19/04/2016, 02:26
—Kazuma-san, ¿sigues despierto? —Preguntó en voz alta en caso de que no fuera así.
—Más o menos —aseguro, bostezando.
»Creo, que deberíamos hacer guardia, turnarnos para vigilar en caso de que algo aparezca y que así no nos tome por sorpresa.
—Está bien —la preocupación de su compañero le parecía completamente válida—. Yo haré la primera ronda y daré la alarma si algo se acerca demasiado.
El Ishimura se levantó de donde había estado descansando, con intenciones de mantener la guardia. La tarea se le presentaba como algo difícil, pues el término de observador resultaba solo un decir, dada la situación. En aquella oscuridad solo podría confiar en su sentido del tacto y del oído, los cuales no estaban a plena capacidad a causa de sus heridas y del cansancio.
—Tal vez dormir con el sueño cortado no nos permita reponernos del todo, pero no quiero correr riesgos sabiendo que hay una fiera afuera —Dijo Tatsuya para luego bostezar.
—No hay problema —se dio un manotazo en el cuello para matar alguna alimaña—. De todas formas puedo aprovechar la tranquilidad reinante para poner en orden mis pensamientos.
Para cuando se dio cuenta, su compañero yacía dormido, quedando únicamente los ruidos nocturnos para hacerle compañía. Mientras permanecía de pie y con los ojos cerrados, permitía que su oído captara cada una de las sinfonías que le llegaban. Los grillos con sus cantos agudos, los roedores corriendo entre la maleza e incluso el inquietante y lejano ulular de un búho.
«Quizás es por la forma en la que llegue, por todo lo que ha pasado o por mi falta de experiencia en sitios hostiles… Pero he de admitir que este lugar tiene cierta belleza y encanto que se manifiestan de formas terribles y brutales.»
Puede que fuera por su charla interna o porque parte de su mente ya se encontraba dormida, pero lo cierto es que un nuevo peligro se cernía sobre ellos. Más claramente sobre el más pequeño, aquel lechoncito que ahora se encontraba arrebujado en el cálido costado de Tatsuya. Puede que tuvieran una oportunidad de defenderse, pero todo dependería de si el Takanashi lograba percibir al agresor primero.
—Más o menos —aseguro, bostezando.
»Creo, que deberíamos hacer guardia, turnarnos para vigilar en caso de que algo aparezca y que así no nos tome por sorpresa.
—Está bien —la preocupación de su compañero le parecía completamente válida—. Yo haré la primera ronda y daré la alarma si algo se acerca demasiado.
El Ishimura se levantó de donde había estado descansando, con intenciones de mantener la guardia. La tarea se le presentaba como algo difícil, pues el término de observador resultaba solo un decir, dada la situación. En aquella oscuridad solo podría confiar en su sentido del tacto y del oído, los cuales no estaban a plena capacidad a causa de sus heridas y del cansancio.
—Tal vez dormir con el sueño cortado no nos permita reponernos del todo, pero no quiero correr riesgos sabiendo que hay una fiera afuera —Dijo Tatsuya para luego bostezar.
—No hay problema —se dio un manotazo en el cuello para matar alguna alimaña—. De todas formas puedo aprovechar la tranquilidad reinante para poner en orden mis pensamientos.
Para cuando se dio cuenta, su compañero yacía dormido, quedando únicamente los ruidos nocturnos para hacerle compañía. Mientras permanecía de pie y con los ojos cerrados, permitía que su oído captara cada una de las sinfonías que le llegaban. Los grillos con sus cantos agudos, los roedores corriendo entre la maleza e incluso el inquietante y lejano ulular de un búho.
«Quizás es por la forma en la que llegue, por todo lo que ha pasado o por mi falta de experiencia en sitios hostiles… Pero he de admitir que este lugar tiene cierta belleza y encanto que se manifiestan de formas terribles y brutales.»
Puede que fuera por su charla interna o porque parte de su mente ya se encontraba dormida, pero lo cierto es que un nuevo peligro se cernía sobre ellos. Más claramente sobre el más pequeño, aquel lechoncito que ahora se encontraba arrebujado en el cálido costado de Tatsuya. Puede que tuvieran una oportunidad de defenderse, pero todo dependería de si el Takanashi lograba percibir al agresor primero.