Vuelve a casa

[Himura Hana]

— ¿Y dónde deberías estar? Estás aquí porque Toshio te estaba protegiendo ¿me equivoco?

Las palabras de Yuki profundizaron en ella más de lo que le hubiese gustado. Tal vez era porque había rebajado sus defensas demasiado desde que había tenido que mudarse forzosamente a casa de Toshio o desde su marcha a la guerra. Toshio la había estado protegiendo, justo después de que su padre dejase de protegerla y ahora o Yuki o Tamao se encargarían ¿no? No era más que una carga que sus allegados se tenían que pasar cuando el anterior se quedaba indispuesto.

— Deber, debería estar entre las ruinas de mi casa, supongo. No sé cuanto sentido tiene seguir luchando. Primero mi padre, ahora Toshio, ¿quien será el próximo, Tamao, tú? No puedo pasar por eso. Saldré de la villa y ya me buscaré la vida por mí misma.

Bajó la mirada al suelo. No estaba convencida de sus palabras. No estaba tomando una decisión arriesgada, estaba plana y llanamente rindiendose.

[Kurogane Toshio]

La jōnin se quedó mirando a la Uchiha, quien parecía hundirse cada vez más y más hasta el punto de llegar a la rendición. Quizás los fríos ojos de Yuki no demostraban la pena que sentía por ella en aquel momento, pero indudablemente la sentía. No podía evitarlo. Al fin y al cabo, le recordaba demasiado a ella misma.

Al final, la chica acabó poniéndose de cuclillas para verle la cara a Kinumi, quien había agachado la mirada.

— No es cuestión de si tiene sentido o no seguir luchando. —Le dijo, mirándola a los ojos—. Es la única opción que tienes. Eso o acabar con todo tú misma... salir de la villa y buscarte la vida suena como una buena forma de hacerlo.

[Himura Hana]

Al final, Yuki se había acuclillado solo para atrapar su mirada y Kinumi no tenía la fuerza de voluntad para combatirla. Finalmente, la Jounin le dijo la verdad. No fue una mentira piadosa ni lo que quería oír, solo la verdad.

— No es tan sencillo como 'seguir peleando'. Es poner en riesgo muchas más vidas que la mía. La tuya, la de Tamao, incluso vuestras familias. Dejé que Toshio me ayudase y mira.

Quería seguir, quería defender su irracionalidad hasta que le sonase racional. Pero era demasiado pronto para que no le escociese la herida de Toshio. Sabía desde que se fue que no iba a volver bien, pero esperaba que al menos volviese.

Ahora solo le quedaba la amarga realidad y sus envites.

[Kurogane Toshio]

— Toshio no murió por tu culpa. Ni se te ocurra decir lo contrario. —Le dijo, mucho más molesta de lo que pretendía—. Y cualquier peligro en el que se hayan metido esos gilipollas ha sido voluntariamente. Joder, siendo Toshio, probablemente tuvo que haberte insistido para que lo dejases ayudarte.

Se dejó caer en el sofá, sentándose.

— Sea como sea. Si él decidió protegerte, yo también lo haré. —Le dijo—. Es un aviso, no una oferta.

[Himura Hana]

— Toshio no murió por tu culpa. Ni se te ocurra decir lo contrario. Y cualquier peligro en el que se hayan metido esos gilipollas ha sido voluntariamente. Joder, siendo Toshio, probablemente tuvo que haberte insistido para que lo dejases ayudarte.

Kinumi ahondó en su expresión taciturna.

— Realmente no creo que llegasemos a hablar del tema. Me encontró moribunda y después ardió mi casa y no tuvimos mucho tiempo antes de que se fuese a la guerra.

— Sea como sea. Si él decidió protegerte, yo también lo haré. Es un aviso, no una oferta.

La Uchiha se estiró en el suelo, usando sus brazos como apoyo y mirando directamente a Yuki. Empezaba a entender a la extraña kunoichi con la que iba a tener que lidiar de ahora en adelante. Era terriblemente agresiva, hasta el punto que amenazaba con hacer algo bueno. Durante un instante, Kinumi se olvidó de su vida y le sonrió a Yuki.

— Me consideraré avisada entonces. No te preocupes, no haré ninguna tonteria. No querría tener que preocuparme de que me mates por haberme matado. ¿Cómo tienes las heridas?

Decidió pasar a temas más importantes que su falta de un lugar en el mundo.

[Kurogane Toshio]

La chica parecía haberse resignado a ser ayudada sin poner ninguna pega, lo que eran buenas noticias, porque significaba que sería mucho más fácil de tratar de lo que ella misma fue en su momento.

— Estoy bien. —Contestó—. Tamao se ocupó de mí.

Se quedó varios segundos callada. Dar conversación realmente no era una de sus mejores habilidades, ni de las peores. De hecho, dar conversación no era siquiera una habilidad que tenía.

— ¿Qué sabes de esta gente? —Al final, optó por recabar información. Eso sí que se le daba regularmente bien.

[Himura Hana]

— Estoy bien. Tamao se ocupó de mí.

No era una niña. Ella misma había salido herida recientemente y el dolor no desaparece cuando te tratan. De hecho, comunmente el dolor aumenta sustancialmente cuando te tratan solo para bajar después. Eso era lo que le había preguntado a Yuki, cómo llevaba el dolor, por ello asumió que, para ninguna sorpresa, era de las que se guardaban esas cosas.

No sabía muy bien cómo tratar con alguien así.

— ¿Qué sabes de esta gente?

— No demasiado, solo lo que he podido suponer por las circunstancias. Son ninjas de elite. Seguramente sean Uchiha, algo tiene que ver mi familia. Pero no sé qué pueden querer de mí.

No quiso extenderse demasiado con su información personal por si Yuki pensaba que era irrelevante para lo que le había preguntado. No eran especialmente ricos, no más que otros de su clan, ni poderosos, tal vez se tratase de que simplemente eran faciles de eliminar. Sin su madre, solo eran ella y su padre, mientras que otros del clan eran cómo ocho en la familia.

[Kurogane Toshio]

Yuki apoyó la mejilla sobre su mano. Aparentemente Kinumi no tenía apenas idea de quienes eran aquellas personas. La única sospecha que tenía era que probablemente debían de ser Uchiha, cosa que realmente no le decía demasiado, pues hasta que un Uchiha no utiliza su Sharingan, realmente no se diferencia de cualquier otro ninja. Usualmente tendrá el pelo y los ojos negros, como la mayoría de personas.

— Entonces parece que no tenemos mucho con lo que trabajar ¿huh? —Comentó, aunque no parecía muy preocupada al respecto—. ¿Y tú? ¿Qué sabes hacer?

[Himura Hana]

— Entonces parece que no tenemos mucho con lo que trabajar ¿huh? ¿Y tú? ¿Qué sabes hacer?

— Fuego y poco más. Supongo que tú sabrás hacer un poco de todo ¿no? Pareces una jounin la mar de capaz.

No lo dijo con un tono triste ni depresivo. Era su cosa. Tenía más que asumido que no era la cosa más útil del mundo para nada más que para pelear, pero viendo la de peleas que se le venían encima, no era tan malo.

— Era hielo lo de antes ¿no? Tenía una fuerza increible. Siempre pensé que los usuarios de Hyoton eran más sutiles, más de usar agujas y cosas así.

Por lo menos, era el estereotipo que se había tragado. Incluso en las historias escritas siempre estaba el Hyotonero frio y calculador capaz de acabarlo todo con una sola aguja con gran precisión. Y ahora, la primera que conocía era una loca salvaje que se hacía una protesis gigantesca.

[Tsukiyama Daigo]

— No mucho más, realmente. —Respondió Yuki—. Sé matar. Puedo hacerlo con mis manos, armada, con hielo o con fuego, pero al final es todo lo mismo.

Por suerte, parecía que Kinumi sabía algo de ninjutsu ofensivo. Eso era bueno, al fin y al cabo si tenía que protegerla, estaría más tranquila si la Uchiha ya sabía protegerse sola.

— Supongo que suelen ser así, no lo sé. Nunca me he encontrado con un usuario de Hyoton que estuviese en mi bando. —Le explicó—. Todo lo que sé de Hyoton lo aprendí sola, así que seguramente sea muy distinto a lo que podrías esperar de otro usuario de Hyoton.

[Himura Hana]

— Supongo que suelen ser así, no lo sé. Nunca me he encontrado con un usuario de Hyoton que estuviese en mi bando. Todo lo que sé de Hyoton lo aprendí sola, así que seguramente sea muy distinto a lo que podrías esperar de otro usuario de Hyoton.

La idea de que alguien pudiese aprender por sí misma técnicas tan complejas como las de Hyoton era algo chocante para Kinumi. Ella había seguido a rajatabla las enseñanzas de su clan, escritas en piedra y pasadas generación tras generación. ¿Qué hubiese sido de ella si hubiese tenido que autoenseñarse como había hecho Yuki?

— ¿Cómo? Es decir, a mí me lo enseñó todo mi padre. Me parece... — hizo una breve pausa para serenarse, porque estaba demasiado acelerada. — Kami-sama, es increible. ¿Aprendiste sola a usar el hielo? Yo ni siquiera podía hacer la bola de fuego hasta hace un par de años.

Solo Kenzou-sama con su sabiduria del más allá podría siquiera atisbar cuanto hubiese tardado ella en ganar maestria sobre un elemento compuesto sin más ayuda que su inventiva y voluntad. Si toda su vida había ido con ruedines.

[Kurogane Toshio]

— No es nada especial. —Respondió Yuki, simplemente—. En momentos de necesidad solo podemos adaptarnos o morir. Tú habrías hecho lo mismo.

"O habrías muerto en el intento" se vio tentada a decir, pero había aprendido a guardarse al menos algunas cosas... a veces.

— No tuve un padre que me enseñase a ser fuerte, y odiaba ser débil, así que... simplemente aprendí. Tú harás lo mismo.

Dicho aquello, Yuki miró la foto durante unos instantes, antes de volver a dejarla en su sitio.

— En fin. ¿Cuándo empezamos?

[Himura Hana]

Hasta el final, Kinumi estaba escuchando una inspiradora, aunque algo seca, historia de superación personal y de entrenamiento ninja. Y respondió acorde a ello.

— Sí, creo que saldré más fuerte de todo esto. Aunque mi clan es complicado. Tal vez haya cosas que no pueda simplemente conseguir con entrenamiento. — se llevó una mano a la nuca, recordando lo extrañas que eran las lecciones sobre los poderes de su clan.

— En fin. ¿Cuándo empezamos?

La miró un segundo anonadada antes de reaccionar.

— ¿Perdona?

[Kurogane Toshio]

Yuki ladeó la cabeza, levemente confundida. ¿Acaso no se había explicado bien? Sabía que hablar no era uno de sus fuertes, pero aquella vez podría haber jurado que había conseguido hacer llegar su mensaje.

— Que vamos a entrenarte. —Respondió—. En cuanto te quites... eso. No puedo entrenarte mientras lleves puesta su ropa.

Dicho aquello, la jōnin se sentaría en el sofá, esperando a que Kinumi se cambiase de ropa, o se quitase la camiseta, o que hiciese lo que quisiera hacer antes de entrenar.

— Puedes contarme todo lo que sepas mientras entrenamos. Date prisa.

[Himura Hana]

— Que vamos a entrenarte. En cuanto te quites... eso. No puedo entrenarte mientras lleves puesta su ropa.


— ¿Qué? — repitió Kinumi igual de confusa incluso después de una 'explicacion'

Se levantó de golpe, intentando explicarse antes de que Yuki la matase.

— Quiero decir, claro, me encantaría entrenar contigo, Yuki-senpai, pero ¿no tienes que descansar? ¿Que reposar unos días después de la guerra? Además del resto de cosas que tengas que hacer. No quiero hacerte perder el tiempo conmigo.

La logica le decía que entrenar con Yuki sería cien veces mejor que seguir entrenando sola, sin embargo, no podía pedirle eso a una Jounin que acababa de conocer y menos cuando acababa de volver de la batalla. Además, una pequeña parte de su sangre Uchiha le decía que era una deshonra dejar que la entrenase como si fuese superior. Pero le preocupaba más la poca preocupación de la kunoichi por su propio estado que su orgullo de clan.