Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
No parecía que lo que dijo Jun había ayudado mucho a la situación. Ni siquiera parecía haber convencido mucho a Toshio que estaba al lado suya. El intento para que todo se organice casi había caído en saco roto. Casi, porque podía que un poco de todo lo que había dicho había despabilado un poco a Shiten. O eso quería creer, porque no sabía muy bien que movía a ese tipo. Después de ver como se hacía un torniquete en su no-brazo y decir que fue solo un rasguño, sabía que no iba a poder entender a ese sujeto del todo. Aunque eso no le era para nada importante, ya el hecho de sobrevivir a eso le hacía respetarle bastante.
Y eso no parecía ser lo único que tenía para aportar el Acaparador. Incluso parecía estar totalmente al tanto de todo lo que ocurría en el campo de batalla. Al punto de salvarle la vida al kusajin con tan solo una orden.
—¿QUÉ MIERDA?
Un tipo con lo que parecía ser un sable láser apareció de la nada, como si hubiera estado todo el día allí esperando el momento justo para decapitar al pelirrojo. Suerte tenían que el barbudo estaba ahí para avisarle. «¿Todo fue una trampa? Algo arriesgado quizás. Aunque fue bastante eficaz.» Debía darle la derecha de que el otro ejercito había planeado muy bien su estrategia. Y si no lo planearon, eran realmente buenos improvisadores.
Con la velocidad que le otorgaba su nerviosismo, hizo caso al instante a lo que le dijo Shiten y fue al lado suyo. No iba a cuestionarle nada a ese hombre.
—Nara Jun. — Ya más de cerca pudo ver el estado del viejo. Podía ser todo lo fuerte que quiera pero no estaba para nada en estado para pelear. «¿No hay un puto médico cerca? Nos vendría bien que se recupere por lo menos un poco.»
Su compañero solo esperó a que su rival termine de hablar para tirarse directamente a la ofensiva. Ella no tenía ni la más mínima idea que tan apto era su rival con esas espadas, pero le bastaba saber que ella no era la más experta luchadora cuerpo a cuerpo. Además, no quería dejar al manco a merced de lo que pueda venir. Esta vez decidió apoyarle desde atrás.
La sombra de la Nara salió disparada de ella luego de que formó un sello, yendo a la par de Toshio y yendo a buscar directamente al hombre de las duales. Rara vez se habrá usado esa técnica en una superficie así, pero pensaba no haber ningún problema con eso.
—Hitai-ate [En el cuello]
—Portaobjetos básico(6/10) [Sujetado en su muslo derecho]
2 Chīsana Makimono
2 Shuriken
Paquete de 5 senbon
Kit de primeros auxilios
—Kodachi [Colgada de la cintura por la parte izquierda]
¤ Kagemane no Jutsu ¤ Técnica de Imitación de Sombras - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos:Nara 10 - Gastos:
5 CK alargar sombra
15 CK activar parálisis (divide regen. de chakra)
- Daños: - - Efectos adicionales: Atrapa a uno o más oponentes durante 5 turnos - Sellos: Rata - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
15 metros
+10 metros si se conecta con otra sombra y se extiende a partir de ella
+10 metros con un fuerte destello de luz (el rango total calculado de la sombra se reduce a la mitad si es de noche o se está en una habitación mal iluminada)
El Kagemane no Jutsu es la técnica más característica del clan Nara y permite al usuario manipular su sombra a su voluntad.
El Nara es capaz de extender su sombra sobre cualquier superficie (incluso sobre el agua) y a una considerable distancia. Una vez que esta entra en contacto con la del objetivo, ambas se fusionan y el adversario se ve forzado a imitar todos los movimientos del usuario. Sin embargo, parece que no afecta al rostro del objetivo, por lo que puede seguir hablando libremente.
Si el oponente está fuera de alcance, el usuario puede intentar producir una fuente de luz más potente para incrementar el alcance de la técnica. Además, si su sombra toca otra sombra del ambiente, puede conectar la técnica con esta sombra y volverla a hacer surgir desde cualquier sombra adyacente, incrementando también el rango de acción de la técnica desde el momento en el que sale de esa sombra. Es posible dividir la sombra en varias partes (restando 2 metros al alcance de la técnica por cada división) para atrapar a varios oponentes a la vez, o para crear una distracción.
La mayor desventaja de la técnica es que cansa usarla repetidamente, pues como máximo puede mantenerse 5 turnos. Aún así es una duración considerable, teniendo en cuenta que en un combate en equipo, quedar atrapado por una de las sombras puede significar la muerte. Una luz insuficiente hará esta técnica menos efectiva, por lo que, de noche, el rango de acción se reduce a la mitad. Si el oponente está dentro de una masa de humo, puesto que el interior del humo es todo sombras, quedará atrapado al mínimo contacto de la sombra con la masa de humo.
Un oponente con mayor fuerza que la inteligencia del usuario puede resistirse a la técnica y liberarse de ella. La técnica también se deshará si cualquiera de los dos sufre algún tipo de daño.
Toshio ejecutó una maniobra propia de un avezado samurái —aunque empleando más fuerza que maña—, para desarmar parcialmente a su rival. La empuñadura salió volando del ninja vendado, que sorprendido pero atento, tuvo tiempo a detener el segundo ataque del kusajin interponiendo su otra arma contra la uchigatana.
Entonces sucedió algo que le sorprendió. O, más bien, le sorprendió por no suceder.
—¿Cómo te atreves? —le espetó, aprovechando el forcejeo para darle un rodillazo en los testículos (14PV). Acto seguido movió el sable para apartar la Uchigatana de su camino y… quedó inmovilizado. Sin saber por qué, su cuerpo no le obedecía, como si algo le constriñese—. ¡¿Qué brujería es esta?!
Sin ningún esfuerzo, Toshio consiguió desarmar al chico de su sable láser, pero su segundo ataque fue bloqueado y ahora ambos estaban forcejeando sin que ninguno de ellos consiguiese la ventaja clara. El herrero tuvo que ladear el cuerpo para evitar un golpe bajo. Un truco sucio por parte del ninja de Kurama, pero todo se vale en el amor y la guerra.
Antes de que el Kurogane pudiese hacer algo más, su enemigo se vio paralizado por Jun, que hizo... algo. Toshio no sabía bien el qué, pero tal y como se lo ordenó Shiten, no dudó.
De un movimiento, intentó despojar al ninja de su otro sable láser. Esta vez no utilizó chakra, eso sí, pensó que no lo necesitaría. Entonces, sin dudarlo, clavó su espada en el muslo del ninja, hasta el fondo (50 PV), dejándolo ahí antes de soltarle un cabezazo (16 PV).
- Kurogane no Wakizashi (En el costado izquierdo de la cadera, bajo la Uchigatana)
- Kurogane no Uchigatana (Dentro del ninja)
- Brazales del héroe de hierro negro (Equipados)
Le había venido perfecto a Jun que el de las vendas se haya centrado en los huevos de Toshio. Mientras el kusajin solo hizo un movimiento para evitar ese tremendo rodillazo, el Kagemane ya se estaba abalanzando contra el otro espadachín. En el preciso momento que las sombras conectaron fue cuando su enemigo sintió quedar totalmente inmovilizado. No solo lo sintió, sino que realmente lo estaba. Pero ni siquiera parecía haberse enterado de lo que había pasado. Solo lo había hecho Shiten, que la felicitó ni bien impactó su técnica.
—Viejo, ¿ves a alguno más? No creo que esté solo. — Miraba hacia los lados. Aunque estaba quieta en el lugar, cosa de que el pelirrojo pueda terminar su trabajo sin problema.
Que nuevamente salga un loco de la nada a intentar matarles le preocupaba bastante. Pero también le preocupaba otra cosa.
—¿Tienes alguna píldora o algo? Digo para que te recuperes un poco.
No sabía muy bien que tan mal se sentía, ya que estaba alentándolos como si fuera un día más de su vida. Pero era imposible que ese tipo esté bien después de haber perdido un brazo entero. Ella lo creía imposible.
El apuñalamiento de Toshio le sacó de inmediato de su paralisis, sintiendo cada milimetro de su hoja entrandole en el muslo. Intentó retroceder, completamente desarmado, pero el pelirrojo le propinó un cabezazo para acabar de desorientarlo.
— Esto... ¡no acaba...! — antes de que pudiese terminar su linea un brazo apareció para golpearlo en el pecho y mandarlo volando por encima de varios soldados de Kurama que seguían peleando.
Shiten le había propinado un lariat en todo el pecho y había acabado de dejarlo fuera de combate. Para responder a la pregunta de Jun, el jounin volteó la cabeza, viendo que había enemigos allá donde mirase.
— ¿Cómo que si hay alguno más? ¡Están por todas partes! — se agachó a recoger una de las muchas armas que había por el suelo para lanzarsela a un ninja del copo de nieve. — No te preocupes por mi, joven.
Pero la cosa es que esos ninjas desgraciados que habían aparecido de los charcos no eran el único problema. Una bijuudama se vio a lo lejos, cortando el aire de nuevo, esta vez hacia el cielo en vez de al suelo. Y al otro costado del ejercito se alzaba de nuevo un enorme muñeco de nieve. Esos malditos generales no tenían ni un apice de sigilo en ellos.
Shiten miró los nubes que la bijuudama había borrado y al muñeco de nieve y se decidió.
— Chicos, no puedo abandonar este frente. La retaguardia es lo más importante, seguro que ese maldito general quiere que vaya de frente e iría y le daría un poco del estilo Kusajin, pero la prioridad debe ser salvar tantas vidas como sea posible. Tampoco podemos dejar el frente solo contra esos monstruos.
>> Id al frente y decidles lo que está pasando aquí atrás, Comunicaciones está comprometida así que id y decidles que intenten retener al general de Kurama tanto tiempo como puedan, yo abriré camino aquí atrás para asegurar la retirada.
Les señaló el lugar de donde había salido la bijuudama y se lanzó a placar a un ninja que intentó aprovechar su pequeña explicación para atacarles.
Pudieron encargarse con facilidad del ninja sin que ninguno de ellos saliese herido, en parte por la rápida reacción y la coordinación de todos los presentes, y en parte también porque el muy salvaje había intentando atacar solo a tres ninjas juntos.
Y solían decirle a él que era demasiado confiado.
Ahora que tenían un problema resuelto, solo tenían que concentrarse en los otros cien que tenían alrededor, pues el ninja que los emboscó solo era uno de muchos que se habían colado en la retaguardia. Estaban rodeados, y por si fuera poco Toshio pudo ver uno otro de esos láseres perderse en el cielo.
«¡Lo sabía! En cualquier momento pueden soltar otro como antes. Debemos darnos prisa».
La decisión de su general no se hizo esperar. Shiten les ordenó avanzar al frente mientras él se quedaba en la retaguardia.
— Pero... si nos vamos tú... ¡Estás muy herido, Shiten! —No. Ni de coña iba irse. ¡Si lo hacía Shiten moriría!
Un ninja de Kurama los intentó atacar entonces, pero el Senju lo placó a tiempo. No tenían tiempo de discutir. Tenían que tomar una decisión ya.
— ¡Joder! —Exclamó, frustrado, antes de empezar a correr dirección al origen de la bijūdama—. ¡Ni se te ocurra morir. Mantente vivo!
Katana en mano, el herrero no tenía ninguna intención de detenerse hasta llegar al frente o morir, cortando a cualquier ninja enemigo que se le cruzara en medio.
Ni bien Toshio atinó el golpe, el Kagemane se rompió y volvió la sombra a la normalidad. No alcanzó ni siquiera a volver a accionar, ya que Shiten salió disparado, partiéndole la existencia al soldado enemigo.
La respuesta a lo que preguntó Jun era más que obvia. La visión de túnel quizá no la hacía reaccionar bien, sobre todo en un momento de tanto nerviosismo.
«Este viejo está loco.» Y eso le encantaba. Ese tipo con un brazo menos yendo como si nada a cargarse a todos los que venían en contra. Era casi como una historia épica pero en verdad estaba pasando. La chica no sabía si hacer eso era o no lo mejor para ese momento, pero no iba a contradecirle nada a esa bestia de la guerra.
Tenía la misma preocupación que su compañero. Ese tipo podría llegar a morir en el estado que estaba. Aunque, la Nara dudaba que ese tipo pueda morir.
De una forma u otra, con dudas y miedo, había que acatar.
—Siempre contigo viejo ¡Vamos!
Con kodachi en mano, echó a correr junto al pelirrojo, atenta a cualquier amenaza que les aparezca.
Jun y Toshio no dudaron en avanzar a la posición del general de Kurama, saliendo del area de combate en que se había convertido la retaguardia. Al poco de avanzar, se encontraron con más caos y más desolación. Principalmente había gente herida y gente ayudando a la gente herida. Muchos retrocedían a la espera de encontrar un médico o un equipo de retirada, solo para ver la multitud de combates que se estaba librando en la retaguardia. Estaban encerrados.
Algunos intentaban avanzar, katana en mano, ayudando a algún herido. Otros se paraban en el sitio e intentaban hacer su mejor intento de primeros auxilios. Y una pequeña parte, simplemente se quedaba en el sitio, incapaz de tomar una decisión.
Sin embargo, lo que llamaría la atención de los genin sería una enorme ave de tinta avanzando hacia ellos. Sobre ella estaba Nao, que avanzaba raudo hacia la retaguardia con un proposito. Toshio y Jun verían que se acercaba desde el frente y el clon de Nao vería que eran los únicos que avanzaban desde la retaguardia, la mayoría se retiraba como les habían ordenado.
La copia avanzaba hacia la retaguardia encontrándose ciertamente con un caos más grande del que esperaba. Ciertamente, aquel no era un lugar para nada seguro incluso para aquellos que estaban buscando huir. Sus temores se habían vuelto realidad, siendo aquella la confirmación que esperaba: Toda la batalla en el frente había sido un teatro, una maldita trampa donde las esperanzas les hicieron caer de lleno en ella.
Pero no estaban acabados. No aún. Si querían acabar con todo el ejército, ciertamente no lo habían logrado. Su victoria debía ser ahora el salvar a la mayoría de personas posibles y no dejar que Kurama y sus hombres se salieran con la suya.
Mientras avanzaba, notaba a dos genins corriendo en dirección contraria. A Jun le conocía, pero del llamativo pelirrojo no tenía ni idea.
—¡Oigan! — Descendería lentamente para volar a poca altura sobre ellos —Informe, rápido. Necesito saber el estado de retaguardia. ¿Saben si queda vivo alguno de los jōnin para informar al respecto? ¿Qué ha sucedido aquí? — Observó alrededor y luego a los genin. —Vanguardia fue casi completamente eliminada — Sentenciaría.
Sacudió de pronto la cabeza, pasando a un rostro pálido y nervioso, reflejando el estado de ánimo de su yo real que aún estaba luchando.
—¡Denseprisaporfavorqueapenasacabodeesquivarotrabijuudama! — Necesitaba cuanto antes enviar el mensaje al frente de batalla, así si fuera lo último que hiciera.
Si miraba a su alrededor, Toshio se encontraría con más muerte y desolación. Habían heridos por todos lados y gente ayudando a los heridos, pero Toshio no podía quedarse a ayudar a los heridos, así que evitó apartar su mirada del frente.
— ¿Qué cojones es eso? —Preguntó Toshio al ver a un pájaro enorme acercarse a ellos.
El herrero se puso en guardia, pero por suerte no se trataba de un enemigo, sino de un miembro del escuadrón de comunicaciones que aparentemente fue el objetivo del láser que habían visto antes.
— ¡Nos emboscaron! Montones de ninjas se escondieron en el agua. Ahora está Shiten y el resto aguantando para permitir la retirada, ¡pero la vanguardia no puede ceder! —Se apuntó a sí mismo, aparentando confianza aunque estaba temblando—. Por eso nos envió a nosotros. ¡Necesitamos que nos lleves hasta allá!
Cada vez que avanzaban más iban notando como el caos que ya veían desde lejos se incrementaba. No podían quedarse a ayudar a nadie, por más que quisieran. Tenían una misión muy clara y no podían hacer caso omiso a esta. Debían cumplir con las órdenes que les dio Shiten.
Como si de una coincidencia divina y afortunada para los genin, un pájaro de tinta gigante bajó del cielo. Jun sabía bien que debía tratarse de él.
—¡¿Nao?!
Rápidamente y con un notorio apuro, el amejin pasó a pedirles toda la información posible que tenían. También les avisó que la vanguardia fue prácticamente exterminada. Toshio fue conciso y eficaz, contando lo más importante de la manera más breve posible. Su uso de la palabra había sido maravilloso y la situación apremiaba ese comportamiento.
Esperó la respuesta del montañés, aunque con cierta preocupación ¿Iba a tener que subirse a esa cosa y volar metros para arriba para llegar al frente? Si no había otra opción, debería aguantarse.
El clon envió la información a su original, y a así de regreso recibió un mensaje de su original. Casi ya no había tiempo.
—Shiten-san realmente es un gran ninja, ¿verdad? — Sonrió triste y se bajó de su ave. —No podría llevarnos a todos, pero ustedes deben subir. La haré volar en línea recta hasta donde se encuentra el general de Kurama, su nombre es Marrow — Su sonrisa se borró de si rostro. —En realidad, creo que mi cuerpo real no durará mucho en combate; los miembros de mi escuadrón están todos severamente lastimados, y yo ya no tengo chakra... — Observó al pelirrojo. —¿Cuál es tu nombre? Quisiera saberlo, en caso de que cuando llegues yo aún esté vivo — El clon empezaría a caminar.
»Es demasiado pedir, pero me gustaría que salvaran a dos kunoichis de Kusagakure y a una shinobi médico de Uzu. Sus nombres son Ranko, Lyndis y Sakumi. Si no es posible, huyan. Ya se ha derramado demasiada sangre hoy.
El clon señaló a su ave.
—¡SUBAN Y VAYAN AHORA! ¡Yo tengo que coordinar a las tropas de vanguardia!— En cuanto ambos se subiesen, el ave empezaría a volar en trayectoria al frente.
El clon, por su lado empezaría a correr y acercarse a los grupos que estaban en retirada, alzando su voz y extendiendo sus manos
—¡Detengan la retirada! ¡El Mariscal Shiten está con vida y nos abrirá un camino en retaguardia para que podamos escapar! ¡Hasta entonces! ¡No cedan ante los ataques de Kurama! ¡Retengan a los perseguidores para que no alcancen retaguardia mientras los médicos aplican tratamiento ambulatorio ahora que estemos frenados! ¡Propaguen el mensaje como se los dije la otra vez!
Él debía permanecer con vida el mayor tiempo posible hasta entonces.
— Sí... Shiten es el mejor. —Un verdadero héroe capaz de sacrificarse por los demás, ese era Shiten.
Toshio, en cambio, sabía que lo único que podía hacer era aspirar a ser como él, sin llegar a alcanzarlo nunca, porque él no era como Shiten y sabía que jamás lo sería. No era valiente, aunque tampoco era cobarde. No era un héroe, ni un civil que necesitaba ser rescatado. Realmente, era una persona bastante promedio. Él era...
— Kurogane Toshio. —Le dijo, mostrándole una media sonrisa confiada que no engañaría a nadie—- ¡Ya me dirás el tuyo cuando salgamos de aquí!
De un salto, el Kurogane se subió al ave de tinta, de pie.
— ¡Y no te preocupes! —Le dijo—. Conozco a esas chicas. Saldremos todos de esta.
Entonces se sentó, esperando que Jun se subiese junto a él. Su mirada se mantuvo en el objetivo mientras su mente se llenaba de dudas. ¿Sabría qué hacer una vez llegase hasta allí? ¿Se paralizaría? ¿Llegaría a tiempo siquiera? Joder. Se había llenado la boca diciendo que todos saldrían de esta, cuando realmente no tenía ni idea de qué podría hacer una vez llegase hasta allá.
«Esta vez sí que te has lucido, Toshio. Nadie esperaba nada de ti hoy y no veas la de presión que te has puesto encima de golpe». Cerró los ojos un momento y suspiró, antes de volver a centrarse. «¿Qué le vamos a hacer? Solo queda seguir adelante».
La retaguardia no llevaba justamente buenas noticias. Pero lo breve que contó Nao sobre la vanguardia era mucho más negativo aún. Era obvio después del tremendo lío que había causado tan solo una técnica ahí atrás, más adelante tuvieron que haberlo vivido de peor.
Parecía que él tampoco estaba muy bien que digamos. Parecía que le quedaba poca chakra y, encima, estaba usando un clon solo para ver la situación allí e informar.
—¿Cuál es tu nombre? Quisiera saberlo, en caso de que cuando llegues yo aún esté vivo —
—Claro que vas a estar vivo imbécil. Cuando lleguemos y después de todo esto. — Le miró entre enojada y triste. —Y no vuelvas a decir eso porque sino la que te va a matar voy a ser yo.
Sabía que no era nada fácil ser optimista en esa situación. Mucho menos para su compatriota, que lo vivió todo mucho más de cerca. Pero para nada le podía permitir que hable de esa manera. Tenían que sobrevivir. No solo por ellos, sino por todos los que dieron y lo estaban dando todo para que por lo menos haya un pequeño rayito de esperanza.
Por último, les pidió que intenten salvar a algunas personas que nombró y, de no poder hacerlo, que solo huyan. Ante la petición solo asintió ofuscada, todavía sin poder aceptar la actitud que estaba tomando el muchacho en esa situación. Decir que era un clon y que mencionó que no se encontraba justamente bien, pero tenía muchas ganas de darle una buena bofetada en toda la cara.
Finalmente, casi sin otra opción que tomar, se subió con muchos nervios al transporte hacia sus dos perdiciones: la pelea contra los tipos que explotaron todo y la altura.
Ni bien el clon comenzó a correr hacia las tropas y vio que Toshio cerró por un momento los ojos, aprovechó para apresarle el brazo a este último con sus dos brazos.
—Escucha, le tengo mucho miedo a las alturas. — Dijo mientras cerraba los ojos con fuerza. —Solo me subo porque no quiero que el estúpido de Nao tenga razón. Pero espero que entiendas que el aire no es mi fuerte.
El ave despegaría sin problemas, cargando a Jun y Toshio.
Por su parte, Jun estaría con los ojos cerrados y completamente quieta a excepción de un leve temblor por todo su cuerpo. No contenta con quedarse ella paralizada del terror, se había aferrado al brazo de Toshio con todas sus fuerzas.
En cambio, Toshio podría ver tras apenas unos segundos de vuelo, el lugar donde se encontraban los dos ejercitos. O donde a duras penas el ejercito de la Alianza conseguía mantener el del Copo de Nieve. Allí podría ver a unas cinco figuras que destacaban sobre el resto. A diferencia de la gran mayoria del ejercito que apenas utilizaba técnicas y se basaba más en Kenjutsu y Taijutsu, éstos iban con todo.
Apenas distinguiria con la distancia, pero estaban usando movimientos ultrarrapidos como si fuese el pan de cada día e intercambiando poderosos golpes.
No tardarían en llegar y cuando lo hicieran, todos los verían venir en una enorme bestia alada. También habría que investigar como hacer su entrada triunfal, con Jun practicamente hecha una ameba.
Podeis hacer una ronda más si quereis, después de esa ronda, esta trama se acabó, entrareis en la trama oficial de la guerra cuando yo os dé pie en la siguiente ronda.