18/04/2016, 22:52
(Última modificación: 29/04/2016, 16:02 por King Roga.
Razón: Arreglitos para que se viera más bonito.
)
Era de noche en la ciudad pero aún había actividad en el lugar, sin embargo algo había cambiado respecto a los primeros días. Se veían más samurai patrullando por el área, además de la prescencia de ANBU de todas las aldeas. El torneo había continuado con normalidad a pesar del atentado contra los kages, dentro de una semana se llevaría a cabo la final, por orden de los señores feudales.
"No puedo creer que se tomen las cosas con tanta calma"
Ahí se encontraba caminando Tatsuya entre las calles como un transeunte más, pero había algo diferente en él, se miraba un poco enrojecido de las mejillas y tenía un hilo de sangre en la boca, pero él mismo parecía no darse cuenta de ello. La razón por la cual se encontraba en ese estado era por una acalorada discusión que tuvo con su padre hace ya una media hora. Lo que empezó como un sermón terminó en una pelea, aunque fue una muy corta pues Tatsuya cayó de un sólo golpe.
"El nunca me había pegado de esa manera"
El conflicto se dió por tres razones: La primera de ellas era porque su padre dejó a su madre enferma en casa, si bien ya había mostrado signos de mejora desde que Tatsuya le llevó unos hongos especiales no se había recuperado del todo. La segunda era por una trifulca dentro de una casa de té en la que se vió involucrado, su padre lo castigó y no lo dejó ver las peleas de las semifinales. La tercera y última razón era porque el muchacho se mostraba ofendido por el hecho de que los Daimyou continuaran con el evento aun sabiendo de la amenaza samurai.
El jounin estaba molesto pues según él, su hijo no entendía que un ninja siempre debe obedecer órdenes sin contradecir a sus superiores. Si el Kawakage estuvo de acuerdo debían respetar aquello. Cuando discutían el jounin obligó a su hijo a tomar sake para intentar tranquilizarlo, aunque Tatsuya apenas tomó unos tragos. Desde que cumplió 16 años su padre insiste en hacer que beba, pero esto no le suele agradar al muchacho, al menos no a la fuerza.
"Me dice que debo actuar como un shinobi, pero yo no quería convertirme en uno" Aquellos pensamientos de frustración en parte eran provocados por el alcohol. "Yo nunca pedí ser el jefe del clan, el me obligó a esto"
Así seguía caminando con unos pasos algo erráticos por el lugar (más por el dolor que por otra cosa, no estaba tan ebrio en realidad), aún con la sangre producto del puñetazo que le propinó su padre en la cara, estaba de mal humor y en esta ocasión el recurrir a la maña de pulir su katana no consiguió calmarlo del todo. Quería desahogar su frustración pero no sabía cómo, intentar ahogar penas en el licor no era para él. No se fijaba por donde iba, ni siquiera había notado que la gente se le quedaba mirando y murmuraban al respecto. Daba muy mala impresión el verlo así.
"No puedo creer que se tomen las cosas con tanta calma"
Ahí se encontraba caminando Tatsuya entre las calles como un transeunte más, pero había algo diferente en él, se miraba un poco enrojecido de las mejillas y tenía un hilo de sangre en la boca, pero él mismo parecía no darse cuenta de ello. La razón por la cual se encontraba en ese estado era por una acalorada discusión que tuvo con su padre hace ya una media hora. Lo que empezó como un sermón terminó en una pelea, aunque fue una muy corta pues Tatsuya cayó de un sólo golpe.
"El nunca me había pegado de esa manera"
El conflicto se dió por tres razones: La primera de ellas era porque su padre dejó a su madre enferma en casa, si bien ya había mostrado signos de mejora desde que Tatsuya le llevó unos hongos especiales no se había recuperado del todo. La segunda era por una trifulca dentro de una casa de té en la que se vió involucrado, su padre lo castigó y no lo dejó ver las peleas de las semifinales. La tercera y última razón era porque el muchacho se mostraba ofendido por el hecho de que los Daimyou continuaran con el evento aun sabiendo de la amenaza samurai.
El jounin estaba molesto pues según él, su hijo no entendía que un ninja siempre debe obedecer órdenes sin contradecir a sus superiores. Si el Kawakage estuvo de acuerdo debían respetar aquello. Cuando discutían el jounin obligó a su hijo a tomar sake para intentar tranquilizarlo, aunque Tatsuya apenas tomó unos tragos. Desde que cumplió 16 años su padre insiste en hacer que beba, pero esto no le suele agradar al muchacho, al menos no a la fuerza.
"Me dice que debo actuar como un shinobi, pero yo no quería convertirme en uno" Aquellos pensamientos de frustración en parte eran provocados por el alcohol. "Yo nunca pedí ser el jefe del clan, el me obligó a esto"
Así seguía caminando con unos pasos algo erráticos por el lugar (más por el dolor que por otra cosa, no estaba tan ebrio en realidad), aún con la sangre producto del puñetazo que le propinó su padre en la cara, estaba de mal humor y en esta ocasión el recurrir a la maña de pulir su katana no consiguió calmarlo del todo. Quería desahogar su frustración pero no sabía cómo, intentar ahogar penas en el licor no era para él. No se fijaba por donde iba, ni siquiera había notado que la gente se le quedaba mirando y murmuraban al respecto. Daba muy mala impresión el verlo así.