16/04/2016, 16:33
(Última modificación: 16/04/2016, 16:33 por Inuzuka Nabi.)
-No, solo te estoy diciendo que tu no tienes la culpa de que desapareciese, él había salido solo, por el amor de Shiona-sama, Nabi, ¿debemos salir siempre juntos? ¿Y si te pasase algo a ti por mi culpa, eh? ¡Ojalá hubiese dado mi vida por salvar a Yota! Era mi estúpido e imbécil compañero de equipo... Y... Y yo no pude hacer nada... Ni tú, ni yo... ¡Jopetas! Entrenamos para volvernos más fuertes y proteger lo que nos importa... Ojalá pudiese salvarlos a todos...
Estaba claro que la chica se pensaba que estaba convenciendo o al menos intentandolo, pero Nabi solo oia argumentos a favor de lo que él intentaba hacerle entender a ella. Le apretó con más fuerza aún y Nabi sintió la fuerza de la muchacha, si se lo planteara, seguramente podria partirlo en dos. Las uñas de la medica se abrieron paso por la piel de la espalda del rubio, que sintió un chispazo de dolor al sentirlo, pero pudo sobreponerse sin casi moverse.
Eso es lo que te estoy diciendo, Eri. Que no importa lo fuerte que seamos, lo único que al final importa es la fuerza individual, y tú tienes fuerza individual de sobra. Porque nada te puede asegurar que yo este ahí cuando tu vida este pendiendo de un hilo. Que yo entrene no servira de nada si no estoy en el lugar indicado en el momento menos favorable. Por eso tienes que seguir así, siendo incluso más fuerte que yo.
Por mucho que le dolieran esas palabras a Eri, mucho más le dolian a él. Al llegar a la villa de nuevo de niño, le habian repetido una y otra vez, ya estas a salvo, aqui no te pasara nada, nosotros te protegeremos. Él no podia permitir más muertes sin sentido, no entre los suyos, no entre la gente que no lo merecia, los buenos no lo merecian y ellos eran los buenos. Entonces ¿qué sentido tenia que de un dia al otro Yota desapareciera y nadie dijera nada?
-¿Dónde fue aquel niño? ¿Dónde fue? ¿Qué pasó con él? Alegas que no volverá, que no está aquí, ¿por qué? ¿Qué le ocurrió? No exijo que vuelva, ¡te pido explicaciones, Nabi! Afirmas que no volverá, que no lo busque... Pero ya ni si quiera sé quién eres tú... Siempre dices que quieres cuidarme, que estarás ahí, pero que no eres el mismo... No te entiendo, no me entiendo... ¿Debería haberme ido completamente después de dejarte en aquel hospital? ¿Eso es lo que quieres, que deje de ser una carga?
Las palabras duras de Nabi habian sacado a flote el lado más maduro de Eri, a la par que sus mocos. El tono neutro y frio volvió a resonar por la estancia.
No sabes quien soy ¿eh? Eso no es lo que me has dicho hace un momento. Aquel niño merecia morir, él sí estuvo en el momento pero fue debil y por eso murio. Yo no tuve la oportunidad porque no estuve, pero sé que si hubiera estado podria haber sido útil. Si tengo que elegir me quedo como estoy, ahora solo tengo que saber donde estar. No tienes que entenderme, solo tienes que saber que intentaré protegerte con todo lo que tengo, por poco que sea. Si tengo que hacerlo desde donde no puedas verme, lo haré.
No hay nada que salvar en mi, Eri. No soy ningún monstruo que no deja salir al Nabi bueno. He cambiado, ahora soy un shinobi, dedicaré mi vida a proteger la villa, pero sobretodo a proteger lo que es bueno y justo.
La chica se habia separado de él, despues de cubrirlo en mocos y lagrimas, y le miraba de pie sin dejar de expulsar liquido por todos los orificios que podia, bueno, esperaba que no por todos, seria raro. Nabi la miraba completamente serio, dando credibilidad a sus palabras, no titubearia ante ella.
Estaba claro que la chica se pensaba que estaba convenciendo o al menos intentandolo, pero Nabi solo oia argumentos a favor de lo que él intentaba hacerle entender a ella. Le apretó con más fuerza aún y Nabi sintió la fuerza de la muchacha, si se lo planteara, seguramente podria partirlo en dos. Las uñas de la medica se abrieron paso por la piel de la espalda del rubio, que sintió un chispazo de dolor al sentirlo, pero pudo sobreponerse sin casi moverse.
Eso es lo que te estoy diciendo, Eri. Que no importa lo fuerte que seamos, lo único que al final importa es la fuerza individual, y tú tienes fuerza individual de sobra. Porque nada te puede asegurar que yo este ahí cuando tu vida este pendiendo de un hilo. Que yo entrene no servira de nada si no estoy en el lugar indicado en el momento menos favorable. Por eso tienes que seguir así, siendo incluso más fuerte que yo.
Por mucho que le dolieran esas palabras a Eri, mucho más le dolian a él. Al llegar a la villa de nuevo de niño, le habian repetido una y otra vez, ya estas a salvo, aqui no te pasara nada, nosotros te protegeremos. Él no podia permitir más muertes sin sentido, no entre los suyos, no entre la gente que no lo merecia, los buenos no lo merecian y ellos eran los buenos. Entonces ¿qué sentido tenia que de un dia al otro Yota desapareciera y nadie dijera nada?
-¿Dónde fue aquel niño? ¿Dónde fue? ¿Qué pasó con él? Alegas que no volverá, que no está aquí, ¿por qué? ¿Qué le ocurrió? No exijo que vuelva, ¡te pido explicaciones, Nabi! Afirmas que no volverá, que no lo busque... Pero ya ni si quiera sé quién eres tú... Siempre dices que quieres cuidarme, que estarás ahí, pero que no eres el mismo... No te entiendo, no me entiendo... ¿Debería haberme ido completamente después de dejarte en aquel hospital? ¿Eso es lo que quieres, que deje de ser una carga?
Las palabras duras de Nabi habian sacado a flote el lado más maduro de Eri, a la par que sus mocos. El tono neutro y frio volvió a resonar por la estancia.
No sabes quien soy ¿eh? Eso no es lo que me has dicho hace un momento. Aquel niño merecia morir, él sí estuvo en el momento pero fue debil y por eso murio. Yo no tuve la oportunidad porque no estuve, pero sé que si hubiera estado podria haber sido útil. Si tengo que elegir me quedo como estoy, ahora solo tengo que saber donde estar. No tienes que entenderme, solo tienes que saber que intentaré protegerte con todo lo que tengo, por poco que sea. Si tengo que hacerlo desde donde no puedas verme, lo haré.
No hay nada que salvar en mi, Eri. No soy ningún monstruo que no deja salir al Nabi bueno. He cambiado, ahora soy un shinobi, dedicaré mi vida a proteger la villa, pero sobretodo a proteger lo que es bueno y justo.
La chica se habia separado de él, despues de cubrirlo en mocos y lagrimas, y le miraba de pie sin dejar de expulsar liquido por todos los orificios que podia, bueno, esperaba que no por todos, seria raro. Nabi la miraba completamente serio, dando credibilidad a sus palabras, no titubearia ante ella.
—Nabi—