3/04/2016, 23:19
A pesar de la advertencia de la chica, el grupo de camorristas no pareció dispuesto a colaborar e irse por donde habían venido. Por suerte para ella, no parecían mas que civiles, quizás fuese un exceso usar un ninjutsu sobre ellos. Pero bueno, ellos lo habían buscado, y ella estaba en inferioridad numérica. Eso último fue su pensamiento, lo que le llevó a mirar a su lado. ¿Donde estaba Riko? No, solo fue una falsa alarma, el chico no parecía haberse retirado, al menos por ahora.
La gente comenzó a correr despavorida, ahuyentada por la advertencia de la chica así como ante la imagen de esos dos hombretones alzando las armas. El vulgar ratero no destacaba, cualidad que le venía al pelo incluso en esta situación. Ante todo, cabía destacar que el camarero no había salido del recinto, ni tan siquiera a evacuar a los clientes o meramente a intentar detener ese conflicto en su local.
Mientras tanto, la kunoichi seguía manteniendo el aliento. Esperaba el momento oportuno, cual hambriento predador espera a su pobre y desprevenida presa, solo que en éste caso la presa ya había sido avisada.
Aquí vienen los dos grandotes...
En cuanto los vio avanzar, la chica ya se predispuso a continuar con lo que había empezado. El asunto ya no tenía otra solución, ellos lo habían decidido así. Solo había una cosa clara, cuanto mas grande son, mas fuerte se escuchan al caer.
Cuando los enemigos estaban a apenas 4 metros, la chica inició su ataque. Con los pulmones hinchados, la chica comenzó a exhalar el aliento de mil dragones. Una llamarada tan bestial como un infierno sin dueño. Dantesca y destructora, la bocanada de fuego se dirigió sin miramiento a los individuos, que se escondiesen o no, estarían expuestos al continuo torrente de llamas. Ante todo, la chica visualizaba las opciones de escapar del fuego por parte de los individuos, e intentaría frustrarlas persiguiéndolos sin descanso con su ardiente aliento.
Sin duda, se habían metido con la chica equivocada. Ya saliese esa ciudad en llamas, esos idiotas iban a pedir perdón, y a suplicar por invitarla a ese esperado batido que posiblemente no llegaría pronto. Principal motivo del enojo de la peliblanco.
En un principio la chica intentó evitar quemar el mobiliario, pero era obvio que los hombres iban a intentar usarlos para cubrirse de las llamas. De una forma u otra, seguramente toda la terraza del local acabaría en llamas. Qué remedio, al final el ratero se iba a tener que hacer consecuente y pagar todo, que alivio que estuviese por allí.
Vida–
Chakra–
—Objetos:
* Ninguna AO *
La gente comenzó a correr despavorida, ahuyentada por la advertencia de la chica así como ante la imagen de esos dos hombretones alzando las armas. El vulgar ratero no destacaba, cualidad que le venía al pelo incluso en esta situación. Ante todo, cabía destacar que el camarero no había salido del recinto, ni tan siquiera a evacuar a los clientes o meramente a intentar detener ese conflicto en su local.
Mientras tanto, la kunoichi seguía manteniendo el aliento. Esperaba el momento oportuno, cual hambriento predador espera a su pobre y desprevenida presa, solo que en éste caso la presa ya había sido avisada.
Aquí vienen los dos grandotes...
En cuanto los vio avanzar, la chica ya se predispuso a continuar con lo que había empezado. El asunto ya no tenía otra solución, ellos lo habían decidido así. Solo había una cosa clara, cuanto mas grande son, mas fuerte se escuchan al caer.
Cuando los enemigos estaban a apenas 4 metros, la chica inició su ataque. Con los pulmones hinchados, la chica comenzó a exhalar el aliento de mil dragones. Una llamarada tan bestial como un infierno sin dueño. Dantesca y destructora, la bocanada de fuego se dirigió sin miramiento a los individuos, que se escondiesen o no, estarían expuestos al continuo torrente de llamas. Ante todo, la chica visualizaba las opciones de escapar del fuego por parte de los individuos, e intentaría frustrarlas persiguiéndolos sin descanso con su ardiente aliento.
Sin duda, se habían metido con la chica equivocada. Ya saliese esa ciudad en llamas, esos idiotas iban a pedir perdón, y a suplicar por invitarla a ese esperado batido que posiblemente no llegaría pronto. Principal motivo del enojo de la peliblanco.
En un principio la chica intentó evitar quemar el mobiliario, pero era obvio que los hombres iban a intentar usarlos para cubrirse de las llamas. De una forma u otra, seguramente toda la terraza del local acabaría en llamas. Qué remedio, al final el ratero se iba a tener que hacer consecuente y pagar todo, que alivio que estuviese por allí.
Estado de Katomi
Vida
90/90
0
–Chakra
84/120
-36
–—Objetos:
- Bandana ninja [Cintura]
- Portaobjetos básico (2/10) [Muslo derecho]
- Kunai (2) [Portaobjetos]
* Ninguna AO *