakure en la zona?

Era una apuesta, desde luego. Esa araña podía tenderle una trampa y llevarle a su perdición. Pero aun así, había decidido confiar.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
#6
La tensión inicial parecía disminuir un poco, pese al pico de intensidad que provocó la voz de Yota en el jinchuriki y exiliado de Kusagakure. Por suerte para él, el que fuera su amigo y compañero de equipo en la aldea todavía no se mostraba, así que trató de tomar las riendas de la situación y zanjar aquel encuentro antes de que fuese demasiado tarde.

Y encontré este. No me dirás que no está precisamente en el culo del mundo. ¿Cómo iba a saber que vosotros estabais aquí?

— Porque mi hogar está en este Valle. Hemos venido a entrenar

Y la verdad es que la araña ya había hablado demasiado y posiblemente aquello serviría para disipar las dudas de la siguiente duda de Juro.

» Sé que no vas a creerme tan fácilmente, pero no he venido a haceros daño. En serio. Yo... no he olvidado aquellos tiempos... ¿Hay más... más ninjas de Kusagakure en la zona?

— ¿Como iba a saberlo? Podrían habernos seguido o podrían no haberlo hecho, yo qué sé — decía el arácnido con un inusual semblante serio y seco que la situación requería. — ¿De qué tiempos hablas?

Aunque sabía perfectamente de qué tiempos hablaba.

— Supongo que aparecerá en cualquier momento — Kumopansa echó una ojeada a la cresta de la cordillera — Pero te aseguro que Yota si que ha pensado cada uno de los días en lo qué pasó y en lo que podría haber pasado si no hubierais caído en la trampa del veneno.

Oh, sí, aquel momento. el momento en el que supuestamente se fraguó la gran traición. Aquello lo cambió todo y lo peor de todo es que tan solo fue una decisión o, mejor dicho, una no decisión.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
#7
Juro pudo respirar un poco más tranquilo en cuanto supo la verdad: aquello era la casa de Kumopansa y probablemente más arañas como ella. Estar en su nido era una perspectiva un poco tétrica, pero mucho mejor que la de encontrarse de frente con un escuadrón de shinobis armados contra él. Siempre estaba la perspectiva de ser perseguido, claro, pero de momento, confiaba en su suerte.

— ¿De qué tiempos hablas?

La contestación del arácnido fue como un jarro de agua fría hacia él. Fuera o no en serio, tuviera o no un sentido, aquello le dolió. Juro había atesorado esos recuerdos muy profundamente en su corazón y esa clase de contestación parecía querer quitarles valor.

— Unos tiempos donde reíamos y luchábamos codo con codo ante las adversidades. Nuestros mayores problemas eran las discusiones que solíamos tener por el mal genio de Yota. Nos encantaba medir nuestras fuerzas, competir, y soñar con el futuro. Eran mucho más sencillos y felices — disimuló la mueca que había hecho, prueba de la herida que acababa de recibir. Aun así, su voz sonaba ligeramente apenada —. Pero entiendo que no lo recuerdes. Ha llovido mucho desde entonces.

La verdad es que Juro no sabía que hacer. Quedarse ahí sería confrontar a Yota. Pero ya había sido descubierto y Kumopansa correría a contarle todo de cualquier manera. ¿No sería peor entonces desaparecer y dejar claro que no quiere verle? ¿Y si le persiguieran?

« Ya he tomado una decisión. Debo de ser valiente con ello »

Mientras tanto, la araña le estaba dando conversación, desde luego. Las pullas iban y venían y el marionetista las encajaba como mejor podía. De todas formas, no había esperado una conversación tranquila y sosegada. Que no le saltaran al cuello era ya un mérito.

— Yo también he estado pensando. Supongo que en eso somos iguales. En el día en que todo eso ocurrió.... bueno, no. Mi memoria siempre me lleva al día en el que el Morikage decidió sellar el bijuu en mí — Juro suspiró —. Todo habría sido tan jodidamente fácil si simplemente hubieran cogido a otra persona.

» Créeme, lo sé. Sé que no solo he destruido mi vida, sino que he jodido a muchas personas. A los que dejé atrás. Ese es uno de mis pecados más grandes. Pero el pasado no puede cambiarse, por mucho que quiera.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
#8
— Unos tiempos donde reíamos y luchábamos codo con codo ante las adversidades. Nuestros mayores problemas eran las discusiones que solíamos tener por el mal genio de Yota. Nos encantaba medir nuestras fuerzas, competir, y soñar con el futuro. Eran mucho más sencillos y felices. Pero entiendo que no lo recuerdes. Ha llovido mucho desde entonces.

— Ah vale, vale, ahora quieres hacerte la víctima. Estupendooooo

Pero tenía razón. En el poco tiempo que habían convivido Juro y Kumopansa, habían creado un ambiente de buen rollo con el claro nexo que suponía Yota para aquello. Sin embargo, debido a los acontecimientos ocurridos en Kusagakure, ahora todo era muy distinto, Juro se asemejaba más a un enemigo que a otra cosa. Alguien a quien había que darle caza y en caso de no poderle dar caza, habría que darle la muerte. El caso es que Kintsugi quería su jodida cabeza, al igual que el resto de kusajins.

— Yo también he estado pensando. Supongo que en eso somos iguales. En el día en que todo eso ocurrió.... bueno, no. Mi memoria siempre me lleva al día en el que el Morikage decidió sellar el bijuu en mí — Juro suspiró —. Todo habría sido tan jodidamente fácil si simplemente hubieran cogido a otra persona.

» Créeme, lo sé. Sé que no solo he destruido mi vida, sino que he jodido a muchas personas. A los que dejé atrás. Ese es uno de mis pecados más grandes. Pero el pasado no puede cambiarse, por mucho que quiera.


— ¡EIKYU JURO!

Era nada más y nada menos que la inconfundible voz de Yota. Kumopansa miró arriba de aquella pequeña colina, donde su compañero yacía y empezó a descender por la ladera. El ambiente empezó a helarse por momentos y eso se veía en el vello del arácnido, ahora todo de punta. Todos los presentes habían deseado aquel encuentro con muchas ganas, pero ahora que había llegado, Kumopansa empezaba a arrepentirse. Solo hacía falta un pequeño chispazo para que todo saltase por los aires.

— Vas a tener que responder muchas preguntas — dije, tras colocarme al lado de Kumopansa.

Juro podría ver un Yota cambiado y en el que lo más destacable sería aquel chaleco azabache que indicaba que sus tiempos de gennin habían pasado a mejor vida.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
1
1
#9
Juro supo que Kumopansa no iba a simpatizar con él desde el momento en que abrió la boca. No, él no se hacía la víctima. Sus sentimientos eran sinceros, aunque sus actos ya hubieran hablado mentiras de él. Si tan solo pudiera conectar como lo hacían antes, quizá antes pudiera entenderle. Pero ya era tarde. No respondió, puesto que no tuvo palabras.

Y antes de que la cosa pudiera continuar, entonces, un gritó cortó el aire y llamó al silencio.

Mientras Yota descendía, Juro pasó por todas las emociones posibles. Si Kumopansa se arrepentía de haber ayudado a este encuentro, el marionetista no fue menos. De pronto, se sentía fuera de lugar. Como un extraño. Sus vínculos se habían roto y ante él estaba un ninja de Kusagakure, algo que llevaba un año evitando. Y lo peor de todo es que él mismo había provocado esta situación. ¿Qué diablos se le pasaba por la cabeza? ¿Se había suicidado él solito?

Sin embargo, cuando observó a su ex compañero, no pudo evitar que los sentimientos afloraran en su interior. Habían sido amigos desde la academia y su relación siempre había sido muy fuerte. Dolor, amistad, cariño, tristeza... todo empezó a formarse una bola en su garganta, que le impidió decir nada.

En la mirada de Yota había odio, probablemente. Pero él era incapaz de mirarle de esa manera. La mirada de Juro era tan volatil que no sabía si quiera como afrontarlo.

Había muchas cosas que hubiera querido decir en ese momento: "Me alegro de que estés bien". "¡Qué cambiado estás! "¿Cómo está todo por la villa?". "¿Por qué no vamos a algún puesto de comida rápida, como en los viejos tiempos?". "¡Vamos de aventuras!". "Enhorabuena por tu ascenso"...

..."siento haberte dejado atrás".

Pero no pudo. Simplemente, se dio cuenta de que no pudo hacerlo.

— Si. Estas en tu derecho de preguntar. Adelante — Trató de sonar lo más sereno que pudo. No quería ocultar sus sentimientos, pero entendió, en parte por la reacción de Kumopansa anterior, que expresarse de manera tan temprana solo iba a llevar a malentendidos y a representar un papel de "víctima".
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
2
1
1
#10
Sin embargo, Juro no encontraría odio. Esa no era la forma en la que me sentía. En su lugar, sentía rabia, dolor, confusión, incertidumbre... Desde el momento en el que puso punto y final a la vida de Kenzou-sama que necesité saber de los motivos que habían movido al jinchuriki a hacer aquel acto atroz. Necesitaba saber quién le había engañado y, en definitiva quién o quienes eran los que querían hacer daño a Kusagakure. Y si lo había hecho por sí mismo, lo acabaría pagando.

— Si. Estas en tu derecho de preguntar. Adelante

El titiritero sonó bastante seco, como tratando de mantener la compostura. Cada vez, mantenerse firme costaba más así que lo más sensato sería afrontar aquello lo más rápido posible.

— ¿Por qué nos traicionaste? ¿Por qué mataste al Morikage?

La realidad es que tenía más preguntas, pero aquellas para empezar eran suficientes, al menos por el momento. Directo al grano. No sé si eran las preguntas que haría la Morikage en un primer momento, pero lo cierto es que había pensado muchas veces en este momento y ahora que había llegado, toda aquella supuesta preparación no sirvió absolutamente de nada y tuve que improvisar como pude.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
#11
— ¿Por qué nos traicionaste? ¿Por qué mataste al Morikage?

Por supuesto. Era la pregunta más lógica. Lo que cualquier persona con dos dedos de frente y que lo hubiera conocido le preguntaría...

... y sin embargo, los dos eran igual en un aspecto, y es que Juro también se había tratado de preparar mentalmente para responder a una pregunta semejante. Pero era imposible. ¿Cómo resumir en unas palabras aquella terrible sensación de arrepentimiento? ¿El miedo que sintió cuando la persona en la que más confiaba decidió volver la espalda contra él? ¿La estúpida idea que había tenido de tratar de engañarle para evitar un conflicto que luego se desencadenó sin remedio? ¿La sensación de que estaba a punto de ser asesinado por aquel hombre?

Suspiró. Era imposible. Los sentimientos le desbordaban. Le atontaban. Le hacían incapaz de expresarse. Y aunque lo hiciera, nadie le entendería.

Aun así... aunque fuera imposible...

— Yo... nunca quise traicionar a Kusagakure. Ni asesinar a Kenzou-sama — Tan solo pronunciar su nombre le dio una terrible sensación de nostalgia. Aún seguía guardandole el respeto que se merecía, a pesar de todo lo que había pasado —. No fue algo intencional. Nunca hubiera esperado que las cosas habrían acabado así.

... tenía que intentar que le entendiera. Puede que los sentimientos y las experiencias sean imposibles de transmitir, pero hay algo que sí, y eso son los hechos.

Clavó la mirada en Yota. Esta vez, con intensidad. Era la primera persona que veía de verdad en un año. La primera persona de su antigua vida. Y la primera a la que siempre había querido encontrar. Porque, desde hace un año, le debía algo. Algo muy importante.

— Sé en la situación en la que estamos. Sé que ahora mismo estas decidiendo que hacer conmigo — Costaba. Costaba horrores. Sus palabras parecían pesos muertos colgando de la garganta —. Pero antes de tomar una decisión y antes de hacer mas preguntas, hay algo que debes saber.

»Quiero contarte lo que pasó en la cueva aquel día. Y en el despacho del Morikage. La historia de lo que ocurrió y que nadie más sabe — Suspiró apesadumbradamente —. Una vez que la oigas, tú mismo puedes tomar la decisión que creas conveniente.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
1
#12
Todo parecía que estaba avanzando a gran velocidad y mi cabeza estaba a punto de perder el control. Esa sensación como si miles de hormigas estuvieran correteando por encima del cerebro de uno, provocando aquel particular cosquilleo. Al mismo tiempo, trataba de pensar en Kusagakure y en lo que debía hacer, pero también me venían a la mente las cosas que había vivido con la persona que actualmente era la más odiada de la nación que juramos proteger. Los dos. Todos los ninjas de la hierba cuando recibimos la bandana de Kusagakure.

— Yo... nunca quise traicionar a Kusagakure. Ni asesinar a Kenzou-sama

— Pues te salió un poco mal la jugada, chico

Era tal y como lo decía Kumopansa. Si esas eran sus convicciones, lo hizo de la peor manera posible, lanzando aquel rayo mortífero sobre su propia aldea, teniendo Kenzou de sacrificarse con su propia vida para protegerla. Fue, pues, el viejo quien fue fiel al juramento.

No fue algo intencional. Nunca hubiera esperado que las cosas habrían acabado así.

Estaba por la labor de dejarle explicarse, pero estaba poniendo las cosas realmente difíciles. Es como si, de algún modo estuviera disfrutando con aquello. Aunque su actitud no decía eso, sus palabras, por el momento sonaban algo burlescas. Entonces clavó su mirada sobre la mía. costaba, pero quería mantenerla. Sin embargo, no tardé en caer derrotado y tuve que desviar mi mirada al suelo mientras las emociones seguían nublando mi raciocinio.

— Sé en la situación en la que estamos. Sé que ahora mismo estas decidiendo que hacer conmigo

«Bueno, ya podemos decir que estamos de acuerdo en algo»

Pero antes de tomar una decisión y antes de hacer mas preguntas, hay algo que debes saber.

»Quiero contarte lo que pasó en la cueva aquel día. Y en el despacho del Morikage. La historia de lo que ocurrió y que nadie más sabe


Volví a levantar la cabeza, sorprendido. Aquello suponía un giro importante en los acontecimientos. ¿Para qué contar todo lo sucedido si simplemente su objetivo era acabar con la vida de Kenzou-sama?

Una vez que la oigas, tú mismo puedes tomar la decisión que creas conveniente.

— Está bien, te escucho.

No conseguía rebajar el tono serio de mis palabras, pero una parte de mi ardía en deseos de que todo fuese un jodido gran mal entendido y que, pese a todo, el supuesto traidor fuese Kenzou y Juro se hubiese visto obligado a defenderse de aquel modo. Hasta el momento aquella idea no había entrado en mi cabeza, pero llegados a aquel punto, me aferraba a cualquier cosa.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
1
1
#13
Escuchar que al menos tendría una oportunidad para explicarse hizo que sintiera un profundo alivio. Había imaginado muchos escenarios, pero en la mayoría, todo acababa en un baño de sangre. Puede que sus vínculos habían quedado olvidados, pero él nunca había querido cortarlos. Quizá, solo quizá, aún no estuvieran rotos de manera irremediable.

— Gracias — no dijo más, pero en su mirada se pudo apreciar el brillo de esperanza que por unos segundos sintió —. .. y a tí también voy a contartelo, Kumopansa, claro. No quiero sacarte fuera de esto.

Se aclaró la garganta y se cruzó de brazos. ¿Cómo empezar una historia semejante? Supuso que paso a paso. Habían pasado muchas cosas y no quería dejarse ninguna. Aunque era consciente de que el tiempo apremiaba y que los dos se podían impacientar, la cantidad de información que podía darle valía la pena. Muchísimo. Una de las cosas que durante aquel año había lamentado, además del exilio y el abandonar su antigua vida, era que la mayor parte de las cosas que habían descubierto aquel día no iban a ser sabidas por nadie. El único al que se las había contado no había tenido tiempo para comunicarlas, lamentablemente.

No sabía que haría Yota con aquella información, pero al menos con eso, uno de sus remordimientos desaparecería. Ahora su antiguo compañero compartiría la carga que tenía.

— Empecemos por el principio. Lo que ocurrió en aquella habitación con aquella persona de cuyo rostro aún soy incapaz de acordarme — Hizo una mueca —. Lo siento, sé que no es un recuerdo agradable. Esa persona me drogó y me secuestró. Anduvimos toda la noche viajando. Mi consciencia iba y venía, pero la droga era muy potente y mi cuerpo no respondía. Solo pude dejarme llevar por la situación. Al fin y al cabo, creía que estabas muerto y nadie más sabía mi paradero.

» La primera cosa que podría interesaros es que esa persona no aparentaba ser uno de los generales de Kurama. Por supuesto, no estoy seguro, pero sus palabras me lo hicieron notar. En la madrugada, me dejó en un sitio que había acordado con Kurama, en una cueva oculta en el interior de una cascada. Me esposó y me abandonó ahí, diciendo que otros llegarían a juzgar mi destino y que su trabajo había terminado. Como un intermediario — murmuró. Sus ojos se llenaron de angustia. No era un recuerdo agradable. Solo recordar la desesperación que había sentido en aquel momento. Abandonado, creyendo a su mejor amigo muerto, sabiendose a punto de ser víctima de un destino irremediable sin pronóstico de ayuda —. Después de que se marchara, apareció el verdadero general.

Juro era consciente de que parte de esta información Yota ya la sabía. Al fin y al cabo, tras volver, antes de partir a Kusagakure, tuvieron un breve encuentro. Pero lo que le dijo fue tan breve y tan manipulado para evitar revelar nada importante delante del resto de gente, que sentía la necesidad de empezar desde el principio y sincerarse del todo. Esperó que Yota lo entendiera.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
#14
.. y a tí también voy a contartelo, Kumopansa, claro. No quiero sacarte fuera de esto.

— Si, vale, vale, suéltalo de una vez

Kumopansa seguía dando muestras de su orgullo. A veces hasta yo me sorprendía de lo grande que era, hasta el punto de que a veces podía resultar algo claramente negativo. Pero en aquella ocasión no la juzgaba, todos habíamos sufrido mucho desde los atroces actos del marionetista y, en el poco tiempo que Juro y Kumopansa coincidieron en Kusagakure, el arácnido había simpatizado rápidamente con el jinchuriki.

— Empecemos por el principio. Lo que ocurrió en aquella habitación con aquella persona de cuyo rostro aún soy incapaz de acordarme

El momento de la gran cagada, como olvidarlo. Allí fue donde, literalmente se fue todo a la mierda ys olo el capricho del destino impidió que yo no muriera.

Lo siento, sé que no es un recuerdo agradable. Esa persona me drogó y me secuestró. Anduvimos toda la noche viajando. Mi consciencia iba y venía, pero la droga era muy potente y mi cuerpo no respondía. Solo pude dejarme llevar por la situación. Al fin y al cabo, creía que estabas muerto y nadie más sabía mi paradero.

Levanté mi camiseta, enseñándole mi torso con las 6 incisiones del cuchillo de aquel hijo de la gran puta.

— Yo también pensé que había muerto. Recuerdo con tristeza lamentar que te había fallado, pero cada día que pasa tengo más dudas de si te fallé yo o nos fallaste tú

Volví a bajarme la camiseta, omitiendo así la parte en la que el perro del Daimyo alertó a los miembros del castillo y, por consecuencia me salvó la jodida vida. Recuerdo mi relación con aquel animal, como una de amor odio en la que acabé eternamente agradecido. No obstante, después de aquel episodio no volví a ver a Yomi. Pero eso no era lo que nos atañía en aquel momento así que no interrumpí más a Juro. Quería que acabase de contar su verdad.

» La primera cosa que podría interesaros es que esa persona no aparentaba ser uno de los generales de Kurama. Por supuesto, no estoy seguro, pero sus palabras me lo hicieron notar. En la madrugada, me dejó en un sitio que había acordado con Kurama, en una cueva oculta en el interior de una cascada. Me esposó y me abandonó ahí, diciendo que otros llegarían a juzgar mi destino y que su trabajo había terminado. Como un intermediario

«Al parecer tu estabas más jodido de lo que lo estuve yo, y eso ya es decir»

Después de que se marchara, apareció el verdadero general.

Pero entonces como que se calló, quizás esperando que yo dijese algo o hiciese algo.

— ¿Y bien? ¿Quién era el General? ¿Qué pasó después?

— Ahora viene la parte en la que te unes al ejército de Kurama, ¿verdad, traidor?

La araña seguía tan ácida como de costumbre, solo que en aquel caso además de ácida estaba dolida con su interlocutor.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
#15
— Yo también pensé que había muerto. Recuerdo con tristeza lamentar que te había fallado, pero cada día que pasa tengo más dudas de si te fallé yo o nos fallaste tú

Juro observó el torso de Yota. En fin, le habían quedado unas buenas cicatrices. Eso, junto a su seriedad y los cambios que había experimentado durante aquel año en el que habían estado separados, le daba una apariencia de veterano. Casi intimidante, incluso. Pero eso no podía impresionar a Juro. Al fin y al cabo, lo conocía desde que era un niño. Y en el fondo, ya se había dado cuenta de que seguía teniendo el mismo carácter sentimental, por mucho que se empeñara en hacerse el duro.

— Sigues siendo igual de cabezota que siempre, ¿eh? — repuso Juro, y, a pesar de que había sido un comentario de lo más ácido, en su tono no se podía apreciar más que cariño —. Te lo dije cuando nos volvimos a reencontrar. No fue culpa tuya y nadie, ni el más experto, podría haber evitado que me capturaran. Prefiero que pienses que fui yo el que fallé. Supongo que, en realidad, sí que fue así.

El comentario de Kumopansa, sin embargo, hizo que perdiera toda la amabilidad. Su rostro adquirió mayor seriedad, llegando incluso a reflejar ira, aunque se desvaneció segundos después. La sola mención a Kurama y la posibilidad de que él estuviera en el mismo barco que aquel zorro trastornado le repugnó mucho.

— Lo que pasó después... — prosiguió, ignorando el reproche de la araña — , fue algo que oculté hasta llegar al despacho del Morikage. Porque era una información delicada y no quería que nadie pudiera irse de la lengua hasta que el Morikage decidiera que hacer con ella.

»La identidad del general de Kurama era una persona que tu y yo conocemos bien. El general era Yubiwa.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
1



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.