Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—¡Claro! Sería genial que vinierais alguna vez. —Contestó Daigo, justo antes de que Meme hablase.
El chico se rio un poco al ver cómo Ranko tuvo que convencer a Meme de que lo animase. La verdad es que la chica le había parecido algo fría en primera instancia, pero nadie podía negar que se notaba lo mucho que parecía querer a su hermana adoptiva.
—¡Lo primero es calentar! —Explicó—. La técnica no es muy complicada de hacer una vez lo pillas, pero incluso el calentamiento será muy duro. ¿Estás lista?
Esperó a que Ranko se lo confirmase, antes de girarse y hacerle una seña para que le siga, sonriendo.
—¡Bien! Empecemos corriendo un poco. —Dijo, empezando a trotar a un ritmo acelerado, al menos bajo sus estándares—. Dime, Sagisō-chan. ¿Cuánto tiempo puedes estar corriendo sin descansar?
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Ranko aplaudió un par de veces cuando Daigo aceptó su visita a la cafetería. En cuanto el peliverde le indicó que era momento de comenzar con el calentamiento, la castaña miró a Meme y asintió y alzó un pulgar en su dirección. La pelirroja devolvió el movimiento de cabeza, y comenzó a mover sus pompones metálicos, aunque parecía estar más bailando que animando.
—Calentar, ¡entendido! —Ranko siguió a Daigo, quien había comenzado a trotar. La chica sonrió y se apresuró a alcanzarle en distancia y velocidad —. Ah… La-la verdad no sé. Creo que nunca lo he cronometrado… Si corro suelo hacerlo hasta que sienta que mi cuerpo está listo para continuar con otra cosa. C-creo…
—Oh ¿nunca has llegado hasta tu límite? —Dijo, mientras trotaba—. Pues hoy vamos a encontrarlo.
El chico le sonrió, antes de aumentar un poco más el ritmo. Aún así, Ranko se daría cuenta rápidamente de que no solo podía seguirle el ritmo, sino que podía ir algo más rápido que él.
—Es necesario conocer tus límites para esta técnica. —Explicó—. No puedes simplemente aumentar tu fuerza sin control. Si te pasas de tu límite, te harás daño.
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Ranko asintió cuando Daigo le dijo que lo encontrarían. Aceleró a la par del peliverde, manteniéndose a su paso sin problema. Curiosamente las palabras de su amigo le hicieron sonreír. Ella sabía muy bien de sobrepasar límites, o al menos conocía la teoría.
—Es gracioso. Las técnicas de madre son similares. E-El Hachimon Tonko trata precisamente de romper los límites. A-aunque no pudo hacerlo aún...
Por un momento se imaginó cómo sería usar ambas técnicas al mismo tiempo. ¿Podría su cuerpo contener tal fuerza? Por eso debía entrenar, ¿no?
—¡Tranquila! Seguro que acabas dominando el Hachimon Tonko antes de que te des cuenta. —Dijo—. Especialmente después de dominar esta técnica.
Mientras hablaba, Ranko podía notar como el chico no solo corría un poco más lento, sino que también parecía cansarse bastante más rápido que ella. De hecho su estado físico parecía mucho peor que el día anterior, realmente. Aún así, no parecía bajar el ritmo.
—La verdad es que yo también experimenté un poco con intentar romper mi límite en su momento, pero lo único que conseguí fue romperme yo. Quizás tú puedas hacerlo más fácil.
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—¡Gracias por los ánimos, Daigo! —respondió Ranko con una gran sonrisa —. Espero no ser una estudiante lenta ja ja.
A pesar de que la de la trenza no era muy minuciosa, logró notar que Daigo no estaba al cien por ciento.
—¿Daigo? Ahm... ¿Te encuentras bien? Ta-tal vez lo de ayer fue demasiado... O tal vez fue demasiado pronto entrenar hoy...
Ranko recordó el Torneo de los Dojos, y cómo se había enterado que Daigo prácticamente se había lanzado a los escombros para intentar rescatar gente. ¿Tan poco le importaba su propia vida al boxeador? ¿O tan distraído era como para prestarle atención al daño a su cuerpo? Esperaba que Daigo no llegara a tal punto ese día...
—¿Tanto se nota? —Preguntó. Realmente se creía mejor disimulándolo—. Es lo que te comentaba ayer. Si usas la técnica demasiado tiempo, luego tienes que descansar, durante meses.
Luego de haber dicho aquello, el chico se dio cuenta de que quizás esa explicación era más preocupante que reconfortante.
—¡Pero tranquila! Mientras tenga la técnica activa volveré a estar al cien por cien. Solo tengo que ocuparme de no pasarme tanto. —Dijo, riéndose—. Ayer me emocioné un poco.
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—¿Meses? —Ranko aceleró hasta estar a la par de su amigo —. ¡Pero si lo acabas de usar ayer! ¡Dos veces!
En lugar de preocupación, la voz de Ranko parecía regalar al peliverde.
—¿¡Mientras la tengas activa!? ¿Y cuando la dejes de usar qué te pasará? Daigo, no quiero que te lastimes por un entrenamiento… Aunque… t-tú sabes mejor que nadie cuáles son las consecuencias de tu técnica…
Suspiraría sonoramente, sin aminorar su paso.
—Yo también estaba… estoy emocionada. S-sólo detente antes de que recibas daño. Demasiado daño.
Sabía que Daigo se excedería, sólo esperaba que no se excediera en exceso. ¿Era eso posible?
Definitivamente la explicación de Daigo preocupó a su compañera mucho más de lo que pretendía.
—Cuando la dejo de usar vuelvo a estar igual de cansado que antes. —Explicó, suponiendo que era justo explicarle esos detalles sobre la técnica—. Aunque el tiempo que tendré que descansar no aumentará, a menos que vuelva a excederme.
El chico miró hacia el frente un segundo. Entendía la preocupación de Ranko, de hecho, él también se preocuparía si escuchase que un amigo suyo hace lo mismo que él. Pero esa era la única manera que tenía él de ser fuerte.
—No te preocupes, Sagisō-chan. Sé que a menudo suelo excederme un poco, pero te prometo que no me voy a hacer daño. —Le dijo, sonriendo para calmarla—. Soy más duro de lo que parezco.
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El tono de Ranko volvió a sonar un tanto preocupado.
—E-eso espero. Hasta una viga de acero puede doblarse bajo la presión suficiente…
Ranko volteó a ver a su hermanastra, como si la mención del metal fuera atraída a ella. Meme estaba de pie a la distancia, moviendo sus pompones metálicos en el aire, danzando. La castaña se dio cuenta de que ya llevaban un rato corriendo. Le cansaba más el preocuparse por Daigo que el ejercitarse. ¿Cuánto más tardaría en llegar a su límite?
Animada por el espíritu de Meme, Ranko sonrío muy ampliamente.
—Bueno, por mientras ¡L-lo daré todo para estar a la par de Daigo-san, entonces!
«Soy yo el que tiene que esforzarse para estar a tu nivel, Sagisō-chan».
. . .
Ambos estuvieron un buen rato corriendo hasta que literalmente no pudieron más, y repito: hasta que literalmente no pudieron más. Daigo tuvo que detenerse algo antes que su compañera, pero eso no le impidió animarla a continuar.
Luego, durante un par de horas, el boxeador le explicó el funcionamiento de su técnica a Ranko, entrenándola además con algunos ejercicios físicos para medir su progreso.
Como prueba final del día, tal y como habían acordado, ambos se prepararon para tener un combate de entrenamiento.
—Igual que ayer, Sagisō-chan. No quiero que te contengas. —Dijo el chico, colocándose en su posición—. Al contrario. ¡Quiero que des tu máximo esfuerzo!
Poco a poco, el chakra alrededor de su cuerpo empezó a hacerse visible.
Hitai-ate (Brazo derecho)
Esposas supresoras de chakra (colgadas de la parte derecha de su cadera)
Kusari x2 (enrollados a la cadera)
Portaobjetos 2/10
Chīsana Makimono (Botín)
Chīsana Hyōrōgan x1
¤ Saidai no Doryoku ¤ Máximo Esfuerzo - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos:Taijutsu 70 - Gastos: 75 CK activación, (divide regeneración de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales:
+10 a Fuerza, Resistencia, Aguante, Agilidad, Destreza y Percepción
Al finalizar la técnica, el usuario sufrirá una penalización de 10 puntos a los mismos atributos hasta que pueda descansar apropiadamente o vuelva a activar la técnica. Si ha utilizado la técnica durante un total de 6 turnos antes de descansar, esta penalización se extenderá a una estación. Si se utiliza un total de 10 turnos, esta penalización aumentará a 20 puntos, y no desaparecerá al activar la técnica.
Utilizando una gran cantidad de chakra, el usuario es capaz de obligar a su propio cuerpo a actuar al máximo de sus capacidades durante un periodo prolongado de tiempo, pero tal esfuerzo tiene el peligro de acumular una gran cantidad de tensión en el cuerpo, que además sufrirá un efecto rebote que podría prolongarse durante durante un largo periodo de tiempo hasta que el cuerpo del usuario pueda descansar apropiadamente.
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7/07/2021, 17:04 (Última modificación: 7/07/2021, 17:06 por Sagiso Ranko. Editado 2 veces en total.)
Meme había sido la primera en cansarse, se había sentado hacía un rato, pero ahora estaba acostada, al borde del sueño, con los pompones metálicos como almohadas, pues la Suiken no era rígida.
Ranko resollaba, aunque parecía que Daigo estaba un tanto peor. Tal intenso calentamiento fue seguido por explicaciones y ejercicios de cómo activar el Máximo Esfuerzo. Lo que seguía se veía venir: un combate para poner en práctica lo aprendido. Ranko no estaba segura de si podría hacerlo adecuadamente, pero asintió. Empapada en sudor, y con los músculos adoloridos, tomó la pose del Hakuto no Mai.
Meme se había despertado, y ahora miraba con atención al par de amigos, a la expectativa de ver golpes kuseños.
Ranko sintió la energía de su cuerpo, la forzó a pasar por sus músculos, la obligó a revitalizarlos. Un momento, solo lo necesitaba por un momento. Se concentró instante, pero no pasó nada. Fue cuando dio un paso adelante y las fibras de su cuerpo gritaron cuando lo sintió.
Su cuerpo esforzándose.
—¡Adelante!
Sus ojos se tornaron fieros y su sonrisa se volvió decidida. Corrió hacia Daigo e intentó darle una fuerte patada al rostro con la diestra [-21 PV]
No era la técnica de su amigo al cien por ciento, pero ya la sentía comenzar a fluir, junto con su adrenalina.
«¡Lo está haciendo!» Pensó Daigo, sonriente al ver a Ranko esforzándose.
La chica corrió hacia él solo ligeramente más rápido que de costumbre, pero más rápida al fin y al cabo, antes de intentar lanzarle una patada directa hacia la cara al boxeador.
Daigo inclinó su cuerpo hacia la izquierda sin bajar la guardia, dejando que el pie de Ranko pasase a centímetros de su nuca mientras él lanzaba su propio puñetazo recto, pasando por debajo de la pierna de Ranko y buscando su rostro (20PV).
Hitai-ate (Brazo derecho)
Esposas supresoras de chakra (colgadas de la parte derecha de su cadera)
Kusari x2 (enrollados a la cadera)
Portaobjetos 2/10
Chīsana Makimono (Botín)
Chīsana Hyōrōgan x1
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A Ranko no le sorprendió que Daigo evitase su golpe, ni que le lanzase un puñetazo de vuelta. La chica alzó su brazo para interceptar el ataque y bloquearlo. Dio un paso atrás, buscando estabilizarse, pero apenas plantó ambos pies con firmeza, avanzó de nuevo.
"Cada segundo que pase así crea un nuevo límite, el nuevo máximo que he podido alcanzar. ¡Sólo tengo que romper cada nuevo límite, forzarme a seguir más allá!"
Su cuerpo descendió, pues su siguiente patada iría dirigida a las piernas de Daigo, cargada de chakra, lista para derribarlo [-60 PV].
—¡Reppū!
Ranko no lo notó en un inicio, pero el chakra que quemaba con su Máximo Esfuerzo comenzaba a hacerse visible sobre su cuerpo, como si rezumara un leve vapor rosa violáceo. La chica sentía sus músculos dar todo de sí mismos.
Con la maestría y la destreza que se esperaba de una especialista de Taijutsu como ella, Ranko bloqueó el puñetazo del boxeador, perdiendo el equilibrio momentáneamente y retrocediendo un paso.
La kunoichi volvió a avanzar, esta vez cambiando de niveles rápidamente para intentar atacar a las piernas de Daigo, quien apenas pudo vérselo venir, pero que consiguió esquivarlo saltando literalmente hasta el techo.
Desde allí, el chico se mantuvo agachado, pegado al techo, observando a Ranko.
«¡Es cada vez más rápida! El siguiente no podré esquivarlo».
A pesar de que estaba en problemas, Daigo sonrió. Por fin podía ver su técnica en manos de alguien realmente fuerte.
—¿Te has dado cuenta, Sagisō-chan? —Saltando desde allí directo hasta donde se encontraba Ranko para intentar golpearla en desde arriba (20 PV)—. ¡Estás brillando!
Hitai-ate (Brazo derecho)
Esposas supresoras de chakra (colgadas de la parte derecha de su cadera)
Kusari x2 (enrollados a la cadera)
Portaobjetos 2/10
Chīsana Makimono (Botín)
Chīsana Hyōrōgan x1
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!