18/04/2016, 16:55
El que enfrentaba a Katomi, mantuvo la posición por un instante, quizás pensandose la mejor manera de atacar sin posibilidad de esquiva... o meramente meditaba en lo que le dolía el estómago aún desde la patada que recibió. Fuera como fuera, allí se mantuvo impasible. Casi no pestañeaba, tan solo miraba enfurecido a la kunoichi, con una mirada típica de un lobo a un carnero. Solo que el carnero al que miraba con ganas de poner un diente encima, no era mas que un lobo disfrazado. Pocas chicas podrían tener tan mala leche como esa Sarutobi enfadada.
En un abrir y cerrar de ojos el hombre comenzó de nuevo su acometida. En ésta ocasión, comenzó a hacer girar la vara de metal a toda velocidad, en un sinfín de giros acrobáticos que parecía controlar a la perfección. Avanzó sin pensarlo dos veces, quizás ya había meditado bastante, y buscó de nuevo palpar la piel de la chica. Tras recortar las distancias, se lanzó a golpear con la vara de metal en un fugaz latigazo horizontal. No tuvo miramientos en retenerse un poco, golpeó con todas sus fuerzas.
Para cuando el gigante de la vara se abalanzó sobre la chica, ésta ya estaba más que decidida con su acción. El contraataque era lo que mejor parecía funcionar contra ellos, y no dudó segundo alguno en aprovechar esa debilidad. Casi de manera automática, la chica se balanceó hacia el lado derecho, a la par que flexionaba ambas piernas y giraba. En el mismo giro, terminó de agacharse, y estiró la pierna derecha en pos de hacer un barrido horizontal a ras del suelo. En las mismas, elevó ambas manos a la altura de su rostro, por si acaso la vara llegaba a golpearla antes de que el hombre cayese al suelo. Obviamente, la mejor defensa es un buen ataque, pero a veces es recomendable prevenir a lamentar.
—Shieee!— Exclamó soltando el aire conforme completaba su golpe.
habiendo terminado el giro, así como el barrido por el cual se había agachado, se alejaría un poco en un leve salto. Ante todo, debía mantener las distancias con ese pedazo de trozo de carne. Mas ahora, que le había empezado a mosquear, y no sabía cómo podría llegar a reaccionar.
En el otro lado del improvisado ring, Riko y el hombre de la katana tampoco parecían dejar paso al descanso. El round no parecía tener tiempo establecido de duración, y por ende no se daban cuartelillo el uno al otro. Tras la primera intensa acometida, el grandullón se lanzó en una segunda. Su carrera en zig-zag fue mas que ágil, pero quizás la agilidad estaba sobrevalorada a la hora de atacar. Su golpe iba certero, pero algo lento. El genin que lo afrontaba fue mucho mas rápido, y se elevó como si fuese un saltamontes, y atacó de nuevo con precisión el mismo punto.
El golpe no fue demasiado contundente, pero sí que fue hacia un sitio que pretendía dejarlo en K.O. rápidamente, y que además recién había golpeado. Ipso facto, el hombre se desestabilizó y terminó rodando por el suelo en la dirección a la que iba la patada. — Clink! clink! clink! — El afilado metal que portaba entre manos terminó rodando por el suelo, causando un característico sonido.
—Serás... mal-nacido...— Maldijo el hombre entredientes.
Sin poder evitarlo, se llevó la diestra hacia la cabeza, adolorido por el golpe. Así con las mismas, intentó levantarse una vez sin éxito, pero a la segunda fue la vencida. Buscaba de nuevo con la mirada al chico, mientras que tanteaba con la zurda el suelo en busca de su metal.
—Cuando te pille... te vas a enterar!—
Pese a tener aún la cabeza estabilizada por medio de su mano diestra, el hombre no mermaba en intenciones. Tenía claros sus propósitos, más que la mayoría de personas en año nuevo.
Vida–
Chakra–
—Objetos:
* Ninguna AO *
En un abrir y cerrar de ojos el hombre comenzó de nuevo su acometida. En ésta ocasión, comenzó a hacer girar la vara de metal a toda velocidad, en un sinfín de giros acrobáticos que parecía controlar a la perfección. Avanzó sin pensarlo dos veces, quizás ya había meditado bastante, y buscó de nuevo palpar la piel de la chica. Tras recortar las distancias, se lanzó a golpear con la vara de metal en un fugaz latigazo horizontal. No tuvo miramientos en retenerse un poco, golpeó con todas sus fuerzas.
Para cuando el gigante de la vara se abalanzó sobre la chica, ésta ya estaba más que decidida con su acción. El contraataque era lo que mejor parecía funcionar contra ellos, y no dudó segundo alguno en aprovechar esa debilidad. Casi de manera automática, la chica se balanceó hacia el lado derecho, a la par que flexionaba ambas piernas y giraba. En el mismo giro, terminó de agacharse, y estiró la pierna derecha en pos de hacer un barrido horizontal a ras del suelo. En las mismas, elevó ambas manos a la altura de su rostro, por si acaso la vara llegaba a golpearla antes de que el hombre cayese al suelo. Obviamente, la mejor defensa es un buen ataque, pero a veces es recomendable prevenir a lamentar.
—Shieee!— Exclamó soltando el aire conforme completaba su golpe.
habiendo terminado el giro, así como el barrido por el cual se había agachado, se alejaría un poco en un leve salto. Ante todo, debía mantener las distancias con ese pedazo de trozo de carne. Mas ahora, que le había empezado a mosquear, y no sabía cómo podría llegar a reaccionar.
En el otro lado del improvisado ring, Riko y el hombre de la katana tampoco parecían dejar paso al descanso. El round no parecía tener tiempo establecido de duración, y por ende no se daban cuartelillo el uno al otro. Tras la primera intensa acometida, el grandullón se lanzó en una segunda. Su carrera en zig-zag fue mas que ágil, pero quizás la agilidad estaba sobrevalorada a la hora de atacar. Su golpe iba certero, pero algo lento. El genin que lo afrontaba fue mucho mas rápido, y se elevó como si fuese un saltamontes, y atacó de nuevo con precisión el mismo punto.
El golpe no fue demasiado contundente, pero sí que fue hacia un sitio que pretendía dejarlo en K.O. rápidamente, y que además recién había golpeado. Ipso facto, el hombre se desestabilizó y terminó rodando por el suelo en la dirección a la que iba la patada. — Clink! clink! clink! — El afilado metal que portaba entre manos terminó rodando por el suelo, causando un característico sonido.
—Serás... mal-nacido...— Maldijo el hombre entredientes.
Sin poder evitarlo, se llevó la diestra hacia la cabeza, adolorido por el golpe. Así con las mismas, intentó levantarse una vez sin éxito, pero a la segunda fue la vencida. Buscaba de nuevo con la mirada al chico, mientras que tanteaba con la zurda el suelo en busca de su metal.
—Cuando te pille... te vas a enterar!—
Pese a tener aún la cabeza estabilizada por medio de su mano diestra, el hombre no mermaba en intenciones. Tenía claros sus propósitos, más que la mayoría de personas en año nuevo.
Estado de Katomi
Vida
90/90
0
–Chakra
120/120
+6
–—Objetos:
- Bandana ninja [Cintura]
- Portaobjetos básico (2/10) [Muslo derecho]
- Kunai (2) [Portaobjetos]
* Ninguna AO *