30/03/2016, 16:06
(Última modificación: 30/03/2016, 16:06 por Uchiha Akame.)
El tuerto dejó escapar una sonora carcajada, que atronó —como su propia voz— por encima del ruido ambiente del local. Su ojo sano, oscuro como el azabache, examinó de arriba a abajo al supuesto 'Haskoz', y luego le estrechó la mano con tanta fuerza que Datsue creyó que se la iba a romper. El tipo debió darse cuenta.
—¡Cagonmimadre, Haskoz-san! Estás hecho un tirillas —apostilló, riendo de nuevo—. ¿Y tu amiga es...?
Anzu tardó unos instantes en darse cuenta de que el único ojo de aquel hombre la examinaba ahora a ella. Pese a lo intimidante de su aspecto, no era nada comparado con el brillo amenazante que la Yotsuki creyó distinguir en su mirada. Era la clase de mirada que tienen los que lo han visto y hecho todo; una mirada de alguien para quien la vida y la muerte no valen nada. Este tío es un jodido demonio... ¿Pero, por qué parece conocer a Datsue-san? ¿Quién es en realidad ese 'mohawk' rubiales de quien se ha disfrazado? Joder, esto no está saliendo como esperaba... De repente se dio cuenta de que seguía ahí, parada.
—Me llaman Anzu —respondió ella, extendiendo la mano derecha.
Aprieta, aprieta con todas tus fuerzas...
—¡Anzu! —replicó el tuerto, con tono jocoso, y por un momento la Yotsuki creyó que también conocía a su madre—. Bonito nombre. A mí me llaman Katame... Por obvias razones —agregó, con una fiera sonrisa que dejó al descubierto su dentadura enteramente chapada en oro.
Cuando estrechó su mano, Anzu se propuso concentrar toda su fuerza y atención en aquel apretón de manos. Se sintió como si una pinza metálica la atrapase por momentos, pero Katame pareció conforme. Con otra estruendosa carcajada, se dirigió a 'Haskoz'.
—Por las tetas de Amaterasu, Haskoz-san, ¡esta mujer tiene más garra que tú! ¿Por eso la has traído? ¿Para que te haga de guardaespaldas?
La puya se oyó en todo el bar, acompañada de leves carcajadas. Estaba claro que allí Katame era el amo y señor, pero a juzgar por las tímidas risas, muchos respetaban al tal 'Haskoz' —o, a quien creían que era él—. El respeto, no obstante, se gana con dificultad y se pierde con facilidad. Bajo todos los focos, un traspiés podía significar arruinar la imagen y tapadera del Uchiha.
El camarero carraspeó sonoramente.
—¡Cagonmimadre, Haskoz-san! Estás hecho un tirillas —apostilló, riendo de nuevo—. ¿Y tu amiga es...?
Anzu tardó unos instantes en darse cuenta de que el único ojo de aquel hombre la examinaba ahora a ella. Pese a lo intimidante de su aspecto, no era nada comparado con el brillo amenazante que la Yotsuki creyó distinguir en su mirada. Era la clase de mirada que tienen los que lo han visto y hecho todo; una mirada de alguien para quien la vida y la muerte no valen nada. Este tío es un jodido demonio... ¿Pero, por qué parece conocer a Datsue-san? ¿Quién es en realidad ese 'mohawk' rubiales de quien se ha disfrazado? Joder, esto no está saliendo como esperaba... De repente se dio cuenta de que seguía ahí, parada.
—Me llaman Anzu —respondió ella, extendiendo la mano derecha.
Aprieta, aprieta con todas tus fuerzas...
—¡Anzu! —replicó el tuerto, con tono jocoso, y por un momento la Yotsuki creyó que también conocía a su madre—. Bonito nombre. A mí me llaman Katame... Por obvias razones —agregó, con una fiera sonrisa que dejó al descubierto su dentadura enteramente chapada en oro.
Cuando estrechó su mano, Anzu se propuso concentrar toda su fuerza y atención en aquel apretón de manos. Se sintió como si una pinza metálica la atrapase por momentos, pero Katame pareció conforme. Con otra estruendosa carcajada, se dirigió a 'Haskoz'.
—Por las tetas de Amaterasu, Haskoz-san, ¡esta mujer tiene más garra que tú! ¿Por eso la has traído? ¿Para que te haga de guardaespaldas?
La puya se oyó en todo el bar, acompañada de leves carcajadas. Estaba claro que allí Katame era el amo y señor, pero a juzgar por las tímidas risas, muchos respetaban al tal 'Haskoz' —o, a quien creían que era él—. El respeto, no obstante, se gana con dificultad y se pierde con facilidad. Bajo todos los focos, un traspiés podía significar arruinar la imagen y tapadera del Uchiha.
El camarero carraspeó sonoramente.