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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1

Watashi wa Daigo y voy con hueco extra y sin cobrar, como los buenos.

Días atrás, Senju Hayato recibió un pergamino citándolo a cumplir una misión el día de hoy. No se trataba de nada complicado, una simple misión de rango D en la que tenía que...



(D) El escudo del escudo


Publicada en: Uzushiogakure
Solicitante: Natsuki Natsu
Lugar: Residencia de Natauki Natsu (Calles de la aldea)

Natsuki Natsu, la gerente del famoso gimnasio La Fábrica de Leyendas ha decidido apuntarse a la academia ninja para convertirse en kunoichi, pero se le da fatal, así que ha solicitado la ayuda de un par de ninjas para que le hagan de tutores durante el primer Tsuchiyōbi de bienvenida.

… En la que tenían que hacerle de tutor a una chica a la que aparentemente se le daba especialmente mal el Ninjutsu.

Era de mañana y hacía un clima agradable. Algo fresco, quizás. Ninguno de los dos ninja tendría ningún problema en llegar al lugar acordado, que se trataba de una casa de dos pisos bastante grande en una buena zona, con piscina y todo, por lo que era fácil asumir que aquella Natsuki Natsu venía de una familia adinerada.
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#2
Era un día soleado y fresquito, aunque tampoco en exceso. Una brisa agradable abrazaba con dulzura el Remolino, en lo que debiere ser un fructífero día. Días atrás el Senju había recibido una notificación —Un pergamino.—, que le sentenciaba como partícipe en una misión de rango D. Eso significaba que ganaría un pequeño incentivo más, de ahí que éste día se esperase fructífero. Además con ello demostraría a Datsue que se había puesto las pilas, tal y como habían acordado. Así pues, en varios sentidos era un buen día.

La residencia de los Natsuki era donde daba comienzo la susodicha misión, y Natsu era la solicitante. Al parecer quería debutar como genin, convertirse en kunoichi. Pero según informaba el pergamino, se le daba algo mal. Así que durante el primer Tsuchiyōbi de bienvenida, Hayato se convertiría en su tutor. Tan solo esperaba quefuese una alumna problemática en aprendizaje, porque se le daba fatal. Lo que se le daba bien a Hayato eran los negocios, no la enseñanza.

«En fin, esperemos que por lo menos ésta chica le ponga interés. Es una petición suya, supongo que tiene ganas de convertirse en kunoichi por propia decisión... De lo contrario no contrataría ayuda, ¿no?.»

Para cuando se quiso dar cuenta, ya había recorrido más de la mitad del camino desde casa. Se encontraba en la propia calle donde debía estar la residencia de los Natsu, y en ésta misma calle la opulencia no escaseaba. Podía intuirse que esa familia era de todo menos pobre. Lo cuál le recordaba que en el pergamino mencionaba que esa familia era gerente de un famoso gimnasio. Todo cuadraba.

Siete se echó un vistazo rápido a los bolsillos, así como a la ropa en general. Quizás debía haber ido con "mejores pintas", pero en realidad... le sudaba un pie. Pensó que su misión era enseñar a esa persona, no ser parte de su mobiliario, o encajar en esas esferas. Poco a poco se acercaría hasta la puerta, la cual encontraría tarde o temprano. Por el camino iba leyendo los diferentes carteles de las casas contiguas, buscando en realidad cual sería.



No cobraré la recompensa de ésta misión por tener otra en acción también.
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#3
Finalmente, Hayato consiguió encontrar en una casa un cartel de madera que decía "residencia de los Natsuki", pero ni frente a la residencia ni en el patio parecía haber nadie esperándolo, tampoco podía ver nada de actividad por las ventanas dentro de la casa, por lo que parecía estar completamente vacía.

Por lo visto, el propio cliente de la misión llegaba tarde.

Al poco rato, una joven relativamente alta, con el pelo largo y de color rosa chillón igual que sus ojos y complexión fuerte, se acercaba tranquilamente mientras tarareaba una cancioncita, alegre.

— Hola. —Saludó alegremente al pasar.

La chica se detuvo frente a la casa de los Natsuki y sacó unas llaves para abrirla y entrar dentro.
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#4
Entre los carteles que el vio el Senju, al fin encontró la morada de los Natsuki. Hayato echó un ojo a la casa, y a sus alrededores, y todo parecía sumido en un sepulcral silencio, acompañado de una lúgubre escasez de personas. Posiblemente no hubiese nadie en casa, o simplemente estaban aún durmiendo. Podía ser cualquier cosa, incluso que estuviesen ahora mismo todos los miembros de la familia entrenando en el gimnasio. A saber.

Para cuando se quiso dar cuenta, una chica de cabellos para nada discretos, quedó plantada en la misma puerta de la casa. saludó al pasar a su lado, y pareció buscar las llaves. Podría tratarse perfectamente de la solicitante de la misión, o algún familiar de la misma. Fuese quien fuese, era quien le daría acceso a empezar con su objetivo.

Buenos días. —Acompañó sutilmente con un movimiento hacia su lado, buscando llamar su atención. —¿Es usted la señorita Natsuki Natsu?

»Soy Senju Hayato, genin. Se me ha asignado para ayudar en el entrenamiento, y haré todo lo posible para que cumpla su objetivo.

Sus ojos eran tan llamativos como su pelo, de un tono rosa tan fuerte que podía sentirlo pegándole un puñetazo en plena geta. Su complexión era realmente atlética, fuerte y alta. No cabía duda de que pertenecía a ésta familia, y que el gimnasio era ley familiar.
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#5
La chica asintió con energía cuando Hayato le preguntó si era Natsuki Natsu, pero pareció sorprenderse bastante cuando se presentó como el genin que iba ayudarla con su problemilla con el ninjutsu.

— ¿Eh, qué? —Abrió los ojos como platos, con una expresión que decía "me he metido en un lío"—. ¿Era hoy? ¡Ay, lo siento, me había quedado dormida en el gimnasio! ¿He tardado demasiado? ¿Llevas mucho tiempo esperando?

Empezó a abrir la verja de la casa, ahora algo apresurada, antes de invitar al ninja a pasar.

— ¡Pasa, pasa! —Le decía—. Mucho gusto, Hayato. ¿Cómo vamos a empezar?

Natsu caminó hasta la puerta con emoción, pero no llegó a abrirla para pasar, pues no sabía si empezarían al aire libre o tendrían que entrar para estudiar.
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#6
La chica pareció sorprenderse con la presentación del chico. Aunque en un principio Hayato pudiese pensar mal, como que había sido por su reputación, resultó ser realmente ajeno a ésto. La chica no recordaba o no sabía que el genin iba a ir hoy, y había estado en el gimnasio toda la noche. Había dormido allí incluso, y le preocupaba en exceso haber llegado demasiado tarde. La chica incluso preguntó a Siete si llevaba mucho esperando.

Tranquila, justo acababa de llegar. —Contestó cordialmente.

Ésta comenzó a abrir la puerta de la casa, algo apresurada a decir verdad. Tras ello, le invito a entrar y terminó la formalidad de la presentación. Concluida, preguntó sin tapujos por dónde iban a empezar. Si bien el chico no sabía aún por dónde empezar, no sabía ni en qué le tenía que ayudar. Podían ser mil cosas, desde el lanzamiento de armas hasta el uso de ninjutsu básico.

Pues la verdad, antes de empezar quisiera saber exactamente en qué debo ayudar. En el mensaje no ponía mucho, tan solo que debía ayudar con las pruebas. Pero como saben todos, son diversas pruebas... ¿en qué te puedo ayudar?.

Se tomó la libertad de ir caminando hacia el jardín en lo que iban hablando, donde posiblemente pudiesen hacer cualquier tipo de adiestramiento.
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#7
— Pues... —La chica se llevó una mano a la nuca y miró a otro lado. Le daba algo de vergüenza admitirlo, pero...—. ¿En todo?

"¡Profe, no sé nada!" Esa era la clase de cosas que te suele decir un chiquillo de quince años ya en el último trimestre de su tercer año cuando realmente no ha prestado atención en clase de mates y lo que realmente quiere es que le resuelvas el problema, pero en el caso de Natsu aquello era tan cierto que casi daba miedo. Realmente no se le daba bien nada que tuviese que ver con ser ninja, y eso era algo que Hayato seguramente iría descubriendo a lo largo del día.

— Esto... bueno. Supongo que no hace falta que me ayudes con el Taijutsu. —Al fin y al cabo, era dueña de un gimnasio que además era una escuela de lucha libre—. Y entiendo que no podemos hacerlo todo en un solo día, así que...

Se llevó una mano al mentón, y durante unos segundos parecía estar pensando tan fuertemente que probablemente le podría haber dado un tirón muscular en el cerebro por no haber calentado antes.

— ¡Oh, ya sé! ¿Y si me enseñas lo que se te da mejor?
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#8
Ni corta ni perezosa, la chica no tardó apenas en responder. Pero lamentablemente, al menos para su nuevo mentor, decía no ir bien en nada. Si bien lo que decía era cierto, ésta misión iba a ir mucho más lento de lo que esperaba en un principio. Hayato meditó por unos instantes por dónde podían empezar, pero la verdad es que no lo tenía del todo claro. En realidad venía para una primera toma de contacto. Y ya ves que si habían tenido contacto, y hasta tarjeta roja...

Pero antes de que Siete dijese nada, la chica apresuró a corregir lo que había dicho antes. En taijutsu seguramente no le hacía falta ayuda, y por lo que se podía apreciar de su condición física, pocas lecciones podía darle el Senju en ese tema. Por otro lado, propuso que podían empezar mostrando lo que mejor se le daba al genin. Así como sentenció algo que estaba claro, no iban a lograr el propósito en un solo día.

Bueno, está bien, pero... —Y buscó hacia sus alrededores, ojeando una zona bastante despejada. —Mejor alejémonos un poco, que no quiero causar destrozos.

»Aquí estará bien. —Sentenció situándose justo en medio del patio, apuntando hacia la zona donde menos plantas y cosas inflamables hubiese.

Unió ambas manos, y realizó los sellos del Dragón, Tigre y Liebre. Comenzó a aspirar una ingente cantidad de aire, que en su estómago se mezcló con su chakra elemental, y tras ello escupió una llamarada de casi 8 metros de largo. Obviamente, lo hizo apuntando hacia el cielo, evitando con ello cualquier destrozo innecesario. Las llamas iluminarían el jardín, como si el mismo sol hubiese bajado allí.

Mi especialidad es el elemento fuego. Aunque tengo pocas habilidades en otras ramas, podría decir que el ninjutsu en general se me da bastante bien. ¿Sabes ya cual es tu elemento afín?.
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#9
Los chicos andaron hasta una zona más o menos despejada y libre del patio. No fue demasiado complicado. Solo tuvieron que alejarse una fuente, las flores, los árboles y... ¡Oh! Ya estaban en el patio trasero, donde tenían el espacio suficiente para practicar sin romper nada.

Natsu se asombró al ver el espectáculo de luces y fuego. Acercándose quizás demasiado a él, pero no lo suficiente como para quemarse o tocar al chico.

— ¡Sí! —Respondió la chica, cuando Hayato le preguntó por su elemento afín—. El Doton.

Dicho aquello, la chica sacó pecho, aparentemente orgullosa por su elemento.

— Me pega ¿verdad?
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#10
Si, además el Doton es un elemento genial, muy versátil. —Aunque no tanto como el Katon. —Si consigues dominar el Doton, y unirlo a tu estilo de combate, seguro que sobresaldrás en taijutsu. Lo más importante como shinobi es saber cuales son tus puntos fuertes, y explotarlos. En mi caso por ejemplo, no soy nada bueno en combate cuerpo a cuerpo, así que me esforcé al máximo en suplirlo con puro ninjutsu.

El Senju alzó la mano, casi hasta la altura del estómago, posicionando la palma de la misma hacia arriba. Sus ojos se clavaron en la palma de su mano, donde poco a poco comenzó a acumular una gran cantidad de chakra. Poco a poco comenzó a girarla, y girarla, y girarla. Contuvo la presión de la misma, dándole una forma esférica, y presionando la misma constantemente en lo que giraba. ¿El resultado?. Una pequeña esfera de color azulado, que parecía ser un tornado, una vorágine de puro chakra.

Rasengan.

Se trataba de una de las técnicas más destructivas y potentes que conocía, aunque por suerte o desgracia era una técnica sin acabar. El día que se la explicaron, le dijeron a Siete que eso era una tarea propia de cada shinobi, debían buscar cómo terminarla. Pero entre tanto, sin duda alguna era una técnica que servía de lo lindo para entrenar, pues requería de todas las bases del ninjutsu. Movimiento, forma y flujo de chakra.

¿Ves ésta técnica? Es una de las que tuve que aprender para dado el caso, poder combatir cuerpo a cuerpo. Siempre hay maneras de complementar las carencias con tus puntos buenos. Solo hay que aprender. —Comentó antes de parar el flujo de chakra, haciendo que desapareciese.

»Pero bueno, si quieres aprender técnicas, ya llegaremos a ello. Lo primero que hay que dominar, son los jutsus básicos, los pilares de la academia. Nadie puede graduarse sin saber hacer un bunshin, andar sobre el agua, o andar en vertical. ¿Cómo llevas esas cosas? ¿Alguna vez lo has intentado o te lo han explicado?

Tenían que buscar una zona por donde empezar, y esa parecía bastante buena. Después de todo, para acceder a la oposición te pedían eso, el uso de armas comunes, y el combate cuerpo a cuerpo. No solían pedir mucho más que eso.
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#11
— Oooh...

De nuevo, la chica se había quedado asombrada con la técnica del Senju, y eso era bueno. ¡Le estaba prestando atención! El problema es que quizás le estaba prestando más atención al Rasengan que a la explicación, aunque todavía parecía estarse quedando con algo de lo que decía.

— Oh, ¡entiendo! Entonces si se me da mal atacar a distancia, puedo crear una silla de piedra para lanzarla, por ejemplo. —Ni siquiera ella sabía si ese era un buen ejemplo, pero era un ejemplo—. O si se me da mal ser silencioso y sigilosa, podría noquear a quien me pille ¿no?

Bueno, se estaba quedando con lo que decía, sí... pero a su manera.

— ¡Sí, sí me lo han enseñado! —Contestó—. ¡Se me da fatal! ¡Mira!

Empezó a realizar una corta serie de sellos muy lentamente, teniendo que pararse entre uno y otro para pensar cuál es el siguiente antes de entrelazar sus manos torpemente.

Carnero, Rata, Perro y... ¡Puff! Una pequeña y no muy densa explosión de humo apareció a su lado, revelando... nada. Simplemente no salió nada.
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#12
La chica pareció asombrar ante las recientes habilidades aprendidas por el Senju. Conforme éste fue explicando lo que todo shinobi debiere hacer: pulir sus facultades; la chica pareció entender las cosas a medias. Más que a medias, a su manera. Mencionó que si se le daba mal el combate a distancia, podía crear una silla de piedra y lanzarla. Así como también si se le daba mal el sigilo, podía noquear a los que pillase de por medio. La verdad, no podía negar que le faltase lógica, al menos así lo veía también el Senju.

—color=crimson]Así es, así es. Aunque quizás hay mejores alternativas, es cosa de pulirlo.[/color]

Para cuando Siete preguntó a la mujer por los jutsus básicos, ésta sentenció que se lo habían enseñado, pero que se le daban bastante mal. De hecho, no es que solo se le diesen mal, con una demostración aclaró que no se le daban. Literalmente, tras una serie de sellos bastante lenta, la chica realizó una técnica que desembocó en mero humo. A su lado debería haber salido un clon, pero en su lugar no apareció ni una mera burda imitación.

Hayato se rascó el mentón, meditando cómo podía decirlo para que sonase alentador y no recriminante. Ladeó los labios, y dio una semi vuelta alrededor de la chica, observando también su posición. Todo influía en éstas cosas, y eso lo había aprendido a base de bien.

Verás, la combinación de sellos debe hacerse más fluida. Los sellos manuales son complicados al principio, pero no tienes que verlos como meros gestos. Se trata de una posición, un movimiento que determina cómo se acumula el chakra en nuestro interior. Si no se hace con decisión, con una determinación adecuada... es normal que no se termine acumulando el chakra donde se debe, y por ello falla la técnica.

Siete terminó posicionándose justo a su lado, y alzó ambas manos por encima de su cintura. —Yo tampoco soy muy rápido realizando los sellos, pero la velocidad no determina que salga bien o no. Simplemente hay que hacerlos con decisión, en lo que se acumula el chakra y se redirige con los sellos.

»Vamos, haz los sellos a mi ritmo, pero sin acumular chakra. Solo la velocidad, y la fuerza.

Con ello, buscaba que la mujer imitase lo que él hacía: Carnero → Serpiente → Tigre. Hizo una vez la secuencia, realmente lenta y tediosa. Un ritmo que hasta una persona que no fuese shinobi podría imitar, sin lugar a dudas. Tras ello, la realizaría otra vez más, y otra, y otra, y otra. Lo haría por al menos una quincena de veces, y cuando Hayato viese cierta soltura en la cadena de sellos, por fin podrían pasar al siguiente paso.

Y ahora, vamos a hacerlo con chakra. —Aclaró el Senju, en lo que se alejaba un poco. —Tienes que sentir como los sellos manuales, redirigen el flujo de tu propio chakra. Vamos, con decisión. Sin miedo a fallar, porque lo vas a lograr.

Ambos terminarían realizando una técnica básica: Bunshin no Jutsu. Con más o con menos acierto, obvio.
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#13
Lejos de animarse por haberlo hecho mal, la chica escuchó con atención la explicación de Hayato. Llevaba todo este tiempo pensando que simplemente era torpe con los sellos, ¡pero solo le faltaba decisión! Eso lo podía arreglar muy fácilmente. Natsu se consideraba a sí misma una persona muy decidida, así que ponerle algo más de decisión a sus sellos no debería suponer ningún problema.

— ¡Entendido! —Exclamó Natsu cuando el Senju le animó a hacer los sellos junto a él.

Realizaron juntos la misma secuencia de sellos una y otra vez, y con cada vez que los repetían se iba haciendo cada vez más obvio para Hayato que el problema que tenía aquella chica con los sellos era grave, incluso a la velocidad a la que los estaban haciendo. Simplemente le faltaba coordinación y tenía que corregirse a sí misma cada poco.

Repitieron la misma serie cuatro, ocho, doce veces... Podrían haberla repetido hasta treinta veces, pero no conseguirían nada parecido a soltura con los sellos por su parte. Pero sí que consiguieron decisión y que se memorizase los sellos, al menos, pues la primera vez que hizo la técnica, se había equivocado completamente con los sellos.

En el momento en el que Hayato decidiera que ya era suficiente y animase a Natsu a hacer la técnica, esta asentiría con una sonrisa, dispuesta a dar lo mejor de sí.

— ¡Sí!

Realizó la secuencia de sellos con lentitud, pero con seguridad y... ¡Puff! Al lado de Hayato, un clon perfecto a su imagen y semejanza fue creado, mientras que al lado de Natsu se formó algo más parecido a un maniquí. Tenía su altura y su forma, más o menos, pero no tenía cara y sus ropas parecían texturas que no habían terminado de cargar. Su brillante pelo rosado estaba perfecto, eso sí.

— ¡Lo hice! —Exclamó, pegando un salto y levantando un puño al cielo—. ¡Lo hice, lo hice, lo hice, lo hice!

Continuó saltando, sin poder contener su alegría, antes de acercarse a Hayato para tomarle las manos.

— ¿Ahora cómo lo mejoro?
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#14
Con todo de acuerdo, todo listo, ambos comenzaron a realizar la corta secuencia de sellos. Lo que para Hayato —Que no era rápido.— parecían ser sellos a una velocidad excesivamente lenta, para la chica parecían estar a un nivel sobrehumano. Ésta quizás no tenía tanto problema con la velocidad como con la coordinación, pero en realidad era algo lógico. A todos, absolutamente a todos, los malditos sellos manuales les costaba un montón al inicio. Eran gestos muy antinaturales, complejos y toscos. Hacerlos rápidos, y con más cosas en la cabeza, pues no era cosa sencilla cuando comienzas el camino.

Sin embargo, con esfuerzo y determinación, todo se puede.

La chica imitó los sellos del Senju. La primera cadena de sellos fue la más lenta, pero conforme iban practicando, iban saliendo poco a poco mejor. Repitieron varias veces los sellos manuales hasta que Siete observó un posible buen ejecutamiento, y con ello avisó a la chica para que en ésta última canalizase el chakra. Al lado del peliblanco un clon perfecto salió de una leve cortina de humo, en lo que al lado de Natsu salía algo con algunas características similares. Bueno, al menos tenía su mismo color de pelo, que ya era algo...

«Bueno, algo es algo. Peor habría sido que no saliese nada, ¿no?.»

Pero para la chica había sido toda una hazaña. Bramó que lo había hecho, y lo bramó varias veces. Se sentía eufórica, exaltada, tanto que hasta comenzó a dar saltos de alegría. La chica era incapaz de contener esa alegría, rebosando por cada poro de su piel, saliendo desde lo más profundo de su alma. En última instancia, tomó a Siete de las manos, y preguntó inquieta cómo podía mejorarlo ahora.

El chico sonrió.

«Así que ésto es lo que siente un maestro... Podría llegar a acostumbrarme y todo.»

Para mejorar el resultado, tienes que tener en la cabeza una imagen clara de lo que quieres clonar. Cuanto más claros y decididos sean los detalles, mejor será la copia. No tiene porqué ser un clon tuyo, puedes hacer una imagen de cualquier persona, siempre y cuando tengas la imagen clara. —Aclaró, en lo que realizaba de nuevo la cadena de sellos. —Y para mejorar más, tienes que ir midiendo la cantidad de chakra que usas en la técnica. Si te pasas, sale un poco peor, y si te quedas corta, igual. Éste último paso es cuestión de práctica, debes ir probando hasta encontrar la medida.

»¿Ves éste ejemplo?.

En lo que preguntaba, al lado del Senju terminaría apareciendo un clon del Senju vestido de gala. El duplicado del chico llevaba un traje negro, corbata, zapatos negros relucientes, y hasta un sombrero. Básicamente, era como solía vestir cuando habían negocios de por medio.
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#15
La chica consiguió calmar su emoción un poco para escuchar con toda la atención que podía prestar al Genin. Entendía lo que le estaba explicando, más o menos. Al fin y al cabo ya se lo habían explicado en la academia, pero no tenía ni idea de que podía hacer clones de otras personas si se lo proponía. En la academia le habían explicado que solo se podía clonarse a sí misma. Quizás debería preguntar en la siguiente clase de Ninjutsu.

— ¡Sí! —Respondió, asintiendo—. ¿Pruebo ahora?

Volvió a entrelazar, con cuidado de no liarse, las manos para hacer la serie de sellos una vez más, con resultados similares a la última vez. Si Hayato no se lo impedía o decidía que era momento de hacer otra cosa, la chica continuaría con el ejercicio hasta cansarse.
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