· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
Hacía frío, mucho frío. Un frío húmedo, de los que se te pegaba a los huesos. Yota supo que se encontraba en algún tipo de cueva, en sus profundidades. Una hoguera iluminaba sus alrededores a pocos metros, única fuente de calor. No atinaba a ver la entrada de la cueva, tampoco ningún rastro de sus amigos. Lo único que sabía es que tenía las manos esposadas tras la espalda, que tenía un frío de cojones, que se encontraba débil de narices, y que la única persona viviente que tenía en frente a él era…
— Hola, bella durmiente. ¿Soñaste con algo bonito?
Zaide se encontraba sentado en un taburete. Tenía los codos apoyados en las rodillas, las manos cruzadas y le observaba con ojo atento. Desde la hoguera, Yota pudo apreciar otro detalle. Le llegó primero en forma de olor: pescado. Zaide tenía un palo atravesando varios atunes y estaba ahumándolos sobre el fuego.
— Yota. Ese es tu nombre, ¿cierto? Me suena. Oí de un chico que se llamaba igual, kusajin también, que participó en el Torneo de los Dojos. ¿No serás ese, huh?
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
Después de una nueva sesión de sueño mi cuerpo volvió a activarse. Lo hacía al ritmo que le habían dejado aquel día, es decir a trompicones. No suficiente con haberse comido una bola de fuego, luego una especie de ciclón de agua le golpeó con la furia de los mil mares de Ōnindo, después fue el turno del chidori. Lo mejor es que ya había pasado por 3 de los 5 elementos del ninjutsu. Oh, pero olvidé de forma ingenua que en ocasiones dichos elementos podían combinarse para crear uno más fuerte.
— F-frío...
¿Acaso así se sentía una técnica del Hyoton? Apenas sentía las puntas de los dedos. Qué digo, era justo lo contrario. las sentía tan bien que dolían en forma de pequeñas punzadas, como si alguien con un senbon o algún tipo de aguja estuviese entretenido pinchandome todos los dedos a la vez, tanto de pies como de manos. Por si no fuese poco, mi estomago rugió. La llamada de la naturaleza.
—Hola, bella durmiente. ¿Soñaste con algo bonito?
Traté de abrir los ojos al oír una voz. Creo que incluso di un pequeño respingo al escucharle, por alguna razón pensé que ya no quedaría nadie en aquel maldito valle, escenario de las peores desgracias que había conocido la humanidad. Cual fue mi sorpresa que ante mí seguía aquel hijo de la gran puta de Uchiha Zaide. Resoplé y luego me percaté. No estábamos en el Valle del Fin. No. Aquello tenía pinta de cueva. Por si fuera poco, traté de mover mis brazos para frotarme la cara, pero una nueva atadura me lo impedía.
— Me cago en mi puta vida — dije con pesadez — Si vas a matarme hazlo ya
El lote de sorpresas se seguía sucediendo, ahora no solo la vista alcanzaba a verlo sino que también aquel olorcillos e colaba en mis fosas nasales. El tipo estaba cocinando pescado. No era la gran delicia, pero para entonces me parecía un gran manjar. De hecho, cualquier cosa comestible y nutritiva me parecería la octava maravilla.
—Yota. Ese es tu nombre, ¿cierto? Me suena. Oí de un chico que se llamaba igual, kusajin también, que participó en el Torneo de los Dojos. ¿No serás ese, huh?
— Es posible que sea ese Yota — resople de nuevo y mis piernas temblaron del puto frío — Aunque se me conoce más por ser el cabrón que le plantó cara a uno de los Generales de Kurama para impedir que se pegasen un festín en el País del Bosque. Pero dime algo, ¿la araña y el gennin suicida están bien?
«Llevate mi vida si quieres, pero a ellos dales la oportunidad de seguir con sus vidas»
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 38
Exp: 0 puntos
Dinero: 0 ryōs
· Fue 60
· Pod 100
· Res 40
· Int 80
· Agu 60
· Car 100
· Agi 60
· Vol 80
· Des 80
· Per 80
Zaide sonrió. Aquel chico era gracioso.
—¿De verdad crees que voy a matarte después del trabajo que me costó mantenerte con vida? —Sí, quizá al chico le resultase rara aquella frase. Y, probablemente, fuese jodidamente pretenciosa y una verdad muy cogida con pinzas. Pero, oh, es que él no lo había visto. A Daigo, a la araña, tocándole las pelotas a cada oportunidad que tenían mientras él le tenía pillado por el gaznate—. Así que te enfrentaste a un General, ¿huh?
Vaya, le sorprendía. Iba a empezar con otras preguntas, pero aquello logró captar toda su atención. Tomó uno de los palos y se lo ofreció a Yota, con un pescado en él.
—Con un poco de contorsionismo seguro que eres capaz de pasar las manos hacia adelante, aún esposado —dijo. Luego tomó otro palo e hincó el diente a su atún—. Recién pescados. Con un poco de sal estarían de muerte, pero no están mal, ¿huh?
No es que él fuese famoso por su mano con la cocina. Pero si tenía un buen fuego y materia prima decente, al menos aseguraba algo comestible. Años comiendo a la intemperie tenía que servir para algo, después de todo.
—El suicida sigue vivo. Un poco convaleciente, eso no te lo voy a negar —dijo mientras daba otro mordisco—. La araña es muy maja. Está estupendamente.
»Así que cuéntame, Yota, ¿cómo te fue en ese cara a cara con el General? ¿Apuesto a que era un hijo de puta más grande que yo, huh?
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
—¿De verdad crees que voy a matarte después del trabajo que me costó mantenerte con vida?
Bueno, para qué negarlo. Lo que había dicho parecía tener hasta sentido. de quererme muerto nos e habría tomado las molestias que se había tomado y eso que probablemente entre el rato que me durmió y luego cuando caí inconsciente me hubiese perdido alguna que otra liada o algo así. Lo cierto es que fuimos unos ingenuos y tras aquella bola de fuego gigante tuvimos que habernos largado de allí. Sin más.
. Así que te enfrentaste a un General, ¿huh?
Asentí con la cabeza. Solo de recordar aquello me daban escalofríos. Más de los que ya tenía por el puto frío. El tipo me ofreció un palo de esos que tenía pinchado un pescado, me lo quedé mirando con cara de circunstancias.
—Con un poco de contorsionismo seguro que eres capaz de pasar las manos hacia adelante, aún esposado. Recién pescados. Con un poco de sal estarían de muerte, pero no están mal, ¿huh?
— ¿Un poco de contorsionismo? Vamos, suelta los grilletes. No voy a intentar nada. Ni siquiera estoy en un estado como para intentar nada. De hecho, a saber donde coño me has traído, lo mismo estoy en un sitio donde están todos tus amiguitos de Dragón Rojo.
«Casi que me ofende que me tome por un gilipollas de tal magnitud»
Al mismo tiempo, sonaba tranquilizador que tanto Daigo como Kumopansa estaban bien. Aunque eso de que la araña era maja... bueno, supongo que tenía sus días.
— Digamos que el que hizo de grano en el culo fui yo. Esos cabrones estaban buscando algo por el País del Bosque y fueron a toparse con el cabrón con más mala leche de la hierba mientras los demás os matabais en el valle de los Dojos. Pero qué te voy a contar sobre eso...
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 38
Exp: 0 puntos
Dinero: 0 ryōs
· Fue 60
· Pod 100
· Res 40
· Int 80
· Agu 60
· Car 100
· Agi 60
· Vol 80
· Des 80
· Per 80
Por lo que pudo comprobar, en Kusagakure todavía pensaban que Dragón Rojo estaba vivo y unido. Zaide prefirió que siguiese de esa manera, y no le contradijo. Mejor que creyesen que tenía amigos peligrosos a que le viesen como realmente era: un lobo solitario… y ya algo viejo.
—Después de lo que me costó capturarte, no puedo jugármela a soltarte las esposas. Menos teniendo en cuenta que eres el cabrón con más mala leche de la hierba —le quiso hacer entender. No es que temiese ser atacado, que algo sí. Pero un Shunshin bien ejecutado y quizá consiguiese escabullirse. No, ni de coña le soltaba. Dejó el palo con el pescado de Yota apoyado en la pared y siguió comiendo del suyo. Escupió a un lado unas espinas que se le habían colado en un bocado—. ¿Mataste al General, entonces? —quiso saber—. ¿Y qué pasa con Kurama? ¿Habéis hecho algún avance al respecto? ¿O estáis tan perdidos como con Dragón Rojo?
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
—Después de lo que me costó capturarte, no puedo jugármela a soltarte las esposas. Menos teniendo en cuenta que eres el cabrón con más mala leche de la hierba
En lugar de mostrar desaprobación o decepción, mi rostro dibujó una media sonrisa. Resultaba entre divertido e irónico que me hubiese seguido el juego de aquella referencia de ser el cabrón con más mala leche de entre los kusajin. Aunque, pensándolo bien, no era descartable que lo fuese. Posiblemente rivalizaría con la chica aquella que conocí el día que volví a Kusagakure durante el ataque de los revolucionarios aquellos que se compincharon con el propio Kurama. Zaide dejó mi pescado apoyado en la pared, así que no tuve otra que ir a por él. Me levanté y lo agarré con la mano. REgresé hasta mi asiento, tratandod e pasar el palo por debajo de las piernas sin romperlo ni joder el maldito pescado. Así sería como iba a comer, en una posción más cercana a la acciónd e cagar que a otra cosa. Di un primer mordisco.
«Si que está bastante soso, si...»
—. ¿Mataste al General, entonces? —quiso saber—. ¿Y qué pasa con Kurama? ¿Habéis hecho algún avance al respecto? ¿O estáis tan perdidos como con Dragón Rojo?
Cada vez que abría la boca se le veía más ansioso y curioso por aquel particular encuentro, pero no iba a pecar de estupidez. Por mucho que ahora estuviésemos en un ambiente más bien distendido, seguía estando maniatado y recluso por ese Uchiha cabrón y ya había dejado claro que aquello iba a seguir siendo así por el momento.
— Solo quise que se fuera con el rabo entre las piernas. Me costó pero lo conseguí. No hubiese sido prudente por mi parte otra cosa. No podía arriesgarme a que la cosa se fuese de madre, no en mi hogar — confesé para dar un nuevo mordisco al jodido pez. — Algo hemos aprendido de todo aquello, pero como imaginarás es confidencial y al último que se lo contaría es a ti
Tomé un poco de descanso, sujetando el palo entre mis piernas y apoyando el culo sobre la superficie que ejercía de silla.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 38
Exp: 0 puntos
Dinero: 0 ryōs
· Fue 60
· Pod 100
· Res 40
· Int 80
· Agu 60
· Car 100
· Agi 60
· Vol 80
· Des 80
· Per 80
Zaide sonrió. Pese a ser un sucio kusajin, tenía que reconocer que no le caía mal aquel chico. Estaba esposado, posiblemente frente a uno de los enemigos más brutales con los que se podía encontrar, y aún así tenía la audacia de no saciar su curiosidad.
—Confidencial, ¿huh? —se pasó la lengua por los dientes y tiró el palo al suelo—. ¿Alguna vez has presenciado una tortura, Yota? ¿Alguna vez la has sentido en tus carnes? Veo que te falta un dedo. ¿Fue eso lo que necesitaste para cantar? ¿Qué te cortasen uno?
Zaide sacó el hacha del cinto y empezó a jugar con ella. El filo se balanceó de un lado a otro frente a su rostro, imitando el movimiento del verdugo al ejecutar al reo. De izquierda a derecha, de izquierda a derecha…
—¡Juguemos a un juego! ¡Hagámoslo divertido! Finjamos que tú y yo estamos en la misma posición de poder. Finjamos que no te tengo cogido por los huevos y que, si quisiera, podría cortártelos para verte cantar. —Ningún torturador iba a igualarle una oferta así—. Tú me haces una pregunta, yo te respondo. Yo te hago una pregunta, tú me respondes. Nos vamos turnando. Pierde quien sea pillado en una mentira o no responda. Si te gano, empezarás a perder dedos. Si me ganas, el interrogatorio habrá terminado.
Así, cuando volviese a la villa, al menos el chico podría decir que consiguió algo a cambio. Que no regaló información en vano. Por Susano’o, ahora que lo pensaba bien, la oferta hasta era demasiado buena. Pero qué cojones, se sentía generoso.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
—. ¿Alguna vez has presenciado una tortura, Yota? ¿Alguna vez la has sentido en tus carnes? Veo que te falta un dedo. ¿Fue eso lo que necesitaste para cantar? ¿Qué te cortasen uno?
— Oh... el dedo. Fueron las secuelas de mi encontronazo con aquel secuaz de Kurama, nada más
Lo creyese o no, aquella era la verdad del, asunto. Perdí el puto dedo en el fragor de la batalla. Una batalla que en aquel momento no podía haber ganado. Como la que libramos contra el mismo interlocutor que tenía en frente. Algún día cambiarían las tornas, algún día... Di un último mordisco al pescado y dejé caer el palo al suelo.
—¡Juguemos a un juego! ¡Hagámoslo divertido! Finjamos que tú y yo estamos en la misma posición de poder. Finjamos que no te tengo cogido por los huevos y que, si quisiera, podría cortártelos para verte cantar.
Pude ver como disfrutaba, tanto en la puesta escénica como en el interés por llevar a cabo aquel intercambio. Le creyese o no... «¿acaso tengo elección?» Así que me encogí de hombros mientras el tipo seguía terminando con su particular oferta.
—. Tú me haces una pregunta, yo te respondo. Yo te hago una pregunta, tú me respondes. Nos vamos turnando. Pierde quien sea pillado en una mentira o no responda. Si te gano, empezarás a perder dedos. Si me ganas, el interrogatorio habrá terminado.
— Supongo que mis opciones son más bien limitadas, por no decir nulas. Es más, ¿acaso tengo elección? Tomatelo por una pregunta retórica. Así que... cuanto antes empecemos, supongo que antes acabaremos.
Era muy consciente de que el tipo no le iba a temblar demasiado el pulso en cumplir con las directrices que había establecido. de lo que tenía más dudas era de la parte ne la que ganaba yo. pero de nuevo, estaba en un callejón sin salida. Debía enfrentarme de nuevo al Uchiha.
— ¡Bien, empecemos! ¿Por qué me atacaste?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 38
Exp: 0 puntos
Dinero: 0 ryōs
· Fue 60
· Pod 100
· Res 40
· Int 80
· Agu 60
· Car 100
· Agi 60
· Vol 80
· Des 80
· Per 80
Ah, la gran pregunta. La razón por la que ambos estaban cara a cara, en una cueva oscura y roñosa empapados de frío y mal a gusto. Zaide hubiese preferido mantener el suspense por unas horas más, pero no entraba en sus planes perder a la primera de cambio.
—Si vivieses en el exilio, como tu excompañero Juro, sabrías que ganarse las habichuelas fuera de la ley está jodido. Especialmente cuando nadie quiere hacer tratos contigo por temor a que se les relacione con lo que hiciste en el torneo. Podría dedicarme al pillaje, pero aunque resulte extraño, tengo cierto Código. Solo me meto con los ninjas, no con los civiles.
Yota podría recordarle el incidente de la masacre. Era cierto, una gran contradicción. Una que le perseguiría hasta sus últimos días.
—En el pasado hubo una temporada que me dedicaba a secuestrar a ninjas pudientes y pedir un rescate a sus familias. —Se encogió de hombros—. Pensé en volver al ruedo. Tú eres el primer afortunado. ¿Cuánto crees que Kintsugi pagaría por recuperarte? Espero que mucho, ¿huh? O tendrás un problema.
»¡Mi pregunta! Y espero de ti que te extiendas como yo, joven bastardo. Cuéntame en detalle eso confidencial que descubriste de tu enfrentamiento con el General.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
—Si vivieses en el exilio, como tu excompañero Juro, sabrías que ganarse las habichuelas fuera de la ley está jodido. Especialmente cuando nadie quiere hacer tratos contigo por temor a que se les relacione con lo que hiciste en el torneo. Podría dedicarme al pillaje, pero aunque resulte extraño, tengo cierto Código. Solo me meto con los ninjas, no con los civiles.
«No metas a Jurete en esto, cabrón»
Ahora solo le faltaba meterse con los ninjas de su tamaño para no parecer un abusón y ya sería todo ninja de lo más noble. Tan noble como las cosas por las que luchaba, La igualdad y la abolición de las figuras supremacistas de los Daimyo y toda esa mierda. Pero eso seguramente no era algo que contemplase Zaide. Mejor meterse con alguien que no supusiera una amenaza real.
—En el pasado hubo una temporada que me dedicaba a secuestrar a ninjas pudientes y pedir un rescate a sus familias. —Se encogió de hombros—. Pensé en volver al ruedo. Tú eres el primer afortunado. ¿Cuánto crees que Kintsugi pagaría por recuperarte? Espero que mucho, ¿huh? O tendrás un problema.
A decir verdad, yo también estaba deseando de que estuviese en lo cierto, aunque supusiera una humillación personal y una potencial pérdida de rango al haberme dejado cazar por un criminal mundial.
— La verdad es que tengo bastante buen rollo con Kintsugi, seguro que hace un esfuerzo
»¡Mi pregunta! Y espero de ti que te extiendas como yo, joven bastardo. Cuéntame en detalle eso confidencial que descubriste de tu enfrentamiento con el General.
Por supuesto, ¿acaso alguien esperaba otro tipo de inquietudes? el tipo nos e había dignado durante todo aquel rato siquiera a esconderse. Quería saber qué pasó y hasta cierto punto aquella era mi baza para sacarle cuanta más información posible. Era mi turno de saciar su sed de información.
— Algo me decía que ibas a sacar el tema... Bien, pues resulta que no estaba allí de casualidad y sabía muy bien lo que buscaba. Nunca imaginé que alguien sería tan soplapollas e hacer negocios con alguien como Kurama. Menos aún pensar que sería alguien de Kusagakure. Supongo que de cosas como estas nace el dicho aquel que dice 'no digas de este agua no beberé', porque siempre se acaba bebiendo de ese jodido agua. El General estaba buscando su contacto en Kusagakure, al parecer alguien vendió su alma al diablo y como todos sabemos, el diablo se llama Kurama, no sé si me explico...
Solo de pensarlo me ardía la sangre. Por mucho que creas que Kintsugi encarna todos los males de tu aldea, por mucho que odies a la Morikage... hacer negocios con Kurama es una locura.
— ¡Me vuelve a tocar! ¿Imagino que no harás todo esto solo por dinero, ¿verdad? De hecho, te bastaría con ir a cazar a Juro y pedir su recompensa. desde luego, seguro que te ganarias muchos más ryos que capturándome a mi. Así que... ¿qué buscas de Kusagakure?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 38
Exp: 0 puntos
Dinero: 0 ryōs
· Fue 60
· Pod 100
· Res 40
· Int 80
· Agu 60
· Car 100
· Agi 60
· Vol 80
· Des 80
· Per 80
Ah, un polizón. Todo un clásico. Parecía que Kurama se lo estaba montando bien. Probablemente tuviese espías también en las otras dos villas, sabe Susano’o en qué sitios más. Para ser un bijū, demostraba saber jugar muy bien sus cartas. Y eso lo volvía peligroso. Quizá más que el hecho de poder lanzar bijūdamas por la boca.
Se conformó con la respuesta. Ahora la pelota estaba de nuevo en su tejado.
—Ah, ¿vale más un enemigo de la nación que uno de sus leales súbditos? Se nota que os valoran como os merecéis —dijo, sarcástico—. Y sí, por poder, podría. Me encontré con Juro hace no mucho. Quizá hubiese podido derrotarle. Pero, ¿entregar a alguien que había asesinado a un tirano y se había revelado contra su propia villa? —Zaide negó con la cabeza—. Respeto al chico lo suficiente como para no caer tan bajo por un puñado de billetes.
»Soy un hombre curioso, Yota. Me gusta saber. Pero créeme, no busco nada en particular de Kusagakure. Te debes pensar que soy uno de esos tíos que planifican cada movimiento al dedillo —soltó una carcajada, por lo evidente—. Mírame, joder. Si fuese ese tipo de persona yo no estaría medio ciego y tú no estarías esposado con tus propias esposas. —Es que no se había preparado bien ni en eso. ¿No veía lo desastre que era?—. Soy de improvisar, Yota. Ni siquiera sé si tu Kage se prestará a negociar con un criminal como yo o directamente me mandará a la mierda. Pero, si lo hace, estoy dispuesto a escuchar ofertas. No todo es dinero, eso es cierto.
Zaide se llevó una mano al portaobjetos y extrajo un papelito doblado. Lo extendió, resultaba ser un papel bastante amplio. Se trataba de un mapa. El mapa del País del Bosque. Con cada pueblo, cada aldea, cada río y cada bosque. Tan solo le faltaba un detalle.
—¿Dónde está Kusagakure? —preguntó, directo y al grano—. Has de saber que, antes de partir, le haré la misma pregunta a Daigo. Espero que coincidáis.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
—Ah, ¿vale más un enemigo de la nación que uno de sus leales súbditos? Se nota que os valoran como os merecéis —dijo, sarcástico—. Y sí, por poder, podría. Me encontré con Juro hace no mucho. Quizá hubiese podido derrotarle. Pero, ¿entregar a alguien que había asesinado a un tirano y se había revelado contra su propia villa? —Zaide negó con la cabeza—. Respeto al chico lo suficiente como para no caer tan bajo por un puñado de billetes.
»Soy un hombre curioso, Yota. Me gusta saber. Pero créeme, no busco nada en particular de Kusagakure. Te debes pensar que soy uno de esos tíos que planifican cada movimiento al dedillo —soltó una carcajada, por lo evidente—. Mírame, joder. Si fuese ese tipo de persona yo no estaría medio ciego y tú no estarías esposado con tus propias esposas. —Es que no se había preparado bien ni en eso. ¿No veía lo desastre que era?—. Soy de improvisar, Yota. Ni siquiera sé si tu Kage se prestará a negociar con un criminal como yo o directamente me mandará a la mierda. Pero, si lo hace, estoy dispuesto a escuchar ofertas. No todo es dinero, eso es cierto.
Dinero, simple y llanamente dinero, con un mínimo código, tampoco es que fuese el nuevo Robin Hood, por decirlo de algún modo. Ya era cierto que todos teníamos un maldito precio. Pero el interrogatorio seguía y él no había dicho su última palabra, claro. Sacó algo de su portaojetos y lo desplegó delante de mis narices.
—¿Dónde está Kusagakure?
Era un jodido mapa del País del Bosque. Mire el mapa, lo miré luego a él y volví la vista rápidamente hasta el papel que dibujaba mi patria.
Has de saber que, antes de partir, le haré la misma pregunta a Daigo. Espero que coincidáis.
Se me escapó la risa por debajo de la nariz. Maldito hijo de la gran puta.
— Pierdes el tiempo, ni Daigo ni yo vamos a cantar. Ahórrate perder el tiempo y procede a cumplir con tu amenaza
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 38
Exp: 0 puntos
Dinero: 0 ryōs
· Fue 60
· Pod 100
· Res 40
· Int 80
· Agu 60
· Car 100
· Agi 60
· Vol 80
· Des 80
· Per 80
Zaide dejó escapar el aire por la nariz.
— Tan rápido, ¿huh?
Yota entonces empezó a darse cuenta de algo. El estrés, la tensión, la adrenalina por el peligro mortal en el que se encontraba… Todo aquello había estado retrasando lo inevitable. Pero ahora lo empezaba a sentir en sus carnes, una segunda tortura de la que nada tenía que ver Zaide. No, al menos, directamente.
Su droga. Empezaba a sentir el síndrome de abstinencia por la falta de su jodida droga.
Adicción: El usuario padece una adicción a una sustancia definida. En caso de no consumir la sustancia a la cual es adicto el personaje al cabo de al menos cinco turnos este comenzará a sentir los efectos del síndrome de abstinencia y sus atributos disminuirán en 10 puntos.
Yota lleva más de 5 turnos sin sus caramelos, por lo que sufre su correspondiente penalización a atributos. La que nos interesa en estos momentos: Carisma 10, Voluntad 30
Mientras el chico sufría, Zaide siguió hablando:
— Respeto tus agallas, pero piénsatelo una segunda vez. Tiempo tengo todo el del mundo. Vas a cantar, tarde o temprano. Te digo más —añadió— . Voy a confesarte un secreto: con mis ojos, puedo subyugar tu mente y obligarte a responderme. No es que funcione con todos. Los hay lo suficientemente fuertes como para resistirse. Pero si ya logré hacer que te desmayases… lo otro no es más complicado.
El chico tenía dos opciones: actuar como un genin, y hacerse el duro por nada; o pensar como un jōnin, y aprovechar la situación para obtener algo a cambio.
— El único motivo por el que no lo he hecho todavía es porque tendría que quitarte las esposas, y, para asegurarme de que no me haces ningún sello a traición, antes tendría que cortarte los dedos. Es un puto engorro —se quejó— . Piénsalo bien: vas a acabar tu carrera ninja aquí y ahora solo por retrasarme cinco minutos. Cinco jodidos minutos, chico. Eso es todo lo que puedes ganar.
Se levantó del taburete y empezó a girar el hacha entre sus dedos.
— ¿Qué va a ser entonces? —Extendió ambas manos. En una estaba el mapa; en la otra, el hacha.
Nivel: 21
Exp: 118 puntos
Dinero: 3570 ryōs
· Fue 40
· Pod 60
· Res 60
· Int 40
· Agu 40
· Car 20
· Agi 60
· Vol 40
· Des 60
· Per 60
Pero no contaba con algo. El día había sido lo suficientemente ajetreado como para olvidarse de todo, pero mi cerebro tuvo la delicadeza o la amabilidad de recordarme lo delicioso que eran los caramelos que debía tener guardados en el bolsillo del pantalón. Vamos, dudo que el tipo se hubiese tomado la molestia de mover la petaca de su sitio. Pero lo cierto es que cada 5 segundos me venía un recuerdo distinto y cada uno de ellos me recordaban a los jodidos caramelos. Como si estuviera susurrándome al oído un simple pero repetitivo "¿por qué no te comes uno de esos?".
Bajé la mirada tratando de resistirme.
—Respeto tus agallas, pero piénsatelo una segunda vez. Tiempo tengo todo el del mundo. Vas a cantar, tarde o temprano. Te digo más —añadió—. Voy a confesarte un secreto: con mis ojos, puedo subyugar tu mente y obligarte a responderme. No es que funcione con todos. Los hay lo suficientemente fuertes como para resistirse. Pero si ya logré hacer que te desmayases… lo otro no es más complicado.
«¿Y si...?»
Sacudí la cabeza. Tan solo era mi cabeza sugiriéndome gilipolleces con tal de llevarme un caramelo a la jodida boca. Debía mantenerme firme.
—El único motivo por el que no lo he hecho todavía es porque tendría que quitarte las esposas, y, para asegurarme de que no me haces ningún sello a traición, antes tendría que cortarte los dedos. Es un puto engorro —se quejó—. Piénsalo bien: vas a acabar tu carrera ninja aquí y ahora solo por retrasarme cinco minutos. Cinco jodidos minutos, chico. Eso es todo lo que puedes ganar.
Levanté el rostro, mostrando mi sonrisa.
—¿Qué va a ser entonces?
— Con mi sacrificio sirvo a Kusagakure, hijo de puta
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Nivel: 38
Exp: 0 puntos
Dinero: 0 ryōs
· Fue 60
· Pod 100
· Res 40
· Int 80
· Agu 60
· Car 100
· Agi 60
· Vol 80
· Des 80
· Per 80
Estaba comprobado que había tenido mala fortuna con su particular caza: había ido a escoger a los dos kusajines con los huevos más gordos de todo Ōnindo. No le parecía el movimiento más inteligente por su parte, desde luego, pero respetaba su osadía.
Asintió con solemnidad…
… y le tomó por la nuca para estamparle la cara contra el suelo.
— Entonces sirve, hijo de puta. Sirve.
Había guardado el mapa en el portaobjetos y amarrado de nuevo el hacha al cinto. Las manos de Yota, tras la espalda y esposadas, estaban vendadas. Una moda que seguían muchos ninjas. Ahora recibirían un motivo mayor al estético.
— Hubo una época que trabajaba con un tipo llamado Katame. Él solía encargarse de estas cosas, ¿sabes? —apoyó la suela de la bota contra su espalda, haciendo fuerza— . Yo prefería no verlo. Prefería no escucharlo. El viejo bastardo no se detenía cuando doblegaba la voluntad de los rehenes. Oh, no, eso era demasiado sencillo para él. Donde verdaderamente disfrutaba era cuando se las hacía añicos.
Tomó el dedo corazón que le quedaba a Yota, sujetándoselo con fuerza.
— Me dijo una vez: cagonmimadre, Zaide, si alguna vez te dedicas a esto, tómatelo con calma. Él sabía que a veces pecaba de impulsivo. Me dijo: si empiezas a cortar dedos al primer minuto, y el tío es un tío duro, los echarás de menos para cortárselos al décimo día.
¡¡¡CrrraaaaAAAACCCKKKKKK!!!
Había hecho un movimiento, seco y fuerte, y el dedo corazón de Yota quedó doblado por la mitad en una posición antinatural. Se lo había roto.
— ¿¡Te crees que lo haré rápido!? ¡Tengo todo el tiempo del mundo, comehierba! ¡Así que no te preocupes: hoy vas a ganarte el sueldo!
|