24/03/2016, 09:40
Kaido frunció el ceño, aunque sentía también una ligera carga de sorpresa. Y es que estaba tan acostumbrado a que la gente le cogiera manía, que creía que transitar caminos rocosos con alguien significaba no poder salir de allí nunca más. Eso no parecía estar sucediendo con Daruu, quien actuaba conciliador ante todos los peros que el tiburón iba poniendo a lo largo de la conversación. Porque, quizás inconscientemente, el escualo estaba buscando lo de siempre: volver al punto muerto donde el conflicto y la confrontación dominaran el encuentro.
Un ambiente que se ciñe mucho mejor a su personalidad, desde luego, y que le otorgaba el sentido de superioridad que tanto buscaba siempre.
No obstante, el hijo de Kiroe ya no lucía muy interesado en la disputa. Eso frustraba a Kaido en igual medida que le obligaba a dejar a un lado su actitud, lo que no era del todo malo para que su cabeza se mantuviera sobre sus hombros durante el tiempo suficiente para que al menos tuviera la dicha de hacer siquiera su primera misión ninja.
Si Yarou le viera, calladito y escuchando las explicaciones de su interlocutor, sin duda alguna estaría gratamente sorprendido.
—Vale, esperemos que tu señora madre lo entienda. E intentaré no malograr ningún mueble.
Pronto Daruu cogió rumbo hacia el lugar donde se había estado hospedando, que terminó siendo una gran amplia cabaña ubicada privilegiadamente en el claro cercano al río. Poco después le mostró la cocina, lujosa y bien equipada para ser un lugar campestre; donde los ingredientes yacían adecuadamente preparados listos para ser usados en cualquier momento.
Kaido estuvo a punto de abalanzarse hacia los tarros y devorarse todo lo que hubiera allí adentro, pero la interrogante se lo impidió. El muchacho le preguntó si quería aprender a cocinar una pizza al mejor estilo Hanaiko.
—Lo mío es morder, tragar y digerir. Pero nunca está de más saber cómo cocinar, quizás me sirva luego en alguna misión —bromeó, aplaudiendo una sola vez y dando saltitos sobre sus pies como si necesitase calentar los músculos para tal tarea—. y bien, ¿qué coño tengo que hacer, chef?
Un ambiente que se ciñe mucho mejor a su personalidad, desde luego, y que le otorgaba el sentido de superioridad que tanto buscaba siempre.
No obstante, el hijo de Kiroe ya no lucía muy interesado en la disputa. Eso frustraba a Kaido en igual medida que le obligaba a dejar a un lado su actitud, lo que no era del todo malo para que su cabeza se mantuviera sobre sus hombros durante el tiempo suficiente para que al menos tuviera la dicha de hacer siquiera su primera misión ninja.
Si Yarou le viera, calladito y escuchando las explicaciones de su interlocutor, sin duda alguna estaría gratamente sorprendido.
—Vale, esperemos que tu señora madre lo entienda. E intentaré no malograr ningún mueble.
Pronto Daruu cogió rumbo hacia el lugar donde se había estado hospedando, que terminó siendo una gran amplia cabaña ubicada privilegiadamente en el claro cercano al río. Poco después le mostró la cocina, lujosa y bien equipada para ser un lugar campestre; donde los ingredientes yacían adecuadamente preparados listos para ser usados en cualquier momento.
Kaido estuvo a punto de abalanzarse hacia los tarros y devorarse todo lo que hubiera allí adentro, pero la interrogante se lo impidió. El muchacho le preguntó si quería aprender a cocinar una pizza al mejor estilo Hanaiko.
—Lo mío es morder, tragar y digerir. Pero nunca está de más saber cómo cocinar, quizás me sirva luego en alguna misión —bromeó, aplaudiendo una sola vez y dando saltitos sobre sus pies como si necesitase calentar los músculos para tal tarea—. y bien, ¿qué coño tengo que hacer, chef?