17/04/2016, 23:12
(Última modificación: 17/04/2016, 23:12 por Sasagani Yota.)
-¡Anda ya, no me jodas! ¿Otro combate? ¿Una final de consolación? Me cago en mi vida-
-Eso es, y esta vez procura no dejar a la aldea en evidencia. Lo de las semifinales fue bochornoso-
Chasquee la lengua ante el reproche de Setsuna-sensei. El combate con Eri era especial pro varios motivos. A muchos niveles. Ese tal Juro tan solo era un camarada, ni siquiera había tenido el honor — si es que se le podía llamar así — de entablar una conversación con él. Las cosas iban a ser muy distintas.
Una última vez en aquella sala helada en el que el griterío martilleaba cada uno de los rincones de aquella estancia carente de vida. La gente estaba ansiosa de ver la gran final, los ánimos estaban más altos que nunca. Los dos mejores participantes de aquel evento iban a medirse el uno contra el otro. Pero no, no podían haber hecho la final y basta, sino que antes tuvieron que montar una final de consolación. Idea de algún gordo mandón que de bien seguro estaría sentado en su poltrona en el palco del estadio.
No obstante no podía quitarme de la cabeza los acontecimientos recientes. El asesinato de la falsa Arashikage, la marioneta que burló toda seguridad y se hizo pasar por Kawakage... Se me revolvían las entrañas y en cierta forma me hacían ver lo frágil que era el mundo que nos había tocado habitar.
La megafonía gritó mi nombre y el de mi rival, Juro, el tipo que fue derrotado por Aotsuki Ayame. Aquella aparentemente inocente y frágil muchacha de Amegakure. Al igual que Eri-chan escondía más de un secreto bajo la manga y lo disimulaba a la perfección.
El estadio enmudeció, atónito por lo que acababan de oír pero de pronto las puertas se abrieron. Mi rival ya había salido al campo de batalla y la gente le dio un cálido abrazo en forma de aplausos y vitores. Yo tomé un par de bocanadas de aire que automáticamente fui expulsando de un soplo.
-Esta es tu final, disfrútala y da lo mejor de ti para que tu madre esté orgullosa*
Las palabras de mamá, recitadas la noche anterior resonaron en mi cabeza varias veces y lo siguieron haciendo a medida que superaba el umbral del pequeño recinto en el que aguardaba, inquieto a que se diera luz verde al duelo sorpresa. Los aplausos se intensificaron, la primera final estaba cada vez más cerca.
Caminaba a paso lento, levantando la cabeza, sonriendo, mirando a lado y lado, buscando entre los palcos a las grandes figuras de nuestra querida nación. Tan solo esperaba poder salir airoso para no acabar de nuevo al hospital y poder animar a Eri en su combate, tal y como le dije en mi estancia en el hospital.
Yo también me había llevado una sorpresa. La zona de combate había cambiado ligeramente. Los dos grandes pilares habían sido sustituidos por otros 4 el doble de altos y estrechos, delimitando un cuadrado. Aquello ofrecía muchas más posibilidades que lo de las dos rondas anteriores y, conociendo mis habilidades, sería un derroche no usarlos a conciencia.
Vi como el tal Juro se posicionaba dentro de aquel cuadrado que nunca antes habíamos visto, así que me acerqué hasta su posición.
-Antes de empezar... ¿Puedo pedirte un favor, Juro?-
Como si de un kunai veloz se tratase, la pregunta era clara y concisa.
-Eso es, y esta vez procura no dejar a la aldea en evidencia. Lo de las semifinales fue bochornoso-
Chasquee la lengua ante el reproche de Setsuna-sensei. El combate con Eri era especial pro varios motivos. A muchos niveles. Ese tal Juro tan solo era un camarada, ni siquiera había tenido el honor — si es que se le podía llamar así — de entablar una conversación con él. Las cosas iban a ser muy distintas.
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Una última vez en aquella sala helada en el que el griterío martilleaba cada uno de los rincones de aquella estancia carente de vida. La gente estaba ansiosa de ver la gran final, los ánimos estaban más altos que nunca. Los dos mejores participantes de aquel evento iban a medirse el uno contra el otro. Pero no, no podían haber hecho la final y basta, sino que antes tuvieron que montar una final de consolación. Idea de algún gordo mandón que de bien seguro estaría sentado en su poltrona en el palco del estadio.
No obstante no podía quitarme de la cabeza los acontecimientos recientes. El asesinato de la falsa Arashikage, la marioneta que burló toda seguridad y se hizo pasar por Kawakage... Se me revolvían las entrañas y en cierta forma me hacían ver lo frágil que era el mundo que nos había tocado habitar.
La megafonía gritó mi nombre y el de mi rival, Juro, el tipo que fue derrotado por Aotsuki Ayame. Aquella aparentemente inocente y frágil muchacha de Amegakure. Al igual que Eri-chan escondía más de un secreto bajo la manga y lo disimulaba a la perfección.
El estadio enmudeció, atónito por lo que acababan de oír pero de pronto las puertas se abrieron. Mi rival ya había salido al campo de batalla y la gente le dio un cálido abrazo en forma de aplausos y vitores. Yo tomé un par de bocanadas de aire que automáticamente fui expulsando de un soplo.
-Esta es tu final, disfrútala y da lo mejor de ti para que tu madre esté orgullosa*
Las palabras de mamá, recitadas la noche anterior resonaron en mi cabeza varias veces y lo siguieron haciendo a medida que superaba el umbral del pequeño recinto en el que aguardaba, inquieto a que se diera luz verde al duelo sorpresa. Los aplausos se intensificaron, la primera final estaba cada vez más cerca.
Caminaba a paso lento, levantando la cabeza, sonriendo, mirando a lado y lado, buscando entre los palcos a las grandes figuras de nuestra querida nación. Tan solo esperaba poder salir airoso para no acabar de nuevo al hospital y poder animar a Eri en su combate, tal y como le dije en mi estancia en el hospital.
Yo también me había llevado una sorpresa. La zona de combate había cambiado ligeramente. Los dos grandes pilares habían sido sustituidos por otros 4 el doble de altos y estrechos, delimitando un cuadrado. Aquello ofrecía muchas más posibilidades que lo de las dos rondas anteriores y, conociendo mis habilidades, sería un derroche no usarlos a conciencia.
Vi como el tal Juro se posicionaba dentro de aquel cuadrado que nunca antes habíamos visto, así que me acerqué hasta su posición.
-Antes de empezar... ¿Puedo pedirte un favor, Juro?-
Como si de un kunai veloz se tratase, la pregunta era clara y concisa.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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