19/04/2016, 23:13
Tras agradecer el té al anciano y que éste insistiese en tomarle un poco el pelo. El chico decidió tratar de cambiar de tema, proponiendose para una pequeña exhibición.
—¡Esta juventud no sabe disfrutar de un buen té!— dijo el anciano mientras daba otro sorbo a su taza —Está bien, muéstranos que sabes hacer jovencito— aceptó el anciano con una sonrisa mientras le dindicaba con un ademán de su mano que procediese
La peliblanca sostenía el vaso de cerámica con ambas manos sobre su regazo, ahora se encontraba bastante más tranquila y podía ver las cosas desde una perspectiva más dist ante pero aún así prefirió dirigir su mirada hacia el chico de las rastas para tratar de distraerse. Ya tendría tiempo más tarde de reflexionar, aquel no era el lugar ni el momento. El anciano se había ofrecido a darle un par de consejos, no estaba allí para cargar con sus dudas o preocupaciones y aún menos delante de aquel chico que aunque fuese de su aldea no era más que un desconocido en aquellos instantes.
Mitsuki dio otro sorbo a su té mientras aguardaba la demostración prometida
—¡No nos decepciones!— bromeo el anciano antes de volver a dar buena cuenta de su té
—¡Esta juventud no sabe disfrutar de un buen té!— dijo el anciano mientras daba otro sorbo a su taza —Está bien, muéstranos que sabes hacer jovencito— aceptó el anciano con una sonrisa mientras le dindicaba con un ademán de su mano que procediese
La peliblanca sostenía el vaso de cerámica con ambas manos sobre su regazo, ahora se encontraba bastante más tranquila y podía ver las cosas desde una perspectiva más dist ante pero aún así prefirió dirigir su mirada hacia el chico de las rastas para tratar de distraerse. Ya tendría tiempo más tarde de reflexionar, aquel no era el lugar ni el momento. El anciano se había ofrecido a darle un par de consejos, no estaba allí para cargar con sus dudas o preocupaciones y aún menos delante de aquel chico que aunque fuese de su aldea no era más que un desconocido en aquellos instantes.
Mitsuki dio otro sorbo a su té mientras aguardaba la demostración prometida
—¡No nos decepciones!— bromeo el anciano antes de volver a dar buena cuenta de su té